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Lectura 1

Teoría Sociológica II
Alain Touraine

La sociedad post-industrial

Contenido
1. Antiguas y nuevas clases sociales ............................................................................. 1
I. La imagen histórica de la sociedad de clases ....................................................... 1
II. Descomposición de esta imagen .......................................................................... 4
III. Nuevas clases, nuevos conflictos ........................................................................ 8
IV. Las nuevas sociedades industriales .................................................................. 16
2. El movimiento estudiantil: crisis y conflicto .............................................................. 22
I. Crítica de las interpretaciones globales ............................................................... 22
II. Diversos aspectos del movimiento ..................................................................... 24
III. Dinámica del movimiento ................................................................................... 29
IV. Intento de comparación internacional ................................................................ 33

1. Antiguas y nuevas clases sociales ciedad programada; pero no es posible realizarla


más que separándonos tan completamente como
Ante nuestros ojos se forma un nuevo tipo de so- sea posible de imágenes y nociones históricamente
ciedad: sociedad programada si se pretende definirla periclitadas, y aventurándonos en una renovación
por sus medios de acción, o sociedad tecnocrática si profunda del análisis.
se le da el nombre del poder que la domina.
Sin duda cabe tratar de adaptar las nociones viejas
La noción de clase social, en el análisis y en la prác- a nuevas situaciones, pero este ejercicio resulta muy
tica sociales, ha estado vinculada demasiado pro- pobre, pues no da cuenta de la práctica social. Si se
fundamente a las sociedades de industrialización pretende conservar el empleo del concepto de clase
capitalista para que no se ponga en cuestión pro- social, pese a derivarse de una experiencia y de una
fundamente de nuevo a partir del momento en que interpretación histórica particulares, no hay que em-
se considera una sociedad en la cual la creación del pezar por proponer una definición, sino por criticar y
conocimiento, el poder de los aparatos de produc- analizar el tema de las clases sociales y de la socie-
ción, de distribución y de información, la vinculación dad de clases, tal como ha llegado hasta nosotros,
de las decisiones políticas y las decisiones económi- sobre todo en Europa. Hay que partir, no de una
cas determinan una organización económica y social proposición nueva, sino del examen de un modo
profundamente diferente de la del siglo XIX, ¿Hay concreto de representación de la organización so-
qué a conceder al conflicto de clases un lugar cen- cial.
tral el análisis sociológico? Muchos son los que han
estado tentados de responder afirmativamente, por I. La imagen histórica de la sociedad de clases
el simple hecho de que los instrumentos de análisis
heredados del anterior pierden, manifiestamente, va-
El siglo XIX nos ha legado una imagen histórica par-
lor explicativo.
ticular a la que muchos han llamado sociedad de
clases; pero la claridad, al menos aparente, de esta
Nuestra intención es seguir un camino inverso: afir-
situación ha hecho difícil —casi imposible— aislar la
mar la fundamental importancia de las situaciones,
acción propia de un elemento particular de la estruc-
los conflictos y los movimientos de clases en la so-
tura social. Intentemos, pues, ante todo, aislar los migraciones masivas en el interior de una sociedad
componentes cuya combinación ha dado nacimiento tradicional han implicado la superposición de los
a la imagen global de la sociedad de clases. procesos de desorganización y de reorganización
sociales. Resulta característico que cuando se habla
1. Existen ambientes sociales, distantes cultural y de la formación de la gran industria mecanizada se
socialmente los unos de los otros. Esta distancia es- piense sobre todo en los obreros de las diferentes
tá ligada a la lentitud de la transformación de los le- profesiones y en los artesanos, cuyos oficios ha des-
gados sociales. De generación en generación se truido la producción en grandes series, más que en
transmite una cultura particular en el interior de unas los trabajadores urbanos y rurales no cualificados,
unidades colectivas en las cuales las relaciones ins- para quienes el trabajo con la máquina ha represen-
titucionales no son separables de las relaciones per- tado una «especialización».
sonales.
Los mismos comienzos de la industrialización han
Esta situación no está directamente vinculada a re- sido presentados, en Inglaterra o en Francia, como
laciones de clases. Éstas constituyen un principio de un período de miseria y de crisis social, lo cual es
organización social que es a la vez abstracto y gene- discutible económicamente, pues, en conjunto, no se
ral, puesto que define a los actores solamente por su produjo durante este período un descenso del nivel
función económica y al nivel de la sociedad como un de vida popular, pero es exacto sociológicamente,
todo. Los legados culturales, por el contrario, son pues el desarraigo cultural y la sumisión directa a las
concretos y particulares; son sistemas de orden que presiones de la concurrencia y del autoritarismo pa-
definen y reglamentan un conjunto de las relaciones tronal no fueron compensadas por casi ninguna in-
sociales en el interior de una unidad, cuyos límites tervención política.
son los del parentesco, el territorio y el oficio tradi-
cional; esto es: situaciones «transmitidas» más que La clase obrera europea ha estado privada durante
«adquiridas». mucho tiempo de derechos políticos y de derechos
sociales; sus organizaciones sindicales sólo pudie-
Incluso las clases dominantes tradicionales se defi- ron formarse muy lentamente, a costa del sacrificio
nen, desde este punto de vista, ante todo por su de numerosos militantes y superando las más bruta-
propio legado, más que por su función o por su po- les formas de represión. La falta de un control políti-
der de dominación. El papel de lo heredado es tanto co de la industrialización ha implicado la superposi-
más considerable cuanto que la sociedad en vías de ción, justamente señalada por Dahrendorf, del con-
industrialización se halla más estrechamente ligada flicto industrial y del conflicto político. 1 Esta política
a una sociedad pre-industrial, rural. Como han seña- liberal y esta situación proletaria han sido lo que ha
lado todos los observadores de las sociedades occi- dado su fuerza explosiva al movimiento obrero, co-
dentales, de Tocqueville a Lipset, la resistencia de la locado en una sociedad sometida, en lo esencial, a
sociedad tradicional refuerza la consciencia de las las exigencias de la acumulación capitalista.
distancias, de las barreras, de los símbolos de jerar-
quía social. En Francia, se prefiere hablar de bur- La industrialización europea fue, en este sentido,
guesía que de empresarios, para subrayar la viva excepcional. En ninguna otra parte las transforma-
vinculación existente entre los capitalistas y las cla- ciones económicas fueron acompañadas de un con-
ses dominantes pre-industriales, el constante deseo trol social tan débil, de una tal falta de influencia polí-
de la riqueza adquirida de transformarse en riqueza tica de los trabajadores urbanos e industriales. Los
transmitida, el de convertirse en renta del beneficio obreros ingleses esperaron durante un siglo —hasta
industrial. La imagen del rico ocioso, que vive de las las reformas electorales de 1884-5— el acceso al
rentas de sus propiedades, que juega a hacer de derecho al voto de la mayoría. Paralelamente, el
noble, sigue estando viva en este país; y también su desfase entre los comienzos de la producción de
contrapartida: la imagen del especulador, que acu- masa y los del consumo de masa ha sido en Europa
mula el dinero para sí mismo, al margen de cual- el más considerable. Este largo vacío de participa-
quier función social definida institucionalmente. La li- ción popular en la dirección y en los resultados del
teratura francesa del siglo XIX se refiere al financiero crecimiento económico es uno de los rasgos del si-
especulador y al propietario, pero ignora casi por glo XIX europeo.
completo al jefe de empresa.
3. Pero la industrialización no solamente ha estado
2. Las tensiones sociales de la acumulación, si no dominada por el legado del pasado y por las presio-
han sido más fuertes, al menos han estado más dé-
bilmente institucionalizadas en Europa occidental 1
que en las demás partes del mundo, llegadas más R. DAHRENDORF, Class and Class Conflict in Industrial Societies;
ed. inglesa, revisada y aumentada, de la obra publicada en Ale-
tardíamente a la industrialización. De ahí la impor- mania en 1957; Londres, Routledge and Kegan Paul, 1959 (hay
tancia, en esta región, de los temas proletarios. Las trad. cast, Madrid, Rialp).

2
nes del presente. Fue también, como lo es hoy, un Se ha dicho ya que la distancia que media entre los
proyecto de futuro, un modelo de sociedad. Sola- legados culturales conduce a una visión pluralista de
mente la falta de un control social diversificado ha la sociedad, y no a una visión dualista. Cada grupo
hecho que este proyecto se expresara en formas tiende a definirse por su particularidad cultural y pro-
globales y en el marco de grupos de intereses en fesional. Las diferencias regionales, religiosas o pro-
conflicto. El mundo de la empresa y el mundo del fesionales han sido durante mucho tiempo una de
trabajo se han opuesto entre sí, apuntando cada uno las causas de fragmentación del mundo campesino,
de ellos a una reorganización de conjunto de la so- al igual que del mundo obrero o incluso de la cate-
ciedad. goría de los industriales. Esta última, con frecuencia,
es más sensible a las constricciones de la familia o
Una investigación extensiva sobre la clase obrera del grupo financiero que a las de la clase económi-
francesa2 ha permitido oponer la consciencia de cla- camente dominante.
se, así formada, a la consciencia proletaria. Ésta es,
en primer lugar, sentimiento de exclusión y de explo- De la misma manera, una visión conflictiva de los
tación; aquélla, por el contrario, es defensa de in- modelos sociales de desarrollo, aunque tiende a pri-
tereses de clase y apunta a la sociedad industrial a vilegiar unas coaliciones tanto más capaces de in-
la vez; llamamiento a la racionalidad y al progreso fluir sobre el sistema de decisión política cuanto más
contra la irracionalidad y las contradicciones del sis- amplias son, no implica en modo alguno la idea de
tema capitalista. De la misma manera, probablemen- una ruptura entre dos bloques hostiles y extraños el
te cabría oponer la voluntad de enriquecimiento del uno para el otro. Define a los actores por referencia
patronato especulador a la consciencia de clase del al desarrollo; por tanto, admite por principio que su
empresario liberal, que se refiere, tan de buena fe naturaleza sea cambiante, que los elementos moto-
como los militantes o los doctrinarios obreros, a la res de cada coalición sean sustituidos por otros, y
imagen de una sociedad de la abundancia en la que que los trabajadores puedan aventurarse sólo par-
quedarían eliminadas la miseria y la injusticia. cialmente en una acción socio-política.

Si se habla aquí de consciencia de clase es para El conflicto de los modelos sociales de desarrollo
subrayar que el conflicto de los modelos de desarro- opone entre sí a fuerzas y políticas sociales más que
llo no es por sí mismo más moderado o más refor- a grupos o seres sociales. La idea de clases defini-
mista que la tensión entre los capitalistas y los prole- das como seres históricos completos y opuestos
tarios o la oposición de las clases y de los ambientes proviene, pues, de la combinación entre el modelo
en una sociedad tradicional. Por otra parte, este tipo «tradicional» de las clases, como entidades cultura-
de conflicto es lo que mejor da nacimiento a movi- les, y el modelo «industrial» de los conflictos entre
mientos sociales de larga duración, organizados, grupos de intereses; de la combinación entre una
orientados por un programa de transformación so- concepción «concreta» de las clases y una concep-
cial, y capaces también de encontrar alianzas en ción «abstracta» de los conflictos de clases, que só-
otros sectores profesionales de la sociedad. No es lo se realiza en la situación, de acumulación liberal y
cometer un error grave identificar, por el lado obrero, de maximalización de las tensiones entre capitalistas
este tipo de movimiento social con el socialismo, to- y proletarios. Pero esta tensión, considerada aisla-
mado en todas sus formas doctrinales y prácticas, damente, tampoco podría explicar la imagen clásica
modelo general de organización y de transformación de la sociedad de clases. Conduce, por el contrario,
de la sociedad. al fraccionamiento de las fuerzas existentes, a una
situación de crisis en la que los capitalistas se opo-
Los tres elementos que se acaban de distinguir no nen entre sí por la concurrencia, mientras que los
solamente han estado superpuestos: también se trabajadores, arrancados de su medio de origen, ex-
han combinado para dar nacimiento a la imagen his- puestos a la inseguridad y a la miseria, no pueden
tórica de la sociedad de clases. Ésta, efectivamente, hacer otra cosa que someterse, salir de apuros indi-
representa la sociedad como la oposición de dos vidualmente o rebelarse en pequeños grupos y en
clases fundamentales, de intereses contradictorios, breves oleadas de violencia. La fuerza de los lega-
comprometidas en un juego de todo o nada en torno dos culturales, por una parte, y la de los proyectos
al poder y la riqueza: uno de los adversarios sólo de acción transformadora de la sociedad, por otra,
puede acrecentar lo que posee a expensas de lo es lo que organiza la acción de las clases sociales.
que posee el otro. Por tanto, ninguno de los tres Más sencillamente, el tema sociológico de las clases
elementos que componen la imagen de la sociedad sociales no tiene sentido o interés alguno más que si
de clases basta por sí solo para dar cuenta de esta existe un cierto grado de consciencia de clase. Aho-
concepción general del conflicto social. ra bien: la explotación proletaria puede definir una si-
tuación de clase, pero es incapaz de explicar la
formación de una consciencia y de una acción de
2
A. TOURAINE, La conscience ouvriére, París, Éd. du Seuil, 1966. clase, puesto que toda acción social supone el seña-

3
lamiento de objetivos, y, por tanto, la definición de po pabellón, relaciones de vecindad activas, acusa-
un cierto marco social de la acción colectiva. da consciencia de estratificación ecológica. Por otra,
los individuos en situación de estancamiento, salvo
Volvemos a encontrar aquí, en términos generales, las familias más desfavorecidas, y particularmente
la conclusión principal de nuestra investigación so- entre los empleados de nivel relativamente elevado,
bre la consciencia obrera. La identificación de la so- aceptan mucho más fácilmente una residencia co-
ciedad con el conflicto de clases supone la combina- lectiva, socialmente poco diferenciada, pero desean
ción de tres elementos: un principio interno, profe- reducir sus relaciones de vecindad y más en general
sional y comunitario, de defensa de sí; la conscien- su sociabilidad. La masificación del habitat implica la
cia de las contradicciones entre unos intereses eco- disminución de las relaciones sociales.
nómicos y sociales opuestos; y la referencia a los in-
tereses generales de una sociedad industrial. En los conjuntos de viviendas estudiados no hemos
encontrado casi ninguna huella de un modelo «po-
Lo importante es subrayar que se trata de una com- pular» tradicional, caracterizado a la vez por una
binación inestable entre elementos que no son so- acusada heterogeneidad social y una acusada so-
ciológicamente contemporáneos. Se ha producido ciabilidad. Una investigación americana, la de M.
solamente una vez en la historia de la industrializa- Berger,3 permite pensar que solamente en las ciu-
ción: en el curso de la primera oleada del desarrollo dades obreras, aisladas y homogéneas, se mantie-
industrial, la de Europa occidental; y, en este marco nen a la vez un fuerte valor de las relaciones de ve-
limitado, ha sido siempre muy parcial, como muestra cindad y una clara consciencia de pertenencia a un
la falta de unidad del movimiento obrero, que jamás medio obrero. Pero la importancia relativa de este ti-
ha conseguido unificar a una clase obrera en una po de habitat parece en franca disminución, dado el
acción de orientación revolucionaria. desarrollo de las grandes aglomeraciones y la multi-
plicación de los medios de transporte. Andrieux y
Lignon4 han mostrado que la consciencia de ser
II. Descomposición de esta imagen obrero era cada vez menos viva fuera de la fábrica,
en los diversos ambientes de consumo, mientras
Lo que hay que examinar ahora es la destrucción de que seguía siendo fuerte en la empresa. Incluso si
esta imagen histórica «clásica» de la sociedad de no se aceptan las conclusiones de K. Bednarik, que
clases y lo que ocurre con cada uno de los elemen- más que analizar interpretan los resultados de la in-
tos que la componían cuando pasan a ser indepen- vestigación, no es posible rechazar los numerosos
dientes o autónomos los unos por relación a los estudios que demuestran que los obreros jóvenes
otros. tienen mucha menos consciencia que sus mayores
de pertenecer a un medio social particular, sobre to-
1. Los géneros de vida son sustituidos por niveles de do cuando habitan en las grandes ciudades. 5
vida en la sociedad de masas. Esta afirmación clási-
ca merece, probablemente, ser matizada: sin em- Mucho más evidente todavía es la decadencia de los
bargo, revela muy claramente la desaparición de los géneros de vida campesinos, y la reducción de las
antiguos fundamentos culturales de las clases socia- distancias culturales entre la ciudad y el campo. Los
les. Aquí lo que desempeña el papel principal es la empleados son, en cambio, la categoría social cuyo
evolución urbana más que la transformación del tra- estudio parece a primera vista mostrar el manteni-
bajo; desgraciadamente, los ambientes residenciales miento de géneros de vida de clase. No se trata de
nos son mucho menos conocidos que los ambientes que constituyan un medio social y cultural homogé-
profesionales, a pesar de la importancia de trabajos neo; todo lo contrario. Pero parecen vivir, particular-
como los que anima P.-H. Chombart de lauwe. De mente si se siguen los análisis de M. Crozier,6 en la
una investigación realizada en tres H.L.M.* de la re- ambigüedad, alineándose los unos en un medio
gión parisiense parecen desprenderse unas conclu- obrero o en una forma nueva de medio popular, e
siones que, pese a ser limitadas, señalan bastante identificándose los otros con la burguesía. Pero es-
bien dos modos de superación del antiguo espíritu tos mismos términos han sido heredados del pasado
comunitario o de barrio. y describen mal la situación social de los empleados,

Por una parte, los individuos en vías de ascenso


3
profesional o social, en particular si son obreros, M. BERGER, Working-class suburb, University of California
Press, 1960.
desean un habitat socialmente homogéneo, y por 4
A. A NDHIEUX y J. LIGNON , L'ouvrier d'aujourd'hui, París, Ri-
tanto estratificado; lo que se puede denominar un ti- viére, 1960; nueva edición, Médiations, n.° 44, 1966.
5
po «americano» de hábitat: residencia familiar de ti- Cf. en particular los trabajos de N. de MAUPEOU ABBOUD ,
Les blousons bleus, París, Colín, 1968. Y K. BEDNARIK, Der
junge Arbeiter von heute, Stuttgart, Kilpper, 1953.
* 6
H.L.M.: Siglas de Habitation à Loyer Moderé; puede tradu- M. CROZIER , Le phénoméne bureaucratique, París, Éd. du
cirse como «Viviendas de Renta Limitada». [T.] Seuil, 1964.

4
de los que todos los observadores están de acuerdo La acción sindical y la intervención política han con-
en reconocer que son los más sensibles a la preo- tribuido igualmente a la institucionalización del con-
cupación del nivel social. Esta preocupación no ex- flicto industrial. Se puede y se debe señalar los lími-
cluye en absoluto la imagen de medios cualitativa- tes que esa institucionalización tiene todavía, en par-
mente diferentes, pero la subordina claramente a los ticular en países como Francia e Italia, donde no
temas unidos de la estratificación y de la cultura de siempre es legal la existencia de secciones sindica-
masa, es decir, de la participación jerarquizada, y, les de empresa.7 A pesar de todo, estas reservas no
progresando en oleadas, al consumo de masa. pueden inducirnos a negar la capital importancia de
los éxitos obtenidos. Sin volver sobre los aspectos
Inútil insistir demasiado en hechos bien conocidos. más conocidos del desarrollo de las negociaciones
La idea más nueva, y que señala claramente la im- colectivas y de la protección legal de los asalariados,
portancia de los cambios producidos desde el co- parece indispensable insistir sobre una importante
mienzo del siglo, es que el «pauperismo» ya no azo- consecuencia de esta evolución. En el lenguaje so-
ta a una determinada clase social, sino a categorías ciológico se revela claramente por la creciente im-
particulares: trabajadores de los antiguos centros in- portancia del concepto de organización. Aplicado
dustriales en decadencia, personas ancianas, dismi- primero al terreno técnico, y sobre todo al nivel del
nuidos físicos o mentales, amas de casa no cualifi- puesto de trabajo; extendido a continuación a la ad-
cadas, minorías étnicas o trabajadores extranjeros ministración y luego a la gestión de las empresas e
temporeros. El tema de la «pobreza» recubre un incluso del sistema económico nacional o regional,
vasto conjunto de problemas sociales: no se llama el concepto ha adquirido un sentido cada vez más
ya, como en el siglo XIX, «la cuestión obrera». En es- social, indicador de la autonomía de un nivel de la
tas, condiciones, la defensa de la clase obrera ya no producción intermediario entre la ejecución técnica y
puede ser, ni es, la de los «pobres». el sistema de decisión. Un número creciente de
problemas ha aparecido como ligado a la existencia
De la misma manera, la burguesía se define cada y al funcionamiento de las empresas, sobre todo de
vez menos por su propio legado, y si los signos ex- las mayores, consideradas como redes de medios
ternos de riqueza de gran número de personas son técnicos y sociales puestos en funcionamiento para
tan visibles como en otro tiempo, los símbolos de conseguir una producción eficiente.
pertenencia a una clase social superior son cada vez
inferiores en número y menos claros. Esta decaden- La concentración del poder económico ha extendido
cia de los medios y de los géneros de vida tradicio- considerablemente la autonomía de los problemas
nales es solamente un aspecto de una transforma- propios de las organizaciones. Si se habla tanto de
ción social más general: la formación de una civiliza- burocracia es porque los centros de decisión están
ción industrial, cada uno de cuyos elementos se de- cada vez más alejados de los órganos de ejecución.
fine no ya por su pasado o por su esencia propia, El ingeniero o el obrero, situados en una empresa o
sino por su lugar en un sistema de cambio. La natu- en un grupo que reúne a varias decenas o a varios
raleza social es sustituida por la acción social. centenares de miles de trabajadores; el militar de un
ejército moderno; el funcionario de una administra-
2. En este sentido, desde los comienzos de la indus- ción nacional o internacional, son cada vez más
trialización, la noción de clase social ha perdido sensibles a su lugar en una red de comunicaciones,
constantemente importancia en beneficio del con- a su capacidad para influir sobre decisiones que les
cepto de relaciones de clases, considerado como un atañen particularmente, incluso —y tal vez sobre to-
elemento central de la dinámica económica. Pero en do— si estas decisiones no afectan al sistema «polí-
el curso de la industrialización liberal de Occidente, tico» de la organización. Los sindicatos o los órga-
la descomposición de las comunidades tradiciona- nos de participación de los asalariados en la gestión
les no ha dado nacimiento directamente a grupos de de su expresa tratan con un número creciente de
intereses. Ha conducido primero a la formación de problemas relativos a la definición de las cualifica-
una masa falta de todo particularismo, pero privada ciones, a los sistemas de remuneración, a la organi-
también casi totalmente de medios institucionales de zación de las carreras, a la distribución de las facili-
intervención en el proceso de desarrollo, y definida, dades sociales, a la mejora de las condiciones de
consiguientemente, por sus privaciones, por la ex- trabajo, a la reglamentación del empleo, etc.
plotación de que era víctima, y no por sus orienta-
ciones de acción, elaboradas para ella o fuera de Cada uno de estos problemas puede dar nacimiento
ella por dirigentes políticos, los cuales no siempre a conflictos industriales y exige, por tanto, procedi-
han sido- revolucionarios. Si, en un primer momento, mientos de reivindicación, de negociación y de me-
lo que llama la atención es la disolución de las anti- diación, los cuales han creído algunos que condu-
guas comunidades, hoy la evolución más visible es
la superación de esta condición proletaria. 7
En Francia sólo ha pasado a ser legal tras la huelga de
mayo-junio de 1968.

