CAPÍTULO 16

BIOQUÍMICA DE LA SANGRE, LA LINFA Y EL LÍQUIDO

CEFALORRAQUÍDEO

16.1 COMPOSICIÓN DE LA SANGRE.

La sangre es un fluido orgánico o un tejido líquido formado por el plasma y las células
sanguíneas, conocidas como elementos formes, que sirve como elemento de
transporte en todo el organismo animal. La sangre se encuentra contenida dentro del
sistema vascular sanguíneo formado por las arterias, venas y los capitales. Representa
la sangre del 5 al 6,1% de la masa viva de los animales adultos.
La sangre es extremadamente rica en diferentes compuestos, contándose entre los
principales los siguientes: proteínas, lípidos, glúcidos, enzimas, hormonas, minerales y
el agua constituyendo aproximadamente el 80% de la misma.
Por centrifugación de la sangre total se obtiene el plasma, líquido que contiene todos
los elementos disueltos. Si la sangre se deja coagular se obtiene el suero, de
constitución muy similar pero sin poseer el fibrinógeno que ha pasado a formar parte
del coágulo.
La sangre posee además otras muchas proteínas que forman parte de los elementos
formes. Entre ellos se destaca la hemoglobina (Hb). Proteína conjugada que se
encuentra dentro de los eritrocitos a los cuales da su color. Según observamos en el
capítulo IV, la hemoglobina está formada por la unión del grupo hemo a la globina,
proteína simple de carácter básico. Señalamos también la presencia de la
oxihemoglobina y carbamino hemoglobina. La función de la Hb es transportar el
oxígeno de los pulmones a los tejidos, siendo también importante regulador de pH.
La concentración normal de la Hb es de unos 15 g/% (15g / 100 ml de sangre). La
hemoglobina está formada por cuatro cadenas polipeptídicas, dos cadenas idénticas
llamadas alfa, y dos también iguales, llamadas cadenas beta. La Hb contenida en los
eritrocitos puede ser liberada por la rotura fisiológica de los mismos o por efectos
anormales, tales como, venenos u otros agentes hemolíticos. La hemoglobina liberada
constituye la base para formar, a partir del anillo hemo, la bilirrubina y otros pigmentos
presentes en la orina y las heces.
En el campo de la medicina humana se han descrito un sin número de hemoglobinas
anormales, sin embargo, su presencia en la medicina veterinaria, aunque no es de
dudar, tiene menor significación.
En el plasma se encuentran disueltas las proteínas plasmáticas, mientras en el suero
están las proteínas séricas. La diferencia radica en el fibrinógeno que está en el plasma
y no en el suero. El fibrinógeno tiene como función participar en la coagulación
sanguínea.
Las proteínas séricas alcanzan unos 6 a 8 g % en la mayoría de las especies e
incluyen las globulinas y las albúminas. Dentro de estas fracciones existen muchas
subfracciones en dependencia de las técnicas usadas para su fraccionamiento. Las
más frecuentes son el fraccionamiento salino, la electroforesis y la ultra centrifugación.
Por la utilización de estas técnicas se han obtenido las fracciones antes señaladas.
Otros métodos, así como la combinación de los ya señalados, han permitido la
separación de un número mayor de subfracciones lo que ha llegado a identificar 18
proteínas diferentes en el plasma sanguíneo. Una técnica muy usada ha sido la inmuno
electroforesis la cual puede combinarse con la difusión y la doble difusión de agar que
permite un mayor grado de identificación. También ha sido usado el fraccionamiento
por cromatografía pero de más difícil aplicación.
De todas estas técnicas es la electroforesis el método más adecuado para la
separación y cuantificación de las fracciones presentes en el plasma o en el suero. La
electroforesis es una de las técnicas analíticas más poderosas de la investigación
bioquímica actual.
La electroforesis, puede definirse como la migración de una micela o ión coloidal a
través de un medio de dispersión o soporte por acción de una fuerza electromotriz. Si
se trata de iones se llaman ionoforesis. La teoría de la electroforesis es bastante
simple. Se emplea corriente continua para separar los compuestos de la muestra
aplicando una carga eléctrica a los mismos. Puesto que las proteínas están formadas
por aminoácidos existen infinidad de grupos - COOH y – NH 2 que pueden cargarse
eléctricamente en dependencia del pH del medio. A pH ácido los grupos –NH 2 captan
H+ y se cargan positivamente (-NH 3+). A pH básico los grupos -COOH ceden H + y se
cargan negativamente (-COO-). Como es lógico cada proteína, en dependencia de su
estructura primaria, presenta una cantidad característica de grupos carboxílicos o
grupos aminos u otros que pueden reaccionar de esta manera de forma que cada
proteína tendrá diferente intensidad de su carga neta, ya sea positiva o negativa.
En la Tabla 16.1 se presentan las principales proteínas del plasma sanguíneo.

