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Indígenas de Costa Rica

historias, leyendas y otras tradiciones


Contadas por los Indígenas de los Territorios Ngöbe de Osa y Alto
Guaymí, Brunka de Boruca y Huetar de Quitirrisí.

Recopiladas por Giorgia Gastaldello, Andrea Succi, Ugo D'Ambrosio y


Diana Arroyo.

Dibujos realizados por los niños de los diferentes Territorios:


Dario, Wilson, Erick, Johanan, Thania, Aaron, Olivier, David, Jordan,
Gilberto, Kati Yisel, Xeidi, Nathanael, Wilson, Alicia.

Diseño gráfico por Giorgia Gastaldello.

El presente proyecto fue financiado por la Comisión Europea y con la


colaboración de GRADEA y CISV.

Los autores son los únicos responsables de la presente publicación y


la Comisión declina cualquier responsabilidad sobre el uso que pueda
hacerse de las informaciones en ella contenidas.
Índice
Prefacio...........................................................................................pág 1

Personajes de las fábulas...............................................................pág 2

HISTORIAS Y LEYENDAS

Introducción....................................................................................pág 6

La cultura Ngöbe de Osa:


- La competencia entre Tía Cherenga, Tío Lagarto y Tía Danta....pág 8
- El cascarón de la Tortuga.............................................................pág 9
- Mamita........................................................................................pág 10
- El Búho y el Culleo.......................................................................pág 11

La cultura Ngöbe de Punta Burica:


- La guerra entre tigres...................................................................pág 13
- La competencia entre la Cherenga y Chicharra...........................pág 16
- La competencia entre la Tortuga y la Iguana................................pag 18
- La competencia entre Cherenga y el Venado..............................pág 20
- La competencia entre el Mono Congo y el Trueno.......................pág 22
- El Dios Trueno..............................................................................pág 24
- El hombre Tigre.............................................................................pág 26
- La Paloma y la Perdiz...................................................................pág 28
- El Choguali...................................................................................pág 30

La cultura Brunca de Boruca:


- La Fiesta de los Diablitos............................................................pág 32

La cultura Huetar de Quitirrisí:


- La leyenda del Zopilote.................................................................pág 35
- Las campanas de Oro (I y II)...............................................pág 37
- El Dueño del Monte.....................................................................pág 39
- El origen del Mundo.....................................................................pág 40
ARTESANÍAS Y OTRAS TRADICIONES

La cultura Ngöbe:
- Chácara.........................................................................................pág 42
- Sombrero......................................................................................pág 42
- Rancho Ngöbe..............................................................................pág 43
- La bebida del Cacao.....................................................................pág 43

La cultura Brunka:
- Algodón natural.............................................................................pág 44
- Máscaras.......................................................................................pág 45
- Rancho Brunka.............................................................................pág 45

La cultura Huetar:
- Plantas madicinales.....................................................................pág 46
- Temazcal.......................................................................................pág 47
- El rancho cósmico.........................................................................pág 48
Prefacio

Este libro es uno de los frutos de un proyecto de Servicio de Voluntariado


Europeo (SVE) patrocinado con la contribución de la Comisión Europea,
a través del programa “Youth in action”; coordinado por las ONGs CISV
de Turín (Italia) y Granito de Arena (GRADEA) de Heredia, Costa Rica.
Esta es una recopilación de cuentos y leyendas tradicionales Indígenas,
de sus costumbres, actividades y artesanías que aún hoy resisten en el
tiempo, cada vez más en peligro de extinción. Un objetivo fundamental
de este proyecto es contribuir a la supervivencia y la valorización de
esas ricas y originales culturas.
En Costa Rica sobreviven ocho distintas realidades culturales Indígenas,
distribuidas en veinticuatros territorios; este proyecto colaboró con tres
etnias diferentes: la Ngöbe (o Guaymí), la Brunka y la Huetar.
Las realidades Indígenas están íntimamente ligadas con la naturaleza,
su filosofía es respectar la Madre Tierra porque es ella que da la vida,
y no hay vida sin ella. El resultado es que estas poblaciones viven en
un verdadero paraíso terrenal hecho de bosques, prados, animales y
agua cristalina. La mayoría de los territorios donde viven son considerados
de entre los más biodiversos del mundo.
Tradicionalmente estas poblaciones indígenas viven utilizando lo que la
naturaleza le ofrece y la naturaleza es sus vidas: de ella recogen la
comida que necesitan, el agua para beber, la madera y las hojas para
construir casas, las plantas para vestirse y teñir sus vestidos, las plantas
para curar enfermedades y para hacer ceremonias.
Su vida actúa en el contexto natural y esto influye en sus vidas: sus
cuentos y leyendas se desarrollan todas en la naturaleza, hablan de las
aventuras de los animales del bosque, de espíritus de la montaña, de
los elementos naturales considerados sagrados, como el trueno, el sol,
la tierra.
Todas estas historias y leyendas Indígenas son muy antiguas y se
trasmiten por vía oral, por eso se pueden encontrar versiones diferentes
de la misma historia. Anteriormente, la gente se reunía fácilmente al
alrededor de la bebida de Cacao o a la Chica, bebida típicamente de
maíz fermentado, las familias eran numerosas y los ancianos, las personas
más sabias de la comunidad, contaban historias.
1
Andrea Succi
unos animales del bosque...
el cuyeo
El cuyeo o tapacaminos común (Nyctidromus albicollis) es
un pájaro de unos 30 cm. que aparece en medio de los
caminos por la noche y tiene un canto característico que
se oye de noche. Siempre se coloca en la carretera sin
moverse y se dice que si uno lo sigue, se pierde por el
camino. La especie se extiende desde Texas (EEUU) hasta
el norte de Argentina. En Costa Rica es bastante abundante,
evitando los bosques muy densos.
Sin hacer nido alguno, la hembra pone sus huevos sobre
la hojarasca en los meses de Febrero a Abril. Los dos padres
comparten la incubación y a veces los machos lo hace durante todo el día. Se alimenta
de escarabajos, homópteros, polillas y otros insectos que atrapa cuando hace vuelos
en círculos.

el tigre
El jaguar (Tigre) o Panthera onca, es el felino más grande
de las Américas, pudiendo llegar a medir 150 cm de la
cabeza a la cola. Se encuentra en peligro de extinción debido
a la reducción de su hábitat (bosque primario) y a su actividad
depredadora sobre animales domésticos y de granja, lo que
hace que entre en conflicto con los humanos.
Habita principalmente las zonas selváticas, donde es el
mayor predador junto al caimán. El jaguar ha sido objeto
de culto gran parte de los amerindios; ha sido considerado también como ligado al
chamán y sus prácticas.

el mono congo
El mono congo o mono aullador (Allouata palliata) es un
primate que puede llegar a medir 50 cm de longitud, y otro
tanto la cola, y que vive en tropas de hasta 50 individuos.
Un congo macho pesa de 6 a 7 Kg y las hembras de 4 a 5
Kg.
El mono congo es uno de los animales más característicos
de los bosques de Costa Rica, debido a su potente aullido
que se puede escuchar a mucha distancia (más de1 Km
en un bosque denso).
Es habitante principal del bosque lluvioso de bajura,auque
tambien se encuentra en el bosque seco. Llega a
considerable altitud en la cordillera, prefiere los árboles de
copa altas, donde se alimenta de hojas, frutas, flores y brotes de hojas.

2
la iguana
La iguana o iguana verde (Iguana iguana) es un gran saurio
arbóreo de América Central y de Sudamérica. Se la encuentra
desde México hasta el norte de Argentina, sur de Brasil y
de Paraguay, tanto como en las Islas del Caribe y en Florida.
Miden hasta 2 m de longitud de cabeza a cola y pueden
llegar a pesar más de 15 kg. La palabra "Iguana" deriva
del nombre taíno para este animal, "Iwana".
Las iguanas tienen una excelente visión y pueden ver
cuerpos, sombras y movimiento a grandes distancias. Las
iguanas usan sus ojos para navegar a través de selvas
densas, así como también para encontrar comida. Tienen también ciertas señales
visuales para comunicarse con otras iguanas.

el venado cola blanca


El Cola Blanca (Odocoileus virginianus) es de tamaño
mediano, de contextura delgada y con patas largas. La parte
dorsal va de un café parduzco a un color anaranjado. El
vientre, la parte inferior del muslo, pecho y garganta son
de color blanco, la frente es de color café oscuro, las orejas
son relativamente largas y angostas, sus cuernos son
curveados y bifurcados y están presentes solo en el
macho.En Costa Rica ya es difícil verlo, esta especie se
encuentra en peligro de extinción por múltiples razones
entre las que podemos citar la caza ilegal por su carne o
simplemente como trofeo y la perdida del hábitat por el desarrollo urbano. En Costa
Rica, vive desde el nivel del mar hasta las montañas de la vertiente pacífica y en las
faldas de las montañas en la vertiente caribe, donde la mayor parte de los bosques ha
sido destruida.El Odocoileus virginianus ramonea las ramas tiernas, hojas y frutos.
Entre sus depredadores naturales se encuentran el Coyote (Canis latrans), el Jaguar
(Pantera onca) y el Puma (Felis concolor).

la cherenga
La cherenga (Dasyprocta punctata) es un animal pequeñito
de color café claro, del mismo tamaño que un conejo, y vive
en el bosque tropical. Es un rodedor: pertenece a la familia
de las ardillas.
Es muy inteligente. Le gusta hacer competencias con otros
animales y casi siempre gana gracias a su astucia. Por eso,
muchas veces se rie de los que son más grandes que ella
y pero que nunca la logran vencer.
Simboliza la fuerza de los que parecen débiles por ser pequeños pero que ganan gracias
a su propia inteligencia.

3
la danta
La danta (Tapirus terrestris) es un animal muy grande que
vive en el bosque tropical.
Es el mamifero terrestre más grande de todas las Americas
y pertenece a la misma familia de las vacas. Puede llegar
a ser de dos metros de largo.
Es de color negro y su cara es de forma prolungada, asi
como su nariz.
Le gusta comer hojas, sacate y otros vegetales.
Está en peligro de extinción porqué necesita grandes
extensiones de bosque para vivir.

