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CURSO DE DERECHO AMBIENTAL

PROFESOR ENRIQUE PÉREZ SILVA

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I

NOTA INTRODUCTORIA1

La vida se inició y subsiste debido a un sistema de combinaciones de diferentes


elementos. No existe certeza alguna sobre la forma y el momento en que surgió la
vida en el planeta Tierra, pero las investigaciones sugieren que se trató de un largo
proceso donde determinadas moléculas se fueron combinando para dar origen a
estructuras de mayor complejidad llamadas organismos. Se estima que los primeros
organismos habrían aparecido hace alrededor de 3.800 millones de años, pero no
existe explicación alguna que permita esclarecer el origen de las moléculas ni la forma
como éstas se combinaron hasta dar el salto cualitativo que significó pasar del estado
de seres inertes al estado de seres vivos u organismos. Tampoco existe una
explicación acerca del impulso que logró generar el movimiento de las moléculas
originales hasta que ellas se ordenaron bajo la forma de organismos o seres vivos.
Nuestra mente tiende a rechazar la idea de que todo este proceso haya sido fruto del
azar, pero tampoco tiene respuestas lógicas para explicar un fenómeno tan
extremadamente complejo como es la aparición de la vida en la tierra, optando
muchas veces por atribuirle un carácter sobrenatural.

El hombre siempre ha procurado ordenar la realidad agrupando mentalmente a sus


componentes en distintos conjuntos más o menos homogéneos. Los procesos de
agrupación o clasificación son en realidad desagregaciones o fragmentaciones
abstractas que permiten al observador distinguir y separar determinados rasgos que
son compartidos por los miembros de cada grupo o clase. Pero ello no significa que la
realidad se encuentre fragmentada, sino que se trata solamente de un recurso
epistemológico propio de un ser cuya estructura le impide conocer en un solo acto la
realidad global.

La ciencia ha elaborado un sistema de clasificación de los seres vivos dividiéndolos en


especies, que son aquellas agrupaciones a las que pertenecen los organismos que
tienden a aparearse entre sí, pudiendo dar origen a descendientes fértiles. A su vez,
las especies que evolucionaron a partir de un ancestro común se agrupan bajo la
1 Las ideas centrales de esta nota introductoria están tomadas o son una adaptación del Libro “De animales
a dioses. Breve historia de la humanidad”, de Yuval Noah Harari (Ed. Penguin Random House, 8ª edición en
Chile, Santiago, marzo 2018.

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denominación de género. Y los géneros se agrupan en familias, las cuales se definen
por remontar su linaje a un individuo de cierta especie que se conoce como patriarca o
matriarca fundador.

Dentro de las distintas especies que pueden reconocerse entre los organismos que
pertenecen al reino animal se encuentra la especie humana, que pertenece a la
familia de los grandes simios junto con los chimpancés, orangutanes y gorilas. Se ha
podido datar el origen de la especie humana en aproximadamente 6 millones de años,
cuando una única matriarca del género simio habría dado origen a dos líneas de
descendencia: la línea de los chimpancés y la línea de otra especie que lleva el
nombre de Homo y que evolucionó hasta llegar a ser lo que hoy se conoce con el
apellido de sapiens. El Homo sapiens es, por lo tanto, un animal que pertenece al
género simio junto con muchos otros animales que no son sapiens pero comparten un
mismo ancestro.

Se estima que la evolución del sapiens comenzó hace unos 2,5 millones de años en
África oriental, a partir de un género anterior de simios denominado Australopithecus
(simio austral). Hace unos 2 millones de años algunos de estos simios se habrían
desplazado hacia el norte de África, Europa y Asia, donde se instalaron y comenzaron
a desarrollar ciertos rasgos distintivos que les permitieran adaptarse a las diferentes
condiciones ambientales de esos lugares.

Los que se instalaron en Europa y Asia oriental se conocen como Homo


neanderthalensis (“hombre del valle de Neander”); los que se instalaron en la isla de
Java fueron bautizados como Homo soloensis (“hombre del valle d

el Solo”); otros que quedaron atrapados en la isla de Flores a causa de un incremento


del nivel del mar se llaman Homo floresiensis; hubo también Homo denisova (por la
cueva de Denisova, en Siberia); Homo rudolfensis (del lago Rodolfo); Homo ergaster
(“hombre trabajador”); y Homo sapiens (“hombre sabio”), como nos hemos auto
calificado para tratar de negar el común ancestro que nos emparenta con los
chimpancés.

Según la mayoría de los científicos, hace 150.000 años los sapiens que poblaban
África oriental ya tenían un aspecto similar al nuestro. Hace 70.000 años habrían
comenzado a extenderse por toda la península arábica y, desde ahí, al continente

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euroasiático que ya estaba colonizado por los neanderthales procedentes del valle de
Neander. Las teorías sobre el encuentro de ambas especies difieren. Algunos creen
que hubo un entrecruzamiento que llegó a la fusión y otros sostienen la “teoría de la
sustitución”, donde la incompatibilidad inter especies habría llevado al enfrentamiento
y a sucesivos genocidios que terminaron por aniquilar a los neanderthales, quedando
los sapiens como únicos dueños del campo.

Para los partidarios de esta última teoría el triunfo de los sapiens se habría debido a
su mayor destreza y adaptabilidad, pero principalmente a su capacidad de
organización que estaría marcada por su estándar de cooperación mutua. En efecto,
los sapiens habrían logrado formar ciertas estructuras sociales de mayor complejidad,
llamadas culturas, en cuya base se encontraría la capacidad de comunicarse, esto es,
de trasmitirse mutuamente información sobre la realidad cambiante a través del
lenguaje. Esta capacidad de comunicación y cooperación sería el elemento clave que
habría permitido a los sapiens sobrevivir y evolucionar como especie única del género
Homo.

La capacidad de comunicar información estaría, por lo tanto, en la base del primer


salto cualitativo del Homo sapiens, que es lo que se conoce como revolución
cognitiva. Sin embargo, en la medida en que las primitivas agrupaciones de los
sapiens fueron creciendo y sus relaciones haciéndose cada vez más complejas, el
modo de vida centrado en bandas de cazadores-recolectores trashumantes se habría
hecho insuficiente, abriéndose paso un segundo salto cualitativo en su evolución
cultural, conocido como la revolución agrícola.

La revolución agrícola sustituyó a las pequeñas bandas que se desplazaban por


diferentes territorios comunes, por otra forma de organización donde los sapiens
comenzaron a asentarse en territorios fijos y demarcados, dándose inicio a un sistema
de vida caracterizado por el inmovilismo territorial y el crecimiento de las poblaciones.
Y también marcó un cambio significativo en el uso y el significado del lenguaje, ya que
de representar éste la capacidad de trasmitir información sobre el entorno físico
cambiante pasó a ser un instrumento apto para representar cosas que no existen en la
realidad, sino que forman parte de la ficción y los mitos compartidos.

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Este cambio sustantivo tiene una explicación muy lógica, ya que la estructura de
asentamientos humanos en espacios fijos y delimitados dio lugar a problemas
inexistentes en grupos compuestos por un número relativamente pequeño de
individuos que circulaban libremente por amplios territorios. La disminución del
espacio vital, el persistente incremento de sus habitantes y la necesidad de obtener en
el entorno inmediato los medios necesarios para alimentarse y abrigarse, habrían
llevado a esta nueva clase de sapiens a buscar formas alternativas de organización y
liderazgo basados en un conjunto de creencias comunes que, pese a no afirmarse en
“cosas que se ven”, les habrían permitido alcanzar un nuevo estándar de cooperación
basado en “cosas que no se ven”.

Esta forma de organización es básicamente la misma que ha subsistido a lo largo de


la historia del Homo sapiens y todavía existe, aunque mucho más compleja, en el
mundo contemporáneo, el cual es imposible de sustentar si no es sobre la base de
grandes ficciones compartidas. La organización política de la mayoría de los países,
por ejemplo, se sustenta en la común creencia de que la democracia representativa es
una realidad, en circunstancias de que no es más que un producto de la imaginación
compartida de un grupo mayoritario de individuos. La estructura jurídica del Estado –
otra ficción compartida – se sustenta en una ficción llamada “Estado de Derecho”. Los
derechos esenciales de la persona humana, conocidos como derechos humanos,
tienen su fundamento nada más que en la común creencia de que son anteriores y
superiores al Estado, inmutables, inalienables e imprescriptibles (además de
incomprensibles, por cierto). Las sociedades anónimas o de responsabilidad limitada,
las corporaciones y fundaciones, son entes ficticios que pueden ejercer derechos
(también ficticios) y contraer obligaciones, que son cosas que no pueden verse y que
carecerían en absoluto de validez si las personas no estuvieran convencidas de que
deben ser cumplidas de buena fe.

El ambiente tampoco es una realidad, sino una ficción puramente conceptual que
proviene del esfuerzo imaginativo del Homo sapiens. Hay mares, lagos y ríos que
contienen o conducen aguas (y también desechos fecales y residuos industriales) por
las que pueden desplazarse embarcaciones grandes, pequeñas, propulsadas por
motores o por remos, las cuales sirven para transportar sapiens y sus familias, granos,
automóviles, trenes y petróleo, o llevan a bordo artefactos de destrucción masiva; hay

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suelos que pueden soportar la presencia de los organismos más simples hasta los
más complejos (incluidos los principales depredadores del resto de los vivientes que
son los sapiens) que se alimentan, caminan o reptan, donde arraigan árboles de
origen milenario o plantados deliberadamente para después cortarlos y hacer con
ellos papel o leña, hay cultivos, caminos o grandes ciudades, bajo cuya superficie
pueden encontrarse y extraerse seres inertes llamadas minerales, que son valiosos
porque los sapiens aprendieron desde las remotas épocas del Homo faber a hacer
con ellos utensilios, armas y un sinnúmero de otras cosas útiles, incluidos los envases
plásticos que sólo pueden degradarse y reabsorberse después de varios siglos de
presencia contaminante. Existe una atmósfera en medio de la cual flota el globo
terráqueo, que permite a los organismos respirar, que puede sustentar el vuelo de las
aves y también de artefactos alados, como aviones, drones o misiles controlados por
computadores ubicados a miles de kilómetros de distancia, y que soporta
estoicamente una enorme carga de humos, vapores y gases tóxicos que emiten los
establecimientos industriales inventados por los organismos más voraces e invasivos
que habitan el planeta. Todo ello forma parte del entorno físico que conocemos como
ambiente pero éste, como objeto del conocimiento, es sólo un concepto, una ficción
compartida por el imaginario común que en algunos casos ha llegado incluso a
atribuirle la titularidad de derechos, por cierto también imaginarios.

El Derecho Ambiental, como disciplina cognitiva, es asimismo un producto de la


imaginación, una ficción intelectual que consiste en una agrupación sistemática y
ordenada de conceptos referidos a algo que también es imaginario, pero que
conforma la materia prima de una creencia compartida por la gran mayoría de los
sapiens que habitan el planeta Tierra. La naturaleza imaginaria del ambiente explica
por qué a su respecto existen tantas versiones o teorías distintas, y hasta
contradictorias, que intentan desentrañar la forma como éste se comporta, varía, se
conecta e interactúa con los humanos.

Por tal motivo, antes de iniciar el estudio del Derecho Ambiental se hace necesario
revisar algunas de las teorías o creencias que en el transcurso la historia de la

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persona humana 2 3se han desarrollado en torno a la estructura del entorno físico y al
rol que dentro de éste corresponde desempeñar al Homo sapiens, toda vez que la
normativa jurídica que regula el uso del ambiente dependerá en gran medida de las
bases ideológicas sobre las cuales se ha formulado. A esas teorías o creencias las
llamaremos en adelante paradigmas (del griego παράδειγμα, parádeigma, cuyo
significado es modelo, patrón o ejemplo), que en un sentido amplio dicen relación con
una teoría o conjunto de teorías que sirve de modelo a seguir para resolver problemas
o situaciones determinadas que se plantean a un sujeto observador y, en un sentido
más estricto, han sido definidos por Thomas Samuel Kuhn en su clásico libro “La
estructura de las revoluciones científicas” (1971), como aquellos “logros científicos
que generan modelos que, durante un período más o menos largo, y de modo más o
menos explícito, orientan el desarrollo posterior de las investigaciones exclusivamente
en la búsqueda de soluciones para los problemas planteados por éstas”.

Pero previamente y para comprender mejor la forma como operan los paradigmas,
conviene exponer en forma sucinta algunas ideas elementales en torno a las ciencias
y al conocimiento o proceso cognitivo

2 La expresión “persona humana” es una redundancia puesto que no existen personas que no sean humanas
y la personalidad es el atributo distintivo de la humanidad. En el mundo antiguo se utilizó la palabra hombre
en el sentido genérico para denotar a un ser perteneciente a la especie humana. Recién en los siglos IV y V,
con motivo de las controversias teológicas acerca de la naturaleza humana de Cristo, surgió el concepto de
persona tomado de la tradición griega y transformada en una herramienta filosófica para definir la persona
divina de Dios Padre, y distinguirla del Dios Hijo y del Dios Espíritu Santo. Sin embargo, la palabra terminó
siendo aplicada por extensión a las tres personas de la Santísima Trinidad y más tarde a los ángeles y a los
hombres. A partir de este momento, puede decirse que el concepto de persona humana pasa a ser sinónimo
de hombre o individuo, definido más tarde por Santo Tomás de Aquino como sustancia material de naturaleza
racional.
3 La idea de persona es también un sofisticado producto del imaginario colectivo, cuyo origen puede situarse
en la Grecia antigua donde se utilizaba la palabra πρόσωπον (prósōpon) para referirse a la máscara tras la
cual cubrían su rostro los actores en el teatro. Las máscaras permitían al actor desempeñar diversos papeles
por la sola vía de intercambiarlas en el mismo escenario, asumiendo el rol de otro personaje. La máscara era
también un medio para mejorar la resonancia de la voz de los actores, a fin de que ésta pudiera difundirse en
todo el teatro (θέατρον o theatron, “lugar para ver”) que era al aire libre. El vocablo griego fue adoptado por
los etruscos con el nombre de phersu y de ellos pasó al latín personae o personare, que significa justamente
“lo que resuena”. Los romanos heredaron la tradición griega y no vincularon la idea de hombre al concepto de
persona, quedando este último reservado al de máscara, palabra que con el tiempo terminó confundiéndose
con su propio significado de rol.

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II

CIENCIAS ECOLÓGICAS Y CIENCIAS AMBIENTALES

I.- Las ciencias y el conocimiento científico.-

Se puede encontrar en los textos una infinidad de definiciones del conocimiento


científico, que a modo general tienden a caracterizarlo como “un conjunto de
conceptos, de ideas y de teorías que describen y explican propiedades, principios,
relaciones y leyes de los fenómenos y procesos de la realidad, logrados a través de la
aplicación de métodos, técnicas, procedimientos e instrumentos científicos.” (E.
Terrones).

El conocimiento científico tiene diferentes características o atributos que lo distinguen


del conocimiento común o vulgar. Entre las propiedades del conocimiento científico
pueden señalarse: es analítico (descompone el todo en sus partes); es comunicable;
es crítico (se adquiere mediante la observación y reflexión crítica); es específico
(abarca sólo una parte de la realidad); es explicativo; es fáctico u objetivo; usa un
lenguaje propio; es legal (trata de explicar los hechos bajo la forma de leyes
generales); es metódico; es predictivo; es investigativo (utiliza como herramienta la
investigación); es sistémico; es provisional; es potencialmente falsable.

Dado que el conocimiento científico está sometido a las mismas posibilidades de ser
deformado que el conocimiento común, pero con un riesgo aún mayor dada su
complejidad, a fin de acotar y minimizar el riesgo de construir imágenes falsas, las
ciencias utilizan métodos (del griego: μετά, metá 'hacia', a lo largo ὁδός hodós
'camino‘), es decir, caminos o vías que guíen el proceso cognitivo para adquirir y
organizar el conocimiento.

El método científico es “un método o procedimiento que ha caracterizado a la ciencia


natural desde el siglo XVII, que consiste en la observación sistemática, medición,
experimentación, la formulación, análisis y modificación de las hipótesis” (Oxford
English Dictionary).

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No existe un método científico único, sino todos aquellos que puedan servir a las
diferentes ciencias. A modo de ejemplo podemos mencionar el método empírico-
analítico, que es propio de las ciencias descriptivas; el método experimental, que se
utiliza en las ciencias químicas, biológicas, físicas; el método de observación
científica, que también se aplica a las ciencias descriptivas; los métodos de medición,
aplicables a las ciencias estadísticas; el método hermenéutico, que consiste en la
exégesis de los textos; el método fenomenológico, que se aplica a la construcción del
conocimiento acumulativo; el método histórico; el método lógico inductivo y deductivo,
aplicable a las ciencias conceptuales; el método sistémico; el método dialéctico; el
método sintético; el método analógico.

II.- Ciencias ecológicas y ciencias ambientales. Conceptos fundamentales.-

La ecología es la ciencia que estudia las relaciones entre los seres vivientes y su
entorno. El término ecología deriva de las palabras griegas oikos (que significa casa o
lugar para vivir) y logos (que significa “estudio”). Por lo tanto, la ciencia ecológica
estudia las casas o entornos de los organismos o seres vivientes, es decir, todo su
medio, incluidos el aire, el suelo, el agua, los demás organismos y los seres inertes.
No se sabe con certeza cuándo se acuñó la palabra ecología, pero el biólogo alemán
Ernst Haeckel fue el primero en definirla en el año 1869.

La unidad básica de estudio de la ecología se denomina ecosistema, concepto que


puede definirse como el conjunto formado por la biocenosis (organismos o
componentes bióticos, vivos u orgánicos) y los elementos abióticos (materia inerte)
que actúan sobre ella. Los organismos encuentran en el ecosistema donde viven los
elementos necesarios para cumplir su ciclo biológico (nacimiento, desarrollo,
reproducción y muerte).

Los componentes bióticos (del griego bios, vida), forman el conjunto de organismos
que viven en un lugar común, formando parte de un ecosistema e influyendo uno
sobre los otros. A los componentes bióticos se los llama también comunidad
biológica.

Los componentes abióticos son aquéllos que carecen de vida, es decir, son inertes, y
están constituidos por factores físicos, químicos y demás fenómenos que influyen

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sobre los seres vivos. Son componentes abióticos, por ejemplo, la temperatura, los
vientos, la humedad, el calor, el fuego, la presión atmosférica y las precipitaciones.

El espacio físico donde vive, se desarrolla, se reproduce y muere naturalmente un ser


vivo se denomina también hábitat. El hábitat es su casa, su oikos. En un mismo
hábitat puede vivir una diversidad de organismos, como por ejemplo en el mar, un
lago, un bosque, la corteza de un árbol, una roca.

El conjunto de organismos de la misma especie o grupo que forma parte de un


ecosistema y que se desarrolla en un espacio determinado del mismo, constituye una
población, dentro de la cual normalmente existe una población dominante, que está
formada por aquellas especies que tienen mayor número de individuos o mayor
capacidad adaptativa. Por ejemplo, en un bosque templado chileno del tipo selva
valdiviana son dominantes las especies avellano, olivillo, lingue, ulmo, roble, coigüe,
laurel, tepa, canelo, luma y meli.. En un lago puede ser la trucha la especie dominante
porque tiene la población con mayor número de individuos debido a su voracidad. El
hombre es la especie dominante por excelencia debido a su mayor capacidad de
adaptación a las diversas condiciones ambientales.

Desde un punto de vista ecológico, el concepto de ecosistema equivale al de medio


ambiente o ambiente, vale decir, al conjunto de los componentes bióticos y los
componentes abióticos potencialmente capaces de influir sobre un organismo.

Las ciencias ambientales tienen por objeto propio el estudio del ambiente o los
ecosistemas, a fin de conocer y comprender las leyes que rigen su funcionamiento y el
modo como el hombre y las demás especies que lo habitan puedan existir y
desarrollarse indefinidamente, sin comprometer el desarrollo de las generaciones
futuras.

Para finalizar esta introducción, conviene hacer una prevención en lo que respecta a
la extensión del concepto de ambiente. En efecto, muchas veces cuando se
menciona la palabra ambiente la inclinación natural de algunas personas las lleva a
limitar su significado al entorno natural, reduciéndolo a una visión un tanto romántica
de la naturaleza. Dicha inclinación está de algún modo vinculada e influida por los
postulados de la denominada ecología profunda, tema al cual nos referiremos más
adelante y que representa en intento por reivindicar supuestos derechos de la

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naturaleza en sí misma, incluyendo sus formas vegetales y minerales. Según Luc
Ferry (La Ecología Profunda), en esta posición ideológica la biosfera aparece investida
de un valor intrínseco, por cierto superior al que es propio de la especie humana.

III

EL DERECHO AMBIENTAL

I.- Introducción.-

El Derecho Ambiental es un derecho relativamente novedoso cuyas bases todavía no


se han asentado en conceptos doctrinariamente indiscutibles ni en los principios que
desde tiempo inmemorial presiden el derecho común o clásico.

De otro lado, siendo el Derecho Ambiental una disciplina propiamente jurídica lo es


también por esencia multidisciplinaria y su conocimiento y aplicación requieren acudir
a instrumentos conceptuales que son propios de otras ciencias, pero que enriquecen
su estructura.

Ello explica en parte la dificultad de elaborar una definición de Derecho Ambiental que
cubra los distintos tópicos y manifestaciones del mismo, creándose de esta manera
una verdadera maraña de conceptos en que las opiniones de los cultores de esta
disciplina jurídica difieren incluso en aspectos sustantivos, provocando en los neófitos
una sensación de fuerte inseguridad intelectual.

Las definiciones, es cierto, sólo describen las características externas de un


determinado objeto, pero también es cierto que a partir de ellas resulta posible
identificar o construir un concepto del mismo, buscar en este último todo cuanto le es
propio y lo identifica. Una definición, por lo tanto, junto con describir abre paso a un
proceso intelectual destinado a descubrir y exponer la consistencia del objeto, esto es,
su basamento, fundamento, propiedad o conjunto de atributos.

Si la capacidad de conocer consistiera en aprehender el objeto, como se sostuvo en


los albores de la epistemología, las definiciones no existirían ya que el objeto pasaría
a formar parte del sujeto, es decir, se haría eminentemente subjetivo. Pero en la
medida en que el proceso cognitivo se entiende como la vinculación entre un sujeto y

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un objeto mediante la representación que el primero se hace del segundo, las
definiciones pasan a ser importantes.

La importancia de las definiciones no radica en la verdad que ellas puedan trasmitir. El


conocimiento científico se construye a partir de una creencia o una evidencia que
sugiere dónde buscar y qué puede esperarse de la búsqueda.

El conocimiento científico es, por lo tanto, paradigmático y se desarrolla mediante la


articulación de teorías o paradigmas cuya aparente verdad puede ser incompatible o
incomparable con otras verdades en que se funda la investigación científica. Por
consiguiente, las definiciones no encierran en sí mismas verdades, sino puntos de
vista de sus respectivos autores.

En este capítulo únicamente presentaremos, sin mayores comentarios, varias


definiciones que diversos autores chilenos y extranjeros han elaborado sobre el
Derecho Ambiental. Parece conveniente hacerlo de esta manera porque ayuda a
comprender la gran dispersión – si no anarquía -, que subsiste en torno a esta
disciplina jurídica y a capturar con una mayor variedad de instrumentos conceptuales
los temas que se estudiarán en los tres partes que conforman el núcleo de este curso:
la relación del hombre con el ambiente y su regulación jurídica en Chile y su
regulación en el ámbito internacional.

II.- Algunas definiciones del Derecho Ambiental.-

Antonio Herman Benjamin (O Estado Teatral e a Implementacao do Direito Ambiental)


afirma que el objetivo esencial del derecho ambiental es interrumpir y, de ser posible,
revertir, una práctica usual de destrucción de la naturaleza.

Ramón Martín Mateo (Tratado de Derecho Ambiental), considera que la particularidad


del derecho ambiental vendría dada por la respuesta que puede ofrecer frente a
conductas negativamente perturbadoras del equilibrio ecológico.

En Chile, Eduardo Astorga Jorquera (Derecho Ambiental Chileno) estima que el


derecho ambiental es un Derecho Administrativo Especial, cuyo objeto de regulación
es el resguardo de las funciones ambientales de los componentes del ambiente,
respecto de acciones humanas que los pueden degradar significativamente.

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En Argentina, Mario F. Valls (Derecho Ambiental) estima que el derecho ambiental
norma la creación, modificación, transformación y extinción de las relaciones jurídicas
que condicionan el disfrute, la preservación y el mejoramiento del ambiente.

Según Ramón Ojeda Mestre (El nuevo Derecho Ambiental) El objeto del derecho
ambiental es tutelar adecuadamente el valor jurídico de la seguridad ambiental.

También en Chile, para el profesor Rafael Valenzuela Fuenzalida (Derecho Ambiental)


esta rama del derecho es el Conjunto de principios, normas y decisiones jurídicas
desarrolladas en torno al objetivo final de colocar la normatividad y la coactividad del
derecho al servicio de la protección de los sistemas ambientales, considerados en
cuanto tales, esto es, en cuanto unidades de funcionamiento constituidas por factores
dinámicamente interrelacionados.

El tratadista mejicano Raúl Brañes Ballesteros (Manual de Derecho Ambiental


mexicano) señala que El derecho ambiental tiene un objeto específico. La
especificidad de este objeto está dada, en muchos casos, no por la pertenencia a lo
que se ha identificado como legislación ambiental, de manera exclusiva y excluyente,
de las normas jurídicas respectivas, sino por la especificidad del enfoque propio del
derecho ambiental.

Andrés Betancor Rodríguez (Instituciones de Derecho Ambiental) dice que el derecho


ambiental tiene por objeto la regulación de nuestra relación con la naturaleza.

Helita Barreira Custódio (Direito Ambiental e Questoes Jurídicas Relevantes) estima


que el derecho ambiental tiene por objeto la defensa y preservación del patrimonio
ambiental (natural y cultural) y por finalidad la incolumidad de la vida en general, tanto
presente como futura.

Según Jesús Jordano Fraga (La protección del derecho a vivir en un medio ambiente
adecuado) el derecho ambiental encuentra su razón de ser en constituir la articulación
jurídico-positiva del derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado al desarrollo
de la persona.

Para el tratadista francés Michel Prieur (Droit de l’environnement) la función del


derecho ambiental es hacer efectiva la protección de la naturaleza y de los recursos,

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la lucha contra las poluciones y las molestias derivadas de las relaciones de vecindad
y el mejoramiento de la calidad de vida y de la salud pública.

Por último, last but not least, el profesor y actual Contralor General de la República
Jorge Bermúdez (Fundamentos de Derecho Ambiental) define esta disciplina jurídica
como un conjunto de disposiciones que tienen por objeto la protección de los
elementos del patrimonio ambiental, con el fin de asegurar las condiciones que
permitan la subsistencia humana y la mejora de la calidad de vida de las personas, así
como la de las generaciones futuras.

III.- Esquema del curso.-

Como ya hemos advertido, el marco dentro del cual se puede abordar el estudio del
Derecho Ambiental es amplísimo e implica siempre un proceso selectivo previo. De
ahí que adquiera importancia, antes de iniciar esta tarea, acotar los diferentes ámbitos
de acción del Derecho Ambiental, sistematizar sus características y los principios que
lo rigen, pero no sin antes hacer una referencia a dos temas que, no siendo
propiamente jurídicos, constituyen un marco histórico, científico y doctrinario que
permite explicar la forma como los distintos sistemas jurídicos han ido adoptando
determinados paradigmas para acotar los problemas ambientales y darles soluciones
normativas.

Los efectos de los problemas ambientales han llegado a ser actualmente un gravamen
común que pesa sobre toda la humanidad, pues no reconocen fronteras y se repiten
en uno u otro lado debido en gran parte a la disminución del tamaño relativo del
mundo, como consecuencia de los avances que las mismas sociedades han
implementado a las comunicaciones.

Carece de sentido, por consiguiente, restringir el estudio de los problemas jurídicos


ambientales al solo derecho positivo - y, dentro de éste, a la legislación de un Estado
específico -, ya que tales problemas no pueden desvincularse del contexto fáctico
dentro del cual se han generado, como asimismo de las consideraciones científicas,
ideológicas y éticas que han dado lugar a una serie de principios que se han ido
consolidando en el mundo, donde ha comenzado a imperar una visión y una voluntad
de conjunto que poco a poco se ha ido incorporando a las legislaciones nacionales y

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que, sin perder de vista sus características propias, buscan elaborar mecanismos
comunes de protección del ambiente y de gestión ambiental.

El punto de partida de este curso será entonces la exposición y análisis de diversos


paradigmas que, sea desde una perspectiva científica, ideológica, utópica o
romántica, han incidido en las visiones que históricamente se han planteado acerca de
la relación del hombre y la sociedad con su entorno.

En segundo término, haremos un análisis de la funcionalidad del ambiente,


considerando que es éste un conjunto de bienes o recursos puestos a disposición del
hombre con la finalidad de que pueda legítimamente apropiarse de ellos y utilizarlos
para su provecho, siendo a la vez un espacio destinado a servir como depósito de
residuos y el ámbito natural donde las sociedades humanas pueden alcanzar su
desarrollo.

A continuación, expondremos los principios y principales instrumentos del Derecho


Ambiental Internacional (DIA), con la finalidad de determinar la forma como éste ha
influido y se ha incorporado a la normativa interna. Dentro de esta parte haremos un
estudio de los grandes desafíos ambientales que nos presenta el mundo
contemporáneo y de aquellos problemas que con mayor fuerza han impactado
negativamente el desarrollo de los pueblos. Finalizará esta parte con una referencia a
las nuevas formas que ha ido adquiriendo el DIA, mediante el desplazamiento de los
grandes acuerdos entre estados hacia el llamado soft law (derecho blando) que no es
más que el derecho que emana de los acuerdos voluntarios a que se someten los
grandes consorcios internacionales en virtud de los principios que emanan de la
responsabilidad social empresarial

Finalmente, estudiaremos los principios y preceptos del Derecho Ambiental Nacional,


analizando sus objetivos, sus fuentes doctrinarias y normativas, su estructura interna y
su relación con otras disciplinas afines o complementarias.

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IV

ALGUNAS VISIONES DEL AMBIENTE Y SU RELACIÓN CON EL HOMBRE

I.- Introducción.-

El ambiente o entorno, puede ser mirado desde diferentes perspectivas, desde un


mero proveedor de recursos o depósito de residuos hasta un espacio que debe
mantenerse impoluto para que en él pueda manifestarse en todo su esplendor la
magnificencia de la naturaleza. En el primer caso nos encontramos con una visión
utilitarista que privilegia las necesidades del hombre a fin de que éste pueda intervenir
el medio y obtener para sí el mejor provecho de los bienes y servicios ambientales; en
el segundo, una visión romántica que atribuye al ambiente las características de un
ente superior ante el cual el hombre debe inclinarse con reverencia.

Estas visiones representan dos extremos de un continuo donde histórica, ideológica y


analíticamente el hombre ha reflexionado sobre el entorno en busca de respuestas
que le permitan comprender mejor el lugar que ocupa en el mundo en relación con los
demás seres con los cuales convive. Una división esquemática de lo que el hombre ha
pensado y piensa sobre el ambiente insinúa la existencia de tres grandes
concepciones: una amplia, una intermedia y otra más bien restringida.

Una concepción amplia, por ejemplo, es la que plantea el tratadista francés Michel
Prieur, para quien el ambiente es el conjunto de los factores que influyen sobre el
medio en el cual el hombre vive, o la de María Sánchez Migallón quien define el
ambiente como un conjunto de elementos interrelacionados entre sí que hacen posible
la vida en general y la humana en particular, con perspectivas de futuro. En ambos
casos, como puede verse, pese a tratarse de conceptos tan amplios quedan
básicamente acotados al ambiente natural.

Una definición amplísima y mucho acorde con los más modernos conceptos del
entorno, es la que consigna el artículo 2º letra ll) de la Ley sobre Bases Generales del
Medio Ambiente, que no sólo incluye los elementos naturales sino que incorporan
otros de naturaleza artificial y cultural. Señala dicha disposición que el ambiente es El
sistema global constituido por elementos naturales y artificiales de naturaleza física,
química o biológica, socioculturales y sus interacciones, en permanente modificación

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por la acción humana o natural y que rige y condiciona la existencia y desarrollo de la
vida en sus múltiples manifestaciones.

Las concepciones restringidas tienden a acotar el ambiente a sus componentes


biológicos esenciales, tierra, agua y aire. Así, por ejemplo, Pietro Nuvolone señala que
el entorno está constituido por un conjunto de bienes que se resumen en los
elementos fundamentales del ambiente biológico en el que nacen y se conservan los
seres vivos (hombre, animales, plantas), ambiente que está esencialmente
representado por la atmósfera y por el agua, que son las condiciones imprescindibles
de la vida sobre el planeta Tierra. Ramón Martín Mateo, por su parte, define el
ambiente como los elementos naturales de titularidad común y de características
dinámicas: el agua y el aire, a cuya tutela se refiere toda la problemática de la
protección ambiental.

Lo que caracteriza a estas concepciones restringidas es su referencia a la


contaminación que puede afectar a esos componentes biológicos esenciales, siendo
ésta la que marca e identifica al ambiente. Algunos autores han planteado incluso que
en términos jurídicos no es dable hablar de derecho del ambiente sino de derecho de
la contaminación, recalcando de esta manera que el entorno carece de una identidad
propia que lo caracterice sino que surge como tal en la medida en que existe
contaminación que afecte a uno o más de sus componentes básicos.

Las concepciones intermedias tienden a introducir como unidad de analítica del


ambiente la figura de los sistemas ecológicos, que es propia de las ciencias de la
ecología. Enrique Bacigalupo, por ejemplo, estructura la concepción del ambiente
como el mantenimiento de las propiedades del suelo, el aire y el agua, así como de la
fauna y de la flora y las condiciones ambientales de desarrollo de estas especies, de
tal forma que el sistema ecológico se mantenga con sus sistemas subordinados y no
sufra alteraciones perjudiciales. Otro autor, José de la Cuesta Arzamendi, plantea que
el ambiente comprende a la naturaleza, añadiendo los elementos aire, agua, suelo (y
fuego), la fauna y la flora, e incluso, el contenido de la relación misma hombre- medio.

Sean cuales fueren los elementos que caracterizan a cada una de estas
concepciones, lo que ha de destacarse es que ninguna de ellas puede prescindir de la
persona humana como la figura más esencial que se halla inmersa en el ambiente y

17
que a la vez condiciona y es condicionada por éste. Por tal motivo, en esta primera
parte del curso haremos una revista de algunas de las más importantes ideas que han
tenido como objeto de reflexión el sistema de relaciones entre el hombre y su entorno.

II.- Yo soy yo y mi circunstancia.-

En sus Meditaciones del Quijote (1914) afirma José Ortega y Gassett (1883-1955) Yo
soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo.

El hombre, según Ortega, es un ser incomparable, concreto, único: la vida es lo


individual, pero está inserta en el mundo. El mundo es todo lo que rodea al hombre,
pero no sólo lo inmediato, sino también lo remoto; no sólo lo físico sino también lo
cultural, lo histórico, lo espiritual. El mundo no es propiamente una cosa o una suma
de ellas, sino un escenario donde al hombre le pasan cosas, donde interactúa. Vivir es
tratar con el mundo, dirigirse a él, actuar en él, ocuparse de él. La realidad
circundante forma la otra mitad de mi persona.

Ortega entiende por circunstancia literalmente lo que está a mi alrededor, lo que me


rodea. En este sentido, puede decirse que somos un organismo cuyo modo de vida es
su medio, con el cual forma una unidad. Por lo tanto, si el medio cambia el organismo
también lo hace, y viceversa. Obviamente, aun siendo parte de la circunstancia y
estando mutuamente implicado con ella, el hombre es un organismo que se distingue
de los demás por ser pensante y poder preguntarse por su propio ser y su
circunstancia.

Para Ortega, la circunstancia donde se encuentra el hombre incluye el mundo físico y


todo el entorno que aparece en la vida (cultura, historia, sociedad), incluyendo tanto
las cosas como las personas, la sociedad, el mundo de la cultura: es el mundo en el
que el sujeto está instalado. Mi yo se va formando en su encuentro con el mundo y a
partir de sus reclamaciones. Mundo es lo que hallo frente a mí y en mi derredor, lo que
para mí existe y actúa.

Sin embargo, para Ortega el mundo no es la naturaleza, ni el cosmos en el que creían


los antiguos, una realidad subsistente, independiente y por sí. El mundo es lo que yo
advierto, y tal y como yo lo advierto. En mi vida interviene lo que en ella se hace
presente, el mundo es lo vivido como tal. El mundo consiste en todo aquello de que

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me ocupo. Su verdadero ser se reduce a lo que representa como tema de mi
ocupación. No es por sí, subsistente, aparte de mi vivirlo, de mi actuar con él. Su ser
es funcional: su función en mi vida es un ser para, para que yo haga esto o lo otro con
él.

La filosofía de Ortega y Gassett ha sido llamada por algunos autores perspectivismo,


donde la realidad objetiva del mundo queda subordinada a aquella parte de la que me
ocupo, es decir, a la que advierto y tal como la advierto. Por consiguiente, el
conocimiento del mundo es también selectivo y en el proceso de selección, como ya
dijimos, influyen diferentes factores tales como motivaciones, emociones,
percepciones, sensaciones, tendencias, aprendizaje previo, uso del lenguaje,
asociaciones, conceptualizaciones, comunicación, razonamientos y socialización,
entre otros.

El proceso cognitivo es, en último término, paradigmático y ello explica que respecto
de un tema tan aparentemente preciso como es la relación del hombre con el
ambiente – circunstancia, en lenguaje de Ortega -, existan tantas visiones diferentes e
incluso opuestas, y hasta contradictorias.

A continuación revisaremos algunas visiones acerca de la relación del hombre con el


mundo-ambiente que reflejan los paradigmas bajo las cuales se han construido y que,
por lo general, forman parte de estructuras de pensamiento mayores, sea de
naturaleza religiosa, ideológica, política o económica.

III.- Una metáfora bíblica: el hombre amo y señor del paraíso.-

La visión judeo-cristiana forma parte de la tradición religiosa representada por el relato


del Génesis, donde se hace uso de imágenes de un mundo que puede observarse y
vivirse, pero no explicarse. Las imágenes utilizadas en es te relato constituyen un
esfuerzo pedagógico tan simplista como realista para intentar una explicación de
cómo Dios formó el mundo a partir de la nada, incrementando dramáticamente la
complejidad del proceso hasta llegar a la formación del ser humano, a quien entrega
todos los demás bienes creados para que, tanto él como sus descendientes, puedan
servirse de ellos.

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La lectura de esta metáfora primitiva puede en el día de hoy hacer sonreír a muchas
personas, debido a su ingenuidad. Sin embargo, durante toda la historia del mundo
conocido y hasta hace algunas décadas el relato del Génesis se admitió en el mundo
cristiano en forma literal y se estructuró como el paradigma que definió la relación del
hombre con el ambiente, considerando al primero como el amo y señor del mundo
creado.

La misión del hombre, bajo los términos de este paradigma, es doble: por una parte,
crecer y multiplicarse como especie dominante; y por la otra parte, llenar la tierra y
someterla, imponiéndose por sobre todos los demás seres vivientes e inertes, sean
éstos, aves, peces y fieras terrestres, plantas y árboles, aguas y tierra, piedras y
montañas, a fin de servirse de ellos.

Tierra, agua y aire - los tres componentes básicos del ambiente -, pasan por voluntad
del creador a ser de dominio del hombre sin que le sea impuesta a éste restricción
explícita alguna para su uso ni obligaciones para su cuidado y protección. El hombre
es, de acuerdo a esta visión, el amo y señor del paraíso denominado mundo, que le
está subordinado.4

4 La metáfora bíblica se encuentra en el capítulo I del Libro del Génesis, que encabeza la Biblia cristiana, y
dice así: Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el
abismo, y el soplo de Dios se cernía sobre las aguas. Entonces Dios dijo: «Que exista la luz». Y la luz existió.
Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así
hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día.
Dios dijo: «Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una separación entre ellas».
Y así sucedió. Dios hizo el firmamento, y este separó las aguas que están debajo de él, de las que están
encima de él; y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el segundo día.
Dios dijo: «Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca el suelo firme».
Y así sucedió. Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios vio que esto era bueno.
Entonces dijo: «Que la tierra produzca vegetales, hierbas que den semilla y árboles frutales, que den sobre la
tierra frutos de su misma especie con su semilla adentro». Y así sucedió. La tierra hizo brotar vegetales,
hierba que da semilla según su especie y árboles que dan fruto de su misma especie con su semilla adentro.
Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el tercer día.
Dios dijo: «Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche; que ellos señalen las
fiestas, los días y los años, y que estén como lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra». Y
así sucedió. Dios hizo que dos grandes astros –el astro mayor para presidir el día y el menor para presidir la
noche– y también hizo las estrellas. Y los puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, para presidir
el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y
una mañana: este fue el cuarto día.
Dios dijo: «Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra,
por el firmamento del cielo». Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes
que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era

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IV.- Una película de culto: la carta del jefe Sí’hal.-

Si'ahl, a quien los blancos que colonizaron los Estados Unidos llamaron "Seattle", fue
un indio duwamish nacido alrededor de 1780 y muerto el 7 de junio de 1866, jefe de
su tribu y de los squamish. El jefe de los duwamish era conocido no sólo por ser
desusadamente alto (se habla de 1,80 metros y de que los colonos lo apodaban "El
Grande"), sino por ser un excelente orador.

La historia o novela cuenta que el presidente de los Estados Unidos Franklin Pierce,
envió en 1854 una oferta al jefe Seattle para comprarle los territorios del noroeste de
los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Washington. A cambio, prometió
crear una reservación para el pueblo indígena. Tal oferta la habría formalizado el
gobernador Isaac Ingalls Stevens, quien convocó a una reunión para debatir la
proposición de Pierce. Después de que Stevens explicara su misión, habló Si’ahl. Se
dice que puso la mano sobre la cabeza del mucho más pequeño gobernador y habló
con gran dignidad durante largo rato

La verdad es que nadie sabe exactamente qué dijo Si'hal porque habló en el idioma
lushootseed que alguien tradujo a la jerga chinook - una lengua franca del oeste de
Estados Unidos formada por diversas lenguas amerindias, inglés y francés -, y alguien
más tradujo del chinook al inglés para que Stevens se enterara de lo que había dicho
el jefe de los duwamish.

El 29 de octubre de 1887 Henry A. Smith - médico, poeta, legislador y colono, quien


aseguraba haber estado presente durante el discurso de Si'hal -, publicó en el Seattle
bueno. Entonces los bendijo, diciendo: «Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que
las aves se multipliquen sobre la tierra». Así hubo una tarde y una mañana: este fue el quinto día.
Dios dijo: «Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda
especie». Y así sucedió. Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado
y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era bueno.
Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los
peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por
el suelo». Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo,
diciéndoles: "Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las
aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra”. Y continuó diciendo: "Yo les doy todas
las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les
servirán de alimento. Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se
arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde". Y así sucedió. Dios miró todo lo que había
hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el sexto día.

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Sunday Star una pieza titulada Scraps from a diary (Retazos de un diario) diciendo
que se basaba en las notas que él mismo tomó del discurso del jefe indio. En esta
versión, el jefe Si'hal agradece al gobernador su generosidad pero exige que
cualquier tratado debe garantizar el acceso de los indios a sus antiguos cementerios.
No existe otra versión del discurso de Si'hal.

El 22 de abril de 1970, un joven profesor de cine de la Universidad de Texas en Austin


llamado Ted Perry asistió a la primera celebración del Día de la tierra. Eran los albores
del ecologismo y la conciencia planetaria y durante el transcurso del acto el
académico William Arrowsmith leyó ante el público una nueva versión del discurso
escrito por Smith, actualizada por él mismo para adaptarla al estilo combativo y las
preocupaciones de la década de los 60. La pieza impactó a los presentes.

Poco después, el mismo Perry, en su calidad de guionista de la Comisión de Radio y


Televisión Bautista del Sur, recibió el encargo de escribir una película sobre la
contaminación y la ecología, llamada Home (Hogar). Le pidió autorización a
Arrowsmith para usar su pieza como base del guión y procedió a escribir lo que hoy
conocemos como La carta del jefe Seattle.

En 1992, la ya sólida organización Earth Day, USA envió por correo el texto de la carta
a 6500 líderes mundiales atribuyéndola al jefe indio. Hasta el autoproclamado dandy
de la ecología, Al Gore, alcanzó a reproducir el texto de la carta en su libro Earth in the
balance, antes de que el historiador alemán Rudolph Kaiser, especializado en los
indígenas norteamericanos, identificara a Perry como el verdadero autor de la carta.

Los argumentos de Kaiser echaron por tierra la pretensión de diversos sectores del
ecologismo duro de difundir como auténtica una supuesta conciencia planetaria de
Si’hal, pero debe reconocerse que toda esta fantasía, ya consolidada al interior de las
organizaciones más fundamentalistas, continúa hasta el día de hoy siendo
considerada como un hecho histórico de trascendencia ideológica.

He aquí dos versiones encontradas de la relación del hombre con el ambiente. Si por
un lado el mandato del Génesis representa una suerte de autorización divina para que
el hombre haga uso de lo existente como su amo y señor, en el discurso de Si’hal es

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el hombre quien queda subordinado al ambiente. En el primer caso la tierra pertenece
al hombre. En el segundo, el hombre pertenece a la tierra. 5

V.- La Pachamama o el planeta como ser vivo: Los derechos de la Madre Tierra.-

Entre el 19 y el 22 de abril de 2010 se celebró en Cochabamba, Bolivia, la


Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático. Durante el desarrollo
de este evento el Presidente de Bolivia, Evo Morales, promovió y obtuvo la aprobación
de la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra, documento que fue
ratificado por Bolivia y pasó a ser ley de la república.

5 El discurso de Si’hal habría sido del siguiente tenor:


¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea
extraña. Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que
usted se proponga comprarlos?
Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas;
el ciervo, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos. Los picos rocosos, los surcos húmedos
de las campiñas, el calor del cuerpo del potro y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.
¿Qué resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o el croar nocturno de
las ranas alrededor de un lago? El indio prefiere el suave murmullo del viento encrespando la
superficie del lago, y el propio viento, limpio por una lluvia diurna o perfumado por los pinos.
Vi un millar de búfalos pudriéndose en la planicie, abandonados por el hombre blanco que los abatió
desde un tren al pasar. Yo soy un hombre salvaje y no comprendo cómo es que el caballo humeante
de hierro puede ser más importante que el búfalo, que nosotros sacrificamos solamente para
sobrevivir.
Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra.
Esto es lo que sabemos: todas la cosas están relacionadas como la sangre que une una familia. Hay
una unión en todo.
Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida;
él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo.
Cuando nos despojen de esta tierra, ustedes brillarán intensamente iluminados por la fuerza del
Dios que los trajo a estas tierras y por alguna razón especial les dio el dominio sobre la tierra y sobre
el hombre piel roja.
Este destino es un misterio para nosotros, pues no comprendemos el que los búfalos sean
exterminados, los caballos bravíos sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso
sean impregnados del olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruida por hilos de
hablar.
¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció.
¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció.
La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.

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Esta declaración privilegia los derechos de la llamada Madre Tierra, a la que considera
un ser vivo, y los equipara a los derechos de las personas. 6

El artículo 2° enumera un catálogo donde se consignan los siguientes derechos de la


Madre Tierra y de todos los seres que la componen:
1. Derecho a la vida y a la existencia.
2. Derecho a ser respetada.
3. Derecho a la continuación de sus ciclos y procesos vitales libre de alteraciones
humanas.
4. Derecho a mantener su identidad e integridad como entidades diferenciadas, auto-
reguladas e interrelacionadas.
5. Derecho al agua como fuente de vida.
6. Derecho al aire limpio.
7. Derecho a la salud integral.
8. Derecho a estar libre de contaminación y polución, de desechos tóxicos y
radioactivos.
9. Derecho a no ser alterada genéticamente y modificada en su estructura amenazando
su integridad o funcionamiento vital y saludable.
10. Derecho a una restauración plena y pronta por las violaciones a los derechos
reconocidos en esta Declaración causados por las actividades humanas.

El artículo 3°, por su parte, dispone que los seres humanos, los Estados partes, y
todas las instituciones públicas y privadas deben:
1. Actuar acorde los derechos y obligaciones reconocidos en esta Declaración.
2. Reconocer y promover la aplicación y implementación plena de los derechos y
obligaciones establecidos en esta Declaración.
3. Promover y participar en el aprendizaje, análisis, interpretación y comunicación sobre
cómo vivir en armonía con la Madre Tierra de acuerdo con esta Declaración.
6 El artículo 1º de la Declaración contiene los siguientes principios en que se funda este documento:
1.La Madre Tierra es un ser vivo, es una comunidad única e indivisible, auto-regulada, de seres
interrelacionados que sostiene, contiene, y reproduce todos los seres.
2. Los derechos inherentes de la Madre Tierra son inalienables en tanto derivan de la misma fuente de
existencia… La Madre Tierra y todos seres tienen los derechos fundamentales reconocidos en esta
Declaración sin distinción de ningún tipo, ni discriminación alguna, como puede ser entre seres orgánicos e
inorgánicos, especies, origen, uso para los seres humanos, o cualquier otra condición.
3. Como los seres humanos tienen derechos humanos, todos los demás seres de la Madre Tierra
también tienen derechos que son específicos a su condición y apropiados para su rol y función dentro de las
comunidades en los cuales existen.
4. Los derechos de cada ser están limitados por los derechos de otros seres, y cualquier conflicto entre
sus derechos debe resolverse de manera que mantenga la integridad, equilibrio y salud de la Madre Tierra.

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4. Asegurar de que la búsqueda del bienestar humano contribuya al bienestar de la
Madre Tierra, ahora y en el futuro. Establecer y aplicar efectivamente normas y leyes para la
defensa, protección y conservación de los Derechos la Madre Tierra.
5. Respetar, proteger, conservar y, cuando sea necesario, restaurar la integridad de los
ciclos, procesos y equilibrios vitales la Madre Tierra.
6. Garantizar que los daños causados por violaciones humanas de los derechos
inherentes reconocidos en la presente Declaración se rectifiquen y que los responsables
rindan cuentas para restaurar la integridad y salud plena de la Madre Tierra.
7. Empoderar a los seres humanos e instituciones para que defiendan los derechos de
la Madre Tierra.
8. Establecer medidas de precaución y restricción para prevenir que las actividades
humanas conduzcan a la extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o alteración
de los ciclos ecológicos.
9. Garantizar la paz y eliminar las armas nucleares, químicas y biológicas.
10. Promover y apoyar prácticas de respeto a la Madre Tierra y todos los seres, acorde a
sus propias culturas, tradiciones y costumbres.
11. Promover sistemas económicos en armonía con la Madre Tierra y acorde a los
derechos reconocidos en esta Declaración.