TABLA 16.1 Proteínas el plasma sanguíneo

La estructura de la proteína determina su punto isoeléctrico (PI) que es aquel donde la

cantidad de grupos -COO- y -NH3+ son iguales y la carga neta de la proteína es cero.
En dependencia de la carga y su intensidad, si colocamos una mezcla proteica en una
cubeta de electroforesis que contenga un buffer de pH alcalino, por ejemplo, y le
aplicamos una corriente eléctrica, estas migrarán hacia el ánodo o polo positivo con
determinada rapidez en dependencia del pH del buffer y su punto isoeléctrico. Por
ejemplo el PI de la albúmina es de 4,7, mientras la gamma posee un PI de 7,2; situadas
ambas en un buffer de pH 8,6 la albúmina se desplaza a mayor distancia. Si después
coloreamos las bandas de separación y determinamos su densidad pueden
cuantificarse estas proteínas.
Los valores de estas proteínas en las diferentes especies se animales presenta pocas
variaciones, a continuación en la tabla 16.2 se presentan los valores para las mismas.

TABLA 16.2 Valores de proteínas séricas. g/100ml

Las albúminas constituyen unas fracciones muy importantes del suero sanguíneo
relacionadas con la capacidad para retener agua y la función bufferante de la sangre,
además de participar en el transporte de sustancias.
En las albúminas séricas se encuentra un componente principal rico en albúminas y
con muchos radicales libres del tipo sulfhídrico (-SH) llamada por ello mercapto
albúmina.
Las globulinas constituyen una fracción compleja de las proteínas del plasma, incluyen
las llamadas alfa, beta y gamma globulinas. Esta denominación se hace atendiendo a
su separación electroforética, pues en la práctica reciben diferentes denominaciones
según sus características. Atendiendo a este último criterio se encuentran las
mucoproteínas y glucoproteínas que resultan de combinaciones con los glúcidos, las
primeras con más de 4% de azúcar. Se sitúan entre las alfa 1 y las alfa 2. Las
lipoproteínas son combinaciones de proteínas con lípidos y se encuentran entre las
alfas y las betas. Las betas son las principales lipoproteínas y funcionan en el
transporte de lípidos y otras sustancias. Existen también muchas proteínas que tienen
como función transportar metales en la sangre, un ejemplo es la siderofilina
(transferritina) encargada de transportar el Fe, así como, la ceruroplasmina fijadora del
Cu.
Una fracción muy importante de las globulinas está representada por las gamma
globulinas o también llamadas inmunoglobulinas. En el plasma humano se han
identificado cinco tipos de inmunoglobulinas la IgG, IgA, IgM, IgD y la IgE.

La más estudiada de estas inmunoglobulinas es la IgG con un peso molecular

promedio de 150000 y con cuatro cadenas polipeptídicas, dos cadenas de mayor peso
idénticas (llamadas cadenas H) con 430 aminoácidos y dos cadenas de menor peso
(llamadas ligeras L) con 214 aminoácidos. Estas cadenas se unen entre sí por puentes
de disulfuro formando una estructura de forma Y flexible. Cada una de las cadenas
tiene una región de estructura primaria constante y otra que varía según el anticuerpo
en cuestión (figura 16.1).

Los lípidos presentes en la sangre son de varios tipos triglicéridos, fosfolípidos y

