Número 215
Médica Periódica www.ampmd.com Marzo 2019
Hviid A, Hansen JV, Frisch M, Melbye M. Measles, mumps, rubella vaccination and autism: a
nationwide cohort study. Ann Intern Med 2019; DOI: 10.7326/M18-2101.
E
valuar si la vacuna contra sarampión, paperas y rubeola aumenta el riesgo de autismo en
los niños, en algunos subgrupos de niños o en distintos períodos de tiempo luego de la
vacunación.
Se realizó un estudio de cohorte a nivel nacional en Dinamarca, de todos los hijos de madre
danesa que nacieron entre el primero de enero de 1999 y el 31 de diciembre de 2010; la
información se obtuvo del Sistema de Registro Civil Danés.
Los programas de vacunación de los niños en Dinamarca son voluntarios y gratuitos y los
pilares de su primera parte son la vacuna contra sarampión, paperas y rubeola (MMR) junto con
una combinación de vacuna contra difteria, tétanos, tosferina, polio y Haemophilus influenzae
tipo b (DTaP-IPV/Hib). Se ofrece una primera dosis de MMR a los 15 meses de edad y una
segunda dosis a los 12 años, o a los 4 años desde el año 2008. Se ofrecen 3 dosis de la
vacuna DTaP-IPV/Hib a los 3, 5 y 12 meses. Se recomiendan los refuerzos más tarde en la
infancia. Todos los médicos generales administran las vacunas en la infancia y son
reembolsadas cuando se reportan al Concejo Nacional de Salud.
Se obtuvo información individual sobre las primeras dos dosis de MMRy de otras vacunas
administradas durante el primer año de vida. Durante el período de estudio en Dinamarca
ninguna vacuna contenía timerosal.
La información sobre diagnósticos de trastornos del espectro autista se obtuvo del Registro
Central Psiquiátrico Danés, que contiene información de los psiquiatras infantiles de los
hospitales psiquiátricos y de las salas de psiquiatría (pacientes internados y ambulatorios en el
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período de estudio). El resultado primario del estudio se definió de acuerdo con el código de
diagnóstico de todos los trastornos del espectro autista: trastorno autista, autismo atípico,
síndrome de Asperger, otro trastorno generalizado del desarrollo y el trastorno generalizado del
desarrollo no especificado.
Del Registro Nacional de Pacientes Danés se obtuvo información sobre varios síndromes y
condiciones con un riesgo inherente alto de autismo (síndrome X frágil, esclerosis tuberosa,
síndrome de Angelman, síndrome de Down, síndrome de DiGeorge, neurofibromatosis,
síndrome de Prader-Willi y el síndrome de rubeola congénita). Se excluyó del estudio a los
niños con cualquiera de esas condiciones si habían sido diagnosticados antes del primer
cumpleaños o censados en la fecha del diagnóstico si se hizo cuando el niño era mayor de 1
año.
Se incluyeron varios factores de riesgo para autismo con el fin de estratificar y ajustar por
factores que confunden; esos factores fueron edad materna y paterna, fumado durante el
embarazo, método del parto, nacimiento de pretérmino, puntaje de Apgar a los 5 minutos, bajo
peso al nacer y circunferencia cefálica.
El principal objetivo del estudio era evaluar si la vacuna MMR aumenta el riesgo de autismo en
los niños, en algunos subgrupos de niños y en períodos de tiempo luego de la vacunación. Los
subgrupos se definieron de acuerdo a: 1) la historia de autismo en los hermanos, el sexo, y las
vacunas previas en el primer año de vida; 2) un índice estimado de un modelo de riesgo de la
enfermedad combinando múltiples factores de riesgo ambientales.
El estudio fue financiado por la Fundación Novo Nordisk y el Ministerio de Salud de Dinamarca.
Los patrocinadores no participaron en el diseño del estudio, la recolección, el análisis y la
interpretación de los datos, ni en la redacción del reporte.
Resultados y conclusiones
Se identificaron 663.236 niños nacidos de madres danesas entre las fechas especificadas. Se
excluyó a 5.775 niños: 1498 no estaban registrados en el Registro de Nacimiento Médico Danés
y 4277 no estaban disponibles para el seguimiento al entrar al estudio (1 año de edad) debido a
muerte (n=2673), migración (n=770), desaparición no explicada de las fuentes de registro
(n=203), diagnóstico de autismo (n=11) o diagnóstico excluyente (n=620). Por lo tanto el
cohorte de estudio estuvo compuesto por 657.461 niños que representaron 5.025.754 años-
persona de seguimiento desde el primero de enero de 2000 hasta el 31 de agosto de 2013.
Durante el seguimiento se diagnosticaron 6517 niños con autismo (tasa de incidencia 129,7 por
100.000 años-persona) y 6518 niños fueron censurados (335 niños tenían una condición o
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síndrome asociado con autismo, 628 habían muerto, 5537 habían emigrado y 18 habían
desaparecido de los registros por razones desconocidas).