Resulta fácil identificar el contenido ideológico de la Declaración de los Derechos de la


Madre Tierra con los postulados de la supuesta carta del jefe Si’hal, por cuanto ambos
documentos privilegian los derechos del ambiente por sobre los que asisten a los
seres humanos que viven en él, ya que todos los seres que viven en la Madre Tierra
tienen igual valor. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros, dice el jefe
indio, todas las cosas están relacionadas como la sangre que une una familia. Hay
una unión en todo. La Madre Tierra es un ser vivo, es una comunidad única e
indivisible de seres interrelacionados que sostiene, contiene, y reproduce todos los
seres, plantea la Declaración.

La tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra, postula


Si’hal. En el plano jurídico, afirma la Declaración que es un deber el de respetar,
proteger, conservar y, cuando sea necesario, restaurar la integridad de los ciclos,
procesos y equilibrios vitales la Madre Tierra, de modo que cualquier conflicto entre
los derechos de sus diversos componentes debe resolverse de manera que
mantenga la integridad, equilibrio y salud de la Madre Tierra.

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De ahí que sean deberes de los Estados y los hombres respetar, proteger, conservar y
restaurar la integridad de los ciclos, procesos y equilibrios vitales la Madre Tierra,
garantizando que los daños causados por violaciones humanas de los derechos
inherentes reconocidos en la Declaración se rectifiquen y que los responsables rindan
cuentas para restaurar la integridad y salud plena de la Madre Tierra, puesto que Lo
que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra, pues el hombre no tejió el
tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos y todo lo que hiciere al tejido, lo
hará a sí mismo.

Si’hal en el norte y la Pachamama de los pueblos originarios del altiplano en el


extremo sur, un solo clamor que recorre los valles y montañas cordilleranas para
recordar a los hijos de la Madre Tierra que de ella dependemos y a ella debemos
respeto y protección. Dos paradigmas contemporáneos que contrastan con el
paradigma primitivo del Génesis pero que comparten en su ingenuidad la misma
interrogante que mueve al hombre puesto en un medio que no logra entender
racionalmente, haciéndole necesario acudir a explicaciones que vienen de lo alto.

Pero también han existido concepciones de carácter científico que ven en la tierra a
un ser vivo donde sus procesos de supervivencia responden a diversas
combinaciones físicas o químicas que nada tienen que ver con la voluntad los dioses
ni con el cuidado que toda persona debe a su madre. La más importante de ellas es la
llamada Hipótesis Gaia, formulada en 1969 por el bioquímico inglés James Lovelock y
que reseñaremos a continuación.

VI.- Un sistema homeostático: la Hipótesis Gaia.-

En 1969 el bioquímico inglés James Lovelock, junto con la microbióloga Lyn Margulis,
presentaron su Hipótesis Gaia en unas jornadas celebradas en Princeton. No tuvo
éxito alguno y fue ampliamente rechazada por la comunidad científica, pero produjo
en ella una gran perplejidad porque a pesar de ser sus conclusiones heterodoxas ellas
se fundaban en observaciones y argumentos propios del método científico. Diez años
más tarde Lovelock publicó su hipótesis en un libro titulado Una Nueva Visión de la
Vida sobre la Tierra.

La idea planteada por Lovelock consiste en que toda la vida de la tierra en su conjunto
interacciona y tiene la capacidad de mantener un entorno de manera que sea posible

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la continuidad de su propia existencia. El término técnico con que se designa este tipo
de comportamiento es homeostasis. Gaia, el conjunto de toda la vida en la tierra es
por consiguiente un sistema homeostático. Lo más relevante de la homeostasis es
que se trata de un proceso donde cualquier sistema no solamente se conserva a sí
mismo y se adapta a los cambios, sino que incluso es capaz de hacer sus propios
cambios alterando el ambiente cada vez que sea necesario para su bienestar.

La homeostasis (término que viene de las palabras griegas homos (ὅμος), que
significa ‘similar’, y stasis (στάσις), que significa ‘estabilidad’) es una propiedad de los
organismos vivos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna
estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de
materia y energía con el exterior (metabolismo). La homeostasis es una forma de
equilibrio dinámico que se hace posible gracias a una red de sistemas de control, que
tienen capacidad se retroalimentarse y que constituyen los mecanismos de
autorregulación de los seres vivos. Por lo tanto, toda la vida de la tierra interacciona y
es capaz de auto conservarse mediante el dinamismo de este sistema homeostático.

Según Lovelock, la biosfera del planeta tierra puede considerarse como un único y
gran organismo a escala planetaria, en que todas y cada una de sus partes son
independientes pero se encuentran íntimamente relacionadas. Lovelock llegó a esta
conclusión mientras procuraba determinar qué signos de vida debían buscar en los
planetas Marte y Venus las sondas espaciales que se estaban diseñando para su
exploración. Imaginó Lovelock que, al revés que él, un supuesto astrónomo marciano
podría ver desde su lugar de observación que la composición del aire de la Tierra era
prueba de la existencia de vida en el planeta y que ésta se debía a que la atmósfera
terrestre contiene gran cantidad de oxígeno. Ahora bien, si existe el oxígeno en tal
cantidad, ello se debe a que se está reponiendo permanentemente, ya que de otra
forma habría desaparecido, al igual que en Marte y Venus. Para Lovelock, lo que
mantiene el oxígeno es la vida misma, la cual también se nutre del oxígeno que es
capaz de reponer. Por lo tanto, toda la vida de la tierra interacciona y es capaz de
mantener un ambiente apto para la continuidad de su propia existencia mediante este
sistema homeostático o auto conservativo.

La Hipótesis Gaia contradecía la mayor parte de los postulados científicos


precedentes y ponía en tela de juicio los modelos teóricos sostenidos como válidos,

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en especial la Teoría de la Evolución de Darwin. En efecto, mientras Darwin había
sostenido que los organismos debían evolucionar para adaptarse a los cambios del
medio ambiente, Lovelock sugería que la vida de los organismos se auto conserva
mediante la homeostasis.

La Hipótesis Gaia provocó numerosas reacciones adversas e, incluso, airadas en las


comunidades científicas. Sin embargo, al poco tiempo fue olvidada y no quedó de ella
más que una referencia anecdótica. No obstante, durante la primera década del siglo
XXI nuevos estudios desarrollados en la Universidad de Maryland podrían confirmar
que la atmósfera y la parte superficial del planeta se comportan como un todo
coherente y un sistema auto regulador que tiende al equilibrio, surgiendo nuevamente
la pregunta de si la Tierra (Gaia) es realmente un solo inmenso organismo. Según
dichos estudios la clave para develar la incógnita estaría en la presencia del azufre,
elemento químico que se encuentra entre los diez más abundantes del universo.

En 2004 científicos de la Universidad de Hong Kong hicieron público otro


descubrimiento que podría respaldar uno de los aspectos de la Hipótesis Gaia, que
señala que la Tierra vive algún proceso de respiración. Los investigadores
descubrieron que el litoral terrestre respira bajo el efecto de las mareas, originando la
aspiración y expiración del aire y la humedad y afectando a las infraestructuras
costeras. Las investigaciones se encuentran aún en ciernes y no han alcanzado aún el
estado de una teoría científica en forma, permaneciendo como una mera hipótesis
preliminar.

Resumiendo, de acuerdo con la Hipótesis Gaia la biosfera sería un modelo de súper


organismo sabio que puede tolerar abusos y agresiones de una de sus partes, en
particular el hombre, creando mecanismos de compensación y esperando que esa
parte fuera de equilibrio retome sus funciones de una forma más madura y cercana a
la realidad de las leyes por las que se expresa la vida. La visión integral que la
hipótesis sostiene sobre los organismos vivientes, es difícil de comprender desde la
perspectiva de la ciencia clásica, ya que requiere una serie de grandes modificaciones
de muchos conceptos tradicionales. De ahí que sólo en los últimos años se haya
comenzado a discutir abiertamente el significado y sentido de esta nueva visión de la
vida en la Tierra.

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La Hipótesis Gaia, al igual que la visión judeo-cristiana del ambiente, se encuentra en
las antípodas de la visión ecocéntrica sostenida por el ecologismo moderno en sus
variantes del supuesto discurso de Si’hal y los derechos de la Madre Tierra, pero no
puede asimilarse al relato del Génesis que es un recurso pedagógico construido a lo
largo de muchos siglos como una metáfora destinada a trasmitir la idea de que la
creación representa el misterio del poder de la divinidad.

VII.- Una visión rebelde y romántica: Primavera Silenciosa.-

Rachel Carson fue pionera en contribuir a que las discusiones sobre el ambiente se
convirtieran en uno de los asuntos más importantes –si no el más importante-- para
amplias capas de la sociedad mundial a partir de la segunda mitad del siglo XX.

En su obra Primavera Silenciosa, publicada en 1962, cuestionó con firmeza las


prácticas de científicos agrícolas y del gobierno de los Estados Unidos de América, e
hizo un llamado a transformar la manera como la humanidad debía percibir la
naturaleza. Su severa crítica al uso del DDT, al que calificaba de elíxir de la muerte,
fue uno de los detonantes del movimiento ambientalista mundial en los años 60. Por
primera vez en la historia del mundo, decía, todo ser humano está ahora en contacto
con productos químicos peligrosos, desde el momento de su concepción hasta su
muerte. En menos de dos décadas de uso, los plaguicidas sintéticos han sido tan
ampliamente distribuidos a través del mundo animado e inanimado, que se
encuentran virtualmente por todas partes. Y se preguntaba si Nosotros nos sentimos
adecuadamente impresionados por los efectos genéticos de la radiación; ¿por qué,
entonces, podemos quedarnos indiferentes al mismo efecto causado por los productos
químicos que diseminamos ampliamente por nuestro alrededor?

La comunidad científica calificó la obra de Carson como una simplificación excesiva


de redomados errores y calificó a este icono de la lucha por la preservación del
ambiente como palabras emotivas. La belleza del mundo vivo que he estado tratando
de salvar, escribía la autora en carta a una amiga a raíz de la publicación de
Primavera Silenciosa, me ha dominado – eso y la ira hacia las acciones insensibles y
salvajes que se llevan a cabo. Me he sentido urgida por la obligación de hacer lo que
podía – si no lo hubiera al menos intentado, no me hubiera sentido feliz de nuevo.
Pero ahora puedo pensar que he contribuido en algo.

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¿Simplificación? ¿Emotividad? ¿Rebeldía? Carson presenta un alegato apasionado
sobre la necesidad de defender la belleza del mundo vivo ante las acciones
insensibles y salvajes que el hombre lleva a cabo y que lo conducirán al silencio de la
muerte. El mundo de Carson se sustenta en el respeto a una naturaleza que es débil y
frágil, correspondiendo a la sociedad y sus múltiples manifestaciones preservar su
integridad. Se trata del mismo respeto que la Declaración de los Derechos de la
Madre Tierra define como el derecho a la continuación de sus ciclos y procesos vitales
libre de alteraciones humanas, expresado en la adopción de medidas de precaución y
restricción destinadas a prevenir que las actividades humanas conduzcan a la
extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o alteración de los ciclos
ecológicos.

Nada más lejos del pensamiento de Carson que la homeostasis que permite a Gaia
preservar y recuperar por sí misma sus funciones vitales. El planeta es para ella finito
y débil frente la acción del hombre, a quien no le está permitido afectar a la naturaleza
mediante acciones que nieguen su valor intrínseco. En este sentido, Primavera
Silenciosa, aunque con mayores recursos científicos y una reflexión más aguda, se
asemeja a los planteamientos ecocéntricos de la Carta de Si’hal y de la Declaración
de los Derechos de la Madre Tierra, donde el núcleo duro del paradigma es la
supremacía de Gaia sobre sus hijos.7
7 La obra de Rachel Carson se inicia con la siguiente parábola, que da su nombre el libro:
Había una vez una ciudad en el corazón de los Estados Unidos donde toda la vida parecía transcurrir en
armonía con su entorno. La ciudad estaba en medio de un tablero de prósperas granjas, con campos de
grano y colinas de huertas donde en la primavera, blancas nubes vagaban encima de los verdes campos. En
el otoño, robles, arces, y abedules ponían una llamarada de color que ardía y titilaba a lo largo de un fondo de
pinos. Luego los zorros ladraban en las colinas y los ciervos cruzaban los campos, escondidos a medias en la
bruma de la mañana otoñal.
Entonces, una extraña peste se arrastró sobre el área y todo comenzó a cambiar. Alguna maldición se había
abatido sobre la comunidad: enfermedades misteriosas barrieron con bandadas de gallinas; el ganado y las
ovejas enfermaban y morían. En todas partes estaba la sombra de la muerte. Los granjeros hablaban de
muchas enfermedades entre sus familias. En la ciudad, los doctores estaban cada vez más confundidos por
nuevas clases de enfermedades que aparecían en sus pacientes. Hubo varias e inexplicables muertes
súbitas, no sólo entre los adultos sino también en los niños, que eran atacados de súbito mientras jugaban y
morían en pocas horas.
Había una extraña quietud. Los pájaros, por ejemplo, ¿adónde se habían ido? Muchos hablaban de ellos,
confundidos y perturbados. Las estaciones de comida en los patios estaban desiertas. Los pocos pájaros que
se veían estaban moribundos; sólo temblaban violentamente y no podían volar. Era una primavera sin voces.
En las mañanas que una vez palpitaban con el canto mañanero de los petirrojos, tordos chillones, palomas,
grajos, chochines y muchas otros cantos de pájaros, no tenían ahora ningún sonido; sólo el silencio se
extendía sobre los campos, bosques y ciénagas.

30
VIII.- Parábola del pastor racional o la tragedia de los comunes.-

En 1968, el economista Garrett Hardin publicó en la revista Science un artículo titulado


The Tragedy of Commons (La Tragedia de los Comunes), cuyo propósito fue
demostrar que el aumento progresivo de la población pertenece a esa gama de
problemas que denominó problemas sin solución técnica.

Para Hardin el control poblacional se aparta la idea de Adam Smith (La riqueza de las
naciones, 1776), de que un individuo buscando solamente su propio beneficio, logra
dejarse llevar por una mano invisible a promover... el interés público. La refutación de
la mano invisible en el control poblacional se encuentra en un escenario descrito
inicialmente en un panfleto poco conocido de 1833 por un matemático amateur
llamado William Forster Lloyd. Según Hardin, este escenario puede llamarse la
tragedia de los recursos comunes, utilizando la palabra tragedia en el sentido que le
dio el filósofo inglés Alfred North Whitehead: La esencia de la tragedia no es la
tristeza. Reside en la solemnidad despiadada del desarrollo de las cosas.

Pero Hardin no se limitó a exponer el resultado de sus reflexiones sobre el aumento


de la población, sino que lo proyectó en dirección a otro problema tan importante
como es la existencia y uso de los recursos naturales, que describe de la siguiente
manera: imagine usted un pastizal abierto para todos. Es de esperarse que cada
pastor intente mantener en los recursos comunes tantas cabezas de ganado propias
como le sea posible. Este arreglo puede funcionar razonablemente bien por siglos
gracias a que las guerras tribales, la caza furtiva y las enfermedades que mantendrán
los números tanto de hombres como de animales por debajo de la capacidad de carga
de las tierras.

En las granjas, las gallinas empollaban pero no nacían pollitos. Los granjeros se quejaban de que no podían
criar ningún lechón – las lechigadas eran pequeñas y las crías sobrevivían sólo unos pocos días. Los
manzanos estaban floreciendo, pero no había abejas volando entre sus flores, de modo que no habría
polinización y no habría fruta. Los lados de los caminos, alguna vez tan atractivos, estaban ahora llenos de
vegetación marrón y reseca como si el fuego hubiese pasado por allí.
Los caminos también estaban desiertos, sin nada de vida. Aún los arroyos estaban ahora muertos. Los
pescadores ya no los visitaban más porque todos los peces habían muerto. En las canaletas bajo los aleros y
entre las tejas de los techos todavía se veían algunos parches de un polvo blanco y granular, que algunas
semanas atrás había caído como nieve sobre techos y jardines, los campos y los arroyos. Ninguna brujería,
ninguna acción del enemigo había silenciado el renacimiento de nueva vida en este golpeado mundo. La
gente se lo había hecho a ella misma.

31
Finalmente, sin embargo, llega el día de ajustar cuentas, es decir, el día en que se
vuelve realidad la largamente soñada meta de estabilidad social. Pero en este punto la
lógica inherente a los recursos comunes inmisericordemente genera también una
tragedia. Como un ser racional, cada pastor busca maximizar su ganancia. Explícita o
implícitamente, consciente o inconscientemente, se pregunta, ¿cuál es el beneficio
para mí de aumentar un animal más a mi rebaño? Esta utilidad tiene un componente
negativo y otro positivo.

El componente positivo es una función del incremento de un animal. Como el pastor


recibe todos los beneficios si quiere vender ese animal, la utilidad positiva es cercana
a +1. El componente negativo de introducir otro animal es una función del
sobrepastoreo adicional que puede representarse por el guarismo -1. Sin embargo,
puesto que los efectos del sobrepastoreo son compartidos por todos los pastores, la
utilidad negativa de cualquier decisión particular tomada por un pastor es para éste
sólo una fracción de -1.

Al sumar todas las utilidades parciales, el pastor racional concluye que la única
decisión sensata para él es añadir otro animal a su rebaño, y tantos otros cuanto
pueda. Pero esta es la conclusión a la que llegan cada uno y todos los pastores
sensatos que comparten recursos comunes. Y ahí está la tragedia. Cada hombre está
encerrado en un sistema que lo impulsa a incrementar su ganado ilimitadamente, en
un mundo limitado. La ruina es el destino hacia el cual corren todos los hombres, cada
uno buscando su mejor provecho en un mundo que cree en la libertad de los recursos
comunes. La libertad de los recursos comunes resulta la ruina para todos.

De manera inversa, la tragedia de los recursos comunes reaparece en los problemas


de contaminación. Aquí el asunto no es sacar algo de los recursos comunes, sino de
ponerles algo dentro (drenajes o desechos químicos, radioactivos o térmicos en el
agua; gases nocivos o peligrosos en el aire; anuncios y señales perturbadoras y
desagradables en el panorama). Los cálculos de los beneficios son muy semejantes a
los antes mencionados. El hombre racional encuentra que su participación en los
costos de los desperdicios que descarga en los recursos comunes es mucho menor
que el costo de purificar sus desperdicios antes de deshacerse de ellos. Y como este
hecho es cierto para todos, nos vemos atrapados en un sistema que nos lleva a

32
ensuciar nuestro propio nido, y así seguirá mientras actuemos únicamente como libres
empresarios, independientes y racionales.

La tragedia de concebir a los recursos comunes como una canasta de alimentos se


desvirtúa con la propiedad privada, o con algo formalmente parecido. Pero el aire y el
agua que nos rodean no se pueden cercar fácilmente, por lo que la tragedia de los
recursos comunes al ser tratados como un pozo sin fondo debe evitarse de diferentes
maneras, ya sea por medio de leyes coercitivas o mecanismos fiscales que hagan
más barato para el contaminador el tratar sus desechos antes de deshacerse de ellos
sin tratarlos.

Hardin, como podemos observar, no se plantea problemas teológicos, filosóficos,


históricos ni éticos, sino que su pensamiento es eminentemente práctico y se funda en
la comprobación empírica de que los recursos son limitados y las necesidades
ilimitadas, máxima a partir de la cual se estructuran las ciencias económicas. Pero
agrega al fenómeno de la escasez la tendencia natural de los seres humanos a la
avaricia, que es otro de los fundamentos de la economía. Si se concibe al mundo
como un espacio donde todo es común, resulta inevitable que los menos tiendan a
poseer más que la mayoría y los más débiles deben ceder espacios a los más fuertes.

Hardin no se opone a la libre apropiación y circulación de los bienes porque cree en la


libertad de emprendimiento, pero percibe que los bienes que son comunes a todos los
hombres deben estar necesariamente sometidos a regulaciones que ordenen y limiten
su apropiación, uso y aprovechamiento por los particulares. Estos bienes comunes
son precisamente los bienes ambientales, tierra, agua y aire, que con más o menos
matices forman en su conjunto lo que se denomina patrimonio ambiental cuya
preservación y conservación es responsabilidad primordial del Estado.

La visión de Hardin no es propiamente la de un ecologista, como es la que sustentan


Perry y Carson, pero sus conclusiones no difieren mayormente en lo que respecta a la
necesidad de cuidar el ambiente y preservarlo para las futuras generaciones. Distinto
es el caso de la ecología profunda, cuyos postulados son radicales y encierran una
profunda desconfianza o animadversión hacia el hombre, especie dañina a la cual
acusa de irrumpir indebidamente en un entorno que por definición debe permanecer
impoluto.

33
IX.- Pensar como la montaña: la ecología profunda.-

Después de la Segunda Guerra Mundial el impacto ambiental de la sociedad industrial


se hizo cada vez más evidente. La contaminación del aire y las aguas, los efectos
secundarios de los pesticidas y los residuos radiactivos en las cadenas tróficas y la
salud humana, y el agotamiento de los recursos naturales –en particular, madereros,
pesqueros, y de las reservas de petróleo– fueron sus síntomas más manifiestos.

Frente a esta realidad, el filósofo noruego Arne Naess introdujo el concepto de


ecología profunda (deep ecology), oponiéndolo a lo que llamó ecología superficial, que
abordaba el problema desde una perspectiva puramente tecnológica, sin incorporar al
análisis las causas sociales y culturales responsables de la crisis ambiental. En un
ensayo llamado Lo Superficial y lo Profundo, Movimiento Ecológico de Largo Alcance,
publicado en 1973, Naess cuestionó el valor y efectividad de los movimientos
ambientales modernos, considerando que sus estrategias de resolución de problemas
ambientales operaban desde una óptica superficial. La crítica principal de Naess hacia
lo que entendie como ecología superficial y de corto plazo es su enfoque
antropocentrista, es decir, la tendencia de los seres humanos a considerarse a sí
mismos las entidades centrales y más importantes, con un valor moral que asciende
por encima de todo. El universo mismo es visto, medido y organizado exclusivamente
en subordinación a las necesidades humanas.

La separación radical del humano y su entorno que deviene de la visión


antropocentrista nos convierte, según Naess en Homo economicus, meramente
preocupados en maximizar las ganancias monetarias a cualquier costo, como diría el
pastor racional de Hardin. La ecología profunda intenta revertir esta conversión
reduccionista y simplista y hacer honor al título de nuestra especie: Homo sapiens.
Esta sabiduría no depende de una posición privilegiada en la red de la vida, sino de
reconocer que formamos parte activa de los ciclos biogeoquímicos que energizan el
funcionamiento del planeta. Así, la ecología profunda se asienta en una visión
ecocéntrica en la que la totalidad interdependiente de la vida, y no el humano, pasa a
tomar el rol central.

34
La ecología profunda, según Naess, pretende lograr un cambio hondo y radical en la
visión y tratamiento de los problemas ambientales valiéndose para ello de tres tipos
principales de acciones:
1. Liberando al ser humano de su alienación y abultada importancia.
2. Concediendo un valor intrínseco al resto de las especies, prestando atención a
nuestra inevitable conexión con ellas.
3. Fomentando una actitud de reverencia y gratitud en nuestro caminar por la Tierra.

La ecología profunda es, por lo tanto, ecocéntrica y se funda en una visión ecosófica
del mundo. La siguiente cita del ambientalista australiano John Seed (Beyond
Anthropocentrism) ayuda a comprender la posición ecocéntrica y profunda de la
propuesta de Naess: ‘Estoy protegiendo la selva lluviosa’ se transforma en ‘Soy parte
de la selva lluviosa y me protejo a mí mismo. Soy parte de la selva lluviosa que
recientemente alcanzó la autoconsciencia’. ¡Qué alivio, entonces! Se acabaron los
miles de años de una imaginada separación y comenzamos a recordar nuestra
verdadera naturaleza.

Según Luc Ferry , al tomar en cuenta las discusiones teóricas sobre la cuestión de los
derechos de la naturaleza, hay que distinguir tres corrientes: La primera parte de la
idea de que a través de la naturaleza se trata una vez más y siempre de proteger al
hombre, así sea de él mismo cuando juega al aprendiz de brujo. El ambiente no está
dotado en este caso de un valor intrínseco. La segunda figura marca un paso en la
atribución de una cualidad moral a ciertos seres no humanos. Para los defensores de
esta tendencia (v.gr. Movimiento de Liberación Animal), todos los seres susceptibles
de placer y de pena deben ser vistos como sujetos de derecho y tratados como tales.
Y la tercera forma se expresa en la reivindicación del derecho de los árboles y de las
piedras, es decir de la naturaleza como tal, incluyendo sus formas vegetales y
minerales.

Aldo Leopold, al que muchos consideran el padre de la ecología profunda, nos invita a
cambiar los paradigmas que dominan a las sociedades occidentales. Muchas veces
citado en la literatura americana, en su ensayo sobre La Ética de la Tierra, nos invita a
Pensar como una montaña. Estos son los términos, dice, en los que la ecología

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profunda tiene el efecto concreto de renovar nuestro acercamiento ético- jurídico a la
naturaleza, al hacer de ésta un pleno sujeto de derecho.

La plataforma ideológica del movimiento de la ecología profunda, la plantea Naess en


los siguientes términos:
1. Toda vida tiene un valor intrínseco independiente de la utilidad que supone al ser
humano.
2. La riqueza y diversidad natural contribuyen al bienestar de la vida.
3. Los humanos no tienen derecho a reducir esta riqueza y diversidad natural excepto al
satisfacer, de manera responsable, sus necesidades vitales.
4. El impacto que tiene el ser humano industrial en el mundo es excesivo y va en
aumento.
5. Los niveles de población y la forma de vida del ser humano industrial son elementos
claves de este impacto.
6. La diversidad biológica y cultural solo puede florecer si el impacto humano es
reducido.
7. Por lo tanto, estructuras ideológicas, políticas, económicas y tecnológicas básicas
deben cambiar.
8. Aquellos que acepten los puntos anteriores tienen la obligación de participar en la
implementación de los cambios necesarios de una manera pacífica y democrática.

La ecología profunda representa el desencanto con el modelo de desarrollo centrado


en la búsqueda de la maximización económica de los recursos, la falta de solidaridad
entre las naciones, entre los seres humanos entre sí y entre los humanos y otros
seres vivos, y procura cambios culturales y políticos que conduzcan hacia una ética
social y ecológicamente virtuosa. No se trata solo del estudio de la naturaleza
(ecología), sino que de una sabiduría política y práctica que Naess denomina
ecosofía.

La ecología profunda es, por lo tanto, no es solo descriptiva, sino que también
prescriptiva. No niega los postulados de la ecología superficial, pero sí los incluye
dentro de un marco más amplio y valóricamente distinto. Para la ecología profunda, el
ser humano es un componente más de los ecosistemas junto a otras especies
biológicas. La ecología profunda propone una igualdad biosférica basada en un marco
ecológico de las relaciones entre el hombre y las demás especies, aunque sin afirmar

36
que los intereses del ser humano estén por debajo de los intereses de los demás
seres vivos, sino solamente al mismo nivel.

Tal como la loba en la montaña de Aldo Leopold, el ser humano desempeña un papel
ecológico fundamental en sus interacciones con otras especies y comunidades de
especies biológicas con que las que cohabita. No obstante todo lo anterior, el gran
problema de la ecología profunda y de la ecosofía radica precisamente en equiparar al
hombre con el resto de los componentes de la naturaleza, sean ellos organismos o
seres inanimados. Por lo tanto, dentro de esta ideología el ser humano deviene en un
objeto intercambiable con los animales, los árboles y las rocas, desvalorizándose y
perdiendo su dignidad intrínseca.8

8 En su obra A Sand County Almanac, relata Leopold la siguiente experiencia:


Un aullido profundo resuena desde el fondo del pecho, como eco de peñasco en peñasco bajando desde la
montaña para desvanecerse en la profunda oscuridad de la noche. Es el arrebato de una pena desenfrenada,
salvaje y desafiante, llena de coraje ante todas las adversidades del mundo.
Mi propia convicción acerca de este hecho proviene del día cuando vi morir a una loba. Almorzábamos arriba
de un alto peñasco, bajo el cual se abría paso un río turbulento, cuando vimos algo que pensamos era una
cierva vadeando el torrente, con su pecho en las aguas blancas. Mientras subía por la rivera hacia nosotros y
sacudía la cola, constatamos nuestro error: era una loba. Una media docena de otros, evidentemente
cachorros grandes, saltaban en las praderas y todos se juntaban en una mezcla bienvenida, como juego que
se manifiesta con colas meneándose y mordiscos. Se extendía al pie de nuestro peñasco, literalmente, un
montón de lobos retozaban y revolcaban en el centro del llano abierto.
En esos días no concebíamos dejar pasar la oportunidad alguna para matar un lobo. Dentro de unos
segundos lanzábamos plomo a la manada, pero nuestros disparos iban con más excitación que precisión;
siempre es confuso apuntar un tiro empinado que va a cuesta abajo. Cuando nuestros rifles estuvieron
vacíos, la loba vieja ya estaba derribada y un cachorro arrastraba una pata hacia rodados intransitables.
Alcanzamos a llegar donde la loba vieja a tiempo para ver en sus ojos moribundos un salvaje fuego verde que
se extinguía. Allí me di cuenta, y desde entonces supe para siempre, que había algo nuevo para mí en esos
ojos, algo que solamente ella y la montaña conocen. En esos días era joven y estaba lleno de ganas de
disparar; pensaba que mientras menos lobos hubiese más ciervos habrían; la ausencia de lobos traería
entonces un paraíso para los cazadores. Pero después de haber visto morir ese fuego verde, sentí que ni los
lobos ni la montaña compartirían mi parecer.
Desde entonces he vivido para observar cómo en región tras región se han ido exterminando los lobos. He
contemplado la faz de las montañas donde recientemente se han extirpado los lobos, y en ellas he visto cómo
las laderas que miran hacia el sur se van arrugando con miríadas de laberintos de nuevas huellas de ciervos.
He visto cómo cada arbusto y retoño comestible ha sido ramoneado, primero hasta una debilidad anémica y
luego hasta la muerte. He visto cada árbol comestible por los ciervos, deshojado hasta la altura de sus
cuernos. Tal montaña se ve como si alguien le hubiese dado a Dios una podadora y le hubiese prohibido
hacer otro ejercicio. Al final, blanqueándose junto a los esqueletos de los arbustos muertos o pudriéndose
bajo los altos cipreses rayados, encontramos los huesos de aquellos ciervos de los cuales se esperaba tanto
y que murieron de hambre por ser demasiados.

37
X.- El edén socialista.- 9

Cuando Europa Oriental comenzó a abrirse a finales de los años 80, uno de los
grandes impactos fue comprobar las enormes dimensiones de sus problemas
ambientales. Los periodistas informaban sobre cielos colmados del humo del lignito y
del carbón suave, de niños mantenidos dentro de los hogares durante gran parte del
invierno debido al aire inseguro, y de caballos que tuvieron que ser alejados de las
peores áreas para evitar su muerte. Muchas de las enfermedades ambientales
reflejaban un nivel extraordinariamente bajo de tecnología. El desperdicio de energía
era enorme. Las economías socialistas se encontraban utilizando más de tres veces
acero y casi tres veces más energía por unidad de producto que las economías de
mercado.

No todos se percataban de aquello en ese entonces, pero el estado del ambiente


estaba vinculado directamente con la ausencia de derechos de propiedad en el
antiguo sistema soviético, centralista y totalitario. Las autoridades habían impedido
que la tierra y gran parte de los recursos productivos fuesen susceptibles de
apropiación privada, quedando a manos del Estado. La mayoría de los intercambios
en el mercado se consideraban actos criminales y el espíritu emprendedor solía tener
la connotación de un comportamiento también criminal. La producción estaba
centralmente planificada.

La ausencia de derechos de propiedad, junto con la ausencia de los mercados que


resultan del intercambio de esos derechos, era suficiente para devastar al ambiente.
Para entender el por qué, es útil observar algunas razones por las cuales los derechos
de propiedad privada protegen al ambiente.

1. Los propietarios privados poseen incentivos para utilizar los recursos


productivamente y para conservarlos en la medida de lo posible. Los propietarios
privados pueden obtener recompensas financieras por emplear los recursos
productivamente y tienen un fuerte incentivo para reducir los costos, conservando el
uso de cada recurso. En la búsqueda de ganancias las empresas tienen un fuerte
incentivo para implementar nuevas tecnologías de ahorro de recursos. Dichos
9 Los conceptos sobre la importancia de derechos propietarios han sido adaptados de Richard Stroup y Jane
Show, How Free Markets Protect the Environment, en Rational Readings on Environmental Concerns , Jay H.
Lehr, editor (New York, NY: Van Nostrand Reinhold, 1992).

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incentivos se encontraban ausentes en el bloque oriental bajo el sistema socialista
totalitario.

2. La posesión privada de la propiedad es un incentivo para el buen cuidado de


los recursos. Si éstos son bien cuidados, serán más valiosos y agregarán más a la
riqueza personal de su dueño. Por otra parte, si el propietario privado permite que el
recurso se deteriore o sea dañado por la contaminación, deberá soportar
personalmente el costo de esa negligencia bajo la forma de una disminución del valor
del recurso. Los países del bloque socialista totalitario, desperdiciaban rutinariamente
los recursos. De hecho, el énfasis estaba puesto en la utilización indiscriminada de los
recursos, no en producirlos.

3. El propietario privado de un recurso tiene más incentivos para preservar su


valor y puede ejercer acciones contra cualquiera que lo dañe. Los derechos de
propiedad privada también proveen al dueño de acciones legales contra cualquiera
(incluyendo usualmente a la administración) que invada físicamente o contamine el
recurso. El propietario privado de un bosque o de un predio agrícola, por ejemplo, no
permanecerá inactivo si alguien está talando árboles sin permiso o invadiendo la
propiedad con agentes contaminantes peligrosos, y los litigios pueden ser utilizados
para proteger esos derechos.

4. Finalmente, los derechos de propiedad privada proporcionan incentivos de


largo plazo para maximizar el valor de un recurso, incluso para los propietarios cuya
perspectiva personal es de corto plazo. Así, por ejemplo, si la utilización de un terreno
para la construcción de un basurero de residuos tóxicos reduce su productividad
futura, su valor baja hoy, reduciendo de inmediato la riqueza del propietario. Eso
sucede porque el valor actual de la tierra refleja el valor actual neto de sus
prestaciones futuras, el retorno de la producción o de las prestaciones recibidas
directamente de la tierra, menos los costos requeridos para generar los ingresos (y
ambos descontados en términos del valor actual).

A continuación exponemos algunos ejemplos reales de contaminación que ocurrieron


en el edén socialista y que muestran la tendencia al deterioro del entorno cuando
existe un solo propietario de los bienes ambientales, situación que representa el polo
opuesto a la tragedia de los comunes pero con iguales resultados.

39
Aguas inflamables

Un primer caso, de carácter casi anecdótico, se produjo en un área de Estonia, donde


las aguas subterráneas se volvieron inflamables como resultado de las grandes
cantidades de combustible de aviación que fueron descargadas en la tierra e infiltraron
las napas. El combustible estaba asignado a una estación militar soviética cercana
para ser utilizada en misiones de práctica de vuelo.

Para cerciorarse de que los pilotos hubieran volado el número requerido de horas, los
militares superiores supervisaban la cantidad de combustible que utilizado en cada
operación. Lo que no sabían los comandantes es que cuando los pilotos no deseaban
volar las horas requeridas – lo que no era infrecuente -, falsificaban sus informes y
para evadir la detección se deshacían del combustible poco antes del aterrizaje,
descargándolo sobre la tierra y provocando un fenómeno de auto combustión que sólo
vino a descubrirse cuando el combustible comenzó a emerger años después que el
campo de aviación se había abandonado.
El ojo azul de Siberia se vuelve gris

Otro caso es el del lago Baikal. Éste se encuentra emplazado en la región sur de
Siberia, cerca de la ciudad de Irkutsk. Su nombre deriva del tártaro Bai-Kul, (lago rico),
siendo también conocido como el Ojo azul de Siberia o La Perla de Asia. Este cuerpo
de agua tiene una superficie de 31.494 kilómetros cuadrados y una profundidad de
hasta 1.680 metros, siendo el lago más profundo del mundo y reuniendo el 20% de las
aguas dulces del planeta, las cuales se caracterizan principalmente por su bajo índice
de turbidez. El lago Baikal es también el más antiguo que se conoce, calculándose
que tiene una edad de aproximadamente 25 millones de años. Durante siglos fue un
lugar sagrado para los mongoles y otros pueblos asiáticos, y aún sobreviven a sus
alrededores algunas tallas y partes de los edificios rituales de las tribus que lo
visitaban.

A pesar de que las condiciones climatológicas son extremas (en invierno se alcanzan
hasta 45 grados bajo cero), el lago Baikal es un sitio donde existe una gran
biodiversidad, encontrándose en él muchas especies endémicas, como la foca y el
esturión del Baikal, el pez golomjanka y el cangrejo epishura, un pequeño crustáceo
cuyo papel resulta fundamental en la cadena alimenticia. Se han detectado y

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catalogado alrededor de 1.600 especies de animales y 800 diferentes vegetales. No
obstante, el clima del lago se ha ido tornando más benigno y parejo, debido
probablemente al calentamiento global. En efecto, ahora el lago Baikal permanece
congelado menos tiempo en el invierno, pudiendo este fenómeno provocar un daño al
ecosistema. Pero la pureza y equilibrio ecológico del lago Baikal están siendo
afectados por otras presiones antrópicas mucho más directas y dañinas.

La principal fuente de contaminación del Baikal ha sido la fábrica de celulosa estatal


que se construyó a sus orillas en los años 60 del siglo pasado, con una tecnología que
ya entonces se encontraba obsoleta. Esta tecnología no permitía producir celulosa
blanqueada - el principal producto de la planta — sin contaminar el agua limpia del
lago. Hasta 2008, la planta captaba 200 metros cúbicos diarios de agua limpia que
luego de utilizarla y tratarla devolvía al lago. Cuando se le impuso la obligación de
emplear un ciclo cerrado, la producción dejó de ser rentable y se cerró durante todo el
año 2009.

Pero como la actividad de la industria era la principal fuente laboral de la ciudad de


Baikalsk, miles de puestos de trabajo se vieron amenazados, lo que llevó a que
Vladímir Putin interviniera a comienzos del año 2010 para permitir que se retomara la
actividad, aun usando la misma tecnología antigua. Las muestras de agua y tierra
tomadas en 2011 y 2012 volvieron a registrar un aumento de sustancias químicas en
las áreas de vertido, así que finalmente las autoridades decidieron cerrar la fábrica y
remodelarla.

El principal legado ecológico de la fábrica en la actualidad son los 6 millones de lignina


tóxica que se acumularon en su entorno desde los años del inicio de sus operaciones.
Los residuos no están aislados del medio externo, de modo que son arrastrados hacia
el Baikal o acaban contaminando las aguas subterráneas. Una de las plantas, la de
Sozanski, se encuentra a 300 metros de la orilla del lago. Además, otro de los peligros
que amenazan al Baikal es el hecho de que la fábrica se encuentra en una zona
sísmica. El gobierno ha previsto eliminar los residuos procedentes de la fábrica, pero
ello no ha ocurrido y continúan contaminando.

El segundo agente contaminante después de la fábrica de celulosa es el vertido


indiscriminado de residuos líquidos domiciliaros, la mayor parte de los cuales son

41
aguas fecales procedentes de los pozos particulares, desprovistos de un sistema de
depuración. Según la copresidenta de la organización social de Irkutsk Oleada
Ecológica del Baikal, en el lago se vierten de manera ilegal toneladas de residuos
líquidos domésticos crudos, ya que “desde el periodo soviético, casi no hay plantas de
tratamiento de aguas residuales en los pueblos que rodean el lago. Según esta misma
organización, en el Baikal hay pocas depuradoras capaces de tratar residuos líquidos
domésticos, así que los que se dedican a este negocio vierten los residuos al lago o a
los ríos que desembocan en él para disminuir sus costos de operación.
El caviar se tornó seco y arenoso

El caso más dramático, tanto por su magnitud como por la velocidad con que se
produjo la destrucción de un ecosistema, es el del Mar de Aral, situado entre el norte
de Kazajistán y el sur de Uzbekistán. Este caso está documentado desde hace pocos
años, destacándose la labor de divulgación que a este propósito que ha realizado la
We are water Foundation, una organización internacional que tiene por objeto difundir
una cultura del agua que permita el desarrollo justo y una gestión sostenible de los
recursos hídricos en el mundo.

En un documental titulado Aral. El mar perdido 10, relata cómo bajo el régimen
socialista soviético se produjo uno de los desastres ecológicos más grandes de la
historia: la desecación del Mar de Aral, antaño el cuarto mayor lago del planeta con un
espejo de 60.000 kilómetros cuadrados de agua y una profundidad en algunos sitios
de hasta 40 metros. Relata el documental que entre 1954 y 1960, el gobierno de la
antigua URSS, con la intención de cultivar algodón en la región, ordenó la
construcción de un canal de 500 kilómetros de longitud que tomaría un tercio del agua
del río Amu Daria para irrigar una enorme extensión de tierra irrigada. Los
planificadores soviéticos querían que la URSS fura el mayor productor mundial de
algodón.

La necesidad cada vez mayor de agua, debida a la mala gestión de su transporte y a


la falta de previsión y eficiencia del riego, obligó a captar aguas de varios otros ríos
que desembocaban en el Mar de Aral. Pese a ello, en los años ochenta el agua que
alimentaba el lago equivalía a tan sólo un 10% del caudal de 1960 y el lago inició un

10 Este documental puede verse, en https://www.youtube.com/watch?v=8GGiAa_v9Pw

42
ciclo de desecación. Hoy el volumen del Aral se ha visto reducido a una cuarta parte,
el 95% de los embalses y humedales cercanos se han convertido en desiertos y más
de 50 lagos de los deltas, con una superficie de 60.000 hectáreas, se han secado.

En lo que respecta al clima, la desecación eliminó el efecto de amortiguación que el


agua ejercía la zona en su entorno, por lo que los inviernos y los veranos se han
hecho más duros, con el consiguiente aumento de sequías graves. A su vez, la acción
del viento ha desplazado toneladas de arena salinizada, que procede del fondo de la
zona desecada, a una distancia de hasta 200 kilómetros, lo que ha agravado
drásticamente la situación. Para colmo, el uso indiscriminado de fertilizantes y
pesticidas terminó por contaminar el aire y las napas freáticas.

El objetivo soviético de que el agua tuviera una salinidad cuatro veces superior al
límite establecido por la OMS redujo el nivel de las aguas subterráneas de 53 a 36
metros, lo que a su vez causó graves problemas con el suministro de agua potable.
Las consecuencias para la salud de la población también han sido muy graves. La
región registra la tasa de mortalidad infantil más alta de toda la antigua URSS. La
bronquitis crónica ha aumentado un 3.000% y la artritis un 6.000%. En la región
uzbeka de Karakalpakstán las mujeres padecen una pandemia de anemia y el 97%
presenta niveles de hemoglobina inferiores a los 110 gramos por litro de sangre que
fija la OMS. Los expertos han señalado que ello se debe al consumo de agua
estancada que contiene zinc y magnesio. En la misma zona de Uzbekistán, de 1981 a
1987, el cáncer de hígado ha aumentado un 200%, el de garganta un 25% y la
mortalidad infantil un 20%. Asimismo, los casos de hepatitis, enfermedades
respiratorias, de los ojos e infecciones intestinales en la región son siete veces
superiores que en 1960.

Todo esto se desencadenó en un periodo relativamente breve, mientras el mundo


occidental ignoraba en absoluto lo que estaba sucediendo en el Mar de Aral. Recién
en 2003 unas imágenes satelitales de la NASA mostraron la verdadera envergadura
del desastre y lo que muchos científicos ya habían anunciado. A consecuencia de ello
la opinión mundial comenzó a movilizarse, dándose a conocer la verdadera dimensión
de este desastre ecológico y, por lo tanto, humano.

43
En enero de 1994, Kazajstán, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y Kirguistán
firmaron un acuerdo de compromiso asignando el 1% de sus presupuestos a contribuir
a la recuperación del Aral. Sin embargo, la cooperación entre estos países ha sido
mínima. Hoy en día, la zona norte del Mar de Aral se está recuperando ligeramente,
gracias al dique Kokaral que construyó el gobierno kazajo para retener el agua que
normalmente fluiría hacia el mar en territorio uzbeko.

En una sociedad donde se respetan y promueven los derechos de propiedad privada,


probablemente los propietarios ribereños habrían buscado formas alternativas de usar
el Aral y sus alrededores como lugar de turismo, fuente de recursos alimenticios, lugar
de desarrollo inmobiliario o cualquier otra forma de mantener el valor patrimonial de la
tierra y el agua una Dichos propietarios habrían tenido un poderoso incentivo para
mantener el valor de estos bienes previniendo su deterioro. Pero los planificadores
gubernamentales no tenían ningún incentivo para protegerla y terminaron por provocar
su irreversible destrucción. Ahora que el sistema soviético estatal se quebró en un
proceso que parece definitivo, la destrucción sistemática del ambiente en el bloque
oriental debería acercarse a su fin. Simplemente, al cerrar las fábricas contaminantes,
muchas de las cuales estaban desperdiciando recursos, de todas maneras, reducirá la
contaminación. Pero cuán rápido y bien se recupere la calidad del ambiente y de los
recursos ambientales, dependerá en gran medida de la restauración completa de los
derechos de propiedad privada.

XI.- Deconstrucción.-

Desde los albores del pensamiento el hombre ha centrado su atención en el entorno


donde nace, crece, se desarrolla y muere. El punto de partida ha sido el asombro ante
el misterio del origen de la naturaleza, que considera una manifestación cósmica de la
voluntad creadora de Dios. El relato de la acción divina que es capaz de hacer surgir
un mundo ordenado a partir del caos, se repite en las diferentes religiones de la
antigüedad y ha llegado a nuestros días casi como un dogma de fe, donde la
naturaleza ha sido entregada al hombre con la finalidad de que éste la domine y
encuentre en ella un lugar propicio para cumplir el mandato de perpetuar la especie.

La historia ha mostrado que el hombre, junto con representar el punto culminante de


la creación, ha sido también el mayor depredador de la naturaleza que lo rodea a

44
causa de su ambición desmedida y la falta de sensibilidad ante el entorno del cual
forma parte. Cada hombre ha tendido a utilizar la naturaleza que es común para todos
los hombres, exclusivamente para satisfacer sus ímpetus individuales, aún a costa de
la adecuada preservación del medio que comparte con sus congéneres, llevando al
mundo a un gran escenario donde la obra que se representa es la tragedia de su
propia destrucción.

De ahí que los espectadores y a la vez partícipes del drama hayan ido levantando
voces que llaman a cautelar la preservación de la naturaleza, incluso pasando por
sobre los derechos de la persona humana a quien consideran una especie dañina,
una mala hija de una madre buena que hasta ahora ha soportado pacientemente su
disolución pero que en algún momento cobrará el precio de su integridad pulverizada
convirtiendo el verde de sus bosques en el gris de la tierra seca, abatiendo el vuelo
del águila y haciendo callar a las aves que alguna vez alegraron con su canto a un
mundo que ya no volverá. En ese momento la vida habrá terminado y comenzará la
supervivencia.

EL AMBIENTE Y SUS FUNCIONES

Durante algunas décadas se debatió si el ambiente se componía solamente de


elementos naturales (todo lo que nos rodea), sean organismos vivos o cuerpos
inertes, o también debían incluirse en éste los elementos socioculturales propios de
las sociedades humanas, tales como asentamientos de comunidades, arqueología,
cultura, historia, costumbres, creencias, ritos. Sin embargo, la concepción del
ambiente como todo lo que nos rodea, por amplia que parezca, implica en realidad
una suerte de reduccionismo conceptual que se asemeja mucho a la visión romántica
y que limita el entorno a la pura naturaleza.

Hoy el tema prácticamente no se discute y existe consenso universal en cuanto a que


los elementos socioculturales forman parte del ambiente. Así, por ejemplo, el artículo
2° letra ll) de la Ley N° 19.300, sobre Bases Generales del Medio Ambiente, define la
expresión medio ambiente como el sistema global constituido por elementos naturales
y artificiales de naturaleza física, química o biológica, socioculturales y sus
interacciones, en permanente modificación por la acción humana o natural y que rige y

45
condiciona la existencia y desarrollo de la vida en sus múltiples manifestaciones. Esta
definición – que de acuerdo a la misma ley es válida para todos los efectos legales –
considera el ambiente como un sistema global, es decir, como un conjunto de
interrelaciones entre diversas partes que se relacionan y se influyen recíprocamente
dentro de un todo dinámico y cambiante.

De la definición legal de medio ambiente se infiere que éste último está integrado por
los siguientes componentes:

1. Elementos naturales, que son aquéllos en cuya existencia no ha incidido


mayormente la acción antrópica, como un curso de agua natural, un bosque no
plantado;

2. Elementos artificiales, que son producto de la intervención del hombre, como


un canal artificial, un bosque plantado, una ciudad, una central eléctrica, un
establecimiento industrial; y

3. Elementos socioculturales, que representan las formas de asociación y de vida


en comunidad de los hombres, su estructura social, sus costumbres, sus ritos, su
historia, su idiosincrasia, su mentalidad.

A partir del hecho de que el ambiente está constituido por elementos naturales y
artificiales de naturaleza física, química o biológica, socioculturales y sus
interacciones, puede afirmarse que es un lugar apto para el desarrollo de la vida,
cumpliendo diversas funciones, siendo las más relevantes de ellas la de ser proveedor
de recursos, depósito de residuos y espacio de desarrollo.

1.- El ambiente, proveedor de recursos.-

Por recurso ha de entenderse cualquier elemento que puede obtenerse del ambiente,
vivo o inerte, para satisfacer las necesidades de los organismos que viven en él, en
especial del ser humano que es capaz no sólo de extraerlos sino también de
transformarlos y reutilizarlos.

Los recursos ambientales admiten distintas clasificaciones. Así, por ejemplo, un


recurso material o tangible es aquél cuya cantidad puede medirse y cuya

46
disponibilidad es limitada. Un recurso no material o intangible es aquél cuya cantidad
no puede ser medida, siendo su disponibilidad potencialmente ilimitada.

A la vez, los recursos materiales pueden dividirse entre los renovables o permanentes
y los no renovables o agotables. Los recursos no renovables son aquéllos cuya tasa
de extracción y utilización es mayor que su tasa de renovación, es decir, el tiempo que
tardan en recuperarse. Algunos pueden ser reciclados o reutilizados, disminuyendo de
esa manera la presión por extraerlos. Así, por ejemplo, el petróleo que se obtiene de
los pozos o los minerales que se extraen de los yacimientos, son recursos no
renovables.

