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¿Cuán significativa es la información que se brinda a las y los adolescentes respecto de sus

sentidos, temores, sentimientos?

¿Cómo se vincula la información con sus miradas sobre la corporalidad y el cuidado?

¿Cómo operan los estereotipos de género y las relaciones entre los géneros al momento de
poner en acción la información?

¿Qué otras dimensiones —más allá de la información— inciden en la posibilidad de disfrutar


de relaciones seguras, placenteras, cuidadas? ¿Es lo mismo brindar información que educar?

¿Cómo lograr que la escuela sea un lugar en donde se produzcan aprendizajes significativos?

“Yo te di información, te dije que te cuides, te dije cómo tenés que cuidarte. Si no te cuidaste,
entonces es tu responsabilidad”.

Por otro lado, el ser madres/padres en esa etapa de la vida se convertiría en un riesgo social en
tanto traería aparejado el abandono de los estudios y la inmediata exclusión del mercado de
empleo, llevando así a la reproducción de la pobreza. La edad y las características propias y
naturalmente disfuncionales de la pobreza (familias “desestructuradas”, adolescentes con baja
autoestima, adolescentes “irresponsables”, patrones culturales “deficitarios”, “falta de
información”) se constituyen como las causas de los riesgos asociados a estas maternidades.

Es decir, que “el riesgo asociado a la maternidad adolescente es más una manifestación de las
condiciones de desigualdad social y económica que consecuencia de la edad en la que ocurren
los embarazos” (Stern, 1997, p.139).

dimensiones sociales, económicas, culturales y políticas de estos procesos. Se enuncia, a partir


de sus resultados, que la edad, las configuraciones subjetivas y las familiares se combinan con
posicionamientos de clase, de género, de generación y étnicos, que generan diversas
desigualdades anudadas a estas experiencias.

A partir de todo lo trabajado las y los invitamos a que:

1. Identifiquen uno de los nombramientos estigmatizantes que circulan en


sus escuelas (o en otros espacios por los cuales transitan) en relación a
los EMPA.
2. Reflexionen acerca del impacto que puede tener ese nombramiento
sobre quienes viven esa situación.
3. Propongan dos (2) acciones concretas que se puedan desarrollar en las
instituciones escolares para trabajar sobre estos nombramientos a fin de
promover los derechos de las y los adolescentes. Justificar.
En la argumentación se deben tomar aspectos aportados por los contenidos de
la clase y/o de los materiales de lectura obligatoria.

Uno de los nombramientos estigmatizantes que noto que circulan en los ambientes escolares
es ese halo de inconciencia asociado al modo en que viven las relaciones sexuales lxs jóvenes.
Y me llama mucho la atención cómo se potencia esta preocupación cuando se trata de
situaciones de embarazo. Es como si el sentido común y los estereotipos de género
monopolizaran las argumentaciones, incluso entre docentes (seguramente no todxs) a la hora
de hablar de estos casos, replicando muchas de las frases que acabo de leer en la clase 2 y la
bibliografía, tales como “Yo te di información, te dije que te cuides, te dije cómo tenés que
cuidarte. Si no te cuidaste, entonces es tu responsabilidad”, ¿es así? ¿Es solo “su”
responsabilidad? ¿Cuál sería el alcance de nuestra participación en estas situaciones?

Uno de los aspectos que apareció con mayor recurrencia a lo largo de la clase, es el análisis
reflexivo de cada situación en particular, recuperando la complejidad que ella reviste.

Evitar, mediante discursos generalizadores y/o totalizadores, caracterizaciones estereotipadas


de los jóvenes aplicables a diferentes casos, como si fueran miembros de un sector social con
características a-históricas que repiten comportamientos sin importar el contexto.

Creo que uno de los impactos que esto genera es una caracterización, además de injusta y
errónea, extremadamente violenta hacia estxs jóvenes, incluso peor en el caso de las jóvenes,
por aquello de lo que de ellas se espera en términos de la imposición de género y de las
matrices culturales. Es terrible como cae sobre ellxs el dedo acusador que los señala como
irresponsables. Pienso en algunxs colegas que, desde un implícito paradigma punitivo entiende
que el embarazo y la maternidad debe ser afrontada como una suerte de castigo por no medir
las consecuencias de una determinada práctica sexual vista como “irresponsable”, como si
esos fueran comportamientos exclusivos de lxs pibes.

Un adecuado acercamiento a un fenómeno, un hecho o un proceso social debe poder


evidenciar la complejidad. Las dimensiones sociales, económicas, culturales, políticas, etc. Los
aspectos subjetivos y objetivos que se entrecruzan y habilitan u obstaculizan, el contexto
familiar, barrial, laboral, escolar, etc. Las creencias y su peso en el modo en el que se vive la
sexualidad, la edad, el lugar y modo de residencia, etc., etc.

Respecto a las acciones concretas que pueden desarrollarse institucionalmente; como primera
medida creo que es fundamental que todo el cuerpo docente, como agentes del Estado y por
lo tanto garantes de derechos, conozca la normativa vigente que pudiera relacionarse con
situaciones de EMPA, principalmente la Ley 26206 (de Educación Nacional) y la 26150 (de
Educación Sexual Integral). Aunque también la ley 26673 (de Salud Sexual y Procreación
Responsable), 26743 (de Identidad de Género), 25929 (de Parto Respetado), etc., y demás
disposiciones jurisdiccionales.

Como primera medida, se pueden conformar comisiones de todxs los docentes de un mismo
curso, donde se analicen situaciones como las de EMPA. Algo parecido a la lectura de las clases
de este curso (tal vez una adaptación) y generar institucionalmente un espacio de encuentro
donde se intercambie lo leído.

Otra medida, a partir de lo anterior, podría ser la planificación de un proyecto de abordaje


trasversal, de manera que se pueda trabajar estas erróneas caracterizaciones desde distintas
materias mediante el enfoque del paradigma de la complejidad. Se me ocurre, alguna actividad
con juegos de roles, donde lxs estudiantes actúen la situación analizada. Y se debata
incorporando la perspectiva de derechos y de género como marco teórico. Por ejemplo, en
torno a la siguiente consigna “¿Cómo operan los estereotipos de género y las relaciones entre
los géneros al momento de poner en acción la información recibida en la escuela?” y/o
“confrontar la noción de responsabilidad en la práctica sexual de lxs jóvenes por parte de los
docentes de ese curso, con la de sus estudiantes.”

Saludos!

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