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   Primero decir que la zona roja es San Salvador, El Salvador, roja por liberal, desde la
independencia fue la región centroamericana donde prevalecieron los liberales que por lo general eran
ideas sustentadas por los militares, en esa época la ͞vanguardia͟ de las ideas. Pongo dos ejemplos del siglo
XIX el general Francisco Morazán que organizó su estado mayor centroamericano con salvadoreños, y al
momento de ser fusilado en Costa Rica pidió que sus restos descansaran en El Salvador; y el general Gerardo
Barrios (1813-1865), educado bajo normas revolucionarias franceses de la época, fusilado por la oligarquía
más rancia del país, que se oponía a la división de la iglesia con el estado o la educación laica propuesta por
dicho general.

Antes de Morazán y Barrios, también en el siglo XIX se dio la insurrección campesina (1833) que proponía la
toma de tierras y protección a la vida de los indígenas. Y en esa época no había ͞comunismo͟ para
achacárselos como justificación de las matanzas de campesinos, como si ocurrió cien años después (1932),
cuando un levantamiento que tuvo sus orígenes en las cofradías ʹuna especie de organización religiosa
mixta entre los dioses indígenas y los dioses que nos habían legado la conquista.

Después del 1932, hasta principios de 1991, todo movimiento exigiendo derechos fue calificado como
͞comunista͟ y con ello condenado a desaparecer por las armas o las leyes.

Dentro de ese contexto se me ocurrió la novela y jugar con la palabra ͞rojo͟ tan temido, y con el cuento
infantil, menos temido. Además, Caperucita me sirvió para incluir un personaje femenino predominante.

Alguien hizo la broma: ͞con ese título, aun sin leer la obra, los jurados tenían que darte el premio͟. Se
referían al Premio Latinoamericano de novela de Casa de Las Américas, Cuba, el más prestigioso de habla
española cuando la obra ganó esa obra (1977) y al hecho que el título es bastante novedoso

  Con esa base, se trataba desarrollar los personajes jóvenes de la generación de los 70 del
siglo pasado, moviéndose en San Salvador, la ͞zona roja͟, donde destaca Caperuza o la Hormiga; Alfonso, el
personaje principal, el panadero, una especie de confidente, tan nefastos en la época, pues por ahora,
después del Acuerdo de Paz, tienen mejor preparación dentro de la inteligencia estatal.

Alrededor de ellos se mueven otros personajes siniestros que acompañan en ese sueño imposible que
persiguen los jóvenes de la época, los que justifican el color rojo de la transformación o de las revoluciones
históricas. En este caso contra la rebeldía que se opone al poder oligarca que gobernó desde la
independencia (1821) hasta la época planteada en la novela (1977), sin ceder un ápice en su autoritarismo
implacable, con sus cuerpos armados dispuestos a todo crimen en aras de la seguridad del Estado policial.
Los personajes sobreviven y se involucran como parte activa de la ͞zona roja͟.

Alfonso es el universitario y poeta que en ese período, sin leyes de partidos políticos, sin mayor participación
ciudadana, pues el autoritarismo designa los cargos institucionales con el dedo para preservar la
͞democracia͟ como ellos la entienden, la que cuidan ͞la doctrina occidental y cristiana͟ en contra de todo lo
foráneo y toda idea que se contraponga a su régimen. Por un lado todo el poder para la oligarquía y sus
funcionarios obsecuentes, y por el otro los jóvenes, en una polarización que pareciera irreal pero que en las
republicas bananeras es lo más natural del mundo.

De ahí viene la radicalización que culmina en violencia política, en guerras civiles, producto de una
acumulación de impotencia por un lado, y prepotencia por otro, que lleva los ciento cincuenta años, y que
en la novela Caperucita se preanuncia un conflicto mayor que devino en guerra civil menos diez años
después.
Lleno de preguntas, vacilaciones, errores, cualidades y valentías inoperantes, el intelectual forjador de
esperanzas e inquietudes (argumentos), se vuelve personaje de esta novela. Alfonso es el portavoz de
Argueta (dice Flor del Carmen Orellana Gámez, tesis de graduación en Letras, 1984) por lo que se le atribuye
en muchas ocasiones el ser el narrador que siempre se encuentra presente en los momentos cruciales de la
obra. He aquí porqué se ha preferido atribuir a Alfonso la participación de narrador.

