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EROSIÓN Y MOVIMIENTO EN MASA.

1. MOVIMIENTO EN MASA
Por movimientos en masa se entiende el desplazamiento del terreno que constituye una ladera o un
talud, hacia el exterior del mismo y en sentido descendente, debido a la acción directa de la
gravedad.[ CITATION Pot19 \l 9226 ]
Se presentan en una gran variedad de condiciones, afectando suelos y rocas de distinto tipo, en
taludes naturales y artificiales, con rangos de velocidades que oscilan entre centímetros por año y
cientos de kilómetros por hora. También son llamados procesos coluviales.
El principal factor del desencadenamiento de los movimientos en masa es el colapso de volúmenes
de suelo o roca cuando las tensiones que soportan sobrepasan la resistencia de los materiales. En los
suelos la resistencia depende de la cohesión y de la ficción interna. La cohesión actúa en las arcillas;
es la atracción molecular que mantiene unidad a las partículas y la fricción interna actúa en las
arenas y proviene de la rugosidad de la superficie de los granos.
En las rocas la resistencia a la ruptura es similar a la de los suelos; depende también de la cohesión
existente entre los cristales minerales y la fricción interna que aparece en la superficie de rotura
incipientes. El factor más importante en la estabilidad de los macizos rocosos naturales, sin
embargo, es la fricción interna de diaclasas y fallas. La mayor parte de los derrumbes se produce
cuando esta resistencia queda superada por el peso de la masa de roca.[ CITATION Iri19 \l 9226 ]
Factores que favorecen los movimientos en masa