Un recurso potencialmente renovable es aquél que teóricamente puede durar en


forma indefinida sin reducir la reserva disponible, porque su tasa de renovación es
mayor que la de su consumo. El recurso potencialmente renovable más valioso del
planeta es la biodiversidad o diversidad biológica, definida en el artículo 1° letra a) de
la Ley N° 19.300 como la variabilidad de los organismos vivos, que forman parte de
todos los ecosistemas terrestres y acuáticos. Incluye la diversidad dentro de una
misma especie, entre especies y entre ecosistemas. Cabe señalar, sin embargo, que
la cada vez mayor tasa de explotación y presión sobre los bienes que componen la
biodiversidad han ido haciendo perder a ésta su condición de componente ambiental
renovable transformándola en un recurso cada vez más escaso. Volveremos sobre
este tema cuando analicemos la pérdida de biodiversidad como uno de los problemas
y desafíos más importantes del derecho ambiental internacional.

II.- El ambiente, depósito de residuos.-

Si el ambiente cumple la función de ser proveedor de recursos poniéndolos a


disposición del hombre para su extracción, la función de servir como depósito de
residuos la cumple siendo un espacio donde cualquier organismo o actividad pueda
depositar los desechos o restos no aprovechables que produce durante el ciclo dentro
del cual se desarrolla su vida natural o artificial.

Existen muchas definiciones de residuos, pero casi todas limitan su significado a la


actividad humana productiva. Así, por ejemplo, la OCDE los define como aquellas
materias que, generadas en las actividades de producción y consumo, no alcanzan en
el contexto en el que se producen ningún valor económico, bien porque no existe una

47
tecnología adecuada para su aprovechamiento o bien porque no existe un mercado
para los productos recuperados. No obstante la insuficiencia de la mayor parte de las
definiciones de residuos para comprender la verdadera naturaleza de los mismos, se
han elaborado algunas clasificaciones que contribuyen a ampliar el concepto.

Así, por ejemplo, según su composición los residuos se han clasificado en orgánicos,
inorgánicos y peligrosos. Por otra parte, según su origen los residuos pueden
clasificarse en domiciliarios, industriales, hospitalarios, comerciales, urbanos, entre
otros. Son residuos peligrosos los desechos de origen biológico o inorgánico que
constituyen un peligro potencial para el hombre o el ambiente debiendo ser tratados
de forma especial, como es el caso del material médico infeccioso, residuos
radiactivos, ácidos y sustancias químicas inflamables o corrosivas.

Lo que debemos destacar es que no importando cuál sea el tipo de residuos, éstos
siempre deben someterse a procesos de tratamiento, abatimiento o reducción - es
decir, disminución de su carga contaminante -, y disposición, esto es, ser depositados
en lugares aptos o bajo formas especialmente diseñados para este efecto, tales como
vertederos o envases herméticos.

La chatarra, por ejemplo, constituye el 3% de la basura doméstica y procede


fundamentalmente de las latas de refrescos y conservas. Supone un perjuicio
ambiental por su largo tiempo de degradación. Los envoltorios y envases representan
aproximadamente el 20% de los productos que se transan. El exceso de
empaquetamiento no sólo provoca el aumento de los residuos, sino también el
encarecimiento de los productos. Los plásticos constituyen el 9% de la basura, tienen
una vida muy larga y representan un grave problema ambiental, ya que la mayoría no
se degradan y son consumidos por la fauna que circula en los vertederos y en el
medio acuático ocasionando muerte a peces, aves y otros animales.

III.- El ambiente, espacio de desarrollo.-

En general, el desarrollo es el proceso evolutivo que experimenta cualquier organismo


vivo, desde su origen o punto cero hasta alcanzar su máxima condición posible. El
desarrollo humano es el proceso de mejora en la calidad de vida de las personas,
integrando sus aspectos políticos, sociales, económicos, que en conjunto suponen
una evolución social. Considera, en una primera instancia, que las personas puedan

48
tener cubiertas sus necesidades básicas y luego las complementarias propias de su
proyecto de vida.

VI

DESARROLLO SUSTENTABLE

I.- Desarrollo y crecimiento sustentable.-

Ya hemos dicho que en el ambiente coexisten organismos que comparten un mismo


espacio y compiten por el uso de sus recursos. Pero el gran colonizador y usuario del
medio ambiente es el hombre, toda vez que se trata del organismo más adaptativo
dada su inteligencia abstracta y práctica. El problema que presenta el desarrollo
humano radica en que el hombre es el mayor consumidor de recursos ambientales,
siendo su necesidad de extraerlos, procesarlos y transformarlos en productos en
principio ilimitada. La inexistencia de trabas que impidan el uso indiscriminado de los
recursos ambientales tiene como consecuencia la pérdida, a veces irreversible, del
capital natural.

Las funciones de proveer recursos y servir de depósito de residuos se potencian entre


sí, presionando negativamente la mantención del capital natural mínimo necesario
para el desarrollo económico y sociocultural de las personas y degradando la calidad
del ambiente. Si la degradación del capital natural lleva a éste por debajo de su
umbral crítico, es decir, aquél que es indispensable para la mantención de las
funciones primordiales e irremplazables del ambiente, es altamente probable que se
inicie un ciclo destructivo y eventualmente irreversible, afectando de esta manera lo
que se denomina capital crítico natural.

Frente a esta eventualidad las sociedades contemporáneas se han preguntado por los
criterios que deberían ocuparse para regular el uso del ambiente de los recursos sin
afectar el capital crítico natural. Y la respuesta que el mundo ha dado a esta
interrogante a contar de la década del setenta del siglo pasado se funda en el
concepto paradigmático de sostenibilidad o desarrollo sostenible, entendido éste como
la conciencia y acción común para mantener los múltiples beneficios que implica
preservar las reservas naturales, porque:

49
1. En el ámbito socio-cultural, las reservas naturales proveen al hombre de
necesidades no materiales tales como salud, recreación, educación e identidad.

2. En el ámbito ecológico, las reservas naturales son una riqueza en términos de


ecosistemas, biodiversidad, irreversibilidad, y singularidad.

3. En el ámbito ético, la preservación de reservas naturales protege los valores


humanos.

4. En el ámbito económico, la consolidación de reservas naturales resguarda


costos monetarios.

5. En el ámbito humano, las reservas naturales posibilitan la supervivencia del


hombre. 11

El término sostenible deriva de las palabras latinas sus tenere, que significa
defender. Etimológicamente la palabra sostenible puede tener una doble
connotación: por un lado, puede entenderse como el hecho de apoyar un estado
deseado, y por el contrario, a soportar un estado no deseado. Pero es la primera
acepción la que nos interesa, ya que en general, cuando se hace referencia a algo
que es sostenible, se quiere identificar una acción o proceso que es capaz de
ser defendido o mantenido. Al mismo tiempo, si se utiliza como un elemento más
activo trasmite un mensaje prescriptivo de que algo hay que hacer, y que de
hecho puede hacerse.

Según Gómez Orea12 , el término sostenibilidad hace referencia a la garantía de


continuidad en el tiempo de las características estructurales y funcionales de los
valores y de los atributos de aquello a lo que se refiere: sistema, recurso o actividad.
En el caso del término desarrollo, si se considera la definición del diccionario de la
Real Academia Española de la Lengua, lo vincula al hecho de acrecentar o dar
incremento a algo de orden físico, intelectual o moral, así como también al
concepto de progresar o crecer económica, social o culturalmente.

11 Cervantes Torre-Marín, Gemma et al, Ecología Industrial y Desarrollo Sustentable, México, 2009.
12 Gómez Orea, Domingo, Evaluación Ambiental Estratégica: un instrumento para integrar el medio
ambiente en la elaboración de planes y programas . Madrid, Mundi-Prensa, 2007.

50
Por consiguiente, considerando las raíces etimológicas de la palabra sostenible y
aplicándola al concepto de desarrollo (evolución o proceso de cambio y crecimiento
relacionado con una situación, individuo u objeto determinado) podemos decir que el
desarrollo sostenible o sustentable es un modelo donde el proceso evolutivo tiene por
objeto asegurar la continuidad del crecimiento de una sociedad, sea en su estructura
económica, política y cultural.

Pero la idea de desarrollo sostenible es relativamente nueva y surgió después de


muchos siglos donde las sociedades carecían de conciencia individual y colectiva
sobre la necesidad de preservar los bienes ambientales. En efecto, el concepto
tradicional de desarrollo económico definía a éste como un proceso donde las
condiciones de bienes y servicios se encuentran en estado creciente y al alcance de
todos los grupos sociales que conforman la comunidad. Hasta los años sesenta del
siglo pasado, la actividad económica se consideraba como un sistema cerrado en sí
mismo, donde los agentes económicos se comportan de forma racional, buscando
maximizar su bienestar o su beneficio (Hardin), respectivamente, pero sin tener en
cuenta las repercusiones que sus acciones tienen en el medio social y físico que les
rodea. Por consiguiente, las formas de producción y de consumo no figuraban
vinculadas al medio natural, al cual no se le atribuía significado ni valor económico.

No consideraba, por lo tanto que fuera necesario incorporar a la teoría económica los
posibles deterioros ambientales, ya que la propia naturaleza tendría la aptitud de
resolver por sí misma la mayoría de los problemas de contaminación derivados de los
procesos productivos, a través de su reciclaje por procedimientos naturales
(homeostasis). Sin embargo, tampoco se tenía en cuenta que el ambiente dispone con
una capacidad limitada de absorción o asimilación de los residuos, en términos que si
debido a su volumen o calidad ellos presionan más allá del límite tolerable, terminan
por disminuir la capacidad del ambiente para cumplir las funciones de ser proveedor
de recursos, depósito de dichos residuos y espacio de desarrollo.

Dentro de esta concepción liberal, se consideraba que el gran asignador de valor


económico era el mercado, pero al no incluir el ambiente dentro del sistema de
transacciones tampoco se incorporó la hipótesis del eventual agotamiento de un
determinado recurso ambiental, salvo que este agotamiento haría más compleja y
costosa su obtención, trasladando el valor del recurso al sistema de precios, pero sin

51
establecer controles reales y efectivos para evitar su degradación, disminución y
eventual desaparición. Existía, por tanto, una disociación estructural entre la actividad
económica y la naturaleza, por lo que las funciones que desempeña el ambiente no
estaban incorporadas al sistema económico. La premisa era que dentro del sistema
de libre mercado las personas pueden obtener lo que desean y al precio que pueden
pagar, de forma que los mercados se ajustan para acomodase a los cambios de
deseos.

No obstante lo que enseñaba la teoría económica, a partir de la década del sesenta


del siglo pasado pudo observarse que el sistema de libre mercado adolecía de graves
fallos o anomalías que limitaban su eficiencia como asignador de recursos. En primer
lugar, no era capaz de reflejar el verdadero valor de los recursos al no incorporar a
ellos el valor del ambiente, a lo que se denominó externalidades. En segundo lugar,
las reglas del libre mercado desalentaban la producción de bienes y servicios
ambientales, debido en gran medida a que éstos no son de dominio privado y no
obligan a pagar por su uso, ya que existe libre acceso a ellos.

La evidencia de la degradación ambiental causada o tolerada por la concepción


libremercadista hizo surgir voces de alarma en cuanto a la posibilidad de un
crecimiento económico acumulativo y al agotamiento paulatino de los recursos
naturales, llegándose incluso a formular la hipótesis de crecimiento cero. Sin embargo,
estos supuestos negativos fueron dando paso a nuevas ideas y respuestas al
problema de la incorporación de las consideraciones ambientales a las bases de la
economía de mercado, alcanzando su máxima expresión en el concepto
paradigmático de desarrollo sostenible o desarrollo sustentable, definido por la
Comisión Mundial del Medioambiente y Desarrollo de Naciones Unidas ( Comisión
Brundtland) como el que satisface las necesidades del presente sin dañar la
capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.
El concepto de desarrollo sustentable se afirmó en tres postulados principales:

1. Primero, no existe antagonismo entre crecimiento económico y cuidado del


ambiente, sino que es posible conjugar ambos conceptos. Se reconocen las
interdependencias a nivel local, regional, nacional y global entre el ambiente y

52
el sistema económico, asumiendo, además, que las relaciones económicas
constituyen un subsistema de un ecosistema global del cual depende.
2. Segundo, la dinámica del desarrollo sostenible no pretende la recuperación del
estado del patrimonio ambiental a sus niveles originarios, sino la instauración
de políticas de apoyo estructural que compatibilicen los objetivos de
crecimiento económico, minimizando el deterioro y/o el consumo de los
recursos naturales.
3. Tercero, dentro del marco de referencia en que se mueve la economía mundial,
alcanzar tal estado de desarrollo no depende tanto del nivel de avance del
conocimiento científico o de técnicas concretas, como de la voluntad política de
los gobiernos y los demás actores sociales en sus respectivas esferas, todos
los cuales deben internalizar la necesidad de promover un modelo de
desarrollo económico que asegure su supervivencia para el futuro,
manteniendo los parámetros ambientales básicos en su adecuado equilibrio.

Con todo, una visión más global, nos permite afirmar que el paradigma del desarrollo
sostenible se proyecta más allá de la mera protección del medio ambiente, de por sí
indispensable, y constituye es una nueva forma de comprender la vida humana,
abarcando la armonía con la naturaleza así como la realización de los conceptos de
justicia, oportunidad e igualdad entre todos los hombres.

De ahí que la sostenibilidad se centra en cuatro componentes:

1. Sostenibilidad del medio ambiente, entendida como la capacidad de mantener


la calidad y la reproducibilidad de los recursos naturales.
2. Sostenibilidad social, o sea la capacidad de garantizar las condiciones para el
bienestar humano (seguridad, salud, educación), distribuidos equitativamente
entre todas las personas.
3. Sostenibilidad económica, entendida como la como capacidad de generar
condiciones de empleabilidad y distribución equitativa de los beneficios y
cargas.
4. Sostenibilidad cultural, como el conjunto de condiciones que permiten a las
personas desenvolverse en el mundo y desarrollar sus aptitudes morales e
intelectuales.

II.- Precedentes del concepto de desarrollo sustentable.-

53
1.- Man and Nature.- Algunos autores consideran a George Perkins Marsh el fundador
del ambientalismo moderno. En 1864 este diplomático y filólogo estadounidense
analizó en su obra Man and Nature la relación de las actividades humanas con el
ambiente. Sus principales reflexiones giraron en torno a los siguientes problemas:

1. Señaló que si un recurso es constantemente utilizado, no sólo no puede


mantenerse sino que termina por agotarse.

2. Expresó que la deforestación, sin un plan de reforestación, conlleva a


problemas más serios tales como erosión del suelo y sedimentación.

3. Describió el cambio climático como micro impactos ambientales refiriéndose a


la erosión y descongelación de glaciares.

4. Aplicó la teoría del caos principalmente a la dinámica alimentaría, resaltando


que como consecuencia del desmedido uso de los recursos se estaba
alterando el sistema con consecuencias irreparables e irremediablemente
graves.

2.- Los límites del crecimiento.- En 1972 se publicó un informe elaborado por el Club
de Roma denominado Los límites del crecimiento. Fue el primer modelo que intentó
medir las interacciones entre el crecimiento demográfico, la producción de alimentos,
la extracción de recursos naturales no renovables y el crecimiento económico a escala
mundial, siendo su principal conclusión que de continuar con las mismas condiciones
de vida que se presentaba en 1972 en cuanto a crecimiento poblacional,
industrialización, contaminación, producción de alimentos y agotamiento de los
recursos naturales, los límites de crecimiento se alcanzarían en cien años,
desencadenando un colapso. Las fuertes críticas que recibió este informe permitieron
perfeccionar la metodología y factores de cálculo, dando paso a otros modelos
también enfocados al estudio de la relación de interdependencia entre procesos
económicos, tasas de uso de recursos naturales y deterioro ambiental.

3.- Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo o


Cumbre de Estocolmo.- En junio de 1972 se realizó la Conferencia sobre el Medio
Humano (Cumbre de Estocolmo) donde se definió el primer plan de acción para el

54
ambiente y control de la contaminación provocada por los países más ricos, fundado
en la satisfacción de necesidades básicas, la solidaridad con generaciones futuras, la
participación de la población involucrada, la preservación de los recursos naturales y
el medio ambiente, la instauración del sistema social que garantice empleo, seguridad
social y el respeto a otras culturas. La Cumbre de Estocolmo se gestó en medio de un
contexto de preocupación por el deterioro del ambiente y ante la posibilidad de que al
no tener los recursos necesarios el desarrollo económico se viera frustrado. Al término
de la Conferencia se elaboró la Declaración de Estocolmo que constó de 26
principios, se aprobó el Plan de Acción de Estocolmo con diez recomendaciones y
también se propuso la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA).

Esta reunión marcó el inició de la formación en conciencia ambiental, ya que derivado


de esta cumbre se impulsó la creación de legislación ambiental y la creación de
organismos nacionales dedicados a la conservación e instalación de agendas
nacionales. Cabe señalar que durante este primer acercamiento fue posible
dimensionar que el problema ambiental no podía generalizarse, es decir, que no eran
los mismos ni con la misma intensidad en todas las regiones del mundo; por un lado
estaban los países industrializados que adjudicaban el problema al consumo
desmedido y por el otro los países pobres donde la pobreza era la principal causa de
la degradación.

La Declaración de Estocolmo afirma que El hombre es a la vez obra y artífice del


medio ambiente que lo rodea, el cual le da el sustento material y le brinda la
oportunidad de desarrollarse intelectual, moral, social y espiritualmente . Señala,
asimismo, que La defensa y el mejoramiento del medio ambiente humano para las
generaciones presentes y futuras se ha convertido en meta imperiosa de la
humanidad, que ha de perseguirse al mismo tiempo que las metas fundamentales ya
establecidas de la paz y el desarrollo económico y social en todo el mundo, y de
conformidad con ellas.

De los principios-normas contenidos en la Declaración de Estocolmo son los más


relevantes los siguientes:

55
PRINCIPIO 1. El hombre tiene derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el
disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio ambiente de calidad tal que le
permita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la solemne obligación de
proteger y mejorar el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras.

PRINCIPIO 8. El desarrollo económico y social es indispensable para asegurar al


hombre un ambiente de vida y de trabajo favorable y para crear en la tierra las
condiciones necesarias de mejora de la calidad de vida.

PRINCIPIO 13. A fin de lograr una más racional ordenación de los recursos y mejorar
así las condiciones ambientales, los Estados deberían adoptar un enfoque integrado y
coordinado de la planificación de su desarrollo, de modo que quede asegurada la
compatibilidad del desarrollo con la necesidad de proteger y mejorar el medio
ambiente humano en beneficio de su población.

4.- Declaración de Nairobi.- Se realizó el año 1982 con el fin de conmemorar los diez
años de Estocolmo y como referencia ante los insuficientes logros alcanzados,
planteando la urgente necesidad de acatar medidas más efectivas que a su vez
intensificaran los esfuerzos a nivel local, regional y mundial, en protección del medio
ambiente. En los diez puntos que la conforman se hace un análisis breve de la
situación de degradación de los recursos, pobreza, la contaminación transnacional, y
propone retomar los principios de Estocolmo, la ayuda entre naciones (principalmente
de las naciones desarrolladas hacia aquellas en vías de desarrollo), el destinar más
recursos para la implementación de programas, el enfoque de prevenir en vez de
corregir, el desarrollo tecnológico y académico, y mantener la paz; todo en esto en
función de mejorar las condiciones ambientales como bien común.

5.- Our Common Future (Informe Brundtland).- En 1987 la Comisión Mundial del
Medio Ambiente y el Desarrollo dio a conocer un voluminoso informe denominado
Our Common Future, el cual estaba destinado a ser el estudio base para la Cumbre
de Rio. El informe abordó los siguientes temas: población, seguridad alimentaria,
pérdida de especies y de recursos genéticos, energía, industria y asentamientos
humanos, siendo su mensaje principal que no era posible concebir un crecimiento
económico sostenido sin un ambiente sustentable, por lo que había llegado el
momento de elevar al desarrollo sustentable a la categoría de ética global en donde la

56
protección del medio ambiente se reconociera como el cimiento sobre el que
descansa el desarrollo económico y social a largo plazo.

Este documento marca un hito en el desarrollo de los conceptos de sustentabilidad y


desarrollo sustentable, ya que por primera vez se definió este último como el que
satisface las necesidades del presente sin dañar la capacidad de las futuras
generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

A contar de esa fecha el concepto no ha experimentado variaciones sustantivas, pero


ha ido adaptando sus principios y derivaciones a las nuevas realidades que han ido
surgiendo en el concierto internacional. En el breve panorama que mostraremos a
continuación expondremos algunos hitos fundamentales y analizaremos algunos
instrumentos que han marcado el proceso de gestación, evolución y afianzamiento
internacional del concepto de desarrollo sustentable.

6.- Algunos hitos posteriores al Informe Brundtland.-

6.1.- Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo


(Cumbre de Rio).- Se desarrolló en 1992 en la ciudad de Rio de Janeiro, siendo un
importante hito para el impulso de un desarrollo sustentable y equitativo. La Cumbre
fue acompañada de un foro paralelo con Organizaciones no Gubernamentales
(ONGs), academias, empresarios y sociedad civil en general, posibilitando la
continuación de las discusiones que se habían iniciado en Estocolmo en 1972. Contó
con la presencia de representantes de 172 gobiernos, lo que generó un contexto
amplio que permitió trabajar en el nuevo modelo de desarrollo y crecimiento mundial,
enfilado al desarrollo sustentable. Como resultado de varias reuniones celebradas
durante su desarrollo se produjeron los siguientes instrumentos:

A.- Declaración de Rio sobre Medio Ambiente y Desarrollo (también conocida


como la Carta de la Tierra), la cual contiene 27 principios que servirían como guía a
los estados para lograr el desarrollo sustentable encaminando sus políticas con base
en dichos principios. Entre estos principios se encuentran los siguientes:

57
PRINCIPIO 1. Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones
relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y
productiva en armonía con la naturaleza.

PRINCIPIO 3. El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda


equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones
presentes y futuras.

PRINCIPIO 4. A fin de alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio


ambiente deberá constituir parte integrante del proceso de desarrollo y no podrá
considerarse en forma aislada.

PRINCIPIO 5. Todos los Estados y todas las personas deberán cooperar en la tarea
esencial de erradicar la pobreza como requisito indispensable del desarrollo
sostenible, a fin de reducir las disparidades en los niveles de vida y responder mejor a
las necesidades de la mayoría de los pueblos del mundo. 13

B.- Agenda o Programa 21, que es un compendio de acciones que permitirían


alcanzar el desarrollo sustentable en el siglo XXI. Es considerado el más importante
de los planes de acción y en él se tratan temas como dimensiones sociales y
económicas, conservación y gestión de los recursos para el desarrollo, fortalecimiento
del papel de los grupos principales y medios de ejecución.

C.- Convenio Marco sobre Diversidad Biológica, instrumento jurídico que tiene
como objetivos la conservación de la diversidad biológica, la utilización sustentable de
sus componentes y la participación justa y equitativa de los beneficios generados por
la utilización de recursos genéticos.14

D.- Convención Marco sobre Cambio Climático, instrumento jurídico que tiene
el objetivo de lograr la conformidad de las partes involucradas para la estabilización de
las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmosfera a un nivel que no
represente peligro. Dicho nivel debe alcanzarse en un plazo suficiente que le permita

13 En el anexo documental se transcribe el texto completo de la Declaración de Río.


14 Las normas de este Convenio se analizarán en la tercera parte de este curso, relativa al Derecho
Internacional Ambiental.

58
a los ecosistemas adaptarse naturalmente al cambio climático, asegurar la producción
de alimentos y permitir que el desarrollo económico continúe de forma sustentable. 15

E.- Fondo Mundial para el Ambiente Mundial, cuya finalidad es financiar


proyectos relacionados con Desarrollo Sustentable en países en vías de desarrollo.

6.2.- Cumbre de Johannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible (Rio+10).- En agosto


y septiembre de 2002 se llevó a efecto la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Ambiente y Desarrollo llamada Cumbre de Johannesburgo, conocida como
Rio+10. El objetivo de este foro internacional era evaluar los avances logrados en los
últimos años, validar aquellos que se habían logrado y replantear las nuevas metas.
También pretendía diseñar una agenda con acciones más completas y definir los
mecanismos de medición que permitieran comprobar que se estaba avanzando hacia
un desarrollo sustentable.

Si bien participaron representantes de190 países, la ausencia de USA disminuyó el


alcance de las políticas y medidas aprobadas, ya que dicho país es el principal
contaminante. Con todo, en esta reunión surgieron dos importantes instrumentos
documentos:

1. La Declaración Política de 32 puntos, que subraya el compromiso de alcanzar


colectivamente el desarrollo sustentable para las generaciones futuras con el
mejoramiento de los mecanismos multilaterales.
2. Un Plan de Acción de 162 cláusulas que si bien retoma lo ya tratado en Agenda
21 pide reiteradamente su aplicación.

Entre los principios y compromisos más importantes contenidos en la Declaración de


Johannesburgo se encuentran los siguientes:

1. Nosotros, los representantes de los pueblos del mundo, reunidos en la Cumbre


Mundial sobre el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo (Sudáfrica) del 2 al 4 de
septiembre de 2002, reafirmamos nuestro compromiso en pro del desarrollo
sostenible.

15 Las disposiciones de esta Convención se analizarán en la tercera parte de este curso, relativa al Derecho
Internacional Ambiental.

59
2. Nos comprometemos a construir una sociedad mundial humanitaria y equitativa y
generosa, consciente de la necesidad de respetar la dignidad de todos los seres
humanos.

11. Reconocemos que la erradicación de la pobreza, la modificación de pautas


insostenibles de producción y consumo y la protección y ordenación de la base de
recursos naturales para el desarrollo social y económico son objetivos primordiales y
requisitos fundamentales de un desarrollo sostenible.

12. La profunda fisura que divide a la sociedad humana entre ricos y pobres, así como
el abismo cada vez mayor que separa al mundo desarrollado del mundo en desarrollo,
representan una grave amenaza a la prosperidad, seguridad y estabilidad mundiales.

14. La globalización ha agregado una nueva dimensión a estos problemas. La rápida


integración de los mercados, la movilidad del capital y los apreciables aumentos en las
corrientes de inversión en todo el mundo han creado nuevos problemas, pero también
nuevas oportunidades para la consecución del desarrollo sostenible. Pero los
beneficios y costos de la globalización no se distribuyen de forma pareja y a los países
en desarrollo les resulta especialmente difícil responder a este reto.

Corremos el riesgo de que estas disparidades mundiales se vuelvan permanentes y, si


no actuamos de manera que cambiemos radicalmente sus vidas, los pobres del
mundo pueden perder la fe en sus representantes y en los sistemas democráticos que
nos hemos comprometido a defender, y empezar a pensar que sus representantes no
hacen más que promesas vanas.

19. Reafirmamos nuestra promesa de asignar especial importancia a la lucha contra


problemas mundiales que representan graves amenazas al desarrollo sostenible de
nuestra población y darle prioridad. Entre ellos cabe mencionar el hambre crónica, la
malnutrición, la ocupación extranjera, los conflictos armados, los problemas del tráfico
ilícito de drogas, la delincuencia organizada, la corrupción, los desastres naturales, el
tráfico ilícito de armas, la trata de personas, el terrorismo, la intolerancia y la incitación
al odio racial, étnico, religioso y de otra índole, la xenofobia y las enfermedades
endémicas, transmisibles y crónicas, en particular el VIH/SIDA, el paludismo y la
tuberculosis.

60
6.3.- Cumbre Rio+20.- En junio de 2012 se realizó en Rio de Janeiro la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible conocida como Cumbre
Río+20, en conmemoración de los 20 años de la primera cumbre de la tierra.
Los temas principales de la cumbre fueron el cómo construir una economía ecológica
que permitiera alcanzar el desarrollo sustentable y la erradicación de la pobreza, y
cómo mejorar la coordinación internacional.

El principal producto de esta reunión fue el documento llamado El futuro que


queremos, que contiene un conjunto de propósitos y medidas encausadas al logro del
desarrollo sustentable. Además, se inició el proceso para desarrollar los objetivos del
desarrollo sustentable los cuales estarán basados también en los objetivos del milenio
y deberán reflejarse en una agenda de trabajo. De igual manera se lograron más de
700 compromisos voluntarios y la creación de nuevas alianzas para promover el
desarrollo sostenible

Entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio pueden destacarse los siguientes:

1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.


2. Lograr la enseñanza primaria universal.
3. Promover la igualdad entre los géneros .y la autonomía de la mujer
4. Reducir la mortalidad infantil.
5. Mejorar la salud materna.
6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
8. Fomentar una alianza mundial para el desarrollo.

6.4.- Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).- El año 2015 la Asamblea General de


las Naciones Unidas aprobó el documento denominado Objetivos de Desarrollo
Sostenible en el que se establecen 17 objetivos de desarrollo sostenible a alcanzar
entre los años 2016 y 2030. Si bien estos objetivos no son jurídicamente obligatorios,
establecen un marco dentro del cual los Estados miembros deberían enfocar sus
esfuerzos para atacar los principales problemas que afectan el desarrollo global. Estos
objetivos son:

1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.

61
2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y
promover la agricultura sostenible.
3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las
edades.
4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover
oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
5. Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las
niñas.
6. Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento
para todos.
7. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna
para todos.
8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo
pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
9. Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y
sostenible y fomentar la innovación.
10. Reducir la desigualdad en y entre los países.
11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos,
seguros, resilientes y sostenibles.
12. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos
marinos para el desarrollo sostenible.
15. Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas
terrestres, gestionar los bosques de forma sostenible de los bosques, luchar
contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y poner
freno a la pérdida de la diversidad biológica.
16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible,
facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces,
responsables e inclusivas a todos los niveles.
17. Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para el
Desarrollo Sostenible.16

16 El texto completo de este documento puede consultarse en el sitio web de la ONU bajo la referencia
http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=A/RES/70/1

62
7.- Presiones y amenazas al desarrollo sustentable.-

Hemos dicho que el ambiente es un espacio dinámico, sujeto a múltiples variaciones,


donde conviven y compiten por el aprovechamiento de sus recursos diversas
especies. Afirmamos también que las especies dominantes son las que tienen la
mayor cantidad de individuos o la mayor capacidad de adaptación y tienen la
tendencia a ocupar, extraer y aprovechar al máximo los recursos que le ofrece el
ambiente. Por otra parte, es preciso reafirmar que en una concepción amplia y
moderna del ambiente, éste se compone de no sólo de elementos naturales y
artificiales de naturaleza física, química o biológica, sino también de elementos
socioculturales, todos los cuales se encuentran en permanente interacción y
transformación por la acción humana o natural.

Recordemos también que los elementos naturales son aquéllos en cuya existencia no
ha incidido mayormente la acción antrópica, los elementos artificiales son
consecuencia directa de la intervención del hombre y los elementos socioculturales
representan las formas de vida y asociación de los hombres, su estructura social, sus
costumbres, sus ritos, su historia, su idiosincrasia, su mentalidad.

El hombre es la especie dominante por excelencia y se alza en la cúspide de la


cadena trófica. Por su estructura es capaz de extraer recursos del ambiente para
mantener sus patrones vitales básicos (alimentación, crecimiento y reproducción) y
para transformarlos en productos, utilizando su ingenio y capacidad de
emprendimiento, pero también tiene la aptitud para destruirlos y dilapidarlos, todo lo
cual produce una asimetría o desequilibrio que vuelve al ambiente natural
extremadamente vulnerable ante la intervención antrópica.

Por otra parte, en su afán de crecimiento ilimitado el hombre tiende también a


imponerse sobre el resto de sus congéneres, creando estructuras de poder que en el
ámbito sociocultural vienen a ser equivalentes a las que rigen sus actos en el espacio
natural, dando paso al Homo homini lupus (“el hombre es lobo para el hombre”),
expresión que figura en la obra De cive, de Thomas Hobbes, y que en realidad tiene
su origen en la comedia Asinaria, de Plauto (254-184 aC), donde con extraordinaria

63
agudeza dice que Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit (“Lobo
es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro”).

El problema que genera esta capacidad humana para servirse del mundo y de las
personas que lo rodean es que puede conducir al uso indiscriminado de los recursos
ambientales, sean naturales o socioculturales, provocando una serie de presiones y
amenazas sobre la integridad del medio y la sostenibilidad del desarrollo de las
personas y de las sociedades. Considerando lo anterior, podemos decir q ue las
consecuencias indeseables provocadas por el uso abusivo de los recursos
ambientales se dividen, grosso modo, entre aquellas que afectan los recursos
naturales y las que inciden en la calidad o integridad de las relaciones socioculturales.
Sin que se trate de una enumeración cerrada, podemos destacar entre las primeras el
cambio climático, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la carencia de agua, la
erosión, la sequía y la desertificación; y entre las segundas, la contaminación, la
desigualdad, la pobreza, el trabajo infantil y la desnutrición.

Con todo, debemos precisar que esta división tiene valor únicamente teórico, ya que
en el núcleo del entorno se encuentra la persona humana y todo cuanto pueda afectar
negativamente al ambiente adquiere relevancia sólo en la medida en que recae en
forma directa o indirecta en el hombre. Así, por ejemplo, no tiene sentido mensurar la
incidencia de la contaminación si ésta no se traduce en una disminución del bienestar
de las personas, y la deforestación está claramente vinculada a la erosión y la sequía,
jugando ambos fenómenos un rol esencial en el cambio climático, la desertificación,
como también en la pobreza y la desnutrición.

El ambiente, hay que repetirlo, es un todo orgánico y cada una de sus partes se
encuentra relacionada con las demás y con el conjunto, no pudiendo aislarse del
resto. Ello explica que dentro de los grandes problemas y desafíos ambientales se
haga necesario abordar el estudio de las variables naturales y las propiamente
humanas o socioculturales, tal como figuran en los más modernos instrumentos
internacionales

En los párrafos que siguen haremos un breve estudio de estas variables, que hemos
identificado como presiones y amenazas al desarrollo sustentable y son en esencia
las mismas a que se refieren los documentos Objetivos de Desarrollo del Milenio y

64
Objetivos del Desarrollo Sostenible a que nos hemos referido previamente -, no sin
antes advertir que volveremos a estudiarlas con mayor detalle más adelante, cuando
analicemos los principios y normativas que regulan el Derecho Internacional
Ambiental.

7.1.- Cambio climático17.-

El clima es el estado promedio del tiempo (meteorológico) a largo plazo. De acuerdo a


la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), a
la que Chile se encuentra adscrito desde el año 1995, por cambio climático se
entiende “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana
que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad
natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”. El artículo 2º
letra a) ter de la Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente (LBGMA) repite la
definición de la CMNUCC, estableciendo para todos los efectos legales que consiste
este fenómeno en “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad
humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la
variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”.

El cambio climático es atribuible a la intensificación de ciertos gases atmosféricos,


responsables de un proceso natural conocido como efecto invernadero, esencial para
mantener en equilibrio la temperatura en la tierra. El sol, produce energía que
atraviesa la atmósfera y es absorbida por nuestro planeta. Para que esta absorción se
produzca en la atmósfera terrestre, existen ciertos gases que son capaces de atrapar
la radiación del sol, impidiendo que esta se refleje en la tierra y vuelva al espacio. La
presencia de estos gases permite temperar el planeta, y posibilita que la diferencia de
temperatura entre el día y la noche sea relativamente baja. Puede decirse, por lo
tanto, que este proceso es naturalmente positivo, ya que de otro modo las bajas
temperaturas impedirían el desarrollo de la vida humana. De los 14°C como
temperatura media que percibimos actualmente, sin el efecto de los gases
mencionados, la temperatura media bordearía los -19°C.

17 Este párrafo es una adaptación y complementa el estudio denominado Cambio Climático y Bosques:
Regulación Jurídica Nacional e Internacional desde un enfoque de REDD+ y Aplicado a la Estrategia Nacional
de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCTV) (2017-2025) de Chile, Editores Osvaldo
Quintanilla (CONAF) y Cristóbal Caorsi (OfReC), Santiago, septiembre 2017.

65
Sin embargo, a lo largo del tiempo estos gases denominados gases de efecto
invernadero (GEI) se han multiplicado, de modo que la atmósfera ha absorbido una
mayor parte de la radiación emitida por el sol, calentando excesivamente la superficie
terrestre, lo que ha atentado contra el equilibrio natural del planeta. Esto ha forzado a
la tierra a alcanzar un nuevo equilibrio a temperaturas más altas, provocándose el
efecto de cambio climático conocido también como calentamiento global, entendido
este como el “aumento gradual de las temperaturas de la atmósfera y los océanos de
la Tierra que se ha detectado en la actualidad, además de su continuo aumento que
se proyecta a futuro”. En el siglo pasado la temperatura global subió casi 1 grado y se
estima que subirá entre 1,8 y 4,0 grados en el presente siglo. El problema de ello es
que un aumento leve del promedio global de la temperatura, es capaz de generar
grandes impactos en los ecosistemas, los que de acuerdo a Azqueta 18, se pueden
resumir en:

1. Aumento del nivel medio del Mar. Debido al deshielo de las aguas
continentales, que podría provocar, la desaparición de estados islas del
Pacífico y el Índico, además de amenazar las zonas costeras.
2. Régimen de precipitaciones alterado, aumentando las lluvias torrenciales y, a
su vez, las sequías prolongadas.
3. Derretimiento de hielos y nieves perpetuas, con el efecto de generarse mayor
cantidad de icebergs, la destrucción de hábitat de diversas especies, y una
amenaza de las reservas de agua dulce existentes, además de ser la principal
causa del aumento del nivel del mar.
4. Los ciclos biológicos se ven alterados, poniéndose en peligro la subsistencia de
especies animales y vegetales.
5. Alteración del ciclo hídrico, intensificando inundaciones y sequías.
6. Aumento de plagas e incendios producto de la extensión de áreas de calor.

Las razones que están detrás del fenómeno del cambio climático y en específico, del
calentamiento global son variadas, pero es altamente probable que la principal sea de
origen antrópico, ya que en la atmósfera existen diversos gases de efecto
invernadero, como el metano y el óxido nitroso, siendo el de mayor predominancia e

18 Azqueta, Diego et al, Introducción a la economía ambiental, en la web Economía digital,


https://economiadigitals.blogspot.cl/2015/09/introduccion-la-economia-ambiental-de.html

66
incremento en el tiempo el dióxido de carbono, un gas emitido mayoritariamente por la
actividad humana.

En Chile, una de las principales consecuencias del cambio climático es el aumento del
riesgo de desastres hidrológicos, que se explica por una serie de causas que tienen
que ver con el aumento de las temperaturas y los efectos de la desertificación en el
suelo. El informe “Análisis de Riesgos de Desastres en Chile – 2012”, desarrollado por
UNESCO19, expresa que “La capacidad de la cordillera de los Andes de almacenar
nieve se vería disminuida. El proceso de calentamiento subiría la cota a partir de la
cual las precipitaciones caen en forma de nieve que se acumula, llamada isoterma
0°C. El efecto inmediato es el aumento de las crecidas invernales de los ríos y la
disminución del caudal de agua disponible en cuencas que históricamente se han
alimentado del derretimiento de una superficie mayor de nieve acumulada en otros
periodos del año”.

Además de la disminución de las reservas de agua, preocupa el posible aumento del


riesgo de crecidas invernales. Los periodos de sequías más prolongadas se
alternarían con un aumento de la cantidad de precipitaciones en forma de aguas
lluvias en ciertos periodos. De acuerdo al informe, ambos fenómenos pueden afectar
tanto el desarrollo de la agricultura como la generación hidroeléctrica, evidenciando la
relación entre cambio climático, riesgo de desastres así como la vulnerabilidad de
sistemas críticos para el funcionamiento del país.

Otros efectos esperados son la intrusión salina debido al aumento del nivel del mar y
la consiguiente contaminación de acuíferos subterráneos o napas de agua, y una
notoria disminución del volumen de los glaciares en la zona sur del país, en relación al
volumen de estos en las décadas pasadas.

Los autores Cifuentes y Meza 20 distinguen, a su vez, una serie de impactos por sector,
que pueden resumirse en los siguientes:

19 UNESCO, Análisis de riesgos de desastres en Chile, 2012. En la web:


http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/Analisisde- riesgos-de-desastres-en-
Chile.pdf
20 Cifuentes, Luis Abdón y Meza, Francisco Javier. Cambio climático: consecuencias y desafíos para Chile.
En la web: http://politicaspublicas.uc.cl/wpcontent/ uploads/2015/02/cambio-climatico-consecuentas-y-
desafios-paras-chile.pdf

67
Sector agricultura: Según los autores, existen anomalías respecto de la capacidad
productiva de ciertas zonas en cuanto a los tipos de cultivos que pueden soportar. De
este modo, se espera que el aumento global de la temperatura signifique una
expansión de ciertos tipos de cultivos a lugares donde usualmente hubieren sido
inviables debido a las heladas. Por otra parte, el mismo fenómeno tendrá un impacto
negativo sobre cultivos que requieren de “vernalización” (esto es, la floración de
ciertas especies que se produce gracias a la transformación que debido al frío sufren
las plantas o las semillas) y producirá una aceleración de su desarrollo, lo que podría
implicar una merma en su rendimiento por el menor periodo de exposición a la
radiación solar que requerirían para alcanzar su madurez.

Otro tipo de impacto que el cambio climático puede tener sobre el sector, no es
posible de determinar a ciencia cierta y tiene relación con la mayor evaporación que
se espera que se produzca. Esto, debido a que la evaporación misma es un proceso
complejo en el que inciden una multiplicidad de factores (se señalan como ejemplos la
radiación neta, velocidad del viento, déficit de presión de vapor, etc.) y a que la
aceleración del desarrollo de los cultivos podría implicar la estabilidad de la demanda
acumulada de agua, ya que las plantas al necesitar de menos tiempo para alcanzar su
madurez, también requerirían de menos agua para hacerlo.

Recursos hídricos: Los autores acusan una relación directa entre las alteraciones a las
condiciones climáticas que tienen por efecto la disminución de las precipitaciones,
variaciones en su frecuencia y su estacionalidad; y la futura disponibilidad de agua y el
comportamiento de los recursos hídricos.

Otros estudios muestran una relación probable entre los cambios del régimen de
precipitaciones y las disminuciones de caudales y de nieve acumulada, lo que se
agrava por las mayores temperaturas y mayor derretimiento. Producto de ello, se
produce un ascenso en la altura de la isoterma 0ºC, reduciendo de ese modo la
superficie que ocupa la nieve en las montañas.

Infraestructura y energía: Al existir una menor acumulación del agua en forma de


nieve por las razones antes explicadas, existe una mayor propensión al riesgo de
crecidas instantáneas y fenómenos mayores de arrastre de sedimentos (tales como

68
aludes), por lo que los diseños de infraestructura deberán considerar este factor en el
futuro.

El sector energía, por su parte, se verá afectado en cuanto el sistema de generación


se hace más vulnerable por la menor recarga de las represas que sirven a las
generadoras hidroeléctricas, haciendo que esta energía sea progresivamente más
cara y menos confiable.

Salud y calidad de vida: El aumento de las temperaturas también tendrá un efecto


expansivo en el rango geográfico que los vectores pueden ocupar, por lo que existiría
una mayor proliferación de las enfermedades causados por éstos. Señalan los autores
que “es necesario evaluar el tipo de enfermedades emergentes que pueden aparecer,
o bien las que pueden aumentar su incidencia y/o severidad en función del Cambio
Climático”.

En cuanto a la calidad de vida, se espera que exista una disminución de los fríos
extremos, por lo que los sistemas de calefacción reducirán ligeramente su uso. Sin
embargo, como contraparte aumentarán los episodios relacionados a estrés por altas
temperaturas y un mayor uso de sistemas de refrigeración.

7.2.- Deforestación y pérdida de biodiversidad.-

Los bosques son en sí mismos ecosistemas que cumplen tres roles básicos en el
funcionamiento del macro sistema ambiental global:

1. Contribuyen a purificar el aire, consumiendo dióxido de carbono y


transformándolo en oxígeno;
2. Constituyen el hábitat natural de una gran diversidad de organismos,
proveyendo el espacio donde existe mayor biodiversidad; y
3. Contribuyen a mantener las propiedades de los suelos, regulando el régimen
de precipitaciones e impidiendo la erosión.

La deforestación hace perder al bosque sus propiedades y afecta gravemente sus


funciones, contribuyendo al aumento de la temperatura global de la tierra, mediante el
efecto invernadero, y fomentando la erosión de los suelos.

69
Una de las consecuencias más graves de la deforestación es la pérdida de
biodiversidad, definida como “la variabilidad de los organismos vivos, que forman
parte de todos los ecosistemas terrestres y acuáticos. Incluye la diversidad dentro de
una misma especie, entre especies y otros ecosistemas” (Convenio sobre Diversidad
Biológica y artículo 2º letra a) de la LGBMA);

Señalamos previamente que el Convenio sobre Diversidad Biológica es un


instrumento que fue aprobado en la Conferencia de Río de 1992 (CDB), siendo el
primer acuerdo internacional que se preocupa de todos los aspectos de la
biodiversidad y manifestando la preocupación de los Estados signatarios por los
recursos genéticos, los ecosistemas y las especies.

El Convenio declara que la conservación de la diversidad biológica es un interés


común de toda la humanidad, motivo por el cual tiene como como objeto asegurar “la
conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y
la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de
los recursos genéticos (…)”.

Entre las principales bases que dan sustento al CDB está el principio precautorio, que
se expresa en la máxima “(…) cuando exista una amenaza de reducción o pérdida
sustancial de la diversidad biológica no debe alegarse la falta de pruebas científicas
inequívocas como razón para aplazar las medidas encaminadas a evitar o reducir al
mínimo esa amenaza” y el principio de cooperación, mediante el cual se insta a
“promover la cooperación internacional, regional y mundial entre los Estados y las
organizaciones intergubernamentales y el sector no gubernamental para la
conservación de la diversidad biológica y la utilización sostenible de sus
componentes”.

En la tercera parte de este curso, dedicada al Derecho Internacional Ambiental,


volveremos sobre este tema y examinaremos con detalle las causas y efectos de la
deforestación y pérdida de biodiversidad.

7.3.- Escasez de agua dulce.-

Según la ONU, la escasez de agua dulce o potable afecta cada vez más a todo el
mundo y cerca de 1.200 millones de personas, es decir, casi una quinta parte de la

70
población mundial, vive en áreas de escasez física de agua, mientras que 500
millones se aproximan a esta situación. Otros 1.600 millones de personas, esto es,
alrededor de un cuarto de la población mundial, se enfrentan a situaciones de escasez
económica de agua, donde los países carecen de la infraestructura necesaria para
transportar el agua desde ríos y acuíferos.

La escasez de agua dulce constituye uno de los principales desafíos del siglo XXI al
que se están enfrentando ya numerosas sociedades de todo el mundo. A lo largo del
último siglo, el uso y consumo de agua creció a un ritmo dos veces superior al de la
tasa de crecimiento de la población y, aunque todavía no se puede hablar de escasez
hídrica a nivel global, va en aumento el número de regiones con niveles crónicos de
carencia de agua. La escasez de agua dulce, señala la ONU, es un fenómeno no solo
natural sino también causado por la acción del ser humano. Hay suficiente agua
potable en el planeta para abastecer a los 7.000 millones de personas que lo
habitamos, pero ésta se encuentra distribuida de forma asimétrica, se desperdicia,
está contaminada y se gestiona de forma no sustentable.

La principal causa de la escasez de agua potable es la contaminación que deriva de


una gestión inadecuada de las aguas residuales urbanas, industriales y agrícolas.
Esta contaminación del agua de origen antrópico afecta a cientos de millones de
personas que la beben y es causa de que parte de los ecosistemas acuáticos
terminen desapareciendo por la rápida proliferación de algas invasoras que se
alimentan de los nutrientes aportados por los residuos orgánicos que se depositan en
los lechos de cuerpos y cursos de agua, mediante procesos de eutrofización.

La contaminación de las aguas se genera principalmente por el depósito en ellas de


diferentes tipos de vertidos no tratados: aguas industriales de proceso, aguas
domiciliaras y aguas blancas. Las primeras corresponden a vertidos de diferentes
tipos de procesos productivos. Las segundas provienen de las agrupaciones humanas
y se caracterizan por su alto contenido de materia orgánica y fecal. Y las terceras son
las llamadas aguas crudas, que corresponden a aquellas que aún no han sido
sometidas a procesos de depuración que las deje aptas para el consumo humano
controlando el riesgo de enfermedades como el cólera, las diarreas, la disentería, la
hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis.

71
Pero además influyen en el déficit de agua potable otros factores como la falta de
accesibilidad a las fuentes, la falta de higiene de las personas, la presencia de
insectos o vectores y, en un nivel macro, la deforestación, el uso de pesticidas y otros
productos químicos en la agricultura, la disminución de suelos agrícolas y el creciente
aumento del suelo urbano destinado a la construcción de establecimientos industriales
y ciudades.

En los Objetivos del Milenio (ODM) se indica el modo como la escasez de agua puede
frustrar la gestión de cada uno de los grandes desafíos ambientales establecidos en
dicho instrumento internacional, señalándose al respecto que:

ODM 1: El acceso a agua para uso doméstico y productivo como agricultura, industria
y otras actividades económicas, influyen directamente sobre la pobreza y la seguridad
alimentaria.

ODM 2: La magnitud de acontecimientos catastróficos y cada vez más recurrentes


como las sequías, interrumpen el proceso educativo.

ODM 3: El acceso al agua, en particular bajo condiciones de escasos recursos, tiene


importantes implicaciones de género que afectan al capital social y económico de las
mujeres en términos de liderazgo, ingresos y oportunidades de relacionarse.

ODM 4 y 5: Unos programas de gestión de los recursos hídricos equitativos y fiables


reducen la vulnerabilidad de los más pobres frente a los imprevistos, lo que además
les proporciona unos medios de vida más seguros y rentables de para el cuidado de
sus hijos.

ODM 6: El acceso a una fuente de agua mejorada y a sistemas de tratamiento de las


aguas residuales en los asentamientos humanos reduce la transmisión de los riesgos
ligados a enfermedades transmitidas por mosquitos como la malaria y la fiebre del
dengue.

ODM 7: Un tratamiento adecuado de las aguas residuales contribuye a reducir la


presión sobre los recursos de agua potable, ayudando a proteger la salud humana y
del medio ambiente.

72
ODM 8: La escasez de agua requiere reforzar cada vez más la cooperación
internacional en el campo de las tecnologías para aumentar la productividad y las
oportunidades de financiación de los recursos hídricos y un entorno mejorado para
compartir los beneficios de la gestión de la escasez del agua.

7.4.- Degradación del suelo.-

La degradación de los suelos es un fenómeno persistente y exponencial que afecta a


una superficie considerable del planeta y a cientos de millones de personas. Las
principales causas de esta situación que se ha hecho cada vez más críticas pueden
asociarse a la erosión, a la sequía y a la desertificación.