La multiplicidad de los personajes en Caperucita.-. Sin embargo únicamente tres de ellos predominan en la
obra: Alfonso, Hormiga y el Panadero. El resto de los ͞personajes͟ de Caperucita quedan a nivel secundario.

͞En general puede decirse que Alfonso concuerda con algunas experiencias reales que Argueta da a conocer
tratadas con arte e imaginación literaria͟. No es totalmente la vida del autor pero posee algunas de sus
cualidades, experiencias y pensamientos, hasta trascender a otro personaje de la vida real que es Roque
Dalton, que después de su asesinato inspiró a escribir Caperucita͟ (Tesis de Orellana Gámez, 1984).

a) En casa de Doña Gracia:


a.1. La comunicación y el deseo físico son constantes:
Hormiga lleva a Alfonso a vivir a casa de Doña Gracia, y este se muestra agradecido, pero tímido. La amistad
se convierte en atracción física, pese a que ambos son primos. Pero la timidez se expresa en reflexiones
entre ambos y les marca una barrera que los mantiene a distancia. Insta a Hormiga a marcharse de su
habitación: ͞si no quieres que una tragedia embarque nuestras miserias͙sería capaz de tirarme encima de
ella͟.

Alfonso trata de alejarse de Hormiga. Aprovecha su ausencia y deja nota de despedida, finge enfermedad
repentina, aunque no queda claro si enferma realmente, o es un pretexto para recibir trato especial de
Hormiga, como sucede, ella lo cuida en exceso, al grado que Alfonso se siente ͞cazado͟, prisionero e
incomodo de sus propias simulaciones ͞ni que fueras tu el lobo y yo el caperuzo rojo͟. (Tesis de Orellana
Gámez, 1984).

A pesar de las preocupaciones, el deseo y la pasión vencen: Alfonso se transforma en el gato que da caza a la
hormiga: ͞enciendo la luz y aparece el felino con un animal en la boca͙ bajo las escaleras es decir al nivel
del techote su cuarto; entre el techo y la puerta queda un espacio abierto. ͙Veo las luces apagadas (las veo
con mis ojos encendidos): la puerta rechina bajo el peso͙ soy un hombre a quien asaltan el corazón
mientras pone enpie sobre el saliente de la puerta y se descuelga como el mismo gato que me despierta en
las noches͟ (op. cit). Este pasaje es cuando Alfonso baja en la noche al cuarto de Hormiga.

Alfonso se siente lobo y mira a Hormiga como la Caperucita del bosque: Hormiga tiene un gorrito rojo y con
sus palabras agradables golpea las orejas del lobo Alfonso. Todo parecería una novela de amor, poética y
romántica, aunque solo es un marco, no por ello menos fundamental en la novela, para derivar en violencia
política.

Este romance encubre la rudeza de práctica institucional que se vive en la ͞zona roja͟, incluye
persecuciones, cárceles e incluso preparaciones de los jóvenes para ͞responder a la violencia con violencia͟.
Hay un capítulo que se refiere a esta situación, donde es el poeta real Roque Dalton que merodea la ficción
de esta novela.

Sí  Toda la obra ͞Caperucita en la Zona Roja͟ esta estructurada y delineada para dar la sensación de
movimiento y de contradicción. Características esenciales de la sociedad de su tiempo. A la par hay un
esfuerzo para que la novela tenga hilos conductores, a veces poco definidos para un lector corriente, por el
uso de flash back que son necesarios para revelar su contenido principal.
Los hilos conductores de la obra son los cuatro momentos fundamentales: a) vida de Alfonso y Hormiga en
casa de Doña Grecia, b) convivencia de Alfonso con el grupo clandestino de impresión, c) Relaciones
amatorias de Alfonso y Hormiga, y d) Experiencia de Alfonso de un grupo insurgente.