5
cían a la creación de una democracia industrial, no social del mundo, que procede por parejas de
aunque la práctica histórica indica claramente que oposición en cualquier orden-—, tampoco hay que
se desarrollan sin volver a poner en cuestión los ver en el reconocimiento de las jerarquías de autori-
fundamentos del poder económico y político en la dad el signo de una percepción de las oposiciones
empresa y en la sociedad. La autonomía de los pro- de clases. Oponer a jefes y subordinados es reco-
blemas internos de las organizaciones conduce a nocer la propia condición de miembro de una orga-
separar en gran medida los conflictos del trabajo de nización, de una agrupación particular; no es nece-
los movimientos sociales con finalidades políticas. El sariamente presentar un análisis de la sociedad. O.
sindicalismo es, en su propia práctica, cada vez Benoit y M. Maurice11 han mostrado que los técni-
más autónomo por relación al movimiento obrero. cos, en una gran empresa moderna, eran más sen-
Sería equivocado pensar que esta autonomía de los sibles que los obreros a los problemas relacionados
problemas sociales de las organizaciones significa con la jerarquía y con la carrera, pero recurrían más
que en éstas se instaura la «paz industrial», fruto de infrecuentemente que ellos a un análisis en términos
la mejora de las relaciones humanas y de los proce- de clases de la empresa y de su dirección.
dimientos de consulta y negociación. Por el contra-
rio, estas grandes organizaciones están necesaria- Por ello no podemos aceptar la proposición central
mente muy jerarquizadas, y, al mismo tiempo, según del importante libro de R. Dahrendorf. Su análisis si-
la penetrante observación de M. Crozier, 8 los miem- gue primero un camino paralelo al nuestro. Describe
bros de conjuntos tan amplios se definen en ellos con mucha limpieza la desagregación de la imagen
cada vez menos por una situación simple y por unos compuesta de las clases sociales heredadas del si-
intereses coherentes. La no concordancia de los es- glo XIX, y, en particular, de la concepción marxista,
tatutos particulares es una característica constante pero piensa que puede, al término de su análisis,
de las grandes organizaciones, al igual que la multi- definir las clases como grupos antagonistas que
plicación de los canales de influencia. No hay que in- ocupan posiciones opuestas en la escala de autori-
fravalorar la importancia de ninguna de estas dos dad en organizaciones jerarquizadas (Herrschafts-
características principales de las grandes organiza- verbande). En todas partes donde hay dirigentes y
ciones: su jerarquización y su complejidad; lo que la dirigidos, hay conflicto de clases. Esto es olvidar la
literatura clásica sobre la organización del trabajo distinción, que parece esencial, entre los problemas
denomina, con una expresión muy clara, el sistema de la administración y los problemas del poder, y,
line and staff, jerárquico y funcional a la vez. por consiguiente, mezclar situaciones diversas que
son profundamente diferentes.
De aquí que los asalariados de una empresa pue-
dan tener a la vez una consciencia muy clara del sis- Por una parte, existen organizaciones sometidas a
tema de autoridad en que se encuentran y presen- centros de decisión claramente exteriores, como
ten una versión muy diversificada —por funciones— ocurre en el caso de las administraciones públicas,
de su empresa. Algunos autores, como A. Willener, 9 sometidas al poder político. En este caso, el conflicto
han pretendido ver en ello la yuxtaposición de una entre jefes y subordinados, por violento que sea,
visión «funcional» y de una visión «de clase» de la permanece en el interior de una organización parti-
sociedad. Esta conclusión parece excesiva. El reco- cular, y corresponde a un estudio del funcionamiento
nocimiento de la distancia jerárquica e incluso de la de esta organización o de un modelo de autoridad, y
oposición entre «los de arriba» y «los de abajo» no no a un estudio del sistema de poder. Por otra parte,
implica realmente la idea de conflicto de clases. El existen organizaciones voluntarias donde sin duda
excelente estudio de Popitz y sus colaboradores, 10 hay un sistema de autoridad, en las que pueden
en Alemania, ha mostrado que, pese a ser muy ge- desarrollarse, entre la base de los miembros y la oli-
neral la consciencia de los conflictos de autoridad garquía de los dirigentes, conflictos; pero éstos no
entre los obreros siderúrgicos estudiados, eran muy pueden ser confundidos con conflictos de clase; la
pocos los que concebían la sociedad como domina- base puede hablar de traición, pero no de explota-
da por el conflicto de clases. De la misma manera ción o de alienación.
que es posible oponer los ricos a los pobres o los
poderosos a los miserables sin indicar con ello una Sólo existe un caso en que todas estas situaciones
representación de la sociedad en términos de clases pueden confundirse y en el que todo conflicto en una
—pues estas oposiciones pueden ser una conscien- organización es la manifestación de un conflicto so-
cia de nivel, o la presentación social de una imagen cial global: el de las sociedades totalitarias. Pero, en
este caso, es muy probable que el análisis no se lle-
8
M. CROZIER , Le phénoméne bureaucratique, París, Éd. du ve en términos de clases, sino más bien en términos
Seuil, 1964. de élite dirigente y de poder propiamente político.
9
A. W ILLENER, «L'ouvrier et l'organisation», Sociologie du Tra-
vail, 1962, n.° 4, pp. 332-348.
10 11
H. P OPITZ , H. P. B AHRDT , E. A. J URES , A. K ESTING , Das O. B ENOIT y M. M AURICE , Les relations entre direction et
Gesettschaftsbild des Arbeiters, Tübingen, Mohr, 1957. salaries, 2 vols., cicl., París, I.S.S.T., 1960.

6
una sociedad no es más que el entrecruzamiento de
No se puede hablar de conflicto de clases por el solo los intereses de las organizaciones particulares,
hecho de reconocer la desigualdad de la participa- afirmar que el mundo del poder ya no existe y que
ción social. Sin embargo, la autoridad es, en una or- solamente existe la autoridad, doblada de la influen-
ganización, al igual que la cualificación o que los in- cia que da sobre los demás portadores de autoridad.
gresos, un nivel de participación. Es evidente que Que el acceso al poder social está cada vez más
los jefes, como los ricos o los cualificados, pueden abierto, que el Estado no es un dios civil que planea
tratar de apropiarse del trabajo colectivo, o, más en por encima de un mundo de súbditos o de criaturas,
general, de dirigir la colectividad según los valores y es tan cierto hoy como, con mucha verosimilitud,
los intereses de su categoría. Pero no hay en ello vi- ayer. No es tampoco menos cierto que existe una
sión de clase más que cuando se lanza esta acusa- organización del poder, de la que puede decirse que
ción, cuando no solamente existe la consciencia de es más poderosa y más coherente que antes, que
una distancia, sino también de una contradicción so- dirige directamente el empleo de una parte creciente
cial. Dahrendorf afirma, con razón, que el problema del producto nacional a medida que aumenta la im-
de las clases es el problema del poder, pero confun- portancia de los programas a largo plazo, sean eco-
de poder y autoridad y llega así a una definición de nómicos, científicos o militares.
las clases tan general que engloba situaciones muy
diferentes, corriendo el riesgo de volver a caer en Pero ¿no es preciso renunciar entonces al concepto
una concepción muy superficial: la oposición entre de clase social y sustituirlo por el de clase política o,
quienes dan las órdenes y los que las reciben. Las más simplemente, por la oposición renovada de los
relaciones entre el maestro y el alumno, entre el intereses del Estado y los intereses de los ciudada-
cuadro y el obrero, entre el soldado y el oficial, entre nos? Desgraciadamente, estas expresiones aportan
el empleado y el jefe de la oficina, entre el enfermero más confusión que claridad. El Estado no es una
y el director del hospital, ¿son de la misma naturale- unidad social autónoma; ya no se confunde con el
za? Responderíamos gustosamente que a veces lo sistema de decisión político-económica. Al igual que
son, efectivamente, pero solamente en la medida en la empresa, puede ser considerado como una orga-
que existen problemas comunes a todas las organi- nización. Pero, inversamente, el sistema político no
zaciones jerárquicas, y que no lo son si se conside- se confunde, salvo en las sociedades totalitarias,
ran los problemas del poder y de las clases sociales. con el aparato del Estado. Por consiguiente resulta
preferible considerar aquí el poder político-
En una empresa privada, industrial o comercial, el económico más que el Estado como institución.
poder económico y la autoridad interna a menudo
están confundidos en manos del jefe de empresa. ¿Puede decirse que este poder, en una sociedad in-
Pero ¿acaso el mérito de la sociología de las organi- dustrial avanzada, es un poder de clase? Cierto que,
zaciones no está en haberse esforzado constante- en las sociedades modernas, los más ricos o los
mente por separar los dos tipos de problemas, a más poderosos consiguen obtener importantes ven-
medida que la propia práctica sosal los diferenciaba tajas, fácilmente denunciadas como escandalosas;
cada vez más? Y, en particular, los denominados pero esto no puede ser respuesta suficiente para la
cuadros, ¿no son acaso los que ejercen la autoridad cuestión planteada. Mucho más importante es sub-
sin participar del poder? rayar que las sociedades industriales avanzadas ya
no son sociedades de acumulación, sino sociedades
3. Aquí es preciso volver al tema, evocado ya, de la de programación.
concentración del poder, contrapartida de la auto-
nomía de los problemas internos de las organizacio- El futuro ya no lo garantizan principalmente las in-
nes. versiones privadas, y ello porque el Estado asegura
y orienta una parte creciente de las inversiones eco-
Y ello no para aceptar la imagen propuesta por C. nómicas, y también porque las inversiones sociales,
W. Mills12 de una élite de poder, que actúa como un particularmente en el campo de la educación, han
grupo constituido, defendiendo de manera coherente aumentado considerablemente. Hoy las mayores
los supuestos intereses unificados de todos sus empresas no son los grupos siderúrgicos o quími-
miembros, ya sean políticos, dirigentes económicos cos, sino la investigación espacial a nuclear, el Mi-
o jefes militares. Todas las observaciones desmien- nisterio de Educación o entidades análogas. El siglo
ten la existencia de semejante élite unificada, tanto XIX ha tenido una viva consciencia de la aposición
en los regímenes liberales como en los regímenes entre el valor de cambio y el valor de uso. Hoy, el
totalitarios. Pero tampoco sería aceptable decir que problema principal es el planteado por el desarrollo y
el consumo.
12
C. W. M ILLS , The Power Elite, New York, Oxford Universi-
ty Press, 1959 (hay trad. cast, México, Fondo de C ultura En el mismo momento en que se reconoce, con ma-
Económica, 1963). yor claridad que nunca, que la elevación del nivel de

7
vida en el futuro es función de las inversiones pre- acusada en los países en que, como en Suecia, co-
sentes, la distancia entre las condiciones y los resul- existen unos acuerdos nacionales aprobados por la
tados del progreso económico aumenta considera- confederación patronal y la confederación obrera y
blemente. La eficacia de las inversiones depende un deslizamiento de salarios (wage-drift) en las em-
cada vez más de una compleja estrategia política y presas-— es la contrapartida, por una parte, del tra-
de los métodos de organización administrativa. En tamiento de los problemas internos de las organiza-
resumen: la inversión ya no es función de un sector ciones según diversos esquemas constitucionales, y,
de la sociedad o, más precisamente, de una clase, por otra, de la formación de una política económica
sino de la sociedad entera. La política ya no va de la nacional ampliada, que controla o se esfuerza por
mano con la organización económica, sino que la modificar el movimiento de los salarios y el de los
precede y la dirige. El progreso de la economía apa- precios. Las luchas salariales parecen tanto más vi-
rece como el resultado, como el signo más visible vas cuanto integradas están en una política de con-
del funcionamiento de la sociedad, es decir, como el junto; la reivindicación se hace más práctica y más
resultado de su aptitud para regir las tensiones que hábil a medida ye se separa más de un proyecto de
nacen necesariamente de la oposición entre las in- transformación de la sociedad.
versiones y el consumo individual.
Así, la separación entre los conflictos de las organi-
4. La separación que acaba de establecerse entre zaciones y los conflictos de clases va acompañada
los problemas internos de las organizaciones y los de una distinción entre la defensa pragmática de los
situados al nivel del poder de decisión económica salarios y la acción de transformación de la socie-
debe ser entendida como una separación entre di- dad. Se trata, naturalmente, de una distinción analí-
versos tipos de problemas sociales. Resultaría ex- tica; la estrategia sindical vincula constantemente
cesivo concluir de ello que los primeros son los pro- estos diversos tipos de problemas, aunque no por
blemas de la empresa y los segundos los del Esta- ello dejan de tener una creciente autonomía, mani-
do. Se está cerca de una división tan simple en las festada por la existencia de canales de tratamiento
sociedades en las cuales las actividades de las em- distintos para cada uno de ellos: sindicatos de em-
presas, al igual que las condiciones del empleo y la presa, organismos mixtos o paritarios de consulta, y
remuneración, están estrechamente dirigidas por el órganos de acción política y económica general.
aparato estatal. Pero esto no es más que un límite,
no alcanzado jamás prácticamente. Más importante
es recurrir a la distinción entre la organización, o sis- III. Nuevas clases, nuevos conflictos
tema administrado, y la empresa, unidad de decisión
económica. Los conflictos propios de las organiza- La nueva clase dominante ya no puede ser la agru-
ciones son los que se refieren a las relaciones de pación de quienes poseen la responsabilidad y los
sus elementos, sean individuales o colectivos, entre beneficios de la inversión privada. Solamente puede
sí. Por el contrario, si un sindicato lucha para conse- ser el conjunto de quienes se identifican con la in-
guir un aumento de salario, se trata de una acción versión colectiva y entran en conflicto con quienes
sobre la empresa. Cuanto más liberal es una socie- reclaman un aumento de su consumo o cuya vida
dad industrial, más importantes son las reivindica- privada se resiste al cambio.
ciones y las negociaciones en la empresa; mientras
que, por regla general, en las sociedades dirigistas Pero esta fórmula es insuficiente, pues no introduce
estos problemas se plantean en un plano más am- la idea fundamental de una «perversión» de la inver-
plio. sión. Los inversores, efectivamente, pueden identifi-
carse con el interés general y mostrar, con mucha
Sin embargo, en todos los casos, a medida que el lógica, que su éxito es la condición misma del acre-
conflicto económico en la empresa deja de ser una centamiento del nivel de vida general, el cual se vol-
manifestación de la lucha de clases, puede ser in- vería imposible con una política de «mantequilla».
terpretado cada vez más en términos propiamente Hoy, pues, no se puede hablar de clase dominante,
económicos, esto es, de poder de negociación de como en otro tiempo, más que si quienes poseen el
los grupos que se encuentran frente a frente en el poder económico lo emplean, al menos en parte, pa-
mercado de trabajo. Lo que limita las posibilidades ra objetivos que no favorecen la satisfacción de las
de acción de los adversarios les obliga también a te- exigencias sociales: en otras palabras, si los siste-
ner más «realismo», y, sobre todo, a circunscribir su mas de inversión y de producción adquieren una re-
negociación dentro de acuerdos contractuales gene- lativa opacidad, absorbiendo para sus propios in-
rales o de reglas fijadas por el Estado. tereses una parte importante de los recursos crea-
dos o utilizándolos para fines no económicos. Esta
Esta creciente autonomía de las reivindicaciones y opacidad puede aparecer en todos los niveles del
de las luchas salariales respecto de la política gene- sistema económico, en el de la decisión política, y
ral del movimiento obrero —autonomía claramente

8
también en el de la organización administrativa o de menudo a las vedettes que a los dirigentes. Incluso
la ejecución técnica. cuando participan del beneficio capitalista, como los
directores de grandes empresas, cuyas primas y
1. Al nivel de la decisión política, la no-racionalidad ventajas diversas aumentan considerablemente el
económica, la ruptura del par inversión-consumo, salario, les repugna el consumo de ostentación. Su
adopta muy frecuentemente la forma de la política ideología es la de estar al servicio del Estado, del
de poder, es decir, en el caso más simple, de la su- partido que se halla en el poder, de la economía; y
misión de la política social a los «imperativos» de la su acción es de manipulación mucho más que de
defensa, de la ciencia o de la concentración econó- mando.
mica.
Los tecnócratas no son técnicos, sino dirigentes,
Pero no hay que localizar estos problemas solamen- pertenezcan a la administración del Estado o a
te en el plano nacional. El levantamiento estudiantil grandes empresas estrechamente vinculadas, si-
de Berkeley ha tenido entre las causas por él mismo quiera por su importancia, a los ambientes de deci-
proclamadas el descontento de los estudiantes por sión política. Solamente en este sentido puede ha-
una Universidad cada vez más comprometida en la blarse de una «élite del poder», incluso reconocien-
investigación pura y aplicada, y poco preocupada do los conflictos que pueden aparecer entre los tec-
por servir a los estudiantes, considerados como tra- nócratas, de la misma manera que aparecieron, en
bajadores de la ciencia y no ya como hombres en las sociedades de acumulación capitalista, entre di-
período de formación. versos grupos de la burguesía.

De la misma manera, se ha insistido a menudo en No es en absoluto necesario añadir que los tecnó-
los problemas del enfermo que se convierte necesa- cratas dominan por completo el sistema político;
riamente en un elemento de un sistema orientado semejante afirmación sería tan excesiva como la
hacia el mejoramiento del conocimiento y el trata- que presentan el Estado del siglo XIX como un puro
miento de la enfermedad, más que como quien reci- instrumento del capitalismo, afirmación cuya enorme
be un «servicio» personal. insuficiencia han mostrado los estudios históricos de
Marx, particularmente en Francia y Alemania.
Esto no significa en modo alguno que una preocu-
pación creciente por la inversión científica sea a su La denominación de «tecnócrata» es tan ambivalen-
vez creadora de contradicciones sociales, y menos te como la de «capitalista», que designa a la vez al
todavía que sea; socialmente irracional, sino sola- empresario y al especulador. En Francia, por ejem-
mente que implica un riesgo de ruptura entre el plo, existe una tecnocracia liberal, que ha represen-
equipo y el servicio. tado un papel esencial en la reorganización y el
desarrollo de la economía francesa, esforzándose
Se puede llamar tecnócratas a quienes distienden la por inducir a la sociedad francesa a reconocer la im-
relación entre estos dos términos en beneficio del portancia del consumo colectivo, que está compues-
equipo, que se devora a sí mismo y se transforma to a la vez por las inversiones sociales y por elemen-
en acumulación no racional de poder, creando así tos importantes del consumo individual.
conflictos sociales.
Quedaría vedado un análisis serio de nuestro tipo de
El hecho de que deduzcan para sí mismos una parte sociedad si se diera al término «tecnócrata» una
excesiva del producto colectivo es relativamente po- connotación peyorativa en todos los casos. Y esto
co frecuente y de escasa importancia. El capitalista por razones generales y particulares a la vez. Definir
sólo invierte tras haber deducido para su consumo la oposición de clases no significa separar dos con-
privado una determinada parte de sus recursos, y juntos de valores e intereses extraños el uno al otro,
esta deducción puede ser muy importante. Incluso si ni supone tampoco oponer sistemáticamente el inte-
se rechaza la imagen, demasiado ingenua, del capi- rés privado y el interés general, la dominación y la li-
talista preocupado por el disfrute puro —cosa que bertad. Es posible que, en ciertas situaciones extre-
vuelve incomprensible su papel de empresario—, mas, una clase se identifique enteramente con sus
está claro que el sistema capitalista va acompañado intereses particulares o con la lucha contra la otra, y
de la riqueza, a menudo espectacular, de los deten- adquiera así una cierta cohesión, a falta de una ho-
tadores de capitales, y del despliegue de lujo, ya de mogeneidad no conseguida jamás. Pero lo más co-
ellos mismos, ya de su familia. rriente es que cada clase desempeñe varios papeles
históricos a la vez, siendo al mismo tiempo progre-
La tecnocracia, por el contrario, no vive con lujo, in- sista y conservadora, elemento de transformación
cluso aunque sus funciones le reporten ventajas social y fuerza de resistencia al cambio.
considerables. Como ha observado Galbraith, la
imagen de la riqueza se refiere hoy mucho más a

9
Además, puede ocurrir —y éste es el caso de Fran- representado por el prestigio que da el hecho de ha-
cia— que la desorganización del sistema político, al ber pasado por una escuela o una universidad. El
coincidir con el mantenimiento de las libertades pú- concurso sustituye aquí al examen, destacando la
blicas, asigne a los tecnócratas, nueva clase ascen- importancia de la función de reclutamiento por rela-
dente, un papel a la vez de innovadores económicos ción a la función de transmisión del saber.
y de defensores del consumo, sobre todo del con-
sumo colectivo. Adelantados al conjunto de los me- Se crea así una aristocracia nueva, al igual que la
canismos de decisión y de reivindicación, disponen consciencia de una ruptura entre ella y los escalones
sólo de un poder limitado, y, al mismo tiempo, desa- intermedios de la jerarquía. Entre el cuadro y el cua-
rrollan una ideología —bien expresada por los auto- dro dirigente, entre el administrador civil y el director,
res del IV Plan de desarrollo francés— que patrocina a veces igualmente entre el investigador, incluso de
la unión del progreso económico y del progreso so- elevado nivel, y el jefe de equipo, la distancia se ha-
cial, corriendo el riesgo de chocar con una oposición ce más amplia; lo revelan numerosos signos, y a ve-
doble y de no disponer de los medios para realizar ces incluso importantes diferencias de ingresos.
tan utópico programa, es decir, subestimando el
conflicto de los intereses sociales existentes. Entre burócratas y tecnócratas existe, aparentemen-
te, una continuidad jerárquica, pero raros son los ca-
Rechazar la imagen simple de un grupo unificado, sos en que los miembros de una organización no
autoritario, preocupado solamente por su poder, en pueden reconocer la línea roja que separa a unos de
beneficio de una descripción más diversificada, con otros.
todo, no debe inducir a reducir la importancia de la
noción de clase dominante no solamente como ins- La tecnocracia es también una «meritocracia» que
trumento de análisis, sino también como formación controla el acceso a sus filas controlando los títulos
social concreta. de determinados grados. Este fenómeno acaso sea
más acentuado en Francia que en los demás países,
Si el principio revelador de la pertenencia a las anti- pues la tecnocracia puede apoyarse en las tradicio-
guas clases dominantes era la propiedad, la nueva nes del antiguo aparato estatal, en la importancia
clase dominante se define ante todo por los conoci- que han sabido conservar las grandes écoles e in-
mientos, es decir, por un nivel de educación. Es pre- cluso los principales cuerpos de funcionarios. Pero
ciso, por tanto, plantear la cuestión siguiente: ¿exis- la misma tendencia se manifiesta en todos los gran-
te un nivel superior de educación que posea carac- des países industriales, incluidos los Estados Uni-
terísticas distintas de las que poseen los niveles dos, donde muchas grandes universidades se trans-
subalternos, y cuya consecución, por tanto, constitu- forman casi en grandes écoles, reclutando a sus
ya un sistema de selección social, cuyo poder es un alumnos por concurso.
símbolo de pertenencia a la clase superior?
Cuando se ha entrado en la categoría de los dirigen-
Cuanto más nos elevamos en la escala de los sis- tes ya no se sale de ella. Puesto que los tecnócratas
temas de formación, más técnica y especializada se sólo son un elemento del sistema de poder, muchos
vuelve ésta, aunque solamente hasta un determina- de ellos, a buen seguro, ven que su posición se
do nivel. Por encima de él, la tendencia se invierte y eleva o desciende según que el equipo guberna-
la formación consiste, sobre todo, en el conocimien- mental les sea o no favorable. Pero su seguridad de
to de métodos generales de análisis. De la misma empleo es muy grande, y siguen percibiendo su re-
manera, los funcionarios subalternos están poco es- muneración incluso cuando se hallan en situación de
pecializados, los funcionarios medios lo están más a «disponibles». Se forma así un medio que cierta-
medida que se eleva su nivel, mientras que entre los mente no es homogéneo, pero que cobra una cierta
altos funcionarios se vuelve a encontrar una gran consciencia de sí, adopta determinados tipos de
movilidad horizontal. conducta y ejerce un cierto control sobre su recluta-
miento.
Por otra parte, la formación del nivel más elevado
tiende a escapar a un cuerpo de profesores especia- La tecnocracia es un medio porque se define por la
lizado; en gran parte está a cargo de los miembros dirección de los grandes aparatos económicos y po-
de la élite, a la cual asegura el acceso la formación líticos que orientan el crecimiento. Sólo concibe la
considerada: los altos funcionarios desempeñan un sociedad como el conjunto de los medios sociales
papel importante en la enseñanza impartida en la que hay que movilizar para este crecimiento. Es una
École Nationale d'Administration. clase dominante porque al proclamar la identidad de
crecimiento y progreso social identifica el interés so-
La formación tiende también a transformarse en un cial con el de las grandes organizaciones, que, por
mecanismo de socialización de un ambiente particu- vastas e impersonales que sean, no por ello dejan
lar, a asumir un carácter simbólico, generalmente de ser centros de intereses particulares.

