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Temas parejas enero 2017

Primera semana: El buen mantenimiento del matrimonio: una cuestión de principios.

(Amos 3:3, Eclesiastés 4:9ª)

¿Será que existen algunos métodos o principios que al aplicarlos en una vida de pareja pueden hacer que esta
relación tenga consistencia y dinamismo? Seguramente que sí. Existen muchos principios, que si los aplicamos en
esta relación, pueden generar dividendos satisfactorios y deleitosos dentro ella. Resaltaremos tan solo 3 de estos
principios para el buen mantenimiento de esta institución establecida por Dios, llamada matrimonio.

1. Responsabilidad.

Queda muy difícil mantener una relación de un hombre y una mujer cuando este principio no se toma en cuenta. La
responsabilidad implica un compromiso, aceptación de obligaciones que son nuevas, diferentes y desafiadoras en el
matrimonio

 Nuevas: porque de un momento a otro hábitos antiguos necesitan ser ajustados a la nueva realidad.
 Diferentes: porque es el comienzo de algo que hasta entonces ambos no experimentaron.
 Desafiadoras: porque cada día en el matrimonio van a existir muchos desafíos que ambos tendrán que
enfrentar.

El principio de la responsabilidad en realidad no es algo que está listo y se lleva al matrimonio. Es un aprendizaje
constante asumido de un modo serio tanto por el marido como por la esposa. Es un intercambio de informaciones,
de obligaciones, de ideas que se transforman en compañerismo, en diálogo, en entendimiento. Ser responsable es
algo que necesita ser priorizado a medida que los años avanzan. Cuántos matrimonios están deteriorados, todo
porque este principio en algún momento del desarrollo de esta relación fue violado.

Muchos han iniciado una vida de pareja desconociendo el principio de la responsabilidad. El problema del sexo antes
del matrimonio es un fuerte ejemplo, cuando ambos con sus irresponsabilidades no ven el futuro ni sus artimañas.
Hoy es demasiado común ver padres educando nietos, todo porque este principio no fue enseñado por los padres y
considerado por sus hijos.

Los jóvenes no piensan mucho en estabilizarse financieramente antes de asumir un compromiso más serio como lo
es el matrimonio. En el afán de suplir sus emociones y pasiones carnales se entregan y sufren con el pasar de los
años haciendo de esta relación, que debería ser placentera, un fracaso, llegando en muchos casos a la separación. La
responsabilidad es un aspecto que necesita ser tomado en serio antes y durante los años de vida matrimonial.

2. Fidelidad.

Fidelidad es otro aspecto importantísimo en una relación de pareja. Todo tiene que ver con complicidad o el respeto
que ambos deben nutrir a lo largo de los años. Sin duda uno de los mayores motivos para el divorcio es la falta de
fidelidad. Para que un vida de pareja sea de gran éxito, este principio necesita ser cultivado a partir de pequeñas
cosas, pequeños detalles, tales como el constante aprecio por el cónyuge, la demostración de cariño, de afecto. En la
realidad debe ser un constante vigilar para mantenerse integro, correcto, auténtico. Reconocer que el regalo de
amor que Dios le dio que fue su amado(a), debe ser valorizado (a), respetado (a). Esta persona es parte de usted. Es
parte de su carne y no debe ser tratado(a) con desprecio.

Fidelidad es mantenerse en la línea, en la vía de la vida. Es ser transparente, comedido en sus acciones, así también
en los pensamientos. La lascivia y la inmoralidad, necesitan ser atacadas de frente con la ayuda de Dios. El respeto
del uno para con el otro debe ser cultivado. Los hijos deben crecer en este ambiente de paz donde aprender por el
ejemplo genuino de sus padres los llevará a ser personas maduras y seguras en su proceder futuro en el área
sentimental.
3. Amor.

El amor es todo en una relación de pareja. Quien ama se da. Quien ama perdona. Quien ama pide perdón. El amor es
cortés, es gentil, es apasionado. Es capaz de integrar, de unir, de envolver, de resolver muchos asuntos y situaciones
de conflicto. Cuando se ama se respeta. Cuando se ama se es fiel, responsable. Solo el genuino amor puede hacer
que la duración exista como una realidad en la familia.