4
historias y leyendas

5
Introducción

En la selva tropical del Centro América, donde el bosque es denso, los


árboles son enormes, el verde contrasta con el color rojo de la tierra, el
cielo es celeste y las nubes se mueven rápidamente, la vida del los
animales trascurre feliz y tranquila.
Los monos trepan los bejucos y brincan de árbol en árbol; el perezoso
duerme felizmente abrazado a una rama; los pájaros, de cada color,
vuelan entres los árboles en búsqueda de dulces frutos; el zopilote
hambriento divisa el horizonte; las mariposas flotan en el aire adentro
el bosque; los mamíferos como la danta, la cherenga, el venado y muchos
otros se desplazan en búsqueda de comida, siempre con cuidado al ágil
jaguar.
En el río los peces disfrutan de la corriente, los camarones se esconden
entre las piedras esperando la noche; la tortuga y la iguana se encuentran
en la orilla del rio calentándose con los rayos del sol; todo los animales
de bosque pasan por aquí para tomar agua, pero siempre alerta del
peligroso lagarto.
Las hormigas, que jamás paran de trabajar, construyen sus sociedades;
la población más numerosa del bosque es la de los insectos, los cuales
hacen un trabajo fundamental para la vida de la selva, tienen las formas
y los colores más fascinantes, muchas especies tienen que ser
descubiertas aún.
En la noche quizás hay aún más vida que en el día: ranas de todos los
colores y grandes sapos cantan a plena garganta; las Chicharras pegadas
a los árboles, mueven las alas emitiendo un fuerte y agudo ruido; las
luciérnagas se confunden con las estrellas; el búho, con sus grandes
ojos vigila la noche, el cuyeo pasa de camino en camino, los mamíferos
nocturnos como el tepezcuintle salen en búsqueda de comida, conscientes
del hecho que en la noche, salen los felinos como el puma a cazar.
Estos y muchos otros animales viven el la selva tropical, y disfrutan de
las muchas riquezas que la naturaleza le ofrece; cada uno hace su vida,
a menudo se encuentran con otros animales y de alguna forma interactúan
entre ellos. Nacen así las muchas historias que la selva puede contarnos...
a continuación vamos a presentarles algunas....

.......que las desfruten...

Andrea Succi
6
la cultura Ngöbe de Osa

7
la competencia entre Tía Cherenga,
Tío Lagarto y Tía Danta

Érase una vez en un lindo día de verano, la Tía Cherenga, que era muy lista,
se encontró con la Tia Danta en el gran bosque tropical. Debido a que la Danta
siempre se burlaba de la cherenga por su pequeña y diminuta estatura, esta
última le dijo: “Vea, hagamos una competencia de fuerza”.La Danta riendo
contestó:
“Usted es muy pequeña, no tiene fuerza, como piensa ganarme a mi, que soy
tan grande y fuerte?”. Y la Danta segura de ganar aceptó.
La Tía Cherenga le dijo: “Perfecto. Nos encontraremos mañana a las siete,
cuando el sol ya está en el cielo. “Está bien” contestó la Danta con regocijo.
Entonces Tía Cherenga corrió hasta el río, donde vive Tío Lagarto, que siempre
halaga de su fuerza y de su gran tamaño, y viéndola así de pequeñita le dijo
riendo: “Llegó la pequeña y débil Cherenga”. Tía Cherenga rápidamente
contestó:
“Veamos si soy débil y sin fuerzas. Hagamos una competencia de fuerza a ver
quien gana. Nos vemos mañana a las siete, cuando el sol ya se refleja en el
río”.
Al amanecer, la Tía Cherenga buscó un largo y fuerte mecate, fue a su cita
con la Danta y amarrándole el mecate al cuello le dijo: “Cuando yo mueva el
mecate, usted haga fuerza”.
Acto seguido, corrió hacia donde estaba el Lagarto y amarrándole también el
mecate al cuello le dijo: “Cuando mueva el mecate, usted jala”.
El mecate era muy largo, por lo que Tía Danta y Tío Lagarto no se podían ver
entre sí, y Tía Cherenga se sentó en el puro centro del mecate haciéndolo
mover. Tía Danta sintiéndolo mover empezó a hacer fuerza; Tío Lagarto,
pensando que era la Cherenga empezó a jalar... En un primer momento, tanta
era la fuerza, que Tío Lagarto se salió del río, entonces con todas sus energías
volvió a entrar al agua, haciendo avanzar a la Tía Danta, que se encontraba
en el otro extremo del mecate.
Desde el centro del mecate Tía Cherenga gritó:
“Deténgase cuando mueva el mecate”, así que lo movió y los dos se detuvieron
cansados y en el mismo lugar de partida.
Tía Cherenga corrió donde Tía Danta y le preguntó: “¿Entonces, quién es la
más fuerte?” y Tía Danta incrédula respondió: “Usted es muy pequeña pero
tiene mucha fuerza, mis felicitaciones, no me burlaré más de usted”.
Después Tía Cherenga fue donde Tío Lagarto para preguntarle lo mismo, el
cual le contestó: “retiraré mis palabras, parece muy pequeña y débil pero no
logré ganarla, Felicitaciones!, venga a tomar agua de estas partes del río
cuando quiera”.
Tía Cherenga, sonriente y satisfecha volvió a entrar a la selva, comprendiendo
que la fuerza de la cabeza es mayor a la fuerza de los músculos.

Contado por: Felicia Marquínez y Darío Marquínez


Transcripción: Andrea Succi 8
el cascarón de la Tortuga

Había una vez, en el bosque tropical, una iguana y una tortuga. La


iguana, ágil y astuta, muchas veces tomaba el pelo a la tortuga, más
lenta y quieta. Un día la iguana le propuso a la tortuga subir arriba del
árbol para jugar. La tortuga aceptó y las dos salieron. La iguana dijo:
“Vamos a tirarnos para abajo!”. La tortuga, ingenuamente, se tiró y cayó
rodando hasta que el cascarón pegó en una piedra. La iguana se tiró y
rápidamente se fue hacia la montaña, riéndose de la amiga que todavía
estaba allí parada sin poder moverse. El cascarón de la tortuga, en
efecto, se había dañado a causa a la caída, quebrándose en muchos
pedacitos. Estuvo días y meses y meses y días. Poco a poco todos los
pedacitos empezaron a juntarse y la tortuga volvió a caminar. El cascarón
todavía no deja de llevar las marcas de la dura caída. Por eso, desde
aquél momento, todas las tortugas tuvieron el cascarón dibujado con
muchas rayas.

Contado por: Felicia y Darío Marquínez


Transcripción: Giorgia Gastaldello

9
Mamita

Había una vez un pueblo tranquilo en el bosque tropical, donde vivían varias
familias y una anciana señora conocida como Mamita, muy sabia y amada por
toda la comunidad. La paz del pueblo estaba amenazada por un gigante que
hace poco tiempo empezó vagar por las montañas, saqueando casas y
destruyendo cultivos. El gigante hacía un verso raro, parecido al sonido de una
campana; caminaba gritando:
“JUUUPIJLOROPIJLOROPIJLOROPIJLOROPIJLORO!”.
Una noche, este mismo grito despertó una familia que vivía en la parte más
densa del bosque. La madre y la hija se escondieron debajo de una mesa,
cubriéndose con hojas de la mata de maíz para no ser descubiertas. El gigante
logró agarrar al padre, comiéndoselo de un solo golpe. La madre, cada momento
más asustada, decidió intentar escapar con la hija, montando sobre el burro y
llevándose también su chancho. El gigante los sorprendió y casi agarró el pobre
burro. El chancho, al revés, logró escapar, corriendo rápido hacia el centro del
pueblo para pedir ayuda. Todos los hombres más valientes corrieron para
socorrer la familia, armados en lanchas y arcos. Mamita agarró su chácara más
grande, puso adentro unos trajes y se fue con el grupo. Los hombres intentaron
disuadirla: “Mamita, que no vaya! No puede defenderse, el gigante la comerá
de primero!”. La abuelita no hizo caso. En el camino encontró cuatro piedras
redondas y muy duras, las recogió y las puso en la chácara. En silencio, los
hombres llegaron a la casa en el bosque y rodearon al gigante; Mamita, al revés,
subió al techo del rancho con las cuatro piedras en la mano. Los hombres
empezaron a lanzar sus propias lanzas y flechas, sin ningún resultado. En poco
tiempo, en efecto, la mayor parte se encontró desarmado. Los sobrevivientes,
quienes estaban muy asustados, se treparon arriba del rancho junto con Mamita.
La anciana señora lanzó una de las cuatro piedras redondas hacia el gigante,
sin lograr golpearlo. Intentó una segunda y luego una tercera vez pero sin
lograrlo. Mamita, cada momento más asustada, empezó rezar y rezar. Lanzó
la última piedra que quedaba y finalmente logró golpear al gigante en el centro
de la oreja. El golpe fue tan fuerte y el dolor tan duro que el gigante cayó en
el piso derrotado. ¡La comunidad se salvó! Los hombres bajaron del rancho y
con algunos mecates entrelazados hicieron una hamaca en la que transportaron
a Mamita hasta el pueblo en agradecimiento.
Esta historia nos cuenta como muchas veces es más importante la determinación
y tenacidad de quien parece más débil, que la fuerza física de quien parece no
tener miedo de nadie.

Contado por: Felicia y Darío Marquínez


Transcripción: Giorgia Gastaldello 10
el Búho y el Culleo

Todas las leyendas e historias traicionales Ngöbe son muy antiguas. Lo que
no se sabe es si son ciertas o no... Anteriormente, cuando no existía radio y
televisión, la gente se reunía con frecuencia alrededor de la chicha (de maíz,
de guapinol, de pejibaye, etcétera) o alrededor del cacao y se contaban historias.
Es una tradición más común en Panamá, que las familias estaban más juntas
y se reúnan con los mayores. Muchas de estas historias son la misma, pero
contadas de forma diferente, según la persona que las explica.

Voy a contarles la historia del búho y el culleo.

Había una vez un indígena que necesitaba cortar un árbol para reparar su casa,
pero cada día que empezaba a cortarlo, cuando volvía al día siguiente para
acabar de apearlo se daba cuenta que el árbol se había sanado por la noche.
El indígena pensó que el búho, al ser nocturno, y tan elegante, sería el mejor
vigilante que podría encontrar. Habló con el búho y le pidió que esa noche
estuviera vigilante para ver lo que ocurría. Al día siguiente el indígena, volvió
al árbol para acabarlo de cortar, y este volvía a estar intacto. El búho se había
dormido y no había visto lo ocurrido.
El indígena se fue a hablar entonces con el culleo, que también es nocturno,
aunque no tan elegante como el búho, y le dijo: "Si vigila lo que pasa con el
árbol medio cortado por la noche, yo le pagaré".
El culleo, por la noche vio que alguien llegaba, se ponía la mano en el pecho
y acto seguido frotaba el árbol, permitiendo que la herida se curase. El culleo,
cantó y cantó toda la noche y el sanador no pudo sanar el árbol.
Moraleja. El culleo, a pesar de ser menos elegante que el búho, permitió que
el indígena pudiera apear el árbol que necesitaba para reparar su rancho.