10
de cambio. Hoy, la clase dominante se apoya en la
La ideología tecnocrática puede ser liberal o autori- economía y, a veces, en las ciencias, que le ofrecen
taria, y estas variaciones tienen la mayor importan- las categorías que mejor definen su acción de desa-
cia; pero siempre niega el conflicto social, incluso rrollo y de programación.
aunque reconozca fácilmente la existencia de ten-
siones y de estrategias competitivas. La historia y la geografía, la vinculación a la tradición
y al terruño, se han convertido en el modo de pensar
Sin embargo, estos conflictos existen, y su raíz está y de sentir de quienes se resisten al trasplante, cie-
en la acumulación y la concentración del poder de gamente a veces, y a veces, por el contrario, exi-
decisión y del conocimiento. Las organizaciones tec- giendo que la industria vaya a los hombres y no so-
nocráticas se rodean de secretos y desconfían de la lamente los hombres a la industria; que se ordene el
información y del debate público. Tratan de desarro- territorio en vez de favorecer únicamente a las gran-
llar su propio poder, imponen a sus miembros una des concentraciones industriales. La consciencia re-
integración social cada vez más fuerte, manipulan gional y la defensa de las libertades locales son el
las conductas de producción y de consumo, y son fundamento principal de la resistencia a la tecnocra-
agresivas. Son unos centros de poder que crean cia.
nuevas formas de desigualdad y de privilegios. A
escala mundial, suele hablarse de naciones centra- La defensa de la ciudad, ilustrada por H. Lefebvre,
les y naciones periféricas, lo cual opone, en realidad, desempeña un papel análogo, cada vez más impor-
a las dominantes y las dominadas. De la misma ma- tante. El medio urbano, centro diversificado de cam-
nera, en el interior de una nación, aumenta la dis- bios, tiende estallar. Los barrios de viviendas se di-
tancia entre los elementos centrales y dominantes, versifican y se estratifican cada vez más claramente.
instalados en las grandes organizaciones, y una El rápido crecimiento de las ciudades conduce a
nueva plebe, sometida a cambios experimentados, a construir conjuntos de viviendas que responden a
las publicidades y a las propagandas, a la desorga- las necesidades elementales de alojamiento de la
nización de los marcos sociales anteriores. mano de obra, pero que están faltas de vida autó-
noma. A medida que la sociedad modifica más rápi-
Definir a aquellos cuyos intereses se oponen a los damente su entorno y sus condiciones materiales de
intereses de los tecnócratas resulta más difícil. En instalación, se deja sentir cada vez con mayor fuerza
un capitalismo de mercado, quienes constituyen la la importancia de la destrucción de los equilibrios
clase dominada son los asalariados, sometidos en el ecológicos y de las condiciones de habitabilidad.
mercado de trabajo al poder de los detentadores del Mientras las formas más patológicas del capitalismo
capital. En la sociedad programada, dirigida por los desorganizan el espacio social, entregándose a los
aparatos de crecimiento, la clase dominada no se juegos de la especulación, el poder tecnocrático,
define ya por la relación con la propiedad, sino por la encerrado en su plan de crecimiento y resistiéndose
dependencia de mecanismos de cambio dirigido y, a la negociación y a la información, destruye la ca-
por tanto, de los instrumentos de integración social y pacidad de la sociedad para transformar sus formas
cultural. No es el trabajo directamente productivo, la de vida, para imaginar un espacio nuevo, para susci-
profesión, lo que se opone al capital: es la identidad tar formas nuevas de relaciones sociales y de activi-
personal y colectiva que se opone a la manipulación. dades culturales.
La expresión puede parecer abstracta. Y, en efecto,
lo es, en el sentido de que el hombre ya no está im- Las luchas sociales ya no pueden limitarse al ámbito
plicado en su papel profesional concreto solamente. del trabajo y de la empresa por el mero hecho de
Lo está como trabajador, pero también como con- que la acción del poder económico sobre la vida so-
sumidor o como habitante; en una palabra: como ex- cial es más general y llega a todos los aspectos de
tranjero sometido a un sistema de decisión utilizado la vida personal y de las actividades colectivas.
en nombre de la colectividad.
2. Al nivel de la organización económica, la opacidad
Por ello, el papel que desempeñaba en otro tiempo se llama burocracia. Unos complejos sistemas de
la vinculación al oficio lo desempeña hoy la vincula- medios técnicos y humanos permiten el progreso de
ción al espacio. Quien se defiende ya no es el traba- la producción y de la productividad. Pero cada uno
jador, sino, más ampliamente, el miembro de una de estos sistemas de medios posee una cierta iner-
comunidad, ligado a un género de vida, a unas rela- cia, que no solamente es rutina, sino también nece-
ciones familiares y de amistad, a una cultura. Hubo sidad de garantizar las relaciones entre las partes
una época en la que el llamamiento a la historia y a del conjunto. Todo el mundo sabe que cuanto más
la geografía lo lanzaban las nuevas clases dominan- compleja es una organización, más debe dedicar
tes, la bourgeoisie conquérante, que creía en la evo- una parte importante de sus recursos al tratamiento
lución y en el progreso, vinculada a la formación de de sus problemas internos, de la misma manera que
las unidades nacionales y de las grandes corrientes una máquina compleja solamente puede funcionar

11
parte del tiempo, pues los ajustes, las reparaciones! de la formación de clases; de ligas, de escuelas, de
y el mantenimiento crean una gran distancia entre la coaliciones que desorganizan el sistema, convertido
producción teórica y la producción real, lo cual, sin en un agregado inerte de cotos y baronías. Tales
embargo, no impide que una máquina moderna ten- son los burócratas, adeptos del cambio y de la ra-
ga un rendimiento más elevado que otra más anti- cionalización, factores de progreso sin duda, pero
gua. también —y muy frecuentemente— arribistas, vani-
dosos, desconfiados; absorbidos en sus sutiles es-
Pero las exigencias internas de funcionamiento pue- trategias y en su deseo de reforzar su importancia;
den transformarse en un sistema autónomo de re- que retienen la información; que tratan de aumentar
glas y de relaciones. Por ejemplo, aunque es nece- su prestigio de todas las maneras posibles; que de-
saria la existencia de una jerarquía de funciones, la fienden las exigencias internas de una organización
actividad profesional puede resultar perturbada por contra su finalidad externa.
la preocupación predominante por la carrera, por
una multiplicación inútil de loa signos de la posición Del análisis de Dahrendorf hay que retener una idea
social o por un alargamiento, técnicamente no justifi- importante. Los burócratas no constituyen toda la
cado, de la escala jerárquica. «nueva clase media», ni siquiera el conjunto de los
niveles intermedios en una gran organización. A su
El mundo industrial, como el mundo administrativo, lado existen masas cada vez más importantes de
universitario o el de los hospitales, conoce los pro- empleados y de técnicos, cuyo poder de negocia-
blemas que W. H. Whyte Jr. ha llamado problemas ción, autoridad e influencia son escasos o nulos. No
del «hombre de la organización»:13 la mezcla de se piensa aquí en absoluto en los nuevos «proleta-
conformismo y arribismo, y a veces también la preo- rios», en los empleados sometidos a tareas tan re-
cupación por tener buenas «relaciones humanas», petidas, monótonas y apremiantes como las de los
que dificulta tomar decisiones difíciles. obreros en la cadena, sino más bien en ciertas cate-
gorías relativamente elevadas —agentes técnicos,
Dahrendorf, después de Renner, ha definido a los diseñadores empleados superiores, colaboradores
burocracia como «una clase de servicio» (Dien- técnicos— que no participan en el juego de los bu-
stklasse). Pero esta definición parece encajar mal rócratas y que se hallan expuestos más directamen-
con la nueva situación que hay que describir. Se te .a sus consecuencias que los obreros del tipo tra-
acomoda mejor a un sistema de organización anti- dicional, relativamente protegidos por la debilidad re-
guo, al aparato estatal (Beamtentum prusiano), a los lativa de su encuadramiento y por su presencia for-
funcionarios con autoridad a los que temen y se bur- mando grandes masas en la parte inferior de los or-
lan los franceses. ganigramas.

Esta burocracia de tipo militar, fuertemente jerarqui- Estos empleados-técnicos son los que representan
zada, en la que cada uno se define por la delegación principal foco de resistencia a la burocracia, mien-
de poder que ha recibido, pertenece esencialmente tras que la inmensa masa formada por los llamados
al pasado incluso cuando consigue mantenerse. «clientes» de las administraciones casi no represen-
Cada reforma administrativa le asesta un nuevo gol- ta más que un cuasigrupo, cuyas protestas difícil-
pe, y muestra ser particularmente ineficaz cuando se mente cobran forma.
le encargan tareas de producción, como ocurre con
muchos servicios públicos. La inercia de una buro- Me parece que este análisis explica mejor la exten-
cracia moderna no se debe a su rigidez sino a su sión observable en Francia de las reivindicaciones
complejidad y a determinadas interrelaciones que se colectivas de estas categorías profesionales de nivel
crean entre servicios, negociados y funciones. Mien- medio que ideas excesivamente generales sobre su
tras que unas órdenes vigorosas se deforman hasta capacidad revolucionaria. Los técnicos jamás toman
el absurdo a medida que descienden por la escala el relevo de los obreros profesionales a la cabeza de
jerárquica, palabras y palabras interminables asegu- la lucha de clases. Ciertamente, la toma de cons-
ran, al mismo tiempo, el respeto de los intereses de ciencia de una categoría nueva favorece, al princi-
los interesados el funcionamiento a ritmo decrecien- pio, que se recurra a doctrinas o a un vocabulario
te del conjunto extremistas, que ponen directamente en cuestión los
principios generales de la organización social. Pero
Las resistencias no proceden ya tanto de la inercia la acción colectiva de los técnicos es, muy princi-
de una base carente de iniciativa como de la capa- palmente, de reivindicación en el interior de las or-
cidad de defensa de múltiples personas quisquillo- ganizaciones, de protesta contra la burocracia, y
sas dispuestas en todas las partes del organigrama también de defensa de un determinado nivel y de
una determinada carrera.
13
W. H. W HITE Jr., The Organization Man, New York. Simón &
Schuster, 1956.

12
Las formas de estas reivindicaciones frecuentemen- menudo con paros bruscos o repentinos hundimien-
te son nuevas, y su fuerza es tanto mayor cuanto tos. Los «viejos» —tanto estos trabajadores enveje-
que las circunstancias económicas y la escasez de cidos como los retirados— forman cada vez más cla-
técnicos en el mercado confieren a esta categoría un ramente un proletariado nuevo, rechazado por el
considerable poder de negociación; su inspiración, progreso y explotado por él de la misma manera que
con todo, no es revolucionaria. otros lo fueron por la propiedad.

3. Por último, a nivel de la ejecución técnica, lo más Los jóvenes, por su parte, pueden encontrarse en
sorprendente es la rapidez del cambio. Los ingenie- una situación análoga en la medida en que su for-
ros, los gabinetes de estudios y los laboratorios tra- mación no corresponde a las necesidades técnicas
tan por todos los medios de acelerar la «anticua- de la economía, o son objeto de subempleo cuando
ción» de las técnicas en uso. La esperanza de vida el mercado de trabajo les es desfavorable. Lo que
de las máquinas, de los procedimientos técnicos, de con excesiva ligereza se denomina inadaptación de
las formulaciones, no deja de descender. determinadas categorías de trabajadores es más
bien el signo de un sistema social en el cual la for-
Es difícil decir en qué medida puede crearse de este mación y el empleo de los hombres no están organi-
modo un nuevo tipo de despilfarro. Muchos obser- zados de manera que la evolución técnica y econó-
vadores, sin embargo, han quedado sorprendidos mica suponga para todos el máximo de ventajas pro-
por el hecho de los gastos de equipo importantes — fesionales y personales, y en el que los individuos
por ejemplo, en medios de cálculo— se deciden sin no están suficientemente amparados por fuerzas de
un estudio profundo de los costes de la operación, protección social.
solamente porque una máquina nueva es un símbo-
lo de modernidad. El gusto por el gadget no es pro- Todos estos conflictos son de la misma naturaleza.
pio solamente de los individuos: también está exten- Oponen a unos dirigentes llevados por la voluntad
dido entre las empresas y las administraciones. de reforzar la producción, de adaptarse a las exi-
gencias de la eficacia, de responder a los imperati-
Los tecnicistas constituyen una categoría con esca- vos del poder, y a unos individuos que deben consi-
sas posibilidades de convertirse en una clase social, derarse menos como trabajadores que defienden su
pues están diseminados y, sobre todo, porque sola- salario que como personas y grupos que tratan de
mente pueden entregarse con cierto éxito a sus ex- mantener el sentido de su vida personal. Lo que es-
cesos si son al mismo tiempo tecnócratas o burócra- tos asalariados-consumidores buscan es seguridad,
tas. No es posible incluirlos, por tanto, en un nomen- es decir, un futuro previsible, organizable, que per-
clátor de las nuevas clases sociales. mita hacer proyectos, contar con los frutos de unos
esfuerzos consentidos.
El tecnicismo se manifiesta mejor aún por su inca-
pacidad para captar el conjunto de los problemas Entre estas dos grandes clases o grupos de clases,
que plantea una organización. La complejidad de un la oposición principal no se debe a que los unos po-
sistema social se rompe con el recurso a unas re- sean la riqueza o la propiedad y los otros no, sino a
glas que son, frecuentemente, ritos. Desde hace ya que las clases dominantes están integradas por
mucho tiempo, las críticas de la llamada organiza- quienes dirigen el conocimiento, por quienes deten-
ción científica del trabajo han mostrado los errores a tan las informaciones. El trabajo se define cada vez
que conduce la reducción del trabajo humano a un menos como una aportación personal, y cada vez
encadenamiento de movimientos elementales y la más, en cambio, como un papel en un sistema de
de la psicología obrera a una imagen empobrecida comunicaciones, esto es, de relaciones sociales. El
del homo oeconomicus. Fábricas y administraciones dirigente es el que actúa sobre los sistemas de rela-
saben también de la rigidez de este tecnicismo, con- ciones sociales en nombre de sus características y
tra el que se rebelan, sobre todo, los operarios cuali- de sus necesidades; el dirigido afirma constante-
ficados. Hay, sin embargo, una categoría de vícti- mente su existencia no como miembro de una orga-
mas que tienes una importancia particular. nización, como elemento de la producción o como
súbdito de un Estado, sino como una unidad autó-
El envejecimiento de las técnicas va de la mano con noma cuya personalidad no coincide con ninguno de
el envejecimiento de las cualificaciones. Se forma sus papeles. Ésta es la razón de que el tema de la
así una categoría cada vez más numerosa de traba- alienación tenga una aceptación tan grande, que a
jadores envejecidos, de más de cuarenta o cuarenta nuestros ojos está justificada. Salimos de una socie-
y cinco años, y a veces, incluso, en campos en los dad de explotación para entrar en una sociedad de
que las técnicas evolucionan rápidamente, de treinta alienación.
o treinta y cinco años solamente; se trata de nuevos
trabajadores a media paga, la segunda parte de cu- No son las contradicciones internas del sistema
ya vida activa es una larga decadencia alternada a económico las que dominan nuestro tipo de socie-

13
dad, sino las contradicciones generales entre las ne- define la alienación. El individuo o el grupo alienado
cesidades de los sistemas sociales y las necesida- no es solamente el dejado al margen, sometido a
des de las personas. Esto puede ser interpretado en constricciones o privado de influencia sino el que
términos morales, de escaso interés sociológico, pierde su identidad como persona, que ya no se de-
pues nada hay más confuso que la defensa del indi- fine por su papel en un sistema de intercambios y de
viduo contra la maquinaria social. Pero resulta fácil organización: es el consumidor empujado por a pu-
superar esta interpretación. Galbraith14 ha recordado blicidad y el crédito a sacrificar su seguridad econó-
con fuerza que el progreso económico es cada vez mica a la adquisición de bienes cuya difusión se jus-
más directamente tributario no solamente de la can- tifica por el interés de los productores que por la sa-
tidad de trabajo y de capital disponible, sino de la tisfacción de necesidades prioritarias; es el trabaja-
capacidad de innovación, de la capacidad de acep- dor sometido a unos sistemas de organización cuya
tar los cambios y de utilizar todas las capacidades eficacia global no excluye que tengan un coste hu-
de trabajo. mano extremadamente elevado.

Sin embargo, una concepción mecánica de la socie- En la medida en que el conflicto de las clases de
dad tropieza, como tropezó el taylorismo, con la re- propiedad pierde importancia, se localiza y se insti-
sistencia de los individuos y de los grupos, hostiles a tucionaliza perdiendo así su fuerza explosiva, los
la manipulación, que frenan su producción, adap- nuevos conflictos ponen en cuestión la gestión de
tándose pasivamente a una organización y a unas conjunto de la sociedad y movilizan la defensa de la
decisiones en las que no participan. En una socie- autodeterminación.
dad cada vez más terciaria, es decir, en una socie-
dad en la cual el tratamiento de la información 5. Acaban de ser definidos los principales conflictos
desempeña el mismo papel central que desempeñó sociales de las sociedades programadas. Pero la
el tratamiento de los recursos naturales en los co- experiencia de las sociedades de industrialización
mienzos de la industrialización, la forma de despilfa- capitalista ha mostrado abundantemente que las ca-
rro más grave es la falta de participación en la deci- tegorías más sometidas a una dominación social no
sión. Es sintomático que todos los estudios mues- son necesariamente las que desarrollan el combate
tren que la primera condición de ésta es la informa- más activamente. Cuanto más explotadas están de
ción. Pero esta observación tiene consecuencias los centros de poder, más explotadas son y, de la
mucho más profundas de lo que con frecuencia se misma manera, más limitada está su lucha a la de-
quiere ver. Estar informado no es solamente saber lo fensa de las condiciones materiales de existencia,
que ocurre, sino conocer el expediente, las razones elevándose difícilmente a una contestación ofensiva,
y los métodos de la decisión, y no solamente lo he- esta es llevada adelante no solamente por unos
chos aducidos para justificar una decisión. Por ello, grupos cuya capacidad de resistencia es mayor —
los sindicatos o los comités de empresa exigen intelectuales o bajadores cualificados que poseen un
examinar el balance de la misma y conocer la evolu- nivel de vida y de educación más elevado, o una po-
ción de las diversas categorías de ingresos. La in- sición más sólida en el mercado de trabajo—, sino
formación es, en realidad, acceso a la decisión. que también participan más directamente en los me-
canismos centrales del progreso económico.
La importancia capital de este problema queda sub-
rayada por las dificultades con que tropieza su solu- La lucha no la realizan elementos marginales que
ción. No solamente porque quienes detentan la in- solamente pueden levantarse momentáneamente o
formación se resisten a difundirla y prefieren atrin- apoyar con su masa acciones ofensivas, sino más
cherarse tras afirmaciones pseudosociológicas, co- bien elementos centrales que oponen a los detenta-
mo han hecho muchos organizadores del trabajo (el dores del poder los instrumentos de producción que
caso más conocido es el de Bedaux), sino también éstos pretenden dirigir. Éste fue el papel de los obre-
porque el acceso a la información supone ya una ac- ros cualificados, y éste es, el papel de los detentado-
titud reivindicativa nueva: la aceptación de la racio- res de la competencia científica y técnica. Se hallan
nalidad económica y el rechazo de la idea primera estrechamente vinculados a la actividad de las gran-
de que la sociedad se halla enteramente dominada des organizaciones, pero no se definen por la auto-
por el conflicto de los intereses privados; el recurso ridad jerárquica que tienen en ellas. A menudo lle-
a usos expertos cuyas relaciones con los responsa- gan a disponer incluso de una gran autonomía res-
bles de la acción son difíciles, etc. La búsqueda de pecta de las organizaciones que utilizan sus servi-
información expresa una política social activa. La cios. Son agentes del desarrollo, pues su actividad
ausencia de información y, por tanto, de participa- se define por la creación, la difusión o la aplicación
ción en los sistemas de decisión y de organización, del conocimiento racional; pero no son tecnócratas,
pues su función se define como un servicio, y no
14
J. K. GALBRAITH, The affluent society, New York Hanish Hamil- como producción.
ton, 1958 (hay trad. cast. de la 2.a; Barcelona, Ariel, 1969).

14
A nivel superior, en el que se sitúan los tecnócratas, Al nivel de la oposición técnica es más difícil que
están los profesionales, es decir, los miembros de formen núcleos de oposición, élites reivindicativas,
determinadas «profesiones», dos de las cuales tie- aunque, naturalmente, el personal de ejecución es el
nen particular importancia en nuestra sociedad: la que experimenta en todos los aspectos de su vida el
enseñanza y la sanidad pública. Profesores, investi- poder de los aparatos, de sus dirigentes y de sus or-
gadores y médicos, que no son directores asalaria- ganizadores. Sin embargo, ciertos obreros cualifica-
dos ni, en la mayoría de los casos, miembros de las dos, cada vez más sometidos a las coerciones ejer-
profesiones liberales, se encuentran en una situa- cidas por la empresa, y en particular los obreros jó-
ción mixta. Por una parte, su actividad exige la exis- venes, cuya formación es mal utilizada por las em-
tencia de organizaciones racionalizadas: escuelas, presas, siguen desempeñando un papel importante.
universidades, hospitales, laboratorios de investiga- Pero mientras que antes estas categorías se halla-
ción, etc.; por otra, tiene por objeto el mantenimiento ban en el centro de las luchas sociales, ahora son
o el reforzamiento de la capacidad de producción de solamente un elemento de ellas, de la misma mane-
los hombres y no ya de la producción material. ra que un director de fábrica ya no desempeña más
que un papel subordinado en el conjunto de los diri-
Los estudiantes o el enfermo son consumidores di- gentes económicos y políticos.
rectos de la enseñanza o de la medicina. Segura-
mente existen, zonas intermedias en las que se El principio general de nuestro análisis es que la
mezclan profesiones y aparatos de producción, par- formación de clases sociales y de una acción de cla-
ticularmente en las organizaciones de investigación; ses tiene más probabilidades de producirse en los
pero esto no es suficiente para atenuar la diferencia sectores económicos y sociales donde la contradic-
de naturaleza que existe entre los cuadros dirigentes ción del equipo y el consumo, donde la opacidad
y los profesionales, entre los «ingenieros» y los creada por la tecnocracia, se manifiestan más direc-
«doctores». Los profesionales se definen mucho tamente, es decir, en el núcleo de los grandes con-
menos por su autoridad jerárquica que por su com- juntos organizados de producción y de decisión
petencia científica. Aquí no cabe hablar de clase so- económicas.
cial, pues los profesionales no son uno de los ele-
mentos de un conflicto social; componen una cate- Más precisamente, los grupos que manifiestan una
goría que a veces se une a los tecnócratas y a ve- resistencia particularmente acusada a la dominación
ces los combate. Se trata de una situación doble de los tecnócratas, de los burócratas y de los tecni-
que pueda darles un prestigio superior al de cual- cistas son los que, vinculados a la vida de las gran-
quier otra categoría, pero que también puede indu- des organizaciones, son y se sienten responsables
cirlos a replegarse en un corporativismo doblemente de un servicio, y aquellos a quienes su actividad po-
irracional y que irrita tanto a los burócratas como a ne en relación constante con; los consumidores.
los consumidores. Profesores, investigadores, estudiantes y urbanistas,
a determinado nivel; e ingenieros o técnicos de ga-
A un nivel menos elevado —aquel en el que hemos binetes de estudios, a otro, pueden sucumbir a la
situado a los burócratas— se encuentran los exper- contradicción que nace de su doble naturaleza de
tos. Intervienen en el funcionamiento de las organi- profesionales o de expertos y de hombres de la or-
zaciones, pero sin pertenecer enteramente a ellas, ganización o de tecnócratas en potencia; pero a ve-
incluso aunque sean sus asalariados: ingenieros ces la superan mediante una actividad reivindicativa.
consultores, juristas, psicólogos, médicos de empre- Siendo partícipes de los valores de racionalidad y
sa, instructores y monitores, cuyo número aumenta tecnicidad que se imponen a las sociedades indus-
rápidamente y crecerá más rápidamente aún en el triales, defienden al mismo tiempo la autonomía de
curso de los próximos años, llaman constantemente sus condiciones de trabajo y de su carrera oponien-
la atención de las organizaciones en que intervienen do las exigencias internas de su grupo profesional a
sobre sus funciones externas, aunque, al mismo las presiones ejercidas por el sistema de organiza-
tiempo, pueden poner dificultades a su buen funcio- ción y de decisión.
namiento al oponer sus principios generales a la
complejidad empírica de una red de comunicaciones De la misma manera que en el siglo XIX se formaron
técnicas y sociales. Al igual que los profesionales, movimientos masivos de reivindicación social por la
pueden no ser más que agentes exteriores de las conjunción de la resistencia de los obreros cualifica-
empresas y de las organizaciones, pero, con fre- dos y la consciencia de explotación de determinadas
cuencia mucho mayor, obligan a éstas a liberarse de categorías obreros no cualificados, se puede pensar
sus problemas interiores y a mejorar su adaptación que hoy y mañana han de ser estas élites de oposi-
al conjunto de la sociedad, lo cual es un modo de re- ción las que deben formar la vanguardia de nuevos
forzar la vinculación entre la inversión y el consumo. movimientos reivindicativos, movilizando a las co-
munidades en decadencia, a trabajadores de edad
víctimas de los cambios, o a los «usuarios» de los

15
hospitales, de los conjuntos de viviendas y de los ambientes universitarios no desarrollan una acción
transportes colectivos. reveladora de nuevos conflictos sociales más que en
la medida en que van más allá de los problemas na-
Sin embargo, para que se produzca semejante vin- cidos de la crisis y de las transformaciones de la
culación es preciso que existan medios suficientes Universidad. Los estudiantes no son una simple
de movilización de la opinión; medios cuya impor- vanguardia ni el grueso de un nuevo movimiento de
tancia misma se coloca en general bajo el control de clases. Es en la Universidad donde este movimiento
los dirigentes o de los hombres de negocios. No es y los conflictos que se forman se revelan y se expre-
éste el lugar apropiado para describir las etapas de san más fácilmente. Pero la acción de los estudian-
semejante movilización; pero, siquiera para poner un tes —como se verá detalladamente en el próximo
poco de orden en un vocabulario mal establecido, se capítulo— no puede ser analizada enteramente co-
debe distinguir diversos tipos de «fuerzas sociales». mo la expresión de un nuevo movimiento social. En
otras palabras: no se puede delimitar el sentido de la
Las clases sociales se sitúan al nivel del sistema de acción estudiantil más que situándola en el conjunto
poder. Los grupos de intereses se colocan al nivel de los problemas sociales de la sociedad programa-
de las organizaciones o de las colectividades parti- da.
culares. Los grupos de presión, situados al nivel de
la organización técnica de la producción o del con- La situación de los estudiantes debe recordar que
sumo, guardan una relación más indirecta aún con el los movimientos sociales no están animados por las
juego político. élites reivindicativas solamente. El movimiento obre-
ro sólo ha cobrado todo su poder con la unión de las
Si se admite esta distinción, puede decirse que la élites obreras y los obreros sin cualificación estre-
«clase obrera» es sustituida cada vez más por una chamente sometidos a las constricciones del merca-
federación de grupos de intereses; mientras que, tal do de trabajo y de la empresa. En la sociedad pro-
vez, unas agrupaciones de defensa local o regional, gramada, igualmente, sólo pueden formarse nuevos
ejemplos tradicionales de grupos de presión, pueden movimientos sociales mediante la confluencia de las
adquirir una dimensión de clase. élites reivindicativas que acaban de ser citadas y las
categorías que padecen más directamente, y con
Naturalmente, una clase social o un movimiento de menos defensas, los efectos del cambio social diri-
clase se esfuerza siempre por interpretar en sus gido; las que sienten más amenazada su identidad
propios términos o en colocar bajo su influencia a colectiva y que se ha intentado señalar más arriba.
grupos de intereses y grupos de presión emparenta-
dos con él. La política social se vuelve todavía más
complicada por el hecho de que las asociaciones IV. Las nuevas sociedades industriales
que son los instrumentos de una clase, de un grupo
de intereses o de un grupo presión siguen vincula- 1. Resulta cómodo resumir los análisis precedentes
das durante mucho tiempo a una determinada con- forma de un cuadro esquemático:
cepción de su propio papel, incluso cuando desem-
peñan otros; pero, al mismo tiempo, puede por el Casos extre- Núcleos de resis-
Clases domi- Clases domi- Independien-
mos de alie- tencia a las cla-
contrario, convertirse en el órgano de expresión de nantes nadas
nación
tes
ses dominantes
fuerzas sociales nuevas. Miembros de
Profesionales
comunidades
Tecnócratas Dirigidos Profesionales asalariados y es-
en decaden-
Estas distinciones explican el papel particular de los tudiantes
cia
estudiantes en la formación de los nuevos movi- Técnicos de ga-
Técnicos
Burócratas Empleados Expertos binetes de estu-
mientos de clases. Debido a que difícilmente forman "manuales"
dios
un grupo de intereses o un grupo de presión, a que Racionaliza-
Operadores
Trabajadores Artesanos de Obreros de man-
dores de edad servicios tenimiento
no se ven coaccionados por las constricciones de
las grandes organizaciones de producción, se com-
prometen más directamente que otros en una acción Pero si los diversos niveles de dominación y de con-
de clases contra el poder económico y político. flicto social no se superpusieran en amplia medida,
no se concedería tanta importancia a la estructura
La importancia del conocimiento en el proceso de de clases de una sociedad.
desarrollo les da un papel que no es el de vanguar-
dia, ocupado frecuentemente por la intelligentsia. Se Esta observación da toda su importancia al concepto
ven implicados directa y personalmente —al menos de tecno-burocracia propuesto por Gurvitch,15 que
una parte de ellos— en las nuevas relaciones de destaca la vinculación no solamente de la tecnocra-
poderío y dominación. Pero si nuestro análisis ha
considerado sobre todo el conjunto de la vida eco- 15
G. GURVITCH, Industrialisation et technocratie, publicado bajo la
nómica, ello ha sido porque los estudiantes y los dirección del autor, París, 1949, pp. 179-199.

