EN ESTE NÚMERO: La voz del Papa, pág. 1. - La palabra del Fundador, pág. 5. -
El Superior general al habla, pág. 7. – La Lectio Divina en el Año Paulino, pág. 9.
– Buenas noticias, pág. 10. – El Rosario de san Pablo.
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Por lo tanto, estamos reunidos, no para reflexionar sobre una historia
pasada, irrevocablemente superada. Pablo quiere hablar con nosotros,
hoy. Por esto he querido convocar este especial “Año paulino”: para
escucharlo y tomar ahora de él, como nuestro maestro, en la fe y la
verdad, en la cual están radicadas las razones de la unidad entre los
discípulos de Cristo. En esta perspectiva he querido encender, para este
bimilenario del nacimiento del Apóstol, una especial “Llama paulina”,
que permanecerá encendida durante todo el año, en un especial brasero
colocado en el pórtico de la basílica. Para solemnizar esta recurrencia he
inaugurado también la llamada “Puerta Paulina”, a través de la cual he
entrado en la basílica acompañado por el patriarca de Constantinopla, el
cardenal Arcipreste y por otras autoridades religiosas.
Pablo era una persona capaz de amar, y todo su obrar y sufrir se explica
a partir de este centro. Los conceptos fundados en su anuncio se
comprenden únicamente en base a esto. Tomemos solamente una de sus
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palabras claves: la libertad. La experiencia del ser amado hasta el final
por Cristo le había abierto los ojos sobre la verdad y sobre el camino de la
existencia humana -esa experiencia abrazaba todo. Pablo era libre como
hombre amado por Dios que, en virtud de Dios, estaba en capacidad
de amar junto con Él. Este amor es ahora la “ley” de su vida y
justamente así es la libertad de su vida. Él habla y actúa movido por la
responsabilidad del amor, el es libre, y dado que es uno que ama, el vive
totalmente en la responsabilidad de este amor y no toma la libertad como
pretexto para el albedrío y el egoísmo. En el mismo espíritu Agustín ha
formulado la frase luego famosa: ama y haz lo que quieras. Quien ama a
Cristo como lo ha amado Pablo, puede verdaderamente hacer lo que quiere,
porque su amor está unido a la voluntad de Cristo, y por ende, a la
voluntad de Dios; porque su voluntad está anclada en la verdad y porque su
voluntad no es más que simplemente su voluntad, arbitrio de su yo
autónomo, sino que está integrada a la libertad de Dios y de ella recibe
el camino a recorrer.
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Cuerpo a partir del centro eucarístico, que para Pablo es el centro de
la existencia cristiana, en virtud del cual todos, como también cada
individuo, pueden experimentar de manera totalmente personal: “Él me ha
amado y ha se ha entregado por mí”.
Quisiera concluir con una palabra tardía de San Pablo, una exhortación a
Timoteo desde la prisión, a la espera de la muerte. “Soporta conmigo los
sufrimientos por el Evangelio”, dice el Apóstol a su discípulo. Esta
palabra, que está al final de los caminos recorridos por el apóstol como un
testamento, nos lleva hacia atrás, al comienzo de su misión. Mientras Pablo,
después del su encuentro con el Resucitado, estaba ciego en su habitación
en Damasco, Ananías recibió el encargo de ir al encuentro del perseguidor
temido e imponerle las manos, para que recuperara la vista. Al objetar
Ananías que este Saulo era un perseguidor peligroso de los cristianos,
recibe la respuesta: “Este hombre debe llevar mi nombre ante los
gentiles, los reyes y los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que
tendrá que padecer por mi nombre”. El encargo del anuncio y la
llamada al sufrimiento por Cristo van inseparablemente juntas.
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La palabra del Fundador
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enumera los sacrificios sufridos por ellos: la ignominia, el deshonor, el
hambre, la sed, el frío, las intemperies, las bofetadas, las piedras, la fatiga
del trabajo, las blasfemias, las persecuciones: es como presenciar la
escena de una madre angustiada que reprende a los hijos su
ingratitud. San Pablo concluye: «No les escribo esto para avergonzarlos,
sino para llamarles la atención como a hijos míos queridos, porque
como cristianos pueden tener mil tutores, pero padres no tienen muchos:
fui yo quien los engendré a ustedes con el Evangelio».
Al escribir esto, Pablo ha derramado muchas lágrimas como lo dice
expresamente: «Les escribí con muchas lágrimas, pero no era mi
intención causarles pena, sino hacerlos caer en la cuenta del amor tan
especial que les tengo».
