La palabra “filosofía” procede del antiguo griego y está compuesta de dos palabras: phileo,
amor, y sophia, sabiduría. Literalmente filosofía quiere decir amor a la sabiduría.
La filosofía surgió en tiempos remotos, cuando el hombre empezó a reflexionar sobre el origen
y la estructura del mundo que lo rodea y el lugar de sí mismo en este mundo.
Al estudiar atentamente el mundo que rodea al hombre, se advierte que todos los objetos son
materiales o ideales, espirituales. Desde antaño los hombres se dividen en materialistas e
idealistas. A lo largo de los siglos entre ellos se libra una enconada lucha en torno al problema
fundamental de la filosofía, que es la relación del pensamiento con el ser, de la conciencia con la
materia.
Los materialistas afirman la prioridad de la materia y el carácter secundario de la conciencia,
la cual es producto de la materia. El mundo que rodea al hombre no fue creado por Dios, tampoco
es obra de algún intelecto o espíritu; la conciencia humana refleja objetos reales que existen
independientemente de ésta.
Los idealistas creen que el espíritu (intelecto, alma, etc.) es primario, existía antes de la
naturaleza y es su creador. Sobre el problema de cuál es la conciencia que “crea” el mundo, las
opiniones de los idealistas se dividen. Los idealistas subjetivos consideran que los objetos y
fenómenos del mundo exterior son creados por la conciencia de una persona aislada, del sujeto.
“El mundo entero no es más que el conjunto de mis sensaciones”, tal es la esencia del idealismo
subjetivo. Los idealistas objetivos afirman que el mundo material es producto de cierto intelecto
universal que existe fuera de la conciencia humana.
El problema fundamental de la filosofía tiene dos aspectos. El primero responde a la pregunta
de qué es primario –la materia o la conciencia-; el segundo responde a la pregunta de si es
cognoscible el mundo y si es capaz el hombre de desentrañar los enigmas de la naturaleza y
descubrir sus leyes. Los materialistas afirman la cognoscibilidad del mundo. Algunos idealistas,
llamados agnósticos (del antiguo griego, a, negación, y gnosis, conocimiento) niegan la
posibilidad de conocerlo. Los idealistas subjetivos afirman que se puede conocer tan sólo los
propios pensamientos y sensaciones. Los idealistas objetivos consideran que es cognoscible
únicamente “el espíritu universal”, la “idea” mística, etc.
El problema de la relación del pensamiento con el ser y de la cognoscibilidad del mundo es
fundamental para la filosofía, porque según la respuesta se solucionan todos los demás problemas
filosóficos: el carácter de las leyes del desarrollo del mundo circundante, las vías de su
conocimiento, etc. Así, por ejemplo, si la conciencia, el espíritu, la idea son primarios, entonces
el régimen explotador existente es eterno e invariable, no es posible cambiarlo, ya que fue creado
por dios. Si lo primario es la materia, entonces los hombres pueden suprimir por su voluntad el
régimen odioso y deificar una nueva sociedad sin explotadores. El idealismo expresa los intereses
-1-
de las fuerzas reaccionarias y el materialismo, los intereses de las fuerzas revolucionarias
progresistas.
I. MATERIALISMO DIALÉCTICO
MATERIA, SUS PROPIEDADES Y FORMAS DE EXISTENCIA
-2-
Un rasgo inalienable de la materia consiste en que ésta existe tan sólo en el movimiento que
“comprende todos los cambios y procesos que se operan en el universo, desde el simple
desplazamiento hasta el pensamiento”.(2) Imaginémonos que de repente ocurriera lo imposible y
todos los procesos en el Universo se suspendieran por un instante. Equivaldría a la desaparición
completa del propio mundo.