16
cia y la burocracia, sino también del tecnicismo. La tancia innegable, pero limitada. La distancia entre la
existencia de grandes organizaciones de produc- expresión directa de un problema social y su trans-
ción, que pueden hallarse orientadas simultánea- formación en movimiento social no deja de aumen-
mente hacia el poder más que hacia el progreso, bu- tar, lo cual implica a la vez el acrecentamiento del
rocratizadas más que organizadas, y ser tecnicistas papel de la información de masa y la formación de
más que estar racionalizadas, constituye uno de los élites de oposición.
problemas sociales más importantes de las socieda-
des industriales avanzadas. 3. Pero es preciso afirmar claramente lo siguiente: la
condición proletaria, en una sociedad en vías de en-
Este problema es tanto más grave —y las conse- riquecimiento y de institucionalización de los conflic-
cuencias de la tecno-burocracia tanto más gravo- tos del trabajo, ya no puede ser el tema central de
sas— cuanto mayor es la unidad del sistema de de- los debates sociales. El control de la información, la
cisión política, económica y militar. La forma extrema autonomía de las colectividades locales y la «deses-
de esta patología social es el totalitarismo; es decir: tatización» de las instituciones universitarias, la
la sumisión del conjunto de la sociedad a los instru- adaptación del trabajo a la mano de obra, y una au-
mentos del desarrollo económico y del progreso so- téntica política de rentas, en cambio, constituyen los
cial, sacrificando sus fines a su propio poder. El tota- objetivos en torno a los cuales pueden organizarse y
litarismo es diferente del despotismo, que es el po- se organizan los movimientos sociales.
der absoluto del aparato estatal; el despotismo es
generalmente tanto más acentuado cuanto más limi- Incluso cabe plantear la hipótesis de que los pro-
tado es el campo de acción del Estado y cuanto me- blemas sociales más «sensibles» son aquellos en
nos se presenta este último como el instrumento del los cuales la tecnocracia, los consumidores y los
desarrollo y del progreso, recurriendo a otros princi- profesionales se hallan más directamente frente a
pios de legitimidad, como la defensa nacional, la frente, es decir, los planteados por la educación, la
salvaguarda de los intereses de un grupo supues- sanidad pública y la organización del espacio social.
tamente superior por naturaleza, o la herencia. Un La opinión pública los aprehende menos fácilmente
régimen totalitario se manifiesta menos por el acapa- que los problemas del trabajo, pues éstos son expli-
ramiento de las riquezas que por el control absoluto cados y tratados por las organizaciones sindicales
de la información en todas sus formas, desde el con- desde hace mucho tiempo; pero no parece que sea
tenido de los mass-media hasta los programas esco- menos sensible a ellos, sino lo contrario, pues hoy
lares y la doctrina de los movimientos juveniles. poseen una generalidad de la que carecen los pro-
blemas del trabajo, fragmentados por la diversidad
2. Frente a estas amenazas, que se centran en la de las negociaciones colectivas; los primeros po-
dominación política y no en el beneficio privado, se- seen también una importancia directamente política,
ría ilusorio hacer un llamamiento a la resistencia de pues ponen en cuestión inmediatamente no ya unos
la «clase obrera», salvo que se dé a esta expresión mecanismos económicos, sino los sistemas de deci-
un sentido muy vago, que permita designar así a la sión social. No es posible desarrollar aquí estas pro-
masa de quienes reciben las órdenes, están someti- posiciones, pero era indispensable presentarlas si-
dos a unas reglamentaciones, viven de un salario y quiera brevemente, pues la sociología de las clases
escuchan o contemplan programas retransmitidos sociales no se distingue realmente del estudio de la
para ellos. Pero este empleo nuevo de una noción estratificación social más que en la medida en que
vieja tiene muchos más inconvenientes que venta- es la definición de los terrenos, los objetivos y los
jas. En particular, permite creer, erróneamente, que medios del poder de una parte de la sociedad sobre
la oposición a las nuevas formas de dominación de- otras.
be nacer, naturalmente, en las mismas categorías
sociales que en otro tiempo, lo cual parece ser des- El estudio del capitalismo ha sido lo que ha dado su
mentido por los hechos. importancia al análisis de las clases sociales en las
sociedades de acumulación privada; y es ahí donde
También es anacrónico tratar de definir ejércitos so- la violencia de los conflictos le ha dado su dramático
ciales enfrentados los unos a los otros. Cuanto más atractivo. Hoy, el estudio del control del equipo eco-
se pasa de las sociedades de acumulación a las so- nómico y social es lo que permite definir las fuerzas
ciedades de programación, más relieve cobra la im- sociales que se hallan frente a frente, y también lo
portancia de las relaciones de poder frente a la opo- que ayuda a prever la formación de nuevos movi-
sición de los agrupamientos sociales. La conse- mientos sociales en las sociedades definidas a la
cuencia de ello es que los movimientos sociales no vez por la programación económica y por las exi-
pueden ser «primarios», basarse esencialmente en gencias crecientes del consumo privado.
el movimiento interno de la reivindicación y en el pa-
pel de «militantes» surgidos de la masa. Este proce- Al situarse en esta perspectiva es posible dar toda
so de formación interna sigue teniendo una impor- su importancia al estudio de los cambios y de las

17
reacciones que suscitan. Hablar de resistencia al defienden menos unos privilegios personales que el
cambio es peligroso: esta expresión invita a aceptar poder del aparato. La acción desarrollada contra
el cambio como un progreso necesario, al que sólo ellos no se centra ya en la defensa de un grupo real:
pueden oponerse la ignorancia, la rutina y el tradi- es a la vez rebelión contra un dominio multiforme y
cionalismo. lucha contra el poder.

Por el contrario, se trata de saber en primer lugar en En la sociedad capitalista, el socialismo ha sido vo-
qué condiciones el cambio se convierte en progreso; luntad de conquistar el Estado para destruir el poder
cómo los trabajadores, o, más en general, los acto- de los capitalistas. Pero la separación entre el Esta-
res sociales pueden participar en las transformacio- do y la sociedad civil pertenece al pasado desde que
nes sociales y controlarlas, defenderse contra la ar- el poder ejecutivo ha sido sustituido por lo que B. de
bitrariedad y sustituir las pretendidas exigencias de Jouvenel llama el poder activo. Los movimientos po-
la racionalización (del tipo de la one best way taylo- pulares, por tanto, se orientan menos hacia una ac-
rista) por un debate abierto sobre los fines y los me- ción propiamente institucional y recurren cada vez
dios del desarrollo. El objetivo principal de los movi- más a la autogestión esto es, a la rebelión contra los
mientos sociales modernos es, mucho más que la poderes. Pero sólo pueden conseguir importancia
lucha contra el beneficio privado, el control del cam- duradera si esta reivindicación libertaria se vincula
bio. estrechamente a un programa de transformación de
la gestión económica. Y establecer esta vinculación
Por tanto hay que evitar dos errores opuestos. El será un proceso largo y difícil.
primero consiste en creer que los conflictos sociales
globales son sustituidos por gran número de tensio- De ahí la dificultad del análisis sociológico: si regis-
nes y de conflictos particulares; el otro consiste en tra las conductas y las opiniones directamente ob-
contentarse con un aggiornamento de los análisis servables, corre el peligro de cegarse para las ten-
que resultaban adecuados para el capitalismo libe- dencias nuevas; solamente un estudio profundo de
ral. los movimientos sociales nacientes, de sus contra-
dicciones internas, de su acción efectiva más que de
No es posible superar estos errores opuestos más sus ideologías, puede aislar la naturaleza nueva de
que subrayando la decadencia de las clases los conflictos y de los movimientos sociales en nues-
«reales», grupos concretos definidos por un tipo de tra sociedad.
relaciones sociales y de cultura y la formación de
clases definidas más directamente por su relación 4 Sería defender muy mal la importancia de los con-
con el cambio y el poder de dirigido. flictos de clases en las sociedades programadas re-
ducir a ellos todos los problemas sociales y todas las
Las clases dominadas no se definen ya por la mise- conductas colectivas. Con demasiada frecuencia se
ria, sino por el consumo y la ejecución, y, por tanto, confunden dos proposiciones que sin embargo son
por la dependencia de formas de organización y de independientes la una de la otra: la primera afirma el
cultura elaboradas por los grupos dirigentes. No son papel central de los conflictos de clases en la diná-
excluidas, sino integradas y utilizadas. mica social y política; la segunda señala que lo fun-
damental de las conductas sociales debe ser anali-
En nuestras sociedades, pues, un movimiento de zado, finalmente, en términos de clases y de conflic-
clases se manifiesta a la vez por una lucha directa- tos de clases. Esta segunda proposición es la que
mente política y por el rechazo de la alienación; por ha dado su importancia política a la noción de cla-
tanto, por la rebelión contra un sistema de integra- ses. Pero empobrece innecesariamente el análisis
ción y de manipulación. Se trata de una acción polí- sociológico e incluso, en las condiciones actuales,
tica y cultural más que económica; he aquí lo esen- cuando forman nuevas clases y nuevos conflictos de
cial, la diferencia con el movimiento obrero formado clases, conduce, paradójicamente, a debilitar el aná-
en oposición al capitalismo liberal. lisis de las relaciones de clases porque las considera
en todas partes en general y en ninguna precisa-
Semejantes movimientos empiezan apenas a for- mente.
marse pero siempre hablan del poder más que del
salario, del empleo o de la propiedad. No es posible mantener la validez de un análisis de
la sociedad como sistema de clases, como preten-
En las sociedades anteriores, los movimientos popu- demos, más que afirmando al mismo tiempo que los
lares hacían siempre un llamamiento a la comunidad problemas de clases sólo constituyen una particular
y al trabajo en contra de unos dirigentes que deten- categoría de hechos sociales; y que hoy son tanto
taban privilegios personales y no eran productores. más importantes para la reflexión cuanto que la opi-
En la sociedad programada, los dirigentes son, por nión tiende a no prestarles la suficiente atención, pe-
el contrario, los organizadores de la producción, y ro cuyas manifestaciones y consecuencias no siem-

18
pre son más espectaculares que las de otros pro- lítica colectiva, que pueden ser analizadas en térmi-
blemas vinculados a la estratificación social o naci- nos de clases.
dos de los peligros de guerra atómica. Al nivel de la
sociedad global, y al de las organizaciones particula- Nuestro análisis equidista, pues, del análisis de Dah-
res, existen problemas que ya no están vinculados al rendorf, para quien las clases son la expresión de la
sistema de las clases sociales. Se trata, por ejemplo, distribución desigual de la autoridad en las organi-
de los problemas de que habla Dahrendorf, y que zaciones, y del análisis que contempla el nacimiento
Parsons, acusado a veces injustamente de atender de un régimen tecno-burocrático, inevitable o ame-
sólo al consenso y el equilibrio social, describe con nazador, sea para aprobarlo o para condenarlo.
mucha nitidez.16 La desigualdad de los niveles de
cualificación, de educación y de autoridad no sola- La estructura de clase se define en términos de po-
mente entraña tensiones y conflictos, sino que tien- der económico y social, no en términos de organiza-
de a constituir ambientes que poseen una cultura ción, y tampoco en términos de régimen político. Ello
particular y que dan a sus hijos diferentes posibilida- permite afirmar que esta estructura puede ser estu-
des iniciales. diada en todos los tipos de sociedades industriales,
pese a oponernos a la idea, que se está formando
La imagen de las grandes organizaciones que ofre- ante nuestros ojos, de un tipo general de sociedad
ce M. Crozier va más lejos, y se extiende acaso al industrial, definido por la dominación del poder
conjunte de la sociedad, coincidiendo con las con- tecno-burocrático.
clusiones de J. Meynaud y de los observadores de
los grupos de presión. Presenciamos, efectivamente, De la misma manera que una sociedad capitalista
una dislocación de las escalan jerárquicas, debido a puede definirse al mismo tiempo por la naturaleza de
la vez a la multiplicación de las categorías de nivel las fuerzas y de los grupos que tienen acceso al po-
intermedio y a la complejidad creciente de los cana- der político —clases dominantes antiguas, masas
les de influencia. Ello implica una mayor inseguridad urbanas, militases, políticos locales, etc.—, tampoco
colectiva; un desarrollo frecuentemente anárquico de hay razón alguna para afirmar que una sociedad en
la competencia y de las negociaciones entre grupos la que existe la amenaza tecno-burocrática puede
sociales, organizaciones y profesiones; dificultades ser analizada enteramente sólo desde este punto de
cada vez mayores para adaptarse a cambios rápi- vista. Por una parte, las condiciones en las que se
dos, y el desarrollo, subrayado por Janowitz,17 a ha producido la acumulación del capital —en nom-
consecuencia de una acentuada movilidad social, de bre de capitalistas nacionales, de una potencia ex-
los prejuicios sociales y étnicos. tranjera, de dirigentes políticos nacionalistas o revo-
lucionarios— continúan caracterizando profunda-
Lo importante es que los problemas nacidos de la di- mente todas las sociedades industriales avanza-
ferenciación, de la movilidad y del cambio social das; por otra, el acceso al poder de las categorías
pueden aparecer cada vez menos como signos de no dirigentes es variable, pero raramente es nulo.
un conflicto de clases más general. Son de otra na-
turaleza. Estratificación y clases sociales no son so- Por otra parte —y esto es más importante aún—, la
lamente dos nociones que el análisis debe distinguir: existencia de un poder tecnocrático no excluye por
son, ante todo, dos conjuntos distintos de realidades sí misma la de un proceso político, y, por tanto, la
y de problemas sociales. Su separación es una de expresión política de exigencias sociales más o me-
las razones fundamentales de la disociación de los nos diversificadas y más o menos elaboradas. Sólo
problemas de clases y los problemas políticos. No ocurre de diferente manera cuando las fuerzas diri-
se trata de que los problemas de clases carezcan de gentes renuncian a su papel de desarrollo para de-
expresión política. Por el contrario, esta expresión fender solamente un aparato institucional. Dejan de
—como se ha dicho ya— es más directa que antes, actuar entonces como una clase social para no ser
por el hecho de que la oposición de las clases se más que un grupo político dirigente. Los tecnócratas
define más directamente en términos de control del no defienden solamente su poder; hay una cierta au-
poder de decisión socioeconómica. Pero el sistema tonomía de los objetivos del desarrollo por relación a
político es a la vez un sistema de influencia y un ins- la gestión social del crecimiento y del cambio. Ello
trumento de toma de decisiones que afectan a la es- permite una presión social ejercida en nombre del
tructura de clases y la reflejan. Los partidos políticos desarrollo, pero que pone en cuestión la gestión de
son a la vez coaliciones que tienden a conquistar la éste. Por tanto, sólo existen conflictos de clases en
mayoría de los sufragios e intenciones de acción po- la medida en que existe un proceso político. Si se
reduce al poder del grupo dirigente, los conflictos de
16
clases son sustituidos por una lucha política perma-
En particular en sus Essays in Sociological Theory. nueva ed., nente. La obra de desarrollo económico y la volun-
The Free Press, 1954, p. 328, 333.
17
JANOWITZ, «Some consequences of social mobility», en Actes tad de transformación social entran en relaciones
du III Congrés de Sociologie, Londres, 1956, III, páginas 191-201.

19
muy diferentes según las condiciones del cambio sociales, o que, por el contrario, la dicotomía de la
económico y social. sociedad sea muy acentuada. Pero no existe fatali-
dad alguna que privilegie este estallido, ni ningún ti-
Cuanto más importantes son los obstáculos que de- po general de sociedad industrial, desde el más libe-
be superar una sociedad para industrializarse, más ral hasta el más autoritario que sea por naturaleza
fuertemente se vinculan «en la cumbre» las dos exi- más propicio a la formación de un régimen tecnocrá-
gencias de desarrollo y de democracia. El caso ex- tico.
tremo es el de un gobierno revolucionario que garan-
tiza el crecimiento y al mismo tiempo nuevas formas Al finalizar este estudio, que ha pretendido referirse
de participación social, frecuentemente a costa de a la evolución de los hechos sociales más que a la
constricciones políticas fuertes o dictatoriales. En es- definición de un concepto, es necesario obtener de
te caso, el poder es a la vez muy tecnocrático y muy él una conclusión general, relativa a la utilidad de la
«popular», y ello se manifiesta por la sumisión de noción de clase social para el conocimiento de las
todos los elementos de la organización social al sociedades industriales avanzadas. Esta conclusión
acentuado dominio de un partido y de una ideología. sólo puede hacer suya una proposición presentada
Hemos recordado ya que semejante sistema puede ya.
conducir al totalitarismo, pero este tipo de régimen
no puede calificarse de tecnocrático: el espíritu de A medida que se desarrolla la civilización industrial
partido y la fidelidad ideológica son en él principios asistimos a la disolución de las clases como «seres»
más fuertes que el servicio a la racionalidad técnica sociales,18 como ambientes sociales y culturales
e ideológica. El tema aparece constantemente en las reales, y a la extensión de las relaciones de clases
declaraciones del actual comunismo chino. como principio de análisis de los conflictos sociales.

Por el contrario, cuanto más se ha modernizado una En la medida en que el progreso se realiza por acu-
sociedad sin graves crisis interiores, sin haber tenido mulación en un sector particular de la sociedad (el
que superar la resistencia de las antiguas clases tesoro del Estado, el grupo de los grandes propieta-
dominantes o la dominación extranjera, más débil es rios terratenientes o la empresa capitalista), la so-
la cohesión de las élites dirigentes; y la democracia ciedad se encuentra dividida entre la gran masa de
utiliza entonces metodologías liberales. El resultado quienes viven en una economía de subsistencia,
es que los ciudadanos están más sometidos a con- que disponen solamente de los recursos necesarios
troles económicos que a obligaciones políticas. para la reproducción de la fuerza de trabajo, y la ca-
tegoría limitada de quienes acaparan el excedente
El funcionamiento de estos dos tipos extremos de disponible debido a la conquista, al comercio y a la
sociedades industriales es casi completamente dife- ganancia. La sociedad está dominada por esta con-
rente y no hay razón alguna para pensar que seme- tradicción interna.
jantes diferencias tengan que desaparecer, sobre
todo si se tiene en cuenta la creciente distancia eco- La industrialización transforma radicalmente esta si-
nómica que separa a las sociedades desarrolladas tuación casi desde el principio. La rápida elevación
de las sociedades subdesarrolladas. Por consiguien- de los recursos disponibles sustituye la acumulación
te, es arbitrario definir un régimen político únicamen- por la inversión antes de transformar esta última en
te por el poder más o menos grande que poseen en equipo, noción más amplia que engloba todas las
él los dirigentes tecnocráticos. Las clases domina- formas de preparación y de empleo racionales, no
das no son solamente las víctimas de los dirigentes, solamente de lo que se denominan factores de la
y éstos nunca son la expresión pura de los intereses producción, sino también, y ello cada vez más, de
propios del aparato de producción. los sistemas de organización y de decisión que los
ponen en funcionamiento. Schumpeter, uno de los
El conflicto de clases no define la mecánica interna primeros en hacerlo, al insistir en el papel del em-
de una sociedad, sino solamente el debate principal presario, ha definido una transformación a la que los
que se establece entre una voluntad de desarrollo y estudios sobre la organización y la planificación
una exigencia de democracia social, que pueden no económica han dado un sentido cada vez más am-
ser igualmente defendidas por los mismos actores ni plio.
ser enteramente opuestas por la separación entre
unos dirigentes meramente productivistas y unos di- La productividad, la eficiencia, la racionalidad de las
rigidos preocupados tan sólo por el consumo y la políticas de formación de los hombres, la ordenación
participación directa. territorial la organización de las comunicaciones y de
los sistemas de autoridad en las grandes organiza-
Puede ocurrir que las dos orientaciones normativas
principales de una sociedad industrial se entremez- 18
R. ARON, «La classe comme représentation et comme volonté»,
clen de diversas maneras en todas las categorías in Cahiers Internationaux de Sociologie, XXXVIII, 1965, p. 11-29.