 Factores constants:
 Naturaleza de los materiales
La litología de los materiales aflorantes y su grado de alteración condicionará sus características
físico-mecánicas y, por tanto, su estabilidad potencial, por lo que el comportamiento variará de
unos materiales a otros aún cuando actúen sobre ellos con igual intensidad los mismos factores.
Los parámetros resistivos dependerán de la composición mineralógica y de la textura,
compactación, tamaño, forma y cementación de las partículas que formen la roca o sedimento.
Por tanto, materiales poco cementados, con tamaños de grano fino (limo-arcilla o arenas limo-
arcillosas), o de un amplio rango granulométrico (derrubios de ladera) son litologías más
propensas al deslizamiento. La influencia de la composición mineralógica de los materiales es,
en ocasiones, determinante para que se produzcan inestabilidades. En sedimentos con
abundancia de minerales de la arcilla del tipo montmorillonita, se puede producir, en épocas de
lluvia, un hinchamiento de estos minerales por la absorción de agua en su estructura molecular
y posterior dilatación, lo que provoca una expansión del terreno, con aumentos de volumen que
son problemáticos si alcanzan el 5% y que, en casos excepcionales, pueden llegar al 50%.
Asimismo, el lavado de las sales contenidas en determinadas arcillas marinas conduce a un
reordenamiento en la estructura de las partículas, pasando de floculadas a dispersas y dando
lugar a una reducción de la resistencia al corte. También, la alternancia o intercalación de
materiales de distinta naturaleza, y por tanto, con resistencia, compactación y permeabilidades
diferentes, producirá heterogeneidades en el comportamiento global de la masa, que según la
tipología de aquéllas, tendrá una respuesta variable a los factores externos que se manifiesten,
lo que favorece la aparición de fenómenos de inestabilidad. Del mismo modo, el espesor de los
diferentes materiales podrá determinar que el movimiento sea superficial o profundo.
 Relación estructura-ladera:
Otro aspecto de gran importancia a considerar frente a la estabilidad es la relación y
combinación de la disposición geométrica de los materiales aflorantes, con respecto a la
orientación, pendiente y altura de la ladera natural o talud artificial. En este sentido, deberán
observarse las discontinuidades presentes (planos de estratificación, fallas, diaclasas,
esquistosidad), atendiendo a su inclinación, orientación, número, densidad, naturaleza y
morfología. Estas características tienen gran importancia en el caso de materiales rocosos
(calizas, areniscas, etc.), que serían estables de no ser por la fisuración y disgregación que
produce la existencia e intersección de estas discontinuidades, al modificar las propiedades de
los materiales, lo que provoca que el macizo rocoso, en su conjunto, adquiera una resistencia
menor que la roca inicial. Asimismo, cuando la dirección de la estructura de los materiales con
respecto a la del terreno natural o talud artificial es paralela - y, por tanto, - coincidente, y
dichos materiales tienen una inclinación ladera abajo, se facilita el desencadenamiento de
inestabilidades, que será mayor cuanto más pequeño sea el ángulo de intersección que formen
ambas inclinaciones. Estas circunstancias se verán favorecidas por la circulación del agua de
infiltración a través de las discontinuidades, que pueden actuar durante los periodos de lluvia
como superficies de despegue.
Las diferencias del estado tensional dentro de un macizo rocoso conllevan que dentro de un
mismo sector geográfico, la disposición y el número de discontinuidades no sea constante y, por
tanto, las condiciones de inestabilidad puedan variar.
 Pendiente topográfica y morfología de la ladera:
La pendiente topográfica y la altura de las laderas son factores que condicionan el desarrollo de
procesos de deslizamiento por su contribución a la inestabilidad de los materiales; tanto es así
que son parámetros utilizados sistemáticamente en la mayoría de los métodos de cálculo de
estabilidad de taludes. En terrenos homogéneos, cada tipo de material tendrá una altura crítica y
un ángulo máximo, a partir de los cuales se producirá un desequilibrio gravitacional, siendo
posible la rotura. No obstante, en zonas muy húmedas, la morfología no tiene por qué ser
necesariamente abrupta para que materiales arcillosos, debido a la saturación, puedan generar
movimientos rápidos, de tipo flujo, con velocidad considerable. También, las características
morfológicas de la ladera aumentarán o disminuirán su equilibrio, y ya que estas formas son
además el resultado de un proceso evolutivo, nos servirán también como indicadores de
inestabilidad. Una topografía abrupta, con valles profundos, grandes diferencias de altura entre
vaguadas, alto gradiente hidráulico, relieve escarpado, red de drenaje densa y encajada, formas
acarcavadas y laderas con morfología cóncava, es indicativa de zonas con alto potencial de
inestabilidad. De este modo, mediante la combinación de determinados índices morfológicos y
morfométricos del terreno, tales como la morfología, altura y pendiente topográfica, la
superficie y longitud de la cuenca superficial y de los conos de deyección, etc., se han
desarrollado métodos para determinar la susceptibilidad de rotura de una ladera.
 Vegetación
Es éste un factor controvertido, tanto en su uso como parámetro a intervenir en la estabilidad,
como en el papel que desempeña. Esto es debido tanto a las distintas circunstancias que se
producen en la presencia de la amplia variedad de especies vegetales existentes, dentro de las
cuales algunas tienen un marcado carácter estacional, como a los efectos que en ellas se
manifiestan. Aunque es el factor menos constante de los hasta ahora reseñados y no llega ser
determinante para la estabilidad global de una masa de terreno, sí condiciona de forma notable
la acción de otros factores. El efecto positivo que produce la vegetación es el de mantener la
estabilidad superficial del terreno y evitar su degradación, ya que las raíces cohesionan las
partículas del suelo y disminuyen la disgregación de los niveles superficiales. La presencia de
una cobertera vegetal también favorece el drenaje por la absorción del agua superficial del
terreno, al tiempo que disminuye el efecto producido por la erosión hídrica. Como contribución
negativa, está la producida por el efecto de cuña realizado por algunas raíces al desagregar el
suelo, provocando los consiguientes efectos mecánicos en grietas y fracturas.[ CITATION
FAC191 \l 9226 ]

 Factores variables:
- Climatología - Meteorización - Agua - Erosión fluvial y costera - Sismicidad de la zona - Acciones
antrópicas.
Fuente: [ CITATION Pot19 \l 9226 ]
Tipos de movimiento en masas

 Movimientos con predominio de la trayectoria vertical.


 Desprendimientos o caídas
Se originan por el despegue de una masa del suelo o roca de una pared empinada o acantilado y
posterior descenso mediante caída libre, a través del aire, y rebote o rodadura final. La rotura
tiene lugar por mecanismos de deslizamiento o vuelco de pequeña envergadura que
proporcionan a la masa despegada una velocidad inicial en el momento de caída libre. El
movimiento es de muy rápido a extremadamente rápido.
 Colapsos
También conocidos como desplomes, consisten en la caída de masas de material, con una
trayectoria vertical, debido a la socavación efectuada por un río o el oleaje en un acantilado o la
meteorización y disgregación de las rocas del pie del mismo.