El movimiento, entendido como cambio en general, como eterno proceso de renovación, es un
importantísimo atributo de la materia, el modo de su existencia. En todos los objetos materiales
se opera el movimiento de las partículas elementales, los átomos y las moléculas. Cada objeto
está en interacción con el medio ambiente, interacción con el medio ambiente, interacción que
comprende un movimiento de tal o cual índole. Cualquier cuerpo que está en reposo respecto a la
Tierra, gira con ella alrededor del Sol, y junto con éste, respecto a otros astros de la Galaxia, la
cual, a su vez, se desplaza respecto a otros sistemas estelares, etc. No existen el reposo, el
equilibrio ni la inmovilidad absolutos. Todo reposo y equilibrio es relativo. Por ejemplo, tal o cual
cuerpo puede estar en reposo en la Tierra, pero, al propio tiempo, este cuerpo se desplaza junto
con la Tierra en torno al Sol.
La ciencia determina las siguientes formas del movimiento: mecánica (desplazamiento en el
espacio); física (interacciones electromagnéticas y gravitaciones, calor, sonido, cambios de estado
de la materia y otros); química (metamorfosis de los átomos y moléculas de las sustancias);
biológica (metabolismo en los organismos vivos); social (cambios sociales y procesos del
pensamiento). Últimamente han sido descubiertas muchas nuevas formas del movimiento de la
materia: el movimiento y la metamorfosis de las partículas elementales, los procesos
intraatómicos e intranucleares y otros.
Así pues, el movimiento es cualidad universal de la materia y el modo de su existencia. En el
mundo no existe materia sin movimiento, lo mismo que no puede existir movimiento sin materia.
Espacio y tiempo
formas de existencia de la materia
La materia se mueve en el espacio y el tiempo. No hay ni puede haber materia fuera del espacio
y el tiempo. ¿Qué significan estos conceptos filosóficos?
El espacio y el tiempo existen objetiva e independientemente de la conciencia. El concepto
filosófico de “espacio” es la forma de existencia de la materia que expresa su extensión,
determinado lugar y ubicación entre los demás objetos del mundo material.
El concepto de “tiempo” es la forma de existencia de la materia que caracteriza la duración de
la existencia de todos los objetos y la consecutividad de la sustitución de sus estados.
En otras palabras, existir en el espacio significa existir en forma de ubicación de uno al lado
del otro, mientras que existir en el tiempo quiere decir en forma de la consecutividad de uno tras
otro.
La materia, el espacio y el tiempo, existiendo objetiva e independientemente de la conciencia,
están estrechamente ligados entre sí. Dado que la materia no puede existir fuera de tiempo y el
espacio, tampoco éstos últimos, a su vez, son inseparables de la materia. El espacio y el tiempo
se encuentran en interconexión no sólo con la materia, sino también son mutuamente inseparables.
“en el universo no hay más que materia en movimiento, y la materia en movimiento no puede
moverse de otro modo que en el espacio y en el tiempo”. (3)
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2
F. Engels. La dialéctica de la naturaleza. C. Marx y F. Engels. Obras, t.20, pág. 391.
3
V. I. Lenin. Materialismo y empiriocriticismo. O. C., t.18, pág. 181
-3-
Toda la experiencia de la Humanidad confirma que no hay objetos, procesos ni fenómenos
eternos. Incluso con los cuerpos celestes que existen hace miles de años, tienen principio y fin,
surgen y desaparecen. Sin embargo, la materia, como la comprenden los filósofos, es eterna en el
tiempo, porque al perecer o destruirse, los objetos no desaparecen sin dejar huella, sino se
transforman en otros objetos y fenómenos. Así, la disociación de las moléculas de una sustancia
determinada significa la aparición de las moléculas de otras sustancias. Las generaciones e incluso
las especies de los organismos vivos se sustituyen por otras generaciones y especies; la extinción
de una estrella no quiere decir que no quede nada de su sustancia. La ciencia que descubrió las
leyes de la conservación, confirma que la materia, sufriendo las mutaciones más diversas, jamás
se convierte en “nada” ni surge de la “nada”. La materia es eterna, increable e indestructible. La
materia existía y seguirá existiendo siempre y por doquier.