7.4.1.- Erosión.- La erosión consiste en la pérdida o destrucción de las capas del suelo
por la acción de los vientos, de las aguas corrientes y de las lluvias o por la
intervención antrópica.

En términos generales, pueden distinguirse dos clases de erosión:

1. La erosión natural o geológica, que representa el fenómeno en su estado


natural, sin la intervención del hombre, y consiste en el arrastre de partículas
en suspensión sobre la superficie del terreno.
2. La erosión acelerada o antrópica, que es el proceso acelerado de lavado del
suelo causado por la destrucción de la vegetación natural que lo protege de la
acción de las aguas lluvia. La erosión antrópica es la más perjudicial, ya que
normalmente provoca la disminución de la fertilidad del suelo.

Los agentes erosivos son varios y dinámicos, no siendo infrecuente que se potencien
entre sí. Así, por ejemplo, la erosión hídrica que produce la lluvia que impacta sobre la
superficie provoca el transporte de partículas por aspersión y aumenta la energía a las
aguas superficiales que escurren y lavan el suelo. Otros agentes erosivos son el
viento, la sequía y el sobrepastoreo de las tierras agrícolas, que destruyen la capa
superficial del suelo y afectan los depósitos de materia orgánica impidiendo su
restauración o recomposición.

Una de las formas más graves de erosión son las cárcavas, que consisten en zanjas
más o menos profundas originadas por socavamientos repetidos sobre el terreno,
debido al flujo incontrolado de las aguas de escorrentía que escurre ladera abajo. La

73
existencia de cárcavas es indicio de un deterioro casi irreversible de los suelos
afectados por este fenómeno, especialmente si éstas evolucionan con crecimiento
hacia arriba y hacia los lados de la ladera bajo la forma de cárcavas remontantes o
erosión retrógada, cuyo avance es por lo general incontrolable. Según Rivera 21, “La
presencia de cárcavas en un terreno indica un grado avanzado de degradación, ya
que la mayoría de las veces se inician luego de la pérdida superficial del suelo por
efecto del impacto de las lluvias, destrucción de los agregados naturales del suelo, la
erosión laminar y en surcos, como consecuencia del uso y manejo inadecuado de los
suelos y ausencia de prácticas preventivas de conservación, o por la construcción de
vías sin obras adecuadas para conducción de aguas de escorrentía y por descargas
de caudales altos de agua sobre taludes inferiores sin disipación de su energía
cinética. Una de las limitantes principales en el control de cárcavas remontantes son
los costos en su control cuando la solución se enfoca hacia la Ingeniería Convencional
con estructuras de concreto y por el desconocimiento de otras soluciones alternas,
más eficientes, eficaces y de menor costo, como son los tratamientos de tipo
biológico, utilizando los recursos existentes en la finca, zona urbana o área de
influencia al problema”.

En Chile el desencadenamiento de los procesos erosivos ha sido favorecido por los


sistemas de explotación agrícola que históricamente han destruido la vegetación
protectora del suelo al despejar los terrenos inclinados del bosque que los cubría, por
la subdivisión de la propiedad que obligó a trabajar las tierras en forma continuada,
por los deficientes sistemas de laboreo, por el talaje excesivo y por la falta de rotación
en los cultivos.

Las principales consecuencias de la erosión son la pérdida de fertilidad de los suelos,


la sedimentación de ríos y tranques, la formación de dunas litorales, los
deslizamientos de tierras y la pérdida de fuentes de trabajo para los campesinos.

7.4.2.- Sequía.- Las sequías son fenómenos temporales que se caracterizan por la
escasez o inexistencia de agua, llegando ésta a ser insuficiente para abastecer a la
población, los animales y plantas. Se trata éste de un fenómeno paulatino y
persistente que evoluciona a lo largo del tiempo y destruye gradualmente la región

21 Rivera Posada, Horacio, Erosión en cárcavas, en La web de la bioingeniería y la restauración ecológica .


En la web http://ecoambientes.tripod.com/id7.html.

74
afectada. En los casos agudos, la sequía puede durar muchos años y causar efectos
devastadores en la agricultura y las reservas de agua.

La principal causa de las sequías es la falta de precipitaciones por periodos


prolongados, que puede incluso poner término a toda manifestación de vida en un
área determinada, afectando principalmente los lugares donde existe una gran
variabilidad climática. Pero también debe, considerarse ciertas causas indirectas,
como la deforestación o la destrucción de los suelos debido a explotaciones
inadecuadas, y otras globales como el cambio climático, todas las cuales son a la vez
causas y efectos que se retroalimentan.

Pueden distinguirse varios tipos de sequía, como la meteorológica, que se caracteriza


por la reducción de precipitaciones durante periodos determinados, disminuyendo a
un volumen que no alcanza a satisfacer todas las necesidades; la hidrológica, que se
traduce en la reducción de los recursos acuáticos; y la agrícola, que recibe todos los
impactos producidos por las dos anteriores, por ejemplo en los cultivos.

Las sequías pueden y suelen provocar otros desastres ambientales que afectan a los
recursos naturales, pero también y muy principalmente a las comunidades humanas.
Entre los primeros, el más importante es la desertificación, al cual dedicaremos el
párrafo siguiente; y entre los segundos podemos destacar la inseguridad alimentaria,
las hambrunas, la desnutrición, las epidemias y el desplazamiento de poblaciones.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura


(FAO), “la sequía es uno de los peligros naturales más devastadores que paraliza la
producción de alimentos, agota los pastizales, perturba los mercados y, en los casos
más extremos, causa la muerte generalizada de personas y animales. Las sequías
pueden también dar lugar a un aumento de la migración de las zonas rurales a las
urbanas, lo que supone una presión adicional para la producción decreciente de
alimentos. Muchas veces los pastores se ven obligados a buscar fuentes alternativas
de agua y alimentos para sus animales, lo cual puede crear conflictos entre las
comunidades de pastores y agricultores”.

En los últimos años, añade, “las sequías han dado lugar a algunos de los desastres
humanitarios de mayor gravedad, entre ellos las crisis recientes de las regiones del
Cuerno de África (2011) y el Sahel (2012), que amenazaron las vidas y los medios de

75
vida de millones de personas. En el pasado, las sequías no eran siempre tan
catastróficas y solían formar parte del sistema climático ordinario, como era el caso en
las tierras secas del Cuerno de África y en el Sahel. Sin embargo, la mayor frecuencia
de sequías y el carácter más errático de las precipitaciones en muchos países, junto
con la vulnerabilidad económica, social y ambiental subyacente, han hecho que las
sequías tengan un impacto cada vez más destructivo en las poblaciones en riesgo.

Una estadística reciente22 indica que en Chile se han producido 17 grandes sequías
entre los años 1924 y 2012.

22 Meza, Laura, Corso Sandrine y Soza, Sebastián, Gestión de riesgo de sequía y otros eventos climáticos
extremos en Chile, Ed. FAO, ODEPA, Ministerio de Agricultura, Chile, 2010. Según la información estadística
proporcionada por estos autores, las grandes sequías han sido las siguientes:
22
Año (s)
22
1924

222010-
221960-
221968-
221970-
221990-
221998-
222007-
222012 22
22Gran
22Sequía sequía
dede2012
1960-
1970-
1990-
1998-
2007-
2010-
de 22Atacama,
22
22Coquimbo,yCoquimbo,
22Coquimbo
22Atacama Coquimbo
Coquimbo yValparaíso,
Valparaíso, Valparaíso Metropolitana,
Metropolitana
Metropolitana y O'HigginsyO'Higgins,
O'Higgins
1962
1969
1971
1991
1999
2008
2011
221933
221946
221964
221967
221979
221986
221996 Nombrede de
Sequía
1962
1968
1971
1991
1999
2008
2011
22Sequía 1933
1946
1964
1967
1979
1986
1996
1924 Regiones
Coquimbo,
Maule
Maule, LayCoquimbo,
yBiobío,
Biobío
22AtacamaBiobíoAraucanía,
yCoquimbo
Valparaíso
Atacama,
afectadas
Valparaíso,
22Antofagasta,
22Biobío,
22Coquimbo
22Atacama, yLa
La Valparaíso
Los
Coquimbo,
Araucanía,
Araucanía Ríos y yLos
Metropolitana,
Los Ríos Metropolitana
Valparaíso
y Lagos
O'Higgins yy Maule
Los Lagos Metropolitana

76
7.4.3.- Desertificación.- Muy ligado a los fenómenos de erosión y sequía está el de la
desertificación, que cuando es consecuencia de la acción antrópica recibe el nombre
de desertización. La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la
Desertificación (UNCCD) define este proceso como “la degradación de las tierras de
zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales
como las variaciones climáticas y las actividades humanas”. Por su parte, se entiende
por degradación de las tierras la reducción o pérdida de productividad biológica o
económica del suelo.

La desertificación consiste en la pérdida global y definitiva de la aptitud del suelo como


nicho ecológico y puede definirse como una degradación persistente de los
ecosistemas de las tierras secas producida por las variaciones climáticas y la actividad
del hombre. Está presente en casi todo el planeta, con mayor o menor intensidad y
extensión, afectando al medio de vida de cientos de millones de personas, toda vez
que las tierras secas se encuentran en la mayoría de los biomas y zonas climáticas
del mundo y constituyen el más del 40% de la superficie terrestre del planeta,
albergando a más de un tercio de la población. En las tierras secas los servicios que
proporcionan los ecosistemas están limitados por la escasez de agua, el uso intensivo
de las tierras y el cambio climático, siendo este último una amenaza mucho mayor en
las tierras secas que en el resto de sistemas. Las zonas más vulnerables a la
desertificación son las tierras secas subsaharianas y centroasiáticas.

Según la FAO, las tierras secas han sido modeladas durante milenios por una
combinación de bajas precipitaciones, sequías y olas de calor, así como por
actividades humanas tales como el uso del fuego, el pastoreo, la recolección de
madera y productos forestales no madereros y el cultivo de la tierra. La característica
principal de las tierras secas, añade la FAO, es la escasez de agua, que afecta tanto
los ecosistemas naturales como los gestionados por el hombre, y que limita la
producción de ganado, cultivos, madera, forraje, etc., además de perturbar el
suministro de muchos servicios ambientales. Los suelos de las zonas secas tienden a
ser vulnerables a la erosión hídrica y eólica al estar expuestos a una intensa
meteorización. Estos suelos también se caracterizan por una baja fertilidad debido al
bajo contenido de materia orgánica en su capa superior. El Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) clasifica las tierras secas según su índice de

77
aridez (IA), que se mide por la relación que existe entre la precipitación media anual y
la evapotranspiración potencial, considerando que una zona es seca cuando presenta
un IA inferior a 0,65.

La desertificación se produce como resultado de un desequilibrio a largo plazo entre la


demanda de servicios de los ecosistemas por parte del hombre y aquellos que los
ecosistemas pueden proporcionar. En la actualidad, existe una presión creciente sobre
los ecosistemas de las tierras secas en cuanto al suministro de servicios como la
alimentación, el forraje, el combustible, los materiales de construcción y el agua, que
es necesaria para el hombre, el ganado, el riego y el saneamiento. Este incremento se
atribuye a una combinación de factores humanos (como la presión demográfica y el
modelo de uso del suelo) y climáticos (como las sequías). Aproximadamente entre el
10 y el 20% de las tierras secas se encuentran en un grado avanzado de
desertificación poniendo en peligro el desarrollo de los pueblos afectados y siendo uno
de los mayores desafíos ambientales que enfrenta el mundo.

Chile es uno de los países más afectados por la desertificación, fenómeno que junto
con la sequía afecta, en distinto grado, a una superficie de aproximadamente
cincuenta millones de hectáreas del territorio nacional, esto es, un 65% del mismo.
Las principales causas de esta verdadera catástrofe ambiental y el avance sostenido
del desierto que experimenta el país, están asociados a los procesos de deforestación
sistemática de los suelos, a los incendios forestales, a las malas prácticas
agropecuarias en terrenos forestales y a los efectos del cambio climático. Sus
principales consecuencias son la reducción de las precipitaciones, la pérdida o
retroceso de ecosistemas frágiles, como los glaciares, el empobrecimiento y migración
rural en las áreas afectadas por la degradación de la tierra y la pérdida de diversidad y
productividad biológica y económica asociada.

7.4.4.- Neutralidad en la degradación de la tierra (NDT).- La magnitud y persistencia


de los fenómenos que al potenciarse entre sí han provocado la enorme degradación
del suelo que afecta al mundo, han llevado a los expertos a buscar formas de
controlarlos y mitigar sus efectos. Así nació, en la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Desarrollo Sostenible de 2012 el concepto de Neutralidad en la Degradación
de la Tierra (NDT), que posteriormente se incluyó como parte de los Objetivos de
Desarrollo Sustentable (ODS) que hemos reseñado con anterioridad.

78
La UNCCD define la neutralidad de la degradación de las tierras como “una situación
en que la cantidad y la calidad de los recursos de tierras necesarios para sustentar las
funciones y los servicios de los ecosistemas e incrementar la seguridad alimentaria, se
mantienen estables o aumentan en los ecosistemas y las escalas temporales y
espaciales de que se trate”.

Los objetivos de NDT son:

1. Mantener o mejorar los servicios de los ecosistemas.


2. Mantener o mejorar la productividad, a fin de mejorar la seguridad alimentaria.
3. Aumentar la resiliencia de la tierra y las poblaciones dependientes de la tierra.
4. Buscar sinergias con otros objetivos medioambientales.
5. Reforzar la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra.

La Conferencia de las Partes número 12, la UNCCD solicitó a los Estados miembros
que formularan en forma voluntaria los objetivos en este ámbito, según las
circunstancias nacionales específicas y sus prioridades de desarrollo. Las metas de
NDT definen los objetivos específicos de un Estado en cuanto a la lucha contra la
degradación de las tierras, las cuales consideran medidas políticas y/o técnicas que
hayan sido identificadas para alcanzar la NDT, todas ellas dirigidas a los objetivos de
degradación neutral. Entre las medidas para alcanzar la NDT, se comprenden una
serie de intervenciones para evitar, reducir o revertir la degradación de las tierras.

Chile ha formulado un conjunto de veintiséis medidas que se centran en los objetivos


de enfrentar el cambio climático, la desertificación, la degradación de las tierras y la
sequía, estableciendo un sistema de gestión de los recursos vegetacionales con la
finalidad de evitar o disminuir las tasas históricas de deforestación, devegetación y
degradación de bosques nativos, formaciones xerofíticas y otras formaciones
vegetacionales, así como también, fomentando la recuperación, forestación,
revegetación y manejo sustentable de estos recursos nativos de Chile.

El objetivo general de este sistema es disminuir la vulnerabilidad social, ambiental y


económica que genera el cambio climático, la desertificación, la degradación de las
tierras y la sequía sobre los recursos vegetacionales y comunidades humanas que
dependen de éstos, a fin de aumentar la resiliencia de los ecosistemas y contribuir a

79
mitigar el cambio climático, fomentando la reducción y captura de emisiones de gases
de efecto invernadero en Chile. Sus objetivos específicos son:

1. Aportar al cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado ante la


ONU, el Secretariado de la Convención de Diversidad Biológica y otros
acuerdos nacionales e internacionales, desde el ámbito de los recursos
vegetacionales.
2. Incidir en la toma de decisiones técnicas, políticas y financieras que permitan
posicionar el rol de los recursos vegetacionales en la mitigación y adaptación al
cambio climático, la lucha contra la desertificación, la degradación de las tierras
y la sequía, como ejes prioritarios en las políticas de desarrollo sectoriales.
3. Gestionar mecanismos de valoración y valorización de los servicios
ambientales que proveen los recursos vegetacionales nativos, incluyendo
sistemas de pagos por desempeño que respeten la distribución de beneficios y
las salvaguardas ambientales y sociales.

7.5.- Contaminación.-

Contaminación es toda alteración en el ambiente que puede provocar daños en un


ecosistema, en el medio físico o en los seres vivos.

El artículo 2° letra c) de la LBGMA define contaminación como “la presencia en el


ambiente de sustancias, elementos, energía o combinación de ellos, en
concentraciones o concentraciones y permanencia superiores o inferiores, según
corresponda, a las establecidas en la legislación vigente”. Y la letra d) del mismo
artículo define contaminante “todo elemento, compuesto, sustancia, derivado químico
o biológico, energía, radiación, vibración, ruido, o una combinación de ellos, cuya
presencia en el ambiente, en ciertos niveles, concentraciones o períodos de tiempo,
pueda constituir un riesgo a la salud de las personas, a la calidad de vida de la
población, a la preservación de la naturaleza o a la conservación del patrimonio
ambiental.”.

Según el medio que afecta, la contaminación puede ser:

80
1. Contaminación del agua, que es la incorporación al medio acuático de materias
extrañas, como microorganismos, productos químicos, residuos industriales, y de
otros tipos o aguas residuales;

2. Contaminación del suelo, que es la incorporación al suelo o subsuelo de


materias extrañas, como basura, desechos tóxicos, productos químicos, y desechos
industriales. Esta contaminación produce desequilibrios físicos, químicos y biológicos
que impactan negativamente a los organismos que crecen en ese medio; y

3. Contaminación del aire, que es la adición a la atmósfera de gases tóxicos, CO,


u otros que afectan el normal desarrollo de los organismos y que pueden impactar
negativamente el clima.

En relación al tipo de contaminante, puede existir:

1. Contaminación química, que aquella que se produce por la introducción al


ambiente, particularmente en las aguas, de agentes químicos, como sulfuros, sulfatos,
nitrógeno amoniacal, nitritos, nitratos, DQO, DBO, carbono orgánico, metales
pesados, detergentes, fenoles, hidrocarburos, sea en su estado original o como parte
de procesos productivos;

2. Contaminación térmica, que es consecuencia de la emisión de fluidos a


elevada temperatura; se puede producir en cursos de agua. El incremento de la
temperatura del medio disminuye la solubilidad del oxígeno en el agua;

3. Contaminación acústica, que es la presencia en el ambiente de ruidos o


vibraciones, cualquiera que sea el emisor que los origine, que impliquen molestia,
riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los
bienes de cualquier naturaleza, o que causen efectos significativos sobre el medio
ambiente. La contaminación acústica provoca el incremento significativo de los niveles
de presión sonora del medio ambiente;

4. Contaminación electromagnética, también denominada electropolución, que es


la que producen las radiaciones del espectro electromagnético generadas por muy
diversos equipos eléctricos y/o electrónicos. Estas radiaciones pueden ser ondas de
baja frecuencia y las microondas u ondas de frecuencia mucho más alta. Las ondas
electromagnéticas de muy baja frecuencia son las emitidas por las líneas de alta

81
tensión, las estaciones y subestaciones transformadoras eléctricas y los dispositivos
eléctricos, incluso caseros, se sitúan en el extremo inferior del espectro
electromagnético;

5. Contaminación lumínica, que es el resplandor que se produce a causa de una


excesiva emisión de luz proyectada sobre gases y partículas suspendidas en el aire.
Esta luz artificial y desmesurada se desvía en varias direcciones sin sentido, en
diferentes intensidades, sin horarios adecuados y en rangos espectrales innecesarios.
Entre los efectos más nocivos de la contaminación lumínica, pueden señalarse la
dispersión de la luz hacia el cielo o sky glow, que puede dejar sin visibilidad los cielos;
la dificultad para que se destruyan partículas contaminantes mediante reacciones
químicas dependientes de la oscuridad, como el dióxido de carbono; el derroche
innecesario de energía eléctrica; el desequilibrio de algunos ecosistemas;

6. Contaminación radiactiva, que es la derivada de la dispersión de materiales


radiactivos, como el uranio enriquecido, usados en instalaciones médicas o de
investigación, en procesos industriales, reactores nucleares de centrales energéticas,
satélites artificiales o el uso de armamento nuclear; y

7. Contaminación visual, que se produce generalmente por la presencia en las


ciudades y los caminos, de instalaciones industriales, edificios, carteles, propaganda,
luminarias e infraestructuras que deterioran la estética del medio.

En Chile, como se desprende de la definición de la LBGMA que hemos reproducido,


existe un concepto amplio de contaminación ya que se atribuye el carácter de fuente
contaminante a cualquier elemento, compuesto, sustancia, derivado químico o
biológico, energía, radiación, vibración, ruido que, por sí mismo o combinado con otras
fuentes, puedan constituir un riesgo para la salud o calidad de vida de las personas,
así como para la preservación de la naturaleza o la conservación del patrimonio
ambiental.

Sin embargo, tras esta aparente amplitud se encierra un grave problema que impide
medir científica y técnicamente la presencia o ausencia de contaminación. Este
problema, que suscitó fuertes discusiones durante la discusión del proyecto de la
futura LGBMA consiste precisamente en que el legislador optó por aprobar un
concepto puramente legal y formal de contaminación, estableciendo que ella existe

82
sólo cuando la presencia en el ambiente de uno o más contaminantes supera o
excede los límites máximos o mínimos establecidos en la legislación vigente. Por lo
tanto, aún cuando técnicamente pudiere demostrarse que existe contaminación, si la
normativa legal así no lo establece debe considerarse que no la hay. Cuando al
estudiar los principios que rigen el Derecho Internacional Ambiental analicemos el
principio precautorio , veremos cuán grave puede llegar a ser que la falta de evidencia
científica o técnica permita quitar la condición de contaminante a cualquier fuente por
el solo ministerio de la ley, con el consiguiente riesgo de que las personas puedan
verse afectadas por una contaminación real, aunque no reconocida por la legislación.

7.6.- Pobreza y desigualdad.-

La pobreza es una de las consecuencias más dramáticas del deterioro ambiental y de


la disminución de las posibilidades de acceso a los bienes ambientales.

Existen diversas manifestaciones externas de la pobreza, no todas evidentes pero que


dicen relación con la falta de recursos de cualquier índole, sea que se trate de
recursos materiales inmateriales ligados a la dignidad e igualdad esencial de la
persona humana.

Desde luego, podemos decir que una de las manifestaciones más evidentes de la
pobreza es la insuficiencia de ingresos que permitan a una persona acceder a un
conjunto básico o mínimo de bienes. También es un indicador de pobreza la existencia
de necesidades básicas insatisfechas (alimentación, techo y abrigo) en un nivel que
sea adecuado a la dignidad de las personas. Así, por ejemplo, no cumplen con esta
condición las viviendas físicamente inadecuadas para el alojamiento humano, las
viviendas donde existe hacinamiento crítico, las viviendas que carecen de condiciones
sanitarias básicas, las viviendas que representan una alta dependencia económica
debido a los bajos niveles de ingresos del jefe de hogar, las viviendas donde habitan
niños en edad escolar que no asisten a la escuela.

83
Para Lipton et al”23, “Pobreza existe cuando una o más personas están o caen bajo un
cierto nivel de bienestar económico considerado como un mínimo razonable, ya sea
en términos absolutos o por los estándares de una sociedad específica”. Según
Chambers24, “Pobreza se refiere a una falta de necesidades físicas, activos, e ingreso.
Incluye –pero es más que – el hecho de ser pobre por ingresos.”.

El Banco Mundial (1990) afirma que “Pobreza es entendida como la inhabilidad para
obtener un estándar de vida mínimo”, y para CEPAL (1997) una persona es
considerada pobre “si él o ella no tiene acceso (o no posee la capacidad para
acceder) a un paquete de bienes, servicios y derechos establecidos normativamente.”.

Según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) 25, “Si desarrollo humano es acerca de
aumentar alternativas, pobreza significa que las oportunidades y alternativas más
básicas para el desarrollo humano son denegadas- tener una vida larga, saludable y
creativa y disfrutar de un estándar de vida decente, libertad, autoestima y respeto por
los otros”.

El concepto de pobreza se ha ampliado en el transcurso de las dos últimas décadas,


desde un enfoque centrado en las variables económicas de ingreso o consumo, a
otras que han incorporado dimensiones de la vida de las personas, tales como la
longevidad, analfabetismo y condiciones de salud, o bien, la vulnerabilidad, el riesgo, y
la impotencia y la falta de voz, entre otros condicionantes que afectan
significativamente a los pobres (MIDEPLAN, Documento de Trabajo, octubre de
2012).26

23 Lipton, Michael; Ravallion, Martin; Lipton, Michael, Ravallion, Martin. Poverty and policy. Policy, en
Research working papers: Poverty and human resources. World Bank, Washington, DC, 1993 en la web,
http://documents.worldbank.org/curated/en/885101468766532174/Poverty-and-policy.

24 Chambert, Robert, Poverty and Livelihoods: Whose Reality Counts? Volumen 347 de IDS discussion
paper: Institute of Development Studies at the University of Sussex, 1995

25 El índice de desarrollo humano (IDH) es un indicador del desarrollo humano por país, elaborado por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

26 Ver, entre otros, Heidi Berner Herrera, La medición de pobreza multidimensional, una mirada
comprehensiva a la pobreza y desigualdad en Chile. Importancia de variables territoriales y sociales ,

84
La pobreza se encuentra íntimamente ligada a la desigualdad y en alguna medida es
consecuencia de ella, pero se trata de dos conceptos diferentes, siendo la
desigualdad un problema más sutil, profundo y persistente. En Chile, por ejemplo, la
tasa de pobreza se ha reducido de manera notoria, los ingresos de los hogares han
aumentado de forma considerable, la matrícula escolar y universitaria se ha expandido
significativamente y el sistema democrático se ha mostrado estable, pero la
desigualdad ha persistido, manifestándose en enormes diferencias socioeconómicas,
que se reflejan en espacios urbanos segregados, tratos discrimatorios y capacidades
muy distintas de influencia y poder, son una mancha en un listado de logros de los
cuales el país puede sentirse, con justa razón, orgulloso.

Según reciente estudio de PNUD27, la desigualdad es parte de la fisonomía histórica


de Chile, “un rasgo estructural de orden social desde sus inicios hasta nuestros días.
Para los habitantes es un elemento esencial de cómo entienden el país donde viven y
la posición que ocupan en la sociedad”. El documento define desigualdades sociales
como “las diferencias en dimensiones de la vida social que implican ventajas para
unos y desventajas para otros, que se representan como condiciones estructurantes
de la vida, y que se perciben como injustas en sus orígenes o moralmente ofensivas
en sus consecuencias, o ambas”. A partir de esta definición el documento proyecta las
desigualdades en diversos ámbitos de la vida social.

En primer lugar, se refiere a la desigualdad de los ingresos, donde éste y la riqueza


consiguiente se concentran en el 1% más rico, siendo el 33% del ingreso captado por
el 1% más rico de la población y el 19.5% captado por el 0,1% más rico. Según el
estudio, “No se dispone de la información necesaria para saber si la concentración de
los ingresos en el 1% más rico ha aumentado o disminuido en las últimas décadas,
pero el fuerte crecimiento de los activos de los grupos económicos hace muy
improbable que esta dimensión de la desigualdad se haya reducido”. Chile, concluye,
MIDEPLAN, Subsecretaria de Evaluación Social 13 de Mayo, 2016; y Hernando, Andrés, Medición de la
pobreza en Chile e introducción de indicadores de Entorno y Redes, Centro de Estudios Públicos, Edición
online Nº 443, octubre 2016. Este documento puede leerse en la web
https://cepchile.cl/cep/site/artic/20161021/asocfile/20161021122822/pder443_ahernando.pdf.

27 DESIGUALES. Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile, PNUD, junio de 2017.

85
“sigue siendo un país de mucha desigualdad socioeconómica con concentración en el
tope, y (...) su mantención en el tiempo descansa en mecanismos de reproducción
profundamente enraizados en la institucionalidad, la cultura y la estructura productiva
del país”.

Una segunda dimensión de la desigualdad se expresa en los bajos salarios que


afectan a un gran número de trabajadores, entendiéndose por salario bajo “aquel que
es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de un hogar promedio en ausencia
de otras fuentes de ingresos (es decir, uno que no permita a un trabajador mantener a
una familia de tamaño promedio sobre la línea de pobreza)”. Además, la insuficiencia
de los salarios tiene una clara expresión de género, toda vez que “las trabajadoras
tienen una probabilidad 10 puntos superior que los hombres de recibir una paga baja,
que aumenta a 20 puntos en el segmento de trabajadores con estudios secundarios”.
Ligada a la baja de salarios se encuentra la inseguridad económica que está
fuertemente estratificada por nivel socioeconómico, donde los trabajadores con menos
ingresos presentan numerosas transiciones de un trabajo a otro debido a la alta
rotación de empleos, viviendo con el temor a ser despedidos (el miedo es “una
herencia pegada en la piel”). Adicionalmente, los bajos salarios afectan fuertemente el
monto de las pensiones: toda vez que alrededor de la mitad de los jubilados percibe
hoy una pensión inferior a un valor mínimo, definido éste como un 70% del salario
mínimo.

Otra manifestación de la desigualdad es la que se produce en el trato social, que en


Chile “cristalizan en modos de interacción, en cómo las personas son tratadas, en
cómo el respeto y la dignidad se confieren o deniegan en el espacio social”. Según el
estudio, “se puede hablar con propiedad de que en Chile se evidencia una fuerte
‘desigualdad del trato social’. El análisis muestra que pertenecer a las clases más
acomodadas facilita significativamente no tener experiencias de malos tratos, una
ventaja considerable cuando lo que está en juego son las formas de reconocimiento
social desde las cuales las personas pueden desplegar su subjetividad”.

Concluye el estudio señalando que “Un elemento esencial para entender el fenómeno
de la desigualdad social son los sentimientos de injusticia que produce. En la
discusión pública una diferencia solo aparece como desigualdad en relación con un

86
determinado ideal de igualdad, esto es, cuando se percibe que ciertos bienes
socialmente deseados (materiales o simbólicos) están distribuidos de manera injusta”.

A modo de resumen, en el documento se identifican los siguientes grandes espacios


donde se manifiestan las desigualdades y se abren oportunidades y desafíos para
reducirlas e impulsar cambios sostenibles en el tiempo:

1. Una estructura productiva con circuitos diferenciados de productividad,


cualificaciones y calidad del empleo, lo que deriva en una gran masa de
trabajadores con bajos salarios,
2. Un patrón en que el capital y los ingresos están muy concentrados en un
conjunto de grupos económicos, cuya propiedad está en manos de un número
reducido de personas.
3. Un Estado insuficientemente involucrado en las tareas de redistribución y
provisión de seguridades para los ciudadanos.
4. Concentración del poder político y sobrerrepresentación de los grupos de
mayores ingresos en los espacios de toma de decisiones.
5. Un sistema educativo cuya estructura altamente segmentada no permite
asegurar la suficiente igualdad de oportunidades.
6. La consolidación de una serie de principios normativos que en algunos
dominios justifican las desigualdades existentes y socavan las dinámicas de
integración social, mientras que en otros demandan mayor igualdad.

7.7.- Desnutrición.-

La desnutrición se encuentra íntimamente vinculada a la pobreza y es la pérdida de


reservas o debilitación de un organismo por recibir poca o mala alimentación. La
desnutrición implica tener un peso corporal menor al normal para la edad, tener una
estatura inferior a la que corresponde a la edad (retraso en el crecimiento), estar
peligrosamente delgado o presentar carencia de micronutrientes (vitaminas o
minerales), lo que se conoce como hambre oculta.

La desnutrición es el resultado del consumo insuficiente de alimentos y de la


aparición repetida de enfermedades infecciosas. La desnutrición puede ser crónica,
aguda y desnutrición según peso para la edad (UNESCO).

87
La desnutrición es el resultado físico del hambre, una enfermedad devastadora de
dimensiones epidémicas, que padecen 50 millones de niños y niñas menores de cinco
años en todo el mundo. Es el resultado de la escasez de alimentos o de una dieta
inadecuada. Al año causa la muerte de más de 3,1 millones de niños y niñas.

Pero también afecta su desarrollo físico e intelectual y su estado de salud de por vida,
ya que serán adultos frágiles a quienes resultará difícil sacar obtener y retener
trabajos adecuados y solventar los gastos familiares, perpetuando así el círculo
vicioso entre la pobreza y el hambre.

Se estima que la pérdida de productividad de una persona que ha padecido


desnutrición superará en un 10% de los ingresos que obtendría a lo largo de su vida y
que un país puede perder hasta el 3% de su Producto Interior Bruto (PIB) a causa de
la desnutrición.

La principal causa de la desnutrición es la pobreza, pero también existen otras causas


como la falta de lactancia materna en los niños, la presencia de enfermedades
infecciosas provenientes de la falta de limpieza, enfermedades respiratorias agudas,
la falta de educación y de información sobre adecuada alimentación, la carencia de
suplementos vitamínicos y alimenticios, y el costo de los alimentos.

7.8.- Trabajo infantil.-

Se considera trabajo infantil a la participación regular en toda actividad laboral,


remunerada o no remunerada, que involucre a niñas o niños menores de edad, que
perjudican su salud o integridad física o moral y que les impiden asistir a la escuela.
Los tipos más frecuentes de trabajo infantil son: empaque de mercaderías en
supermercados, recolección de basuras en la calle, comercio callejero, trabajo
doméstico, trabajo en talleres manufactureros, trabajo agrícola, pesquería y
explotación minera (OIT).

Desde su creación, la OIT ha llevado a cabo esfuerzos para la prevención y


erradicación del trabajo infantil. Además de la elaboración de convenios internaciones
sobre al tema, la OIT creó en 1992 el Programa Internacional para la Erradicación del
Trabajo Infantil (IPEC por sus siglas en inglés) una iniciativa de cooperación técnica
dedicada exclusivamente a prevenir y combatir el trabajo de niños y niñas.

88
La Convención sobre los Derechos del Niño, que Chile suscribió en 1990, reconoce el
“derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el
desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o
que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual o social”
(artículo 32).

En la tercera parte de este curso, referida al Derecho Internacional Ambiental,


volveremos sobre éste y los demás temas que hemos planteado dentro de este
capítulo sobre presiones y amenazas al desarrollo sustentable.

8.- Las presiones sobre el ambiente en América Latina.-

El 23 de mayo de 2016, se celebró en Nairobi la segunda sesión de la Asamblea de


las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), donde se concluyó que los
cambios ambientales que afectan al mundo están ocurriendo a una velocidad
muchísimo más rápida de lo que antes se pensaba.

Como documentos de trabajo para este encuentro internacional, bajo el título


Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO-6): Evaluaciones Regionales se
elaboraron seis informes separados, que proveen un estudio altamente detallado de
los problemas ambientales que afectan cada una de las seis regiones en el mundo: la
región Paneuropea, América del Norte, Asia y el Pacífico, Asia Occidental, América
Latina y el Caribe, y África.

Las evaluaciones regionales concluyen que a nivel global existen diversas amenazas
ambientales comunes que están rápidamente intensificándose en muchas partes del
mundo. En casi todas las regiones, el crecimiento de la población, la rápida
urbanización, el aumento en el nivel de consumo, la desertificación, la degradación de
la tierra y el cambio climático se han combinado para hacer que los países sufran una
escasez de agua más severa.

El Director Ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, afirma: “Hoy en día, gracias a este
informe, sabemos mucho más acerca del estado del ambiente en el mundo de lo que
sabíamos antes. Con estas evaluaciones, el PNUMA ha presentado al mundo la
última evidencia sobre el estado del ambiente en el mundo, dándoles las

89
herramientas que necesitan para anticiparse y evitar el daño que se le está haciendo
a nuestro planeta”.

"Si las tendencias actuales continúan y el mundo no hace valer soluciones que
mejoren los patrones actuales de producción y consumo, y si no utilizamos los
recursos actuales de forma sostenible, entonces el estado del ambiente en el mundo
continuará declinando. Es esencial que comprendamos la velocidad del cambio
ambiental sobre nosotros y que comencemos a trabajar con la naturaleza en vez de
contra ella para abordar una gran variedad de amenazas ambientales frente a
nosotros”.

9.- Recepción del concepto de desarrollo sustentable en Chile.-

Cinco años después de haberse publicado el Informe Brundtland, el 14 de septiembre


de 1992 se presentó al Senado de Chile el proyecto de ley de Bases Generales del
Medio Ambiente, precedido de un Mensaje Presidencial en el que figuran los
fundamentos doctrinarios que inspiran el proyecto. Como era de esperar, se repiten en
éste los conceptos fundamentales del nuevo paradigma que ya se había impuesto en
el mundo.

El Mensaje parte de una observación empírica: los esfuerzos de los chilenos para
lograr el bienestar económico han comprometido seriamente la capacidad de nuestras
riquezas naturales y del medio ambiente. Lo cual plantea un desafío: generar los
medios necesarios para restablecer el equilibrio entre el hombre y su medio: La
noción de desarrollo sustentable es de gran utilidad, pues afirma que no puede haber
progreso sólido y estable si no existen simultáneamente equidad social y
conservación ambiental. Un desarrollo sustentable debe conservar la tierra y el agua,
los recursos genéticos, no degradar el medio ambiente, ser técnicamente apropiado,
económicamente viable y socialmente aceptable.
La protección ambiental, por consiguiente, no puede plantearse como un dilema frente
al desarrollo, sino como uno de sus elementos. Cuando se habla de desarrollo
sustentable, debe pensarse en crecimiento económico con equidad social y con
preservación y cuidado de los recursos naturales.

90
La versión original del proyecto de ley presentado junto al Mensaje no recogía el
concepto de desarrollo sustentable, sino que definía únicamente desarrollo como el
proceso de mejoramiento continuo, simultáneo y armónico de la calidad de vida de
todos los miembros de la sociedad humana, basado en la conservación y
mejoramiento de su patrimonio ambiental.
El Mensaje Presidencial de 1992 dio inicio al proceso de recepción y consagración
normativa del concepto de desarrollo sustentable en Chile. La propia Ley de Bases
Generales del Medio Ambiente, transformó el concepto doctrinario en un imperativo
jurídico, mediante el establecimiento de una definición que declaró válida para todos
los efectos legales.

El paradigma quedó finalmente formulado como el proceso de mejoramiento


sostenido y equitativo de la calidad de vida de las personas, fundado en medidas
apropiadas de conservación y protección del medio ambiente, de manera de no
comprometer las expectativas de las generaciones futuras. Esta definición, un poco
más desarrollada pero en cierto modo más restrictiva que la de la Comisión
Brundtland, ha dejado su huella y se ha constituido – quizás sin haberlo previsto sus
autores – no sólo en el verbo rector de todo el ordenamiento jurídico ambiental
chileno, sino que también en un instrumento transversal que se extiende e impregna
los ámbitos socioeconómico, político, científico, técnico, cultural y ético de la sociedad.

10.- Recapitulación y conclusiones.-

El paradigma del desarrollo sostenible se ha asentado en la conciencia universal


como una nueva forma de comprender la vida humana, abarcando tanto su armonía
con la naturaleza así como la realización de los conceptos de justicia, oportunidad e
igualdad entre todos los hombres.

La sostenibilidad se proyecta, por lo tanto, a la conservación e incremento de los


bienes y recursos naturales, al aseguramiento de las condiciones necesarias para
garantizar el bienestar de la sociedad y sus miembros, a la capacidad de la economía
para generar e incrementar un desarrollo que asegure la satisfacción de las
necesidades del presente sin comprometer las legítimas expectativas de las
generaciones futuras, y a crear los espacios culturales que permitan a las personas
alcanzar la plenitud de su bienestar moral e intelectual.

91
En lo que toca específicamente a la sustentabilidad económica puede afirmarse que
ésta se define en las siguientes premisas:

1. Primero, no existe antagonismo entre crecimiento económico y cuidado del


ambiente, sino que es posible conjugar ambos conceptos. Se reconocen las
interdependencias a nivel local, regional, nacional y global entre el ambiente y
el sistema económico, asumiendo, además, que las relaciones económicas
constituyen un subsistema de un ecosistema global del cual depende.
2. Segundo, la dinámica del desarrollo sostenible no pretende la recuperación del
estado del patrimonio ambiental a sus niveles originarios, sino la instauración
de políticas de apoyo estructural que compatibilicen los objetivos de
crecimiento económico, minimizando el deterioro de los recursos naturales.
3. Tercero, dentro del marco de referencia en que se mueve la economía mundial,
alcanzar tal estado de desarrollo no depende tanto del nivel de avance del
conocimiento científico o de técnicas concretas, como de la voluntad política de
los gobiernos y los demás actores sociales en sus respectivas esferas, todos
los cuales deben internalizar la necesidad de promover un modelo de
desarrollo económico que asegure su supervivencia para el futuro,
manteniendo los parámetros ambientales básicos en su adecuado equilibrio.

Por consiguiente, de los términos expuestos podemos desprender las siguientes


algunas conclusiones que nos permiten recapitular el concepto de desarrollo
sustentable:

1. En primer lugar, el concepto de desarrollo sostenible no se agota con el


ambiente, ni con la economía, ni con la cultura, ni con la política. El desarrollo
sustentable es, en esencia, un proceso de mejoramiento sostenido y equitativo
de la calidad de vida de las personas.
2. En segundo término, el desarrollo sustentable se afirma en la premisa de que
no puede haber progreso sólido y estable si no existen simultáneamente
equidad social y conservación ambiental.
3. En tercer lugar, el objetivo de una política de sustentabilidad es el desarrollo de
la persona humana en su integridad, tanto en su dimensión intelectual, moral,
social y espiritual, cuanto a su derecho a alcanzar la libertad, la igualdad y el
disfrute de condiciones de vida adecuadas. El centro de las preocupaciones

92
relacionadas con el desarrollo sostenible es, por lo tanto, el hombre, quien
tiene derecho a una vida plena y productiva en armonía con su entorno.
4. En cuarto lugar, el desarrollo sustentable, junto con ser un modelo explicativo
de la realidad, pretende también ser una respuesta a la finalidad de construir
una sociedad mundial humanitaria, equitativa y generosa, consciente de la
necesidad de respetar la dignidad de todos los seres humanos.
5. En quinto término, son objetivos primordiales y requisitos del desarrollo
sustentable la erradicación de la pobreza, la modificación de pautas
insostenibles de producción y consumo y la protección y ordenación de la base
de recursos naturales para el desarrollo social y económico. El desarrollo
sustentable no se concilia con la profunda fisura que divide a la sociedad
humana entre ricos y pobres, así como el abismo cada vez mayor que separa
al mundo desarrollado del mundo en desarrollo.
6. Y en sexto y último lugar ( last but not least), es necesario impedir mediante
acciones concretas que el desarrollo sostenible corra el riesgo de que las
disparidades mundiales se vuelvan permanentes. Para ello es preciso cambiar
radicalmente los puntos de vista del capitalismo liberal y, con ello, las
condiciones de vida y expectativas de los más necesitados ( los pobres del
mundo), ya que de otra manera la sustentabilidad no sería más que un
concepto vacío induciendo a las personas a perder la fe en los sistemas
democráticos y sus representantes, cómplices todos de hacer promesas vanas.

VII

DERECHO INTERNACIONAL AMBIENTAL (DIA)

1.- Caracterización y antecedentes del DIA.-

1. La doctrina utiliza indistintamente las expresiones ‘derecho internacional


ambiental’ o ‘derecho ambiental internacional’ para referirse a esta rama nueva y
especializada del derecho. No obstante ello, parece conveniente hacer una distinción
atendiendo al objeto formal de la disciplina: si lo que se pretende es analizar los
instrumentos internacionales desde la óptica del derecho ambiental, entonces resulta
más atinente la segunda expresión; pero si lo que interesa es insertar e integrar la

93
dimensión ambiental al derecho internacional público, la expresión más adecuada e
integradora es ‘derecho internacional ambiental’. Esta parte del curso tiene por objeto
comprender el ambiente como un ecosistema global, cuyo uso está regulado por un
subsistema normativo que se denomina derecho ambiental y que surge de dos
grandes fuentes, las internas de cada Estado y las internacionales que son las
comunes a un conjunto de Estados. Por consiguiente, la unidad de análisis no está
acotada a los instrumentos internacionales que contienen normas ambientales, sino
que es el ambiente mismo en cuanto objeto de regulación normativa internacional, es
decir, se trata de un ‘derecho internacional ambiental’ (DIA).

2. Es importante considerar que el DIA, a diferencia de lo que ocurre en el


derecho ambiental chileno, no tiene por objeto directo asegurar a todas las personas
el ejercicio del derecho subjetivo a vivir en un ambiente libre de contaminación. Por el
contrario, la normativa internacional ambiental está destinada a resguardar la
integridad del ambiente en sí mismo, considerando a éste como un verdadero titular
de derechos subjetivos, y lo hace mediante la aplicación integral de dos variables
complementarias: la protección ambiental y al control o prevención de la
contaminación.

3. El DIA es una rama especial del Derecho Internacional Público (DIP) que surgió
como respuesta a la destrucción ambiental evidenciada al término de la segunda
guerra mundial, iniciando su desarrollo hacia fines de los años sesenta, aunque
limitado a regular la explotación racional y el uso comercial de determinados
elementos del ambiente natural, principalmente las aguas y los bosques.

4. La evolución del DIA coincidió con la internacionalización de los problemas


ambientales a partir de la Conferencia de Estocolmo del año 1972, a la cual siguieron
numerosos instrumentos relativos a materias que anteriormente no se encontraban
reguladas, tales como la protección de la capa de ozono y la contaminación
transfronteriza del aire. Asimismo, se concluyeron múltiples y diversos instrumentos no
vinculantes emanados de organismos internacionales o de acuerdos entre Estados,
cuyo objeto fue la protección del entorno natural.

5. Con todo, la consolidación definitiva del DIA se produjo veinte años más tarde
con motivo de la Conferencia de Río de 1992, donde se generó un consenso

94
internacional en torno a la idea del desarrollo sustentable, definido en 1987 por la
Comisión Brundlandt (Nuestro futuro común) como el que es capaz de satisfacer las
necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las
futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. La Conferencia de Río
produjo cinco documentos fundamentales para la estructuración del DIA: la
Declaración de Río de Janeiro; los Principios Generales de la Conservación de los
Bosques; la Agenda 21; la Convención sobre Cambio Climático y el Convenio sobre la
Diversidad Biológica.

6. Sin embargo, aunque en Rio se logró consenso sobre varios temas relevantes
se produjo asimismo una fuerte segregación entre los Estados del hemisferio Norte
(‘países más desarrollados’) y los Estados del hemisferio sur (‘países menos
desarrollados’), quedando de manifiesto que las preocupaciones y prioridades
ambientales de cada bloque eran de diversa índole e incluso opuestas entre sí. Estas
diferencias se han mantenido hasta la actualidad y en cierto sentido han frenado el
crecimiento orgánico del DIA, el cual sigue siendo básicamente el mismo derecho del
desarrollo sustentable de principios de la década de los noventa.

2.- Fuentes del DIA: introducción.-

1. El sistema de fuentes del DIA es similar al que opera como regla general del
DIP, de acuerdo a la estructura establecida en el artículo 38 del Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia, que es principal órgano judicial de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) y cuya existencia data del año 1945. Este precepto dispone
que la Corte, cuya función es decidir conforme al derecho internacional las
controversias que le sean sometidas, deberá aplicar:

a. las convenciones internacionales, sean generales o particulares, que


establecen reglas expresamente reconocidas por los Estados litigantes;
b. la costumbre internacional como prueba de una práctica generalmente
aceptada como derecho;
c. los principios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas; y
d. las decisiones judiciales y las doctrinas de los publicistas de mayor
competencia de las distintas naciones, como medio auxiliar para la
determinación de las reglas de derecho.

95
2. Conforme a la clásica división de las fuentes del derecho, en la enumeración
anterior pueden distinguirse las fuentes formales y las fuentes materiales,
perteneciendo a la primera clase las convenciones o instrumentos y la costumbre, y a
la segunda los principios generales de derecho, las decisiones judiciales (que no
forman jurisprudencia vinculante, como en el derecho anglosajón) y la doctrina de los
tratadistas.

3. Con todo, la doctrina moderna ha tendido a alterar y, en cierto sentido, superar


esta clasificación tradicional, ajustándola a una realidad que en el día de hoy es
mucho más compleja y dinámica, donde no solo interactúan los Estados sino que
también se han incorporado organizaciones internacionales públicas (OI),
organizaciones no gubernamentales (ONG) e incluso personas jurídicas de derecho
privado, entre las cuales han de destacarse las empresas multinacionales (EMN). La
nueva forma de comprender el Derecho Internacional Público, y en especial el DIA,
reconoce dos grandes vertientes que inciden en su formación, siendo éstas el llamado
‘derecho duro’ o vinculante (Hard Law) y el ‘derecho blando’ o no vinculante (Soft Law)

3.- Fuentes del DIA: hard law.-


3.1. INSTRUMENTOS (TRATADOS, CONVENCIONES, ACUERDOS, PROTOCOLOS)

1. El hard law, conocido también en la literatura jurídica tradicional como de lege


lata (‘la legislación vigente’), adquiere regularmente su forma en instrumentos
internacionales que poseen el rigor propio de una norma obligatoria o vinculante,
constituyéndose como un auténtico ius cogens en los términos que consigna el
artículo 53 de la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, de 1969,
conforme al cual ‘Es nulo todo tratado que, en el momento de su celebración esté en
oposición con una norma imperativa de derecho internacional general. Para los
efectos de la presente Convención, una norma imperativa de derecho internacional
general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad internacional de
Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo
puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que
tenga el mismo carácter’.

2. El artículo 2º letra a) de la Convención de Viena entiende por tratado “un


acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el Derecho

96
Internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos
conexos y cualquiera que sea su denominación particular”. Si bien esta definición se
limita a los tratados suscritos entre Estados, el artículo 5º del mismo instrumento
reconoce a las OI capacidad para celebrar tratados, al señalar que ‘La presente
Convención se aplicara a todo tratado que sea un instrumento constitutivo de una
organización interna nacional y a todo tratado adoptado en el ámbito de una
organización internacional, sin perjuicio de cualquier norma pertinente de la
organización’. Con todo, la doctrina moderna ha ampliado considerablemente el
concepto de tratado, atribuyéndole un carácter omnicomprensivo de todos los
acuerdos internacionales susceptibles de ser suscritos entre Estados o emanados de
OI, sea cual sea su denominación, como convenciones, protocolos, estatutos,
acuerdos, modus vivendi, compromisos, concordatos, cartas, pactos y declaraciones.

3. En el caso del DIA, los tratados son los instrumentos que más han contribuido
a su desarrollo, regulando en la actualidad materias tales como la protección de la
biodiversidad; la protección de los bosques; el comercio de especies en peligro de
extinción; la contaminación del aire; el uso y transporte de materiales tóxicos o
peligrosos; la producción y transporte de compuestos orgánicos persistentes; la
contaminación de los océanos y del ambiente marino; la contaminación de los ríos y
aguas interiores; el acceso al agua potable; la protección del ambiente antártico; la
protección del suelo; la contaminación minera; la desertificación; el cambio climático;
el debilitamiento de la capa de ozono; la producción de gases de efecto invernadero;
la seguridad de la biotecnología.

4. A pesar del gran número de tratados internacionales sobre materia ambiental


que se han celebrado durante las últimas tres décadas, su aplicación ha resultado
problemática debido a que normalmente carecen de mecanismos eficientes para que
sus normas sean efectivamente vinculantes. Asimismo, algunos de ellos cuentan con
cláusulas de salida y muchas veces no consideran mecanismos de financiamiento de
las acciones a que se han obligado los Estados signatarios.