Contada por: Teodoro Carrera


Transcripción: Ugo D’Ambrosio
Transcripción del español: Andrea Succi
11
la cultura Ngöbe de Punta Burica

12
La guerra entre tigres

Hace mucho tiempo, los Ngöbes decían “Kena Dega” (antes del
amanecer). Sucedió que los Ngöbes empezaron a desaparecer uno por
uno, de manera que se desesperaron y ya no sabían qué hacer.
Fueron a consultar con los Sukias, que eran los verdaderos sabios
delegados por Ngöbo, Dios. Llevaron cacao y tomaron durante cuatro
noches. Después el Sukia les dijo:
“Hay un enemigo muy grande, difícil de vencer, y son muchos”.
Les aconsejó que se fabricaran una canastas bien grandes y luego que
se metieran adentro y tomaran cacao cuatro noches más.
Los Ngöbes regresaron e hicieron como el Sukia les ordenó. Comenzaron
a hacer canastos bien grandes para todos ya que quedaba muy poca
gente. Más tarde, tostaron cacao y lo tomaron durante las cuatro noches
siguientes.
Ya casi amaneciendo, apareció un personaje desconocido. Su vestimenta
era de muchos colores como la de los Ngöbe. Su cara estaba pintada
con diferentes colores, llevaba un potente arco y en su espalda una bolsa
de cuero, cargado con muchas flechas de filosas puntas. Todos quedaron
asombrados al ver llegar al visitante que se acercó a ellos con mucho
cariño y les habló a todos.
El cacique del pueblo le brindó una bebida con cacao, el cual aceptó
con mucha complacencia. Al instante de poner la bebida en su boca,
todos pudieron observar que todo el cacao que se tomaba se derramaba,
como si hubiera pasado por un colador. Después dijo:
“¡Qué bien que me cayó el cacao!”.
13
Entonces les explicó:
“Yo vengo a decirles que hoy nadie salga de los canastos. Si van a la
quebrada, caminen siempre mirando a sus pies, cuidado con no obedecer,
porque hoy vamos a comer Bodá”.
Bodá es la carne de tigre u otro carnívoro, que no se puede comer con
la familia solamente. Hay que hacer una reunión de toda la comunidad,
en la que todos comen un pedacito de la carne. Luego de anunciar la
Bodá, se retiró.
Este visitante era un tigre que aparentaba ser un Ngöbe ... ¡nadie pudo
reconocerlo!. Es que hubo una guerra entre ellos, los tigres amigos de
los Ngöbes, y otros tigres llamados “Nora Krway”. Esos se habían
multiplicado mucho y estaban acabando con toda la gente Ngöbe de
aquellos tiempos.
Todo estaba en silencio. Habían tigres por todo lado en el camino y en
los cerros. De pronto se oyó un gran ruido en el aire y en la tierra; era
el rugir de los tigres, señal de que habian iniciado la guerra.
Después de una sangrienta lucha, empezaron a volar mariposas y toda
calse de insectos en el aire. Las águilas volaban sobre el lugar, atisbando
para comerse a todas las mariposas. Es que los tigres “Nora Krway”
estaban perdiendo la pelea y empezaron a transformarse en mariposas,
pero en el aire habían muchas águilas que les dieron fin a todas. Por
esto es que los Ngnöbe iban a comer Bodá, como les indicó el mensajero.
Mientras tanto, los Ngöbes estuvieron escondidos en los canastos y se
salvaron de estos tigres malos, gracias a los Sukias de aquel tiempo.
Por eso, el hueso del tigre “Nora Krway” se utiliza para hacer flautas
para el Krün.

Contado por: Roberto Guerra


Transcripción: Giorgia Gastaldello

14
La guerra entre tigres
Krwa Rübare Kena Jabe

Batibe ni ngäbe jatani ni readre sribigonti ni reatre ñote ni ñaka namani


digaga káre. Neguane ngöbö koboide suguia nomonena töbata blidaga
aune köbökitaga nine krägue. Kanue ne miga junamane suguia kisete
aune suguiague niebare kröro. Ni rue krulate kadá kugue däbe kabre
bidi mungue kö ñani krati - krobu – krama krabogagare aune batibe ni
jatani nemende guagiare ni jamigani bisibisi ngurebta. Aune bugo ketaninte
kabre kisete namani nunaninga.
¿Köbö niviño? Nebare kwe. Batabe ngäbe gwita. Kague koin niebare ie
madä tebrä kö ngaganiga siote ie. Nigani ben nguarebta aune kö bedaniga
jrokra kräräte ta joduabare ngäbe gwi nei.
Biti niubare kwe. Tigui mun migue mógre ye matare böta kwetai mun
naka toguain nigrai kuragra. Mun rigäñote aune mungue nigra ja ngötobtá
ti bien ne ngora. Ninikwe biti niguita ribiti ne aune krwague biri ni metre
ne erere ngäbei nini kwe ne erere nunie ngäbegue. Batibe kä ki ulire
aune krwa krigri aibe nibi diguega jibti aune ngutuate kä ngä nibiga aune
nibiratre rü kaingo jabta. Krwa torón bta ñora krwai kague runi. Kinete
aune nigui malane tredare krubrure niguiga koinda aune mü tonina erata
nigui kwete koinda mugue ganga jokra.
Meden kisete btä kwadai nini ni kugue ní negue. Bta krunde nora kruay
ne krá to migue drure jai. Abogo Sukia kugue ne nibi bare kroro.

15
La competencia entre
la Cherenga y la Chicharra .

En una ocasión la Cherenga encontró la Chicharra pegada a un árbol,


la Cherenga era muy astuta y muy engañadora y tenia renombre de
mentiroso, la Chicharra tenia la fama de comer poco, igual la Cherenga
pensaba de aguantar el hambre más que la Chicharra así que le propuso
una competencia a quien lograba a estar mas tiempo sin comer. “Está
bien, vamos a competir si quiere” le contestó la Chicharra.
Sacaron un día especial para iniciar la competencia y la cita se dío a la
orilla del camino, resulta que la Cherenga si sintió en una orilla del camino
y la Chicharra en el otra orilla pegada a un árbol.
La Cherenga tenia una pipa y tabaco para fumar y pasó todo el primer
día ahí fumando y echando humo por todo lado, paso el secundo día y
no paso nada. Amaneció el tercero día y la Cherenga empieza a
preocuparse y a sentir hambre, a desear de comer, la Chicharra se
quedaba ahí tranquila en el árbol, sin moverse; así que la Cherenga se
levantó con mucho cuidado para que la Chicharra non se diera cuenta,
la idea era la de encontrar alguna fruta para comer y regresar rápidamente
para no dar malicia que tenía hambre, pero no encuentro nada y se
volvió a sentarse como si nada fuera, en la misma posición de antes a
fumar nuevamente y nuevamente. Pasó el tercer día y la Cherenga no
encontró nada, al cuarto día ya la Cherenga no se encontraba bien, se
sentía decaído físicamente y sentía demasiada hambre. La Cherenga
corría por todo lado desesperado de el hambre que tenía y volvía a
sentarse en el lugar de la competencia, la Chicharra seguía tranquila
pegada al árbol sin moverse, por todo los cuatros días de la competencia
se quedo sin hablar ni moverse, y la Cherenga empezó a notar ago de
raro. Al atardecer del cuarto día la Cherenga no resistía el hambre y le
dijo a la Chicharra: “Siento hambre, me rindo, vamos a comer”, pero la
Chicharra no le contestó. Volvió a decirlo por una segunda vez pero no
le contestó nada. La Cherenga se fue a buscar frutas, volvió y la Chicharra
se quedaba siempre ahí, se acercó para tocarla y cuando la tocó cayó
al suelo, así que descubrió que solo era la cáscara de la Chicharra y
que ella ya se era ido, a ver eso a Cherenga se enojó demasiado y dijo
a la cáscara porque la engañó. Lo que había hecho la Chicharra fue
dejar la cáscara para que la Cherenga se entretuviera y ella se fue por
otro lado. Así que la Cherenga tuvo que aguantar hambre por cuatros
días por culpa de una cáscara de Chicharra.

Contado por: Roberto Guerra


Transcripción: Andrea Succi 16
La competencia entre
la Cherenga y la Chicharra
Múrasigue ja gani seserabe
Bati múrasigue jagani seserabe. Múrasi ne ni ngögo krübate ni nire ne
ngögani kwarabe arata kwe ni ngögo krübate. Akwa bati abgo ja gani
seserague kwe. Namane nain ji ngräbare kroró nguane ngatani seserabe.
Sesera namane kribtá kwin kaire se kruere nguane niebare kwe seseraye.
Ma kore köre má ñagare mröre, akwa ma ja ga mrö nuabti tibe tigue mä
ganain kuara be niebare murasigue ie.
Seserague niebare ie. Maya niere ne amane erereavi ja gain niebare
kwe ie. Jon erere ari ja gain niebare murasigue seseraye, köbö kitani
kwe. Köbö nigani kwo kö keteiti kanti ji ngrabare. Kö ne konti namani ja
gain. Koboi nugani nguane mürasí namani tagani sesera ken. Sesera
abgo namani kribta se kruere nguane, niara namani tagani ken köböto
migan kadate. Murasi namani sö ngübü kite degä btidere. Köbö niganí
koboite ta jandrina erere kanime jabta taganí ja ken köbö bugare kä
niganinta dere ñönö nigani nguse se kruere köbö bugare. Kobamagáre
nguane mrö jatani murasixe namani tobigue kri ngribta. Ne ñan raba
neme nuare kribta se kruere nguane ragrö jotrö nguarbe riga betega ji
ngrabare käsenta kanime ja are. Teman nane kri nguaga tará ja ken.
Kurere namani neme nüture namani beteka. Ja bare. Ne rugata rabata
taganinta ja tate. Sö nigani kädate tä ne rigata betekata bobutata ji
ngrabare jana betegata jotrö se kruere bti jatata.
Kri nguaga ñagare namani kwen ie. Ne köbö nigani kobómä ta. Köbö
bogare nganane. Namane se kruere ñan jatani kuentari ie köbö bagare.
Mrö jatani digaro ie. Namani töbigue ngribtä krübate ragrö se kurere riga
betega ji ngrabare konsentä jatä betegá rabatá taganinta ja tateta sesera
abko kanine ja tate namani ño erere kanime kwekwbw ñagare blite kugue
ñagare jae kuankuari. Köbö bagare kä jatani dere se kurere nguane.
Murasiye nan jatani kuentari mrö jatani digaro ie. Nguane niebare kwe
seseraye, ti nerate, ani mröre. Sesera nin nagäbare kare namane se
kruere. Ani mröre niebareta kwe seseraye. Sesera nin nägäbare. Ne
rikata betekäta ji ngrábare se kruere rügata ñan namani gare ie. Mrö
jatani digaro ie te naningro janamane niere seseraye ani mrore titä niere
mae. Niebare kwe seseraye.
Murasi kague nuani btä kisebti krörö ne nguane sesera kwatabe kribta
namani mate teme aguabtí murasi namani ngrükegä romone. ¡O!mata
ti gnögo kore ye ma ti ngwan mrö nigue nguarbe, mä abgo ñagare mä
kuatabe kribtä nana niebare murasigue ne nguane sesera abgo namani
mate kribtä.
Kague ja kuaya. Tiganinte nebti niara niganina mobe. Mentoguare kuatabe
namane kribtä aibe.
Ken abgó murasi namane aibe namane ben, muráis namane ja gain
muráis nianinte krörö seserabe seserague ganainbare kuarabe. Sesera
murasi ngögani abgö nagäningá kore murasibta.
17
la competencia entre
la Tortuga y la Iguana

En una ocasión se encontraba una tortuga caminando por la orilla del


río, en eso encontró una iguana. La iguana era experta a subir árboles
y se subía hasta la ultima de las ramas y desde ahí se lanzaba a la orilla
del río.
Esto lo hizo en varias ocasiones adelante de la tortuga, así que a la
tortuga salió la gana de hacerlo también y dijo:
“Yo puedo hacer igual que usted, subir al extremo del árbol y tirarme”
La iguana replicó: “Eso tu no lo puedes hacer porque te puedes golpeas
y te puedes enfermar, a demás te puedes quebrar todo el caparazón,
pero si usted quiere hacerlo i competir con migo, adelante, hágalo”.
Planearon el día de la competencia, la tortuga se subió hasta la ultima
rama del árbol, y la iguana también. La iguana fue la primera a tirarse
y todo salió bien, se tiró la tortuga y cayó en la orilla del rió y cuando
cayó el caparazón se despedazó, quedó aplastado por el mismo impacto
y además se mordió la lengua. Así que por querer sentirse igual a la
iguana el mismo se destruyó.