20
ciones son elementos del progreso económico más social, de su estratificación y de las relaciones entre
útiles hoy para el análisis que los tradicionales «fac- sus elementos, y también al lado de un análisis polí-
tores de la producción»: capital, trabajo y tierra. Ya tico de los conflictos y de las negociaciones entre
no es la concentración de los excedentes disponi- unidades separadas, que forman unas fuerzas so-
bles, sino la organización racional del equipo técnico ciales constituidas, debe afirmarse la importancia de
y humano lo que preside el desarrollo económico. un conocimiento de las orientaciones, de las clases
En estas condiciones, la aparición de dos clases y de las relaciones de poder de una sociedad; en
fundamentales, reducida a su subsistencia la una y una palabra: de su experiencia histórica, orientada
administrando la otra los excedentes, y constituyen- por valores de los cuales ninguna de las partes es el
do ambas dos medios separados, pierde importan- depositario exclusivo, y que sólo se realizan por los
cia. En este sentido, se puede afirmar que la exis- debates y las contradicciones que dan vida a esa
tencia de clases sociales, concebidas como seres experiencia. La estructura de clases es el espejo ro-
sociales, y la de la sociedad industrial son, por su to en el que la sociedad reconoce, como algo único
mismo principio, incompatibles, de la misma manera pero que ha estallado, el sentido de su acción.
que el mantenimiento de situaciones «transmitidas»
es incompatible con la formación de una edad basa- 5. Este estudio de prospección puede ser aceptado
da en la adquisición y en la creación (achievement). al menos como una reacción útil contra las ilusiones
mantenidas en torno a los temas de la abundancia y
¿Quiere decir esto que las sociedades industriales de la sociedad de masa. A principios de la industria-
avanzadas no tienen una estructura de clases, sino lización francesa, Balzac atendió al frenesí del dine-
solamente un sistema de estratificación, y que tienen ro, al desquiciamiento de la sociedad; pero hubo que
también un sistema político cada vez más complejo, aguardar hasta 1848 para que aparecieran a plena
en el que concurren grupos de presión y coaliciones luz los problemas del trabajo industrial y del proleta-
formadas para la casta de los centros de decisión? riado. ¿Nos hallamos acaso en la sociedad nueva
Ésta es la conclusión: que no se acepta, al hablar de que se está organizando ante nuestros ojos, en un
la formación de nuevas clases sociales. momento comparable a aquel en el que escribía
Balzac? Europa occidental ha entrado desde hace
El crecimiento económico y el cambio social están sólo diez o quince años en el consumo de masa. Es-
dominados por un conjunto más o menos unificado tá fascinada por el automóvil y la televisión, y ávida,
de aparatos de decisión y de organización. Frente a al mismo tiempo, de disfrutar de un nivel de vida me-
estos aparatos se forman a la vez resistencias o re- jor. Es natural que los nuevos ricos europeos, sali-
beliones y una voluntad de control democrático de dos de la pesadilla de la crisis y de la guerra, no
los instrumentos y de los resultados del crecimiento vean en un primer momento más que el ascenso de
y del cambio. Se forman clases «reales» en la medi- la abundancia y no hayan aprendido todavía a reco-
da en que la dominación ya no está concentrada y nocer y a expresar los nuevos problemas sociales.
en que las categorías dominadas son suficientemen- Pero ¿hay que ceder enteramente a la fascinación
te conscientes de sus intereses para defender un de las luces nuevas? Hay que ceder a ello cierta-
contramodelo de desarrollo en lugar de oponer so- mente, y dejar de buscar contra toda evidencia las
lamente unos intereses sociales a unas presiones huellas de unos problemas y unas luchas pasadas;
económicas. La naturaleza de los agrupamientos así también hay que conservar un recuerdo bastante
constituidos define diversos tipos de sociedades claro de lo que fueron la industrialización europea y
programadas, pero se inscribe, cualquiera que sea las luchas obreras, y no echar a perder unas pala-
su diversidad, en la unidad de los conflictos sociales bras cargadas de historia hablando al menor pretex-
formada en torno a unas orientaciones del desarro- to de clase obrera, de proletariado, de miseria y de
llo. revolución, como si nada hubiera cambiado. Pero,
sobre todo, no hay que contentarse con el nuevo li-
Hablar de clases sociales es, pues, aludir a proble- beralismo del laisser-consommer, laisser-changer,
mas de clases más que circunscribir unos agrupa- como si el camino del futuro, empedrado de abun-
mientos. Y esto es solamente el término de una evo- dancia, de buenas relaciones humanas y de «pode-
lución iniciada con los comienzos de la industrializa- res compensadores», sólo estuviera obstaculizado
ción, la cual, manteniendo ante todo los mecanismos por los vestigios del pasado.
de acumulación capitalista, ha obligado a considerar
cada vez más un sistema de acción social que a Es verdadero y falso a la vez que los conflictos se
unos seres sociales. El análisis de las clases socia- sitúan cada vez más en el orden del consumo que
les no ofrece por tanto un marco general para el co- en el de la producción. Verdadero, ya que esta afir-
nocimiento de las sociedades industriales, pues mación tan difundida, tiene el mérito de romper con
constituye sólo un elemento de ellas. Ello acaso le viejos modos de análisis, de subrayar que la empre-
despoje de su atractivo, pero no disminuye en abso- sa y la acumulación privadas ya no son el elemento
luto su importancia. Al lado del estudio del sistema central de gestión de las nuevas sociedades indus-

21
triales, que son sistemas decisión político- Finalizada la guerra, las condiciones que produjeron
económica más que sociedades de beneficio y de el crecimiento económico y sus efectos por una par-
propiedad. Y es falso porque la defensa del consu- te y las tensiones y conflictos internacionales por
mo es insuficiente para definir la acción reivindicati- otra, atrajeron la atención tan completamente que
va de las clases dirigidas. fueron muchos los que paulatinamente se fueron
acostumbrando a pensar que, una vez superada la
Las formas extremas de las contradicciones sociales etapa de despegue, nuestras saciedades industria-
pueden desembocar en un giro masivo de la inver- les ya no se verían amenazadas por grandes conflic-
sión, en una limitación autoritaria del consumo pri- tos sociales internos. De pronto comenzaron a esta-
vado en beneficio del poder del Estado o de las llar movimientos estudiantiles casi al mismo tiempo y
grandes empresas, pero la acción de los tecnócratas en países diversos: unas veces se mantienen dentro
se justifica con frecuencia fácilmente en este te- de los recintos universitarios, pero en otros casos
rreno, mostrando que una acrecentada productivi- desencadenan crisis políticas y sociales de carácter
dad implica siempre, tarde o temprano, una eleva- general, Y en todas partes replantean el problema
ción del nivel de vida. El consumo puede concebirse de las alternativas fundamentales y, en consecuen-
como un elemento del sistema económico o como la cia, del poder en nuestras sociedades, elevándose
expresión de la libertad de los individuos y de los por encima de la crítica a una institución particular.
grupos. Por ello, lo que hay que oponer a la produc-
tividad no es el consumo en general, sino la vida pri- Vamos a tratar en primer lugar el tema del nacimien-
vada. to de los nuevos movimientos sociales, que se han
ido formando lentamente a lo largo de las transfor-
Hoy, los ciudadanos enriquecidos corren el peligro maciones sociales y culturales de las últimas déca-
de ser sometidos a las necesidades del reforzamien- das, pero que sólo hoy se presentan con toda su
to del poder de producción; de ser manipulados por fuerza.21
las propagandas, las publicidades, los estimulantes
financieros. Los que pueden oponer a estas presio- Estos movimientos sociales nuevos no surgen con la
nes sociales no es su simple deseo de consumir claridad que seguramente les dará el futuro análisis
más, qué los conduce tanto a conformarse con la sociológico e histórico. Al formarse en un período de
política de los dirigentes como a oponerse a ellos, cambio social rápido el acontecimiento que constitu-
sino su necesidad de mantener una cierta unidad, yen no tiene un sentido unívoco. Resistencia al
un cierto grado de previsibilidad en su vida personal, cambio, irregularidad, crisis institucional unen sus
tanto en el trabajo como en el conjunto del sistema efectos a la acción del propio movimiento social, es
económico y social. Masificación y privatización son, decir, a la lucha que un actor histórico lleva a cabo
según la expresión de E. Morin,19 los dos principios para conquistar el control de los instrumentos y de
complementarios y opuestos sobre los que se basan los efectos del cambio social, combatiendo contra
la dinámica y los conflictos sociales de las socieda- uno o varios adversarios empeñados en un esfuerzo
des industriales avanzadas. semejante y antagónico. Por tanto, antes de interro-
garse sobre la naturaleza, formación y dinámica de
Aunque sea todavía temprano para que las nuevas estos movimientos, hay que realizar un paciente es-
divisiones sean reconocidas y reciban un nombre, fuerzo para separar e individualizar los hechos que
para que los medios de las nuevas luchas sociales se mezclan en él.
sean definidos y discutidos consciente y apasiona-
damente, es necesario ya tratar de definir una nueva
estructura social, de nuevos conflictos, de nuevos I. Crítica de las interpretaciones globales
movimientos sociales. Hoy corresponde al sociólogo,
como ayer al economista, escribir la historia del ma- Ante un movimiento estudiantil violento y rico a la
ñana.20 vez en interpretaciones sobre su propia acción exis-
te un peligro inmediato de caer en dos tentaciones
opuestas al entrar en su análisis.

Por una parte, buscar al margen de las intenciones


2. El movimiento estudiantil: crisis y de los actores las razones de su conducta. ¿No es
conflicto evidente que el movimiento ha encontrado sus fuer-
zas principalmente en las facultades que funciona-
ban peor? Muchos estudiantes de las facultades de
letras y en particular en el terreno de las ciencias

19 21
E. MORIN, L'esprit du temps, París, Grasset, 1962. Sobre este punto véase mi libro Le mouvement de mai ou le
20
Este texto fue escrito en 1965. communisme utopique. París, Éd. du Seuil, 1968.

22
humanas sólo tienen unas perspectivas profesiona- Revolucionarios y las Juventudes Comunistas Revo-
les vagas. Más generalmente: el aumento numérico lucionarias, entre D. Cohn-Bendit y J. Sauvageot?
de los efectivos sólo ha seguido un parcial aumento Es natural, por tanto, que se insista en la práctica del
de los diplomas que se expiden. La organización movimiento. En este sentido, Michel de Certeau
universitaria está en crisis porque una considerable considera que el hecho esencial es el de tomar la
proporción de estudiantes no llega al término normal palabra.22 Claude Lefort insiste en el rechazo de
de sus estudios y porque, además los diplomas y la cualquier programa limitativo, de toda organización
formación que se reciben no parece que sirvan co- obligatoria. El movimiento se define por su capaci-
mo preparación para las futuras tareas profesiona- dad para superar sus propios objetivos. Cosa que
les. El análisis de la situación de las grandes escue- los desamparados profesores habían observado con
las científicas por oposición a las facultades confir- susto. ¿Para qué negociar y hacer concesiones? Lo
ma y refuerza las observaciones anteriores. Los que en un momento determinado reivindicaban con
alumnos de las clases que preparan directamente pasión parecía perder todo interés para los estudian-
para los concursos de entrada y a fortiori los alum- tes una vez que lo habían conseguido. Edgar Mo-
nos de las grandes escuelas tienen prácticamente la rin23 encontró en seguida la formulación general de
seguridad de que, una vez terminados los estudios, este tipo de aproximación. El movimiento se define
encontrarán un empleo que en la mayoría de los ca- menos por sus objetivos que por el tipo de comuni-
sos corresponde a sus expectativas. De aquí que en dad que crea. De la misma manera que frecuente-
líneas generales se queden al margen del movimien- mente la función principal de una huelga es crear
to, utilizándolo para modernizar sus escuelas más una solidaridad obrera más que obtener un aumento
que participando en su empuje político y social. salarial, también la comuna estudiantil tiene su pro-
pia razón de existencia. Una antisociedad se opone
Sin embargo, el tipo de explicación anterior revela al orden social dominante. Por encima de la diversi-
inmediatamente su debilidad. No puede explicar por dad de las ideologías, en la práctica el acuerdo se
qué y cómo el movimiento ha desbordado el marco realiza en base a un nuevo tipo de relaciones huma-
universitario para someter a crítica el conjunto de la nas, de decisiones y de combates.
sociedad y de la cultura. En el caso francés el des-
bordamiento es evidente. Mientras que en Alemania No obstante, esta aproximación, en el límite, se re-
la fase de la Universidad crítica ha sido larga y acti- duce a la descripción. A pesar de las apariencias se
va, en Francia no existe una continuidad directa en- incorpora a lo mismo que se opone. La definición de
tre la crítica de la Universidad y de la enseñanza que un movimiento por el movimiento mismo recurre ne-
en ella se imparte —crítica la que participaron de cesariamente al tipo de explicación que se mencio-
forma particular los estudiantes de letras de la Sor- naba en primer lugar. Un grupo humano se encuen-
bona durante el curso 1964-65— y la crisis de la tra encerrado en una organización universitaria pro-
primavera de 1968. En Nanterre el tema de la Uni- fundamente inadaptada y que a menudo se vive
versidad crítica sólo fue episódico y no se discutió como un sinsentido, transformándose por tanto, en
más que algunos días entre finales de marzo y co- grupo primario cuya acción no tiene más significa-
mienzas de abril. Desde sus inicios el movimiento ción que desarrollar la solidaridad de grupo y su rup-
estudiantil se ha visto arrastrado por su empeño en tura con la sociedad global. ¿Se puede hablar de
salir de la Universidad, establecer relación con los movimiento social cuando la acción de un grupo no
militantes obreros y llevar a cabo una acción pro- se define por su contraposición con el adversario y,
piamente política. La población en su conjunto ha vi- en consecuencia, por su esfuerzo para controlar el
vido los acontecimientos de mayo y junio como una conjunto del campo social en el que se sitúa su con-
crisis general y no como una revuelta universitaria. flicto? No es el hecho de que la Universidad pierda
su papel instrumental lo que obliga a los estudiantes
Por otra parte, el análisis tiende a identificarse con la a quedar reducidos a una acción puramente expre-
conciencia y el razonamiento de los mismos actores. siva, acción que puede ser muy eficaz en cuanto
En este caso el movimiento aparece como empujado que mediante su rechazo y su revuelta desorganiza
por un proyecto anticapitalista, la esperanza en una la organización social establecida, pero que se en-
sociedad nueva liberada no sólo del régimen gaullis- cierra en una alternativa desastrosa: o bien el recha-
ta, sino, de manera especial, de una clase dirigente zo conduce a la marginación o desemboca en la
y de todas las formas de su dominio sobre la socie- destrucción del orden social, encontrándose enton-
dad. Este tipo de análisis conduce a dar primacía a ces impotente ante los problemas de gestión y de di-
las formas de acción del movimiento. Efectivamente, rección política de la sociedad.
es imposible definir las concepciones y el programa
de la acción estudiantil. Las diferencias entre los dis- 22
tintos grupos son lo suficientemente profundas como Michel de CERTEAU, La prise de parole. Pour une nouvelle cul-
ture. París, Desclée de Brouwer, 1968.
para hacer ilusoria una tentativa de este tipo ¿Qué 23
E. MORIN, C. LEFORT, J. M. COUDHAY, Mai 1969: La brèche.
hay de común entre la Federación de Estudiantes Premières réflexions sur les événements. París, Fayard.

23
Es cierto que la falta de perspectivas de ese movi- En segundo lugar, los acontecimientos no implican
miento importa poco. Su impotencia política no dis- un tipo único de explicación: irregularidad, revuelta y
minuye su importancia histórica. Sin embargo, la revolución mezclan sus efectos en el mismo campo
imagen que acaba de dibujarse empobrece la reali- cronológico y geográfico.
dad observable, al menos tanto como el primer tipo
de interpretación, pues es a la vez muy próxima y En consecuencia, hay que proceder en dos etapas:
muy lejana. primero, aislar en los acontecimientos los diversos
sentidos que se encuentran confundidos en ellos y
No es verdad que el Movimiento de Mayo haya sida que sería vano querer unificar mediante una explica-
absorbido por su propia expresión. La espectacular ción global de golpe. Después, estudiar la dinámica
ocupación de la Sorbona, la abundancia de mítines, del movimiento, a decir, las relaciones y formas en
discursos y carteles, el reino de la palabra fascinan que se encadenan los aspectos diferentes que el
al espectador, pero no son más que un aspecto del análisis ha separado previamente. De esta forma
Movimiento de Mayo. En Francia como en otras par- nos acercaremos a un estudio más histórico, pero
tes la acción del estudiante no ha sido puramente transformado y enriquecido por el análisis sociológi-
expresiva. Ha definido adversarios y combates. Al co.
igual que en los Estados Unidos el movimiento de
Berkeley o el de Columbia no puede: apararse de la
lucha contra la guerra de Vietnam ni de la revuelta II. Diversos aspectos del movimiento
negra, lo mismo que en los países socialistas la ac-
ción estudiantil ha participado en la lucha contra la a) La crisis universitaria
burocracia staliniana o post-staliniana, en Francia la
gran tarea fue casi inmediatamente la unión de es- La descomposición del sistema universitario es el
tudiantes y obreros contra el régimen gaullista y la aspecto más visible de la presente crisis. En térmi-
sociedad capitalista. La noche de las barricadas nos generales, es también el aspecto que se analiza
condujo a la huelga general y los últimos combates peor. La naturaleza y formas de la crisis de la insti-
importantes tuvieron lugar en los alrededores de la tución universitaria difieren mucho de un país a otro.
factoría de Renault en Flins. Constantemente la lu- Limitándonos al caso francés nos damos cuenta in-
cha salió de las facultades, se desarrolló en la calle mediatamente de la paradoja que representa una
bajo la dirección de estudiantes y jóvenes trabajado- Universidad en pleno crecimiento cuyos efectivos
res cada vez más unidos. Por encima de la toma de aumentan con gran rapidez y cuyos establecimien-
la palabra se desarrolló una acción propiamente po- tos se multiplican desde hace diez años y que conti-
lítica en ciertos aspectos privada de programa, de núa con unos objetivos y una organización no han
estrategia y de organización, pero deliberadamente sido transformados profundamente. El viejo molde
dirigida contra el adversario en lugar de replegarse se ha resquebrajado bajo la carga; a pesar de un
en la proclamación de una comuna estudiantil. Hay cierto número de modificaciones parciales, lo cierto
que recordar, finalmente que lo propio de una co- es que no ha sido reemplazado por un molde nuevo.
muna es crear un nuevo poder, tomar decisiones, ¿Cómo explicar la paradoja del crecimiento sin
nombrar y destituir, promulgar leyes, un gobierno, desarrollo ni transformación del sistema universita-
una justicia, mientras que el movimiento estudiantil rio? Por extraño que parezca, apenas contamos hoy
no se ha constituido en ningún momento —-y las ex- con análisis y explicaciones de un fenómeno tan im-
cepciones tienen poca importancia—como poder. En portante. Por tanto, vamos a esbozar una posible lí-
algunas fábricas y oficinas se ha hablado de auto- nea de análisis.
gestión, pero en la Universidad la autogestión no fue
proclamada ni instaurada. El movimiento estudiantil Parece que la renovación de un sistema institucional
se ha definido por su lucha constante, sin caer en la está ligada a la conjunción de dos fuerzas opuestas:
ilusión de un poder que se podía haber establecido la presión que ejerce una nueva demanda social y
en el campus de algunas facultades. una fuerte capacidad de decisión y organización, ya
que una institución, y en particular la universitaria, no
Esta doble crítica nos lleva a dos conclusiones: en puede ser la transcripción directa de un movimiento
primer lugar, el movimiento estudiantil es un movi- ni tampoco un cuerpo de reglas e instrumentos de
miento social, es decir, una acción dirigida por gru- funcionamiento.
pos sociales particulares para conseguir el control
del cambio social. Tiene objetivos y sentido políticos Tanto en la época napoleónica como en las primeras
que deben ser comprendidos, por tanto, no ya a par- décadas de la III República, el ascenso económico,
tir de la crisis de la organización universitaria, sino social y político de nuevas categorías o clases estu-
partiendo de los conflictos y contradicciones de la vo en Francia asociado al poder del Estado, que de
sociedad, de su sistema social y político.

24
hecho detentaba el monopolio de la producción uni- capacidad de decisión política del Estado, se unen
versitaria. fácilmente para encerrar en sí mismo el cuerpo uni-
versitario y para crear esa extraña situación en que
Por el contrario, en el período presente no sucede el crecimiento es la religión de todos, el sostén de
nada de esto. La situación política hace que el as- las reglas establecidas y de los intereses adquiridos,
censo colectivo de la clase obrera no se haya pro- el deseo común.
ducido. Es exacto decir que la Universidad se abre a
categorías sociales nuevas, pero este movimiento La descomposición de la institución universitaria
no es probablemente más importante que el movi- produce reacciones cada vez más violentas. La Uni-
miento inverso, aquel mediante el cual las clases ri- versidad aparece como un sinsentido y como un po-
cas utilizan la Universidad para proporcionar a sus lo de resistencia al cambio social. No obstante, a es-
hijos e hijas los medios —pagados por la colectivi- te nivel del análisis, aún no se puede comprender la
dad nacional— para protegerse contra los riesgos de formación de un movimiento social. Los comporta-
una recaída social. La facilidad que muchos estudios mientos que explica el análisis que acaba de hacer-
presentan, la inflación rápida de las facultades de le- se son ante todo el retraimiento, la indiferencia, la
tras, frecuentemente menos exigentes con respecto burla o el ritualismo. Se entra o no se entra en el
a los estudiantes, contribuyen en gran manera a juego, pero la Universidad no se vive como un asun-
aumentar el papel de paracaídas social de la Uni- to serio.
versidad. La democratización va con retraso respec-
to del crecimiento en lugar de aventajarle. b) La rigidez de las instituciones
Por su parte, el Estado, aun cuando está capacitado La agitación que de esta forma se crea podría con-
para elaborar grandes proyectos nacionales, no trata vertirse en una fuerza de cambio social y conducir a
de proporcionar los medios de una intervención acti- reformas. El crecimiento económico concentra la
va en la vida económica y social. Lucha con sus atención sobre el consumo, los precios y la vivienda.
propias tradiciones burocráticas. A pesar de los no Los sindicatos manifiestan poco interés por los pro-
despreciables esfuerzos de modernización, la Edu- blemas universitarios que aún no les conciernen di-
cación Nacional es una administración extraordina- rectamente. O más bien parece que el acceso a la
riamente vetusta, privada de medios de acción mo- educación debe ser una secuencia de la elevación
dernos. del nivel de vida, y una gran parte de los asalariados
se prepara para conseguir que su hijos entren en
Así, pues, en el momento en que se establece una unas instituciones que respetan corno algo: lejano y
unión dinámica entre un Estado organizador y un donde empieza a parecer posible llegar. Más gene-
empuje social, se observa cómo se forman estre- ralmente, estas categorías sociales están empeña-
chas relaciones entre notables de cada profesión y das en una serie de acciones reivindicativas que
la burocracia administrativa. Tales socios se entien- tienden a conseguir una mayor participación en los
den fácilmente sobre el tema del crecimiento, que bienes de la sociedad más que a la transformación
por una parte amplía el mercado de trabajo y por de ésta. La independencia política y el espíritu laico
otra da testimonio de la vitalidad y estabilidad del de muchos profesores y de sus organizaciones tie-
sistema social. Sin embargo, experimentan las ma- nen también un gran valor para las fuerzas sindica-
yores dificultades cuando han de plantearse su pro- les y políticas que concentran sus ataques sobre
pia situación y han de interrogarse sobre el nuevo quienes detentan el poder económico y político. La
lugar que la Universidad ocupa en la nación. La polí- Universidad tradicional en crecimiento apenas tiene
tica se reduce a una gestión que se realiza mediante enemigos a la izquierda. Por su parte los estudiantes
un constante vaivén entre notables, profesores y son mal vistos: jóvenes burgueses que no producen,
sindicalistas y funcionarios ejecutivos. Cada vez más mal organizados, que intelectualmente lo critican to-
las ideas y las realizaciones nuevas se refugian en do, inspiran más desconfianza que simpatía. El mo-
los márgenes de la Universidad y particularmente en vimiento estudiantil no tiene aliado organizado.
los organismos de investigación.
El poder político, por su parte, está orgulloso del
La crisis de la Universidad no se debe a la tutela de crecimiento y a la vez es impotente ante el juego se-
un Estado todopoderoso, sino al papel de un Estado creto de los burócratas y notables, y sordo ante los
demasiado débil, incapaz de elaborar una política, estallidos. Apenas llamaron su atención las huelgas
sobre todo porque no ha sido transformado por la obreras más violentas ni las primeras oleadas del
presión de las nuevas categorías sociales ascenden- movimiento estudiantil. El mundo tecnocrático está
tes. satisfecho de su obra y al mismo tiempo inquieto an-
te los problemas económicos más inmediatos; está
El corporativismo y la burocracia, formas debilitadas aislado por la ruptura de las antiguas formas parla-
y a menudo caricaturescas del impulso social y de la