La materia no sólo es eterna en el tiempo, sino también infinita en el espacio. Los
descubrimientos de las ciencias naturales amplían constantemente los límites de nuestros
conocimientos sobre el mundo. Los telescopios modernos permiten observar astros situados a una
distancia de varios miles de millones de años luz. Los aceleradores de partículas elementales
brindan la posibilidad de estudiar distancias tan pequeñas que no se divisan ni con microscopios
electrónicos. El mundo material no tiene límites.
-4-
representación y, en general, la conciencia del hombre, por una imagen de la realidad objetiva. El
universo es el movimiento de esa realidad objetiva, reflejada por nuestra conciencia. Al
movimiento de las representaciones, de las percepciones, etc., corresponde el movimiento de la
materia que está fuera de mí”. (4)
Cuando Lenin dice que las sensaciones y los pensamientos del hombre son imágenes, copias
de los objetos del mundo real, no quiere decir que se trata de sacar mecánica y pasivamente “fotos”
de los objetos en la conciencia. El cerebro humano no es una película fotográfica ni n espejo. La
capacidad de reflejar objetivamente el mundo exterior se forma en la persona durante el proceso
de educación social e instrucción, durante el proceso de la práctica social. El reflejo es imposible
sin el desarrollo en la persona de su capacidad creadora. El hombre necesita la creación para
comparar y distinguir los objetos, ver lo general en lo particular y lo distinto en lo idéntico, en
otras palabras, el reflejo es, al mismo tiempo, la actividad creadora de la conciencia.
El principal sentido vital y la necesidad histórica del surgimiento y desarrollo de la conciencia
consiste en la actividad encaminada a transformar el mundo y supeditarlo a los intereses del
hombre y la sociedad. Al destacar el papel activo de la conciencia, Lenin escribió: “La conciencia
del hombre no sólo refleja el mundo objetivo, sino que lo crea… El mundo no satisface al hombre
y éste decide cambiarlo por medio de su actividad”. (5)
Así pues, la filosofía marxista-leninista –el materialismo dialéctico- considera que la materia
tiene carácter primario y la conciencia, el pensamiento, la sensación, carácter secundario,
derivado. La conciencia es producto superior del desarrollo de la materia, de la naturaleza. La
conciencia es tan sólo una imagen, un reflejo del mundo exterior.
DIALÉCTICA MATERIALISTA
Dialéctica, doctrina sobre el desarrollo y la conexión general
Dialéctica es una palabra griega que significa el arte de sostener una conversación, una
polémica. En la antigüedad la dialéctica designaba el arte de concebir la verdad mediante el
descubrimiento de las contradicciones en las opiniones del adversario y la superación de estas
contradicciones.
La dialéctica materialista enfoca la naturaleza, el mundo que nos rodea no como algo que está
en reposo, inmóvil, estancado e inmutable, sino en constante movimiento y transformación,
renovación y desarrollo, provocados por las contradicciones internas. En el trabajo Sobre el
problema de la dialéctica de los Cuadernos filosóficos, Lenin por primera vez en la historia del
marxismo-leninismo formuló y fundamentó la importantísima tesis de que la esencia, la almendra
de la dialéctica es la doctrina sobre las contradicciones, sobre la unidad de los contrarios. “En
resumen, se puede definir la dialéctica como la doctrina de la unidad de los contrarios” (6),- señaló
Lenin.
De este modo, la dialéctica materialista ve las fuentes del desarrollo en las contradicciones,
inherentes a los propios objetos y fenómenos. Enfoca el desarrollo como movimiento de las
formas inferiores a las superiores, de lo simple a lo complejo, como un proceso irregular,
revolucionario. Dicho movimiento no se opera en un círculo cerrado, sino en espiral, cada nueva
espira es más profunda, más rica y diversificada que la anterior.
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4
Ibídem, pág. 282-283
5
V. I. Lenin, Resumen del libro de Hegel “ciencia de la Lógica”. O. C., t. 29, págs.-194-195
6
V. I. Lenin, Cuadernos filosóficos. Sobre el problema de la dialéctica. O. C., t. 29, pág. 203
-5-
A la dialéctica materialista se le opone la metafísica, que o bien niega el cambio, el desarrollo
en general, o bien lo reduce a un simple aumento o disminución cuantitativos. La metafísica no
ve la fuente interna del desarrollo de los fenómenos (las contradicciones).