Contado por: Roberto Guerra


Transcripción: Andrea Succi

18
la competencia entre
la Tortuga y la Iguana
Serague ja gani röbe

Bati sera namani nain ño ngrabare, amnerö jata bare ie Rö abgo naman
nain kribta. Kuin riga nebe kri mütüte kwin sete amne jä tácate kwe riga
mate temen ne riga betegä raba mate nöte sera abgo namane nain ño
ngräbare se kruere. Rö namani nuene krorö sera aguabti aise niebare
serague röye ¡O! Ma nian jatakete mobe kwin ma nebe mate temen ye
erere ti raba nuene siba ñagare ti raba bren nievare kwue ¡A! Mague ja
tagarete kore amne ma rötarebta niebare rogue seraye mdä. Ma to nibigai
ne amne ari ja gai nievare serague ie. Bti köbö kitani kwe ja gagrä. Köbö
ye naire sera niganí kuin rö nigani kwuin. Namaní mobe kri mutute kwuin
rö niganí kwuin. Já taganite rogue kone jatani mate teman nigani betega
ñote. Yebti serague ja taganinte kwuin matani kia tidrä jokra namani bren
kri sera to namani bigai kri, kague ja gani röbe abgonti naganinko kore
serabtä.

19
la Competencia entre
la Cherenga y el Venado

Había una vez una cherenga que se sentía el animal más importante
del bosque tropical. Un día, tomó un hacha para cortar unos árboles que
estaban en un camino adentro del bosque. Cuando iba llegando, vió un
venado. La cherenga le dijo: “¡Venga, vamos a hablar!”. Él se acercó
para ver lo que quería el pequeño animalito. La cherenga lo había llamado
para decir que ella corría más rápido que él. El venado le contestó: “No
es posible, yo soy más agil y corro mucho más rapido que usted”, le dijo
él. La cherenga insistió: “Vamos a competir”.
La cherenga, que es un animal pequeñito pero muy astuto, se fue y
conversó con todo los demás para que la ayudaran a ganar. Cuando la
cherenga tenía todo planeado, junta con el venado fijaron una fecha para
competir. Los dos iniciaron la competencia y el venado comenzó a correr.
La cherenga iba siempre adelante de él. Lo que el venado no sabía era
que la cherenga había echo una fila de cherengas calculando que cuando
el venado corría había otra cherenga más adelante. De tanto correr el
venado se fue cansado y comenzó a sacar la lengua. Cuando llegaron
al final ya la cherenga había llegado. ¡En realidad la cherenga no había
corrido nunca! Simplemente había echo una fila para engañar el pobre
venado.

Contado por: Roberto Guerra


Recompilado por: Giorgia Gastaldello

20
la Competencia entre la
Cherenga y el Venado
Mürasigue ja Gani Bürabe

Bati mürasi namani krati. Abgo. Bari biguego kri satira jire mürasi ü diani
kisete. Bti nigani kri treguite übti namani kosenda. Amane büra kri jatani
tuen ie. Mürasigue niebare büraye jague arii blite chi nievare mürasigue
ie.
Büra abgönugani burasi könti amne mürasigue niebare mädá ie. Ti raba
nain betega bari jötrö mägrä niebare kwe büraye. ¿Jö? Ma toi ñagare
ma ñan raba nain betekä bari jötrö tigrä niebare burague mürasiye. Jon
ti raba ma ganaine. Ari ja gai niebare mürasigue ie. Evere köbö kitani,
bti mürasi zigani blite niara egrübe köbö jatani maye. Amne mürasi ne
kague niara grü juani neen ja diare. Bura nigane betega jötrö nigani
betega bari jötrö mürasi grüra, akua niara medende mrä niebare mürasigue
ye kanti mürasigue namanina neen jötrö jä bare tä rabadre dräre, abogare.
Büra nigani mate amne. Mürasi namanina sete ye erere mürasigue. Büra
ganaibare.

21
la Competencia entre
el Mono Congo y el Trueno

En el principio el Mono Congo, que ahora es negro, era blanco. Esto


Mono grita muy fuerte, el decía que el sonido de su grito era tan fuerte
que podía pasar cuatro cordilleras y montañas y se decía que podía
competir con cualquiera en una competencia para ver quien grita más
fuerte. El sabía que el Trueno gritaba muy fuerte y así quiso hacer una
competencia con él. ¡Pobre Mono!.
En una ocasión el Mono se encontró con el Trueno:
“Buenos dias” dice el Mono,
“buenos dias!” contesta el Trueno
El Mono replica: “hace días que quiero encontrarme con usted”
El Trueno: “solo ahora me doy cuenta que usted está en contra de mi,
usted grita muy fuerte, quiere competir con migo verdad?”
El Mono: “yo grito tan fuerte que se me oye en cuatro cordilleras, por
esto quiero competir con usted”
El Trueno: “yo casi no grito y cuando grito casi no se me oye pero igual
quiere competir con migo”
El Mono: “yo quiero demostrarte que grito mas fuerte que usted”
Acabaron de fijar una fecha y hora de la competencia, quedaron frente
a frente. El mono congo se subió al final del árbol a la par estaba el
trueno, primero toco al mono gritar y comenzó “Jurin, jurin, jurin” encima
del árbol y no paso nada. tocó el turno al trueno y relampagueo azul,
rojo en los ojos del mono y cuando termino el trueno se oyó un sonido
en el suelo y desapareció todo lo que tenia en la memoria, pero lo único
que pudo hacer fue poner la mano en las partes bajas de su cuerpo y
con el trueno el se quemó todo el cuerpo, y lo único que le quedó blanco
fue la parte baja de su cuerpo porque lo cubrió con sus manos y le
recobró la memoria hasta el día siguiente, y cuando despertó ya no
estaba el trueno, el habia quedato solo, aturdido, quemado y todo negro.
Esto es lo que pasó al Mono por creer de ser mas fuerte que el Trueno.

Autor: Mario Montezuma


Contada por: Roberto Guerra
Transcripción: Ugo D’Ambrosio y Diana Arroyo
Transcripción del español: Andrea Succi 22
la Competencia entre el
Mono Congo y el Trueno
Kena jurin,
jakabare ngwänänkäbtä usulinbe

Kena jurin nämne ngwenbrere ngrabare jökrä, aune nämne ngwänenkä


dite krübäte. Niara nämne töbike ngutuä kräbokö bitita ngwänänkwe
nämne roin nütü nämne kwe, yedre btä tö namani ja gadi usulinbe. Usulin
abko ngö dite akwa tönomani ja gadi ben ¡bobre jurín! Abko nämne
nütüre, usulin ne nämne ngwänenkä namani roin ie, abtä tö namani ja
gadi metre ben mda. Ye te bati jurin ngätäni usulinbe jae aune jurinkwe
niebare usulinye. ¡Köbö kuin dekä! ¡Köbö kuin dekä! Ti Tó ja toadi mäbe,
aune erere mä kitra tibti niebare kwe usulien. Usulin mda käkwe niebare
ie mda. Ne abko ñobtä, mä tö ja toadi tibe, niebare kwe jurinye ñakare
ño akwo, mä ngwänänkwe roin mente.
Ye arato ti, akwa, ti abko ngwänänkwe roin ngutuä kräbokä bititá, yedre
btä ti tö ja gadi mäbe niebare kwe usulien. Usulin mda käkwe niebare
ie. Ti abko ngwänänkwe ñakare roin mente, amare bti, mä töraba ja gadi
tibe yee, niebare kwe jurien. Ne akwara niera nikwe ja gadre niebare
kwe usulien. Ye té usulien nükaninbti käkwe niebare ie. iÑo amarebti mä
töraba aj gadi tibe! Ye aisete nikwe jagadi mäkäe, ngwänänkäbti niebare
kwe jurien rnda. Jurin mda käkwe kä kitani kwe ie, känti rabadre käkwe
ngwänändrekä erere nükaninbti usulien, abtí usulin nikani tä, aune jurin
nikani tä.
Köbö nükani makäite näire, aune jurin kä kitani känti namani, btä usulin.
Jurin namani kri kri mutute kuin, aune ken usulin namani nünaninkä, kürü
kwata toäre tain ben kisete, jurin okwäbti. Jurin käkwe ngwänänkäbare
käne. ¡Jurín, junrín, jurín! Niebare kwe bäbokä, batí mda usulin käkwe
ja ükaninte kuin kwe batí käträ ngitianinkä to äre sübrüre, tain. Okwäte,
batí kä ngö nimianinti tän kliririri. Ne aune kä nötaninte bti ye aune kisebé.
Ketani ja kwäbti kwe, ño ngwane bataninkä timo ñakare namani gare
jabtä ie. Batibe kä jatani ruin dokwäbti, aune nämne namaninkä kübarabti
kri kidete kuin, ye aune usulin trää yekwe kukwani jäkrä ngrabare kise
mikani kwe ja kwäbti aibe namani ngwen ie. Uslin abko ño ngwane
nikaninta ñakare namani gara jobtä ie. Niara aibe nämne namaninkä kri
kidete kuin aune kä jatani törö bti.
Abko kore nakaninkä jurinbtä tö namani bikadi bäri Usulinbtä, abko känti
bäsi kä mikani usulinkwe ja trääbti, yedre btä kä nen ngwane mtare jurin
kwäbe namani ngwen ie, toata nikwe mtare, ngrabare abko nukwani jökrä
ie. 23
el Dios Trueno

Antiguamente los Ngöbe, consideraban al trueno como un Dios poderoso


debido a su sonido y al poder de destruir cualquier objeto en donde
cayera el rayo. Ese Dios se llamaba Roa, palabra que significa abuelo
o persona mayor, muy respetada.
Se tenía la costumbre de celebrar una ceremonia para Roa, ya sea que
éste cayera cerca de un camino o en cualquier otra parte.
Si caía cerca del camino nadie podía pasar por allí, hasta que se
cumpliera el octavo día, luego se celebraba el rito.
Era una ceremonia muy especial, los ancianos cantaban cantos sagrados,
y los asistentes bailaban unas danzas y tomaban mucha chicha fermentada
hasta el amanecer.
La ceremonia se realizaba con el fin de pedirle a este Dios tan poderoso
que no volviera a caer más donde vivía el pueblo Ngöbe, y que siguiera
su camino hacia el mar.
Esta espiritualidad dedicada al trueno era muy estricta y había que
cumplirla, si no se cumplía, provocaba el enojo de este poderoso Ser
que bajaba del cielo a la tierra. Entonces podían suceder cosas
inesperadas como el nacimiento de un niño con quemaduras en el
cuerpo, o a cualquier persona adulta le podían salir quemaduras por
todo el cuerpo, debido al gran calor que desprendía el rayo, al momento
de caer en un camino o en un árbol.
También se acostumbraba y se acostumbra todavía poner cerca del
lugar donde cayó el rayo pequeñas bolsas de pita (chácaras), de muchos
colores, esto lo hacen las mujeres. Los hombres ponen arcos y flechas
en el mismo sitio.
Después le suplican que no vuelva caer más en ese lugar. Las bolsas
de pita, el arco y las flechas son ofrendas.
De esta forma se manifestaba la espiritualidad y el respeto a Ngöbo,
Creador de la Naturaleza y de lo elementos sobrenaturales.