Solo el amor puede enfrentar los mayores problemas, los mayores obstáculos que la vida nos presenta. Sin él no se
respira, no se mueve este mundo. No se vive. Y no se trata solo de un amor apasionado que está ligado
constantemente al sexo. Nos referimos a un amor de envolvimiento, a un amor de amistad, de compañerismo, de
compartimiento. Es un amor que sufre con el otro, que aprende con el otro. Es el amor que se deja conquistar y
convencer, que no es vulnerable, que es permanente, que es bueno y saludable.

Aplicación Teoterápica

Aquí están tres principios que al ser practicados, en el día a día de la relación conyugal harán la diferencia al pasar los
años. Comience a vivir por fe y vea realizado su matrimonio como lo ha deseado siempre. Ahora, no podemos
olvidarnos que las conquistas de estos desafíos que tenemos concernientes a la responsabilidad, la fidelidad y el
amor, solo tendrán el sello de calidad cuando sean administrados por Dios directamente. Dios es amor, es
responsable y fiel, estos son algunos de sus más notables atributos. Somos la esencia de Dios. Somos hechos a su
imagen y semejanza y fuimos creados para vivir exclusivamente para su gloria y alabanza, para imitarlo en todo,
cuanto más en el matrimonio.

Segunda semana: Logrando cambios positivos en el matrimonio.

Muchos esposos y esposas se encuentran en matrimonios donde no se sienten satisfechos, felices o realizados. Pasan
el tiempo criticando al cónyuge y buscando las fallas de su pareja. Este tipo de personas vive creyendo que si tan sólo
su pareja cambiara todo marcharía mejor en el matrimonio.

Lamentablemente muchas personas piensan que así es su matrimonio. Usan críticas, regaños, gritos y constantes
conflictos con la esperanza de obligar a su pareja a cambiar. Lo malo, es que al sentirse criticado, muchas veces el
cónyuge acusa a su pareja de peores faltas para poder defenderse. Tanto la esposa como el esposo terminan
convencidos de que el otro tiene que cambiar para que las cosas en el hogar mejoren.

1. Ejemplos de patrones negativos que por actitudes equivocadas de los cónyuges, vienen a destruir el
matrimonio.

 Las personas comienzan a fijarse en las faltas más mínimas de su pareja. Por lo tanto las cosas mínimas se
convierten en grandes conflictos.
 Ambos esposos se acusan sin fin (Mateo 7: 3).
 Los pleitos aumentan.
 La tristeza, el enojo y las emociones negativas reinan en el hogar (Efesios 4: 31).
 Ambas personas se sienten física, mental y espiritualmente cansados de las constantes críticas.
 La paz no existe en el hogar y el amor cada día se desvanece.
 El cónyuge ignora sus propias faltas y se convence de que su pareja es la que tiene que cambiar. Por eso
ninguno de los dos cambia.
 Comienzan a dudar si el matrimonio va a funcionar y terminan pensando que la única solución es la
separación y el divorcio.

No son pocos los matrimonios que caen en este ciclo vicioso. Lo malo es que no importa cuánta energía y esfuerzo
invierten en cambiar al cónyuge, este nunca se dará. Esto sucede porque en verdad cambiar a nuestro cónyuge no es
nuestro papel. El cambio no viene a la fuerza sino por voluntad propia, el primer cambio que se debe dar es el
propio.

El matrimonio no es un estado de dominación donde las cosas se hacen conforme a la voluntad de una sola persona.
De hecho, el matrimonio es un estado de CO-DEPENDENCIA. Tanto el esposo como la esposa se necesitan el uno al
otro para así formar un hogar conforme a la voluntad de Dios. La Biblia nos enseña que el esposo y la esposa son
UNO. El ser UNO no viene a la fuerza, sino que cada uno voluntariamente sacrifica el YO para el bien del NOSOTROS.