 Movimientos de giro de bloques conformados por fracturación vertical.


 Vuelcos
Es la rotación hacia delante y hacia el exterior de una ladera, de una masa del suelo o roca
alrededor de un eje situado por debajo de su centro de gravedad. Las fuerzas desestabilizadoras
son la gravedad y las fuerzas ejercidas por el terreno adyacente o por fluidos en las grietas.
Dentro del mecanismo de vuelco se distinguen dos procesos.
 Vuelcos por flexión
Tiene lugar cuando las discontinuidades del macizo forman columnas semicontinuas en
voladizo, con la posibilidad de flexionarse hacia adelante por descarga hasta romperse por
flexión.
 Desplomes
Se produce en bordes de acantilados rocosos o de materiales areno-arcillosos compactados,
donde la masa movida cae inicialmente con un movimiento de giro apoyado en la base inferior
y posteriormente un movimiento vertical de colapso, al deshacerse el apoyo de dicha zona.

 Desplazamiento en masa.
 Deslizamientos
Son movimientos ladera abajo de masas de suelo o roca sobre una o varias superficies de rotura,
o zonas relativamente delgadas con intensa deformación de corte, en los que se preserva a
grandes rasgos la forma de masa desplazada. Las superficies pueden coincidir con planos
estructurales (deslizamientos traslacionales de rocas o de capas delgadas de suelo), o son
inducidas (deslizamientos rotacionales en suelos y/o materiales intermedios). Dentro de este
mecanismo se distinguen los deslizamientos rotacionales y los traslacionales.
-Deslizamientos rotacionales
El terreno en movimiento experimenta un giro a lo largo de una superficie de rotura curvilínea y
cóncava, y según un eje situado por encima del centro de gravedad de la masa deslizada. El
material de cabecera queda con una inclinación contra ladera, generando depresiones donde se
acumula el agua e induciendo nuevas reactivaciones. En el pie, por el contrario, se presentan
abombamientos o levantamientos del material con una superficie convexa. Este tipo de
deslizamientos suele producirse en suelos cohesivos homogéneos y en macizos intensamente
diaclasados. En materiales arcillosos y, sobretodo, si hay presencia de agua, la parte baja
deslizante puede evolucionar hacia un deslizamiento de tierras.
-Deslizamientos traslacionales
Las masas se desplazan a lo largo de una superficie de rotura plana u ondulada, pudiendo
deslizar posteriormente sobre la superficie del terreno original y proseguir si la inclinación es
suficientemente fuerte. Los componentes de la masa desplazada se mueven inicialmente con la
misma velocidad y trayectorias paralelas, pudiendo fragmentarse o disgregarse si
posteriormente aumenta su velocidad, derivando en un flujo más que en deslizamiento. Cuando
los bloques de suelo o roca se deslizan sobre una superficie única se suele hablar de
deslizamientos planos y cuando la superficie de rotura está formada por dos planos que obligan
a la masa de roca desplazarse según la línea de intersección se habla de deslizamiento en cuña.
Las masas rocosas que se desplazan sobre materiales más plásticos en los que se hunden por
extrusión de estos y con movimientos muy lentos ladera abajo, se dice que lo hacen por
desplazamientos concordantes. Cuando los mismos bloques se trasladan sobre una superficie
donde el buzamiento de los estratos no coincide con el de la ladera, el hundimiento es escaso o
inexistente y las laderas tienen mayor pendiente, denominándose entonces deslizamientos
discordantes. Los deslizamientos en los que la masa desplazada se trocea en su movimiento y
resulta una acumulación caótica de bloques se denomina corrimiento y cuando la rotura por
cizalla se produce en suelos no cohesivos con partículas gruesas se llama deslizamiento de
derrubios.
 Reptamientos.
Movimiento de tipo viscoso sumamente lento (unos pocos centímetros por año), asociado a una
deformación continua de terrenos no consolidados o relativamente sueltos, sin rotura o falla del
mismo a lo largo de superficies de corte. Afecta principalmente a los depósitos y a los suelos
residuales, pero puede presentarse también en rocas. En el caso de suelos, abarca generalmente
grandes extensiones y es difícil de controlar; se asocia con zonas deforestadas o intervenidas de
manera inadecuada. Frecuentemente presenta terracetas debidas a pisadas del ganado, lo cual
favorece posteriormente otros procesos.
 Propagación lateral.
El caso más común corresponde al desplazamiento horizontal de masas duras por flujo plástico
o licuación del material subyacente más blando.
 Escurrimiento.
Se designa de esta manera al colapso o derrumbe de masas secas o húmedas expuestas en
excavaciones viales o semejantes, que se desplazan de manera viscosa, por lo general poco
tiempo después del corte.
 Subsidencia.
Aunque no se trata de un movimiento que afecte la cara libre de un talud o ladera, es más
común de lo que parece. Se trata de desplazamientos verticales del terreno, asociados a
remoción o consolidación del material subyacente, por causas diversas.