5. Las principales limitaciones para la debida observancia e implementación de


los tratados ambientales son, entre otras:

97
i. primero, no existen medios coactivos para obligar a un Estado a que los
suscriba, incluso haciendo uso de la presión internacional (v.gr. el Protocolo de
Kyoto sobre medidas para enfrentar el cambio climático nunca contó con el
concurso de los Estados Unidos de América);
ii. segundo, muchos instrumentos de este tipo, con tal de obtener la adhesión del
mayor número de Estados, terminan por redactarse en términos vagos e
imprecisos, abriendo amplios márgenes de acción para aquellos países que,
de otra forma no manifestarían su voluntad de asumir compromisos;
iii. tercero, los costos económicos asociados a la adopción y observancia de
normas ambientales pueden ser muy elevados, en especial para aquellos
casos donde no existe cooperación financiera internacional;
iv. cuarto, para verificar el cumplimiento de normas de hard law, muchas veces
los Estados prefieren no optar por su aplicación coactiva sino por mecanismos
alternativos blandos, como por ejemplo los de 'edificación de confianza', que
son sistemas de advertencia oportuna o de mera rendición de cuentas;
v. quinto, para la resolución de controversias requiere el concurso de organismos
judiciales internacionales especializados (v.gr., la Sala Especial Permanente
para Temas Ambientales de Corte Internacional de Justicia, que funciona desde
1993), cuya competencia es en muchos casos difícil de aceptar por los
Estados;
vi. sexto, aun existiendo esos organismos internacionales especializados su papel
judicial es aún incipiente, pues los propios Estados prefieren muchas veces
resolver sus controversias a través de mecanismos jurisdiccionales más
flexibles o amistosos, como el arbitraje internacional; y
vii. séptimo, pese a la dictación de sentencias emanadas de instancias judiciales
internacionales, resulta difícil hacerlas ejecutar y, más aun, imponer sanciones
en caso de incumplimiento de dichas sentencias.

6. Pese a lo anterior y si bien la aplicación del hard law internacional ambiental


adolece de severas limitaciones, su consolidación y todavía incipiente desarrollo ha
producido un fenómeno importante, cual es el de influir en la creación e incremento de
normativas ambientales internas de los Estados. Así ha sucedido, por ejemplo, en el
ámbito de la prevención, control y sanción de actividades generadoras de daño
ambiental, en la evaluación ambiental de proyectos o en la seguridad en el manejo de
la biotecnología, por nombrar algunos.

98
7. A fin de mejorar la eficacia y afianzar el cumplimiento de las normas del hard
law internacional ambiental, los Estados han acudido también a ciertos métodos
alternativos o complementarios, como es el caso de la conclusión de instrumentos de
carácter general seguidos de protocolos especiales para la aplicación de
determinados preceptos o para ralentizar la entrada en vigor de otros. El propósito de
estas modalidades es dosificar el peso de ciertas cargas contractuales o permitir que
ellas puedan adaptarse al surgimiento de nuevas evidencias científicas o mejoras
tecnológicas. Claro está que uno de los efectos indeseados de esta modalidad radica
en la dilución de la efectividad de los acuerdos, que de ser vinculantes en su origen
pasan a ser meros actos de buena voluntad hasta que los Estados se vean en
definitiva compelidos a cumplir obligaciones concretas.
3.2.- COSTUMBRE (PRÁCTICAS)

1. Una segunda fuente del DIA está integrada por las normas de costumbre o
prácticas internacionales, que pueden ser de tres tipos: materiales, procesales y
relativas a la responsabilidad civil.

2. Las normas de costumbre material pueden revestir infinidad de modalidades y


se fundan en principios comúnmente aceptados. El principio fundamental, en lo que
toda al DIA, es aquél según el cual los Estados no deben incurrir en acciones u
omisiones, o permitir que en el territorio donde ejercen su poder soberano se incurra
en acciones u omisiones que puedan provocar un daño significativo a los
componentes ambientales (tierra, agua, aire) que se encuentran fuera de sus
fronteras. De este principio deriva otro tan fundamental como el anterior, que tiene un
doble cariz: por una parte, cada Estado tiene la obligación de adoptar medidas
preventivas para evitar la producción de daños ambientales transfronterizos
(‘obligación de prevenir’); y por la otra parte, el Estado que por acciones u omisiones
propias puede provocar daños transfronterizos tiene la obligación de proporcionar al
Estado potencialmente afectado información relevante para que éste pueda adoptar
oportunamente medidas preventivas (‘obligación de informar’).

3. Entre las normas consuetudinarias procesales pueden mencionarse la ya


descrita obligación de informar, tanto respecto de las actividades actuales como de las
que se proponga realizar en el futuro, y la obligación de participar en consultas con el

99
propósito de negociar soluciones, cada vez que el Estado que resulte o pudiere
resultar perjudicado así lo solicitare al Estado que ocasiona o pudiere ocasionar el
daño.

4. Las normas consuetudinarias relativas a la responsabilidad civil por daños


ambientales pueden adquirir dos formas: por una parte, en cuanto a los daños que se
ocasionen sobre personas privadas o sus bienes; y, por la otra, por lo que hace a los
daños que se ocasionen en bienes patrimoniales de un Estado.
3.3. PRINCIPIOS

1. Los principios generales del derecho son las ideas rectoras y la base misma de
la disciplina y del régimen jurídico. Los principios constituyen la pauta de valoración
que da coherencia y unidad al orden normativo.

2. En el DIP los principios verdaderas guías o parámetros jurídicos para la acción


y comportamiento de las Estados. Es común encontrarlos en instrumentos
internacionales soft law, en declaraciones y en sentencias dictadas por órganos
jurisdiccionales internacionales o arbitrales y, de hecho, la mayoría se agrupan en las
llamadas declaraciones de principios, entre las cuales y en lo que toca al DIA las más
importantes y que juegan el rol de auténticas ‘codificaciones’ son, como ya se señaló,
la Declaración de Estocolmo de 1972 y la Declaración de Río de 1992.

3. Esta última contiene veintisiete principios que son el fruto de una ardua
negociación y representan un compromiso entre los países desarrollados y los países
en desarrollo, según la nomenclatura empleada en esa época. La forma en que están
planteados estos principios insinúa que su aplicación es obligatoria (la mayoría se
encabeza con la expresión ‘los Estados deben’), pero en realidad la Declaración de
Rio no es un instrumento vinculante en sí mismo sino que representa un conjunto de
propósitos que, como se verá más adelante, forman parte del soft law internacional en
cuanto ‘acuerdos blandos’ que tratan de compaginar el mejoramiento económico con
la protección ambiental bajo el signo del desarrollo sustentable.

4. Por su propia pretensión de universalidad y naturaleza multidisciplinaria, el DIA


tiene su base en intereses reflejos, colectivos o supra individuales, lo cual provoca que
las herramientas jurídicas clásicas o tradicionales sean menos aptas para abordar los

100
cada vez más complejos problemas ambientales, toda vez que su objeto propio no
consiste en asegurar el ejercicio de determinados derechos subjetivos individuales –
en especial, el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación -, sino en
resguardar normativamente una realidad tan amplia y difusa como el ambiente,
centrándose en la protección ambiental y el control o prevención de la contaminación.
Es en este contexto donde los principios constituyen una fuente material de primer
orden e importancia para el desarrollo e interpretación del DIA.

4. De los muchos principios que impregnan el DIA, los de mayor relevancia son
los siguientes:

2.1. Principio de soberanía sobre los recursos naturales. Este principio ha sido
considerado como la base del DIA y se expresa en una doble vertiente: por una parte,
se traduce en el derecho que cada Estado soberano tiene sobre sus recursos
ambientales – en particular sus recursos naturales -, que le permite aprovecharlos
para sí; y de otro lado, se manifiesta en la obligación de cada Estado de no dañar el
ambiente ni los recursos ambientales transfronterizos, es decir, los que pertenecen a
otro Estado o se encuentran fuera de su jurisdicción nacional.

El principio de la soberanía sobre los recursos naturales figura en la Declaración de


Estocolmo (Principio 21) y en la Declaración de Rio (Principio 2), en los que se
expresa que ‘de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y con los principios
del derecho internacional, los Estados tienen el derecho soberano de explotar sus
propios recursos según sus propias políticas ambientales (‘y de desarrollo’, agrega la
Declaración de Rio), y la responsabilidad de velar por que las actividades realizadas
dentro de su jurisdicción o bajo su control no causen daños al medio ambiente de
otros Estados o zonas que estén fuera de los límites de la jurisdicción nacional’.

2.2. Principio precautorio. Para algunos autores este principio es el más importante
y el que distingue al DIA del resto de las ramas del derecho. El principio precautorio
parte de la base de la incerteza o duda, operando sobre el riesgo que involucra el
desarrollo. Su ámbito propio es la regulación de la incertidumbre y se expresa en la
máxima in dubio pro natura, es decir, en caso de duda debe prevalecer el ambiente.

101
El principio precautorio va más allá de restringir la intervención del ambiente a los
parámetros determinados por la información científica existente, sino que impide que
la falta de información científica se esgrima como fundamento de la intervención.
Como expresa el Principio 15 de la Declaración de Rio, ‘Con el fin de proteger el
medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución
conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la
falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la
adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación
del medio ambiente’.

El principio precautorio está plasmado en diversos instrumentos internacionales. Así,


por ejemplo, el artículo 3.3. de la Convención Marco de Cambio Climático previene
que ‘Las medidas ambientales deben anticipar, prevenir y atacar las causas del
deterioro ambiental, cuando existan amenazas de un daño grave e irreversible. La
falta de certeza científica no debe utilizarse como razón para posponer medidas
destinadas a prevenir el deterioro del ambiente’. El artículo 6º del Acuerdo sobre
Poblaciones de Peces Transzonales y Altamente Migratorios establece que ‘Los
Estados aplicarán ampliamente el criterio de precaución a la conservación, ordenación
y explotación de las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces
altamente migratorios a fin de proteger los recursos marinos vivos y preservar el
medio marino’ y que ‘Los Estados deberán ser especialmente prudentes cuando la
información sea incierta, poco fiable o inadecuada. La falta de información científica
adecuada no se aducirá como razón para aplazar la adopción de medidas de
conservación y ordenación o para no adoptarlas’.

En otro orden, el artículo 3º del Protocolo del Convenio sobre la Prevención de la


Contaminación del Mar por Vertimiento de Desechos y otras Materias (Convenio de
Londres) señala que ‘Al implementar el presente Protocolo, las Partes Contratantes
aplicarán un planteamiento preventivo de la protección del medio ambiente contra el
vertimiento de desechos u otras materias, en virtud del cual se adoptarán las medidas
preventivas procedentes cuando haya motivos para creer que los desechos u otras
materias introducidos en el medio marino pueden ocasionar daños aun cuando no
haya pruebas definitivas que demuestren una relación causal entre los aportes y sus
efectos’.

102
Como se puede inferir de los ejemplos precedentes, el principio precautorio - que es a
la vez un criterio con pretensión normativa -, puede manifestarse de diversas maneras
o con un grado diferente de intensidad, no siendo uniforme el estándar de riesgo que
lo activa. En su expresión más laxa, el estándar debe involucrar un riesgo de daño
serio o irreparable, mientras que una versión más rigurosa basta con que exista un
mero riesgo de daño, cualquiera sea su calificación. Con todo, lo que caracteriza al
principio precautorio es que implica la adopción de medidas preventivas de resguardo
ambiental aún cuando exista incertidumbre científica con respecto a la naturaleza de
un riesgo posible.

Cabe agregar, por último, que status legal del principio precautorio no es claro. En el
conocido caso Beef Hormones, seguido ante el Órgano de Apelación de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) la Unión Europea sostuvo que constituía
un principio de costumbre internacional o, en su defecto, un principio general de
derecho; Canadá, por su parte, afirmó que se trataba de un principio de derecho
internacional emergente; y Estados Unidos de Norteamérica, como es de rigor, le
negó todo valor normativo. Sin embargo, en la actualidad todos los tribunales
internacionales reconocen que el principio precautorio constituye una costumbre
internacional y, por consiguiente, fuente formal del DIP.

2.3. Principio preventivo. Este principio opera sobre las causas y fuentes del riesgo
ambiental. Mediante su aplicación se trata de anticipar y evitar que se produzcan los
problemas ambientales, erradicando una gestión ambiental que se limite a superarlos
una vez que se hayan producido. El principio preventivo, al igual que el precautorio, se
aplica de manera integral, holística, totalizadora pero diferencia entre ambos, como ya
se anticipó, consiste en que el principio preventivo se encarga del riesgo sabido,
conocido, verificado, comprobado y real, en tanto que el precautorio interviene cuando
el riesgo es hipotético, sospechado, eventual o posible.

El principio preventivo se funda en la idea de la diligencia debida, el uso equitativo de


los recursos naturales, la buena fe y la buena vecindad. Su finalidad es que generar
acciones que eviten la ocurrencia de un daño ambiental. De ahí que tenga dos
vertientes: la primera se traduce en la prevención del daño ambiental in genere; y la

103
segunda radica en la prevención del daño ambiental transfronterizo conforme al
principio de la soberanía sobre los recursos ambientales.

El principio preventivo figura en diversos instrumentos internacionales, como es el


caso de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (artículo
194.1); Convención sobre Cambio Climático (artículo 2º); Convenio sobre Diversidad
Biológica (preámbulo y artículo 1º); Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes
Orgánicos Persistentes (artículo 1º).

2.4. Principio de solidaridad o cooperación internacional para la protección


ambiental. La premisa en que se funda este principio consiste en que el ambiente es
patrimonio común de la humanidad, lo que da lugar a una doble obligación de los
Estados. La primera se traduce en el deber general de concluir (aunque de una
obligatio negotiandi no se sigue necesariamente una obligatio concluendi) e
implementar los objetivos de los tratados u otros instrumentos internacionales. La
segunda consiste en el deber específico de intercambiar información, notificación,
consulta y participación en la toma de ciertas decisiones, de otorgar asistencia en
casos de emergencia, promover la investigación científica y tecnológica, elaborar
programas de evaluación de impacto ambiental, en suma, todas aquellas acciones
propias de la igualdad de los Estados, la buena vecindad y la cooperación
internacional.

El principio de cooperación internacional – conocido también como de ‘buena


vecindad’ -, figura como Principio 24 en la Declaración de Estocolmo, donde se
enuncia de la siguiente manera: ‘Todos los países, grandes o pequeños, deben
ocuparse con espíritu de cooperación y de pie de igualdad, en las cuestiones
internacionales relativas a la protección y mejoramiento del medio. Es indispensable
cooperar, mediante acuerdos multilaterales o bilaterales o por otros medios
apropiados, para controlar, evitar, reducir y eliminar eficazmente los efectos
perjudiciales que las actividades que se realicen en cualquier esfera puedan tener
para el medio, teniendo en cuenta debidamente la soberanía y los intereses de todos
los Estados’. Por su parte, en la Declaración de Rio corresponde al Principio 7, con
arreglo al cual ‘Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para
conservar, proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra’.

104
Pero quizá la expresión más acabada de este principio se encuentra en el artículo 30
de la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados, aprobada en sesión
plenaria de fecha 12 de diciembre de 1974 mediante Resolución 3281 (XXIX) de la
Asamblea General de las Naciones Unidas, conforme a la cual ‘la protección, la
preservación y el mejoramiento del medio ambiente para las generaciones presentes y
futuras es responsabilidad de todos los Estados. Todos los Estados deben tratar de
establecer sus propias políticas ambientales y de desarrollo de conformidad con esa
responsabilidad. Las políticas ambientales de todos los Estados deben promover y no
afectar adversamente el actual y futuro potencial de desarrollo de los países en
desarrollo’.

2.5. Principio de información. Muy ligado al anterior se encuentra el principio de


información, expresado como el deber que cada Estado tiene de dar debida y
oportuna cuenta de los hechos o actos que ocurran dentro de sus fronteras y que
puedan afectar a otros Estados. Este principio se encuentra recogido también en la
Declaración de Rio, cuyo Principio 18 señala que ‘Los Estados deberán notificar
inmediatamente a otros Estados de los desastres naturales u otras situaciones de
emergencia que puedan producir efectos nocivos súbitos en el medio ambiente de
esos Estados. La comunidad internacional deberá hacer todo lo posible por ayudar a
los Estados que resulten afectados’ adicionalmente, de acuerdo al Principio 19 ‘Los
Estados deberán proporcionar la información pertinente y notificar previamente y en
forma oportuna a los Estados que posiblemente resulten afectados por actividades
que puedan tener considerables efectos ambientales transfronterizos adversos, y
deberán celebrar consultas con esos Estados en una fecha temprana y de buena fe’.

2.6. Principio de desarrollo sustentable. Como ya se dijo, este principio fue por primera
vez reconocido en el informe denominado ‘Nuestro futuro común’, elaborado por la
Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (‘Comisión Brundlandt’), donde
se le definió como ‘aquél que satisface las necesidades de las generaciones
presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para atender
sus propias necesidades’.

No existe acuerdo doctrinario en cuanto si por su naturaleza el principio de desarrollo


sustentable representa un mero ideal o tiene un contenido normativo. Existe un

105
interesante precedente en el conocido caso Gabcikovo-Nagymaros, donde la Corte
Internacional de Justicia, con una profunda y docta opinión separada del Juez
Weeramantry (Sri Lanka), afirmó ‘la necesidad de reconciliar el desarrollo económico
con la protección del medio ambiente, lo que es adecuadamente expresado en el
concepto de desarrollo sustentable’. En Chile, el concepto de desarrollo sustentable
es claramente normativo y se encuentra definido para todos los efectos legales en el
artículo 2º letra g) como ‘el proceso de mejoramiento sostenido y equitativo de la
calidad de vida de las personas, fundado en medidas apropiadas de conservación y
protección del medio ambiente, de manera de no comprometer las expectativas de las
generaciones futuras’.

El principio de desarrollo sustentable contiene tanto elementos sustantivos como


procedimentales. Estos últimos se refieren a materias como la cooperación entre
Estados, la evaluación de impacto ambiental, la participación pública en la toma de
decisiones en materia ambiental y acceso a la información, todos los cuales constan
de los Principios 10 y 17 de la Declaración de Rio. A su vez, los elementos sustantivos
constituyen por sí mismos un subconjunto formado por los principios de equidad
intergeneracional, equidad intrageneracíonal y unidad de gestión o integración.

2.7. Principio de equidad intergeneracional. Es este sub principio el que responde de


manera específica a la ya clásica fórmula elaborada por la Comisión Brundlant, en
cuanto consiste en el derecho que tienen las generaciones presentes a aprovechar
equitativamente los beneficios del desarrollo para satisfacer sus necesidades, pero sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades. El principio de equidad intergeneracional figura también en la
Declaración de Rio, cuyo Principio 3 prescribe que ‘El derecho al desarrollo debe
ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las necesidades de desarrollo
y ambientales de las generaciones presentes y futuras’.

Desde una perspectiva económica, puede describirse el principio de equidad


intergeneracional como el proceso de formación, conservación y crecimiento del
capital natural, destinado a acumular stocks suficientes para satisfacer la demanda
actual, dejando otro tanto disponible para el consumo de las generaciones venideras.

106
2.8. Principio de equidad intrageneracional. Así como la equidad intergeneracional
establece un vínculo entre generaciones actuales y futuras, la equidad
intrageneracional se refiere a la distribución equitativa de los recursos ambientales
dentro de una misma generación. Aquí no se trata de dejar herencias de capital
ambiental disponible para las próximas generaciones, sino del derecho que tienen las
generaciones presentes a beneficiarse de manera equitativa de los recursos
ambientales y a gozar de un ambiente limpio y saludable.

El principio de equidad intrageneracional está también expresamente consagrado en


la Declaración de Rio, cuyo Principio 5 establece en forma prescriptiva que ‘Todos los
Estados y todas las personas deberán cooperar en la tarea esencial de erradicar la
pobreza como requisito indispensable del desarrollo sostenible, a fin de reducir las
disparidades en los niveles de vida y responder mejor a las necesidades de la mayoría
de los pueblos del mundo’. Asimismo, el Principio 6 dispone que ‘Se deberá dar
especial prioridad a la situación y las necesidades especiales de los países en
desarrollo, en particular los países menos adelantados y los más vulnerables desde el
punto de vista ambiental. En las medidas internacionales que se adopten con respecto
al medio ambiente y al desarrollo también se deberían tener en cuenta los intereses y
las necesidades de todos los países´.

Conforme a lo anterior, el principio de equidad intrageneracional asume un carácter


instrumental que se concreta en las siguientes instancias:

i. como instrumento de uso sustentable de los recursos naturales, es decir,


explotación prudente, racional o apropiada de los mismos; y

ii. como instrumento de uso equitativo de los recursos naturales en dos aspectos:
a) como el derecho que tienen las generaciones presentes a aprovechar
equitativamente los recursos ambientales y a gozar de un ambiente limpio y
saludable; y b) como la obligación de cada Estado de tener en cuenta la
necesidad de los demás Estados, principalmente mediante el reconocimiento
de las necesidades especiales de los países en vías de desarrollo.

2.9. Principio de unidad de gestión o de integración. Este principio se ha construido a


partir del reconocimiento de la naturaleza global del ambiente, exigiendo una visión

107
integral del mismo y vinculando los distintos componentes que lo componen
(naturales, artificiales y socioculturales) en un todo orgánico y bajo un régimen de
gestión multisistémica (técnica, legal, política, económica y cultural. El principio de
unidad de gestión asume el carácter de instrumento integrador, impulsando la
necesidad de asegurar que consideraciones ambientales sean integradas en planes,
programas y proyectos económicos y de desarrollo, y que las necesidades del
desarrollo sean tomadas en cuenta al aplicar objetivos ambientales.

El principio de integración figura recogido principalmente en el Principio 4 de la


Declaración de Río, a cuyo tenor ‘la protección del medio ambiente deberá constituir
parte integrante del proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada’.
Este principio es complementado indirectamente por los Principios 7 y 8 del mismo
instrumento, al establecer respectivamente que ‘Los Estados deberán cooperar con
espíritu de solidaridad mundial para conservar, proteger y restablecer la salud y la
integridad del ecosistema de la Tierra (...)’ y que ‘Para alcanzar el desarrollo
sostenible y una mejor calidad de vida para todas las personas, los Estados deberían
reducir y eliminar las modalidades de producción y consumo insostenibles...’,
agregando este último la polémica frase ‘...y fomentar políticas demográficas
apropiadas’.

2.10. Principio ‘quien contamina paga’ o ‘contaminador pagador’. Este principio, de


equívoca denominación, se funda en una premisa que es propia de la ciencia
económica consistente en la necesidad de internalizar las externalidades negativas,
vale decir, los impactos que genera un actor económico sobre terceros y que no son
compensados por el mercado mediante la atribución de sus costos al mismo
generador. Las externalidades pueden identificarse también como aquellas decisiones
de consumo, producción e inversión que toman individuos o empresas y que afectan a
terceros que no participan directamente en esas transacciones. En términos
ambientales, el principio ‘contaminador pagador’ significa que el causante de la
contaminación debe asumir (internalizar) los costos ambientales de los mecanismos
de prevención y control de la misma contaminación que genera (externalidades).

Algunos autores se han opuesto con firmeza a la fórmula bajo la cual se manifiesta
este principio, advirtiendo el equívoco que ella encierra y sosteniendo que debe

108
expresarse simplemente como la regla general de ‘no contaminar’, sin perjuicio de que
pueda excepcionalmente permitirse una contaminación bajo condiciones
especialísimas, que se encuentren perfectamente reguladas y bajo el control de
gestión de la autoridad competente. De hecho, en ocasiones la distorsión de este
principio ha producido efectos perverso cuando se ha tratado de interpretarlo como un
verdadero ‘derecho a contaminar’ cuando se paga por ejercerlo.

El Principio 16 de la Declaración de Rio recoge claramente la idea de que los costos


de la contaminación deben ser soportados por quien es responsable de causarla,
señalando al respecto que ‘Las autoridades nacionales deberían procurar fomentar la
internalización de los costos ambientales y el uso de instrumentos económicos,
teniendo en cuenta el criterio de que el que contamina debe, en principio, cargar con
los costos de la contaminación, teniendo debidamente en cuenta el interés público y
sin distorsionar el comercio ni las inversiones internacionales’. Es digna de recalcar la
cautela con que está expresada esta máxima, toda vez que según el citado precepto
de la Declaración de Rio, el contaminador debe sólo ‘en principio’ hacerse cargo de
los costos de la contaminación y no a todo evento, como debería ser la norma
general.

2.11. Principio de responsabilidad y reparación de daño ambiental. Subyace en este


principio la idea de que los Estados son responsables por las consecuencias de
aquellos actos que impliquen el incumplimiento o vulneración culpable o dolosa de la
normativa del DIA. Incluye asimismo el deber de reparar (indemnizar) los daños
causados o la contaminación producida. No obstante lo difícil que resulta aplicar esto
en la práctica (y aún más si se tratara de responsabilidad y reparación de daños
ambientales por actos lícitos), la comunidad internacional acordó incluirlo como
principio ambiental, según consta del mismo artículo 30 de la Carta de Derechos y
Deberes Económicos de los Estados, a cuyo tenor ‘Todos los Estados tienen la
responsabilidad de velar por que las actividades realizadas dentro de su jurisdicción o
bajo su control no causen daños al medio ambiente de otros Estados o de las zonas
situadas fuera de los límites de la jurisdicción nacional’.

El principio de responsabilidad está tratado más bien como una aspiración


programática y cooperativa en la Declaración de Rio, cuyo Principio 13 expresa que

109
‘Los Estados deberán desarrollar la legislación nacional relativa a la responsabilidad y
la indemnización respecto de las víctimas de la contaminación y otros daños
ambientales. Los Estados deberán cooperar asimismo de manera expedita y más
decidida en la elaboración de nuevas leyes internacionales sobre responsabilidad e
indemnización por los efectos adversos de los daños ambientales causados por las
actividades realizadas dentro de su jurisdicción, o bajo su control, en zonas situadas
fuera de su jurisdicción’.

2.12. Principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Este principio está


íntimamente vinculado a los de responsabilidad y solidaridad, fundándose también en
el reconocimiento del ambiente como patrimonio de la humanidad pero con un matiz
de gran importancia. En efecto, admitiendo que todos los Estados están obligados a
adoptar medidas de protección ambiental, reconoce asimismo que contribuyen de
manera diferente a la generación de los problemas ambientales y poseen capacidades
distintas para responder, prevenir, reducir o controlar la contaminación. Subyace en
este principio la idea de que los problemas ambientales son atribuibles en gran
medida a ciertos países cuyo desarrollo se ha basado en el ejercicio de actividades
contaminadoras.

El Principio 7 de la Declaración de Río lo consagra expresamente al decir que ‘Los


Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar,
proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de
que han contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial,
los Estados tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países
desarrollados reconocen la responsabilidad que les cabe en la búsqueda internacional
del desarrollo sostenible, en vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el
medio ambiente mundial y de las tecnologías y los recursos financieros de que
disponen’.

El principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas tiene como finalidad


obtener un balance equitativo entre los países desarrollados y los países en
desarrollo, aplicando a estos últimos estándares contributivos menos exigentes y
cargando a los primeros deberes de la asistencia solidaria a las sociedades menos
desarrolladas. Si bien no se trata éste de un principio normativo, figura en numerosos

110
instrumentos internacionales (v.gr. Convención sobre Cambio Climático, Convenio
para la Protección de la Capa de Ozono, Convenio sobre Protección de la
Biodiversidad), muchas veces segregando los plazos para la entrada en vigencia de
los estándares acordados.

2.13. Principio de evaluación de impacto ambiental. Reafirma este principio la idea


matriz del principio preventivo, en cuanto a la creación y gestión de instrumentos que
sirvan para anticipar los impactos adversos que las actividades proyectadas puedan
causar en el ambiente. Aunque este postulado es más propio de los derechos internos
de algunos Estados, el DIA reafirma su importancia universal instando a todos los
Estados a incorporarlo en calidad de instrumento nacional. Así lo reconoce el Principio
17 de la Declaración de Rio, según el cual ‘Deberá emprenderse una evaluación del
impacto ambiental, en calidad de instrumento nacional, respecto de cualquier actividad
propuesta que probablemente haya de producir un impacto negativo considerable en
el medio ambiente y que esté sujeta a la decisión de una autoridad nacional
competente’.

2.14. Principio participativo. Este principio recorre todos los ámbitos del DIA, pero
juega un rol de gran importancia en la Declaración de Rio. El Principio 10 establece la
regla general al consignar que ‘El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es
con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda.
En el plano nacional, toda persona deberá tener acceso adecuado a la información
sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la
información sobre los materiales y las actividades que encierran peligro en sus
comunidades, así como la oportunidad de participar en los procesos de adopción de
decisiones. Los Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la
participación de la población poniendo la información a disposición de todos. Deberá
proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre
éstos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes’

Los Principios 20 y 22 de la Declaración de Rio ahondan en el deber de los Estados


de asegurar la participación de grupos específicos. El primero de ellos establece que
‘Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente
y en el desarrollo. Es, por tanto, imprescindible contar con su plena participación para

111
lograr el desarrollo sostenible ‘. Y el Principio 22 añade que ‘Las poblaciones
indígenas y sus comunidades, así como otras comunidades locales, desempeñan un
papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo debido a
sus conocimientos y prácticas tradicionales. Los Estados deberían reconocer y apoyar
debidamente su identidad, cultura e intereses y hacer posible su participación efectiva
en el logro del desarrollo sostenible’.

2.15. Principio de traspersonalización normativa. Por último, aunque no consignado en


instrumentos internacionales la doctrina reconoce como uno de los principios claves
del DIA el de traspersonalización normativa, reconociendo su carácter sistémico e
integrador lo hace operar como derecho estamental de los hombres que trasciende
fronteras y límites estatales. Este principio reconoce que todos los individuos tienen
derecho a un ambiente sano y equilibrado, siendo éste un derecho fundamental de los
hombres que arranca su fundamento y razón de ser en la dignidad intrínseca de la
persona humana.

4.- Fuentes del DIA: soft law.-

1. El término soft law viene a ser el equivalente contemporáneo a la clásica


locución latina de lege ferenda (‘para una futura reforma de ley’), que encierra la idea
de lo que es conveniente considerar con miras a una próxima enmienda legislativa (‘la
ley tal como sería de desear que fuese’ ). Con mayor rigor, en el ámbito del DIA se
entiende que el soft law es el conjunto de principios, reglas, estándares o directrices
que, aunque sin ser vinculantes, no dejan por ello de producir determinadas efectos
jurídicos. Este fenómeno envuelve una amplia gama de documentos internacionales,
tales como resoluciones de organizaciones internacionales, recomendaciones e
informes adoptados por organismos internacionales o dentro de conferencias
internacionales; programas de acción; textos de tratados que no han entrado en vigor,
declaraciones interpretativas de determinados tratados o convenios; disposiciones
programáticas o non-self-executing; acuerdos no normativos, acuerdos políticos o
gentlemen´s agreement, códigos de conducta, directrices, estándares y otros.
2. Algunos autores sostienen que no sólo los entes reconocidos como sujetos de
DIP tienen la posibilidad de concurrir a la elaboración de instrumentos del soft law,
enfatizando que una de sus características consiste en servir como herramienta para

112
relacionarse entre instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales y
personas jurídicas privadas transnacionales. En este sentido, en la elaboración de
instrumentos del soft law podrían participar tanto sujetos de DIP entre sí, como éstos
conjuntamente con otros actores internacionales e incluso actores privados, grupos de
expertos o incluso individuos.

3. En general la doctrina reconoce cuatro tipos de instrumentos de soft law:

i. las resoluciones no obligatorias de las organizaciones internacionales;


ii. los acuerdos interestatales no normativos o no vinculantes jurídicamente;
iii. la normativa proveniente de la actividad de actores no estatales; y
iv. el denominado "soft law material", consistente este último en el que consta de
instrumentos internacionales bajo la forma de disposiciones más o menos
vagas o indeterminadas, obligaciones de carácter programático o
declaraciones generales, sin que establezcan obligaciones para las partes.

4. Los instrumentos de soft law se caracterizan por ser fórmulas escritas que
reflejan la tendencia actual de la comunidad internacional por una mayor interrelación,
interdependencia y globalización. En este contexto las organizaciones internacionales,
junto con otros actores internacionales, buscan mediante estos instrumentos promover
acciones en materias de interés general o sobre temas relativamente nuevos para la
comunidad internacional a través de los cuales - por diferentes intereses políticos,
económicos o de otra naturaleza -, resulta difícil llegar a acuerdos vinculantes entre
los Estados. Por ello, aunque tales instrumentos no imponen obligaciones
internacionales pueden producir efectos jurídicos, pues en diversas ocasiones reflejan
el estado del desarrollo de normas consuetudinarias o son la base de tratados futuros
(de lege ferenda), siendo por su propia naturaleza aptos para generar expectativas de
comportamiento al estar regidos por el principio de la buena fe.

5. Algunas claves o notas distintivas que sirven para determinar si un


determinado instrumento pertenece a la clase de soft law, son las siguientes:

i. que estén formulados en términos no obligatorios, de acuerdo a los procesos


tradicionales de creación de derechos;
ii. que contengan términos relativamente vagos e imprecisos;

113
iii. que procedan de órganos carentes de autoridad para crear normas
internacionales vinculantes;
iv. que estén dirigidos a actores no estatales, cuya práctica no pueda configurar
una costumbre internacional;
v. que permanezcan ajenos a cualquiera norma de responsabilidad internacional;
vi. que se basen exclusivamente en la adhesión voluntaria y no exista un
mecanismo jurídico formal para su exigencia.

6. El desarrollo del soft law internacional se explica por distintas razones, algunas
relacionadas con la estructura de la comunidad internacional, y otras de tipo político e
ideológico que no siempre son fáciles de reconocer e identificar. En efecto, el
fenómeno del soft law surgió en los años setenta como respuesta a planteamientos
teóricos derivados del nuevo orden económico internacional, a partir de la revisión de
la teoría tradicional de las fuentes del derecho internacional y de la paulatina pérdida
de eficacia de las resoluciones emanadas de las organizaciones internacionales. En la
actualidad el fenómeno se extiende ampliamente por diversos ámbitos del derecho
internacional.

7. Los instrumentos de soft law ofrecen diversas ventajas, entre las cuales
pueden destacarse las siguientes:

i. reducen los costos propios de las negociaciones convencionales, así como el


impacto que la delegación de facultades a órganos supranacionales podría
tener en el ámbito de la soberanía;
ii. evitan la revisión de los órganos legislativos internos de los Estados;
iii. excluyen los riesgos derivados del incumplimiento de los acuerdos vinculantes
y las consecuencias de la responsabilidad internacional en el marco de los
mecanismos institucionales de solución de controversias;
iv. en ocasiones son el único recurso disponible para instituciones internacionales
que carecen de un reconocimiento explícito en el marco del DIP;
v. además, la creciente adopción de instrumentos de soft law en las conferencias
internacionales permite la participación de actores no estatales, tales como las
organizaciones no gubernamentales (ONG), lo que en ocasiones otorga más
legitimidad a las normas derivadas de tales procesos;
vi. otro aspecto importante a considerar es el hecho de que aún a falta de
mecanismos institucionales de control y cumplimiento, los instrumentos de soft

114
law pueden producir efectos en el ámbito interno de los Estados, sirviendo
como referencia para la adopción de medidas legislativas o como pautas para
la interpretación judicial de instrumentos o costumbres internacionales, así
como de los principios generales del DIP; y
vii. por último, es importante destacar los procesos de transformación del soft law
en hard law, no sólo en el ámbito internacional a través de la celebración de
tratados posteriores o de la configuración de una práctica consuetudinaria, sino
también mediante la ya referida adopción de medidas legislativas o judiciales
que, incorporando los estándares del soft law a la normatividad interna y
reconociéndole carácter vinculante.

8. El Soft law se manifiesta en el espacio jurídico internacional principalmente de


tres formas:

i. primero, a través de instrumentos internacionales que se distinguen por no


tener por sí mismos efectos vinculantes. En la práctica internacional se les
conoce generalmente como lineamientos, resoluciones, declaraciones,
principios, programas, estrategias, cartas, códigos de conducta, actas finales,
informes de grupos de expertos o grupos de trabajo, minutas, reuniones,
memoranda de entendimiento o de intención, Modus vivendi, por mencionar
algunos;
ii. segundo, a través de normas o disposiciones que figuran incrustadas en
instrumentos propios del hard law , pero que tienen carácter blando debido a su
contenido político, programático, declarativo o de mera buena voluntad; y
iii. tercero, a través de normas que se encuentran en proceso de gestación, aún
sin consolidarse y sin que hayan entrado en vigor, a menos que revistan
carácter consuetudinario.

9. Las consecuencias más importantes del soft law incrustado en los instrumentos
internacionales son:

i. primero, permiten identificar principios básicos ambientales que los Estados


han aceptado observar o se han comprometido a acatar de buena voluntad;
ii. segundo, estos principios sirven de guía para el comportamiento y conducta de
los Estados; y

115
iii. tercero, muchas veces sirven como antecedentes del hard law que habrá de
emerger en el futuro.

5.- El soft law corporativo.-

1. De acuerdo a la doctrina tradicional, el DIA es un conjunto de normas


vinculantes, ideológicamente neutro y cuyos sujetos por excelencia son los Estados,
que gozan de personalidad jurídica internacional plena. Esta doctrina, como ya se
afirmó, ha ido variando y desde mediados del siglo XX se ha iniciado un proceso de
reconocimiento de la personalidad jurídica de organizaciones internacionales, lo cual
ha llevado a que en las últimas décadas exista también un reconocimiento de las
personas como sujetos del derecho internacional. Pero además de lo anterior, ha
podido advertirse la emergencia de nuevos actores en el ámbito internacional, que no
responden a las características de los estados, de las organizaciones internacionales
ni de las personas. Estos nuevos actores o sujetos son las llamadas empresas
multinacionales (EMN).

2. Las EMN son aquéllas que tienen su sede matriz en un determinado Estado,
pero que desarrollan sus actividades en diversos países del mundo, sea en el corto,
mediano o largo plazo. Como consecuencia de esta estructura operativa, estas
organizaciones se relacionan y rigen por distintos ordenamientos jurídicos, tanto el
vigente en su sede matriz, los aplicables en los países donde realizan sus
operaciones y el orden normativo internacional. Las EMN deben cumplir, entonces,
diversas regulaciones que muchas veces no son similares entre ellas e incluso
pueden llegar a ser opuestas o contradictorias, como sucede en el ámbito laboral,
tributario, penal o ambiental. Asimismo, quedan regidas por diversas normas
internacionales, relacionadas con el comercio, el transporte, el respeto a los derechos
fundamentales de la persona humana, el cuidado y protección del ambiente.

3. Sin embargo, pese a las diversas regulaciones a que están sometidas las EMN,
las ambigüedades y vacíos que existen en torno a la naturaleza de su personalidad
jurídica internacional impide o entraba la posibilidad de hacer valer su responsabilidad
ante organismos internacionales, ya que de acuerdo a la doctrina internacional son los
Estados los responsables por los actos de sus nacionales, sean ellos personas
naturales o jurídicas.

116
4. En general, las EMN han operado conforme a los estatutos jurídicos internos
de su Estado de origen, así como dando cumplimiento al derecho de los estados
donde operan sus sucursales. Pero además, han ido adaptando su actividad al
derecho que ellas mismas crean en virtud del principio de la autonomía de la voluntad,
que es un derecho no vinculante y que se construye a base de acuerdos voluntarios,
códigos de conducta, principios de buenas prácticas, normas sobre responsabilidad
social empresarial y otras formas, todo lo cual forma parte de esta nueva modalidad
de soft law internacional.

5. El soft law, como ya se consignó, conforme a su naturaleza de lege ferenda


anticipa lo que probablemente será en el futuro regulado por normas vinculantes y, al
mismo tiempo, establece normas de conducta aceptables para las EMN. El origen de
estas reglas puede radicar en resoluciones, declaraciones, principios, agendas, foros
o documentos emanados de órganos internacionales, organizaciones
intergubernamentales y también instituciones financieras creadas por los mismos
Estados, como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o
la International Finance Corporation (IFC), que imponen estándares, reglas de
operación, buenas prácticas empresariales, mecanismos consultivos a comunidades
originarias, uso de las mejores tecnologías disponibles (BTA) y otras similares.

6. La IFC, por ejemplo, ha elaborado un documento donde define ocho


estándares de conducta dirigidos a aquellas empresas que desean optar a
financiamientos internacionales para sus proyectos. La Guía de Berlín II, promovida
por las Naciones Unidas, establece una larga lista de principios, mejores prácticas y
guías destinadas a sustentar el ciclo de vida del proceso minero, desde las etapas de
exploración y explotación hasta las faenas de cierre y rehabilitación de las áreas
donde se desarrolló la actividad.

7. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE u


OECD por sus siglas en idioma inglés) ha elaborado las Guías para las Empresas
Multinacionales, señalando que ellas son recomendaciones de conducta para las EMN
en áreas como la ambiental, derechos laborales, protección de los consumidores y
lucha contra la corrupción. Según la OCDE, las EMN deben promover las siguientes
prácticas:

117
i. Contribuir al desarrollo sustentable;
ii. Respetar los derechos humanos;
iii. Promover la creación de capacidades locales;
iv. Promover la formación de capital humano;
v. Promover y ejecutar buenos principios y prácticas de gobierno corporativo;
vi. Dar a conocer información sobre sus actividades en forma periódica, oportuna
y confiable;
vii. Establecer y mantener un sistema de gestión ambiental;
viii. Entregar información oportuna y adecuada sobre potenciales impactos
ambientales, de seguridad y salud;
ix. Consultar a las comunidades directamente afectadas;
x. Cumplir con los postulados del principio precautorio;
xi. Impedir impactos ambientales indebidos; y
xii. Entregar capacitación adecuada a sus trabajadores sobre materias
ambientales, de seguridad y de salud.

8. En conclusión, dadas las falencias del hard law tradicional y de los obstáculos
que impiden aplicar coercitivamente las normas que emanan de los instrumentos
internacionales, por vinculantes que ellas sean para los Estados, al no estar dotado de
sea en el futuro próximo el soft law empresarial la gran fuente de las obligaciones
internacionales, más allá de las que los mismos Estados estén dispuestos a pactar.

VIII
LOS GRANDES PROBLEMAS DEL DERECHO INTERNACIONAL AMBIENTAL

El DIA nació y comenzó a desarrollarse a partir de la comprobación del estado casi


anémico de los recursos naturales a que llegó Europa como consecuencia de la
segunda guerra mundial, y de la disociación estructural entre la actividad económica y
la naturaleza. La afectación del capital crítico natural causada o tolerada por la
concepción libremercadista hizo surgir voces de alarma en cuanto a la posibilidad de
un crecimiento económico acumulativo y al agotamiento paulatino de los recursos
naturales.

La primera respuesta que dio el mundo a esta crisis cada vez más evidente fue la
Declaración de Estocolmo (16 de junio de 1972) precedida por el Informe de Founex

118
(Suiza, 1971), cuya base fue la definición de desarrollo sustentable que acuñó la
Comisión Brundtland (“el que satisface las necesidades del presente sin dañar la
capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”).

Sin embargo, el desarrollo de las naciones ha estado lejos de ser sostenible y los
problemas ambientales se han multiplicado y hecho cada vez más complejos. El
principio precautorio se ha validado más en los principios teóricos que suelen inspirar
a los tratados internacionales que en la realidad material y concreta, y el mundo se ha
visto paulatinamente más agobiado por las enormes dificultades políticas, técnicas y
económicas que impiden dar soluciones eficaces y duraderas a los efectos
ambientales negativos que genera la actividad humana.

La minería, la construcción, la industria fabril, la industria forestal, la explotación


agrícola, la pesquería, por nombrar sólo algunas actividades productivas, son
altamente demandantes de recursos naturales y de componentes ambientales que
utilizan para la disposición de toda clase de residuos que contaminan el aire, el suelo,
el subsuelo y las aguas.

La enorme diferencia entre el mundo desarrollado del hemisferio norte y los países
menos desarrollados que se agrupan principalmente en el hemisferio sur, ha permitido
que los primeros usen y muchas veces abusen de los recursos ambientales de los
segundos, degradando no sólo su patrimonio natural sino muchas veces
sometiéndolos a exigencias que ellos mismos no llegan a cumplir e, incluso,
transformándolos en verdaderos depósitos de toda suerte de desechos peligrosos o
tóxicos.

Sin embargo, a partir de las últimas décadas el mundo ha ido reaccionando y los
mismos países desarrollados han comprendido el peligro que encierra para sus
propios sistemas económicos y políticos el consumo indiscriminado de los recursos
ambientales no renovables. De esta manera, han comenzado a someterse a las
mismas normas internacionales que antes aprobaban pero sin intención aparente de
incorporarlas y aplicarlas en sus respectivas jurisdicciones.

La igualdad de trato y el sistema de responsabilidades comunes pero diferenciadas,


son muestras de esta nueva actitud que ha llevado a estados que antes se negaban a

119
firmar tratados que pudieran afectarles, a participar activamente en la gestión y firma
de nuevos instrumentos de control internacional. Así, por ejemplo, Estados Unidos de
América, que siempre se negó a adherir al Protocolo de Kyoto, suscribió bajo el
gobierno del Presidente Barak Obama el Acuerdo de París sobre Cambio Climático un
año después de haberse proclamado, aunque lamentablemente fue desahuciado el
gobierno del Presidente Donald Trump quien, con una actitud escéptica y contraria a
las evidencias científicas que sus propios asesores ambientales le han dado a
conocer, dice no creer en la realidad del cambio climático.

Con todo, el mundo está aún muy lejos de controlar y resolver los problemas
ambientales que lo aquejan y éstos, lejos de disminuir, han aumentado
dramáticamente en la medida en que las necesidades productivas se multiplican.
Estos problemas conforman los grandes temas que toca al DIMA resolver y se repiten,
a veces en forma trágica, en el interior de los estados más pobres y alejados de los
estándares sociales y económicos mínimos necesarios para que sus poblaciones
puedan llevar una vida digna.

1.- Cambio Climático.-

El cambio climático – en versión actual, “crisis climática” - es uno de los principales, si


no el principal problema ambiental al que debe enfrentarse la humanidad, con
significativas y crecientes repercusiones sociales y económicas.

El origen del cambio climático se encuentra probablemente en la emisión masiva a la


atmósfera de los denominados gases de efecto invernadero (GEI). El Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU estima que es muy probable
que la principal causa de las variaciones climáticas observadas en las últimas
décadas sea las emisiones antropogénicas (es decir, causadas por las actividades
humanas).

Se caracteriza el cambio climático por ser un problema de carácter global, exponencial


y persistente. Es global porque, más allá de los primeros impactos ambientales que
afectaban sólo a áreas locales o regionales, el cambio climático afecta hoy a todo el
planeta. El carácter exponencial hace referencia a la rapidez con la que se está
produciendo y desarrollando, en concordancia con la intensidad de las actividades

120
humanas y las emisiones que producen. Se trata sin duda de un fenómeno persistente
debido a que, aun pudiendo neutralizarlos hoy, los GEI tardarían muchas décadas en
desaparecer de la atmósfera.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (1992) lo


define como “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad
humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la
variabilidad natural del clima observada durante periodos de tiempo comparables”
(artículo 1.2). Por su parte, identifica sus consecuencias adversas con “los cambios en
el medio ambiente físico o en la biota resultantes del cambio climático que tienen
efectos nocivos significativos en la composición, la capacidad de recuperación o la
productividad de los ecosistemas naturales o sujetos a ordenación, o en el
funcionamiento de los sistemas socioeconómicos, o en la salud y el bienestar
humanos” (artículo 1.1).

El fenómeno del cambio climático es el más global y profundo que afecta al planeta,
pero al mismo tiempo los efectos que produce o puede producir en el futuro son
impredecibles, estando marcados por la incerteza. Su influencia no se limita al clima
propiamente tal - esto es, a la totalidad de la atmósfera, la hidrosfera, la biosfera y la
geosfera, y sus interacciones, según lo define la Convención Marco (artículo 1) -, sino
que se extiende a todas las actividades humanas y a la geomorfología del planeta,
afectando por igual el régimen de lluvias, la integridad de los bosques, las reservas de
agua y el volumen de los glaciares, entre otros.

Es por ello que este instrumento internacional tiene como objetivo último “lograr, de
conformidad con las disposiciones pertinentes de la Convención, la estabilización de
las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que
impida interferencias antropogénicas peligrosas en el sistema climático. Ese nivel
debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten
naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea
amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible”
(artículo 3).

Para alcanzar este objetivo, en el artículo 4 se establece una serie de principios, entre
los cuales pueden destacarse los siguientes:

121
1. Las Partes deberían proteger el sistema climático en beneficio de las
generaciones presentes y futuras, sobre la base de la equidad y de
conformidad con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus
respectivas capacidades;
2. Deberían tenerse plenamente en cuenta las necesidades específicas y las
circunstancias especiales de las Partes que son países en desarrollo,
especialmente aquellas que son particularmente vulnerables a los efectos
adversos del cambio climático, y las de aquellas Partes, especialmente las
Partes que son países en desarrollo, que tendrían que soportar una carga
anormal o desproporcionada en virtud de la Convención;
3. Las Partes deberían tomar medidas de precaución para prever, prevenir o
reducir al mínimo las causas del cambio climático y mitigar sus efectos
adversos. Cuando haya amenaza de daño grave o irreversible, no debería
utilizarse la falta de total certidumbre científica como razón para posponer tales
medidas, tomando en cuenta que las políticas y medidas para hacer frente al
cambio climático deberían ser eficaces en función de los costos a fin de
asegurar beneficios mundiales al menor costo posible;
4. Las políticas y medidas para proteger el sistema climático contra el cambio
inducido por el ser humano deberían ser apropiadas para las condiciones
específicas de cada una de las Partes y estar integradas en los programas
nacionales de desarrollo, tomando en cuenta que el crecimiento económico es
esencial para la adopción de medidas encaminadas a hacer frente al cambio
climático;
5. Las Partes deberían cooperar en la promoción de un sistema económico
internacional abierto y propicio que condujera al crecimiento económico y
desarrollo sostenibles de todas las Partes, particularmente de las Partes que
son países en desarrollo, permitiéndoles de ese modo hacer frente en mejor
forma a los problemas del cambio climático; y
6. Las medidas adoptadas para combatir el cambio climático, incluidas las
unilaterales, no deberían constituir un medio de discriminación arbitraria o
injustificable ni una restricción encubierta al comercio internacional.

Como puede apreciarse, de la Convención Marco fluyen nítidamente las


características propias del DIMA y los principios que lo rigen y que se han enumerado

122
con anterioridad, sobresaliendo entre ellos el principio precautorio, el de
responsabilidad común pero diferenciada y el de sostenibilidad o equidad
intergeneracional.