El mundo material no sólo se desarrolla, sino representa un todo íntegro mutuamente
conexionado. El desarrollo sería imposible sin la conexión y la interacción de distintos objetos,
así como de distintos aspectos y elementos dentro de cada objeto. Todo objeto está relacionado
con el resto del mundo, formado como resultado el proceso único de la conexión general universal
y la interacción de todo con el todo. Por eso para comprender correctamente y estudiar cualquier
fenómeno, hay que analizarlo en interconexión con otros fenómenos, conocer su origen y
desarrollo, Por eso a la distancia la denominan también ciencia sobre la conexión general.
Las leyes y categorías de la dialéctica materialista ayudan a considerar el mundo como un todo
integro coherente y analizar las conexiones generales de las cosas.
¿Qué es la ley? ¿Cuál es su concepción filosófica? La ley es la conexión objetiva, general,
necesaria y sustancial de los fenómenos que se caracteriza por la estabilidad y repetición.
Apoyándonos en el conocimiento de las leyes de la naturaleza y la sociedad, los hombres
actúan conscientemente, prevén el devenir de tales o cuales acontecimientos, transforman los
conocimientos, transforman los objetos de la naturaleza y sus propiedades en interés propio,
cambian de una manera consecuente las condiciones sociales de su vida. Una vez comprendida la
conexión de las cosas, como decía Marx, se desploma toda la fe teórica en la necesidad
permanente del orden existente, se desploma aún antes de que se desmorone en la práctica.
Mientras que las leyes particulares estudian los fenómenos que surgen en determinadas esferas
de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, la filosofía marxista-leninista investiga las leyes
generales que expresan los nexos universales en el mundo. Dichas leyes son generales para todos
los objetos y fenómenos y se denominan leyes de la dialéctica.
Principales leyes
de la dialéctica materialista
Las principales leyes de la dialéctica son: la ley de la unidad y la lucha de los contrarios, la ley
de la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos y viceversa y la ley de la
negación de la negación.
La unidad y la lucha de los contrarios. Todo fenómeno de la naturaleza, la sociedad y el
conocimiento encierra contrarios interiores, aspectos y tendencias confrontados. Por ejemplo, en
la naturaleza viva son la asimilación y disimilación; en la sociedad son los antagonismos de las
clases; en el pensamiento, el análisis y la síntesis. En esta concentración dialéctica los aspectos
contrarios no pueden existir uno sin otro. En otras palabras, los contrarios coexisten en los mismos
fenómenos e intervienen como un todo único. Imaginémonos por un momento que un contrario
se separó del otro; por ejemplo, la asimilación se separó de la disimilación. Como resultado, el
organismo moriría, o sea, se destruiría el propio fenómeno. Los contrarios se hallan en unidad
indisoluble, pero no pueden permanecer en “paz” y “concordia” precisamente porque son
opuestos. Poe eso cada objeto o fenómeno encierra no sólo la lucha de los contrarios, sino también
su unidad.
La lucha desempeña un papel protagonizador. Como resultado de la lucha de los contrarios se
opera el desarrollo. La lucha está presente en todas las etapas de la existencia del objeto o
fenómeno. Tiene lugar en el momento en que surge cada unidad, existe en el marco de la unidad,
condicionando su instauración y desarrollo. Está presente y se manifiesta de manera
especialmente gráfica en el periodo de su transformación, destrucción y surgimiento de una nueva
-6-
unidad. Precisamente la lucha de los contrarios provoca la transformación de la vieja unidad y su
sustitución por la nueva que concuerda en mayor grado con las nuevas condiciones de existencia.