25
mentarias de representación y por la constante sistema económico. Médicos, abogados y profeso-
preocupación de que no se creen otras nuevas; está res eran tres profesiones que hasta hace poco ab-
dominado también por la personalidad de un jefe de sorbían a la gran mayoría de estudiantes. Hoy estas
Estado que no parece que nunca haya concedido salidas se han desbordado de dos formas: por una
una gran importancia a los problemas de la educa- parte, un creciente número de alumnos ya no tiene
ción. Por todas estas razones, es incapaz de entrar salidas, ni siquiera termina sus estudios al ser elimi-
en la vía de una transformación social de la Univer- nado por una selección progresiva y cuyos funda-
sidad. Sus briznas de reforma sólo tienden a liberar mentos nunca son explícitos. Por otra parte, y sobre
a una élite de ingenieros, expertos e investigadores todo, un creciente número de actividades intelectua-
necesarios para el crecimiento económico. Para él, les intervienen cada vez más directamente en el sis-
la sociedad, entre el Estado y la economía, no existe tema de producción. El crecimiento económico no
a no ser como un fardo un poco demasiado pesado reposa ya solamente sobre a acumulación de capital
cuyas corrientes rutinarias acabarán por caer al rit- y la utilización de una fuerza de trabajo manual con-
mo rápido de los cambios económicos. centrada en fábricas industriales. Cada vez depende
más del progreso técnico, de la investigación, de los
La agitación surgida con la descomposición del sis- métodos de gestión, de la capacidad de prever y or-
tema universitario conduce necesariamente a la rup- ganizar.
tura, porque no se lleva a la práctica ninguna institu-
cionalización de los cambios y las tensiones. Esta Las técnicas intelectuales, las de las ciencias de la
disposición a la ruptura quizá se manifestaba más naturaleza y también las de las ciencias del hombre,
claramente en algunos profesores que en los estu- se han desarrollado lo suficiente como para que la
diantes, pues los profesores tienen la mayor facili- actividad universitaria no pueda definirse ya por la
dad para hacer oír su voz y al mismo tiempo no transmisión de una cultura y la preparación para pro-
pueden decir nada. Todos los observadores han in- fesiones «sociales». De aquí que el nuevo papel de
sistido razonablemente en la rigidez del sistema uni- la Universidad sea inseparable de una transforma-
versitario que impide su evolución progresiva, paso ción económica y social más general. A partir del
a paso, y permite una fácil propagación de los des- momento en que el conocimiento se convierte en
contentos y las revueltas. Una de las funciones de la una fuerza esencial de reproducción, la organización
actual reforma es diferenciar la organización univer- de la enseñanza y la investigación se transforman
sitaria, lo cual debe permitir iniciativas y a la vez limi- en un problema de política general y las posibles al-
tar las explosiones. ternativas en este campo ya no pueden estar en
función del respeto a las tradiciones ni de las exi-
c) Nacimiento de un movimiento social antitecno- gencias propiamente técnicas.
crático
2. La tecnocracia y sus adversarios. — Lo que se
La crisis de la Universidad y la rigidez del sistema de llama tecnocracia no es la sustitución de las opcio-
decisión política y administrativa explican la agita- nes políticas por las opciones técnicas. Una expre-
ción, la revuelta y la ruptura. No explican la forma- sión tal no corresponde a ningún tipo de sociedad y
ción de un movimiento social que, más allá de la sólo puede evocar utopía sin mayor importancia.
Universidad y a a través de ella, pone en tela de jui- Ninguna sociedad puede reducir los fines a los me-
cio al régimen social y político en su conjunto. dios y funcionar sin elección de objetivos y sin pode-
res. La tecnocracia es el poder ejercido en nombre
El movimiento estudiantil no ha tenido como objetivo del interés de los aparatos de producción y decisión,
una mejor adaptación de la Universidad a la deman- políticos y económicos, que aspiran al crecimiento y
da del empleo, ni la modernización de la organiza- al poder y consideran la sociedad exclusivamente
ción universitaria. No ha intentado recomponer un como el conjunto de los medios sociales que hay
orden descompuesto. Ha combatido a la vez la fun- que utilizar para conseguir el crecimiento y el refor-
ción social tradicional de la Universidad y de su en- zamiento de los aparatos dirigentes que la controlan.
señanza y el sentido de la evolución que se configu- El movimiento estudiantil es, en lo más profundo, un
raba. No puede entenderse la existencia de este movimiento antitecnocrático.
movimiento si no se conoce antes el nuevo papel de
la Universidad en nuestras sociedades. La base de este movimiento está formada por fuer-
zas: sociales que se definen por el lugar que ocupan
1. La Universidad y las fuerzas de producción. — El en las nuevas relaciones de producción y de poder y
paso a la Universidad de masas significa en primer no por su inserción en sectores en declive o relati-
término que los estudiantes no pueden ya encontrar vamente alejados de los centros de decisión. De la
salidas en sectores profesionales bien delimitados y misma manera que en el siglo XIX, en una Francia
situados en la mayoría de los casos al margen del mayoritariamente rural, los movimientos revoluciona-
rios son movimientos obreros porque el capitalismo

26
industrial es la fuerza motriz del cambio económico y diantil hacia la clase obrera. De la misma forma que
social, hoy el empuje revolucionario viene de los en otros tiempos el movimiento obrero tuvo como
sectores más modernos de la actividad económica, programa la alianza con los campesinos, en el mo-
aquellos sectores donde es más considerable el pa- mento actual un nuevo movimiento que se basa en
pel del conocimiento: industrias de punta, centros de los trabajadores intelectuales proclama la necesidad
investigación o de tecnología avanzada, universida- de su unión con los obreros. Pero esta unión no es
des, empresas de información, etc. fácil. El aspecto más visible del Movimiento de Mayo
es que en Francia se ha realizado más profunda-
En la Universidad que se está transformando, esta mente que en otros países. Los métodos de gestión
corriente no es la única. El crecimiento aumenta social, el paro de los jóvenes, la congelación de los
también la capacidad de integración del sistema salarios reales y una política gubernamental caracte-
económico y la movilidad social ascendente. El es- rizada particularmente por los ataques al régimen de
tudiante más o menos aficionado que empieza «a la seguridad social son otros tantas elementos que
correrla», esperando sin impaciencia la fácil entrada contribuyen a explicar la coincidencia del estudian-
en la vida burguesa, ha desaparecido casi comple- tes y obreros, coincidencia que, sin embargo, sólo
tamente. Para un número creciente de estudiantes la se realizó en caliente después de la noche de las
Universidad es el medio de acceso a la categoría de barricadas y bajo la consigna de una oposición co-
cuadro técnico, comercial o administrativo. Muchos mún al poder gaullista.
de estos estudiantes ven con buenos ojos un cam-
bio que los eleva. De esta forma los elementos me- Pero la mezcla de estudiantes y jóvenes obreros en
jor dispuestos para la acción política no se encuen- las manifestaciones que se realizaban en la calle o
tran en las disciplinas más profesionales, sino allí el desbordamiento de los aparatos sindicales en al-
donde una formación intelectual general y el choque gunas empresas no deben ocultar lo esencial. La
con problemas sociales agudos colocan al estudian- masa del movimiento obrero no ha seguido el empu-
te ante las responsabilidades sociales del conoci- je revolucionario de los militantes estudiantiles. Es
miento sin integrarle en una carrera y un escalafón fácil, pero arbitrario, decir que la clase obrera ha si-
profesionales. En Francia, como en muchos países, do traicionada por sus dirigentes políticos y sindica-
el mayor número de estudiantes dispuestos a incri- les. La C.G.T.24 ha sido parcialmente desbordada,
minar el orden social procedía de los estudios de pero por trabajadores que querían una victoria como
sociología, filosofía, arquitectura y urbanismo. la del 38, un espectacular retroceso del poder patro-
nal y no una revolución. Las fábricas no se han
Por el hecho de que su oposición no apunta tanto a abierto a los estudiantes. Los cuadros de la C.G.T.
la organización y a los métodos de enseñanza como que habían empezado a modernizar su acción sindi-
al régimen social en su conjunto, los estudiantes tra- cal no estuvieron dispuestos a comprometerse en
tan de llevar de entrada el combate más allá de la una acción que su central calificaba de aventurera.
Universidad e incluso de despojarse de su calidad
de estudiantes, la cual les parece como un compro- La acción sindical no es revolucionaria, y no por cul-
miso con la sociedad que ellos rechazan y que los pa de sus dirigentes, sino porque no es en la empre-
utilizará como cuadros. La agitación y la revuelta es- sa industrial donde está el centro del poder. Está,
tudiantil sólo se convierten en movimiento social a por una parte, en un sistema económico internacio-
partir del momento en que se transforman en un lla- nal que pesa sobre la economía francesa mediante
mamiento a la lucha generalizada y no ya particular. la necesidad de la competencia; está, sobre todo, en
el complejo sistema de las relaciones entre grandes
3. Los estudiantes y la clase obrera. — En los Esta- grupos económicos y el Estado. Hace ya tiempo que
dos Unidos, en Japón, en Checoslovaquia o en la sociología se dio cuenta y expresó este cambio al
Francia el movimiento estudiantil no viene definido reemplazar el concepto de empresa por el de orga-
por la defensa de los intereses de los estudiantes, nización. Lo que se denominaba una empresa es
sino por el llamamiento que dirigen a las categorías hoy especialmente un sistema de organización, un
sociales dominadas por el sistema económico y polí- conjunto de medios, un aparato de gestión. Las
tico. En los Estados Unidos, la lucha contra la guerra condiciones del crecimiento económico están menos
de Vietnam y contra la segregación racial es insepa- ligadas que en otros tiempos a los riesgos y benefi-
rable da la acción propiamente estudiantil; en Polo- cios del empresario privado. Hablar de progreso
nia o Checoslovaquia, la lucha está dirigida contra el económico es hablar de formación, de investigación
aparato político del Estado y no contra las autorida- científica y técnica, de información económica, de
des universitarias. En Francia, la tradición de las lu- ordenación del territorio, de formación y movilización
chas sociales, la débil integración social de la clase del ahorro; por tanto y ante todo, de bs mecanismos
obrera marcada por el autoritarismo patronal, la de-
bilidad de los sindicatos y la fuerza del partido co-
munista dirigen de manera natural la acción estu- 24
Confederación General del Trabajo. [T.]

27
en los que el poder político desempeña un papel la lucha contra nuevas formas de dominación social.
esencial, directo o indirecto. No estalla en situaciones de estancamiento, sino en
los períodos de transformación económica y social
El sindicalismo obrero mantiene un importante pa- desequilibrada.
pel: no sólo en la defensa económica de los asala-
riados, sino también en la lucha contra formas arcai- En la situación francesa puede incluso decirse que
cas de autoridad y de gestión e incluso en la partici- la crisis de las instituciones fue más clara que la
pación conflictiva en ciertos aspectos de la planifica- formación de un nuevo movimiento social, pues la
ción. Pero los intereses obreros son, cada vez más, Universidad era aún demasiado arcaica para que su
intereses particulares. El sindicalismo es una reali- nuevo papel de fuerza de producción fuera una
dad histórica inseparable de la empresa privada. Pe- realidad vivida directamente.
ro puesto que ésta no es ya el centro de las decisio-
nes, el sindicalismo tampoco puede ser el corazón De aquí la extrema politización de este movimiento
de los movimientos de transformación social. Estas cuyo vértice político fue más sólido que la base so-
consideraciones indican la distancia que separa al cial. En este punto se descubren nuevamente trazos
sindicalismo obrero del movimiento estudiantil. No bastante tradicionales de la sociedad francesa en la
significan de ninguna manera que el nuevo movi- cual los movimientos sociales tienden a ser más vi-
miento social no pueda sacar sus fuerzas de la em- siblemente fuerzas políticas revolucionarias que mo-
presa. También en ella está presente el poder tec- vimientos de transformación social. La lucha contra
nocrático. Lo que quiere decir es solamente que no el gaullismo fue una realidad más tangible que el
puede ser ya el sindicalismo el privilegiado dirigente asalto contra el capitalismo.
del movimiento antitecnocrático. Los: obreros sólo in-
tervienen en la lucha en la medida en que, como La fuerza del movimiento estudiantil —que también
otros, están colocados en una situación de participa- tiene sus debilidades, su dificultad para organizarse
ción que depende del cambio social. Puede pensar- y llevar a cabo una acción continuada— procede de
se que muchos elementos obreros participaron acti- que ataca directamente los centros del poder sin el
vamente en el Movimiento de Mayo; eso no significa estorbo que constituye la defensa de intereses eco-
que el actor central de las luchas actuales sea la nómicos y la lucha en el seno de organizaciones
clase obrera, definida por su relación con la propie- muy estructuradas.
dad capitalista.
Estas observaciones no pretenden en absoluto ana-
4. Un movimiento revolucionario. — Un movimiento lizar una coyuntura política ni definir las posibilida-
social no es por naturaleza revolucionario. Sólo es des de alianzas políticas entre diversas formas de
revolucionario cuando un conflicto de clases choca oposición al poder político actual. Afirman solamente
con un sistema institucional inadaptado al estado de que el movimiento social del que los estudiantes son
la producción y de las relaciones sociales. Tal es, hoy los principales actores es nuevo y corresponde
desde luego, el caso del Movimiento de Mayo. Su a un sistema económico profundamente transforma-
naturaleza revolucionaria proviene de la conjunción do. La diferencia entre los dos tipos de análisis es
de tres elementos que acabamos de diferenciar: la grande, pues el movimiento social nuevo está muy
descomposición de la Universidad, la incapacidad lejos de tener una expresión política propia. Algunos
del sistema institucional para administrar las tensio- de sus elementos, los más influidos por la tradición
nes surgidas del cambio, la formación de un nuevo leninista, desean organizar una fuera política nueva.
movimiento social. En mayo las tentativas que se hicieron en este sen-
tido quedaron cortas y no tuvieron ningún efecto so-
El conflicto entre quienes detentan el poder econó- bre la evolución política. Es posible que se hagan
mico y los trabajadores que quieren reconquistar u nuevas tentativas; pero está claro que en un futuro
obtener el control social del crecimiento, sus orienta- próximo el peso de esta nueva organización política
ciones, sus medios y sus resultados, sólo adquiere ha de ser muy limitado. El movimiento que han ini-
una forma revolucionaria porque las nuevas formas ciado los estudiantes está, con respecto a la izquier-
dirigentes se apoyan al mismo tiempo sobre las an- da política organizada, en la misma posición que es-
tiguas clases dominantes y sobre defensas institu- taba á movimiento obrero de la III República con
cionales rígidas. Es la coincidencia de la nueva tec- respecto al Partido Republicano. Desde el punto de
nocracia, la antigua burguesía y el Estado monár- vista sociológico hay que insistir sobre la novedad
quico, coincidencia que se opera en el régimen gau- de las situaciones y de los movimientos sociales an-
llista lo que da a los nuevos conflictos su sesgo re- tes que sobre las coincidencias posibles entre las
volucionario. Efectivamente, un movimiento revolu- distintas corrientes políticas de .oposición.
cionario es siempre el rechazo de los impedimentos
sociales, culturales y políticos que protegen a las an-
tiguas clases o al antiguo poder dirigente y, a la vez,

28
d) La revuelta cultural cio tanto como a lo que demasiado suavemente se
llama exigencias del cambio. Los centros de deci-
La combinación de todos los elementos que acaba- sión y poder manipulan al hombre no ya solamente
mos de diferenciar no basta para dar cuenta de to- en su actividad profesional directa, sino en sus rela-
dos los aspectos del movimiento ni, en particular, de ciones sociales, sus modos de consumo, la organi-
las formas de participación de sus militantes. A este zación de su vida de trabajo. La oposición ya no
respecto se ha hablado de revolución cultural y de puede ser específicamente económica; es más glo-
repulsa ante la sociedad de consumo. Tales expre- bal porque el dominio del poder sobre la sociedad es
siones me parece que encubren por lo-menos tres también más global (al mismo tiempo que a menudo
realidades diferentes. más difuso y a veces menos directamente autorita-
rio).
En primer lugar puede admitirse que en una situa-
ción de cambio rápido se produzcan algunas reac- Una sociedad orientada no hacia un cierto modelo
ciones de defensa de los géneros de vida, mentali- de orden y jerarquía sino hacia un modelo de cam-
dades y formas de organización amenazados por bio, es también necesariamente una sociedad en la
este cambio. Pero si se han producido reacciones que se afirma el apego a la identidad personal y co-
psicológicas de esta naturaleza se ve mal qué tipo lectiva. Este apego toma formas diversas que van
de conductas colectivas han podido determinar. Fre- desde la voluntad de autodeterminación hasta la
cuentemente vemos cómo los movimientos naciona- presión directa de la individualidad, la sexualidad,
listas recurren al pasado cultural para oponer resis- los grupos primarios. La sociedad científica es tam-
tencia a un cambio determinado que viene del exte- bién una sociedad salvaje en la que todo lo que se
rior. La llamada al pasado se convierte en un medio resiste a la integración y a la manipulación cultural
indirecto al servicio de una política orientada hacia la estalla con una gran fuerza, particularmente en la ju-
construcción de un futuro independiente. Pero este ventud, que no está aún inmersa en la red de obli-
«nativismo» no se ha manifestado en un movimiento gaciones de las grandes organizaciones y las pre-
de jóvenes que viven en un medio urbano y no per- siones del nivel de vida.
tenecen a ningún medio cultural y social tradicional
fuertemente constituido y cuya integridad hubiera es- Por tanto, la importancia de la revuelta cultural está
tado amenazada. representada simultáneamente por el hecho de un
movimiento todavía utópico, prepolítico, y por un fe-
En segundo lugar es, naturalmente, más «expresi- nomenal central y duradero relacionado con la natu-
vo» que «instrumental» un movimiento social que no raleza de las nuevas obligaciones sociales.
ha encontrado aún su lugar en el juego político y
que puede proclamar con mayor facilidad una ruptu-
III. Dinámica del movimiento
ra que introducir transformaciones. La palabra es el
arma de los que aún no pueden tener una estrategia
propiamente política. El Movimiento de Mayo no No es suficiente distinguir los diversos aspectos del
chocó directamente con una clase dirigente, sino Movimiento de Mayo; hay que saber cómo se com-
con una sociedad en la que el poder de los nuevos binan para determinar las formas que ese movimien-
dirigentes tiende a identificarse ampliamente con la to puede ir tomando. Si se le concediera un sentido
misma evolución social. A la utopía tecnocrática, se- unívoco sería suficiente con preguntarse cuál es su
gún la cual el crecimiento económico implica de for- estrategia, cómo se desarrolla y va madurando has-
ma natural el progreso social, un movimiento social ta llegar a su plena realización, a su triunfo o a su
sólo puede responder mediante una contrautopía, la ruina. Precisamente la imposibilidad de seguir un tal
imagen de una sociedad comunitaria, espontaneísta, camino es lo que mejor pone de manifiesto el error
igualitaria. Es precisamente de esta manera como se de cualquier interpretación global.
formaron los primeros movimientos anticapitalistas
del siglo XIX. Si se parte del análisis, más abierto, que acabamos
de proponer, el estudio de la dinámica social del
En segundo lugar, y aquí radica el hecho más impor- movimiento se organiza fácilmente en torno a una
tante, la naturaleza propia de los conflictos sociales pregunta central: ¿en qué condiciones se transfor-
en nuestra sociedad programada es distinta a la que man en conflicto social y político las reacciones ante
tiene en las sociedades de industrialización capitalis- la crisis universitaria?; y, al contrario, ¿en qué condi-
ta. El poder económico se ejerce en ella sobre el ciones estas reacciones, uniéndose a una revuelta
trabajo, y la lucha contra el paro, los bajos salarios y cultural global, conducen a crear un medio relativa-
todas las formas de explotación económica se orga- mente aislado de revuelta y de repulsa?
niza precisamente en términos económicos. Hoy los
trabajadores no están sometidos a la ley del benefi- Pueden apuntarse muchas otras combinaciones de
los elementes definidos anteriormente. Pero aquí no

29
interesa construir mecánicamente una tipología, sino tas. Esto se ha visto muy bien en Nanterre, donde la
captar la dinámica de un movimiento social. Este Comisión paritaria no ha tenido ninguna actividad
movimiento, aún naciente, puede transformarse en real porque la mayor parte de los delegados estu-
una fuerza política o quizas marginalizarse y quedar diantiles eran muy conservadores y la mayoría de
reducido a una secta. los profesores muy reticentes. Ningún partido políti-
co tenía muchos militantes activos en la Universidad,
a) La fusión de mayo ya que la misma U.E.C.* se había debilitado conside-
rablemente con la marcha de sus elementos más ac-
La importancia del Movimiento de Mayo en Francia tivos.
viene dada por el hecho de que un malestar estu-
diantil, manifestado en la huelga de noviembre de Inmediatamente después de que se abriera el con-
1967 en Nanterre o en los incidentes ocurridos en flicto, el desafío lanzado por el Movimiento 22 de
Estrasburgo un poco antes o en Nantes un poco Marzo y la represión administrativa y policíaca per-
después, se transformó rápidamente en un movi- mitieron la formación de un movimiento de masas y
miento social y político que afectó al conjunto de la el desencadenamiento de una crisis social y, des-
sociedad francesa y levantó amplio eco en muchos pués, política.
otros países. No hace falta señalar aquí los hechos
que ya muchos libros han expuesto. Bastará insistir En ese momento se mezclan todos los aspectos del
en las relaciones entre los elementos constitutivos movimiento que habíamos diferenciado en el análisis
del movimiento. Tiene importancia el hecho de que y se refuerzan mutuamente. El movimiento no ha
las acciones que se han llevado a término en Nan- progresado de abajo arriba, sino desde los extremos
terre, animadas principalmente por Daniel Cohn- hacia el centro. No son los problemas nacidos de la
Bendit, han conseguido amalgamar una agitación crisis universitaria, ni los proyectos políticos de los
estudiantil, poco organizada pero capaz de una gran grupos revolucionarios que atrajeron la atención en
difusión, con temas de conflicto social y revuelta cul- mayo, sino la formación de un amplio movimiento
tural, planteados por los grupúsculos. Éstos existían social que por primera vez permitió ver cómo se
desde hacía tiempo sin conseguir extender su in- formaban en diversos puntos de la sociedad y se
fluencia. Las posiciones de algunos, como los situa- conjugaban fuerzas de contestación que ponían en
cionistas, eran lo suficientemente extremistas como tela de juicio las orientaciones y el poder de una so-
para aislarse voluntariamente del medio estudiantil ciedad.
al que hacían objeto de su sarcasmo. De forma in-
versa, la huelga de noviembre en Nanterre se debía b) La crisis del invierno
especialmente a la voluntad de reforma universitaria
y de participación en la gestión de la Universidad. La El Movimiento de Mayo fue revolucionario porque
tarea del Movimiento 22 de Marzo consistió en haber consiguió unificar los deseos de afirmarse de nuevas
llevado la reivindicación estudiantil mucho más allá fuerzas sociales y políticas en la lucha contra los
del dominio de las reformas universitarias y haber obstáculos institucionales antiguos. Luchaba contra
hecho estallar a los grupúsculos encerrados, como la sociedad nueva atacando el antiguo régimen y
todas las sectas, en sus conflictos doctrinales, la particularmente las formas de autoridad y decisión
búsqueda de la pureza y el gusto por programas antiguas. Estos obstáculos bloqueadores subsisten
abstractos. Pero franqueada esta prima etapa, una en parte: son propiamente políticos e inherentes a la
vez formado el movimiento, había un gran riesgo de naturaleza del gaullismo, régimen cuya transforma-
verle encerrarse en la afirmación de sí mismo, multi- ción progresiva es difícil concebir. Ya los diadocos
plicar los escándalos y los ataques sin conseguir era se agitan y esperan la muerte de Alejandro. Pero
cosa que provocar en la misma Universidad resis- otros obstáculos, más particulares, se han debilita-
tencia cada vez más grandes. Es entonces cuando do. La Universidad burocrática y corporativa hoy no
interviene la ruptura, debida menos al movimiento es más que una masa pastosa. Más importante es,
estudiantil que a las autoridades administrativas. A quizás, la evolución de la empresa. Puede pensarse
partir del 3 de mayo, la política vacilante y a la vez que los acuerdos no firmados en Grenelle tendrán
represiva de las autoridades lanza al movimiento a efectos más duraderos que los acuerdos firmados
un teatro cada vez más amplio de actividades. en Matignon en 1936. Se vea en ello un progreso o
un retroceso, lo cierto es que la institucionalización
Al comienzo no existía ningún medio de expresión y de los conflictos de trabajo ha progresado más en
de organización política que permitiera fundir el des- algunos meses que durante treinta años. Es natural
contento estudiantil y las actividades de los grupos que esta evolución produzca, por reacción, el creci-
revolucionarios. La crisis de la Universidad era de- miento de grupos revolucionarios que se oponen a
masiado profunda como para que pudieran tener la política de las grandes centrales sindicales. Pero
una acción real movimientos simplemente reformis-
*
Unión de Estudiantes Comunistas. [T.]