La edad promedio alcanzada en el estudio fue de 8,64 años. Los primeros diagnósticos
relacionados de autismo fueron el trastorno autista (n=1997), el autismo atípico (n=537), el
síndrome de Asperger (n=1098), otros trastornos generalizados del desarrollo (n=576) y
trastornos generalizados del desarrollo no especificados (n=2309). La edad promedio al
momento del primer diagnóstico de autismo fue 7,22 años y la edad promedio entre los casos
de trastorno autista fue 6,17 años. La cobertura de la primera dosis de MMR fue de 95,19% con
una edad promedio de vacunación de 1,34 años. No hubo diferencias apreciables en la
cobertura de la vacunación según el sexo, el cohorte de nacimiento, el puntaje de riesgo de
autismo ni la historia de autismo en los hermanos; la vacunación con MMR fue más frecuente
entre los niños vacunados previamente en la infancia temprana.
La relación de riesgo cruda asociada con los deciles del puntaje de riesgo de autismo variaron
desde 0,73 (primero vs quinto decil) hasta 1,62 (décimo vs quinto decil).
Al comparar los niños vacunados con MMR con los no vacunados se obtuvo un HRa ajustado
de 0,93 (IC 95% 0,85 a 1,02). La prueba de homogeneidad de HRa en los intervalos de edad
de 1 a 3, 3 a 5, 5 a 7, 7 a 10, y más de 10 años de edad tuvo un valor de P de 0,138. Las
incidencias acumuladas de autismo se presentan en la figura 1. La finalización del seguimiento
a los 5, 7 y 10 años de edad produjo HRa similares (0,97 [IC 0,81 a 1,15], 0,96 [IC 0,84 a 1,09] y
0,97 [IC 0,87 a 1,07]), respectivamente. La finalización del seguimiento a los 3 años de edad
brindó un HRa ligeramente menor (0,73 [IC 0,53 a 1,00]).
La comparación de los niños vacunados y no vacunados con MMR en subgrupos definidos por
sexo, cohorte de nacimiento, otras vacunas recibidas, puntaje de riesgo de autismo o historia de
autismo en los hermanos se muestra en el cuadro 1. La vacunación por MMR redujo el riesgo
de autismo en las niñas (HRa 0,79 [IC 0,64 a 0,97]) y en el cohorte de nacidos entre 1999-2001
(HRa 0,84 [IC 0,73 a 0,96]). La vacunación por MMR no aumentó el riesgo de autismo en los
niños caracterizados por tener otras vacunaciones, alto riesgo de autismo o un hermano con
autismo.
Los autores concluyen que el estudio apoya fuertemente que la vacuna MMR no aumenta el
riesgo de autismo, no desencadena autismo en los niños susceptibles y no está asociado con el
agrupamiento de casos de autismo después de la vacunación.
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Figura 1. Incidencia acumulada de autismo, según el estado de vacunación y la edad
Cuadro n 1
Asociación entre el riesgo de autismo y la vacunación contra sarampión, paperas y
rubeola en el cohorte total y en varios subgrupos
Comentario
Los opositores a la vacunación empezaron a sumar de nuevo adeptos en las décadas finales
del siglo pasado cuando, gracias a una serie de medidas basadas en las campañas de
vacunación masiva, la incidencia de esas enfermedades había descendido significativamente.
Además, estaban apoyados por creencias basadas en estudios de muy dudosa calidad
publicados en la literatura médica y que recibieron divulgación a través de los medios de
comunicación colectiva.
Al igual que otros estudios de cohorte y meta-análisis publicados en años recientes, el estudio
que se ha resumido no muestra ninguna evidencia que asocie la vacunación contra MMR con
un riesgo aumentado de desarrollar autismo. En comparación con otros estudios, este tiene a
su favor varios aspectos metodológicos tales como las fuentes confiables para la obtención de
los datos, el tamaño grande de la muestra, un seguimiento prolongado y los análisis específicos
en subgrupos de niños que podrían estar especialmente predispuestos a desarrollar autismo.
Por supuesto que tiene las limitaciones inherentes a los estudios observacionales, pero los
autores han tratado de minimizar los factores de confusión mediante los análisis realizados;
además, por razones éticas obvias sería imposible evaluar este tópico en un estudio
aleatorizado.
Al igual que ocurre con el uso de los fármacos, la aplicación de las vacunas debe
complementarse con el reporte de los efectos adversos como parte de un programa de
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farmacovigilancia, pero no hay datos que justifiquen una situación de alarma. Por ahora se
siguen acumulando evidencias que refutan la asociación de la vacunación en los niños con un
aumento en el riesgo de desarrollar autismo.
Bibliografía complementaria
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9. Taylor LE, Swerdfeger AL, Eslick GD. Vaccines are not associated with autism: an evidence-based meta-
analysis of case-control and cohort studies. Vaccine 2014;32:3623-9.
Palabras claves
Autoevaluación
2) El riesgo de autismo asociado a la vacunación fue significativo en los niños nacidos en los
años:
a) Antes de 2001
b) Entre 2002 y 2004
c) Entre 2005 y 2007
d) Después de 2008
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e) Ninguna es correcta
Respuestas correctas
1) e
2) e
3) e
4) e
5) c
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