2. Sugerencias a considerar si usted en verdad quiere ver un cambio en su matrimonio

 Evite criticar a su cónyuge. Las constantes críticas y quejas no traerán el cambio que usted desea en el
matrimonio.
 Deje las cosas del pasado, en el pasado. Perdone y ya no mencione aquello que ya ha sido resuelto.
 Si no puede perdonar, pregúntese por qué no, y pídale ayuda a Dios para que pueda perdonar.
 Evite las palabras que son difíciles de olvidar, tales como: “Ya no te aguanto, no te amo, no te respeto, ya no
te creo, no te perdono, todo es tú culpa”, etc.
 Sea honesto y admita los errores con que usted ha contribuido a los problemas del hogar.
 Dedique un tiempo a solas para meditar y preguntarse si las expectativas que tiene de su cónyuge son
realistas. Muchas veces exigimos demasiado del cónyuge porque tenemos una necesidad que queremos
llenar. Si éste es el caso, hable con su pareja y juntos pídanle a Dios que ÉL llene ese vacío que su pareja no
puede llenar.
 Use palabras positivas y fíjese en lo bueno del matrimonio y no solamente en lo malo.
 En lugar de gastar sus fuerzas en querer cambiar a su esposo o esposa, use ese tiempo para hablar con Dios y
pedirle que primero haga el cambio en usted. Dé el ejemplo y sea usted el primero en cambiar.

Aplicación Teoterápica

El único capaz de transformar una vida es el Señor Jesucristo a través de la presencia del Espíritu Santo en nuestras
vidas, todos nuestros intentos siempre serán infructuosos. Al darle el control total a él de nuestra vida, los cambios se
dejarán ver.

La vida cristiana no es una vida cambiada, es una vida intercambiada. En el sentido en que intercambiamos nuestra
vida con la del Señor Jesucristo. Permitámosle a él vivir su vida a través de la nuestra para generar un cambio
definitivo, de esta manera, es posible estar casado y ser feliz (Gálatas 2: 20).

Tercera semana: Revisando nuestra armonía matrimonial.

Dios estableció que los sexos opuestos se complementaran. Quiso que el hombre y la mujer se unieran en
matrimonio, para que cada uno de ellos diera lo que al otro le faltara.

El establecimiento de las familias se inicia cuando un hombre y una mujer deciden unirse en forma seria y
responsable. La familia ha sido establecida por Dios y es Dios quien instituye el matrimonio como una sociedad para
convivir en amor y mutua ayuda (Génesis 2: 18-25), para que se establezca un hogar, se forme una familia y sus
votos se respeten hasta la muerte.

Es el matrimonio una santa ordenanza de Dios por medio del cual Él desea perpetuar la raza humana hasta el fin del
tiempo, donde especifica que el esposo es la cabeza de su conyugue y ella la gloria de él.

1. Conociendo la verdad.

El diseñador de la familia es Dios quien determina su estructura interna, su propósito y su meta; es quien permite
que un hombre y una mujer formen un hogar para Él.

Para conocerla debemos consultar entonces el manual de instrucciones que Él nos ha dado: la Biblia, la palabra de
Dios. Sus principios allí consignados, creemos que son tan verdaderos y validos hoy como cuando fueron escritos

2. El matrimonio.

Es la relación humana instituida por Dios y aprobada por la sociedad en el cual el hombre y la mujer cohabitan en
amor y mutua ayuda.
El matrimonio es la más fructífera y la más difícil de las relaciones conocidas del hombre. Es instituido en el libro de
Génesis en el capítulo 2: 18-19, cuando Dios conoce la necesidad de Adán, cuando permite que Adán duerma
mientras Él le prepara a Eva y cuando los dos llegan a ser una sola carne. Es importante entender en un matrimonio
de éxito que tanto el hombre como la mujer no son auto suficientes se necesitan mutuamente como un
complemento.

3. El gozo real en el matrimonio proviene del dar, no del recibir.

El propósito del matrimonio es el glorificar a Dios (Salmos 34: 3) donde los conyugues son uno para no tener
discordia, dos para tener compañía y tres, con Dios, para ser invencibles.

Nosotros como cristianos tenemos con Cristo la oportunidad de encontrar la persona apropiada para que nuestra
área espiritual sea fortalecida y para entender, como hombres y mujeres, nuestras diferencias, responsabilidades,
derechos y deberes.

El matrimonio como una empresa necesita desarrollarse con la ayuda de Dios, necesita desarrollarse en
responsabilidades, en comunicación y complementación. Por eso la complementación debe convertirse en el
ingrediente esencial, la responsabilidad en el lubricante y la comunicación en el fundamento de todo matrimonio
que desee experimentar el éxito y la prosperidad permanentes.

4. Principios básicos como puntos de partida para un matrimonio de éxito.

 Principio de separación (Génesis 2: 24).


 Principio de permanencia (Mateo 19: 6).
 Principio de intimidad (Génesis 2: 25).