30
no parece que pueda hablarse de grave debilitación tos colectivos elementales. La violencia, ausente de
de las centrales sindicales. En resumen, los obs- la Universidad en mayo salvo en escasas excepcio-
táculos institucionales locales, situados en la univer- nes, ha hecho su aparición. Y ha parecido de mane-
sidad o la empresa, están minados, mientras que ra limitada, pero con la suficiente importancia como
una crisis política es siempre posible e incluso preo- para que pueda ser fácilmente perceptible. Los ele-
cupa a un creciente número de observadores, pues mentos políticos del movimiento han intentado fre-
el Imperio, que pretende ser a la vez autoritario y li- cuentemente con lucidez e incluso con valentía
beral, cada vez tiene más dificultades para encontrar transformar esta agitación en acción política. Pero
su equilibrio. Sin embargo, una crisis propiamente una transformación tal sólo era posible en dos ca-
política sólo ofrece un campo de acción real a las sos: o el enfrentamiento producía la difusión y gene-
fuerzas políticas organizadas y capaces, en el régi- ralización de la lucha mediante la acusación directa
men semipresidencial actual, de formar coaliciones al régimen político, lo que el aislamiento estudiantil
masivas. Seguramente una crisis política puede abrir de otoño hace poco probable, o el movimiento adop-
una brecha por la que se precipitarían elementos es- ta objetivos precisos, definidos en relación con las
tudiantiles y obreros para transformarla en crisis re- instituciones viejas o nuevas. Al haberse descartado
volucionaria. Ésta es precisamente la perspectiva esta solución, ya que el movimiento continúa dis-
que anima a algunos grupos, pero mañana esos puesto a mantener un estado de ruptura absoluta, la
grupos tendrán aún menos posibilidades que en acción política emprendida ha de fracasar. La huel-
mayo-junio para operar de manera decisiva a un ni- ga de diciembre en Nanterre fue un fracaso: la pre-
vel directamente político. sencia de tres mil C.R.S.* en el campus no produjo
reacciones importantes en las otras facultades de
En consecuencia, el movimiento estudiantil, que se París. El movimiento se debilita hasta el punto de
prepara para actuar en el hipotético caso de una cri- que en enero el rectorado pudo tomar medidas que
sis política, se encuentra encerrado en la Universi- algunos meses antes se hubieran considerado muy
dad, reducido a la autoafirmación, en lugar de lan- imprudentes y pudo dirigir la represión simultánea-
zarse a un teatro de operaciones más amplio, como mente en varias facultades parisinas, recurriendo en
en mayo. el caso de Nanterre a métodos de una gran brutali-
dad. Es cierto que hubo protestas y huelgas; algu-
En esta situación, el movimiento tiende a dividirse en nos profesores ocuparon la Sorbona durante una
dos tendencias. tarde. Estas respuestas no fueron vanas y proba-
blemente impidieron que la represión se extendiera;
La primera, que cree en una crisis política grave, pero hasta la fecha no ha habido movimiento de ma-
quiere reemplazar la espontaneidad de mayo por la sas e incluso ha podido verse a la mitad de los pro-
concentración de fuerzas, la elaboración doctrinal y fesores de Nanterre felicitar a su decano por haber
la organización política. Esta tendencia, que no ha- sido el primero en atreverse a lanzar a la policía con-
bía conseguido afirmarse en mayo-junio, aparece tra los estudiantes. Y, sin embargo, muchos de estos
con más fuerza en la fase actual. Es imposible eva- profesores no se hubieran atrevido a pronunciarse
luar su importancia, ya que toda su fuerza vendría públicamente unos meses antes. Finalmente fue una
dada por la crisis misma. La diversidad de los gru- valiente huelga de hambre, forma de acción inusita-
pos, la ausencia de firme orientación doctrinal, per- da, y no el movimiento dirigido por grupos propia-
miten por lo menos pensar que en lo inmediato esta mente políticos, lo que impuso la salida de los poli-
organización política no puede conseguir más que cías de Nanterre.
éxitos muy limitados.
Así es que tanto la corriente de Nanterre como la co-
La segunda tendencia es mucho menos organizada rriente de los grupúsculos me parecen hoy muy de-
y sistemática. Las esperanzas y motivaciones movi- bilitadas. ¿Quiere esto decir que el movimiento, ya
lizadas en la primavera siguen siendo potentes y tra- agotado, va a desaparecer? Yo no lo creo, pero
tan de manifestarse. El enfrentamiento se sustituye pienso que se va a desarrollar de distintas formas
por la autoexpresión. Mientras que en abril, en Nan- cada vez menos ligadas orgánicamente.
terre, un mitin producía una elevación de la disposi-
ción colectiva para actuar, en noviembre o diciembre El hecho más visible es que un movimiento que en
los sentimientos y reacciones que se expresan al principio fue obra de estudiantes de sociología está
margen de cualquier referencia a las instituciones dirigido hoy por profesores de filosofía. Vincennes
que hay que combatir o transformar sólo pueden toma á relevo de Nanterre, donde, sin embargo, se
malgastarse y chocar unos con otros. Grupos extre- ha formado un grupo comparable al de Vincennes,
mos cuya fuerza no parece que haya aumentado pero menos importante. La impotencia política y la
desde la primavera al otoño se han hecho más visi- ausencia de organización del movimiento le trans-
bles por el simple dato de que el conjunto del movi-
miento teme elevarse por encima de comportamien- *
Fuerza especial francesa de seguridad. [T.]

31
forman en movimiento de intelectuales. A veces apa- los moderados, los cuales, finalmente, se han hecho
rece la idea de instalar en h Universidad incluso un con la dirección nacional.
sector revolucionario, en que la definición del saber
y sus modos de transmisión estén determinados por Por parte de los estudiantes las rupturas son más
el compromiso político. Poco importa aquí que se- claras. Mientras los comunistas se reorganizan, la
mejante intento trate de hacerse reconocer por lo dirección de la U.N.E.F.** ha entrado en conflicto con
que representa o se cubra con el manto de la orga- los Comités de Acción. El esfuerzo por organizarse
nización tradicional; ni siquiera tiene interés el que políticamente choca con una voluntad absoluta de
se trate de crear un sector universitario revoluciona- ruptura. Los elementos más izquierdistas se encie-
rio o únicamente un núcleo de oposición política en rran en la autoafirmación, que puede conducir a ac-
la Universidad. Lo esencial es que se trata de la ac- tos espectaculares y que sólo produce un apoyo
ción contestataria de núcleos intelectuales que no se muy limitado; al mismo tiempo siguen siendo la fuer-
confunden con el espontaneísmo de Nanterre ni con za más imaginativa y más dinámica en una situación
el espíritu grupuscular que tuvo más influencia en la en que el movimiento social no puede tener expre-
Sorbona. La fuerza y la debilidad de esta «intelec- sión ni influencia propiamente política.
tualización» del movimiento está en que, por una
parte, constituye un reducto de oposición, mientras En mayo el combustible de la acción política fue la
que por otra se aleja de la práctica social y de su lucha contra las formas de autoridad y la revuelta
análisis. Hay el peligro de que la idea de revolución cultural; hoy éstas tienden a seguir su propio movi-
sustituya a la formación de un movimiento social y miento. Por ello la agitación en los institutos sigue
de que la ideología reemplace a la vez la acción po- viva: un instituto es una institución mucho más sólida
lítica y el conocimiento científico. y más constrictiva que una facultad. La revuelta cul-
tural cambia la actitud y las expectativas, transforma
Otros profesores se han ido alejando considerable- al público y, por tanto, a muchas expresiones cultu-
mente de esta fusión de compromiso político y acti- rales, desde el teatro al cine, desde la canción al ba-
vidad intelectual y no se fían del espíritu partisano. llet. El fuego de mayo ha dejado muchas cenizas en
Intentan difícilmente, y a menudo individualmente, todos los sitios donde se encendió, pero también ha
alimentar su trabajo científico con la participación in- avivado a su alrededor muchos ardores extinguidos
telectual y activa en el Movimiento de Mayo; pero o escondidos. Hoy el movimiento estudiantil no
mantienen la opinión de que la crítica de la evolu- cuenta ya con aquello que acompañó a su surgi-
ción social es inseparable de una investigación ba- miento; está obligado a inventarse ideas y objetivos
sada en el mayor rigor científico. Así, pues no se propiamente políticos en condiciones muy difíciles,
comportan como revolucionarios, sino (si todavía pero los esfuerzos reflexivos son ahora lo esencial
puede usarse esa desgastada palabra) como pro- para su posible acción y de su fecundidad van a de-
gresistas; mientras que los primeros se oponen de pender los ulteriores desarrollos de la contestación.
manera absoluta a las nuevas instituciones, los se-
gundos están dispuestos a criticarlas, especialmente En mayo era bastante fácil darse cuenta del naci-
desde el exterior, a desbordarlas más que a ignorar- miento de un movimiento social, de la crítica radical
las. Luchan contra la represión y contra el conserva- de nueras formas de poder y dominio menos especí-
durismo en la Universidad, por la transformación de ficamente económicas que en el pasado, más socia-
las fuerzas políticas y sindicales de oposición, pero les, más culturáis y más políticas al mismo tiempo.
se niegan a aceptar todo lo que pueda recordar, in-
cluso bajo una forma renovada, la brutal oposición El retroceso y la fragmentación del movimiento en el
entre ciencia socialista y ciencia burguesa. invierno pueden dar la impresión de que asistimos al
final de una crisis, a los últimos combates de reta-
Entre estos dos grupos no hay una frontera clara: guardia. Sin embargo, no es contradictorio decir que,
algunos individuos forman parte sucesivamente de en efecto, se asiste al debilitamiento de un aconte-
uno y otro. Ni siquiera existe una oposición clara en- cimiento histórico particular, el Movimiento de Mayo,
tre dos concepciones de la actividad intelectual, y es y a la vez a la aparición de nuevas formas de oposi-
en el terreno de las ciencias humanas donde esto ción y contestación más subterráneas, más margina-
aparece con más fuerza. En cualquier caso no existe les en ocasiones, pero que continúan planteando
ninguna unidad de pensamiento entre los profesores problemas y revelando conflictos fundamentales. La
más próximos al Movimiento: de Mayo, y el SNESup* actual crisis del movimiento se debe al hecho de su
tiene tantas dificultades para definir una política que situación entre dos orientaciones opuestas.
sea aceptada por toda su izquierda como para de-
fenderse contra el impulso de los comunistas y de Por un lado, puede operar atacando un sistema polí-
tico lleno de contradicciones y que une nuevas fuer-

* **
Sindicato Nacional de Enseñanza Superior. [T.] Unión Nacional de Estudiantes Franceses. [T.]

32
zas diligentes para el mantenimiento de modelos so- histórico, definido por la combinación de una crisis
ciales y culturales antiguos. No digo que el Movi- de cambio de la sociedad francesa con los conflictos
miento de Mayo fuese un movimiento de moderniza- nuevos que definen una sociedad en la que los apa-
ción social y cultural, sino que una consciencia bas- ratos que dirigen el crecimiento someten a sus parti-
tante vaga de las nuevas fuerzas, los nuevos pro- culares intereses no ya solamente al productor, sino
blemas y los nuevos conflictos, se activó mediante el también al consumidor, al miembro de las grandes
enfrentamiento con un sistema institucional rígido y organizaciones, al ciudadano.
al mismo tiempo carcomido.
El Movimiento de Mayo ha agravado la crisis del Es-
En la medida en que la crisis política aún parece po- tado y de sus instituciones, pero también ha desen-
sible, es natural que el movimiento trate de acentuar cadenado cambios sociales importantes. El movi-
la fuerza de choque, su papel de ariete que ha he- miento social se encuentra obligado a definirse di-
cho sacudir el régimen político y que espera destruir rectamente por su propia naturaleza en relación con
y abatir un día el régimen económico y social del la de sus adversarios sociales y a través de sus ob-
mismo golpe. Por otro lado, el movimiento puede jetivos de transformación global, más que por su lu-
ahora reforzarse a sí mismo y explicitar las nuevas cha contra modelos de autoridad y de organización,
contradicciones sociales que explican su revuelta y antes ligados a una sociedad pre-industrial o a la
sus reivindicaciones. Hasta el momento las fuerzas sociedad burguesa que a las formas modernas de
reivindicativas han sido más «para otro» que «para poder económico y social. La lucha contra el Estado
sí». ¿No hay que dar prioridad al análisis de los gaullista fue un elemento central del paso de la re-
nuevos problemas sociales, a la formación de nue- vuelta estudiantil a la huelga general en mayo. Es
vas fuerzas y nuevas formas de acción, renunciando posible que mañana el movimiento que tendrá su
a modos de pensamiento y expresión copiados bas- continuidad en la Universidad no encuentre una con-
tante pasivamente del movimiento obrero de finales junción de fuerzas tan favorable y que antes que
del siglo XIX y comienzos del XX? El movimiento uni- nada tenga que descubrir, teórica y prácticamente,
versitario americano, que cada vez tiene una rela- sus propias razones de ser. Durante esta fase de in-
ción más próxima con los movimientos y los proble- cubación el movimiento vivirá aislado, desacredita-
mas de hoy —-movimiento de los negros, desorga- do, pero sin dejar de desempeñar su papel de reve-
nización urbana, guerras o intervenciones imperialis- lador y de instrumento de reorganización del campo
tas—, se ha empeñado en la creación de fuerzas histórico y sus conflictos. A la múltiple riqueza de
sociales de oposición mucho más ricas de futuro. En mayo, generosamente dispersada, sucede la rígida
cambio, su capacidad para combatir políticamente austeridad del invierno. Es ahora cuando hay que
es mucho más débil que la del movimiento francés. correr el riesgo intelectual de ver en el desorden y
en el aparente retroceso la imagen quebrada que re-
Parece evidente la imposibilidad en que el movi- fleja los movimientos sociales de mañana. No se tra-
miento contestatario se encuentra para elegir bru- ta de ponerse a esperar un nuevo Mayo, cuyo fuego
talmente uno de estos dos caminos. Una elección ha alumbrado la cresta que separaba la vieja socie-
demasiado clara en una situación ambigua, de incer- dad francesa de sus nuevas formas de actividad, de
tidumbre política y transformación social a la vez, organización y de poder; es ahora, en las profundi-
puede conducir a nuevas formas de blanquismo o, dades de la nueva sociedad, cuando se prepara la
inversamente, a una acción crítica más afectiva o in- historia del mañana.
cluso más inteligente que políticamente eficaz.

Pero una tal complejidad y confusión, ¿no es propia IV. Intento de comparación internacional
precisamente de la sociedad francesa, lo bastante
modernizada ya como para estar obligada a plan- Antes de emprender directamente un análisis com-
tearse los problemas sociales de una sociedad post- pasado de los movimientos estudiantiles hay que
industrial y al mismo tiempo lo bastante arcaica aún abordar este análisis mediante la definición de algu-
como para tener que atacar las herencias, los obs- nas dimensiones del movimiento estudiantil y su si-
táculos y las coacciones situadas al nivel de los sis- tuación en la sociedad.
temas de autoridad, de organizado» y de decisión
tradicionales? Desde el punto de vista que aquí nos interesa pue-
den retenerse diversas variables, ya que se trata de
Es precisamente desde ese punto de vista desde el saber en qué condiciones las reivindicaciones estu-
que hay que considerar la desorganización aparente diantiles pueden poner en entredicho un adversario
y las crisis internas de un movimiento que no puede social y proponer un contramodelo de sociedad.
tener organización, ni programa, pero que plantea,
mediante sus propias condiciones, los problemas Por tanto, no tomo en consideración aquí lo que de-
esenciales de la sociedad. Se. acaba un momento fine a los estudiantes como categoría social. Y no

33
porque eso carezca de importancia, sino porque con quiridos, pero no puede dar forma a una acción
frecuencia y justamente se ha insistido en todas las transformadora de la sociedad.
razones que refuerzan la autonomía, es decir, el ais-
lamiento de esta categoría. El debilitamiento de la in- En los inicios de la industrialización (primeros dece-
fluencia familiar, la prolongación de los estudios, la nios del siglo XIX) existieron numerosos movimientos
formación de amplios campus o ciudades universita- obreros, de los ludditas a los canuts, que pusieron
rias, la importancia que tienen los jóvenes para un de manifiesto la revuelta de los oficios artesanales a
mercado de consumo que desea la rápida renova- los que la organización capitalista de la producción y
ción de los productos y las modas, contribuyen a el maquinismo herían de muerte; es históricamente
crear un medio que se define mucho menos que an- aceptable considerar a estos movimientos como el
tes por su papel profesional. Incluso puede llegarse origen del movimiento obrero; pero no es menos
a hablar de una subcultura estudiantil o una subcul- cierto que estos obreros-artesanos no supieron crear
tura de la juventud, y ciertos movimientos, en parti- por sí mismos el movimiento obrero y que se encon-
cular el de los provos holandeses y especialmente el traron en la misma situación que los campesinos,
de la juventud inglesa, aparecen en primer lugar cuya actividad económica y cuyo género de vida ha-
como la expresión de una ruptura entre la juventud y bían sido alterados por la industrialización y la urba-
la sociedad. Tales reacciones colectivas pueden nización.
considerarse como el grado cero del movimiento es-
tudiantil. Por el contrario, a partir del momento en La crisis de la mayoría de las universidades euro-
que se considera al estudiante en su situación pro- peas es también la crisis de una cultura y de una so-
fesional, en la universidad, puede investigarse en ciedad burguesas en que las barreras de clase son
qué condiciones la insatisfacción o la reivindicación difíciles de franquear, pero que se encuentran des-
se desarrollan o no como un conflicto social y una compuestas por el hecho de las transformaciones
acción política. sociales y ante todo por el crecimiento numérico de
los efectivos, la transformación de las salidas o la in-
En todos los países industrializados, en formas a fluencia de agentes de socialización e información
menudo comparables y cuya similitud está reforzada externos a la institución universitaria.
por la difusión internacional de gustos y modas, se
observan los mismos comportamientos particulares Alemania e Italia, mucho más que Francia, poseían,
de la juventud. Sin embargo, un movimiento social aún muy recientemente, una organización universita-
absorbe, por su parte, estos comportamientos en ria directamente heredada del siglo XIX y fundada
grados muy distintos y en formas muy diversas. Hay sobre poder del profesor titular de la cátedra, situa-
que esforzarse en comprender los determinantes de ción que en Francia sólo tiene equivalente en las fa-
esta absorción, de esta asimilación de un estado cul- cultades de medicina.
tural por una acción social.
Por encima de estas diferencias el conjunto de las
Probablemente no es casualidad que los países en universidades europeas puede ser considerado co-
que La cultura de la juventud tiene características mo arcaico, impermeable a la introducción de ense-
más acusadas también aquellos en que el movi- ñanzas, de relaciones sociales, de formas de orga-
miento estudiantil ha tenido hasta ahora menos im- nización que requieren a la vez sus propias condi-
portancia. Todo ocurre como si la misma situación ciones de existencia y la demanda social.
cultural recibiera en Inglaterra una fuerte expresión
cultural y diera origen a una débil acción social, Las universidades americanas, no sólo las de los
mientras que en Francia se manifestara mediante Estados Unidos, sino las grandes universidades lati-
una fuerte acción social y una débil invención cultu- noamericanas, de las que, sin embargo, se acos-
ral. La tipología que va a introducirse no apunta, por tumbra a hablar con desdén, son mucho más «abier-
tanto, a definir los diversos aspectos de la situación tas» y constituyen los principales centros de innova-
estudiantil, sino las condiciones de formación de un ción intelectual al mismo tiempo que organizaciones
movimiento estudiantil. capaces de transformar de forma casi continuada su
organización y su actividad.
a) El movimiento estudiantil no puede tener las mis-
mas orientaciones si se forma o no en un sistema Una institución universitaria puede ser de modelo
universitario arcaico, inadaptado. Por tanto, la prime- antiguo y, sin embargo, no estar gravemente inadap-
ra variable a considerar viene definida como arcaís- tada para la demanda, ya sea porque asegura sali-
mo-adaptación. Adelanto la hipótesis de que una ca- das profesionales sólidas o porque su acceso está
tegoría social ubicada en una situación de crisis po- protegido y la universidad goza de un alto prestigio.
drá rebelarse, dar lugar a una revuelta, o, por el con-
trario, replegarse en sus tradiciones e intereses ad- En cambio, no son las organizaciones más tradicio-
nales, sino aquellas sobre las que se ejerce un ma-

34
yor impulso las que corren el peligro de descompo- tización del movimiento, implica también un reforza-
nerse antes y, en consecuencia, de sumirse en un miento de las reacciones de crisis y revuelta, una
caos que absorbe el descontento en lugar de ayu- mayor fragilidad de la acción que oscila brutalmente
darle a transformarse en movimiento social. De la desde la acción política a una violencia que sólo tra-
misma manera, las industrias en crisis sufren revuel- duce la confusión de los más pequeños problemas
tas sociales o huelgas, pero rara vez son el punto de con los mayores, de los problemas más personales
partida de un movimiento obrero capacitado para con los más generales. Con frecuencia se ha seña-
una acción general. lado que en Francia, país de gran rigidez institucio-
nal, los más altos dirigentes del Estado veían llegar
Sólo allí donde las universidades tienen una cierta a sus despachos en la mayor confusión los proble-
modernidad —definida con relación al estado de la mas más limitados y las decisiones más importan-
sociedad— el movimiento estudiantil puede conver- tes, de manera que cuando el conflicto estalla nunca
tirse en elemento de un conflicto que afecte las se sabe en qué medida contesta estas grandes de-
orientaciones y formas del devenir social. cisiones o provienen de un «contencioso» multifor-
me que se ha convertido en insoportable por su
Volveremos más tarde a tratar el caso francés, que misma diversidad.
lleva consigo elementos de modernización aunque
no sea más que por la reciente introducción de una No se trata, por tanto, de un movimiento purificado
reforma que apunta a la separación de una élite que se encuentra lanzado a la acción política por la
preparada para la investigación y los futuros cuadros rigidez institucional, sino, al contrario, de un movi-
medios, particularmente profesores, llamados a se- miento complejo, cargado de afectividad y resenti-
guir un camino diferente. Pero las facultades de le- miento y, en consecuencia, de ideología. Movimiento
tras, centro del Movimiento de Mayo, estaban toda- sensible al conflicto, pronto a representarse a la so-
vía muy poco introducidas en el camino de la mo- ciedad dividida en campos hostiles, escéptico en
dernización. cuanto a las posibilidades de institucionalizar conflic-
tos que deben ser dirigidos abiertamente. En el lími-
b) Un movimiento formado en la Universidad en- te, la rigidez institucional conduce al motín o a la
cuentra en primer término frente a él autoridades guerra civil, dibuja al menos más claramente quié-
corporativas y administrativas que pueden ser o no nes son los adversarios. Esto es tanto más impor-
capaces de establecer negociaciones. Puede asegu- tante cuanto que la resistencia de los dirigentes a la
rarse que esta capacidad depende del sistema ad- negociación procede con frecuencia de que se con-
ministrativo, de la fuerte o débil autonomía de las sideran como los depositarios o los defensores de
universidades, pero la presión es frecuentemente tradiciones y principios. de una cierta idea de la-
tan brutal que la oleada barre las reglas instituciona- Universidad, y entonces ellos mismos se sitúan más
les y, en consecuencia, se manifiestan considera- allá de la institución al nivel de las fuerzas sociales
bles diferencias entre las universidades de un mismo generales, e incluso al nivel de la oposición entre el
país o entre las facultades de una misma universi- bien y el mal, la civilización y la barbarie.
dad. El ejemplo de París basta para demostrar lo di-
cho: aun cuando parecía que los decanos estaban c) La naturaleza de las instituciones no debe ser
desprovistos de cualquier poder de decisión real y confundida con la del poder político, es decir, con el
sólo podían ser lazos de unión entre el ministerio de grado se visibilidad y concentración del sistema de
Educación Nacional y su facultad, hubo que recono- decisión política. Lo que aquí se plantea no es la
cer la gran importancia de su función, la diversidad forma de la organización política, sino el grado de
de sus reacciones y la importancia que se derivaba correspondencia entre las fuerzas dominantes y el
de las consecuencias de éstas. De la misma mane- poder político. Es siempre insuficiente presentar el
ra, el papel del rector de la Universidad Técnica de poder estatal como la expresión política directa de
Berlín parece haber sido considerable. los intereses de una clase dominante; pueden dis-
tinguirse situaciones en que la tarea de transforma-
En los lugares donde el sistema organizativo es rígi- ción económica y social emprendida por una clase
da, incapacitado para la negociación, el movimiento dirigente recurre a un control político estricto y otras
de reivindicación o revuelta tiene más posibilidades en que, por el contrario, deja que subsista una gran
de atacar, más allá de la misma Universidad, al po- distancia entre la dominación social y el poder políti-
der social, mientras que en el caso inverso tiene co. La variable considerada aquí puede ser denomi-
más posibilidades de desarrollarse en el interior de nada como el grado de institucionalización del poder
la institución universitaria. político; éste es tanto más débil cuanto mayor sea la
correspondencia entre la organización estatal y el
No obstante, hay que añadir —observación que se poder económico.
aplica también al parágrafo siguiente— que la rigi-
dez institucional, al tiempo que puede facilitar la poli-