Contado por: Roberto Guerra


Transcripción: Andrea Succi 24
el Dios Trueno
Röa

Kena Röa miganomene utuate kri jai. Raga konime juetari aune döi ña
mogai. Döde abögö nágä guarare ie ne abögö jön sri bebare abögön biti
gwara tugua migani ie. Jön ne arabe konti. Ni meri käfä krä migue ie
arato. Dö ne konti ni merire kusoguo biti Guara tugua rämeta jere kabe
ni brare abögö olote gwara tugua ne den drekebetä. Biti mädä wgwen
chite ni därie dean mädä. Nijokrä darie dean biti kegadenien. Ño krite.
Ne abögö niguen ngwidengä mrente. Ne kruere abögö jä darie bian ie
migarätä jome jödrón koinda ñan noinda bata. Ta nogain jite aune ni
guitia möbe bäre ne abögöm nane ngabagre dare madä solane aune
seragwata erato. Ne nemen bare ni krigri batä erato ni jokra ngitia bata
kröro bätä nagain nekondi jarüa nguari jabata. Bata nitre umbre ye ta
niere unsulin te solían reguetagä bata sere ne krwere ni nebe bren kwe
aune kri bata ta n
Gaen abögon kwata deanda ja kragaire abata kira kugue migä tateie
jokrä ni ngaberegue jódrón koinda nogäin krubate ña noine batä dö ña
kwaite aune nijatä nugüeta gwi jokrä. Nie nomenen ngäbe kirague
abög¨nekröre.

25
el Hombre Tigre

En aquellos tiempos antiguos, los animales tenían la capacidad de hablar


y actuar como cualquier ser humano.
Esta historia trata de un hombre que en realidad era un tigre (Jaguar)
que llegó a vivir entre los Ngöbes. Como era un hombre muy cazador,
los Ngöbes decidieron darle una compañera. Al poco tiempo tuvieron
varios hijos. Desde el principio le reveló su secreto a su compañera, ella
lo acepto así y paso a ser como él.
Una noche salieron a cazar y dejaron los hijos al cuidado de su tía, ósea
la hermana menor de la compañera.
Cual sería su sorpresa, cuando de pronto de las chácaras empezaron
a salir unos gatitos de muchos colores y empezar a comer carne seca
que había sobre el fuego. La tía agarró un pedazo de bejuco delgado y
empezó a pegarles, hasta que regresaron a sus chácaras para dormir.
Después de un tiempo, la muchacha, que quedaba al cuidado de la casa,
quería unirse a su cuñado. Era tanta la necedad, que finalmente el
hombre aceptó y le pregunto: “Tu no te asustas?”
Ella contestó que no, y luego se unió a su cuñado. Después, en una
noche la muchacha decidió dormir otra vez con su cuñado. Cuando ella
se quedó dormida, el hombre adquirió su forma original, la del tigre.
Ahora viene lo fatal: al despertarse la muchacha sintió unos brazos muy
grandes y peludos que la rodeaban y cuando abrió los ojos se vio e los
brazos un enorme tigre. Dio un solo grito, y del susto ahí mismo quedo
muerta.
Por eso, todos los ngöbe se volvieron contra el hombre tigre y quisieron
matarlo. Pero no pudieron.
Es que, cuando los Ngöbes llegaron, el hombre tigre y su familia ya
habían abandonado el lugar donde vivían.
Ellos decidieron huir porque no querían hacer daño a los Ngöbes, pues
¿Quién podia luchar contra ellos?.
Y así el hombre tigre se llevó una mujer Ngóbe a sus dominios.

Contada por: Roberto Guerra


Trascripción: Andrea Succi 26
el Hombre Tigre
Krwa Däguien

Krwa däguien nibi doanane kena ni ngabere ngataite. Braidari ütü mädä
meri mete bini ie. Nibira raire ben aüne ngäbögre ki kabre kwe. Kai nibi
juto juebta. Ngiri tari. Te yära tonibi rabai ben mädä miriti bati ju ngubuare.
Krwa däguien ne abögön nigue merire kuebe nebe ngri kraire degö sete.
Gwita abogon ngöbegre nemen kimien kräte krigri nigui jokra kuguen
degö meri ne nebe. Ngwi aune minyu. Kia toarabe jata krate kä mrenbiti
aune riga ja. Ngetrague tiguibe ngnbata: koinda ogua bti te nigui kwatamete.
Krito bti bogon nigui niguenga kubuenda krate. Ie ne abogon ñobtä naka.
Nebe nugue, gare ie mädä.
Degä mädä aune. Büra mölö tirö ño aibe tiganibi gwa ngiri kraiga negue
mädä aune meri negue nini yarae. Ti tonibi rabai mabe, nini kwe ie, te
krwa däguien nini ie. ¿Ká ruga mai? Nini kwe ie aune neri negue jön nini
ie tebra yarague karigabti. Aune meri ne nibi tibién bta degö. Ká kira raire
brare ne nigueta mädä. Kwuarete merire ne kida nguate. Aune kruagro
kri ñanböbre toni btä tibién aune. Ogua nguiniente kwe aune niguibe
kwekebe. Mädä kä ñä un ie tebrä ngäbe nibi mädä krwa daguien ne
ruere mädä döguare kä miriga kwedre mädä niguitre metonguare meri
metre ne jonigui kwejabe abogo kugue nagani kena.

27
la Paloma y la Perdiz

En aquel tiempo cuando todos los animales podían hablar con el permiso
de Ngöbo, una paloma le dijo a una perdiz:
"Hagamos una apuesta".
"Está bien", contestó la perdiz, entonces la paloma le dijo:
"¡Vamos a correr!"
De inmediato la perdiz salió corriendo, corrió y corrió; después se escondió
al lado del camino porque todavía faltaba para llegar a la meta. De pronto
pasó la paloma que llegó a la meta, pero no encontró a la perdiz, así
que se regresó para buscarla.
Cuando vio a la perdiz dormida, ¡la agarró!. Ella se defendió diciendo
que había llegado a la meta y que luego regresó, decidió descansar y
se durmió.
Pero esto no convenció a la paloma, más bien la impulsó a arrancarle
las plumas a la perdiz, dejándola sobre una piedra toda desplumada,
para que escarmentara y no fuera tramposa.
La paloma desplumando la perdiz, se dio cuenta que, ahí en la piedra
donde estaba, estaba del sangre hirviendo...... Desde este día las palomas
tienen las patas rojas, para recordar su acción ante la perdiz; y a la perdiz
desde entonces pierden fácilmente las plumas.

Contada por: Roberto Guerra


Transcripción: Diana Arroyo
Transcripción del español: Andrea Succi

28
la Paloma y la Perdiz
Ütü bta segue

Kena jödrön jokrä nomene blite ni metre kruere erere kugue ne chindali
ne krörö. Batibe ütü matani jabiti seguebe. Ütugue nebare seguei ari
jagain matare ni vabai kone kä kroro kondi niebare kwe. Era bogone
segue nigari betegä kune niebare daño kwe aune naguani ji kwarabata
jaugani ütü nigani kone. Aune segue naka kuani ie namani nague käre
tebra kuanindari ie nomene kuekebe j ugani kian ngátäte segue
neguenaninte ie. Ñobta má ti ngüru yere niebare kwe ie niganí segue
ngugue nguguani jokra kwe biti butie migani jä biti kwe mädä biti nigani
mendeguare mädä nigani jingrabare aune dori namane siö kwatí. Jite
rätäbare te kwe. Aune ngötögua namani tanbrere. Bati be ie. Abogon tä
konime neguare. Segue abögön droin namani darebe, jokra ie. Aune
namani odore arato bätä meden kisete ñáka ni mätä se ngagadre a bogo
krörö.

29
el Choguali

El Choguali es el espíritu de la montaña que todos los Ngöbe respetan


y jamás quisieran encontrar. Existen incontables historias sobre este
espíritu.
Aparece de noche, se desplaza de montaña en montaña, de bosque
en bosque, y si te encuentra en el camino te hace perder en la oscuridad.
Uno camina por el sendero que hace de toda la vida e igual toma un
camino equivocado, perdiéndose por la montaña y no logrando a
encontrar el camino por casa hasta el amanecer, cuando el Choguali
desparece.
Te puede enseñar un buen y ancho sendero, te encaminas y de pronto
estás perdido por la montaña, ningún sendero a tu alrededor.
Puede también hacer aparecer personas queridas o sólo sus voces
que te llaman... y siguiéndolas te pierdes en el bosque, sin encontrar
la vía del regreso.
Puede aparecer como animal y seguirte en la noche, asustarte, hacerte
sentir observado.
Son muchos los testigos de su existencia, si podría hacer elenco de
muchos eventos sucedidos, por esto si visitas estas tierras....asegúrate
de llegar de día.

Obtenido de fuentes varias


Transcripción: Andrea Succi

30
la cultura Brunka de Boruca

31
la Fiesta de los Diablitos

La Fiesta de los Diablitos es una fiesta tradicional muy antigua de los


Indígena Brunka de Boruca.
Históricamente los Diablitos representaban los Indígenas: los
conquistadores españoles, al llegar en los territorios de Boruca, no
pudieron entender el idioma Brunka y por eso lo nombraron “idioma del
Diablo”. Los llamaron Diablos también para las mascaras de madera
que los Indígenas andaban para asustar a los españoles y para ocultar
sus caras. La mascara fue la única arma que los Brunka pudieron usar
contra de los invasores.