Han seguido a la Convención Marco otros instrumentos complementarios o


ratificatorios de los principios y obligaciones esenciales establecidas en las Naciones
Unidas, como el Protocolo de Kyoto (1998), la Plataforma de Durban sobre Cambio
Climático (2011) y el Acuerdo de París sobre Cambio Climático (2015). Sobre este
último se han depositado las mayores esperanzas de los países del mundo
desarrollado y en vías de desarrollo, luego del fracaso del Protocolo de Kyoto que no
contó con la incorporación de los Estados Unidos de América, quizá el mayor
productor mundial de GEI.

En noviembre de 2016 se dio inicio a las sesiones de la COP 22, en la ciudad de


Marrakech. Esta Conferencia de las Partes se desarrolló en torno a cinco áreas clave:

1. Finanzas, que permita a los países en desarrollo tener una transición hacia una
economía verde y resiliente al clima;
2. Contribuciones nacionalmente determinadas, que necesitan ser integradas en
las políticas nacionales y en los planes de inversión;
3. Adaptación, que la que deberá tener la mayor prioridad;
4. Pérdidas y daños para salvaguardar los logros en las comunidades más
vulnerables; y
5. Transferencia de capacidades, importante para los países en desarrollo y que
deberá ser adaptada según las características nacionales

No obstante, pese a las evidencias que los estudios más modernos han ido poniendo
de relieve, cabe aún preguntarse si la aparición y presencia del cambio climático es
una realidad innegable, toda vez que los antecedentes históricos y comparativos con
que se cuenta aún no abarcan un periodo suficiente para que la ciencia pueda llegar a
conclusiones firmes. Es cierto que hoy son muy pocos en el mundo los que niegan la
realidad del cambio climático, pero fue necesario un largo proceso para que la
comunidad científica aceptara el cambio de paradigma y comenzara a investigar y a
proponer soluciones teniendo como telón de fondo este fenómeno global. Y no faltaron
razones, en su época, para el desarrollo de una corriente mal llamada “negacionismo”,

123
a la cual hasta el día de hoy se le atribuye haber negado la realidad del cambio
climático y del calentamiento global.

El principal representante de esta posición no fue, curiosamente, un climatólogo, un


astrónomo, un oceanógrafo o un cultor de las ciencias de la naturaleza, sino un
estadístico danés llamado Bjorn Lomborg, quien antes de dar a conocer sus
conclusiones había sido un ecologista acérrimo y miembro de la organización
Greenpeace. Pero Lomborg no fue, en realidad, un negacionista del calentamiento
global sino que, fundado en serios estudios e investigaciones, se limitó a poner paños
fríos a aquellos que, como sus antiguos camaradas activistas y el “dandy de la
ecología” Al Gore, predicaban teorías catastrofistas y trataban de convencer al mundo
que el fin de los tiempos estaba cerca. Lomborg nunca negó la existencia de una crisis
climática, pero demostró con los números de la historia y del presente que el planeta
estaba lejos de sufrir un colapso.

En 1998 Lomborg publicó el libro “El ecologista escéptico. Evaluando el estado real
del mundo”, donde a partir de una abrumadora evidencia estadística planteó que la
visión del mundo adoptada por los científicos y los políticos estaba sesgada por una
“letanía” (así se titula el capítulo primero de su libro) de conceptos erróneos
presentados por los ambientalistas que auguraban el fin del mundo. Así, por ejemplo,
estos críticos alarmistas manifestaban que la tierra se estaba quedando sin energía y
recursos naturales, siendo ésta una aseveración empíricamente falsa. De hecho,
señala, hoy en día las personas tienen más alimentos y están viviendo más que en
cualquier otro momento del último siglo: en 1900 la edad promedio de vida era de 30
años y actualmente es de 67 años; la pobreza se ha reducido más en los últimos 50
años que en los últimos 500, según las estadísticas de la ONU, y esta reducción ha
ocurrido en casi todos los países.

Según Lomborg, la exageración flagrante sobre el deterioro ambiental asusta a todos


y lleva a las personas a gastar recursos y enfocar la atención en problemas
inexistentes mientras ignoran los problemas reales. Ello es así porque hay grupos que
desinforman al público. Los ambientalistas, añade, tienen en los medios de
comunicación un aliado diligente en su campaña del temor. Los centros de noticias
siempre están en búsqueda de una historia tan aterradora que el público potencial no
pueda perdérsela, y los ambientalistas proporcionan diariamente tal atractivo.

124
Tanto la esperanza de vida como la salud están en ascenso, repite. En la Edad de
Piedra la expectativa de vida era aproximadamente de 21 años y, hasta alrededor del
año 1400, un niño recién nacido podía esperar sólo hasta los 20 a 30 años de
existencia aproximadamente. El promedio de vida de 30 años continuó hasta 1850,
pero en los siguientes 150 años se disparó a aproximadamente 41 años en 1950 y 65
años en 1998. Hoy, sobre el 85% de la población del mundo puede esperar vivir por lo
menos 60 años.

La razón principal por la que la esperanza de vida haya aumentado es porque muy
pocas personas mueren a temprana edad; la mortalidad infantil y del niño ha caído
drásticamente. Las personas están viviendo mucho más tiempo por el aumento de los
niveles de vida que han traído mejor alimentación, ropa y vivienda. Las mejoras del
siglo 19 en higiene pública y los adelantos médicos del siglo 20 han transformado la
salud y disminuido las enfermedades.

Las personas están alimentándose mejor hoy en día, también. A pesar del crecimiento
poblacional, tanto en los países desarrollados como en las naciones en vías de
desarrollo, todos tienen más para comer. Menos personas están padeciendo hambre y
los alimentos son más baratos. Estas mejoras se reflejan en el aumento del consumo
calórico, que se ha incrementado globalmente en 24% desde 1961 y 38% en los
países en vías de desarrollo. Al mismo tiempo, la proporción de personas que
padecen hambre ha caído de 35% a 18% desde 1970. La reducción en los costos de
alimentación significa que las personas en el mundo en vías de desarrollo, sobre todo
los habitantes pobres de la ciudad, tienen más para comer. Las medidas de
prosperidad económica también han mejorado, basadas en una medida disponible de
producción per cápita que mide cuánto un individuo promedio puede comprar.

En síntesis, el mundo de hoy (recuérdese que escribe en 1998) se caracteriza por una
prosperidad sin precedentes, distinguida por el progreso en todas las áreas
importantes de la actividad humana. Las personas viven mucho más, tienen mayor
desarrollo corporal, son más saludables, tienen más para comer, tienen mayores
ingresos y se han educado mejor.

El objetivo fundamental de Lomborg es identificar grandes tendencias, algunas


estrictamente ambientales y otras globales. Lomborg se apoya en fuentes de

125
información ampliamente conocidas y aceptadas por el mundo político, económico y
científico, tales como Food and Agriculture Organization y la Organización Mundial de
la Salud (OMS). Para la información de los Estados Unidos de América, se basa en
fuentes como la Environmental Protection Agency (EPA) y el Departamento de
Agricultura, todas las cuales dan cuenta de una historia de mejora constante en las
condiciones humanas y una minimización del riesgo ambiental.

En lo que respecta al calentamiento global, que involucra no tanto conocimiento


empírico como predicciones basadas en modelos de computadoras, Lomborg se basa
en el Intergovernamental Panel on Climate Change (IPCC), la organización científica
más conocida en cuestiones de calentamiento planetario, y llega a la conclusión de
que si bien éste es una realidad no tiene los alcances catastróficos que los
ambientalistas han querido atribuirle, muchas veces apoyados por grupos de políticos
y científicos interesados en mantener vivo el mito.

Lomborg se pregunta si puede continuar la prosperidad humana bajo las actuales


condiciones ambientales y centra su análisis en algunas áreas sensibles para
demostrar que la respuesta a esta interrogante debe ser afirmativa.

En materia de alimentación, sostiene que a pesar de los argumentos de que el


crecimiento poblacional podría dejar atrás a la producción de alimentos, todos los
estudios de la FAO, IFPRI, USDA, y el Banco Mundial muestran que no hay ninguna
crisis agrícola inmediata o escasez próxima de alimentos. Por el contrario, los
alimentos continuarán poniéndose más baratos y un número creciente de personas
podrá consumir más y mejores alimentos.

En lo que toca a los bosques, afirma que a pesar de las preocupaciones sobre la
deforestación tropical, los bosques del mundo no están bajo amenaza. Mientras
aproximadamente el 20% de todos los bosques se ha perdido, alrededor de un tercio
de la masa terrestre mundial todavía está cubierta por bosques, y esta cantidad no ha
cambiado mucho desde la Segunda Guerra Mundial. Los bosques tropicales están
siendo reducidos a una tasa anual por debajo del 0.5%, mucho menos que el 1.5% a
4.6% por año que se cita a menudo.

En cuanto a energía, dice que la humanidad no se está quedando sin ella. Aunque
usamos cantidades crecientes de energías fósiles como el petróleo, carbón y gas, se

126
ha encontrado más y, al presente nivel de consumo, se tiene petróleo al menos para
40 años, gas para a lo menos 60, y carbón para un mínimo de 230 años.
Adicionalmente, hay muchas posibilidades para fuentes de energía renovables. Por
ejemplo, el costo de la energía solar como de la eólica ha caído un 98% durante los
últimos 20 años; y estos recursos de energía renovables son casi ilimitados. Otras
posibilidades incluyen la fusión y tecnologías todavía por ser inventadas.

Otros recursos no energéticos parecen ser abundantes y permanecerán así, incluso el


hierro, cobre, cinc, potasio y nitrógeno. Los precios de casi todos los recursos han
venido cayendo, y a pesar de un gran aumento en el consumo, estos materiales
primarios importantes les quedan más años de consumo que nunca antes. El
problema de disponibilidad de agua no es uno de escasez, afirma, sino de manejo.
Eliminando las ineficiencias en la agricultura, la industria y en la distribución, se puede
preservar los niveles de agua.

Contrariamente a la creencia general, sostiene que la contaminación no está minando


nuestro bienestar. La contaminación, dice, ha sido dramáticamente reducida en el
mundo desarrollado. Las alarmas sobre la lluvia ácida y bosques muertos se han
convertido en mitos, el aire y el agua son más limpios que en cualquier otro momento
desde el arribo de la Edad Industrial. Admite que el riesgo más grande que
enfrentamos viene de la contaminación del aire de interiores por el gas radón, humo
de cigarrillos, formaldehído y asbesto, toda vez que pasamos más tiempo dentro de
habitaciones y hemos sellado herméticamente nuestras viviendas. Pero una adecuada
ventilación y aislamiento apropiados pueden ayudar a resolver este problema.

La posición de Lomborg ha variado radicalmente ante la abrumadora evidencia que


hoy existe en cuanto a que el planeta vive una crisis climática sin precedentes,
sumándose el pensamiento de la gran mayoría del mundo científico, pero resulta
interesante leer lo que decía en un artículo que publicó el año 2008 en el influyente
diario Washington Post, bajo el título de Calentamiento global, relájense un poco , que
se transcribe a continuación:
Dejen de pelearse por el calentamiento global—aquí está la manera inteligente de atacarlo.
Todas las miradas están puestas sobre los glaciares que se derriten en Groenlandia. Este
año, delegaciones de políticos estadounidenses y europeos han peregrinado a una de estas

127
masas de hielo en Ilulissat, donde declaran estar viendo ocurrir el cambio climático delante
de sus ojos.
Curiosamente, algo que rara vez es mencionado es que las temperaturas en Groenlandia
eran más altas en 1941 que lo que son hoy. O que las tasas de derretimiento alrededor de
Ilulissat eran más altas durante la primera parte del último siglo, de acuerdo a un nuevo
estudio. Y mientras las delegaciones aterrizan primero en Kangerlussuaq, alrededor de 100
millas al sur, todos cambian de avión para ir directamente a Ilulissat — tal vez porque el
glaciar de Kangerlussuaq está creciendo inconvenientemente rápido.
Indico esto no para cuestionar la realidad del calentamiento global o el hecho de que en
gran parte es causado por los seres humanos, sino debido a que la discusión acerca del
cambio climático se ha vuelto una pelea desagradable, con un bando argumentando que
estamos dirigiéndonos hacia una catástrofe y el otro sosteniendo que todo es una gran
mentira. Yo sostengo que ninguno de los dos bandos está en lo correcto. Está mal negar lo
obvio: La Tierra se está calentando y nosotros lo estamos causando. Pero esa no es toda la
historia y las predicciones de un desastre que se aproxima simplemente no cuadran con la
evidencia.
Tenemos que redescubrir el punto medio en el que podamos tener una conversación
sensible. No deberíamos ignorar el cambio climático o las medidas que lo podrían combatir.
Pero deberíamos ser honestos acerca de los defectos y costos de esas medidas, como
también acerca de los beneficios.
Los grupos ambientalistas dicen que la única manera de lidiar con los efectos del
calentamiento global es reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono — un
proyecto que le costará al mundo billones (solamente el Protocolo de Kyoto costaría $180
mil millones al año). Las investigaciones que he realizado a lo largo de la última década,
comenzando con mi primer libro El Ambientalista Escéptico, me han convencido de que esta
actitud no tiene sentido; implica gastar una cantidad exorbitante de dinero para lograr muy
poco. En cambio, deberíamos estar pensando creativamente y pragmáticamente sobre
cómo podríamos combatir los numerosos y más importantes retos que enfrentan a nuestro
planeta.
Nadie sabe con certeza cómo ocurrirá el calentamiento global. Pero deberíamos hablar
acerca de los cálculos más ampliamente aceptados. De acuerdo al Panel
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC,
pos sus siglas en inglés), los niveles de los océanos aumentarán en este siglo entre 15 y 60
centímetros, con la mejor expectativa siendo alrededor de 30 centímetros, principalmente
debido a que el agua se expande mientras más se calienta. Esto es similar a lo que el
mundo experimentó en los últimos 150 años.

128
El IPCC nos dice dos cosas: Si nos concentramos en el desarrollo económico e ignoramos
el calentamiento global, es probable que experimentemos un aumento de 33 centímetros en
el nivel del mar para el 2100. En cambio, si nos enfocamos en las preocupaciones
ambientales y, por ejemplo, adoptamos las severas reducciones en emisiones de carbono
que muchos grupos ambientalistas promueven, esto podría reducir el aumento en
aproximadamente de trece centímetros. Pero reducir las emisiones tiene un costo: Todo el
mundo sería más pobre en el 2100. Con menos dinero circulando para proteger a la tierra
del mar, reducir las emisiones de carbón significaría que más tierra seca se perdería,
especialmente en regiones vulnerables como Micronesia, Tuvalu, Vietnam, Bangladesh y las
Maldivas. Mientras que el nivel del mar aumenta, también lo harán las temperaturas.
Parecería lógico esperar más olas de calor y por lo tanto más muertes. Pero aunque este
dato recibe mucha menos atención, las temperaturas en aumento también reducirán el
número de olas de frío. Esto es importante porque las investigaciones demuestran que el
frío es mucho más mortal que el calor. De acuerdo a la primera encuesta revisada por
expertos sobre los efectos del cambio climático en la salud, el calentamiento global de
hecho salvará vidas. Se estima que para el 2050, el calentamiento global causará alrededor
de 400.000 muertes más relacionadas al calor. Pero al mismo tiempo, 1,8 millones de
personas menos morirán del frío. El Protocolo de Kyoto, con sus reducciones drásticas de
emisiones, no es una manera sensible de evitar que las personas mueran de olas de calor.
A un costo mucho más bajo, los diseñadores urbanos y los políticos podrían reducir las
temperaturas más efectivamente plantando árboles, añadiendo facilidades de agua y
reduciendo la cantidad de asfalto en las ciudades que están en riesgo. Los cálculos
muestran que esto podría reducir las temperaturas pico en las ciudades en más de 7 grados
Celsius.
El Protocolo de Kyoto expirará en el 2012. Los miembros de la ONU estarán negociando su
reemplazo en Copenhagen a finales del 2009. Los políticos insisten que el "próximo Kyoto"
debería ser aún más duro. Pero luego de dos fracasos espectaculares, debemos preguntar
si la actitud de "intentémoslo de nuevo, y esta vez apuntemos a unas reducciones aún
mayores" es la correcta.
Aún si las promesas anteriores de los funcionarios se hubiesen cumplido, no habrían
servido prácticamente de nada, y nos hubieran costado una fortuna. Los modelos climáticos
muestran que Kyoto hubiera pospuesto los efectos del calentamiento global por siete días al
final del siglo. Aún si EE.UU. y Australia hubiesen firmado el protocolo y todos los firmantes
hubiesen obedecido los lineamientos de Kyoto por el resto del siglo, pospondríamos los
efectos del calentamiento global por solamente cinco años.
Los que proponen pactos como Kyoto quieren que gastemos cantidades enormes de dinero
que logran muy poco para el bien del planeta de aquí a cien años. Debemos encontrar una
manera más inteligente de actuar. El primer paso es focalizar nuestros recursos en hacer
que las reducciones de emisiones de carbono sean mucho más fáciles.

129
El costo típico de reducir una tonelada de dióxido de carbono alcanza actualmente a US$
20/tonelada. No obstante, de acuerdo a una abundante literatura científica, el daño de una
tonelada de carbón en la atmósfera es de alrededor de US$ 2. Gastar US$ 20 para hacer
US$ 2 de bien no es un curso de acción inteligente. Podría hacer que usted se sienta bien,
pero no detendrá al calentamiento global.
Necesitamos reducir el costo de reducir emisiones de US$ 20/tonelada a, por ejemplo, US$
2. Esto implica que ayudar al medio ambiente no solamente sería algo que los ricos puedan
hacer sino algo que todos podríamos hacer—incluyendo China e India, países que se
espera que sean los principales emisores durante el siglo XXI pero que tienen problemas
más importantes con las cuales lidiar antes que el cambio climático.
La manera de lograr esto es aumentando dramáticamente el gasto en investigaciones y
desarrollo de energía de baja intensidad de carbono. Idealmente, cada nación podría
comprometerse a gastar 0,5% de su producto interno bruto explorando tecnologías
energéticas que no emitan carbono, ya sean el viento, las olas, o la energía solar, o
capturando emisiones de dióxido de carbono de plantas de energía. Este gasto podría
añadir alrededor de US$ 25.000 millones al año pero todavía sería siete veces más barato
que el Protocolo de Kyoto y aumentaría por un factor de 10 el gasto global en investigación
y desarrollo. Todas las naciones estarían involucradas, aunque las más ricas pagarían la
porción más grande.
Debemos aceptar que el cambio climático es real y que hemos ayudado a causarlo. Esto no
es un chiste. Pero tampoco es un Apocalipsis cercano.
Para algunas personas, reducir las emisiones de carbono se ha vuelto la respuesta, sin
importar la pregunta. Se dice que reducir las emisiones de carbono es nuestra "misión
generacional". Pero, ¿no queremos implementar medidas más eficientes antes de recurrir a
eso?
Combatir los verdaderos retos climáticos que enfrentan el planeta —malaria, más muertes
por el calor, poblaciones de osos polares en declive —muchas veces requiere de medidas
más simples y menos glamorosas que reducciones en las emisiones de carbono. También
necesitamos recordar que en el siglo XXI habrán muchos otros retos, para los cuales
necesitamos soluciones de bajo costo y durables.
2.- Debilitamiento de la capa de ozono estratosférico.-

A mediados de 1980, científicos británicos notaron por primera vez un adelgazamiento


significativo de la capa de ozono estratosférico, a unos 10 kilómetros por encima de la
Antártida. En 1986, la investigadora estadounidense Susan Solomon demostró que el

130
ozono estratosférico estaba siendo destruido por la presencia de moléculas que
contienen cloro y bromo, que se forman a partir de los clorofluorocarbonos (CFC).

La capa de ozono es un cinturón de gas ozono natural que se sitúa entre 15 y 30


kilómetros sobre la tierra como si fuera un escudo contra la radiación ultravioleta B
emitida por el sol. El ozono es una molécula altamente reactiva que contiene tres
átomos de oxígeno. Está constantemente en formación y se rompe en la atmósfera
superior, a 10 - 50 kilómetros sobre la Tierra, en la zona llamada estratósfera.

En la actualidad hay una preocupación mundial de que la capa de ozono se esté


deteriorando debido a la liberación de la contaminación que contienen los productos
químicos cloro y bromo. Dicho deterioro permite que grandes cantidades de rayos
ultravioleta B alcancen la tierra, lo que puede provocar cáncer de piel y cataratas en
humanos y dañar a los animales.

Un exceso de radiación ultravioleta B que llegue a la tierra también inhibe el ciclo del
fitoplancton, organismos unicelulares que componen el último eslabón de la cadena
alimenticia. Los biólogos temen que estas reducciones del fitoplancton provoquen una
menor población de otros animales. Los investigadores también han documentado
cambios en las tasas reproductivas de peces jóvenes, gambas y cangrejos así como
de ranas y salamandras que se exponen a un exceso de ultravioleta B.

Los CFC son sustancias químicas que se encuentran principalmente en los aerosoles
en spray, muy utilizados por las naciones industrializadas durante la mayor parte de
los últimos 50 años, y han sido los principales causantes del deterioro de la capa de
ozono. Cuando los CFC alcanzan la parte superior de la atmósfera se exponen a los
rayos ultravioleta, lo que causa que se descompongan en sustancias que incluyen
cloro. El cloro hace reacción con los átomos de oxígeno en el ozono y destroza la
molécula de ozono. Un átomo de cloro puede destruir más de cien mil moléculas de
ozono según la EPA de los Estados Unidos de América.

La capa de ozono sobre la Antártida ha sufrido un impacto considerable desde


mediados de los años 80. Las bajas temperaturas de esta zona aceleran la conversión
de los CFC en cloro. En la primavera y el verano del sur, cuando brilla el sol durante
largos periodos del día, el cloro reacciona con los rayos ultravioleta destruyendo
masivamente hasta el 65% del ozono.

131
Aproximadamente el 90% de los CFC que existen actualmente en la atmósfera fue
emitido por países industrializados en el hemisferio norte, incluyendo los Estados
Unidos de América y Europa. Estos países prohibieron los CFC en 1996 y la cantidad
de cloro en la atmósfera comenzó a decrecer. No obstante, los científicos calculan que
se tardarán otros 50 años en devolver los niveles de cloro a su cifra natural.

Para intentar controlar el proceso de deterioro de la capa de ozono, distintos


gobiernos tomaron una serie de medidas tendientes a eliminar los CFC, siendo
Estados Unidos, Canadá, Suecia y Noruega los pioneros en estas disposiciones. En
1985 se firmó la Convención de Viena, en la que participaron 20 estados dispuestos a
negociar regulaciones para los químicos causantes del problema.

Pero los acuerdos más significativos destinados a proteger la capa de ozono se


firmaron a partir de 1987, cuando se aprobó el Protocolo de Montreal, en el que se
convino en reducir los CFC en un 50% para el año 1999; un nuevo acuerdo suscrito
en Londres rectificó las disposiciones del Protocolo de Montreal y dispuso poner
término a la producción de CFC para el año 2000; y finalmente, una última
rectificación realizada el año 2002 en Copenhague, adelantó la eliminación de los
CFC para el año 2016.

El día 15 de octubre de 2016 se acordó una nueva enmienda al Protocolo de


Montreal, denominada Acuerdo de Kilagi por haberse reunido en esa ciudad de
Ruanda delegados de alrededor de 200 países. En este acuerdo los países firmantes
se obligan a reducir el uso de los hidrofluorocarbonos (HFC), gases de efecto
invernadero que son ampliamente utilizados en el sector de la refrigeración. Según
expresa el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) el
acuerdo evitará un aumento global de la temperatura a final de siglo de hasta 0,5
grados centígrados.

El acuerdo de Kilagi se aplicará de manera diferenciada, al igual que la mayoría de los


instrumentos que se refieren al cambio climático, habida consideración que los países
desarrollados llevan muchas más décadas de fortaleza económica que los no
desarrollados, por lo que les corresponde asumir un esfuerzo mayor. De esta forma,
para la ejecución del pacto de Kigali se crearon tres grupos de países.

132
En el primero están los desarrollados, que empezarán a aplicar las reducciones del
uso de HFC en 2019, año en que deberán bajar un 10% su utilización, tomando como
base el periodo comprendido entre 2011 y 2013. Para 2036, la reducción será del
85%.

El segundo grupo es de países en desarrollo, incluidos China, la nación que más


contamina en la actualidad. El periodo de base para los recortes será el comprendido
entre 2020 y 2022. El primer año de aplicación, también con una reducción del 10%,
será el 2029. Para el año 2045, el recorte será del 80%.

En el tercer grupo están India y algunos otros países árabes como Irán e Irak. El
periodo base estará entre el 2024 y el 2026 y el primer recorte del 10% no llegará
hasta el año 2032. En 2047, la reducción será del 85%.

Con todo, aún sin considerar absolutamente los resultados de los esfuerzos a que se
han obligado los estados suscriptores de los distintos instrumentos internacionales, en
la actualidad es un hecho que el adelgazamiento de la capa de ozono se encuentra en
un proceso de reversión. Los científicos estiman que en septiembre de 2015, el
agujero se redujo en aproximadamente 4 millones de kilómetros cuadrados
comparado con su tamaño hacia el año 2000. La razón de este mejoramiento se
debería a la eliminación gradual de las sustancias químicas que destruyen la capa
protectora.

Un hallazgo de gran interés que avala la observación anterior y que desconcertó a los
investigadores se evidenció en el mes de octubre del mismo año, cuando el agujero
de ozono marcó un record en su tamaño sobre la Antártida. Los científicos estiman
que un factor clave por el cual el agujero marcó ese récord fue la actividad volcánica.
La misma doctora Solomon explica que “después de una erupción, el azufre volcánico
forma partículas diminutas y esas son las semillas de nubes estratosféricas polares”.
Añade que “se crean aún más de estas nubes cuando se tiene una reciente erupción
volcánica importante y esto conduce a la pérdida adicional de ozono”. Por último,
señala que “hasta que no hicimos nuestro trabajo reciente, nadie se dio cuenta de que
la erupción del volcán Calbuco en Chile había afectado de manera significativa la
pérdida de ozono en octubre del año pasado.”.

133
El estado de la capa de ozono sigue siendo malo, pero todo indica que los acuerdos
internacionales han estado funcionando y los estados partes han ido adoptando las
medidas necesarias para que este fenómeno de tan graves consecuencias para el
hombre y el ambiente pueda llegar a revertirse en el futuro mediano.

3.- Contaminación marina.-

Uno de los problemas ambientales más graves y persistentes es el de la


contaminación de las aguas marinas. El uso del mar ha sido fundamental en la historia
de la humanidad, no solo por ser éste una fuente de recursos alimenticios sino por
constituir un medio de comunicación del que el hombre se ha valido desde los tiempos
más primitivos. La historia del mar se encuentra indisolublemente ligada al comercio
internacional, a las exploraciones, a los descubrimientos de tierras desconocidas y,
desde luego, a la belicosidad natural del hombre que lo ha llevado desde siempre a
expandir sus áreas de influencia por medio de la guerra.

Desde otro punto de vista, la percepción del mar como depósito inagotable de
residuos ha provocado una relación descuidada del hombre con el ambiente marino,
el cual ha sido sometido desde tiempos inmemoriales a fuertes cargas de elementos
contaminantes, desde las que tienen su origen en el funcionamiento natural de las
agrupaciones humanas hasta el vaciamiento de toda clase de desechos tóxicos.

El aumento de la población del planeta, el desarrollo industrial y el cada vez más


fuerte intercambio comercial, por nombrar solo algunos factores, ha ido provocando un
deterioro cada vez mayor y más acelerado del ambiente marino, afectando la riqueza
y la calidad de su fauna y flora - y, por lo tanto, la actividad de las sociedades cuya
principal actividad económica está asociada a la explotación del mar -, deteriorando la
calidad de las aguas marinas e incorporando a éstas elementos de difícil y lenta
degradación, como plásticos, compuestos orgánicos persistentes (COPs) y
combustibles.

3.1.- El Convenio de Londres.-

La preocupación por el medio ambiente marino llevó, en noviembre de 1972, a la


celebración de la Conferencia Intergubernamental para el Convenio sobre vertimiento
de desechos en el mar, por invitación del Reino Unido. Este instrumento, que se

134
conoce como Convenio de Londres, fue uno de los primeros acuerdos internacionales
para la protección del medio marino ante las actividades de los seres humanos y entró
en vigor el 30 de agosto de 1975.

El Convenio de Londres contribuye al control y la prevención internacionales de la


contaminación del mar mediante la prohibición del vertimiento de determinados
materiales potencialmente peligrosos. Por otra parte, establece un permiso especial
previo al vertimiento de otros materiales identificados, así como un permiso general
para el vertimiento de todos los demás desechos y materias.

El Convenio define como vertimiento toda evacuación deliberada en el mar, de


desechos u otras materias efectuada desde buques, aeronaves, plataformas u otras
construcciones, así como toda evacuación deliberada de esos propios buques o
plataformas. En los anexos se enumeran los desechos que no pueden verterse y
otros para los cuales se necesita un permiso de vertimiento especial.

Por medio de las enmiendas que se adoptaron en 1993, y que entraron en vigor en
1994, se prohibió el vertimiento en el mar de desechos radiactivos de baja actividad.
Por otra parte, en las enmiendas se establece la supresión gradual de la evacuación
de desechos industriales en el mar - la cual cesó el 31 de diciembre de 1995 -, al
tiempo que se prohíbe la incineración de desechos industriales en el mar.

En 1996, las partes contratantes adoptaron un Protocolo relativo al Convenio, que


representa un cambio de criterio trascendental sobre la forma de reglamentar la
utilización del mar como depósito de materiales de desecho. En lugar de establecer
cuáles son los materiales que no podrán verterse, se prohíbe todo vertimiento,
excepto los de los desechos aceptables que figuran en la llamada “lista de vertidos
permitidos”, contenida en un anexo del Protocolo.

En el Protocolo de Londres se hace hincapié en un planteamiento precautorio, según


el cual “se adoptarán las medidas preventivas procedentes cuando haya motivos para
creer que los desechos u otras materias introducidos en el medio marino pueden
ocasionar daños aun cuando no haya pruebas definitivas que demuestren una
relación causal entre los aportes y sus efectos.”. En dicho Protocolo también se
establece que “quien contamina debería, en principio, sufragar los costos de la
contaminación” y se subraya que las partes contratantes deben cuidarse de que la

135
aplicación del Protocolo no signifique simplemente que la contaminación se traslade
de un lugar geográfico a otro.

Los estados contratantes del Convenio y Protocolo de Londres han adoptado


recientemente medidas encaminadas a mitigar el impacto de las cada vez más
elevadas concentraciones de CO2 en la atmósfera (y por consiguiente en el medio
marino) y a garantizar el control y la reglamentación eficaces de las nuevas
tecnologías concebidas para tratar de afectar masivamente al clima, y que
eventualmente podrían afectar adversamente al medio marino. Hasta el presente,
estos instrumentos han sido las normativas internacionales más avanzadas para
abordar las cuestiones relacionadas con la captura y secuestro de carbono en las
formaciones geológicas del subfondo marino y en la ingeniería del clima marino, como
por ejemplo, la fertilización de los océanos.

3.2.- El Convenio MARPOL.-

El 2 de noviembre de 1973 se suscribió el Convenio Internacional para prevenir la


Contaminación por los Buques (MARPOL), que es el principal instrumento
internacional para prevenir la contaminación por los buques a causa de factores de
funcionamiento o accidentales. Sin embargo, debido al gran número de accidentes de
buques-tanque ocurridos entre 1976 y 1977, en 1978 se adoptó un Protocolo relativo
al Convenio, cuando este último aún no había entrado en vigor. El Protocolo absorbió
al Convenio original y entró en vigencia el 2 de octubre de 1983.
En el Convenio figuran reglas encaminadas a prevenir y reducir al mínimo la
contaminación ocasionada por los buques, tanto accidental como procedente de las
operaciones normales, y actualmente incluye seis anexos técnicos que han entrado en
vigencia en diferentes épocas. En la mayoría de tales anexos figuran zonas
especiales en las que se realizan controles estrictos respecto de las descargas
operacionales.
En el Anexo I se aborda la cuestión de la prevención de la contaminación por
hidrocarburos como consecuencia de medidas operacionales, así como de derrames
accidentales; las enmiendas de 1992 al Anexo I hicieron obligatorio el doble casco
para los petroleros nuevos e incorporaron un calendario de introducción gradual para

136
que los buques tanque existentes se adaptasen al doble casco, lo que fue revisado
posteriormente en 2001 y 2003.
En el Anexo II se determinan con precisión los criterios relativos a las descargas y las
medidas destinadas a prevenir la contaminación por sustancias nocivas líquidas
transportadas a granel; se han evaluado e incluido unas 250 sustancias en la lista que
figura como apéndice del Convenio; la descarga de sus residuos se permite tan sólo
en instalaciones de recepción, a menos que se cumplan ciertas concentraciones y
condiciones (que varían según la categoría de las sustancias). En cualquier caso, no
se permiten las descargas de residuos que contengan sustancias perjudiciales a
menos de 12 millas de la tierra más próxima.
En el Anexo III se establecen prescripciones generales para la promulgación de
normas detalladas sobre empaquetado, marcado, etiquetado, documentación, estiba,
limitaciones cuantitativas, excepciones y notificaciones. A los efectos del presente
anexo, sustancias perjudiciales son las consideradas como contaminantes del mar en
el Código marítimo internacional de mercancías peligrosas (Código IMDG) o las que
cumplen los criterios que figuran en el apéndice del Anexo III.
En el Anexo IV se establecen prescripciones para controlar la contaminación
del mar por aguas sucias: la descarga de aguas sucias al mar está prohibida a menos
que el buque utilice una instalación de tratamiento de aguas sucias aprobada o
descargue aguas sucias previamente desmenuzadas y desinfectadas mediante
un sistema aprobado, a una distancia superior a 3 millas marinas de la tierra más
próxima, o a una distancia superior a 12 millas marinas de la tierra más próxima si no
han sido previamente desmenuzadas ni desinfectadas.
El Anexo V trata de los distintos tipos de basuras y especifica las distancias desde
tierra y la manera en que se pueden evacuar; la característica más importante del
anexo es la total prohibición impuesta al vertimiento en el mar de toda clase de
plásticos.
En el Anexo VI se establecen los límites de las emisiones de óxidos de azufre y de
óxidos de nitrógeno de los escapes de los buques y se prohíben las emisiones
deliberadas de sustancias que agotan el ozono; para las zonas de control de
emisiones designadas se establecen normas más estrictas en relación con la emisión
de SO2, NO2 y de material particulado. En un capítulo adoptado en 2011 se establecen

137
medidas técnicas y operacionales obligatorias de eficiencia energética encaminadas a
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los buques.
3.3.- Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.-
Por último, en 1982 se adoptó la Convención de las Naciones Unidas sobre el
Derecho del Mar, que se considera uno de los instrumentos más completos del
derecho internacional y que establece el marco fundamental para todos los aspectos
de soberanía, jurisdicción, utilización y derechos y obligaciones de los Estados en
relación con los océanos. La Convención trata sobre el espacio oceánico y su
utilización en todos sus aspectos: navegación, sobrevuelo, exploración y explotación
de recursos, conservación y contaminación, pesca y tráfico marítimo. Contiene 320
artículos y nueve anexos que definen zonas marítimas, establecen normas para
demarcar límites marítimos, asignan derechos, deberes y responsabilidades de
carácter jurídico y prevén un mecanismo para la solución de controversias.
Esta Convención fue producto de largas negociaciones iniciadas en la Tercera
Conferencia sobre el Derecho del Mar, en 1973, y se abrió a la firma en 1982 en
Montego Bay, Jamaica. Cuenta con más de 180 estados partes y se la considera el
marco y base de todo instrumento futuro que se proponga definir aún más los
derechos y compromisos sobre los océanos. Asimismo ha dado frutos importantes
tales como:
1. La aceptación casi universal de las doce millas como límite del mar territorial;
2. La jurisdicción de los estados ribereños sobre los recursos de una zona
económica exclusiva de no más de 200 millas marinas;
3. El derecho de tránsito a través de los estrechos usados para la navegación
internacional;
4. La soberanía de los estados archipielágicos (compuestos por islas) sobre una
zona de mar delimitada por líneas trazadas entre los puntos extremos de las
islas;
5. Los derechos soberanos de los estados ribereños sobre su plataforma
continental;
6. La responsabilidad de todos los estados de administrar y conservar sus
recursos biológicos; y

138
7. La obligación de los estados de resolver por medios pacíficos las
controversias relativas a la aplicación o interpretación de la Convención.
Además, se ha legislado sobre la cuestión de la explotación minera de los fondos
oceánicos (Parte XI de la Convención), que ha sido uno de los temas más difíciles, ya
que muchos países industrializados no aceptaban los detallados procedimientos de
producción de fondos marinos, las condiciones de los contratos y la transmisión
obligatoria de tecnología. Debido a esto, se adoptó en 1994 el Acuerdo relativo a la
aplicación de la Parte XI de la Convención, que elimina la obligación de la transmisión
de tecnología, establece disposiciones generales sobre la explotación, y deja que la
Autoridad de los Fondos Marinos determine la índole de las normas para autorizar las
operaciones mineras en los fondos marinos.
La Convención establece los siguientes órganos:
1. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, a través de la cual los
estados partes controlan y organizan las actividades relativas a los recursos
naturales en los fondos marinos fuera de los límites de las jurisdicciones
nacionales. Se estableció en 1994 en Kingston, Jamaica;
2. El Tribunal Internacional del Derecho del Mar, que es un foro de solución de
controversias sobre la interpretación o aplicación de las Convención. Fue
establecido en 1994, en Hamburgo, Alemania y cuenta con no más de 21
jueces; y
3. La Comisión de Límites de la Plataforma Continental, que hace
recomendaciones a los estados que reclaman plataformas continentales de
más de 200 millas. Está integrada por 21 miembros elegidos por los Estados
partes y se encuentra en la Sede de las Naciones Unidas, donde celebró sus
dos primeras sesiones en 1997.
Antes de cerrar este apartado conviene repasar un par de casos paradigmáticos de
contaminación marina, que aunque ocurridos hace ya hace varias décadas aún siguen
impactando a miles de personas y a los recursos marinos de los cuales éstas vivían.
El primero se originó en el vertimiento de residuos tóxicos que una industria química
depositó durante varias décadas en la bahía de Minamata, Japón, y que dio lugar al
Convenio de Minamata, de reciente vigencia 28. El segundo fue un inmenso vertimiento
28 Este caso será materia de un trabajo personal de los alumnos y posterior debate en clase.

139
de petróleo proveniente del buque-tanque “Exxon Valdez”, cuando éste encalló y
rompió parte de su casco en la ensenada Prince William Sound, en Alaska.
¿Un capitán ebrio o la desidia de una empresa transnacional?

El “Exxon Valdez” era un gran buque petrolero que surcaba los mares de Alaska
cuando el 24 de marzo de 1989, presumiblemente por una irresponsabilidad de la
tripulación, cuyo capitán dormía después de haber bebido más de la cuenta, encalló
frente a las costas de esta región rica en vida silvestre y en inmensos recursos
pesqueros.

El buque transportaba aproximadamente 1.264.155 barriles de petróleo crudo (el barril


es una unidad de medida de origen británico que equivale a 42 galones o 159 litros,
aproximadamente) de los cuales 257.000 - un volumen equivalente a 38.000
toneladas - se derramaron en Prince William Sound.

A pesar de la alerta y movilización de cientos de efectivos norteamericanos y los


movimientos ecologistas, el petróleo derramado se extendió rápidamente afectando
aproximadamente unas 1.300 millas de las costas de Alaska, de las cuales unas 200
quedaron literalmente sepultadas con una gruesa capa de combustible.

Como resultado del accidente, más de 2.000 kilómetros de costa se vieron afectados,
dando muerte a miles de aves marinas y con un grave impacto en la industria
pesquera de la región.

Se necesitaron más de 4 años de intensas labores de limpieza antes de dar por


concluidas las acciones en el terreno, pero nunca se logró limpiar del todo la
contaminación, a pesar del esfuerzo de más de 10.000 personas, 1.000 barcos y unos
100 aviones y helicópteros. Un cuarto de siglo después y no obstante los 2.000
millones de dólares gastados por Exxon Mobil para limpiar la zona dañada, sólo se ha
recuperado menos del 7% del crudo que derramó el Exxon Valdez. La mayoría de las
operaciones de limpieza en el área terminó en 1992, porque se esperaba que el resto
del petróleo se dispersara en pocos años. Pero estudios posteriores han revelado que
el petróleo estaba desapareciendo a una tasa anual de solo 4% y que grandes

140
cantidades del crudo derramado permanecen debajo de las playas de grava de
Alaska.

El petróleo se encuentra a sólo unos centímetros de la superficie y se ha ido disipando


hasta mil veces más lentamente que el de la superficie. Al parecer, la falta de oxígeno
y nutrientes en la grava hace más lenta la dispersión del crudo remanente. También
las gélidas temperaturas de Alaska dificultan la disolución del petróleo. Por otra parte,
una de las revelaciones más sorprendentes ha sido que la persistencia del petróleo
resulta casi tan tóxica hoy como lo era en las primeras semanas tras el derrame.

Uno de los investigadores de este caso, director del Centro para el Desarrollo de los
Recursos Naturales y Protección, explica que las playas de grava que examinaron
están compuestas de dos capas: una de nivel superior que es muy permeable y un
nivel inferior que tiene muy baja permeabilidad. Si bien las dos capas son del mismo
material, el nivel inferior se ha contraído como consecuencia de movimientos de las
mareas, limitando el volumen de agua de mar que puede penetrar en la grava y
restringiendo el proceso de biodegradación del petróleo, que se está produciendo a un
ritmo mucho más lento del esperado.

En cuanto a la fauna marina, se considera especialmente trágica la situación de


algunas especies, como las ballenas orcas AT1, que son endémicas de Alaska y que
se encuentran amenazadas de extinción al haber aparentemente muerto todas las
hembras de la única manada existente. Pescadores del área afirman que la “forma de
vida de pesca salvaje desapareció de la noche a la mañana.”. Los bancos de
salmones salvajes y arenques nunca han podido recuperado del todo.

El accidente del Exxon Valdez dio lugar a una serie de medidas de resguardo
impuestas por la Oil Pollution Act, de 1990, entre las cuales puede destacarse la
obligación de que los buques petroleros tengan doble casco.

Pero otro efecto, esta vez negativo, derivado del accidente del petrolero - cuya
empresa armadora hubo de pagar miles de millones de dólares por los daños
causados -, se tradujo en un cambio radical de la economía del transporte marítimo de
hidrocarburos, ya que a partir de entonces las grandes compañías petroleras optaron
por deshacerse de sus flotas y alquilar los buques que necesitaban para el transporte.
Ello dio lugar a la situación actual, una miríada de armadores que disponen de un solo

141
buque y que carecen de la capacidad de hacer frente a las indemnizaciones a que den
lugar los eventuales daños causados por la embarcación.

4.- La contaminación atmosférica.-

La contaminación atmosférica es otro de los problemas críticos del DIMA, porque


afecta diariamente y a gran escala la vida y la salud del ser humano. En los grandes
centros urbanos la contaminación del aire tiene su origen en los escapes de gases de
los motores de combustión, los sistemas domésticos de calefacción y la actividad
industrial, manifestándose en la liberación de gases, vapores o partículas sólidas
capaces de mantenerse en suspensión y en grandes dosis, perjudicando el desarrollo
vital de las personas y del ambiente.

La concentración de los contaminantes se reduce al dispersarse éstos en la


atmósfera, proceso que depende de diversos factores climatológicos como
la temperatura, velocidad del viento, el régimen de lluvias, el movimiento de los
sistemas de altas y bajas presiones y la interacción de éstos con la topografía local,
como por ejemplo las montañas y valles. La temperatura suele decrecer con la altitud,
pero cuando una capa de aire frío se asienta bajo una capa de aire caliente
produciendo una inversión térmica; en este caso, la mezcla atmosférica se retarda y
los contaminantes se acumulan cerca del suelo. Las inversiones pueden ser
duraderas bajo un sistema estacionario de altas presiones unido a una baja velocidad
del viento.

Un breve periodo de escasa mezcla atmosférica puede llevar a concentraciones


elevadas de elementos peligrosos en áreas de alta contaminación y, en casos
extremos, puede ser inductor de enfermedades e incluso la muerte. En 1948
una inversión térmica sobre Donora, Pennsylvania, produjo enfermedades
respiratorias en más de 6.000 personas ocasionando la muerte de veinte de ellas. En
Londres, la contaminación ocasionó la muerte de entre 3.500 y 4.000 personas en
1952, y otras 700 en 1962. La liberación de isocianato de metilo a la atmósfera
durante una inversión térmica fue la causa del desastre de Bhopal, India, en diciembre
de 1984, que produjo al menos 3.300 muertes y más de 20.000 afectados 29.
29 El caso de Bhopal será materia de un trabajo personal de los alumnos y posterior debate en
clase.

142
Aunque los efectos de la exposición a largo plazo a bajas concentraciones de
contaminantes no están aún bien definidos, son especialmente susceptibles a ellos los
grupos de riesgo, tales como los niños, los ancianos, los fumadores, los trabajadores
expuestos al contacto con materiales tóxicos y quienes padecen enfermedades
pulmonares o cardiacas.

Si bien la mayoría de los países ha desarrollado y aplica normas de calidad del aire y
normas de emisión, para controlar los niveles máximos de concentración de
contaminantes y para limitar la emisión de éstos desde las distintas fuentes, resulta
preocupante el hecho de que no existan instrumentos internacionales que regulen tan
importante materia.

Los contaminantes atmosféricos se clasifican en primarios y secundarios. Son


primarios los que se emiten directamente a la atmósfera, como el dióxido de azufre
(SO2), que daña la vegetación y es irritante para los pulmones. Los contaminantes
secundarios son aquellos que se forman mediante procesos químicos atmosféricos
que actúan sobre los contaminantes primarios o sobre elementos no contaminantes
que se encuentran en la atmósfera. Son importantes contaminantes secundarios el
ácido sulfúrico (H2SO4), que se forma por la oxidación del SO2; el dióxido de
nitrógeno (NO2), que se forma al oxidarse el contaminante primario NO; y el ozono
(O3), que se forma a partir del oxígeno (O2). Ambos tipos de contaminantes pueden
depositarse en la superficie de la tierra por precipitación.

Los principales gases contaminantes que afectan la atmósfera son:

1. Los clorofluorocarbonatos (CFC o freones), que contribuyen de manera muy


importante a la destrucción de la capa de ozono en la estratósfera, así como a
incrementar el efecto invernadero. El protocolo de Montreal puso fin a la
producción de elementos que contienen CFC;
2. El monóxido de carbono, que es uno de los productos de la combustión
incompleta y resulta peligroso para las personas y los animales, puesto que se
fija en la hemoglobina de la sangre, impidiendo el transporte de oxígeno en el
organismo. Se diluye muy fácilmente en el aire ambiental, pero en un medio
cerrado, su concentración lo hace altamente tóxico, incluso mortal;

143
3. El dióxido de carbono (CO2), cuya concentración en la atmósfera está
aumentando de forma constante debido al uso de carburantes fósiles como
fuente de energía, siendo teóricamente posible que pueda causar un
incremento de la temperatura de la tierra mediante el efecto invernadero;
4. El monóxido de nitrógeno, llamado también óxido de nitrógeno (O2), que es un
gas incoloro y poco soluble en agua que se produce por la quema de
combustibles fósiles en el transporte y la industria. Se oxida muy rápidamente
convirtiéndose en dióxido de nitrógeno (NO2), y posteriormente en ácido nítrico
(HNO3), produciendo la llamada lluvia ácida;
5. El dióxido de azufre (SO2), cuya principal fuente de emisión es la combustión
del carbón que contiene azufre. El SO2 resultante de la combustión del azufre
se oxida y forma ácido sulfúrico (H2 SO4) un componente de la lluvia ácida. La
lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con el óxido de
nitrógeno o el dióxido de azufre emitido por fábricas, centrales eléctricas y
automotores que queman carbón o aceite. Los contaminantes que forman la
lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, y los vientos los trasladan
miles de kilómetros antes de precipitarse con el rocío, la llovizna, o lluvia, el
granizo, la nieve o la niebla normales del lugar, que se vuelven ácidos al
combinarse con dichos gases residuales;
6. El metano (CH4), que es un gas que se forma cuando la materia orgánica se
descompone en condiciones en que hay escasez de oxígeno. Esto es lo que
ocurre en las ciénagas, en los pantanos y en los arrozales de los países
húmedos tropicales. También se produce en los procesos de la digestión y
defecación de los animales herbívoros. El metano es un gas de efecto
invernadero que contribuye al calentamiento global del planeta ya que aumenta
la capacidad de retención del calor por la atmósfera;
7. El ozono (O3) que es un constituyente natural de la atmósfera, pero que
cuando su concentración es superior a la normal se considera como un gas
contaminante. Su concentración a nivel del mar, oscila alrededor de 0,01
mg/kg-1, pero cuando la contaminación producida por los gases de escape de
los automóviles es elevada y la radiación solar es intensa, el nivel de ozono
aumenta y puede alcanzar hasta 0,1mg/ kg-1. Las plantas pueden ser
afectadas en su desarrollo por concentraciones pequeñas de ozono. El hombre
también resulta afectado por el ozono a concentraciones entre 0,05 y 0,1

144
mg/kg-1, causándole irritación de las fosas nasales y garganta, así como
sequedad de las mucosas de las vías respiratorias superiores; y
8. Deben considerarse, por último, algunos contaminantes que provienen de
fuentes naturales, como los incendios forestales, que emiten partículas, gases
y sustancias que se evaporan en la atmósfera bajo la forma de Compuestos
Orgánicos Volátiles (COVs); partículas de polvo ultra finas creadas por la
erosión del suelo cuando el agua y el clima sueltan capas del suelo,
aumentando los niveles de partículas en suspensión en la atmósfera; y la
actividad volcánica, que arroja dióxido de azufre y cantidades importantes de
roca de lava pulverizada conocida como cenizas volcánicas

5.- Contaminación del suelo.-

Desde el punto de vista ecológico se considera el suelo como la capa superior de la


corteza terrestre (litosfera), situada entre el lecho rocoso y la superficie. Está
compuesto por partículas minerales, materia orgánica, agua, aire y organismos vivos.
El suelo es uno de los componentes fundamentales del ambiente, ya que constituye la
parte de la superficie terrestre sobre la que se asienta la vida vegetal y sobre la cual
se realiza la mayor parte de las actividades humanas, siendo, además, la interfaz
entre la tierra, el aire y el agua.