A diferencia de la lucha, la unidad de los contrarios es pasajera. Surge como resultado de esta
lucha, existe algún tiempo, mientras que la contradicción con que está relacionada madura y se
resuelve; luego desaparece, cediendo el lugar a una nueva unidad. Esta última, después de existir
cierto tiempo, también se destruye como resultado de la lucha de los contrarios inherentes y es
sustituida por otra, que, a su vez, será sustituida por una tercera, y así hasta lo infinito.
Las contradicciones y la lucha de los contrarios es la fuente interna del movimiento y
desarrollo de todos los fenómenos y procesos. El desarrollo de la materia se opera gracias a las
fuerzas internas, encierra en sí la fuente del movimiento.
La esencia de la contradicción dialéctica puede definirse como la interrelación e interconexión
de los contrarios cuando estos se presuponen mutuamente y, al propio tiempo, se niegan el uno al
otro. La lucha de los contrarios constituye la fuente propulsora y la fuente del desarrollo. La ley
de la unidad y lucha de los contrarios explica el movimiento, una de las más importantes
peculiaridades de la dialéctica; el desarrollo se realiza como automovimiento, autodesarrollo.
Transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos y viceversa. Cualquier objeto
posee determinada calidad que lo diferencia de otros objetos y cierta cantidad que lo caracteriza
como magnitud, volumen y peso.
La cantidad y la calidad están estrechamente unidas entre sí, son inseparables. Al propio
tiempo, se diferencian. El cambio de la calidad se traduce en el cambio del objeto y su
transformación en otro objeto. Los cambios cuantitativos no conducen de inmediato y hasta cierto
punto al cambio del objeto. Por ejemplo, se puede elevar la temperatura de un metal a decenas e
incluso en centenas de grados, pero no se funde, o sea, hasta un momento determinado no cambia
su estado. Pero si la temperatura alcanza el punto de fusión la sustancia sólida se convierte en
líquido y si se caldea hasta el punto de ebullición, el líquido se convierte en gas. Así es como los
cambios cuantitativos provocan los cualitativos.
Los cambios cuantitativos se acumulan ininterrumpida y gradualmente, por vía de la
evolución. Los cambios cualitativos se producen en forma de salto, de la interrupción de la
continuidad. El desarrollo en la naturaleza y la sociedad implica tanto la evolución paulatina como
los saltos bruscos.
El salto es el proceso de la transformación de la cantidad en calidad, la transición de un estado
delo objeto o fenómeno a otro. Los saltos pueden ser bruscos, cuando la calidad cambia de golpe
y completamente (por ejemplo, las reacciones químicas, la apropiación del poder político) y
graduales, cuando la calidad se transforma paulatinamente en otra (la formación de nuevas
especies de plantas y animales). En este caso la vieja calidad se transforma en una nueva no de
inmediato y por entero, sino por partes; poco a poco desaparecen los elementos de la vieja calidad
que son sustituidos por los elementos de la vieja calidad que son sustituidos por la nueva calidad.
No hay que confundir el salto gradual con la acumulación cuantitativa paulatina de los
elementos que se efectúa dentro de los límites de la vieja calidad.
Así pues, la ley de la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos y viceversa
constituye una interconexión e interacción de los aspectos cuantitativos y cualitativos del objeto,
debido a lo cual los cambios cuantitativos insignificantes e imperceptibles al principio, al
acumularse, provocan cambios cualitativos cardinales que transcurren en forma de salto y se
efectúan según la naturaleza de los objetos y las condiciones de su desarrollo.
La ley objetiva de la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos caracteriza el
proceso de renovación del mundo material, y los saltos, la destrucción de lo viejo y la aparición
de lo nuevo.
-7-
Negación de la negación. La transformación cualitativa es posible es posible sólo como
negación del estado viejo. La negación es el momento ineludible y lógico de todo desarrollo. El
desarrollo no puede transcurrir sin negar sus formas anteriores de existencia. Sin ello nada nuevo
podría surgir. ¿Qué es la negación?