Los Indígena Brunka no recuerdan desde cuando empezaron practicar


la Fiesta. Hace muchos, muchos años.
Dicen que antes la Fiesta era muy diferente.
La gente del pueblo se preparaba para alistar la comida y la asistencia
a los visitantes: las mujeres cocinaban cerdo, novillo, arroz; había café
y chicha para todos. Los Diablitos iban a la playa y traían camarones,
pescado, chanchos de monte. Nadie vendía nada, nadie compraba nada:
todo era para regalar. La gente podía estar una semana comiendo y
bailando.
El pueblo se llenaba de personas que venían desde cada lado, caminando
o en caballo, porque no habían carros, ni buses.
Cada Diablito tenía su propia mascara: era una mascara sencilla, sin
dibujos. El Diablito se la amarraba en su cabeza sobre un pañuelo y la
botaba después de los días de fiesta. Cada año hacían una nueva. Los
Diablos se ponían también cueros de jícaras, venado o de otros animales
en las espaldas.
Jugar a los Diablitos era como una religión, una cosa de respecto.
Se amanecía bailando al ritmo de acordeón, guitarras, tambores.
Ya ahora no se ponen cueros y las mascaras también son diferentes:
pintadas y con caras de animales. Los Diablos competen en sus mascaras:
cual tiene la más bonita y cual tiene la más fea. Jamás botan una mascara

La Fiesta de los Diablitos empieza el 30 de cada diciembre a las 12 de


la noche. .
32
Los jugadores suben a un alto que está cerca del pueblo de Boruca; van
cayaditos, sin hacer bulla. Antes de nacer, hacen un juramento al Diablo
mayor. Es un compromiso muy serio: lo que no lo respecta, lo castigan
muy duro. En el alto, nombran también una Diablita, que pero es un
hombre que se veste de mujer, y 2 o 3 que van arriando los diablos atrás
de ellos.
A las 12 y media entran en el pueblo, gritando y tocando instrumentos
musicales: a esa ora nadie puede dormir, ¡es un bullon! Los Diablitos
van de casa en casa, saludan a la gente en el idioma Brunka, y amanecen
dando vueltas en las calles.
El 31 de diciembre nace el Toro. Empiezan haciendo el cuerpo con
cueros y otros materiales; la cabeza ya está echa, es siempre la misma
desde hace años. El Toro representa el Español, el invasor.
Por todo el día, Diablitos y Toro juegan por toda Boruca.
La persona que juega de Toro se escoge según su resistencia, porque
tiene que aguantar a las molestias de los Diablitos para todos los tres
días del juego: lo revuelcan, le agarran los pies y la cabeza, le hallan el
cuero... ¡Tiene que ser muy valiente para no cansarse!
En la tarde, los Diablitos van dejar al Toro en una casa que ellos llaman
el Potrero, donde por fin el puede descansar.
La noche del 31 hay bailes y todas las casas tienen buena chicha para
los Diablitos. Ellos paran sus vueltas solo para comer y descansar. Unas
mujeres cocinan solo por ellos.
El primero de enero el Toro amanece muy bravo, bravísimo. Agarra los
Diablitos y los tira con gana: tienen que defenderse muy bien porque si
no el Toro puede romper sus mascaras.
En la tarde del 2 de enero todos los Diablos están al suelo, muertos. El
ultimo que mata es el Diablo mayor: eso no lo golpea, por un sentido de
respecto. En fin, el Toro va esconder se huyendo. Una hora después,
todos los Diablitos se despiertan y se levantan. Ellos tienen listos mecates
para amarrar el Toro: son mecates enormes. Van a buscarlo y lo traen
amarrado: un señor especial, escogido entre los hombres del pueblo,
mata el Toro.
Los Brunka, esta vez, han ganado a los españoles. La Fiesta de los
Diablitos es el símbolo del desquite contra de los conquistadores.
En el centro de Boruca se hace una fogata y allí se cocina carne, reparten
el Toro entre la gente, hay un pedazo para cada uno. Dicen que si uno
es flaco, con un pedazo de esta carne se engorda y, si uno es gordo,
con un pedazo de esta carne se enflaca.
Se termina la fiesta en el baile que demora toda la noche.

Contado por: Don Ismael


Transcripción: Giorgia Gastaldello 33
la cultura Huetar de Quitirrisí

34
la leyenda del Zopilote

Sibö (el Dios Todopoderoso) hizo primero a todos los animales y por
último a la especie humana. A cada uno les puso nombre. Ya todos
estaban en el mundo pero sólo comían y dormían.
Dios hizo una gran casa, invitó a todos los animales y les dijo a todos:
- Les voy a dar trabajos a cada uno.
A cada uno les fue dando funciones. El tigre tenía que comer a otros
animales, la danta tenía que comer hojas y frutos, y así fue haciendo
con el resto de animales.
Llegó el momento del zopilote. Había un trabajo que nadie quería hacer.
Se trataba de la misión de limpiar el planeta. Iban a haber animales
muertos y había que limpiarlos.
El zopilote dijo:
- Yo lo hago.
Pero Sibö le dijo que tendría que hacerle algunos cambios. El zopilote,
por aquél entonces no era negro, sino blanco, con las patas amarillas,
y con el copete rojo, muy parecido al zopilote rey.
Primero tenía que cambiarle el color, no podía trabajar con ese color
blanco. Tenía que ser negro para no ensuciarse mucho...
-Dejaré un ejemplar de cómo usted era - el actual zopilote rey.
Los otros se volvieron negros.
- También hay que cambiarte el olfato. No podés tener olfato, porque
sino no podrás hacer el trabajo de limpiar el planeta.... - dijo Sibö.
- ¿Pero entonces como voy a hacer si no tengo olfato? ¿Como voy a
llegar? - preguntó el zopilote.
- Tendrás una guía - contestó Sibö. Siempre van a haber unas moscas
verdes que te guiarán. Estas estarán en tus alas. Esas moscas tienen
muy buen olfato, y te guiarán. También hay que cambiarte el estómago
- continuó Sibö. Si comés te llenás, y no podrás seguir comiendo. 35
Le cambió el estómago, haciéndolo bien fuerte y con el que pudiera
comer sin llenarse.
- Así puedes comer continuamente, hasta que limpies todo.
Así pues, Sibö le había cambiado el color, el olfato, y el estómago al
zopilote.
- Ahora tienen que reproducirse y para ello siempre lo harán con dos
descendientes, prosiguió Sibö. Es por eso que los zopilotes siempre
incuban dos huevos.
Cada zopilota pone dos huevos. Por lo general, en diciembre empieza
el apareamiento, y en enero hacen los nidos, naciendo siempre dos
polluelos de zopilote. Siempre ponen dos huevos y se reproducen 4
veces en la vida, así que en total ponen 8 huevos (2x2x2).
Para los indígenas son de gran importancia las piedras. Por ejemplo las
utilizadas en el temazcal, las mágicas, y las de los animales. Entre estas
últimas, la piedra mágica del zopilote es muy importante. Se dice que
abre cien puertas en la vida.
¿Y como utilizan esta piedra los indígenas? Cuando el indígena ve que
hace una semana que se incuban los huevos por ambos padres, toma
uno del nido y lo cocina. Luego lo vuelve a dejar en el nido. Por lo general,
los zopilotes nunca pierden un huevo, y ningún animal se los come.
Tienen un liquido desagradable que a nadie le gusta. El zopilote, al ver
que uno de los huevos no nace, va a buscar la piedra y la utiliza para
ver que pasó con el huevo. Mientras tanto, el indígena está observando
qué piedra trajo y espanta al zopilote, para coger la piedra. Esa piedra
hace que se habrán 100 puertas en la vida.

Contado por: Don Juan


Transcripción: Ugo D’Ambrosio
Transcripción del español: Giorgia Gastaldello 36
las Campanas de Oro
según Don Juan

Los indígenas se asentaron aquí (Quitirrisí) hace muchos, muchos años....


Había un “hop”, un curandero llamado Maclobio, que vivía bien arriba
en el cerro. Maclobio oía que resonaba una campana por un lado de las
montañas y llevó a un grupo de afuera para que vieran, porque la gente
del lugar no le creía ni la oía... Invitó a estas personas y la campana
empezó a sonar. Maclobio hizo una ceremonia para encontrar el lugar
donde estaban las campanas. Ese lugar es por allá por ese peñón de
allá. Vinieron a escarbar y los extranjeros que pasaban por ahí preguntaron:
"¿qué hacen?". Y los indígenas contestaron: "Buscando una campana".
"Si quieren les ayudamos", contestaron los forasteros. Nosotros les
podemos prestar herramientas.
Los indígenas sacaron una de las campanas, la cual no fue vista por los
extranjeros. Al llegar los blancos, que no habían visto que los indígenas
ya habían sacado una y ayudaron a sacar la otra campana.
Uno de los blancos dijo: "Dejemos la campana amarrada con un mecate
y mañana por la mañana la recogemos". "Está bien", dijo Maclobio.
Amarraron la campana, pero en la noche los forasteros vinieron a sacarla
para robársela. Cuando los blancos llegaron a soltar la campana, se
rompió el mecate y se hizo un derrumbe provocando la muerte de los
blancos... Quedó un gran hueco, que por estas tierras se le conoce como
el hundidero y ese cerro es el cerro campana. La campana que habían
agarrado los indígenas la cambió el sacerdote de ciudad colón por
comida. La campana de oro macizo, era tan buena y sonaba tan claro
que se la llevaron a la catedral de San José, y de allí se la llevaron a
Roma. Una está en Roma, y la otra, que sepultó a los blancos nunca se
encontró.

Contado por: Don Juan


Transcripción: Ugo D’Ambrosio
Transcripción del español: Giorgia Gastaldello 37
.
la Campana de Oro
según Zoraida

Hace muchos años, los Indígenas Huetar hicieron una campana de oro.
La leyenda cuenta que unos forasteros la vieron: era tan linda y tan
preciosa que pensaron robarla para ponerla en una iglesia. Pensaron
de regalarla a la iglesia de Tabarcia, un pueblo pequeño que está cerca
de Quitirrisí, pero al final decidieron ponerla en la iglesia de Ciudad
Colon, donde podía verla más gente. Una noche, los blancos jalaron la
campana en una carreta, porque en aquel tiempo no habían otros medios
de transporte, y empezaron a bajar hacia Ciudad Colon. Empezaron a
caminar y llegaron a un precipicio que la gente llama “El Huaco”. Allí los
estaban esperando los Indígenas:
La campana era de ellos e iban armar una guerra, si era necesario para
defender su tesoro. Los forasteros y los Indígenas empezaron pelear y
en esto la carreta dio vuelta: la campana empezó a rodar y se enterró
en la tierra. Los hombres la volvieron a sacar y la campana volvió caer,
estaba como encantada. Intentaron una tercera vez, pero al no poder
agarrarla quedó enterrada.
Los Indígenas dicen que la campana está todavía allí, cerca del “Huaco”
pero que no todos tienen el poder de verla. Los abuelos dicen que el
sonido de la campana se puede escuchar todos los Viernes Santos, ellos
la escuchan muy fuerte pero no todos tienen el poder de escucharla
tampoco.