35
Una gran rigidez institucional puede ir asociada a un acuerdos, han conseguido una fuerte institucionali-
movimiento de transformación económica y cultural, zación de los conflictos de trabajo. En este país el
activado por un conjunto no concertado de fuerzas poder político es difuso, el papel de la élite propia-
dirigentes y que no toman la forma de élites políti- mente política es débil debido al hecho de la situa-
cas. Tal es, por ejemplo, el caso de Italia. A la inver- ción internacional de Alemania, a la potencia de las
sa, una gran autonomía universitaria puede ir aso- grandes empresas, a la asociación de los dos parti-
ciada a un sistema político en que el papel de la élite dos políticos principales en una coalición guberna-
dirigente es claramente visible, como en el caso de mental y al debilitamiento del papel personal del
México y otros países latinoamericanos y, en mi opi- canciller desde la época de Erhard.
nión, también en el caso de Japón.
Al tocar este punto tiende uno a recordar de nuevo
Cuando el movimiento estudiantil encuentra frente a las célebres frases de Marx sobre la Alemania de los
sí un poder político fuertemente constituido, ha de comienzos del siglo XIX. Todavía hoy las condiciones
lanzarse a una acción más directamente política, es son favorables para el desarrollo de una consciencia
decir, ha de atacar el sistema de poder. Aunque el teórica antes que para una acción práctica. Ni en los
Movimiento de Mayo en Francia se definió ante todo Estados Unidos, ni en Francia, ni en Italia se en-
como anticapitalista, en el momento más dramático cuentran dirigentes estudiantiles que posean la ma-
de su desarrollo atacó más al régimen gaullista que durez intelectual de un Dutschke o un Wolff. Es sólo
al poder económico de las grandes empresas y de en Alemania donde la influencia de un ideólogo —H.
sus agentes políticos. Marcuse— ha sido considerable, mientras que en
Francia, H. Lefebvre, que hubiera podido desempe-
Por el contrario, un sistema político más diversifica- ñar intelectualmente el mismo papel, no lo ha ejerci-
do, en el cual la autonomía y la cohesión de la élite do, al menos hasta el momento. (Adelanto aquí la
propiamente política es débil, tiende a producir un hipótesis de que en el período actual, Francia tiende
ataque al orden social más difuso, más cultural que a acercarse a la situación alemana de los años 65-
político. 67 por el hecho de la nueva autonomía de las uni-
versidades, la apuesta en práctica de sistemas de
A partir de estas proposiciones elementales puede burgaining y la reacción conservadora de la mayoría
intentarse analizar soluciones reales e incluso definir de los profesores.)
las modalidades de acción del movimiento estudian-
til en la situación actual. En primer lugar van a evo- Italia está en parte en una situación análoga, pero la
carse, por tanto, de manera relativamente sistemáti- mayor rigidez de los mecanismos institucionales lan-
ca, estas modalidades antes de reflexionar sobre los za al movimiento estudiantil hacia una acción más
problemas generales del movimiento estudiantil. amplia, conducida particularmente en dirección a las
fuerzas de apoyo, que son tanto el P.C.I.* como, sobre
Antes de continuar recordemos la tipología que aca- todo P.S.I.U.P.** Semipolitización limitada por la natura-
bamos de introducir: leza del poder político, por la extrema debilidad de la
élite propiamente política de este país.
Sistema institucional Organización universitaria
1) rígido: arcaica modernizante b) La situación italiana es, de alguna forma, intermedia
a) poder político concentrado Francia Checoslovaquia entre la alemana y la francesa. Ésta no tiene de común
b) poder político difuso Italia Columbia (USA) con la de Alemania más que el anarquismo de la situa-
2) flexible: ción universitaria. También se ha dicho, y hay que re-
a) poder político concentrado Japón México
cordarlo aquí, que la Universidad francesa estaba me-
b) poder político difuso Alemania Berkeley (USA)
nos instalada en una resistencia conservadora que
desorganizada e incluso sumergida por un crecimiento
a) Un caso extremo es aquel en que se encuentran
que no se acompañaba de ninguna verdadera trans-
reunidos los elementos que conducen a un fuerte formación organizativa. En definitiva, todo conducía al
bloqueo del movimiento, al estallido de una revuelta movimiento estudiantil francés a salir de la Universidad.
a la vez universitaria y global, decidida a destruir un Ha sido únicamente en Francia donde la revuelta estu-
sistema arcaico, pero incapaz de salir de la Univer- diantil ha podido provocar una huelga general obrera,
sidad y poner en marcha al conjunto de la sociedad. preparada en el curso de los dos años precedentes por
El caso de Alemania Federal es el más claro. huelgas violetas, por la política socialmente reacciona-
ria del gobierne (ataques contra la Seguridad Social,
El arcaísmo de la organización universitaria y de las congelación de los salarios reales, campaña de opinión
relaciones de autoridad en las facultades se encuen- sobre los sacrificos necesarios para asegurar la «com-
tra asociado a una cierta flexibilidad de los sistemas petitividad» de la industria francesa en el momento de
de negociación, en particular en la industria, donde
sindicatos potentes, a través de la cogestión u otros *
Partido Comunista Italiano
**
Partido Socialista Italiano de Unidad Proletaria. [T]

36
la supresión de los derechos de aduana en el seno del otras partes, la naturaleza de un poder social hasta
Mercado Común) y especialmente por la permanencia entonces cobijado tras las ilusiones tranquilizadoras
de una debilísima institucionalización de los conflictos de la modernización, la racionalización y el creci-
de trabajo y la fuerte influencia del partido comunista. miento.
La naturaleza del régimen gaullista ha producido simul- Todavía no se trata de un movimiento social autó-
táneamente una capacidad casi nula de negociación en nomo y plenamente desarrollado. Más que afirmar
la Universidad y la orientación del movimiento hacia un un «proyecto», pone de manifiesto contradicciones.
enfrentamiento directo con el poder político.
Provoca una crisis revolucionaria que es menos que
una revolución, pero más que una crisis de mutación
Recogiendo de nuevo los términos generales de nues-
tro análisis, diremos que el movimiento estudiantil fran-
y adaptación. También en este punto la continuidad
cés se ha mostrado más capacitado para definir a sus de la historia nacional es sorprendente. Es la lucha
adversarios y comprometerse en una acción de trans- contra el absolutismo la que ha provocado la forma
formación global de la sociedad que para definirse y revolucionaria del cambio social en Francia, la im-
organizarse a sí mismo. En efecto, no se apoya en la portancia de las orientaciones políticas e ideológicas
defensa de los intereses «modernos», en particular en de los movimientos cuya cabeza es más vigorosa y
la defensa de la educación contra el dominio de la tec- definida que la base.
nocracia o del poder político y económico en general,
sino antes que nada manifiesta las reacciones ante la En definitiva, la modernidad del movimiento no pue-
crisis de un sistema arcaico descompuesto por su pro- de oponerse simplemente al arcaísmo de las resis-
pio crecimiento material. tencias con las que ha chocado. Este arcaísmo ha
desempeñado el papel de un obstáculo que ha obli-
De aquí deriva la tensión e incluso la contradicción (cu- gado al movimiento a saltar más alto y más lejos, a
yo análisis es el tema central de mi libro sobre el Mo- revelar nuevos conflictos sociales, a salir más deli-
vimiento de Mayo), constantemente visible, entre un beradamente del limitado terreno de los problemas
movimiento revolucionario y reacciones de crisis. universitarios.
Situación bastante análoga a la de los comienzos del
Si no se quisiera ver en tales movimientos más que
movimiento obrero en Francia. Por esto he hablado de
una crisis inútil y lamentable se dejaría de lado lo
comunismo utópico a propósito del movimiento estu-
diantil, expresión paralela a la de socialismo utópico,
esencial, es decir, la entrada en la escena histórica
empleada en un sentido amplio para designar los mo- de un movimiento social de primera importancia, de
vimientos intelectuales y populares de 1830 a 1848, en modo revolucionario más que reivindicativo.
los cuales la fuerza de negación del orden social al
mismo tiempo que el proyecto político van por delante c) Si ahora se vuelve a tratar sobre las universidad»
de la formación de una fuerza de reivindicación profe- modernas, es decir, las que no están fundamental-
sional. Existen elementos comparables entre la situa- mente inadaptadas a la demanda social, pueden
ción francesa y la situación japonesa y, especialmente, oponerse dos situaciones extremas. La primera es la
la situación española. Pero en el primer caso el aisla- que maximaliza las posibilidades de un movimiento
miento del movimiento estudiantil es mucho mayor, propiamente universitario, porque el sistema institu-
mientras que en el segundo es mucho más acentuado cional es flexible y el poder político difuso. La fuerza
el arcaísmo universitario y las formas de control social del movimiento y su importancia no puede proceder
son tan efectivas que el movimiento español está a mi- en este caso de su acción política, sino, al contrario,
tad de camino entre el de los países industrializados y de la revuelta social que le anima. Es la situación del
el de los países subdesarrollados. movimiento americano, especialmente en Berkeley:
un movimiento centrado en los actores, mientras que
La importancia del movimiento francés viene dada por el movimiento francés está centrado en los objetivos.
los obstáculos institucionales y la centralización políti-
Esta diferencia aparece materialmente cuando se
ca, en una situación de transición más que de puro ar-
lleva a cabo una encuesta entre militantes estudian-
caísmo universitario, que ha lanzado hacia adelante
una revuelta que, en las otras situaciones evocadas
tiles. Un joven sociólogo americano que ha hecho la
hasta aquí, tiende a consumirse en sí misma. experiencia de este trabajo en los dos países, se ha
sorprendido por la insistencia con que los estudian-
Toda la paradoja del Movimiento de Mayo está en que, tes americanos hablan de sí mismos, de su historia
obligado por la búsqueda mítica de una fuerza revo- personal, de su proceso de radicalización, mientras
lucionaria-proletaria y por la lucha contra sistemas que los estudiantes franceses rehúsan hablar en es-
políticos e institucionales rígidos, ha hecho aparecer tos términos, ponerse a ellos mismos en considera-
fuerzas reivindicativas nuevas fuera de la Universi- ción, y sitúan la entrevista en un terreno directamen-
dad (técnicos y «profesionales» por una parte, jóve- te político.
nes obreros por otra) y ha revelado, más que en

37
El Movimiento de Mayo ha provocado en Francia Digamos con precisión que en este caso la revuelta
una crisis de régimen. El movimiento de Berkeley y estudiantil está más directamente ligada que en los
otras universidades ha desencadenado en los Esta- otros a la formación de una nueva élite dirigente o al
dos Unidos una crisis de conciencia, al tiempo que la menos a la lucha contra una élite industrializadora
expresión política seguía siendo relativamente débil. que se ha convertido en burocracia política y, en
Es incluso posible que la acción propiamente política consecuencia, en un freno para el desarrollo. En di-
contra la guerra de Vietnam no produzca la forma- versos grados, en los países del Este y de una for-
ción de un movimiento político duradero en los tér- ma particularmente clara en Checoeslovaquia, país
minos en que la provocó la análoga lucha llevada a en que el absurdo sistema staliniano se había hecho
cabo en Francia por el sindicalismo estudiantil contra insoportable por la desaparición de la reserva mano
la guerra de Argelia. El tema político está aún muy de obra campesina, el movimiento estudiantil no to-
débilmente ligado, al nivel de temática más que de la ma forma de un movimiento contra el orden social,
práctica, con una acción propiamente universitaria. sino de una acción que se emprende a la vez por la
El movimiento americano presenta muchos más pe- modernización económica y cultural y por la realiza-
ligros de quedarse en una revuelta cultural que su ción de sociedad socialista de la que se aleja el ré-
homólogo francés. E inversamente tiene mucha ma- gimen que pretende dirigirla.
yor capacidad para desarrollar una acción social
más inventiva y convertirse en uno de los elementos Algunos aspectos de los movimientos estudiantiles
de la formación de un movimiento —no forzosamen- latinoamericanos, y particularmente el caso mexi-
te unificado en su organización— de crítica funda- cano, pueden aproximarse a este tipo. También en
mental de la sociedad. Las difíciles relaciones del este caso se trata de una Universidad moderna —es
movimiento estudiantil y el movimiento negro me pa- decir, modernizante en el estado actual de la socie-
recen más cargadas de futuro que las incompren- dad— y de un sistema: político organizado en torno
siones del movimiento estudiantil y los sindicatos a un partido casi único; pero la Universidad dispone
obreros en Francia. en México de una verdadera autonomía que obliga
al movimiento estudiantil a desarrollarse, al tiempo
La situación americana evoca la del movimiento que en dirección a objetivos claramente políticos, en
obrero inglés, movimiento más fuerte en la base que un terreno específicamente universitario. La relación
en la dirección, apoyado en una fuerte conciencia con obreros y campesinos se hace en este caso ex-
del medio especifico, comprometido en negociacio- tremadamente difícil por el potente control ejercido
nes, capaz de encontrar diversos apoyos al nivel lo- sobre estas categorías sociales por las correas de
cal, pero capaz también de hacer estallar el carácter transmisión del P.R.I.*
limitado de un sistema político reducido a los whigs y
a los tories, a los demócratas y los republicanos, e Esta tipología no tiene una finalidad por sí misma.
incapaz de expresar las reivindicaciones de la nueva Es sólo una primera aproximación de tipo compara-
sociedad. tivo que toma en consideración la situación del mo-
vimiento estudiantil y sus problemas propios. Pero
Tendríamos que distinguir cuidadosamente —lo que las observaciones que se han hecho conducen tam-
no puede hacerse aquí— situaciones diversas en los bién a un análisis más elaborado, que apunta direc-
Estados Unidos; el origen de las principales varia- tamente a algunos de los problemas ya abordados
ciones proviene de la flexibilidad de las instituciones. en esta exposición. Pueden resumirse de la forma
El Berkeley de C. Kerr y la Columbia de G. Kirk es- siguiente. Se ha planteado teóricamente que un mo-
tán, desde este punto de vista, muy lejos uno de vimiento social era la expresión de un conflicto entre
otra, lo que puede explicar la mayor violencia del fuerzas sociales para lograr el control del cambio
movimiento de Columbia. social. En términos más analíticos es, por tanto, la
combinación de una defensa de los intereses pro-
De todas formas, hay que decir que el tipo del mo- pios de una unidad de acción —lo que llamaremos
vimiento estudiantil de Berkeley es más característi- un principio identidad, I—, la lucha contra un adver-
co de una sociedad en que generalmente las univer- sario social —principio de oposición, O— y la refe-
sidades tienen una capacidad bastante grande para rencia a una baza asociativa —principio de totalidad,
la negociación y la gestión de los conflictos. T.

d) Las universidades modernas ubicadas en socie- Existen movimientos rudimentarios que sólo poseen
dades en que es visible la concentración del poder uno de estos elementos: grupo de presión (I), de
político (y especialmente si su sistema institucional contestación (O) o doctrinal (T).
es rígido) son, en oposición a las universidades nor-
teamericanas, las que tienen más posibilidades para
formar un movimiento claramente político.
*
Partido Revolucionario Institucional. [T.]

38
Existen igualmente movimientos parciales, que pue- contenido, sino más profundamente por el estudio
den ser definidos como I-T, I-O u O-T y cuya defini- de las relaciones entre sus elementos.
ción más precisa sería inútil aquí.
Lo más sencillo es definir un movimiento por el ele-
Pero la cuestión que se plantea es la de saber si mento que desempeña el papel motor en él, que es-
existen movimientos sociales completos y concretos tá por delante de los otros.
que asocien de manera coherente los tres elemen-
tos que se han diferenciado. Así, en Checoslovaquia el elemento central es el O-
T, decir, la crítica del poder en nombre de un modelo
Me parece que la formación de tales movimientos desarrollo asociativo; en los Estados Unidos es el
supone un grado extremo de coherencia de la situa- elemento I-T, es decir, una revuelta contra el orden
ción social y, consecuentemente, un punto extremo social, centrada sobre el grupo; en Francia, en ma-
de institucionalización del conflicto en cuestión. Tal yo, es el elemento de lucha I-O el que arrastra a los
puede ser el caso de algunas sociedades como la otros. Cada vez se producen desequilibrios internos
sueca, sociedades en las cuales la potencia de los en el movimiento que provocan a su vez una pro-
acuerdos colectivos en la tradición de Saltsjöbaden, ducción de ideologías cuya función es afirmar una
juntamente con el funcionamiento regular de un sis- coherencia entre elementos en realidad no coheren-
tema parlamentario, aseguran una relación muy tes.
fuerte de los tres puntos cuya unión triangular consti-
tuye un movimiento social. A partir de aquí puede volverse al análisis de las si-
tuaciones.
Un sindicalismo como el de la central obrera sueca
puede entonces operar en nombre de intereses par- En una situación de crecimiento liberal en la que
ticulares, los de los asalariados, contra los de los pa- domine el ¡Enriqueceos!, de la monarquía de Julio o
tronos y en nombre del progreso económico y social. de la era victoriana, los conflictos entre fuerzas so-
ciales aparecen con retraso en relación con una
Quiere decirse con esto que las condiciones que po- reacción global frente a la sociedad y a la cultura.
sibilitan la realización del modelo teórico del movi- Por el contrario, en un tipo más dirigista del desarro-
miento social son también las que hacen que no llo en el que el papel del Estado es muy visible, es el
exista, hablando con precisión, movimiento social, elemento O-T el que toma delantera sobre los otros.
ya que el conflicto esa plenamente institucionaliza- Las condiciones que dan prioridad al elementó I-O,
do. es decir, al elemento más concretamente conflictivo,
son probablemente más difíciles de determinar y
Esta afirmación topa de nuevo con la observación pueden corresponder a una situación en la que se
más simple según la cual un movimiento social in- conjuguen el papel visible del Estado y un fuerte
venta o transforma una situación en la que opera y, crecimiento liberal, como en el caso de Francia.
por tanto, nunca puede ser enteramente «consciente
y organizado». Así, pues, en cada situación hay que partir de lo que
constituye el motor del movimiento para comprender
Un movimiento social es siempre desequilibrado: a la vez la acción de éste y las dificultades que en-
sus diversas dimensiones —I-T, I-O, O-T— no se cuentra en su propio seno.
corresponden perfectamente.
Señalemos de momento que esta sucesión analítica
En este punto hay que recordar la crítica de Lenin es completamente diferente de la (en nuestra opi-
contra el economicismo y el trade-unionismo y la nión muy criticable) que se plantea en principio un
oposición inversa realizada por Perlman entre la vo- modelo abstracto de cambio progresivo, controlado,
luntad de job control de los obreros y las orientacio- institucionalizado y que, por tanto, concibe los mo-
nes políticas dadas al sindicalismo por los intelectua- vimientos sociales únicamente como reacciones,
les. Tales observaciones pueden ser generalizadas signos de desorden y no agentes de transformación
y liberadas de su contenido ideológico; muestran social, ante los obstáculos que se oponen a este
que el no poner ser integrados y unificado está en la cambio progresivo.
naturaleza de los movimientos sociales.
Se podría objetar, en primer lugar, que los movi-
Más concretamente, como se ha dicho, la defensa mientos estudiantiles no son exclusivos de los sis-
profesional, la lucha social y el proyecto político es- temas institucionales más rígidos. Pero me parece
tán siempre más o menos disociados. Por tanto, la que una opinión tal confunde esencialmente dos ti-
diversidad de las situaciones consideradas no debe- pos de problemas: el funcionamiento del sistema so-
ría conducir sólo a distinguir movimientos por su cial y la incriminación de las orientaciones y del po-
der que caracterizan a una sociedad.

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de haber saboteado su propia acción para instalar
Si nos situamos al nivel del funcionamiento de las un gobierno de unión de la izquierda.
instituciones puede decirse, en efecto, y de una ma-
nera que limita con la tautología, que su rigidez pro- El segundo hecho se manifiesta por el rápido paso
voca choques, revueltas, crisis. de una acción dirigida por grupos muy reducidos, a
los que frecuentemente se llama grupúsculos, a una
J. Pitts ha desarrollado brillantemente estos temas acción de masas; masas que sólo fueron moviliza-
con referencia a Francia cuyo autoritarismo tiene das por la represión de la policía y la crisis que si-
como contrapartida la comunidad delincuente y el guió.
escándalo, es bastante exacto al nivel de los com-
portamientos individuales o colectivos definidos por En el caso checoslovaco, la eficacia y la importancia
su ubicación en una organización. Pero hay que política del movimiento tienen como contrapartida no
añadir que es precisamente la naturaleza de las ins- sólo la incapacidad de definir un conflicto propia-
tituciones la que determina la importancia y la res- mente social, sino también la dificultad para dar a la
ponsabilidad política de las oposiciones al sistema revuelta cultural una gran potencia. El movimiento
social y cultural. Y al contrario, en una sociedad más estudiantil tiene el papel de un detonador político an-
descentralizada, más empírica, puede pensarse que tes que una gran capacidad de acción autónoma.
la oposición tiende a encerrarse en el retraimiento y
el apartamiento. En los lugares en que predomina el Finalmente, el movimiento de tipo americano, en el
elemento I-T, donde la revuelta cultural es más fuer- que la revuelta cultural está muy cargada de oposi-
te que el conflicto social, es más difícil que el recha- ción política, sigue siendo el más fácilmente ence-
zo de los valores y normas se convierta en movi- rrado en esta revuelta, al tiempo que tiene una gran
miento capaz de transformar el orden social. dificultad para encontrar tanto un contenido social
como objetivos politices.
En cambio, la rigidez institucional, aun cuando favo-
rece, como se ha dicho, una generalización de la Se podría añadir que un movimiento de tipo alemán,
temática reivindicativa y de los estados de descon- que es ante todo de revuelta y negación, fracasa en
tento, se desvía de una verdadera politización y, su intento por constituirse fuertemente a la vez en el
más que provocar un movimiento social, refleja una orden cultural, en el orden social y en el orden políti-
crisis. co, por lo que, consecuentemente, tiende a sustituir
una práctica decadente por una potente producción
Si se generalizan estas observaciones nos alejamos ideológica. Y esto porque el papel de la ideología es
de la simple construcción de una tipología, por la llenar las dimensiones débiles de un movimiento.
que se ha comenzado, para llegar a la idea siguien-
te. Los franceses han imaginado una utopía de auto-
gestión y espontaneísmo que «tapone» a la vez los
Cada uno de los tres tipos que acaban de ser defini- dos huecos de su movimiento: la organización pro-
dos por el predominio de una de las dimensiones del fesional y los objetivos políticos. Los checoslovacos
movimiento social ataca el orden social. Ninguno y los que se encuentra en una situación semejante
puede ser considerado como una pura reacción ante inventan una reconciliación del socialismo y la liber-
una situación de crisis. Todos llevan su acción más tad, que es más una construcción ideológica que un
allá de las reivindicaciones inmediatas; todos tratan programa político. Los estudiantes americanos re-
de tener una fuerza de contestación social y cultural, chazan globalmente su sociedad, lo cual les evita
en oposición a una regulación institucional del con- analizar los conflictos sociales y buscar formas de
flicto. Pero, al mismo tiempo, cada uno de estos ti- organización política. Pero estas debilidades y estas
pos está amenazado por una doble contradicción in- ideologías son precisamente el motor de los movi-
terna, la que opone su elemento fuerte a cada uno mientos. Sólo se reducirán en la medida en que los
de sus elementos débiles. nuevos conflictos sociales maduren, se organicen y,
en consecuencia, se institucionalicen.
En el caso francés, definido por la fuerza de la di-
mensión I-O, existen a la vez una debilidad política y La tarea principal de un estudio dinámico de los mo-
una débil participación de la base en el movimiento. vimientos es considerar las formas de esta transfor-
El primer hecho se clarifica desde el momento en mación progresiva de agitaciones desequilibradas,
que se escuchan las violentas discusiones que han contradictorias pero motoras, en fuerzas sociales or-
opuesto y oponen todavía a los estudiantes izquier- ganizadas, equilibradas, pero que han perdido su
distas con los responsables del partido comunista y capacidad de transformar el orden social.
de la C.G.T. Éstos hablan en términos de posibilidad
de solución política a la crisis y acusan a los enragés Un movimiento social no es una idea, ni un proyecto,
ni una doctrina. No opone a las contradicciones de

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una sociedad la unidad de una solución racional y
equilibrada. Sólo doctrinarios utópicos se atreven a
crear dicho modelo de sociedad ideal. Un movimien-
to social sólo merece este nombre por las contradic-
ciones que lleva en su seno, por los desequilibrios
que lo empujan hacia adelante. Incluso cuando es
aparentemente consciente y organizado, sólo vive
por sus discordias y sus luchas internas. La mayor
debilidad de los movimientos estudiantiles de hoy es
la ilusión de poder vivir sus objetivos, de poder cons-
truir y consumar una antisociedad. La importancia
del Movimiento de Mayo no reside en absoluto en la
lírica ilusión de la Sorbona ocupada. Reside, por el
contrario, en el estudio de las contradicciones que
ha sido capaz de afirmar mediante su acción políti-
ca, contradicciones que oponen la intención política,
la lucha social y la revuelta cultural. Si el Movimiento
22 de Marzo estuvo en el corazón del movimiento
estudiantil francés es porque era libertario y socialis-
ta, porque representaba la unión y la contradicción
de la bandera roja y la bandera negra.

La historia de un movimiento social viene siempre


dada por un largo esfuerzo para superar contradic-
ciones internas y llegar de esta manera a la realiza-
ción y, por tanto, a la autodesaparición.

Nadie puede prever en qué medida y qué casos se-


rá destruido el movimiento estudiantil por sus pro-
blemas internos o los dominará con la fuerza sufi-
ciente para extender su acción y su influencia. Pero
puede decirse que la regla para medir este éxito o
este fracaso será la capacidad que el movimiento
estudiantil tenga para participar en una acción social
y política que desborde muy ampliamente la Univer-
sidad y asegure la convergencia de los estudiantes y
de otras categorías sociales contestatarias.

Quizás es por este punto por donde, debería co-


menzar hoy una comparación internacional. En lugar
de situar en el centro del análisis los aspectos gene-
rales de la situación estudiantil, debería darse pri-
macía al estudio de la formación —o de la no forma-
ción— de un movimiento social y, consecuentemen-
te con ello, considerar con la mayor atención el pa-
so, deseado por los propios movimiento estudianti-
les, de la revuelta universitaria a combates más ge-
nerales emprendidos en alianza con otras fuerzas
sociales.

TOMADO DE:
TOURAINE, Alain, La sociedad post-industrial, Barcelona,
Ariel, 1973.

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