Es oportuno decir que la utilización del contrapunto es vital para que la obra tenga una estructura unitaria-
dinámica, situación que a veces no se logra quizás por el uso de variados recursos literarios, dejando ciertas
lagunas e incertidumbres en el lector que se retomaron en una nueva edición corregida, cuando el autor
retornó a su país (edición de 1995 y las siguientes) después de veintiún años viviendo en el exterior.

El que la obra sea arrancada de experiencias personales del autor o de gente cercana a él contribuyó a que
en ella se encuentren sentimientos profundos que conmueven al lector y a la recreación artística de los
acontecimientos históricos. Factor importante para que hasta los personajes con nombre y apellido en la
realidad social del país, sean síntesis de múltiples individualidades o representantes de un estrato social. Así
por ejemplo, Alfonso representa al universitario e intelectual revolucionario latinoamericano y, a la vez, es
parte de la biografía del autor y del poeta Dalton; Manuel es un universitario latinoamericano que lucha por
la liberación de su país; Caperucita-Genoveva-Hormiga es la mujer comprometida con la causa
revolucionaria, tras el proceso difícil de toma de conciencia y sufrimiento. En fin, dichos personajes, unos
mas que otros, pretenden ser síntesis e individualidad. Por ejemplo; Alfonso utiliza la lengua universitaria, la
de los poetas comprometidos y la de los revolucionarios; el Panadero tiene el habla de los estratos militares
de baja categoría; Manuel habla como todo un universitario; y en Hormiga-Caperucita hay todo un proceso
transformador de su lengua relacionado con su formación intelectual y de concientización, cuando vive con
Alfonso, Hormiga tiene un hablar popular.

El contexto ambiente que rodea a los personajes también contribuye a la recreación artística de la obra: el
paisaje urbano coopera a la ambientación de la situación anímica de los personajes (llueve cuando Alfonso
esta encarcelado y cuando Hormiga sufre, aunque estos sean rasgos del poeta que hay en el narrador).

Otros rastros importantes de ͞Caperucita en la Zona Roja͟ son: el enfoque del anticomunismo de la cúpula
en el poder; la combatividad tradicional del gremio de ferrocarrileros y panaderos; y los frecuentes golpes
de estado en El Salvador y el predominio de un autoritarismo sin tregua.

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La actividad del pueblo gira entorno a la hacienda Cuchitambo, propiedad del terrateniente Alfonso Pereira.
La hacienda de Pereira está en crisis económica, el consigue dinero firmando un contrato con una compañía
extranjera que quiere construir una carretera para comunicar el territorio del interior para la explotación
petrolera; Julio Pereira es el intermediario en el préstamo. Alfonso Pereira se convierte con otros personajes
en instrumento de la penetración imperialista en la región y se ve obligado a quitar a los indios sus
huasipungos.

Cunshi es obligada a ser la nodriza ilegitima de Pereira, el cura se encarga de evangelizar a los indios para
obtener ganancias económicas y asimismo engañar a éstos para llevar a cabo la construcción de la carretera;
a raíz de esto se hace un plan en el que consistía agrupar al pueblo con el motivo de la celebración de la
Virgen de la Cuchara, y sería en esta cerca del mediodía de acuerdo con lo convenido, el teniente político,
cura, mayordomo, miembros de la junta patriótica de los hermanos Ruata y Pereira, bloquearon las esquinas
para llevar a la muchedumbre al final de la calle principal del pueblo y es aquí donde se les dice con mentiras
que ellos con sus propias manos realizarán la carretera, lo cual conlleva a muertes, a enfermedades
(paludismo), y al hambre. El desenlace se da a raíz de la muerte de Cunshi quien come carne podrida, la
novela concluye con la comprensión de Chiliquinga de que lo único que puede hacer es rebelarse y resistir a
la expropiación de sus huasipungos, pero la resistencia fracasa.

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