En el pueblo de Quitirrisí había un hombre muy sabio que todos conocían


como Don Canuto. El decía de tener la capacidad de ver la campana:
era de puro oro y muy grande, ¡enorme!. Varias veces intentó agarrarla
pero nunca lograba hacerlo: Don Canuto era epiléptico y cuando se
acercaba a la campana, la enfermedad le daba un ataque.
Un día llamó a unos compañeros para que pudieran ayudarlo, así que
también la gente pudiera ver que sus cuentos no eran mentira. El iba
adelante y de repente empezó a ver la campana, pero los demás no la
podían ver.
Don Canuto murió hace como siete años. Hoy tendría más o menos cien
años.
Sus amigos nunca lograron ver la campana pero igual le creían, porque
ellos mismos podían escuchar su sonido cada Viernes Santo.

Contada por: Zoraida y Esmeralda


Transcripción: Giorgia Gastaldello 38

.
el Dueño del Monte

El Dueño del Monte es un espíritu que vive en los bosques en la montaña,


cuidando los árboles y los animales.
La leyenda dice, que cuando una persona va al bosque para hacer algo
malo como cortar árboles o cazar, el Dueño del monte aparece como
un espíritu o como un fantasma para asustarla. El Dueño del Monte
nunca molesta la gente que se porta bien, por eso no hay que temerle.
Su aspecto es como el de un hombre que toma la apariencia de árbol
cuando quiere espantar a alguien.

Los abuelos decían que cuando uno va al monte, tiene que llevar siempre
regalos para él. Los ancianos llevaban “puros” de hojas de tabaco
enrolladas; porque eran las preferidas del Dueño del Monte y de esta
forma serían amigos. Ellos dejaban sus presentes entre los árboles, así
se aseguraban de que el Dueño del Monte estaría muy agradecido.
Los abuelos decían que también era bueno llevar siempre un amuleto
en la billetera o en la maleta, porque pensaban que uno podía llegar a
cualquier lugar, pero tampoco podía pensar de caer bien a todo el mundo
¡con tantas cosas que suceden!.
Ellos enseñaron a los niños a andar un amuleto cuando se camina en
la montaña, para protejerse de las serpientes o cualquier otra cosa. Los
amuletos podían ser hojas de tabaco, un poco de maíz o unas semillas
protectoras.

Contado por: Zoraida y Esmeralda


Trascripción: Giorgia Gastaldello

39
el origen del Mundo
Para la cultura Huetar, al principio de todo, no existía el sol, ni la luna, ni los
elementos naturales; existía sólo una porción de agua, una de tierra y nada
más.
El Dios de la tierra se llamaba Jatawà y el del agua se llamaba Arawà, estos
dos Dioses se reunieron con la intención de hacer el mundo, pero tenían que
tener el permiso de Sibö, el Dios todo poderoso. Fueron donde él y los autorizó
diciendo de ir a consultar los abuelos, ellos darían las instrucciones sobre cómo
hacerlo. Puesto que había mucha agua y poca tierra dijeron de ir al centro del
mar y soplar por siete días. El séptimo día salieron las bayas, las montanas,
las llanuras y la tierra se hizo más grande.
Los abuelos después dijeron de soplar al cielo por siete días; y fue cuando
apareció el sol, la luna, las estrellas y el viento. La tierra empezó a rodear en
si misma, haciendo así el día y la noche.
Aún había trabajo. Faltaban los ser vivientes que habitaban la tierra, así que
empezaron haciendo los animales terrestres. Aquí empezó la equivocación, la
razón por la cual aún hoy el hombre se equivoca. Los animales no tenían nada
para comer, se tenia que crear comida para ellos. Hicieron así las plantas, las
dibujaron al suelo y soplaron hasta que salieron de la tierra; se multiplicaron
en el mundo, nacieron los árboles y los bejucos para comunicarse entre si.
Después nacieron los animales del aire, los pájaros que hicieron sus casas en
los árboles.
No existía ningún ser que venerara a los Dioses, así que pensaron de hacer
el hombre. Primero los hicieron hecho de carne de animales, pero se estropeaba
muy rápido, así que los abuelos dijeron de hacerlo de madera: cortar la madera,
componer el hombre y soplar por siete días; así hicieron.
El séptimo día.....
Esos; los hechos de madera, empezaron a moverse y a vivir. Los hombres se
multiplicaron en muchas partes del mundo y dieron origen a la era del hombre
de madera. Pero pasó que después de un tiempo ya no creían más en los
Dioses y para resolver esta situación, los abuelos no podían hacer nada. ¡Sólo
Sibö!, el Dios todo poderoso, podía hacer algo. Así que fueron a buscarlo y él
les dijo:
“Yo eliminaré los hombres de madera, y os autorizo a hacer otro hombre; pero
yo con ellos no me expondré. Ustedes serán los responsables de sus acciones,
no querré tener nada que ver con ellos”.
Sibö quemó los hombres de madera a través del sol. Unos lograron repararse
con corteza y hojas convirtiéndose desde entonces en monos, que aún hoy
quedan como evidencia del hombre de madera.
Jatawà y Arawà, Dioses de la tierra y del agua, pensaron entonces en hacerlo
de maíz, así que empezaron a sembrarlo, lo soplaron por siete días, y nacieron
los hombres.
Ellos se nutrían de lo que la naturaleza les ofrecía: agua, fruta, carne y verdura;
la utilizaban para vestirse, hacer casas, curar las enfermedades. La respetaban,
la veneraban y creían en los Dioses.
Con el pasar de los siglos el hombre de maíz, el hombre que aún vive en la
tierra, dejó de respetar a los Dioses de la naturaleza y a no creer más en Dios.
Muchos hombres hoy ya no creen más en nada y no respetan ni el agua, ni la
tierra, ni los otros elementos naturales.
No es el Dios todo poderoso quien deba resolver esta situación, el cual no tiene
ninguna responsabilidad sobre los hombres. Los Dioses de el agua y de la
tierra son encargados de eliminarlos, y así pasará si el hombre no respeta el
lugar donde vive. ¡el mundo y sus elementos naturales!.

Contado por: Don Juan


Transcripción: Andrea Succi 40
artesanías y otras tradiciones

41
artesanías y otras tradiciones
la cultura ngöbe
la chácara
¿Qué es la Chácara?
La Chácara es una bolsa tradicional que las mujeres
indígenas de etnia Ngöbe (Guaymí) hacen para llevar objetos
de la vida cotidiana.
Esta bolsa proviene desde lo que el bosque nos ofrece,
es completamente natural, el hilo se extrae desde plantes
o un albor y tiene una resistencia y durada asombrosa.
¿Cómo se hace una Chácara?
Se va en el bosque a buscar hojas de Pita, de Cabuya o
corteza de Peine Mico.
Se corta y se hierven en una olla en el fuego, se extrae la fibra de la planta y se limpia
para que la fibra quede bien blanca.
Si se quiere que el hilo quede colorado, se hierve otra vez con plantas que tiñen o tierra
roja.
Con las diferentes fibras se hace el hilo y se empieza a anudar para dar forma a la
Chácara.
Se comienza desde la base; nudo tras nudo, con días de trabajo y mucha paciencia,
la Chácara está lista.

Realizado con Ofelina de Alto Laguna

el sombrero
Los Indígenas de la etnia Ngöbe para protegerse del sol
utilizan un sombrero tradicional que llega directamente de
la naturaleza, se puede teñir de negro o café, es muy
resistente y está hecho completamente a mano.

¿Cómo se hace un Sombrero?


Se va al bosque a buscar la planta de la cual se extrae la
fibra, es una pequeña palma, se sacan sus hojas mas
jóvenes, se pican y se extrae una película casi transparente.
Se hacer hervir, se dejan secar al sol y se empiezan a tejer trece películas entre sí hasta
a obtener un largo mecate ancho y plano.
Una vez hecho el mecate se va cociendo hasta obtener su forma final mediante un
molde.

Realizado con: Don Juan de Carona y Andrés de Alto Guaymí

42
el techo del rancho ngöbe
El rancho tradicional de los Indígenas Ngöbe se construye
con paredes de madera, y el techo con hojas de Palma Real
o de Suita tejidas entre sí. El resultado es un techo fuerte
y seguro, resistente a las fuertes lluvias, no deja pasar el
agua y mantiene el lugar fresco en los calientes días de
verano.
¿Cómo se hace?
Se cortan las grandes hojas de Palma Real, o se va al
bosque a buscar hojas de Suita y se traen hasta el rancho.
Hecha la estructura del techo se empiezan a sobreponer
las hojas de Palma y atarlas con un mecate entre sí, o a tejer las hojas de Suita la una
con la otra.
Es un trabajo largo y hace falta ser muy preciso para no dejar ningún hueco, entre
mejor es hecho, más resistirá en el tiempo y a los agentes atmosféricos, por esta razón
es que el techo del rancho Indígena Ngöbe está construido en manera perfecta.

Realizado con: Teodoro Carrera

la bebida del cacao


La bebida de Cacao nace de la tradición Indígena
Mesoamericana, si utilizaba en las fiestas y en las ceremonias
sagradas, era relacionada con los Dioses, no era una bebida
para cada dia, tenia propiedad mágicas y curativas, por
ejemplo podía liberar del espíritu malo de la montaña: el
Choguali.
Se recogen los frutos mas amarillos de el albor de Cacao,
se abren, se quitan sus semillas y, una vez lavados, se dejan
secar al sol por un por una semana.
Se echan las semillas en un sartén en el fuego y se hacen
tostar, se ponen en una tabla de madera y manualmente se saca su cáscara.
Se muelen obteniendo una pasta y con las manos se hacen de las pelotitas de pasta
de cacao.
Estas pelotitas se hacen hervir en agua o leche hasta cuando se derriten completamente,
se hecha en un vaso y ya está lista la mágica bebita de Cacao.

Realizado con: Lorena de Alto Guaymí

43
artesanías y otras tradiciones
la cultura brunka

los tejidos en algodón natural


Las mujeres del Territorio Indígena Brunka de Boruca
desde siempre realizan los tradicionales tejidos de
algodón, con los cuales se cosen bolsos, bultos,
enaguas y sombreros.
Del fruto de la planta del algodón se extraen las
semillas, que están envueltas en una pelotita de
algodón que las mujeres separan con paciencia.
Recogida la cantidad suficiente, se trabaja
manualmente y las fibras de algodón se convierten
en un hilo consistente, gracias a un huso de madera.
En el Territorio Brunka se utilizan dos variedades
diferentes de algodón, uno de color banco y otro de
color café (autóctona de la zona). Las madejas
pueden ser teñidas entre otros, con barro, ceniza,
hojas de Azul de mata, achiote y con el líquido de
un caracol de mar.
estructura particular de madera que permite distribuir
los colores y los diferentes dibujos. Posteriormente
los hilos se pasan en otra estructura que por un
extremo es amarrada a un palo y por el otro a la
cadera con una cinta.
Con la ayuda de varas de madera y gracias a precisos
movimientos, los hilos que son puestos en vertical en la estructura vienen entrencados
con otro hilo que los cruzas en horizontal, antes en una dirección y después en la otra.
Con una vara de madera más gruesa se prensan los hilos para fijarlos bien, y se sigue
así hasta que se obtiene el tejido. Es mucho más difícil de lo que parece a simple vista!