San Pablo tenía discípulos de los que hizo unos santos. San Pablo
quiere devotos. En la educación moderna se da gran importancia a la
educación del corazón: el afecto representa una fuerza poderosa que
es necesario dirigir, orientar, no reprimir ni anular. Especialmente
para los jóvenes, que abundan de sentimiento; para las personas que
sienten violentamente la necesidad de amar, y que amando serían
héroes; para cuantos ya han experimentado con pena las traiciones del
corazón..., vaya una palabra amiga: ¡devoción a san Pablo! Y también a las
personas, a los pequeños apóstoles necesitados de tierno afecto, de
sentirse amados para combatir o para hacer el bien..., vaya la misma
palabra amiga: ¡sean devotos de san Pablo!
Es preciso resaltar otra grandeza divina en san Pablo: la lucha contra el
yo. ¿Quién imaginaría semejante lucha en este hombre de Dios? San Pablo
ha tenido que revolucionar toda su persona con una batalla gigantesca,
continua, generosa. «Un emisario de Satanás me abofetea. En mi cuerpo
percibo unos criterios diferentes que guerrean contra los criterios de mi
razón y me hacen prisionero de esa ley del pecado». ¿Quién venció? La
gracia de Dios junto con su firme propósito. San Pablo quiere devotos.
«Cristo no trató de complacerse a sí mismo”. Tampoco nosotros
debemos complacemos a nosotros mismos, sino a Dios, ofreciéndole
nuestra vida como hostia santa y grata. Aquí está la bondad, esta es la
santidad. La condición para alcanzarla es la lucha espiritual, hecha de
oración, de vigilancia, de exámenes de conciencia. De nuevo, una palabra
amiga a las personas generosas: ¡devoción a san Pablo!
San Pablo se nos presenta, pues, como el más precioso ejemplo práctico
de psicología experimental cristiana: su vida nos dice que se puede
dominar y corregir cualquier índole, orientarla y hasta cambiarla; que los
caracteres cristianos son la resultante de dos elementos: oración y
lucha; ésta, aun en las derrotas, constituye una victoria continua;
que no sólo hay que educar la razón y la voluntad, sino también las fuerzas
del corazón, porque éste es un poderosísimo auxiliar, el que nos arrastra
hacia Dios.
Estos tiempos son nuevos tiempos de la devoción al gran apóstol.
Personas generosas, ¡sean devotas de san Pablo y se divinizarán! Si a
los Cooperadores de la Buena Prensa les hemos hecho una gran obra de
caridad con invitarlos en nombre de Dios a la santa misión de la prensa, les
haremos otra gran caridad al sugerirles la devoción a san Pablo, alma de
nuestro apostolado. (UCBS 1923 n. 6, 21junio, pp. 1-2).
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El Superior general al
habla
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a san Pablo por la ayuda en los comienzos de las fundaciones, conocer
más a fondo su vida y su enseñanza, imitar mejor sus virtudes,
rezar a san Pablo, amar al Apóstol como modelo de evangelizador,
obtener de san Pablo sabiduría apostólica para las Paulinas y los
Paulinos presentes en las naciones de los cinco continentes”.
Gracias a una generosa creatividad, ya se han pensado y se están
proyectando, a escala mundial, iniciativas comunes entre las varias
Circunscripciones, con las demás Instituciones que componen la Familia
Paulina y en colaboración con la programación de las Iglesias
locales.
Para contribuir, mediante nuestro carisma, a vigorizar la identidad
del cristiano de hoy con la vida y la enseñanza de san Pablo, nosotros
los Paulinos debemos compartir con la comunidad eclesial la
interpretación original que el beato Santiago Alberione elaboró del apóstol
san Pablo.
El carisma paulino, desde su nacimiento, es la espiritualidad de san
Pablo vivida y propuesta con la “predicación escrita” y, luego, con
todas las demás formas de comunicación.
La conclusión de la asamblea de Jerusalén, sintetizada por san Pablo, es el
reconocimiento de una única evangelización para dos categorías
diversas: “…nosotros nos dedicaríamos a anunciar el Evangelio a los
paganos, y ellos a los judíos” (Gál 2,9). Habida cuenta de las debidas
proporciones, el beato Alberione, con la luz del Espíritu y con la
aprobación de la Iglesia, ha puesto “la predicación escrita junto a la
predicación oral”. Dicho con cierta audacia, como san Pablo fue
enviado a los paganos, los Paulinos son enviados a evangelizar a
cuantos usan la comunicación.