colesterol y unidos a ello, una fracción representada por los ácidos grasos libres (AGL).
Muchos de estos lípidos se encuentran unidos a proteínas formando complejos
lipoprotéicos pues la mayoría son insolubles en agua.
Parte de los triglicéridos producto de la absorción intestinal, se unen a proteínas
formando los quilomicrones; mientras los lípidos formados por el hígado están unidos a
las proteínas de baja densidad.
Los AGL provenientes de la hidrólisis de los triglicéridos del tejido adiposo forman
complejos con las albúminas.
El glúcido presente en la sangre es la glucosa, la cual es liberada por el hígado a partir
del glucógeno hepático.
La glucosa sanguínea (glicemia) es la fuente principal para suplir las necesidades de
las células, sobre todo para formar el glucógeno muscular. No se debe olvidar el aporte
al feto en los animales gestantes y la producción de lactosa en el caso de las hembras
lactantes.
Otros componentes bioquímicos de la sangre son enzimas, hormonas, minerales y
vitaminas. Las enzimas pueden presentar determinados niveles que pueden usarse
para el diagnóstico de muchas patologías. Más adelante nos referiremos a este
aspecto. Dentro de las hormonas se puede decir que todas están presentes en la
sangre el igual que los minerales y las vitaminas.
16.2 FUNCIONES BIOQUIMICAS DE LA SANGRE.
Son varias las funciones bioquímicas que realiza la sangre, entre las principales
podemos citar: transporte de sustancias, transporte de CO 2 y O2, regulación del pH y
regulación de la presión coloidosmótica.
La función de transporte de sustancias es una de las principales funciones de la
sangre. Es este sentido debemos recordar que la sangre cumple el cometido de
establecer la relación entre el medio intracelular y el exterior. Así todas las sustancias
que necesita la célula y que incluyen aminoácidos, lípidos, glúcidos, vitaminas,
minerales, etc., son llevados desde el intestino a la misma por medio de la sangre.
De igual manera, producto del metabolismo celular se producen determinados
desechos que deben ser eliminados por la orina, la bilis, el sudor, etc., y que por medio
de la sangre son transportados hacia los tejidos u órganos encargados de esta función.
También por medio de la sangre se transportan de un órgano a otro, productos que son
necesarios para el normal metabolismo. Destacan en esto el transporte de hormonas
desde los órganos endocrinos a las células receptoras.
También la sangre debe cumplir la función de transportar el O 2 para las necesidades de
la célula lo cual es realizado por la hemoglobina contenida en los eritrocitos. Según
estudiamos la hemoglobina se unía al O 2 formando la oxihemoglobina que conducía el
O2 al medio celular desde el pulmón. A su regreso de los tejidos la hemoglobina
transporta parte del CO2 del metabolismo celular hasta los pulmones. El resto de CO 2
se transporta como HCO3- y H2CO3 por la sangre.
Una función de extraordinaria importancia de la sangre es la regulación del pH. En la
regulación del pH de la sangre intervienen los sistemas ya estudiados por nosotros
como son: el sistema ácido carbónico - bicarbonato, el sistema fosfato monosódico –
fosfato disódico, las proteínas plasmáticas y el sistema hemoglobina - oxihemoglobina.
En relación con la presión coloidosmótica se destacan por su importancia las
albúminas, las cuales constituyen una de las principales fracciones encargadas de
retener agua en el plasma. La salida de líquido del sistema vascular al espacio
intersticial está determinada, fundamentalmente, por la presión hidrostática.
En el retorno del líquido a nivel del sistema capilar venoso la presión coloidosmótica de
las proteínas presentan gran significación pues coadyuva a la entrada del líquido. De
esta manera se observa que los niveles bajos de proteínas séricas, sobre todo de las
albúminas, se pueden manifestar por edemas.
16.3 INDICADORES BIOQUMICOS DE LA SANGRE
La sangre como elemento que representa o que refleja el estado metabólico del medio
interno, ha sido muy usada para el diagnóstico de innumerables patologías.
El análisis de los indicadores bioquímicos sanguíneos puede guiar hacia un diagnóstico
y un tratamiento efectivo.
Como hemos visto hasta el presente, en la sangre están presentes un sinnúmero de
sustancias orgánicas e inorgánicas, unos como elementos necesarios para la célula y
otros como productos de desechos del metabolismo los cuales deben ser eliminados.
La mayoría de estos productos mantienen ciertos valores fisiológicos en la sangre que
tienen gran importancia diagnóstica pues pueden reflejar el estado de funcionamiento
de algún órgano interno, por ejemplo, hígado, riñón, etc. también pueden indicar
estados carenciales o desbalances en la alimentación.
Como es lógico, la determinación de estos indicadores bioquímicos están en relación
con el desarrollo de laboratorios especializados y en la medida que más pueden ser
valorados, mayor valor presenta a la hora de hacer un análisis de la situación.
A continuación referimos los principales indicadores metabólicos de la sangre:
a) En relación con las proteínas tenemos:
1. Hemoglobina
2. Proteínas totales
3. Albúmina sérica
4. Globulinas
5. Alfaglobulinas
6. Betaglobulinas
7. Gamma globulinas
8. Urea
9. Ácido úrico
10. Bilirrubina