En un suelo se distinguen tres horizontes o capas, con características físicas,


químicas, biológicas y funcionales diferentes. El Horizonte A, orgánico y de lavado,
está compuesto por partículas minerales y materia orgánica (humus) que le confiere
una coloración oscura. Los materiales finos y solubles son arrastrados por las aguas
de infiltración (lixiviación) a los niveles inferiores (principalmente las sales de Fe, Al y
Mn) y tiene lugar, conjuntamente, una transferencia de compuestos orgánicos. El
Horizonte B, de acumulación, soporta la acumulación de los compuestos de lixiviación
procedentes del Horizonte A. En esta capa tiene lugar la oxidación de la materia
orgánica y una lixiviación moderada. Tiene coloración pardo rojiza por contener
arcillas y óxidos (principalmente de Fe III). El Horizonte C, de transición hacia la roca
madre, es una capa fronteriza que separa la roca en proceso de meteorización de la
roca sin alterar.

145
Se entiende por suelo contaminado aquél cuyas características físicas, químicas o
biológicas han sido alteradas negativamente por la presencia de componentes de
carácter peligroso de origen humano, en concentración tal que comporte un riesgo
para la salud humana o el ambiente. Los suelos contaminados pueden provocar
efectos muy diversos, desde el riesgo tóxico para la salud humana hasta pérdidas de
recursos naturales y económicos. Los principales riesgos que derivan de un suelo
contaminado son:

1. Peligro toxicológico para la salud humana, sea por inhalación, por ingestión,
por contacto directo con la piel;
2. Peligro de contaminación de aguas superficiales, aguas subterráneas,
atmósfera, sedimentos de río, del aire interior de las instalaciones, entre otros;
3. Peligro físico de explosión o fuego, corrosión de estructuras o efectos en las
propiedades mecánicas del suelo en las excavaciones;
4. Peligro de utilización de agua de abastecimiento contaminada; y
5. Peligro de contaminación de los alimentos cultivados y animales domésticos
por utilización de agua subterránea contaminada.

Es importante considerar que los efectos causados por la contaminación del suelo
suelen no ser inmediatos, sino que por lo general se manifiestan en el mediano o en el
largo plazo. Es lo que se denomina contaminación oculta, que puede ser muy dañina
cuando el uso del suelo no es capaz de detectarla a tiempo, como ocurrió en “Love
Canal”.30

Quizá la fuente de contaminación más grave del suelo es la contaminación química,


donde la cantidad y variedad de elementos y productos químicos es prácticamente
ilimitada. Los metales se encuentran de forma natural como constituyentes del
terreno en muy pequeñas cantidades, como consecuencia de la propia geoquímica de
los materiales de los que proceden. Se consideran contaminantes cuando superan las
cantidades naturales en el suelo.

Los contaminantes inorgánicos presentes en los suelos de forma natural se


encuentran en concentraciones regulados por los ciclos biológicos del propio suelo. La
sobresaturación de algunos de ellos hace que se alcancen concentraciones
30 El caso de Love Canal será materia de un trabajo personal de los alumnos y debate en clase.

146
consideradas como contaminantes. Los contaminantes orgánicos constituyen un
grupo formado por un elevado número de sustancias, en su mayoría producidas por el
hombre, siendo muchas de ellas altamente tóxicas.

Los plaguicidas, por ejemplo, son sustancias o compuestos químicos aptos para
combatir los parásitos de los cultivos, del ganado, de los animales domésticos, del
hombre y su ambiente, pero al mismo tiempo encierran potenciales peligros para el
hombre y el ambiente. De acuerdo a su naturaleza química se clasifican en seis
grupos: organoclorados, organofosforados, carbamatos, derivados de la urea y
compuestos heterocíclicos y compuestos inorgánicos. Pueden mencionarse, entre los
principales plaguicidas, el metilbromuro, 1,2-dicloropropano (fumigantes); clordano,
aldrín, dieldrín, endrín (insecticidas fungicidas); DDT, DDD, metoxiclor,
hexaclorobenceno (insecticidas, acaricidas, herbicidas, fungicidas); paratión,
metilparatión, malatión, forano (insecticidas); aldicarb, vapán (insecticidas herbicidas);
fenurón, monurón, linurón (herbicidas); simazina, y clorazina (herbicidas).

Los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs) son compuestos aromáticos con


sistemas cíclicos condensados. Los HAPs son un grupo de compuestos presentes en
el petróleo, y se consideran los más tóxicos de los hidrocarburos, junto con los
monoaromáticos. Los HAPs son componentes naturales de materias primas
orgánicas, como petróleos crudos, y son generados por pirólisis de materia orgánica.
Se emplean en la formación de algunos compuestos como el alquitrán de hulla
(0,65%), el alquitrán para pavimento (0,51-1%), el aceite de motor (nuevo 0,008-0,27
mg/kg), así como en combustible, brea y también está presente en el petróleo crudo.

El benceno está presente en la naturaleza en bajas concentraciones y forma parte del


petróleo crudo (máx. 0,4 g/l). Se procesa industrialmente como benceno puro,
normalmente a partir del petróleo, y se puede encontrar en forma de diferentes
compuestos comerciales (bencina, benzol, benzol de petróleo, gasolina, aceite de
hulla o ciclohexatrieno). El benceno puro es la base de productos aromáticos
intermedios utilizados en la elaboración de material plástico, caucho sintético,
colorantes, pinturas, resinas, barniz, detergentes y plaguicidas. Son fuentes emisoras
de benceno los vehículos a motor, las coquerías, calefacción de edificios e
incineradoras, refinerías e industria química, así como también las gasolineras y
depósitos de combustible.

147
Los bifenilos policlorados (PCBs) Son los micro contaminantes orgánicos más
persistentes. El grupo de los bifenilos policlorados consta de 209 compuestos
isoméricos y homólogos. Los bifenilos policlorados encuentran aplicación como
refrigerantes y materiales aislantes, aceites para transformadores y fluidos hidráulicos,
como plastificantes para material sintético y como impregnantes para madera y papel.
Para el sector eléctrico poseen propiedades casi ideales y, además, tienen alta
resistencia al envejecimiento. Su producción industrial se realiza desde 1930. Desde
1976, los bifenilos policlorados solamente pueden usarse en la Comunidad Europea
en los llamados sistemas cerrados. En EEUU, la producción de estas sustancias está
prohibida desde 1977 y en Alemania desde 1983.

5.1.- Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs).-

El 23 de mayo de 2001 más de 100 estados firmaron el Convenio de Estocolmo sobre


Contaminantes Orgánicos Persistentes, un tratado internacional que tiene como objeto
proteger la salud humana y el medio ambiente de productos químicos que
permanecen intactos por períodos largos, se llegan a distribuir ampliamente
geográficamente y se acumulan en los tejidos de seres humanos y animales. El
Convenio de Estocolmo, que entró en vigor 17 de mayo de 2004, requiere que las
Partes tomen medidas para eliminar o reducir la emisión de estos compuestos
químicos en el ambiente.

Los contaminantes orgánicos persistentes (COPs) forman un grupo de sustancias


químicas orgánicas o de estructura carbónica, que son sumamente tóxicas y
perdurables en el ambiente. Se pueden desplazar a grandes distancias, distribuir
ampliamente por medio de procesos naturales y acumular en los tejidos grasos de los
organismos vivos. Se usan como pesticidas, en la industria o se generan
involuntariamente como subproductos de los procesos industriales y de combustión.

Los COPs se acumulan en mayor proporción al ascender en la cadena alimentaria y


alcanzan su máxima concentración en las aves depredadoras, los peces, los
mamíferos y el ser humano. Circulan en diferentes regiones y alrededor del mundo en
la atmósfera y los océanos, son transportados por el viento y el agua, y se desplazan
con facilidad de un lugar a distintas partes del mundo. Por su persistencia, pueden
ser depositados y volver a volatilizarse en ciclos sucesivos en función de las

148
temperaturas ambientales, produciéndose el efecto conocido como “efecto
saltamontes”.

Los signatarios del Convenio de Estocolmo se comprometieron a reducir o eliminar la


producción, el uso y la liberación de 12 contaminantes de esa clase que son motivo de
máxima preocupación. Esas 12 sustancias químicas (llamadas “la docena sucia”), son
aldrín, clordano, DDT, dieldrín, endrín, heptacloro, hexaclorobenceno, mirex,
toxafreno, furanos, dioxinas y bifenilos policlorados. Aldrín, clordano, DDT, dieldrín,
endrín, heptacloro, hexaclorobenceno, mirex y toxafeno son insecticidas o pesticidas.
El hexaclorobenceno y los bifenilos policlorados son sustancias químicas industriales.
Los furanos, las dioxinas, el hexaclorobenceno y los bifenilos policlorados también son
subproductos de la mayoría de las operaciones de quema, incluso de la quema
industrial, la quema de madera o de basura, el humo del cigarrillo y los vapores de las
emisiones de los automóviles.

En 2009, la Tercera Conferencia de las Partes del Convenio de Estocolmo incorporó


otras nueve sustancias químicas a la lista de COPs que se deben eliminar o restringir.
Cinco de ellas son pesticidas (clordecona, hexaclorociclohexano alfa,
hexaclorociclohexano beta, lindano y pentaclorobenceno), y las demás son sustancias
químicas industriales (hexabromobifenilo, éter tetrabromodifenílico y éter
pentabromodifenílico; éter hexabromodifenílico y éter heptabromodifenílico; y ácido
sulfónico de perfluorooctano y sus sales y fluoruro sulfonílico de perfluorooctano).

Las principales medidas que establece el Convenio de Estocolmo son:

1. Eliminar, hasta donde sea posible las liberaciones de COPs, prohibiendo la


producción, exportación, importación y el uso de los COPs de
producción intencional; prohibiendo la producción y utilización de DDT, salvo en
aquellos países que notifiquen su uso en relación con el control de vectores de
transmisión de enfermedades, y siempre, bajo las recomendaciones y
directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS); y
reduciendo progresivamente las emisiones de los COPs generados de forma no
intencional (dioxinas, furanos, hexaclorobenceno y pentaclorobenceno), con el
objetivo último de su eliminación;

149
2. Fomentar el tránsito a alternativas más seguras, con apoyo a la investigación,
principio fundamental que fomenta la sustitución de las sustancias químicas
peligrosas, con características COPs en este caso, por otras nada o menos
peligrosas;
3. Abrir las puertas a la inclusión de nuevos COPs, puesto que además de los 12
COPs contemplados en la lista sucia, existen otras sustancias con
características similares aún no incluidas. Para este efecto, se crea un Comité
que considerará nuevas sustancias, de acuerdo con la información científica y
técnica disponible;
4. Determinar las existencias y los residuos que contienen COPs, para
gestionarlos de manera eficaz y ambientalmente racional, eliminando su
contenido de COPs hasta donde sea posible. Asimismo, se prevé la
identificación y recuperación ambiental de los emplazamientos contaminados; y
5. Promover el intercambio de información, la sensibilización y la educación, para
que todos los ciudadanos tengan conciencia del peligro real que suponen los
COPs.

5.2.- Convenio de Rotterdam sobre transporte internacional de COPs.-

Los productos químicos peligrosos no solo generan un riesgo debido a su presencia


en el ambiente, sino también cuando son transportados de un espacio nacional hacia
otro interno o internacional. Con el objeto de regular esta actividad comercial, el 10 de
septiembre de 1998 una Conferencia de Plenipotenciarios aprobó el Convenio de
Rotterdam sobre el Procedimiento de Consentimiento Fundamentado Previo Aplicable
a Ciertos Plaguicidas y Productos Químicos Peligrosos Objeto de Comercio
Internacional. El Convenio entró en vigor el 24 de febrero de 2004.

Los objetivos del Convenio son los siguientes:

1. Promover la responsabilidad compartida y los esfuerzos conjuntos de


las Partes en la esfera del comercio internacional de ciertos productos
químicos peligrosos a fin de proteger la salud humana y el medio
ambiente frente a posibles daños; y
2. Contribuir a su utilización ambientalmente racional, facilitando el
intercambio de información acerca de sus características, estableciendo

150
un proceso nacional de adopción de decisiones sobre su importación y
exportación y difundiendo esas decisiones a las Partes.

El Convenio crea obligaciones jurídicamente vinculantes para la aplicación del


procedimiento de Consentimiento Fundamentado Previo (CFP). Se basa en el
procedimiento de CFP voluntario ya existente, iniciado por el PNUMA y la FAO en
1989 y concluido el 24 de febrero de 2006.

A continuación, se resumen las principales disposiciones del Convenio de Rotterdam.

1. El Convenio se aplica a plaguicidas y productos químicos industriales que han


sido prohibidos o rigurosamente restringidos por razones sanitarias o
ambientales por las Partes y que han sido notificados por las Partes para su
inclusión en el procedimiento de CFP. Una notificación de cada una de las dos
regiones que determine la Conferencia de las Partes en su primera reunión
hará que se considere la posibilidad de incluir un producto químico en el anexo
III del Convenio. También puede proponerse la inclusión en el anexo III las
formulaciones plaguicidas extremadamente peligrosas que entrañen un riesgo
en las condiciones de uso en los países en desarrollo o países con economías
en transición;
2. Una vez que el producto químico se incluye en el anexo III, se distribuye a
todas las Partes un documento de orientación para la adopción de decisiones
(DOAD) que contiene información sobre el producto químico y las decisiones
reglamentarias de prohibirlo o restringirlo rigurosamente por razones sanitarias
o ambientales;
3. Las Partes tienen un plazo de nueve meses para preparar una respuesta en
relación con la futura importación del producto químico de que se trate. Esta
respuesta puede consistir en una decisión definitiva (de permitir la importación
del producto químico, de no permitirla, o de permitirla en determinadas
condiciones) o bien en una respuesta provisional. Las decisiones de los países
importadores deben prescindir de toda consideración comercial (es decir,
aplicarse igualmente a la producción nacional y a las importaciones de
cualquier origen);
4. Las decisiones de importación se difunden y las Partes que son países
exportadores están obligadas en virtud del Convenio a tomar medidas

151
adecuadas para garantizar que los exportadores dentro de su jurisdicción
cumpla dichas decisiones; y
5. El Convenio promueve el intercambio de información con respecto a una
amplia gama de productos químicos. Para ello, el Convenio establece lo
siguiente:
a) El requisito de que una Parte informe a otras Partes sobre cada prohibición
o restricción rigurosa a nivel nacional de un producto químico
b) La posibilidad de que una Parte que sea un país en desarrollo o un país con
economía en transición informe a otras Partes que experimenta problemas
causados por una formulación plaguicida extremadamente peligrosa en las
condiciones en que se usa en su territorio;
c) El requisito de que una Parte que tenga previsto exportar un producto
químico que esté prohibido o rigurosamente restringido en su territorio
informe a la Parte importadora que dicha exportación tendrá lugar, antes de
la primera exportación y a partir de entonces anualmente;
d) El requisito de que, cuando una Parte exportadora exporte productos
químicos que se destinen a usos laborales, vele por que se remita al
importador una hoja de datos de seguridad actualizada; y
e) Los requisitos de etiquetado para las exportaciones de productos químicos
incluidos en el procedimiento de CFP, así como de otros productos
químicos que estén prohibidos o rigurosamente restringidos en el país
exportador.

6.- La contaminación minera.-

La minería es una actividad que el hombre ha desarrollado desde la prehistoria y que


se extiende por todo el mundo. Su data de origen es de hace 43.000 años, época a la
que corresponderían restos encontrados en Europa central, y habría tenido por
propósito la elaboración de armas y herramientas.

La actividad minera puede ser de dos clases: la minería extractiva, que consiste en la
explotación de yacimientos y la separación de las sustancias mineras de los
materiales estériles; y la minería de transformación o metalúrgica, cuyo objeto es
refinar dichas sustancias para distintos usos.

152
La minería es una actividad que produce diversos residuos contaminantes que van a
parar principalmente a la atmósfera, bajo la forma de gases; a las aguas, bajo la forma
de fluidos y fangos; y al suelo, bajo la forma de desmontes, escorias y relaves.

La presencia de gases contaminantes en la atmósfera que se originan en la minería


extractiva, es indudablemente menor frente a los de origen industrial o urbano, toda
vez que sus volúmenes, comparados con los emitidos por otro tipo de actividades,
suelen ser limitados. No ocurre lo mismo, sin embargo, con las emisiones gaseosas
generadas por la actividad metalúrgica o de procesos de combustión directa de
carbón. En estos casos, las emisiones suelen ser ricas en SO 2-SO3, lo que implica la
formación de la denominada lluvia ácida, ya descrita anteriormente, cargada en ácidos
fuertes como el sulfúrico o el sulfuroso.

La lluvia ácida puede producir efectos más o menos importantes en función de la


alcalinidad del suelo. Cuando el suelo contiene abundantes carbonatos tiene una alta
capacidad de neutralizar estos efectos, mediante la formación de sulfato cálcico y
liberación de CO2. A su vez, el CO2 liberado en el proceso puede combinarse con el
agua del suelo produciendo ácido carbónico y bicarbonatos, que en todo caso son
menos fuertes que los ácidos derivados del azufre. Pero en ausencia de agentes
neutralizadores (carbonatos) la lluvia ácida acaba produciendo una acidificación del
suelo, que degrada y oxida la materia orgánica que contiene, reduciendo
considerablemente su productividad agronómica y forestal. Además, puede producir
tanto la movilización de algunos componentes a través de la formación de sales
solubles, como la inmovilización agronómica de otros, que pueden pasar a formar
compuestos insolubles, no biodisponibles. Por su parte, los vertidos o
efluentes líquidos de la minería que llegan al suelo pueden tener efectos muy variados
en función de su composición.

Los efectos en el suelo en relación con la presencia de contaminantes pueden ser


variados, e incluso cambiar con el tiempo o con las condiciones climáticas. En unos
casos los contaminantes se acumulan en formas lábiles, de alta solubilidad, de forma
que están disponibles para que los animales y vegetales que viven sobre el mismo
puedan captarlos, y sufrir sus efectos tóxicos. También pueden facilitar la
contaminación de los acuíferos, ya que las aguas de infiltración pueden incorporar a
éstos los contaminantes.

153
Pero también pueden tener un efecto absorbente, actuando como un biofiltro
altamente reactivo que facilita la inmovilización de los contaminantes gracias a
procesos físicos (filtración), físico-químicos (neutralización), químicos (sorción,
precipitación, complejación, degradación química) o biológicos (biodegradación).

En este sistema juegan un papel especialmente importante las arcillas, debido a sus
propiedades de absorción, adsorción e intercambio iónico. Sin embargo, cuando se
supera la capacidad de amortiguación del suelo, éste se convierte de hecho en fuente
de contaminación. De igual forma, un cambio en las condiciones climáticas puede
producir la reversibilidad del proceso. Por ello a menudo se habla de que la presencia
de contaminantes en el suelo constituye una bomba de tiempo química, ya que aún si
en un determinado momento no produce efecto alguno, sí puede hacerlo en un futuro.

La disposición de elementos mineros sobre el suelo, puede provenir de relaves,


escombreras, talleres mineros u otras edificaciones más o menos contaminantes en
cada caso. Un desmonte es un material proveniente de la actividad minera de quiebre
o perforación de la roca, es el polvo o las cantidades de rocas fragmentadas
originadas en la perforación o rotura de los espacios aledaños o ubicados dentro de la
mina. Una escoria es una parte de los residuos emergentes del procesamiento de los
materiales obtenidos en la mina con el calor que se someten los materiales mineros. Y
son relaves los fragmentos generalmente de carácter arenoso y mezcladas con agua
que surgen del procesamiento del mineral con cualquier método que involucra el uso
del agua y de químicos, los relaves forman pequeños lagos con una mezcla de agua y
ácidos minerales.

La disposición de elementos mineros sólidos sobre el suelo puede tener sobre éste
distintos y variados efectos. Así, por ejemplo, los desmontes o escombreras pueden
inducir la infiltración de aguas de lixiviación, más o menos contaminadas, produciendo
fenómenos como el apelmazado del suelo, relacionado con el peso de los materiales
acumulados, que cambia completamente el comportamiento mecánico de éste incluso
después de retirada la escombrera. Otro efecto es el de recubrimiento, que evita la
formación y acumulación de la materia orgánica, y el intercambio de gases con la
atmósfera.

154
En los procesos derivados de la lixiviación en pila ( heap leaching), comúnmente
utilizados para la extracción metalúrgica de uranio, cobre y oro, el material triturado es
dispuesto en agrupamientos rectangulares de unos metros de altura sobre bases
impermeables. En el caso del uranio y del cobre las pilas se riegan mediante
aspersores con una solución de ácido sulfúrico (en el caso del cobre, se pueden
introducir también bacterias de tipo T, que son ferrooxidantes). En cuanto al oro, su
lixiviación se basa en la utilización de compuestos cianurados (normalmente cianuro
de sodio).

Los elementos de los talleres de mina son uno de las que tienen un mayor potencial
contaminante, derivado de la presencia de hidrocarburos en grandes cantidades:
depósitos de combustible para reabastecimiento, aceites pesados, lubricantes, cuyo
vertido accidental suele ser bastante común, y tienen una gran facilidad de flujo y de
infiltración en el suelo. Otros edificios mineros (lavaderos, polvorines, oficinas, etc.)
pueden producir efectos más o menos importantes, en función de factores tales como
existencia de instalaciones anexas, empleo de reactivos más o menos tóxicos,
condiciones de almacenamiento de éstos.

En definitiva, la minería puede producir sobre el suelo alteraciones más o menos


importantes de carácter físico, físico-químico y químico, que en general ocasionan su
infertilidad, o en el peor de los casos, mantienen su fertilidad pero permiten el paso de
los contaminantes a la cadena alimenticia, a través del agua, o de la incorporación de
los contaminantes a los tejidos de animales o vegetales comestibles.

Siendo una actividad de suyo contaminante, no existe legislación internacional que la


regule o que, al menos contenga normativas de producción limpia. Lo que hay, sí, son
acuerdos bilaterales que habitualmente se suscriben entre países limítrofes (Chile y
Argentina, por ejemplo), y un conjunto de buenas prácticas que se han dado las
mismas compañías mineras y que consisten en una forma de auto regulación.

Es un lugar común decir que Chile es un país minero, pero esta categoría auto
asignada no ha tenido el respaldo de una legislación fuerte que regule los efectos
contaminantes de esta actividad. La mayor parte de la legislación se ha centrado, más
bien, en garantizar un sistema de propiedad minera que ampare a los concesionarios
en sus emprendimientos. Ello se explica por el masivo uso de capitales que requiere

155
la actividad minera, cuya rentabilidad a largo plazo requiere que las normas que le
regulen se mantengan en el tiempo.

Empero, debe reconocerse que también existe alguna legislación de naturaleza


técnica que atiende a la ejecución de procesos productivos y, en especial a la
seguridad minera. Así, por ejemplo, pueden citarse el Reglamento de Seguridad
Minera (D.S. N° 132/85), algunas disposiciones del Código de Minería, y el D.L. N°
3.525/80, que creó el Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin) y que
también contiene algunas normas sobre seguridad minera.

El ordenamiento legal más significativo y orgánico es la Ley N° 20.551, de 11 de


noviembre de 2011, que regula el Cierre de Faenas e Instalaciones Mineras,
exigiendo, entre otras obligaciones, un plan de cierre y abandono para el correcto
término y manejo de los desechos mineros (Pasivos Ambientales Mineros y relaves).
Para esto la faena minera debe anticipar económicamente al estado una parte de su
inversión, a modo de certificar el plan de cierre una vez finalizada la faena. El manejo
de los Pasivos Ambientales Mineros (PAM) debe realizarse mediante la integración y
ejecución de medidas y acciones destinadas a mitigar los efectos que se derivan del
desarrollo de la industria extractiva minera. La ley busca asegurar la estabilidad física
y química de las instalaciones y obras que quedarán al término de la vida útil de los
proyectos mineros, como resguardo a la vida, salud y seguridad de las personas.

Los PAM son todas aquellas instalaciones y residuos mineros que se encuentran
abandonadas, paralizadas o inactivas y que no se han cerrado adecuadamente.
Sernageomin ha definido los PAM aquéllos que presentan un riesgo significativo e
inminente para las personas, concepto que bastante débil frente a lo que otros países
caracterizan como riesgos permanentes o potenciales.

Los relaves son áreas ocupadas por los desechos de roca molida, minerales, agua,
metales pesados y químicos como cianuro, arsénico, plomo, cadmio, zinc, mercurio,
entre otros, que se obtienen como producto de los procesos de concentración de
minerales. Estos relaves se depositan en forma de pulpa, en donde el material sólido
va decantando en el fondo de una laguna artificial. Son los más significativos y
peligrosos y, según su tamaño y riesgo, representan entre el 60% y 80 % de los PAM
de una faena minera.

156
Entre los residuos mineros peligrosos pueden encontrarse los denominados Residuos
Mineros Masivos (RMM), que son:

1. Metales y metaloides como arsénico y cianuro;


2. Metales como mercurio, plomo, cadmio y cobre;
3. Reactivos químicos como cianuro y arsénico;
4. Suelos contaminados con hidrocarburos;
5. Recipientes de reactivos químicos;
6. Borras;
7. Residuos explosivos;
8. Bifenilos policlorados u otros compuestos volátiles halógenos;
9. Asbestos;
10. Materiales diversos presentes en vertederos industriales.

En el mes de junio del año 2014 se creó en Chile el Departamento Depósitos de


Relaves, como parte de la estructura regular del Sernageomin. La creación de esta
unidad responde a una necesidad nacional, que posibilita el mejoramiento del control
de la normativa que regula la autorización sectorial para el diseño, construcción,
operación y cierre de los Depósitos de Relaves (D.S. N°248), además de las
regulaciones de seguridad minera dadas por el D.S N°132.

La industria extractiva del cobre es el sector minero que produce la mayor cantidad de
relaves. De acuerdo con las cifras dadas a conocer por Sernageomin, el año 2015 la
producción de cobre fino alcanzó 5,8 Mton de toneladas, que para su obtención debió
procesar entre 700 y 800 Mton de mineral. El resto pasó a formar parte del relave, que
se acumula en distintos tipos de depósitos. A lo largo del tiempo la forma y técnica de
construcción de los depósitos ha ido cambiando e incrementando el tamaño de estas
instalaciones.

En la actualidad, los depósitos de relaves asociados al segmento de la gran y


mediana minería cubren extensas áreas y acumulan centenas de millones de
toneladas de este tipo de desecho. Con el incremento de la producción, y la mayor
parte de las reservas conocidas conformadas por sulfuros de cobre, la acumulación de
relaves seguirá incrementándose a lo largo del tiempo, lo que obliga a mejorar sus
técnicas de manejo y disposición y la normativa que lo regula.

157
En cuanto a la pequeña minería, si bien también se vería beneficiada con las mejoras
nombradas para faenas grandes, hay que considerar que muchos depósitos
provenientes de este grupo han sido abandonados. Considerando que la Ley de
Cierre de Faenas Mineras entró en vigencia recién en el mes de noviembre del 2014,
muchos relaves pudieron haber enfrentado las fases de construcción, operación y
cierre sin medidas para garantizar su estabilidad física y química.

Por último, debe señalarse que el problema de la contaminación de los suelos


producida por la actividad minera se ha abordado mediante un sistema de medidas de
remediación de suelos. La remediación consiste en sanear un ecosistema que ha sido
contaminado o intervenido. En este contexto, se busca minimizar los impactos de la
actividad minera sobre el ambiente. El éxito de la remediación dependerá de la
magnitud de la intervención y de la exigencia legal para asegurar que se proteja la
vida y salud humana, el ambiente y otros bienes. La mayoría de las veces los
esfuerzos en remediar un ecosistema contaminado están limitados a un presupuesto y
no es posible conseguir un resultado exitoso, habida consideración de que en Chile no
existe una normativa que regule la remediación de PAM ni un esquema de
responsabilidades o incentivos al respecto.

7.- Desertificación.-

La desertificación es un problema ambiental y socioeconómico de alcance mundial; es


un proceso específico y propio de determinadas áreas, que se distingue de
fenómenos similares en otras zonas más húmedas del mundo, porque tiene lugar en
condiciones climáticas muy duras y afecta negativamente a zonas con recursos
naturales limitados de suelo, agua y vegetación.

La desertificación es un proceso que influye cada vez más en la degradación


ambiental del planeta y desempeña un papel importante en la contaminación del agua,
el aire y el suelo, la deforestación, la disminución del suelo útil y el cambio climático.
Contribuye sustancialmente a la pérdida de la diversidad biológica en el mundo,
especialmente en las zonas que son centros de origen de las principales especies de
cultivos alimentarios como el trigo, la cebada, el sorgo y el maíz.

La desertificación incrementa y acelera la pérdida de biomasa, afecta negativamente


la productividad de la tierra y contribuye al agotamiento de la reserva mundial de

158
humus, perturbando las transformaciones biogeoquímicas mundiales. Por último, la
desertificación contribuye al cambio climático mundial aumentando el albedo
(porcentaje de radiación reflejada) de la superficie terrestre, disminuyendo la tasa de
evapotranspiración, modificando el equilibrio energético en la superficie y la
temperatura del aire contiguo, y añadiendo polvo y dióxido de carbono a la atmósfera.

El artículo 1º de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la


Desertificación (UNCCD por sus siglas en inglés) define este fenómeno como la
degradación de las tierras en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas
resultante de diversos factores tales como las variaciones climáticas y las actividades
humanas.

La mencionada Convención es un acuerdo Internacional universal cuyo fin es


promover una respuesta global para la desertificación. Su origen se encuentra en la
Cumbre para la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992 y entró en vigor el año
1996. Su evolución la ha llevado a ser un poderoso instrumento para el desarrollo
sostenible, fomentando la participación de la sociedad civil y la transferencia de la
ciencia y la tecnología y su combinación eficaz con el conocimiento tradicional.
Aunque la Convención es un acuerdo entre países en vías de desarrollo y países
desarrollados para asegurar la acción global para combatir la desertificación, también
incluye compromisos nacionales específicos para acciones concretas.

Al mes de marzo de 2012 la habían ratificado o se habían adherido a ella 194 Estados
partes así como la Comunidad Europea. El órgano supremo de la Convención es la
Conferencia de las Partes (CP), que incorpora a los gobiernos que la han ratificado y a
las organizaciones de integración económica regional. Para su labor cuenta con la
asistencia de dos órganos subsidiarios: un Comité de Ciencia y Tecnología y un
Comité de examen de la aplicación de la Convención.

De acuerdo con lo señalado por expertos del PNUMA, los conceptos que utiliza la
Convención pueden desglosarse y definirse de la siguiente manera:

1. Tierra: es el sistema bioproductivo que comprende el relieve y el suelo, la


vegetación, otros componentes de la biota y los procesos ecológicos e
hidrológicos que se desarrollan dentro del sistema;

159
2. Zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas: son aquellas zonas en que la
proporción entre la precipitación anual y la evapotranspiración potencial está
comprendida entre 0,05 y 0,65, excluidas las regiones polares y subpolares;
3. Sequía: es el fenómeno que se produce naturalmente cuando las lluvias han
sido considerablemente inferiores a los niveles normales registrados, causando
un agudo desequilibrio hídrico que perjudica los sistemas de producción; y
4. Degradación de las tierras: es la reducción o la pérdida de la productividad y
complejidad biológica o económica de las tierras agrícolas, los pastizales, y las
regiones forestadas, y se debe principalmente a la variabilidad climática y a las
actividades antrópicas no sustentables. Se produce por una combinación de
procesos que actúan sobre el ambiente, que incluyen la erosión hídrica, la
eólica y la sedimentación provocada por estos agentes; la reducción a largo
plazo de la cantidad o la diversidad de la vegetación natural y la salinización o
solidificación de los suelos.

Según la Convención, las principales causas de la desertificación son:

1. Las variaciones climáticas (desertización): cuando la temperatura aumenta y


permanece alta durante varios meses y las lluvias son raras e irregulares, la
vegetación crece con dificultad. Se trata de la sequía, término que designa al
fenómeno natural que se produce cuando las lluvias han sido
significativamente menores a los niveles normales registrados, y que produce
graves desequilibrios hidrológicos que perjudican a los sistemas de producción
agrícolas; y
2. La acción antrópica (desertificación): en los países donde la mayor parte de los
recursos económicos dependen de la explotación agrícola, existen pocas o
ninguna fuente alternativa de ingresos. Los suelos se empobrecen debido a su
utilización excesiva y al abandono o disminución del período de barbecho,
necesario para mantener la productividad de la tierra, lo que produce pérdida
de la materia orgánica y reduce la cobertura vegetal, dejando los suelos
desnudos y más vulnerables ante la erosión.

A lo anterior deben agregarse como factores que gravitan en los procesos de


desertificación el sobrepastoreo, la deforestación y las prácticas de una agricultura no
sustentable. El sobrepastoreo y la deforestación destruyen el estrato de vegetación

160
protectora que cubre las regiones áridas y semiáridas, haciendo posible que la erosión
hídrica y eólica eliminen los estratos fértiles superiores del suelo. Las prácticas
agrícolas no sustentables eliminan los nutrientes del suelo, salinizándolo,
desecándolo, compactándolo o sellando su superficie y provocando la acumulación de
sustancias tóxicas.

De acuerdo con los estudios de UNESCO, “la desertificación es causada por


interacciones complejas entre factores físicos, biológicos, políticos, sociales, culturales
y económicos”. La tierra fértil se está degradando, añade, y según las estimaciones,
24 billones de toneladas de suelo fértil desaparecen cada año y durante los últimos 20
años se ha perdido una superficie equivalente a la superficie agrícola de los Estados
Unidos. Aproximadamente, un tercio de las tierras del planeta se encuentra
amenazado por la desertificación. Dicho de otro modo, la desertificación afecta hoy en
día a un cuarto de la superficie total del globo.

Según un estudio de la Unidad de Diagnóstico Parlamentario (La Desertificación en


Chile, Valparaíso, noviembre 2012), “Los científicos han constatado que en los
pasados 100 años, en el mundo aumentó significativamente la temperatura promedio
(+0,8° C), el nivel del mar (+200mm) y disminuyó la cobertura de nieve (-3 millones de
km2), por lo que el volumen total de agua dulce disponible también se redujo. Se
atribuye gran incidencia en estos cambios, a variaciones en la química atmosférica,
que provocan el efecto invernadero, así como a eventos naturales cíclicos como los
fenómenos del ‘niño y la niña’, que afectan cada vez con mayor intensidad el Pacífico
sur alterando la pluviometría continental. Todo esto debido en parte al sostenido
incremento de las diferencias de temperatura entre la tierra y el mar. Algunos modelos
predictivos señalan que de continuar la actual tendencia, en los próximos 100 años se
anticipan cambios en la temperatura superficial de la atmósfera de 1,4 a 5,8°C. Esto
se atribuye a variaciones drásticas en los patrones de precipitaciones incluyendo la
intensificación de los eventos climáticos extremos (fuertes precipitaciones,
inundaciones, olas de calor y sequías, entre otros); además de aumentos en el nivel
del mar entre 8 y 88 centímetros.”.

En lo que se refiere al fenómenos de la desertificación, sostiene el estudio que ésta


tiene raíces ambientales (cambio climático, degradación de los suelos), sociales
(necesidad de sustento de poblaciones humanas en territorios frágiles) y económicas

161
(falta de recursos para adoptar tecnologías ambientalmente amigables); por tanto,
sigue, “la desertificación es una causa a la vez que una consecuencia de la pobreza
(FAO, 2005).”. El informe concluye señalando que “Según expertos, se estima que el
desierto avanzará de 0,4 a 1 Km por año, teniendo como principales causas los
cambios climáticos naturales que acentúan la aridez del territorio, así como las
actividades humanas inadecuadas y persistentes, el sobre pastoreo, la repetida rotura
del suelo que conduce al agotamiento de la fertilidad, a la oxidación de la materia
orgánica y a la erosión, todas fuentes de desertificación. Entre otras causas, las
consecuencias han sido la disminución en un 32% de la productividad agrícola en
menos de 10 años.”.

8.- Acceso al agua potable.-

Uno de los problemas ambientales más relevantes y mundialmente generalizado es el


del acceso al agua potable, que se encuentra vinculado causalmente a los fenómenos
de sequías, desertificación y contaminación antrópica y que tiene como efectos
nefastos la adquisición de enfermedades y la muerte de miles de personas debido a
su uso y consumo.

A fines del Decenio Internacional del Abastecimiento de Agua Potable y del


Saneamiento (1981-1990), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF
establecieron un Programa Conjunto de Monitoreo para el Abastecimiento de Agua y
Saneamiento (PCMAAS o JMP, por sus siglas en inglés). El objetivo general de este
programa es reportar la situación mundial del sector de abastecimiento del agua y
saneamiento y apoyar a los países a mejorar su desempeño en el monitoreo para
permitir una mejor planificación y manejo en los países.

El JMP es el mecanismo oficial del sistema de las Naciones Unidas encargado de


producir información para la Secretaría General sobre el Progreso de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio relacionados con el abastecimiento de agua y saneamiento.
Dichos objetivos se elaboraron en septiembre de 2000, en la Cumbre del Milenio de
las Naciones Unidas, donde los líderes del mundo suscribieron la Declaración de la
Cumbre del Milenio y acordaron en ella establecer objetivos y metas mensurables, con
plazos definidos, para combatir la pobreza, el hambre, las enfermedades, el
analfabetismo, la degradación del ambiente y la discriminación contra la mujer. El

162
Objetivo 7 estableció como Meta 7C reducir a la mitad, para 2015, la proporción de
personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento.

Según informes de las mismas organizaciones mencionadas, alrededor de 2,3


millones de personas han accedido a fuentes de agua potable mejoradas desde 1990.
El año 2010 la ONU anunció que la meta de reducir a la mitad el porcentaje de la
población mundial sin acceso a agua potable se había alcanzado 5 años antes de
vencer el plazo fijado, y que el 89% de los habitantes del mundo contaba con acceso
a fuentes mejoradas de agua potable, como el servicio de agua corriente, pozos
equipados con bombas de agua y pozos cubiertos.

Ese mismo año, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó


solemnemente que el acceso al agua potable y al saneamiento constituye un derecho
humano, lo que significa que todas las personas deberían tener acceso al agua
potable y al saneamiento ambiental básico. Sin embargo, muchos de los habitantes
más pobres del mundo continúan privados de este derecho humano fundamental.

Pero a pesar de haberse registrado progresos, siguen existiendo disparidades


significativas. De los 748 millones de personas en todo el mundo que todavía no se
están beneficiando, el 90% vive en zonas rurales y está al margen del progreso de sus
respectivos países.

El acceso al agua potable en África Subsahariana, la región con la cobertura más baja
en 1990, se ha incrementado a razón de 50.000 personas diarias desde el año 2000.
Sin embargo, a esta región corresponden más de dos de cada cinco personas que
carecen de acceso a nivel mundial, es decir, 325 millones, y la mayoría de los países
que la conforman no están en camino de conseguir la meta del ODM. Otra región que
preocupa es Oceanía, donde apenas se han registrado progresos desde 1990. Un alto
número de personas no dispone de agua potable en China (112 millones) y en la India
(92 millones).

Cálculos estimados de UNICEF y la OMS indican que en el mundo hay 768 millones
de personas que carecen de acceso a agua potable y, debido a ello, cada año se
enferman y mueren cientos de miles de niños. En promedio, cerca de 1.000 niños
mueren todos los días a causa de enfermedades diarreicas causadas por el agua
potable contaminada, saneamiento deficiente o malas prácticas de higiene. En el caso

163
de las mujeres y las niñas, recoger agua potable el tiempo que pueden dedicar al
cuidado de sus familias y al estudio. Se estima que sobre ellas recae el 71% de la
carga que representa la recogida de agua para el consumo.

En zonas inseguras, salir a recoger agua conlleva el riesgo de ser víctimas de


violencia y ataques. UNICEF calcula que, solamente en África, la gente camina 40.000
millones de horas todos los años para abastecerse de agua. La falta de agua apta
para el consumo puede tener consecuencias devastadoras especialmente para los
niños y las mujeres. UNICEF asegura que las niñas y las mujeres sufren de manera
desproporcionada las consecuencias de la falta de acceso a agua potable.

Según cálculos de los mismos organismos, las dos terceras partes de la población
mundial que no cuenta con fuentes mejoradas de agua potable se concentra en sólo
10 países: China (108 millones), India (99 millones), Nigeria (63 millones), Etiopía (43
millones), Indonesia (39 millones), República Democrática del Congo (37 millones),
Bangladesh (26 millones), República Unida de Tanzania (22 millones), Kenia (16
millones) y Pakistán (16 millones).

Se entiende por “fuente mejorada de agua potable” aquélla que, por la naturaleza de
su construcción o a través de una intervención activa, está protegida de la
contaminación externa, en particular de la contaminación con material fecal. Para
permitir la comparabilidad internacional de estos estimados, el JMP usa la siguiente
clasificación para diferenciar entre fuentes mejoradas y fuentes no mejoradas de agua
potable:

1. Son fuentes mejoradas las tuberías (conexión que llega a la vivienda, parcela,
jardín o patio), los grifos públicos, los pozos entubados de perforación, los
pozos excavados protegidos, los manantiales protegidos y el agua de lluvia; y
2. Son fuentes no mejoradas los pozos excavados no protegidos los manantiales
no protegidos, los carros con pequeño tanque / tonel, los camiones cisterna, el
agua superficial (rio, presa, lago, laguna, arroyo, canal, canal de irrigación) y el
agua embotellada.

Los beneficios para la salud pública que ofrece el uso de mayores volúmenes de agua
generalmente dan como resultado dos mejoras principales. La primera se refiere a la
superación de la falta de acceso básico debido a las distancias y al tiempo de

164
recolección del agua que dan lugar al uso de volúmenes inadecuados para la higiene
básica personal y para el consumo humano. Otra mejora significativa para la salud
ocurre cuando se dispone de agua en la vivienda. Otros beneficios derivados de
mejorar el acceso incluyen la disposición de más tiempo, por ejemplo, para el cuidado
de niños y la preparación de alimentos y actividades productivas. Si bien los
beneficios para la salud debido al mayor acceso al agua podrían parecer limitados, se
debe tener en cuenta los beneficios de disponer de más tiempo, inclusive para la
educación, ya que pueden ser importantes para el desarrollo. También puede haber
otras mejoras en niveles más altos del servicio relacionadas con el mayor acceso, el
control de la calidad del agua potable y un mejor nivel socioeconómico.

9.- Retroceso de los glaciares.-

Una de las consecuencias más dramáticas de la crisis climática es el aumento de la


temperatura media del planeta que ha provocado un paulatino y difícilmente reversible
retroceso de los glaciares, grandes masas de hielo que constituyen una reserva
natural de agua dulce y que cumplen un papel de la mayor relevancia en la regulación
del clima global. Una breve referencia a esta materia permitirá poner de relieve las
características y los principales problemas que afectan a los glaciares.

9.1.- Definición.-

Existen múltiples definiciones de glaciar. El Panel Intergubernamental de Cambio


Climático (IPCC, 2001) lo define como: "masa de hielo terrestre que fluye pendiente
abajo (por deformación de su estructura interna y por el deslizamiento en su base),
encerrado por los elementos topográficos que lo rodean, como las laderas de un valle
o las cumbres adyacentes; la topografía del lecho de roca es el factor que ejerce
mayor influencia en la dinámica de un glaciar y en la pendiente de su superficie. Un
glaciar subsiste merced a la acumulación de nieve a gran altura, que se compensa
con la fusión del hielo a baja altura o la descarga en el mar".

Una segunda definición, actualmente en desarrollo, es la que propone el documento


“Estrategia Nacional de Glaciares”, elaborado por el Centro de Estudios Científicos del
Ministerio de Obras Públicas, según la cual “Se entenderá por glaciar todo volumen de
hielo terrestre que persista por un periodo de al menos diez años, con o sin presencia
de material detrítico rocoso superficial o incorporado en el glaciar y que deberá

165
presentar flujo actual o pasado. Un glaciar podrá ser del tipo descubierto, cubierto por
detritos o bien glaciar rocoso, de cualquier forma, incluyendo campos de hielo. Se
considera parte incluyente de un glaciar eventuales cursos y cuerpos de agua en su
superficie y en su interior. Si un glaciar descarga a un lago, laguna o al océano, puede
presentar, debido a su flujo, una lengua flotante adosada. Para efectos de inventario
solo se incluirán glaciares que cubran un área igual o superior a 0,01 km2.”

9.2.- Importancia de los glaciares.-

En términos generales los glaciares son un elemento prístino del paisaje, donde las
masas de hielo constituyen una reserva ecológica libre de contaminación y capaces
de almacenar registros únicos del pasado.

En Chile, que es un país donde existen numerosos glaciares, éstos cumplen entre
otras las siguientes funciones:

9.2.1.- Contribuyen con un importante caudal a las escorrentías superficiales,


principalmente en los veranos de años con pocas precipitaciones.

9.2.2.- Son un factor fundamental desde el punto de vista geopolítico, puesto que en
su mayoría se ubican en zonas limítrofes.

9.2.3.- Pueden constituir recursos económicos rentables, como fuente de aguas de


fusión para diferentes usos y prestación de servicios turísticos.

9.2.4.- Son laboratorios naturales para la ejecución estudios científicos y tecnológicos.

9.2.5.- En su conjunto pueden generar un aporte sustancial al aumento del nivel global
del mar.

9.2.6.- Son un componente ambiental que juega un rol básico en la regulación de la


dinámica natural.

9.3.- Tipología de los glaciares.-

Los glaciares pueden adquirir numerosas formas, desde glaciares descubiertos como
el San Rafael en el Campo de Hielo Norte, hasta los llamados glaciares rocosos, que
corresponden a masas de hielo mezcladas con rocas en proporciones variables y

166
cubiertos por una capa de detritos, presentando una morfología superficial que
evidencia el flujo del hielo subyacente.

La principal clasificación de los glaciares es la morfológica primaria, que los diferencia


por su naturaleza, tamaño y características, dividiéndolos de la siguiente manera:

9.3.1.- Casquetes de hielo continental o Islandis (Ice sheets). Son grandes masas de
hielo que cubren un continente, como la Antártica, o grandes extensiones como
Groenlandia, las cuales no están totalmente controladas por la topografía de la
corteza que subyace al hielo.

9.3.2.- Plataformas de hielo flotantes ( Ice shelves). Corresponden a la porción flotante


de un glaciar cuyo frente termina en aguas oceánicas profundas. Las principales
plataformas se encuentran en la Antártica pero también en Groenlandia y el Ártico
canadiense. El espesor de las plataformas puede alcanzar hasta 200 metros en el
frente y va incrementándose hacia zonas superiores del glaciar alcanzando máximos
de hasta 700 metros de espesor en la zona donde la base del hielo deja de flotar y
empieza a posarse sobre roca (grounding line).

9.3.3.- Corrientes de hielo (Ice Streams). Son glaciares que drenan un casquete de
hielo continental mediante altas tasas de flujo con velocidades muy superiores a las
del entorno glacial. Las corrientes de hielo se caracterizan por numerosas líneas de
flujo u ondulaciones longitudinales que denotan las fuentes del hielo que las
alimentan. Estas corrientes de hielo, son las principales abastecedoras de hielo de las
plataformas de hielo flotantes.

9.3.4.- Glaciares de Piedmont (Piedmont glaciers). Son glaciares enclavados en la


cordillera pero cuya alimentación es suficientemente abundante como para permitir
que una lengua penetre el Ante País o Pie de Monte, derramando su caudal de hielo
en forma de abanico divergente. Se distinguen las siguientes partes: a. La parte
superior con cuencas compuestas, las que desembocan en una cuenca o circo. b. La
lengua propiamente dicha, encauzada en un valle, con distintas longitudes. c. El
Lóbulo (Pie expandido), que es su elemento característico, el cual sale de la montaña
y forma un semi arco similar a un gran cono de deyección. En la Patagonia aún
existen algunos ejemplos como el glaciar San Quintín del Campo de Hielo Norte.

167
9.3.5.- Glaciares de valle (Valley glaciers). Se caracterizan por tener una o más zonas
de acumulación, ubicadas en sub cuencas o circos, las cuales confluyen en un valle,
más largo que ancho, que permite el flujo de hielo aguas abajo. Recibe el nombre de
glaciar Alpino, por ser la forma típica de varios glaciares de los Alpes. Casos típicos en
Chile central son el Juncal Norte y Juncal Sur

9.3.6.- Glaciares en Calota (Ice caps). Estos glaciares ocupan la cúspide de un centro
montañoso. Tienen un abombamiento en la parte central tipo "domo", fruto de la
acumulación y la topografía subyacente. Los más característicos en Chile son las
calotas del Volcán Osorno.

9.3.7.- Campos de Hielo (Icefields). Son grandes superficies de hielo que exhiben una
zona de acumulación compleja compuesta por una planicie en altura o "plateau" y
zonas escarpadas que la rodean. Todo el hielo de estas zonas de alimentación, es
evacuado por medio de varias lenguas efluentes las cuales son controladas por la
topografía subyacente. Ejemplos típicos de este tipo de glaciares están en los
Campos de Hielo Patagónicos.

9.3.8.- Glaciares de cráter (Crater glaciers). Son aquellos que ocupan una depresión
topográfica, rodeada de un cordón montañoso, que impide la evacuación superficial
del hielo acumulado, el cual fluye hacia el centro de la depresión y pierde masa por
ablación superficial y también gracias al calor geotermal en los conos y cráteres que
los contienen. Caso típico es el glaciar del cráter del Volcán Lonquimay.

9.3.9.- Glaciares de montaña (Mountain glaciers). Definidos como glaciares


localizados en las partes altas de la cordillera, con formas variables, donde la
evacuación desde las zonas de acumulación (más anchas que largas) se da por
medio de una lengua glaciar pequeña (en comparación con un glaciar de valle).
Ejemplo en Chile es el Canal Beagle.

9.3.10.- Glaciares de Circo (Cirque glaciers). Son aquellos que ocupan una depresión
de carácter semicircular generada por erosión glaciar (Circo), la cual es rodeada por
flancos montañosos con mucha pendiente que culminan en cumbres o cordones tipo
"aretes". Una vez que los glaciares de circo han retrocedido (o desaparecen), estas
depresiones son usualmente ocupadas por un lago. Ejemplo es el Valle del Francés
en el Parque Nacional Torres del Paine.

168
9.3.11.- Glaciaretes (Niche, wall-sided, glaciarets, ice aprons o cliff glaciers). Esta
categoría corresponde a las más pequeñas masas de hielo, sin existir una definición
exacta de sus dimensiones. Pueden encontrarse en laderas de montañas,
depresiones, sectores en sombras, sectores receptores de avalanchas de nieve, etc..
En años muy secos estas masas tienden a desaparecer, cubrirse de materiales o
reducirse significativamente. Ejemplo es el Valle del río San Andrés, Tinguiririca.

3.12.- Glaciares rocosos (rock glaciers). Glaciares rocosos, de roca o de escombros,


son cuerpos de hielo y rocas, que evidencian flujo, a tasas muy inferiores en
comparación con glaciares descubiertos, debido a que la proporción de hielo, versus
volumen total, puede ser inferior al 50%. Suelen generarse a partir de un glaciar
descubierto que después de un proceso evolutivo, se va recubriendo por material
morrénico o de avalanchas de rocas laterales y cuya alimentación nivosa disminuye.
Ejemplo es el del río Juncal.