Realizado con: Doña Petra

44
las mascaras
Las mascaras hechas en Boruca, de el pueblo Indígena
Brunka de Boruca, son famosas por su belleza, hechas con
madera de Balsa o de Cedro, tallada con sabiduría y pintadas
con precisión, fruto del conocimiento secular trasmitido de
generación en generación.
Se utilizan durante la fiesta de los “Diablitos” y tienen un
gran sentido para este pueblo Indígena.
¿Cómo se hace una máscara?
Se toma un tuco de Balsa o Cedro, se saca su corteza y
el cilindro que queda se corta en dos, de arriba hasta abajo.
Se dibuja en la madera el rostro de la máscara, animales, hojas, árboles y todo lo que
la naturaleza propone al autor de la máscara.
Se talla la madera con curtillo y gubia, dando forma al rostro, a los animales y a todos
los elementos de la máscara con precisión y sabiduría.
Terminada la talla se limpia hasta que la madera quede lisa y bien blanca.
Las máscaras más antiguas no venían pintadas y llevaban solamente el rostro de
“Diablitos”; hoy las pintan especialistas de la misma comunidad.
Vienen pintadas con colores de témpera y pinceles, los colores son vivaces y ricos en
degradaciones.
El resultado final es una verdadera obra de arte, que solamente su experiencia y sabiduría
cultural puede reproducir.

Realizado con: Dennis Morales Morales y Don Ismael

el rancho con techo de zacate


El rancho con techo de sácate es típico en los Indígena
Brunka de Boruca.
Se compone de una estructura con base cuadrada sostenida
para cuatros palos grandes de “Mayo Colorado” puestos
en las cuatros orillas de la base y enterrados por circa un
metro. Los palos se cortan en los bosques de la montaña
en las noches de luna menguante y se privan de la corteza:
la tradición dice que esto lo cuidará desde posibles daños
para bichos y parásitos. Las paredes se realizan clavando
en la estructura tablas de madera o Caña Blanca, un tipo
de árbol que tiene un tronco muy finito, parecido al bambú.
El techo se realiza a parte y solamente después se coloca en la base. Se compone de
una estructura interna de varillas de madera donde vienen tejidos los hilos de sácate;
estos se recogen en las montañas que están alrededor de Boruca, sin cortarlos y
cuidando también las raíces, y se dejan secar al sol. Pasado el tiempo necesario, se
juntan en manojos que se desjuntaran y se entrelazaran como un tejido una vez puestos
en la estructura del techo mismo. Por la parte de arriba del techo se utiliza el sácate
típico de la Sabana; por la de arriba, al revés, se escoge un particular tipo de sácate
llamado “Peludo”. Para realizar un techo se necesitan alrededor de diez mil manojos de
sácate.
Un rancho de este tipo puede lograr a durar hasta cuarenta años, si está utilizado y con
un fuego vivo adentro: el calor, el humo y la ceniza ayudan a cuidarlo, alejando bichos
e humedad.

Realizado con Don Ismael


45
artesanías y otras tradiciones
la cultura huetar
las plantas medicinales
La naturaleza ayuda a prevenir y a curar las
enfermedades. Hoy día las últimas personas que
conocen la potencialidad de las plantas son muchos
Indígenas del Norte, Sur y Centroamérica.
Entre sus muchas utilidades, es muy beneficioso y
fácil preparar ungüento para golpes y jarabe para la
tos.

Jarabe:
Se corta la zanahoria en porciones redonditas, se
toma un vaso estrecho y largo, se pone una de las
porciones adentro del vaso, se echa un poco de
azúcar, se pone otra porción de zanahoria, otro azúcar,
y se sigue así hasta llegar a ¾ del vaso. Se cubre
con una tapa y se deja descansar por la noche un
lugar fresco. En la mañana la zanahoria junto con el azúcar habrá dejado un zumo
denso y está listo para ser tomado.

Ungüento para los golpes:


Se pone una pequeña olla en el fuego, se echa la base para ungüentos (hecha de
manteca vegetal o animal), se añade Pachulí, Zacate de Limón, Solda con Solda y
Eucalipto ya cortado en pedacitos. Esta mezcla se deja hervir por unos minutos y luego
se echa en pequeños vasitos, se deja enfriar y descansar una noche. Al día siguiente
esta listo para ser aplicado.

Realizado con: Zoraida y Esmeralda

46
el temazcal
El temazcal es un ritual de purificación muy antiguo practicado para los Indígenas de
Centro América, sobre todo en México. “Temazcal” es una palabra Náhuatl que significa
“Casa del calor” (“temal”= calor, “calli”= casa).
En Costa Rica lo llaman Tepazcal o Tapezco, “Casa pequeña de calor”, y se practica
en los territorios Huetares y Cabécares.
Es una ceremonia de purificación que tiene dos componentes: una más física y otra
puramente espiritual. La idea es que el cuerpo es como una ciudad que se ensucia con
el tiempo; para limpiarse, necesita quitar todo lo que ya no nececita a través del sudor.
En un temazcal los indígenas proponen también a Dios sus problemas, sus proyectos,
sus preguntas, sus dudas y sus vidas mismas. Los Indígenas Huetares adaptaron la
ceremonia tradicional Náhuatl a sus propias costumbres, introduciendo nuevas
particularidades y quitando otras.
El temazcal se compone de una estructura semi-esférica hecha de hojas, palos y mecates
(cuerdas) con una sola entrada de pequeño tamaño; al lado, un gran fuego calienta las
piedras que se introducirán en el centro del temazcal, donde se realizó un orificio en la
tierra previamente. El temazcal siempre tiene que estar al lado de un rio, de una poza
de agua o de una piscina.

En cada temazcal hay una persona que guía a las demás, conduciendo las oraciones
y los cantos y controlando la temperatura interior a través de un instrumento musical
llamado sorraja (maraca). Hay también otra persona, “el hombre del fuego”, que se
queda afuera del temazcal y que maneja el fuego y el calor de las piedras.
Los Huetares utilizan 10 piedras que también se escogen a través de un acto ceremonial:
en las noches de luna llena, el hombre guía tira 13 granos de maíz blanco en el rio y
allá vuelve con la luna nueva, tomando las piedras donde se pararon los granos. Las
piedras se ponen a calentar en el fuego durante 2 o 3 horas antes de la ceremonia del
temazcal y nunca pueden tocar el suelo. Las primeras 5 son las más importantes y
representan los Dioses: Jatawá, la Diosa de la Tierra; Doc, el Dios del Sol; Arakuá, la
Diosa de la Lluvia; Duruchá, la Diosa de la Luna y Sipú, el Dios “todo poderoso”. Las
otras piedras representan los Espiritus del Agua, del Fuego, de las Plantas, de los
Animales y de la Tierra. Hay una piedra más que rapresenta el Espiritu del Hombre y
que pero nunca se pone adentro de la estructura del temazcal.
El número de participantes puede variar desde uno hasta a veces cien. Al mudar del
numero, cambia también la dimensión de la estructura: el temazcal tiene que ser pequeño,
no puede alcanzar mucho campo entre las personas y la piedras. A la cerimonia puede
partecipar todo el mundo, salvo personas que tienen asma aguda o enfermedades del
corazon.
La cerimonia empieza al entrar de las personas adentro de la estructura. Los partecipantes
toman asiento en circulo. El “hombre del fuego” entroduce las primeras piedras en el
medio del circulo y el guía va botandoles agua en cima: el temazcal se llena de vapor,
el aire se vuelve muy caliente, casi irrespirable, y las personas empiezan a botar sudor.
A veces el guía pone también plantas medicinales en las piedras. En cada temazcal se
entroduce un numero de piedras diferentes en relación a la dimension de la estructura
y al numero y las condiciones fisica de los partecipantes. Hay una “puerta” cada vez
que se entroduce piedras en el temazcal; por esa razon, un temazcal puede tener varias
“puertas”. Los partecipántes pueden salir de la estructura una vez que se llega al calor
maxímo y tirarse en el agua fria, segun las indicaciones del guía.

Realizado con: Juan y Nelson

47
el rancho Cósmico
Don Juan es un Indígena Huetar que vive y trabaja en el Territorio Indígena de Quitirrisí.
Desde siempre se ocupa del desarollo de su comunidad. En particular, en los ultimos
años está trabajando en la medicina natural y en la curación de las enfermedades
espirituales.
El Rancho Cósmico es su centro de curación espiritual: cada parte simboliza una fuerza,
un espiritu, un animal, una parte del cuerpo.

El Rancho de Don Juan tiene una estructura con base de doce lados. Es hecho de
madera con el techo de hojas de palma real y el piso de pura tierra.
Doce palos verticales componen la base y simbolizan el tiempo en los diferentes meses
del año.

Los Indígenas Huetares dicen que el cuerpo humano está dividido en dos partes: la
derecha, que tiene una energia positiva y activa, y la izquierda, que tiene una energia
pasiva. El ser humano es como la eletricidad: estas dos energias, puestas en contacto,
nos permiten caminar, hablar, vivir. En cada una de las dos partes hay seis extremidades:
los tobillos, las rodillas, las caderas, los hombros, los codos y las muñecas de las manos.
Las varas horizontales puestas arriba de los palos verticales dentro del Rancho simbolizan
estas doce extremidades del cuerpo humano. Hay un palo más que está en el centro
del Rancho: es el más grande y representa la cabeza.

Las cuatros varas horizontales que desde el centro del Rancho van hacia la base del
techo simbolizan los cuatros elementos centrales de la vida del hombre: el Sol, con el
dios Doc; las plantas, con el dios de la Tierra, Jatawá; el agua y la lluvia, con el dios
Jarakuá, y el aire, también con su propio dios. Las cuatros varas dibujan cuatros triángulos
que representan el cuerpo, la mente, el espíritu y las emociones. Este último triángulo
es el más importante: las emociones llevan a otra dimensión y si uno aprende a vivir y
a trabajar con ellas, puede quitar las barreras de la materia y del cuerpo.

En la vida de cada ser humano hay también otros dos dioses que lo guían: Duarú, el
dios de la Muerte, y Duribió, el dios de la Vida. Juntos con ellos, estan los familiares:
el padre, la madre, los hijos, los hermanos y los sobrinos. Los representan los sietes
palos que van desde el centro hacia la parte mediana del techo.

Para proteger y ayudar el hombre en su camino, dentro del rancho se representan


también unos de los animales sagrados para los Indígenas más importantes: la serpiente,
la danta, el sapo, el jaguar (símbolo de la vida), la mariposa (símbolo de la vida después
de la muerte), el águila, el armadillo, el alacrán y el búho.

Realizado con: Don Juan

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