 Transporte en masa
 Flujos
Se trata de movimientos de tipo viscoso, la mayoría de los cuales involucra mezclas de agua y
materiales sueltos, los cuales se desplazan lenta o rápidamente a lo largo de canales o
depresiones naturales o artificiales generalmente angostas, provocando distintos tipos y grados
de devastación. Los materiales pueden avanzar desde algunos metros hasta varios cientos de
metros. Pueden ser:
-Flujos de detritos.
Afectan fragmentos de roca de diferente tamaño embebidos en matriz fina, que se movilizan en
forma rápida a muy rápida, dependiendo de la pendiente del terreno y del contenido de
humedad.
-Flujos de tierras.
Involucran materiales predominantemente finos, y por su carácter más viscoso, son más lentos
que los anteriores. Estos procesos presentan por lo general tres rasgos característicos
morfológicos: una zona de alimentación en la parte superior, correspondiente a la zona
denudada que aporta la mayor parte de los materiales desplazados, como consecuencia de
desprendimientos u otros movimientos; el canal, correspondiente a la zona deprimida a lo largo
de la cual se desplaza el material y el cono de deyección. El canal y el cono pueden estar
separados por un cuello angosto. A lo largo de las carreteras es común encontrar estas
expresiones, algunas de las cuales se asemejan mucho a un reloj de arena. Los flujos de tierras
pueden convertirse en flujos de lodos, por mayor contenido de humedad, movimientos estos
últimos extremadamente rápidos.
 Avalanchas de rocas y detritos.
Enormes volúmenes de rocas y detritos se desplazan con extraordinaria rapidez a lo largo de
hondonadas, aprovechando en parte los cauces naturales. La expresión morfológica de estos
procesos es similar a la descrita para los flujos de detritos y tierras. Según se ha investigado, la
enorme velocidad (250 km/h y más) y el gran volumen de material desplazado se atribuye a la
fluidificación de las masas involucradas en estos procesos, debido a bolsas de aire que quedan
atrapadas entre los fragmentos, favoreciendo una acción de dispersión de las partículas más
finas entre los bloques mayores, y provocando un mecanismo de flotación o empuje de los
materiales, que reduce la presión efectiva ejercida por los granos y proporciona al mismo
tiempo un colchón de aire hacia la base de la zona en movimiento.[ CITATION Pot19 \l 9226 ]
https://www2.sgc.gov.co/Archivos/Clasificacion.pdf (otra fuente de información de tipos de
masas)

2. EROSIÓN.

Bibliografía
FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA INESTABILIDAD DEL TERRENO. (s.f.). Recuperado el 8
de Noviembre de 2019, de
http://www.habitatge.gva.es/estatico/areas/urbanismo_ordenacion/infadm/publicaciones/pdf
/litologia/48_54factor.pdf
Iriondo, M. (s.f.). Introducción a la geología (3 ed.). Argentina: Brujas. Recuperado el 11 de
noviembre de 2019
Potes, C. E., & Escobar, G. D. (s.f.). Geotecnia para el trópico andino. Recuperado el 8 de
noviembre de 2019, de
http://www.bdigital.unal.edu.co/53560/33/erosionymovimientosenmasa.pdf

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