b) En relación con los lípidos

1. Lípidos totales
2. Ácidos grasos libres
3. Colesterol
4. Cuerpos cetónicos
c) En relación con los glúcidos
1. Glicemia
d) En relación con los minerales
Ca, P, Mg, CI, Na, K, Fe, Cu.
En los minerales tienen gran significación conocer el estado de los principales iones en
el plasma sanguíneo, conocido como ionograma.
También existen valores sanguíneos de algunas enzimas que tienen gran significación
tales como los casos de las transaminasas (GOT y GTP); la láctico deshidrogenasa
(LDH); la fosfatasa alcalina (PA); la glucosa deshidrogenasa (GDH); la aldolasa, y otras
más.
A partir de los trabajos de Payne y colaboradores se ha puesto en uso un término muy
significativo llamado perfil metabólico, que establece la relación de algunos indicadores
sanguíneos con el estado metabólico del rebaño. Un grupo de animales visto en su
conjunto representan un rebaño que está sometido a condiciones específicas, al cual
se le suministran sus principales requerimientos nutritivos y del cual se exigen
determinadas producciones (leche, carne, huevos, etc.) Como es lógico, existe un
equilibrio entre lo que se le aporta a este rebaño y la producción de los mismos.
Cuando esto se rompe por una u otra causa (déficit en el aporte o exceso de exigencia)
se produce un desbalance que repercute primeramente en el metabolismo y
secundariamente en otras funciones, que someten al rebaño a condiciones
desfavorables las cuales, a veces, pueden ser resueltas por movilización de las
reservas y otras veces no, produciendo alteraciones más profundas en el campo de la
patología.
Todo este estado del rebaño puede ser medido por medio de algunos indicadores
bioquímicos de la sangre que en su conjunto reciben el nombre de perfil metabólico.
Son muchos los indicadores usados para este fin; sin embargo, los principales son la
glucosa sanguínea, la urea, los ácidos grasos libres y los cuerpos cetónicos, otros
muchos pueden ser usados, éstos no deben dejar de utilizarse cuando queremos
establecer un perfil metabólico. La glicemia representa el aporte del hígado y los
requerimientos de los tejidos en relación con las necesidades energéticas del
organismo; la urea, el grado de oxidación de los aminoácidos y por tanto de las
proteínas, los ácidos grasos libres, la movilización de los lípidos de reserva; los
cuerpos cetónicos, el grado de oxidación de las grasas en relación con el aporte de
glúcidos. Todo hay que verlo con un criterio de unidad para el rebaño y bajo las
condiciones presentes.
A continuación, en la tabla 16.3 se expresan los rangos normales para algunos
indicadores bioquímicos del equino, bovino, ovino, porcino y canino.
Es de señalar que todos estos valores se pueden usar como cifras de referencia, pero
siempre es mejor comparar las cifras obtenidas con los valores propios de cada
laboratorio en particular
A veces es necesario conocer el estado de los principales minerales del plasma y del
volumen acuoso, lo que se conoce como ionograma.
En muchas publicaciones modernas los valores de estos indicadores vienen
expresados en mili moles por litro de plasma (mmol / L) y algunos en micro moles por
litro (umol/L). A manera de hacer posible la interpretación de estos valores reflejamos
en la Tabla 16.4 el factor de conversión de varios indicadores bioquímicos al sistema
internacional.
En todos los casos se sigue la regla de que si se conoce la masa molecular relativa
de la sustancia se exprese en mol/L y si se trata de indicadores representados por
diferentes compuestos o mezclas de ellos se expresan en gramos por litro (g/L).
TABLA 16.3 Indicadores bioquímicos del plasma

.
 .4 Factor de conversión en mmol/l

16.4 LINFA
Se denomina linfa al contenido en el sistema linfático. La linfa es por tanto el líquido
que procedente del líquido intersticial es conducido por el sistema vascular linfático.
La linfa como parte del líquido extracelular tiene una constitución bioquímica similar a
la del plasma difiriendo significativamente en su más baja concentración proteica.
Como promedio, la linfa presenta de 1,8 a 3 g %. Los minerales, la glucosa y la urea
mantienen concentración similar en el plasma y la linfa. Los vasos linfáticos del
intestino (quilíferos) reciben la mayor cantidad de la grasa absorbida, sobre todo los
triglicéridos, por lo que a este nivel su composición es muy alta en cuanto a las
grasas. Así, la linfa del conducto torácico puede tener de 1 a 2% de grasas.

16.5 LIQUIDO CEFALORRAQUIDEO

Toda la cavidad que rodea el cerebro y la médula se hallan ocupados por un líquido
que recibe el nombre de líquido cefalorraquídeo o cerebro espinal. Normalmente
este líquido tiene un bajo contenido proteico de 20 a 45 mg %, con una relación
albúmina / globulina de 3:1, quiere decir que las proteínas prevalecientes son las
albúminas. También este líquido presenta todos los componentes orgánicos e
inorgánicos del plasma, pero a menor concentración. La glucosa, el calcio y otros
están por debajo del suero, por ejemplo el K se encuentra muy disminuido mientras
el Na puede estar algo incrementado.
A continuación en la Tabla 16.5 los valores de algunos componentes del líquido
cefalorraquídeo.
5 Constitución del líquido cefalorraquídeo