Durante este año jubilar estamos invitados a profundizar para nosotros
mismos y a testimoniar a los demás que el carisma paulino no es sólo
original por los medios de comunicación que usa para la evangelización,
sino también porque los contenidos de la experiencia de fe y el método
pastoral elegidos son los de san Pablo.
Por expresa indicación del beato Alberione, el carisma paulino es la
conjunción de san Pablo y de toda la comunicación; esta certeza
explica por qué los Paulinos han de ser “san Pablo vivo hoy”: porque
si san Pablo viviera hoy se serviría de la comunicación medial, multimedial y
en red para evangelizar.
Aplicándonos la Carta a los Romanos, el Fundador escribe: “San Pablo,
además, interpreta, explica y adapta los principios del Evangelio a
los hombres de su tiempo, particularmente a los paganos. También
nosotros, a ejemplo suyo, hemos de tener siempre presente al auditorio
al que nos dirigimos, cómo son los lectores o los espectadores del
cine, para darles lo que más bien puede hacerles.” (El Apóstol Pablo,
inspirador y modelo, ed. 2008, pp. 283-284).
El carisma paulino, tomando del espíritu de san Pablo y evangelizando
con la comunicación, colabora hoy a la fuerte identidad del cristiano
con una mentalidad y un método pastoral que saben proponer la fe
teniendo en cuenta a los hombres de hoy.
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P. Silvio Sassi, Superior General - Roma, 27 de enero de 2008
LECTIO DIVINA
en el Año de San Pablo
29/06/2008 Rm 1,1-7
30/06/2008 Rm 1,8-10
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Quienes usen estos textos a diario, terminarán el Año habiendo leído,
reflexionado y orado con todas las Cartas paulinas.
Los monjes benedictinos sugieren iniciar la Lectio Divina con una oración
preparatoria, por ejemplo: “Señor, danos el don de tu Espíritu Santo, para
que tu amor y tu voluntad se revelen a mí / a nosotros”. Luego se lee dos o
tres veces el texto, y a continuación se medita, se ora y se contempla, para
luego pasarlo a la acción, a la vida.
¿Cuánto tiempo se hay que dedicar a la Lectio cada día? Depende del
tiempo de que disponga la persona interesada. Pero aunque sean sólo 10
minutos reflexionando y orando con el texto, ya es algo o incluso mucho, si
luego eso influye positivamente, cristianamente, en la vida cotidiana.
La Lectio Divina se puede hacer individualmente, en grupo o en comunidad.
Esta práctica diaria se convierte en un lento y casi imperceptible proceso de
cristificación, de asimilación a Cristo, de unión con él, a ejemplo de san
Pablo.
buenas noticias
nace PAULUS
un mensual centrado en el Apóstol de las Gentes
Editado por la Sociedad San Pablo con motivo del Año Paulino
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”Paulus” está subdividido en artículos y firmas, que permiten poner en
relación a Pablo con los acontecimientos religiosos y culturales de nuestro
tiempo; en un dossier en el que se desarrollan los contenidos de las Cartas
de Pablo, la memoria de los lugares que han visto el paso del Apóstol;
entrevistas a personalidades del mundo contemporáneo.
Judío orgulloso de su propias raíces, griego por cultura, latino por ciuda-
danía, viajero incansable por misión, Pablo encarna la universalidad de un
cristianismo siempre dinámico y siempre actual.
Como escribe en el primer número de “Paulus” Ampelio Crema, ssp,
superior provincial de la Sociedad de San Pablo en Italia, el fin de la
iniciativa es el de “vivir y hacer vivir con mayor intensidad el mensaje
siempre actual del Apóstol de las Gentes: Háganse mis imitadores, como yo
lo soy de Cristo” (1Cor 11,1).
Al mismo tiempo del nacimiento de la revista, ha visto la luz también el
proyecto www.paulus.net, pensado como un lugar de conocimiento y de
interacción a partir de tres grandes áreas.
Incluye una comunidad virtual, en la que centenares de comunidades
paulinas, en los cinco continentes, ofrecerán materiales multimediales sobre
Pablo: tesis, estudios y artículos constantemente actualizados, además de
una sección iconográfica; un ‘blog’ para el diálogo sobre argumentos de
espiritualidad, exégesis, teología, ligados a los problemas de la vida coti-
diana; y una ‘webzine’, que además de las portadas y los sumarios de la
revista de papel, presentará los contenidos inéditos y noticias multimedales
actualizadas, en colaboración con la agencia audiovisual H2onews.org, que
seguirá en especial los eventos del Año Paulino en el mundo.
