¿Cómo operan los estereotipos de género y las relaciones entre los géneros al momento de
poner en acción la información?
¿Cómo lograr que la escuela sea un lugar en donde se produzcan aprendizajes significativos?
“Yo te di información, te dije que te cuides, te dije cómo tenés que cuidarte. Si no te cuidaste,
entonces es tu responsabilidad”.
Por otro lado, el ser madres/padres en esa etapa de la vida se convertiría en un riesgo social en
tanto traería aparejado el abandono de los estudios y la inmediata exclusión del mercado de
empleo, llevando así a la reproducción de la pobreza. La edad y las características propias y
naturalmente disfuncionales de la pobreza (familias “desestructuradas”, adolescentes con baja
autoestima, adolescentes “irresponsables”, patrones culturales “deficitarios”, “falta de
información”) se constituyen como las causas de los riesgos asociados a estas maternidades.
Es decir, que “el riesgo asociado a la maternidad adolescente es más una manifestación de las
condiciones de desigualdad social y económica que consecuencia de la edad en la que ocurren
los embarazos” (Stern, 1997, p.139).
Uno de los nombramientos estigmatizantes que noto que circulan en los ambientes escolares
es ese halo de inconciencia asociado al modo en que viven las relaciones sexuales lxs jóvenes.
Y me llama mucho la atención cómo se potencia esta preocupación cuando se trata de
situaciones de embarazo. Es como si el sentido común y los estereotipos de género
monopolizaran las argumentaciones, incluso entre docentes (seguramente no todxs) a la hora
de hablar de estos casos, replicando muchas de las frases que acabo de leer en la clase 2 y la
bibliografía, tales como “Yo te di información, te dije que te cuides, te dije cómo tenés que
cuidarte. Si no te cuidaste, entonces es tu responsabilidad”, ¿es así? ¿Es solo “su”
responsabilidad? ¿Cuál sería el alcance de nuestra participación en estas situaciones?
Uno de los aspectos que apareció con mayor recurrencia a lo largo de la clase, es el análisis
reflexivo de cada situación en particular, recuperando la complejidad que ella reviste.
Creo que uno de los impactos que esto genera es una caracterización, además de injusta y
errónea, extremadamente violenta hacia estxs jóvenes, incluso peor en el caso de las jóvenes,
por aquello de lo que de ellas se espera en términos de la imposición de género y de las
matrices culturales. Es terrible como cae sobre ellxs el dedo acusador que los señala como
irresponsables. Pienso en algunxs colegas que, desde un implícito paradigma punitivo entiende
que el embarazo y la maternidad debe ser afrontada como una suerte de castigo por no medir
las consecuencias de una determinada práctica sexual vista como “irresponsable”, como si
esos fueran comportamientos exclusivos de lxs pibes.
Respecto a las acciones concretas que pueden desarrollarse institucionalmente; como primera
medida creo que es fundamental que todo el cuerpo docente, como agentes del Estado y por
lo tanto garantes de derechos, conozca la normativa vigente que pudiera relacionarse con
situaciones de EMPA, principalmente la Ley 26206 (de Educación Nacional) y la 26150 (de
Educación Sexual Integral). Aunque también la ley 26673 (de Salud Sexual y Procreación
Responsable), 26743 (de Identidad de Género), 25929 (de Parto Respetado), etc., y demás
disposiciones jurisdiccionales.
Como primera medida, se pueden conformar comisiones de todxs los docentes de un mismo
curso, donde se analicen situaciones como las de EMPA. Algo parecido a la lectura de las clases
de este curso (tal vez una adaptación) y generar institucionalmente un espacio de encuentro
donde se intercambie lo leído.
Saludos!