5. Principios básicos de la sexualidad en el matrimonio.

 Principios de la necesidad (1 Corintios 7: 3).


 Principio de autoridad (1 Corintios 7: 4).
 Principio de hábito (1 Corintios 7: 5).

Aplicación Teoterápica

Las tres áreas críticas de formación que llevarán al matrimonio hacia una madurez progresiva son la formación
psicológica, financiera y sexual. En ellas debe existir una perfecta armonía con Dios, consigo mismo y con el cónyuge.
Constantemente debemos hacer un “pare” y revisar nuestra armonía. Hagamos ajustes y cumplamos con Dios en lo
que nos dispone, pues es así como podremos disfrutar todas sus bendiciones convirtiéndonos en moldes, modelos y
ejemplos para otros matrimonios necesitados de paz por las situaciones que viven.

Cuarta semana: Formación sicológica del matrimonio.

El matrimonio es la más fructífera y la más difícil de las relaciones conocidas. Es la más firme de las instituciones que
tenemos. Es difícil estar casado y ser feliz, porque los hombres y las mujeres son básicamente incompatibles.
Tienen metas, impulsos y necesidades emocionales radicalmente diferentes, sin embargo, millones de personas
alcanzan la felicidad matrimonial.

1. Consejo sicológico matrimonial para el esposo:

 Toda mujer llega al matrimonio buscando llenar muchas necesidades que solo su esposo las puede suplir.
 La mujer necesita a través de muestras de amor (caricias), experimentar protección, pero al mismo tiempo
sentirse libre y autónoma para llevar a cabo sus aspiraciones de mujer, esposa, madre y ayudante.
 La mujer adquiere seguridad al percibir que el hombre es firme en sus decisiones y maduro para ceder
cuando se equivoca.
 En la mujer su identidad, es importante, debe recibir muestras de reconocimiento, aprobación y afecto.
 Con la entereza, interés y fortaleza del esposo, la mujer desea ser ayudante.
 El esposo debe desarrollar una especie de percepción para captar sus variables estados emocionales.
 A ella le agrada que se le recuerde, adore, halague, se le escuche.
 Necesita que le hagan sentir su feminidad por medio de la protección, cuidado, demostraciones de afectos y
aceptación.
 Necesita seguridad emocional.
 Ella busca un amante que sea tierno, comprensivo, apasionado, que le haga sentir deseada.
 Necesita un amante, un hombre cariñoso y un compañero de juego.
 Quiere conversación seria, comunicarse.
 Busca que la ame a pesar de.
 Quiere que además de proveer el dinero asuma otras responsabilidades que solo el hombre puede llevar a
cabo.
 Ella le ve como modelo de vida.

2. Consejo sicológico matrimonial para la esposa:

 Hágale sentir que es competente.


 Anímelo, pero sin darle lecciones, sin discutir o criticar.
 Necesita que se le restaure su identidad con sutileza.
 La necesita como esposa-madre, pero sin dominarlo.
 Quiere que lo seduzca y se deje seducir.
 Evite las quejas y la autocompasión.
 Evite las discusiones.
 Préstele atención a sus problemas e intereses.
 Él necesita sentir que tiene el control.
 Ayúdele a mantener su identidad varonil.
 No le exija o le ponga ultimátum.
 Evite la crítica y la competencia.
 Él busca ternura y calor.
 La simpatía y el estar enamorada de la vida, es algo que atrae al esposo de su esposa.
 Necesita una compañera, comprensiva, prudente, virtuosa, comunicadora.
 Sea feliz.
 El desea que usted diga sí a toda petición legítima.

Aplicación teoterápica

Es muy importante entender que el matrimonio es el comienzo de una realización, un programa de vida que requiere
desarrollo día a día hacia un conocimiento más profundo de la otra persona.

El ser humano es un enigma para otro ser humano, por eso, el matrimonio tiene aventura y Dios es el único que
puede ayudarnos en esta aventura, pues nos conoce completamente.

Es importante saber que para el hombre el amor de la mujer es una conquista no terminada; la mujer debe provocar
ese amor en forma delicada, con su ternura y sacrificio. Juntos se convencerán que han sido diseñados para vivir el
verdadero significado del amor y encontrarán la magnífica complementación entre ambos y sobre todo con Dios.

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