9.4.- Presencia de glaciares en Chile.-

En Chile existen 24.114 glaciares que ocupan una superficie de 23.641 kilómetros
cuadrados. De ellos, el 1% se ubica en la zona norte, el 4% en la zona centro, el 7%
en la zona sur y el 88% en la zona austral. Los glaciares en Chile representan el
3,25% de los glaciares en el mundo.

9.5.- Normativa sobre glaciares en Chile.-

Pese a la cantidad, variedad e importancia de los glaciares chilenos, nuestro país no


cuenta con un estatuto jurídico propio que regule su protección. Ni siquiera existe una
definición básica legal sobre lo que se debe entender por “glaciar”, ni hay un
tratamiento jurídico particular sobre las zonas o áreas que comprende o que se
relacionan con estos territorios o ecosistemas. Solamente existe una Política Nacional
de Glaciares, carente de fuerza obligatoria.

No es posible abordar el tema de los glaciares a través del Código de Aguas, toda vez
que este cuerpo normativo no es suficientemente explícito en relación con el manto
nivoso y los hielos, por lo que no otorga atribuciones para fiscalizar eventuales
intervenciones en ellos o en sus alrededores. En este Código tampoco hay normas
relativas a la propiedad de los glaciares. Solamente se establece que las aguas lluvia

169
y la nieve caídas carecen de dueño y, al ser incorporadas a caudales, pasan a ser una
reserva hídrica pertenecen al Estado, al igual que ríos, lagos y el suelo bajo ellos. De
esta forma, al no considerarse como nieve caída ni como reserva hídrica los glaciares
quedan en una situación indefinida.

La primera normativa que incluyó explícitamente a los glaciares es el Decreto MOP


N°365/2008, que modificó el Reglamento del Catastro Público de Aguas, incluyéndose
en éste un Inventario Público de Glaciares independiente. En este Decreto se
establece la forma y procedimientos aplicables para incorporar a este inventario
nuevos glaciares, mantenerlo actualizado y disponible al público. Además, se exige
que las actividades o proyectos que puedan afectar a los que se encuentran en dicho
inventario deban someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.

Por lo tanto, la única protección normativa es la que establece genéricamente el


artículo 19º numeral 8º inciso segundo de la CPR, en la medida en que atribuye al
deber del Estado de de velar porque el derecho a vivir en un un ambiente libre de
contaminación no sea afectado y de tutelar por la preservación de la naturaleza y
conservación del patrimonio ambiental, facultando al legislador para establecer
restricciones específicas al ejercicio de determinados derechos o libertades para
proteger el ambiente.

9.6.- Política nacional de glaciares.-

En abril de 2009, el entonces Consejo de Ministros de la Comisión Nacional del


Medio Ambiente (CONAMA), aprobó la “Política para la Protección y Conservación de
Glaciares”, que incluye temas como su definición, conservación y manejo. En ella se
estableció por primera vez una visión de Estado sobre los glaciares, que definió como
“toda masa de hielo perenne, formada por acumulación de nieve, cualesquiera que
sean sus dimensiones y sus formas”.

Con el objetivo general de conservar y preservar los glaciares de Chile, define


principios y lineamientos en función de lograr los objetivos específicos de:

1. Conocer y valorar los glaciares chilenos en un contexto y realidad nacional e


internacional, mediante la creación de un registro nacional de glaciares y otras
prioridades de investigación por definir.

170
2. Establecer medidas de preservación y conservación de los glaciares chilenos, que
aseguren la continuidad de los procesos naturales y productivos que estos sustentan y
la generación de servicios ambientales.

3. Establecer tipologías de los glaciares y condiciones de usos permitidos.

4. Diseñar instrumentos y mecanismos institucionales para la implementación de la


Política Nacional de Glaciares, y asegurar y fortalecer la permanencia de los objetivos
a través del tiempo.

Menciona y contextualiza dentro de dicha política el rol de planes de acción en curso,


como la ya mencionada inclusión de los glaciares al Sistema de Evaluaciones de
Impacto Ambiental (SEIA) y la elaboración del Inventario Público de Glaciares por
parte de la Dirección General de Aguas (DGA). Pone énfasis en la necesidad de
establecer con exactitud qué glaciares se encuentran en áreas protegidas y cuáles no,
así como clarificar las características de las diferentes figuras de protección y sus
modalidades de funcionamiento.

Además se vincula en sinergia con la Estrategia Nacional de Biodiversidad,


fortaleciendo el compromiso de la CONAMA (hoy Ministerio del Medio Ambiente) y la
Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) para
materializar fondos de investigación en materias ambientales ayudando a determinar
las implicancias de los glaciares en su rol ecosistémico.

Se vincula de igual forma con la Estrategia Nacional de Cambio Climático, para la


modelación de escenarios climáticos, establecer la vulnerabilidad y resiliencia de los
ecosistemas y su impacto en los diferentes sectores sociales.

Se reconoce también la resiliencia de los ecosistemas glaciares como la capacidad de


tolerar intervenciones, y si bien establece que dichas intervenciones deben ser
reguladas y sometidas al SEIA, agrega que serían posibles si los intereses superiores
de la nación así lo exigen.

Señala además que CONAMA y la DGA, haciendo uso de sus atribuciones velarán por
el cumplimiento de esta política en los Organismos de Cuenca, creados en el marco
de la Estrategia Nacional de Gestión Integrada de Cuencas Hidrográficas.

171
Finalmente se establece el marco para la realización de mecanismos de
implementación de la política, definiendo los lineamientos estratégicos que deben
cumplir, su forma y su mecanismo de evaluación.

Si bien esta política no presenta ninguna acción concreta, constituye los cimientos
para construir mecanismos, normas y acciones que conduzcan a una correcta
valoración, protección y manejo de los glaciares de Chile.

9.7.- Resumen de normas legales y políticas sobre glaciares.-

1.- Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), creado
mediante la Ley Nº 18.362 de 1984, que comprende a aquellos ambientes naturales,
terrestres o acuáticos que el Estado protege y maneja para lograr su conservación.

2.- Resolución DGA (Exenta) Nº1043 de fecha 30 de Abril de 2008 que crea la Unidad
de Glaciología y Nieves (UGN) dentro la Dirección General de Aguas (DGA),
Ministerio de Obras Públicas (MOP). Desde ese año la ley de Presupuesto desde el
año 2008 ha considerado financiamiento para el Programa Glaciológico Nacional de la
UGN.

3.- Documento “Política para la Protección y Conservación de Glaciares”, publicado en


2008 por la Comisión Nacional de Medio Ambiente (CONAMA).

4.- Resolución DGA 1851 de 2009, basada en el Decreto Supremo No. 1.220 de 1997
del MOP, que aprobó del Reglamento del Catastro Público de Aguas. Establece el
formato del “Inventario Público de Glaciares”, pero sin señalar el tamaño mínimo para
un glaciar.

5.- Documento “Estrategia Nacional de Glaciares”, publicado en 2009, donde se


establece la “definición operativa de glaciar”, que define un área mínima de 0,01 km2
para atribuirle tal calidad.

6.- Ley 20.417, que modificó la ley Nº 19.300 de Ley de Bases Generales del Medio
Ambiente de 1994, creando el Ministerio de Medio Ambiente, el Servicio de Evaluación
Ambiental y la Superintendencia de Medio Ambiente. Se modificó el Reglamento del
Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), incluyendo en la tipología del
artículo 3º letra a) a los glaciares que forman parte del inventario público de glaciares,

172
debiendo ingresar al SEIA mediante Estudio de Impacto Ambiental los proyectos o
actividades con localización en o próxima a dichos glaciares.

10.- Extinción de especies y pérdida de biodiversidad.-

La diversidad biológica o biodiversidad se ha definido como la variedad y variabilidad


de los seres vivos y de los complejos ecológicos que los integran. La biodiversidad
abarca, de este modo, a la totalidad de los genes que componen las especies, a las
especies mismas y a los ecosistemas que encontramos en el planeta.

La ciencia de la ecología reconoce tres categorías o clases de diversidad biológica:

1. Diversidad genética, que es la variación de los genes dentro de las especies.


Esta abarca poblaciones determinadas de una misma especie o la variación
genética de una población;
2. Diversidad de especies, que es la variedad de especies existentes de una
región y que puede determinase por diversas metodologías, como por ejemplo,
levantar inventarios o precisar sus diferencias taxonómicas; y
3. Diversidad de los ecosistemas, donde las especies no se encuentran
distribuidas al azar, sino que ciertas combinaciones de especies tienden a
encontrarse juntas conformando un sistema ecológico o ecosistema. Cada uno
de estos conjuntos de especies es interdependiente de las demás
determinando, por ejemplo, las denominadas cadenas tróficas en que una o
más especies sirven de alimento para otras. La diversidad de ecosistemas es
la que presenta más dificultades para medirse, porque las fronteras entre las
comunidades, asociaciones de especies y los ecosistemas no están aún bien
definidas.

Por otra parte, la biodiversidad expresa el número de especies y abundancia relativa


de las mismas en una comunidad. Se pueden distinguir, por ejemplo, comunidades de
baja diversidad como los médanos, charcos efímeros, y comunidades de alta
diversidad, como las selvas tropicales y los arrecifes de coral.

La ecología considera que la extinción de especies es el final de un organismo o de un


grupo de organismos que componen la misma especie. Una especie se extingue
cuando el último miembro actual de la especie muere. La posible extinción de una

173
especie se convierte en certeza científica cuando no quedan individuos que sean
capaces de reproducir y crear una nueva generación. Una especie puede también
llegar a ser funcionalmente extinta, cuando sólo un escaso número de individuos
sobreviven, pero son incapaces de reproducirse debido a la mala salud, edad,
distribución dispersa en un amplio intervalo o la diversidad sexual, como fue el caso
de las ballenas orcas AT1, endémicas de Alaska, donde murieron todas las hembras
de la única manada como consecuencia del derrame de petróleo del Exxon Valdez.

En la actualidad existe una severa crisis de biodiversidad, la cual tiene ciertas


similitudes con otras que se han registrado en el pasado - la mayoría provocadas por
acontecimientos naturales (incendios, erupciones, impactos de meteoritos, cambios
climáticos) -, pero difiere en cuando a sus causas ya que la de hoy es de origen
principalmente antropogénico, debido a la capacidad del hombre de intervenir y
modificar las condiciones ambientales del planeta.

Las principales amenazas que se ciernen hoy sobre la supervivencia de las especies
son:

1. La pérdida, degradación y fragmentación de los hábitats, derivadas de la


expansión agrícola, de las actividades extractivas (deforestación, minería...), de
la acuicultura y pesquería industrial, del desarrollo urbano, de la construcción
de infraestructuras, de la erosión, del fuego;
2. La sobreexplotación de especies silvestres mediante la caza y recolección,
explotación legal e ilegal por encima de la capacidad de reposición de las
poblaciones;
3. La contaminación, derivada del uso excesivo de pesticidas y fertilizantes, de la
producción de efluentes mineros, industriales y urbanos;
4. El cambio climático, debido a la emisión creciente de gases de efecto
invernadero resultados de la actividad industrial y de la destrucción de los
bosques;
5. Introducción de especies invasoras, propagadas en todo el planeta y que se
convierten en competidoras, depredadoras o parásitas de las forma nativa; y
6. Factores intrínsecos de las especies, como su pobre dispersión, pobre
reclutamiento, especialización.

10.1.- Convenio sobre la Diversidad Biológica.-

174
En junio de 1992, se celebró en Río de Janeiro la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, llamada Cumbre de la Tierra, donde se
acordaron diversas medidas y estrategias destinadas a promover el desarrollo
sustentable. Uno de los principales acuerdos firmados en la Cumbre fue el Convenio
sobre la Diversidad Biológica (CBD), inspirado por el creciente compromiso de la
comunidad global con la conservación y el aprovechamiento sustentable de la
biodiversidad. Junto con el CBD, también se otorgaron los instrumentos denominados
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) y
Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD),
respectivamente.

El CBD es el único instrumento internacional que aborda de manera exhaustiva la


diversidad biológica y tiene tres objetivos principales: la conservación de la diversidad
biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y
equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos.
Su objetivo general es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible y
establece criterios sobre temas tan diversos como conservación in situ y ex situ, uso
sustentable de los recursos naturales, acceso a los recursos genéticos y distribución
de beneficios, acceso a la tecnología y transferencia de tecnología, incluida la
biotecnología, evaluación de impacto ambiental, educación y conciencia pública,
suministro de recursos financieros, informes nacionales sobre las medidas para poner
en práctica el Convenio y medidas e incentivos para la conservación y uso sostenible
de la diversidad biológica.

El órgano máximo del CDB es la Conferencia de las Partes (CoP) que estableció siete
programas de trabajo correspondientes a los principales biomas de la tierra
(biodiversidad agrícola, biodiversidad de zonas áridas, biodiversidad de bosques,
biodiversidad de aguas continentales, biodiversidad de islas, biodiversidad marina y
costera y biodiversidad de montañas). Cada programa contempla metas y principios
básicos para guiar su trabajo, junto con una serie de hitos relevantes, productos,
cronogramas y medios para verificar sus logros. La implementación de cada programa
depende de las contribuciones de las partes, la Secretaría Ejecutiva, agencias
intergubernamentales y otras organizaciones.

10.2.- Plan estratégico para la Biodiversidad 2011-2020 y las Metas de Aichi.-

175
El año 2010 se realizó en Nagoya, Prefectura de Aichi (Japón) la Décima Conferencia
de las Partes del CDB, donde se adoptó el Plan Estratégico para la Diversidad
Biológica 2011-2020, un marco de acción decenal para que todos los países e
interesados salvaguarden la diversidad biológica y los beneficios que proporciona a
las personas. Como parte del Plan Estratégico, se definieron 20 metas, conocidas
como las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica.

El Plan Estratégico para la Diversidad Biológica comprende una Visión (“Para 2050, la
diversidad biológica se valora, conserva, restaura y utiliza en forma racional,
manteniendo los servicios de los ecosistemas, sosteniendo un planeta sano y
brindando beneficios esenciales para todos”); y una Misión (“Tomar medidas efectivas
y urgentes para detener la pérdida de diversidad biológica a fin de asegurar que, para
2020, los ecosistemas sean resilientes y sigan suministrando servicios esenciales,
asegurando de este modo la variedad de la vida del planeta y contribuyendo al
bienestar humano y a la erradicación de la pobreza. A este fin, las presiones sobre la
diversidad biológica se reducen, los ecosistemas se restauran, los recursos biológicos
se utilizan de manera sostenible y los beneficios que surgen de la utilización de los
recursos genéticos se comparten en forma justa y equitativa; se proveen recursos
financieros adecuados, se mejoran las capacidades, se transversalizan las cuestiones
y los valores relacionados con la diversidad biológica, se aplican eficazmente las
políticas adecuadas, y la adopción de decisiones se basa en fundamentos científicos
sólidos y el enfoque de precaución”).

10.3.- Protocolo de Nagoya.-

En el curso de la misma reunión y después de seis años de negociaciones, se adoptó


el Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa
y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización al Convenio sobre la
Diversidad Biológica. El Protocolo impulsa especialmente el tercer objetivo del
Convenio, ya que proporciona una base sólida para una mayor certeza y
transparencia jurídicas tanto para los proveedores como para los usuarios de recursos
genéticos. Dos novedades importantes del Protocolo son una serie de obligaciones
concretas que cada parte deberá asumir para asegurar el cumplimiento de la
legislación o los requisitos reglamentarios nacionales de la parte que proporciona los
recursos genéticos, y la obligación de cumplir condiciones de cooperación

176
mutuamente acordadas. Asimismo, las disposiciones del Protocolo relativas al acceso
a los conocimientos tradicionales de las comunidades indígenas y locales cuando
dichos conocimientos están relacionados con recursos genéticos fortalecen la
capacidad de esas comunidades para beneficiarse del uso de sus conocimientos,
innovaciones y prácticas. Al promover el uso de recursos genéticos y de los
conocimientos tradicionales correspondientes, y al fortalecer las oportunidades para
compartir de manera justa y equitativa los beneficios que se deriven de su uso, el
Protocolo procura incentivos para conservar la diversidad biológica y para utilizar de
manera sostenible sus componentes.

10.4.- Otros instrumentos internacionales relevantes para la biodiversidad.-

El CDB es, sin duda, el acuerdo internacional más importante y completo sobre la
diversidad biológica, ya que cubre todos los aspectos relacionados con la
conservación del que se considera más importante recurso ambiental. Hay, sin
embargo, otros instrumentos igualmente importantes pero que se encuentran
focalizados en aspectos más específicos. Ellos son los que se reseñan a continuación.

10.5.- Convención para la protección de la flora, de la fauna y de las bellezas


escénicas naturales de América.-

Denominada también Convención de Washington, se suscribió en 1940 y se


encuentra vigente en Chile desde 1967.

Este instrumento insta a las partes contratantes a estudiar inmediatamente la


posibilidad de crear, dentro del territorio de sus respectivos países, los parques
nacionales, las reservas nacionales, los monumentos naturales, y las reservas de
regiones vírgenes, como también a adoptar las medidas apropiadas para la protección
de las aves migratorias de valor económico o de interés estético o para evitar la
extinción que amenace a una especie determinada.

Para los efectos de la Convención, se entenderá por:

1. Parques nacionales: Las regiones establecidas para la protección y


conservación de las bellezas escénicas naturales y de la flora y la fauna de
importancia nacional, de las que el público pueda disfrutar mejor al ser puestas
bajo la vigilancia oficial. 2. Se entenderá por

177
2. Reservas nacionales: Las regiones establecidas para la conservación y
utilización, bajo vigilancia oficial, de las riquezas naturales, en las cuales se
dará a la flora y la fauna toda protección que sea compatible con los fines para
los que son creadas estas reservas,
3. Monumentos naturales: Las regiones, los objetos o las especies vivas de
animales o plantas de interés estético o valor histórico o científico, a los cuales
se les da protección absoluta. Los Monumentos Naturales se crean con el fin
de conservar un objeto específico o una especie determinada de flora o fauna
declarando una región, un objeto o una especie aislada, monumento natural
inviolable excepto para realizar investigaciones científicas debidamente
autorizadas, o inspecciones gubernamentales.
4. Reservas de Regiones Vírgenes: Una región administrada por los poderes
públicos, donde existen condiciones primitivas naturales de flora, fauna,
vivienda y comunicaciones, con ausencia de caminos para el tráfico de
motores y vedada a toda explotación comercial.
5. Aves migratorias: Las aves pertenecientes a determinadas especies, todos los
individuos de las cuales o algunos de ellos, cruzan, en cualquier estación del
año, las fronteras de los países de América.

Las partes convienen en que los límites de los parques nacionales no serán alterados
ni enajenada parte alguna de ellos sino por acción de la autoridad legislativa
competente, que las riquezas existentes en ellos no se explotarán con fines
comerciales, acordando además que prohibirán la caza, la matanza y la captura de
especímenes de la fauna y la destrucción y recolección de ejemplares de la flora en
los parques nacionales, excepto cuando se haga por las autoridades del parque o por
orden o bajo la vigilancia de las mismas, o para investigaciones científicas
debidamente autorizadas. Por último, las partes convienen en proveer los parques
nacionales de las facilidades necesarias para el solaz y la educación del público, de
acuerdo con los fines que persigue la Convención.

10.6.- Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional


especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas (Convención de RAMSAR).-

Los humedales están entre los ecosistemas más diversos y productivos. Proporcionan
servicios esenciales y suministran toda nuestra agua potable. Sin embargo, continúa

178
su degradación y conversión para otros usos. La misión de la Convención es “la
conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales y
nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un
desarrollo sostenible en todo el mundo.”.

La Convención aplica una definición amplia de los humedales, que abarca todos los
lagos y ríos, acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, pastizales húmedos,
turberas, oasis, estuarios, deltas y bajos de marea, manglares y otras zonas costeras,
arrecifes coralinos, y sitios artificiales como estanques piscícolas, arrozales,
reservorios y salinas.

La Convención se firmó en la ciudad de Ramsar (Irán) el año 1971 y entró en vigencia


en 1975, contando actualmente con 168 estados partes. En Chile entró en vigor el año
2005, misma fecha en que el Consejo Directivo de la entonces Comisión Nacional del
Medio Ambiente (hoy Ministerio del Medio Ambiente) aprobó la Estrategia Nacional
para la Conservación y Uso Racional de los Humedales y constituyó el Comité
Nacional de Humedales.

En Chile existen actualmente catorce sitios inscritos en la lista de humedales de


importancia internacional (Sitios RAMSAR), cubriendo un total de 361.761 hectáreas.
El sitio más reciente corresponde a los Humedales Costeros de la Bahía de Tongoy,
cuya incorporación al listado RAMSAR se produjo en noviembre de 2018. 31

31 Los sitios RAMSAR existentes en Chile son los siguientes:


1. Salar de Surire. Región de Arica y Parinacota, Provincia de Parinacota;
2. Salar de Huasco. Región de Tarapacá, Provincia de Iquique;
3. Salar de Tara. Región de Antofagasta, Provincia del Loa;
4. Sistema Hidrológico Soncor. Región de Antofagasta, Provincia del Loa;
5. Salar de Pujsa. Región de Antofagasta, Provincia del Loa;
6. Aguas Calientes. Región de Antofagasta, Provincia de Antofagasta;
7. Laguna del Negro Francisco y laguna Santa Rosa. Región de Atacama, Provincia de Copiapó;
8. Las Salinas de Huentelauquén. Región de Coquimbo, Provincia de Choapa;
9. Laguna Conchalí. Región de Coquimbo, Provincia de Choapa;
10. Parque Andino Juncal. Región de Valparaíso, Provincia de Los Andes;
11. Humedal El Yali. Región de Valparaíso, Provincia de Valparaíso;
12. Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter. Región de Los Ríos, Provincia de Valdivia; y
13. Humedal Bahía Lomas. Región de Magallanes, Provincia de Tierra del Fuego.
14. Humedales Costeros de la Bahía de Tongoy.

179
10.7.- Convención sobre el Comercio Internacional de Especies
Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).-
Es un acuerdo que tiene por objeto velar por que el comercio internacional de
especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para su
supervivencia. Se estima que anualmente el comercio internacional de vida silvestre
se eleva a miles de millones de dólares y afecta a cientos de millones de especímenes
de animales y plantas.

El comercio es muy diverso, desde los animales y plantas vivas hasta una vasta gama
de productos de vida silvestre derivados de los mismos, como los productos
alimentarios, los artículos de cuero de animales exóticos, los instrumentos musicales
fabricados con madera, la madera, los artículos de recuerdo para los turistas y las
medicinas. Los niveles de explotación de algunos animales y plantas son elevados y
su comercio, junto con otros factores, como la destrucción del hábitat, es capaz de
mermar considerablemente sus poblaciones e incluso hacer que algunas especies
estén al borde de la extinción. Muchas de las especies objeto de comercio no están en
peligro, pero la existencia de un acuerdo encaminado a garantizar la sustentabilidad
del comercio es esencial con miras a preservar esos recursos para las generaciones
venideras.

La Convención Cites tiene tres Apéndices que contienen listas de especies que
ofrecen diferentes niveles y tipos de protección ante la explotación excesiva.

En el Apéndice I se incluyen las especies sobre las que se cierne el mayor grado de
peligro. Estas especies están en peligro de extinción y el Convenio prohíbe el
comercio internacional de especímenes de esas especies, salvo cuando la
importación se realiza con fines no comerciales, por ejemplo, para la investigación
científica. En estos casos excepcionales, puede realizarse la transacción comercial
siempre y cuando se autorice mediante la concesión de un permiso de importación y
un permiso de exportación (o certificado de reexportación).

En el Apéndice II figuran especies que no están necesariamente amenazadas de


extinción pero que podrían llegar a estarlo a menos que se controle estrictamente su
comercio. En este Apéndice figuran también las llamadas especies semejantes, es
decir, especies cuyos especímenes objeto de comercio son semejantes a los de las

180
especies incluidas por motivos de conservación. El comercio internacional de
especímenes de especies del Apéndice II puede autorizarse concediendo un permiso
de exportación o un certificado de reexportación.

En el Apéndice III figuran las especies incluidas a solicitud de una Parte que ya
reglamenta el comercio de dicha especie y necesita la cooperación de otros países
para evitar la explotación insostenible o ilegal de las mismas. Sólo se autoriza el
comercio internacional de especímenes de estas especies previa presentación de los
permisos o certificados apropiados.

11.- Seguridad de la biotecnología.-

Íntimamente vinculado al tema de la conservación de la biodiversidad se encuentra el


de la biotecnología, que tiene su origen en los límites a que está sometida la
producción alimentaria tradicional, cuya insuficiencia crónica ha provocado severos
problemas de desnutrición en las sociedades menos desarrolladas. La biotecnología
se ha desarrollado bajo una serie de promesas de mejoramiento de las especies y su
sustentabilidad en el tiempo.

1. La primera es la promesa de incrementar las fuentes alimentarias de la


humanidad, mediante el aumento de la producción y la productividad de los
cultivos, incluso bajo condiciones adversas como pueden ser las sequías, la
erosión, la salinidad de los suelos, la presencia de microtoxinas y los ataques
de insectos devoradores;
2. La segunda es la promesa de sanar a la humanidad mediante la investigación,
la adición a los alimentos de vitaminas y minerales y el desarrollo de fortalezas
e inmunidades, todo ello con el objeto de mejorar la especie; y
3. La tercera promesa se refiere a la creación de nuevas y mejores especies, con
el propósito de mejorar la calidad, el valor nutritivo y la variedad de alimentos
disponibles para consumo humano. Esta promesa encierra la de crear nuevos
y mejores alimentos, crear medicinas más poderosas y sin efectos
contraindicados, crear nuevas especies vegetales y animales y, en definitiva,
mejorar la especie humana.

Como ya se ha anticipado, la sequía, de la erosión y la desertificación han hecho


disminuir en forma drástica la superficie de la tierra arable, dejándola en gran medida

181
inutilizada para realizar en ella faenas agrícolas. Por otra parte, el hombre ha debido
esforzarse para encontrar soluciones que le permitan disminuir los costos de
producción de alimentos, recurriendo a las técnicas de homogenización.

La homogenización consiste en la reducción planificada de las especies con el objeto


de favorecer a aquéllas que pueden resultar más útiles para distintos tipos de
necesidades. Con esta finalidad y con la de compensar la pérdida de tierras a causa
de la desertificación, se ha ido reduciendo la vegetación natural para fomentar los
cultivos o el pastoreo, se ha monopolizado el uso del agua y se ha contaminado el
ambiente con toneladas de vertidos fecales, nutrientes y pesticidas. Hoy el hombre
comparte el territorio colonizado con aproximadamente 56.000 millones de animales
domésticos, cantidad que según previsiones de la FAO se duplicará hacia el año
2050.

De esta manera, el hombre ha construido ecosistemas intensa y extensamente


intervenidos que ocupan buena parte del planeta y donde, además de prosperar las
pocas especies elegidas y los organismos locales previamente adaptados a estas
condiciones, se expanden con facilidad otros vectores llegados al amparo de la
expansión humana. Esta homogenización ambiental, junto con el creciente trasiego de
personas y mercancías y el mal hábito de traficar animales y plantas exóticos, ha
producido un intercambio adicional de especies silvestres entre continentes que
pueden alterar el funcionamiento de diferentes procesos ecológicos, al competir
ventajosamente con los organismos autóctonos y muchas veces erradicarlos.

Asociado al fenómeno de la homogenización está el de la contaminación genética,


que puede definirse como aquel proceso de intervención en la reproducción y mezcla
natural de las especies mediante la hibridación controlada, en el cual el hombre
selecciona variedades, las extrae de su hábitat y a partir de ellas crea en laboratorios
nuevas variedades, llegando incluso a eliminar especies enteras. Este proceso de
homogenización genética mediante la hibridación tiene propósitos netamente
comerciales y está íntimamente ligado al sistema de patentes internacionales, que
permite crear verdaderos monopolios en la producción de vegetales y animales.

Uno de los problemas más arduamente debatidos en la actualidad es el de la


producción de organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos, y de su

182
influencia en la homogenización y consecuente pérdida de biodiversidad. En este
debate juegan tanto consideraciones científicas como elementos socioeconómicos,
políticos, culturales y éticos, toda vez que la producción de estos organismos se
encuentra también ligada a dos temas particularmente sensibles en el orden de la
sustentabilidad, como son la agricultura y la alimentación.

Los OGM son aquéllos a los cuales, mediante un proceso de manipulación del ácido
desoxirribonucleico (ADN) que conforma su identidad genética, se les ha introducido
genes de otras especies, con el objeto de que adquieran ciertas características
adicionales a las propias. Estas nuevas condiciones genéticas están destinadas, por
lo general, a mejorar la productividad y la producción, dando a los organismos
receptores mayor resistencia ante condiciones ambientales adversas, tales como
bajas temperaturas, ataque de plagas y enfermedades.

Uno de los grupos más importantes de OGM son los cultivos y alimentos transgénicos,
cuya producción comercial se inició alrededor de 1990. Los principales cultivos
transgénicos son el maíz, el algodón, la soya y la canola, que se cultivan en forma
comercial en los Estados Unidos de América, Canadá, Argentina, Paraguay, Brasil,
Canadá, India, China y Sudáfrica. Las condiciones genéticas implantadas a estos
cultivos los vuelve resistentes a los herbicidas y a los insectos, mejorando su
capacidad productiva y aumentando su disponibilidad para el consumo.

Sin embargo y ante estas aparentes ventajas, se han planteado una serie de reparos
científicos, políticos, económicos, ambientales y éticos, abriéndose de esta manera
una polémica internacional que, lejos de encontrar puntos de encuentro y conciliación,
ha agudizado las diferencias entre quienes defienden la producción de cultivos
transgénicos y quienes la rechazan. Recientemente, por ejemplo, el gobierno alemán
que apoyaba la presencia de transgénicos en su territorio, ha presentado Parlamento
un proyecto de acuerdo que los prohíbe, saliéndose así de los lineamientos trazados
por la Unión Europea.

Entre los posibles riesgos o efectos potencialmente negativos de los alimentos


transgénicos en la salud de las personas, se ha detectado que su consumo es capaz
de producir reacciones alérgicas, ignorándose que otros efectos aún no conocidos
podría causar. Es decir, no existe evidencia científica respecto de la magnitud de sus

183
impactos en la salud humana, lo que de acuerdo al principio precautorio sería motivo
plausible para no continuar la producción de estos OGM.

Por otra parte, los OGM y su efecto de homogenización pueden afectar severamente,
como ya se dijo, la biodiversidad. Prueba de ello sería la aparición de malezas
genéticamente resistentes a su erradicación y la presencia de insectos que por la vía
del contacto con los cultivos han adquirido condiciones refractarias a los pesticidas,
todo lo cual crearía un signo de interrogación ante la pregunta de si se encuentra
amenazada la seguridad ambiental.

Desde una perspectiva económica y cultural, la producción de alimentos transgénicos


ha provocado abusos de grandes empresas transnacionales en contra de
comunidades de pueblos originarios, que en algunos casos han debido soportar la
destrucción de formas milenarias de asociación comunitaria para la producción de
alimentos, incrementándose así la brecha entre los sectores más pobres y los más
ricos. Asimismo, la brecha entre los países dominados por las compañías
transnacionales y los países menos desarrollados, incapaces de generar por sí
mismos tecnologías de creación de OGM, ha aumentado porque estos últimos están
obligados a adquirir semillas a los grandes productores, a cultivarlas bajo la
supervisión y a no reproducirlas o comercializarlas bajo ninguna circunstancia.

Políticamente, la producción y cultivo de alimentos transgénicos afecta en forma


negativa la relación entre los países del tercer mundo y los del mundo desarrollado,
toda vez que se produce un aumento exponencial de la dependencia en algo tan
básico como es la alimentación. Los países desarrollados mantienen una gran
diversidad económica, lo que les permite no depender de un solo tipo de actividad; en
cambio, los países pobres a lo más son monoproductores y su sistema económico les
obliga a importar la mayor parte de sus insumos, incluso los básicos. Esta situación
encierra, naturalmente, el peligro de convertir las relaciones entre países ricos u
países pobres en una suerte de imperialismo bajo una de sus peores formas, que es
la sumisión mediante el hambre.

Por último, desde la perspectiva ética la dependencia de las personas de fuentes de


alimentación que les son “prestadas” por las grandes multinacionales que poseen las
patentes, acarrea un grave peligro para su dignidad y para el ejercicio de sus

184
derechos fundamentales, produciéndose un déficit en la libertad de elección. En el
caso de otros organismos, como los animales y plantas, las técnicas de modificación
genética involucran el riesgo de actuar con crueldad o falta de cuidado mínimo, o bien
la tentación de crear aberraciones y otras situaciones negativas muy difíciles de
revertir, lo que puede ejemplificarse con el inquietante incremento de tiburones con
dos cabezas detectado en estos últimos años y cuyo origen aún no se conoce.

El problema de fondo que plantean los OGM y específicamente los alimentos


transgénicos, radica en la indeterminación de los efectos negativos que éstos
pudieren causar en el mediano o largo plazo. Algunos de los efectos indeseables que
hasta ahora han podido identificarse son:

1. Aparición de nuevas toxinas y alérgenos en los alimentos, lo que llevaría a un


potencial riesgo de alergia;
2. Diseminación de genes resistentes a los antibióticos que llevaría a una menor
eficacia de ciertos medicamentos;
3. Aumento del uso de productos químicos sobre las plantas, con el consiguiente
aumento de la contaminación del agua y los alimentos;
4. Aparición de hierbas genéticamente alteradas resistentes a los herbicidas, que
podrían invadir los campos sustituyendo a las plantas tradicionales menos
"competitivas";
5. Diseminación de enfermedades a través de las barreras entre especies;
6. Pérdida de la biodiversidad de los cultivos;
7. Perturbación del equilibrio ecológico; y
8. Traspaso a futuras generaciones de características inducidas artificialmente
con imperfecciones inevitables. Tales alteraciones son de naturaleza
absolutamente impredecible.

Ha de considerarse, finalmente, que dada la enorme complejidad del código genético,


incluso en organismos muy simples como las bacterias, es imposible predecir las
consecuencias de introducir nuevos genes en cualquier animal o planta. Esto es así
porque el gen transferido puede actuar de forma diferente cuando funciona dentro de
su nuevo organismo y la inteligencia genética original del organismo receptor será
quebrada por la recombinación de sus genes con los del organismo donante.

11.1.- Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad de la Biotecnología.-

185
No existe una legislación internacional común que regule la creación, producción y el
uso de los OGM, sino que es una materia que ha quedado a la normativa interna de
los estados soberanos o a algunos acuerdos multinacionales, como es el caso de la
Unión Europea donde existe una preocupación común por el desarrollo de las
biotecnologías. La única normativa internacional vigente es el Protocolo de Cartagena
sobre Seguridad de la Biotecnología, que es un acuerdo internacional centrado
específicamente en el movimiento transfronterizo de OGM resultantes de la
biotecnología moderna y que puedan tener efectos adversos para la conservación y la
utilización sostenible de la diversidad biológica. Este acuerdo fue adoptado el 29 de
enero de 2000, como un acuerdo suplementario del Convenio sobre la Diversidad
Biológica, y entró en vigor el 11 de septiembre de 2003.

En conformidad al principio precautorio, el Protocolo de Cartagena tiene por objeto


garantizar que el movimiento transfronterizo de OGM se realice en condiciones
seguras para la conservación de la biodiversidad y la salud humana, estableciendo
procedimientos para regular su importación y exportación de un país a otro. Hay dos
procedimientos principales, uno para OGM que esté previsto introducir directamente
en el medio ambiente, conocido como Acuerdo Fundamentado Previo (AFP), y otro
para los que estén destinados para uso directo como alimento humano o animal o
para procesamiento (OVM-AHAP).

Según el procedimiento de AFP, los países están obligados a garantizar una


evaluación del riesgo de los OGM llevada a cabo con arreglo a procedimientos
científicos sólidos y transparentes. En función de los resultados de la evaluación del
riesgo, un país puede decidir si importa o no el OGM. Según el procedimiento para
OVM-AHAP, los países que decidan introducir tales OGM en el mercado están
obligados a hacer pública su decisión dejando constancia de ella en un sistema
central de información conocido como Centro de Intercambio de Información sobre
Seguridad de la Biotecnología (CIISB).

Si un país decide importar un OGM destinado a la introducción en el medio ambiente,


está obligado a comunicar su decisión y a presentar un resumen de la evaluación del
riesgo ante el CIISB. El Protocolo también exige que cuando un país decida permitir la
importación de un OGM, éste debe ser transportado de un país a otro, manipulado y

186
envasado en condiciones de seguridad. Los envíos deben ir acompañados de
documentación que identifique claramente los OGM.
El caso de la bacteria que devoraba petróleo

Uno de los aspectos jurídicamente más interesantes y de gran trascendencia


económica y comercial, es el del patentamiento de los organismos, es decir, la
posibilidad de que un ser vivo pueda ser considerado como un producto o un
desarrollo tecnológico y, como tal, ser comercializado en exclusiva por su
desarrollador o inventor bajo el amparo de una patente otorgada por un organismo
estatal.

El Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INAPI) ha definido patente como “un


derecho exclusivo que concede el Estado para la protección de una invención, la que
proporciona derechos exclusivos que permitirán utilizar y explotar su invención e
impedir que terceros la utilicen sin su consentimiento. Si opta por no explotar la
patente, puede venderla o ceder los derechos a otra empresa para que la comercialice
bajo licencia.”.

Hasta fines de la década del 70, el sistema universal de patentes consideró que los
seres vivientes no eran patentables. Sin embargo, esta concepción varió radicalmente
a partir de una sentencia dictada por la Corte Suprema de los Estados Unidos de
América en el famoso caso Diamond vs. Chakrabarty, cuando por un margen mínimo
(cinco contra cuatro jueces) declaró que un microorganismo genéticamente
modificado podía ser patentable, siempre que su invento cumpliese con los requisitos
legales generales de ser novedoso y útil.

El caso se planteó el año 1971, cuando el microbiólogo indio Anan Mohan


Chakrabarty, en ese entonces empleado de la empresa General Electric, desarrolló un
tipo de batería que tenía capacidad para digerir petróleo. Chakrabarty presentó una
solicitud de patente ante la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos bajo
el nombre de “microorganisms having multiple, compatible degradated energy-
generating plasmids and preparation thereof”, señalando que este microorganismo era
producto de un proceso de manipulación genética destinado a obtener una bacteria
que absorbiera manchas de hidrocarburos, de forma tal que adquiriera la propiedad
de degradarlo y eliminarlos.

187
La solicitud contenía tres tipos de reivindicaciones: un método para la obtención de las
bacterias; las bacterias combinadas con un material portador; y las bacterias en sí
mismas. Luego de algunos años de análisis, la Oficina de Patentes y Marcas rechazó
la solicitud, fundando su resolución en la doctrina legal tradicional de que las formas
de vida no son patentables. Después de varias impugnaciones ante la misma Oficina
de Patentes y Marcas y ante los tribunales, el caso llegó a la Corte Suprema, instancia
donde también hicieron valer sus argumentos la General Electric y otras
corporaciones comerciales, las cuales sostuvieron que las denominadas formas de
vida no eran otra cosa que productos químicos y que podían, por consiguiente, ser
patentadas como cualquier otra manufactura.

También concurrieron ante la Corte Suprema diversas agrupaciones sociales que


presentaron argumentos en contra de la patentabilidad de las bacterias devoradoras
de hidrocarburos, señalando que para justificar la patentación de organismos vivos,
“aquellos que buscan tales patentes deben argumentar que la vida no tiene una
propiedad vital o sagrada” y que “una vez que se obtenga esto, todo el material vivo
será reducido a arreglos químicos o meras composiciones de materias.”. Se
argumentó asimismo que las posibilidades de ganancias económicas ante la
alternativa de patentar formas de vida eran tan altas, que ello haría inviable toda
iniciativa de educación pública objetiva y participación ciudadana en la materia.

La decisión de la Corte Suprema acogió la apelación y rechazó, por consiguiente, la


decisión de la Oficina de Patentes y Marcas. Argumentó la sentencia que el asunto
discutido no se trataba de existir una distinción relevante entre los seres vivos y las
cosas inanimadas, sino sobre si productos vivientes podían tratarse como invenciones
elaboradas por el ser humano.

La Corte consideró que la cuestión sometida a su conocimiento era la interpretación


del parágrafo 101 de la Ley de Patentes, en cuanto ella dispone que “aquel que
invente o descubra alguna cosa útil, proceso, máquina, producto o composición de
sustancias, o cualquier perfeccionamiento o progreso nuevo y útil, podrá obtener una
patente sujeta a las condiciones y exigencias de este título”. Específicamente, agregó,
“debemos determinar si el microorganismo del solicitante constituye un producto
(manufacture) o composición de sustancias (composition of matter) dentro del
significado de la ley.”.

188
El microorganismo del solicitante, dijo la Corte, debe ser calificado plenamente como
sustancia o materia patentable. Su reivindicación no es para un fenómeno natural
hasta entonces desconocido, sino para un producto o sustancia que no es una
ocurrencia natural —o un producto de la inventiva humana— poseyendo un nombre
distintivo, caracteres y uso propio. “En este caso, el requirente produjo una nueva
bacteria con características acentuadamente diferentes de cualquier otra encontrada
en la naturaleza, poseyendo además un potencial de significativa utilidad.”.

Este descubrimiento, añadió la Corte, no es un trabajo de la naturaleza, sino del


investigador y la bacteria es patentable en los términos del parágrafo 101. “El hecho
de que la tecnología genética no haya sido prevista cuando el Congreso votó el
parágrafo 101 no lleva a la conclusión que los microorganismos no pueden ser
calificados como patentables hasta que el Congreso autorice expresamente tal
protección. Con lenguaje nada ambiguo el parágrafo 101 acoge claramente la
invención del solicitante, entendiendo que la ley de patentes no distingue entre objetos
vivos o inanimados sino entre productos de la naturaleza, vivos o no, e invenciones
producidas por el hombre.”.

Las críticas a la sentencia de la Corte Suprema no se hicieron esperar y abarcaron los


más diversos tópicos. Así, por ejemplo, G.D. Domingues (“Privilegios de invenção.
Engenharia genética e biotecnología”, Forense, Río de Janeiro 1989, p. 151), afirma
que “la Corte Suprema americana que a lo largo de varias décadas construyó
pacientemente una sólida jurisprudencia de interpretación restrictiva de las leyes que
protegen patentes u otras formas de propiedad intelectual, muda radicalmente su
orientación anterior al interpretar de forma tan liberal y abarcativa el texto legal en
discusión. Considerando la importancia de los precedentes en el derecho americano y
teniendo en vista que el valor efectivo de la ley no se encuentra en el frío y estático
texto positivo, sino en las decisiones de la Corte Suprema, en verdad ésta es la que
fija el real significado y alcance de la norma legal. Los juristas esperaban una
fundamentación más rica, brillante y profunda para consagrar la nueva orientación
adoptada.”.

Expresando la generalizada decepción en cuanto a la fragilidad del contenido de la


decisión, la importante publicación Harvard Law Review simplemente la calificó de
“débil en materia de construcción jurídica, aun reconociendo que produjo reflejos

189
inmediatos sobre el sistema de derecho contemporáneo y que varios países pasaron
a admitir patentes para microorganismos”. Mirando la sentencia desde otro ángulo,
señala que “en el caso Chakrabarty la utilidad del invento, requisito básico de la
concesión de cualquier privilegio, no llegó ni siquiera a ser considerada y debidamente
apreciada por la Corte Suprema. Si los organismos deben o no ser patentados
constituye un juzgamiento político que no cabe hacer al poder judicial y debe ser
valorado a la luz y eficacia del sistema de patentes en sí.”.

Pero quizá la crítica más profunda y demoledora la hizo Bernard Edelman, reconocido
jurista francés especialista en propiedad intelectual, quien consideró que “en este caso
la Corte ha aplicado al viviente un modelo industrial; que el mismo ha sido posible por
la distinción producto de la naturaleza/actividad inventiva del hombre. El ser vivo
puede ser ahora tenido por un medio, y producir a su turno la relación vida natural/vida
artificial.” Ahora, agrega Edelman, “nos encontramos en presencia de un proceso
típico de dominio de la naturaleza. Cuando el hombre quiere utilizar al hombre, al
animal o a lo viviente, él lo rebaja al rango de medio. Tratándose de lo viviente le
confiere la calidad de ‘artificial’. Artificial quiere decir que tiende a un fin definido y se
opone por eso a lo viviente. Artificial, humano o antropomorfo se distingue de lo que
es sólo viviente o vital.”.

En un trabajo posterior (“L'homme deposedé entre la science et le profit”) el mismo


Edelman vuelve sobre el tema, diciendo que “hemos entrado en la era del artificio;
fabricamos todo: las plantas, los animales, las ‘memorias’, las ‘inteligencias’;
inventamos todo, hasta cerdos que poseen algunas costillas de más y la última
actualidad nos enseña que los sabios trabajan en la sustitución de genes del mismo
ser humano. De hecho, la apropiación del viviente es inducida por su transformación
en producto útil. El verdadero ‘propietario’ del ser viviente es el que de una forma u
otra ha hecho de éste una máquina; es decir ha revelado sus virtualidades técnico-
económicas.”.

Por último, Key Disnakes (Director de estudios del Comité de Percepción Pública de la
Academia de Ciencias de los Estados Unidos), pone paños fríos a la polémica
señalando que “Chakrabarty no creó una nueva forma de vida. Se limitó a interferir en
el proceso por el que diferentes estirpes bacterianas intercambian información
genética habitualmente para producir una nueva estirpe con una red metabólica

190
alterada. ‘Su bacteria’ vive y se reproduce generando las mismas fuerzas que rigen
toda la vida celular. Algunos avances de la tecnología del ADN recombinante permiten
una manipulación bioquímica más directa de los genes bacterianos que los empleados
por Chakrabarty; pero también éstas son simples modulaciones de procesos
biológicos existentes. Estamos todavía notablemente lejos de ser capaces de crear
vida artificial. La afirmación que la bacteria es obra de Chakrabarty y no de la
naturaleza exagera la capacidad humana y revela la misma arrogancia e ignorancia
de la biología que ha tenido consecuencias devastadoras para la ecología de nuestro
planeta.”.

La decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América fue la primera en


admitir la licitud de patentar organismos vivos y abrió la puerta para el enorme
crecimiento comercial que ha experimentado la producción de OGM, tema sobre el
cual en el día de hoy han surgido cada vez más voces recelosas que hacen pensar
sobre la real aplicación al desarrollo de la biotecnología del principio precautorio que
preside el Derecho Internacional Ambiental.

ANEXO

Principales declaraciones e instrumentos internacionales de contenido ambiental que


han sido reconocidos o se encuentran vigentes en Chile

A.- MEDIO HUMANO Y DESARROLLO SUSTENTABLE.-

1. Informe Founex.
2. Declaración de Estocolmo.
3. Declaración de Río.
4. Declaración de Johannesburgo.

B.- CAMBIO CLIMÁTICO.-

1. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.


2. Protocolo de Kyoto.
3. Plataforma de Durban.

191
4. Acuerdo de París.

C.- PROTECCIÓN DE LA CAPA DE OZONO.-

1. Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono y sus enmiendas.


2. Protocolo de Montreal relativo a Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono y
sus enmiendas.

D.- CONTAMINACIÓN MARINA Y DERECHO DEL MAR.-

1. Convenio sobre la Prevención de la Contaminación del Mar por Vertimiento de


Desechos y Otras Materias.
2. Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación por los Buques y
Protocolo de Londres (MARPOL).
3. Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación de las Aguas del Mar
por Hidrocarburos.
4. Convenio sobre Cooperación, Preparación y Lucha contra la Contaminación
por Hidrocarburos.
5. Protocolo Complementario del Acuerdo sobre Cooperación Regional para el
Combate contra la Contaminación del Pacífico Sudeste por Hidrocarburos.
6. Convenio sobre Responsabilidad Civil por Contaminación de los Mares por
Hidrocarburos.
7. Convenio para la Protección del Medio Ambiente y Zona Costera del Pacífico
Sudeste.
8. Protocolo para Conservación y Protección de Áreas Marinas y Costeras
Protegidas.
9. Protocolo para la Protección del Pacífico Sudeste contra la Contaminación
Proveniente de Fuentes Terrestres.
10. Protocolo para la Protección del Pacífico Sudeste contra la Contaminación
Radiactiva.
11. Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

E.- SUSTANCIAS QUÍMICAS Y DESECHOS PELIGROSOS.-

1. Convenio de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de


desechos peligrosos y su eliminación.

192
2. Convenio de Rotterdam sobre Consentimiento Informado Previo relativo al
Comercio Internacional de Sustancias Químicas y Plaguicidas Peligrosos.
3. Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes.

4. Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el


Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas.
5. Convención sobre Prohibición de Desarrollo de Armas Bacteriológicas y
Toxínicas.

F.- SEGURIDAD NUCLEAR.-

1. Convención sobre Seguridad Nuclear.


2. Protocolo sobre Aplicación de Convención de Viena y Convenio de París sobre
Responsabilidad Civil por Daños Nucleares.
3. Convenio de Proscripción de Pruebas Nucleares.

G.- PATRIMONIO NATURAL.-

1. Convención para la Protección de la Flora, la Fauna y las Bellezas Escénicas


Naturales de América (Convención de Washington).
2. Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la
Fauna y Flora Silvestres (CITES).
3. Convenio sobre la Diversidad Biológica.
4. Convención sobre la Conservación de Especies Migratorias de la Fauna
Salvaje.
5. Convención sobre Zonas Húmedas de Importancia Internacional
Especialmente como Hábitat de las Aves Acuáticas (RAMSAR).
6. Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en los
Países afectados por Sequía Grave.
7. Tratado Antártico.
8. Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente.
9. Convención sobre Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos.
10. Convención para la Regulación de la Caza de la Ballena.
11. Protocolo al Convenio sobre Caza de Ballenas.
12. Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas
Marinas.

193
H.- PATRIMONIO CULTURAL.-

1. Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural.


2. Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de Expresiones
Culturales.
3. Protocolo para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la
UNESCO.

I.- BIOTECNOLOGÍA.-

1. Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad de la Biotecnología.


2. Estatuto del Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología.
3. Convenio para la Protección de Obtenciones Vegetales.
4. Tratado de Budapest sobre el Reconocimiento Internacional de Depósito de
Microorganismos a los Fines del Procedimiento en Materia de Patentes.
J.- PATRIMONIO CULTURAL.-

1. Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural.


2. Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de Expresiones
Culturales.
3. Protocolo para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la
UNESCO.

K.- TRABAJO INFANTIL.-

Convenio 182 de la OIT sobre Trabajo Infantil.

194

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