”Hoy Pablo -escribe Angelo Colacrai, sacerdote de la Sociedad de San Pablo,
en el editorial del primer número- crearía un portal eclesial de mayor
alcance que Google o Wikipedia. Hablaría a todas las asambleas nacionales.
No sería sólo pastor de ovejas y corderos ya en el redil y protegidos, sino
que iría a alta mar como un pescador de hombres y de mujeres de todo
tipo”.
desde Santa Fe
Hola P. Jesús y
queridas anunciatinas y gabrielinos:
Quiero compartir con ustedes el hermoso regalo de Dios, ya que me
permitió vivir en estos tres días el Encuentro de Sacerdotes de la Región
Litoral, realizado en Santa Fe yen mi rol de integrante de la fase
organizativa, pude asistir a las exposiciones.
Muy enriquecedor para mí, que hasta ahora conocía al P. Cencini, sólo por
sus libros (que me fascinan); su testimonio de persona afable, equilibrada,
con sentido del humor y un “bocho” intelectualmente hablando.
El tema central fue: “La escucha de la Palabra y la relación fraterna”. ¡una
maravilla!
Cuando me presenté y le mencioné nuestro Instituto, por supuesto
enseguida lo nombró al P. Alberione, como buen consejero del Pontificio
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Consejo para la Vida Consagrada, lo tenía super registrado, y en el acto
dijo: “¡Ah, la Familia Paulina!”
Y para completar el Noticiario, les cuento que integro la Comsión del Año
Jubilar Paulino. Otro regalo para poder trabajar por su Reino.
No los aburro más.
Un gran saludo en Jesús el Señor.
San Pablo Apóstol, ruega por nosotros.
Teresa Higa
desde Libertador
Miembros del Instituto Santa Familia y las anunciatinas, Beatriz y Mirta,
animaron la apertura del Año Paulino en la Iglesia parroquial del Sagrado
Corazón, que es la iglesia designada en la zona para ganar la indulgencia
plenaria durante el ano dedicado a san Pablo.
Los miembros de Santa Familia, entre otras cosas, proporcionaron el póster
de San Pablo, que fue colocado en un lugar destacado de la Iglesia. Y las
anunciatinas animaron la celebración litúrgica, que incluía la Eucaristía.
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EL ROSARIO DE SAN PABLO
de perseguidor a apóstol de Jesús
Este “rosario” quiere ser una sencilla ayuda para meditar y contemplar las
maravillas obradas por el Padre Dios, “rico en misericordia” (Ef 2,4), en
este perseguidor, haciendo de él el más grande apóstol del Evangelio.
Misterios paulinos
1er. Misterio: Saulo perseguidor de los cristianos
Saulo asolaba la Iglesia… y respiraba amenazas de muerte contra los
discípulos del Señor. (Hechos 8,3; 9,1).
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Pablo, fundador y animador de comunidades.
Pablo, maestro y pastor de cristianos.
Pablo, defensor de la libertad cristiana.
Pablo, que se hizo todo para todos.
Pablo, testigo enamorado de Cristo.
Pablo, que revela el camino más grande: el amor.
Pablo, que vive urgido por el amor de Cristo.
Pablo, que aspira a formar a Cristo en todos.
Pablo, servidor fiel de Cristo.
Pablo, que sólo quiere conocer al Crucificado Resucitado.
Pablo, que trabajó con sus manos.
Pablo, que se hizo débil con los débiles.
Pablo, que se siente responsable de todos.
Pablo, que lleva en su cuerpo los estigmas de Cristo.
Pablo, hombre nuevo de la Pascua.
Pablo, hombre de entrega ilimitada a los hermanos.
Pablo, que lucha el buen combate de la fe.
Pablo, que todo lo sufre por el Evangelio.
Pablo, que revela a Cristo camino nuevo y viviente.
Pablo, que todo lo puede con la fuerza de Cristo.
Pablo, que nos revela que Dios es fiel.
Pablo, que nos recuerda que el premio es el mismo Dios.
Cordero de Dios, que convertiste a Pablo perseguidor,
Perdónanos, Señor.
Oremos. – Señor y Dios nuestro, que elegiste a san Pablo para predicar el
Evangelio, haz que penetre en todo el mundo la fe que el Apóstol llevó a las
naciones, para que tu Iglesia crezca sin cesar. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
(De Compol, n. 3 junio 2008)
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