En la doctrina dialéctica materialista del desarrollo la negación significa la destrucción
completa de lo viejo. En primer término, los fenómenos simples con frecuencia siguen existiendo
a la par que los complejos. Así, es la naturaleza vivía junto con los animales altamente organizados
existen los protozoos. En segundo término, en el proceso del desarrollo progresivo lo nuevo, que
surge de lo viejo, aglutina lo, aglutina todo lo positivo y valioso que había anteriormente. Por
ejemplo, en la naturaleza viva cada nueva especie reproduce los rasgos útiles, acumulados por los
antepasados en el proceso de la evolución. En la historia de la sociedad cada nuevo régimen social
no surge en el vacío, sino asimila las riquezas materiales y espirituales, creadas en las épocas
precedentes.
La negación presupone un nexo, la continuidad en el desarrollo. El fenómeno que surge como
resultado de la negación asimila lo alcanzado en la etapa anterior y, al propio tiempo, representa
algo nuevo, más rico de contenido. La ley de la negación de la negación demuestra el carácter
progresivo del desarrollo como ascensión de la fase inferior a la superior, de lo simple a lo
complejo.
Categorías de la dialéctica
La dialéctica materialista, al igual que toda ciencia, representa no sólo un sistema de leyes,
sino también de categorías filosóficas. Las categorías de la dialéctica son conceptos que reflejan
rasgos generales y conexiones, aspectos y propiedades de la realidad circundante.
Analicemos, aunque a grandes rasgos, algunas categorías de la dialéctica.
Lo singular, lo particular y lo general. Cada objeto y fenómeno del mundo circundante posee
peculiaridades específicas, propias tan sólo de este objeto o fenómeno. No existen dos objetos
absolutamente idénticos. Todo lo inherente al fenómeno dado no lo tienen otros fenómenos y, por
ende, es singular. Al propio tiempo, en el mundo no hay objetos ni fenómenos que no tengan
rasgos comunes a otros objetos y fenómenos. Los rasgos que se repiten, que son propios no de
uno, sino de muchos fenómenos, constituyen lo general. En el curso de la comparación de un
objeto con otros se establecen su similitud y su diferencia. Lo que distingue los objetos cotejados
constituye lo particular. Tomemos por ejemplo, un elemento de la naturaleza como el hierro.
Como elemento de la naturaleza representa un fenómeno general. Una forma particular de la
revolución es la de liberación nacional. Esta misma revolución en un país concreto la caracteriza
como un fenómeno singular.
Lo singular, lo general y lo particular están ligados indisolublemente. Lo singular encierra lo
general y lo particular están ligados indisolublemente. Lo singular encierra lo general, lo general
existe tan sólo en lo particular y a través de lo particular.
Causa y efecto. El fenómeno que origina otro fenómeno es, respecto a este último, la causa.
El resultado de la acción de la causa es el efecto. La causalidad representa la interconexión de los
fenómenos, uno de los cuales condiciona a otro. Por ejemplo, el calentamiento del agua es causa
de su transformación en vapor, ya que cada vez que se produce, conlleva la evaporación.
La causalidad tiene carácter universal. No hay ni puede haber fenómenos y sucesos
inmotivados. Por supuesto, la Humanidad puede ignorar en un momento dado las causas de
algunos fenómenos: Sin embargo, el proceso del conocimiento puede con el tiempo establecer
dichas acusas. El proceso del desarrollo es un complejo entrelazamiento de las cusas y los efectos.
-8-
Necesidad y casualidad. Las cualidades y los nexos condicionados por la naturaleza interna
de los elementos, que constituyen el fenómeno, se llaman necesarios. En cambio, las cualidades
y los nexos provocados por circunstancias externas, se llaman casuales. Así, la contratación del
obrero por el capitalista es una necesidad, sin la que no puede existir el capitalista. Pero a quien
concretamente – a Iván, Pedro, etc. – contratará el capitalista, es una casualidad. La necesidad es
lo que debe suceder obligatoriamente en las condiciones dadas, mientras que la casualidad es lo
que en las condiciones dadas puede ser, pro también no ser. Puede suceder así, pero puede suceder
también de manera distinta. La casualidad es una forma de manifestación de la necesidad y su
complemento.
Posibilidad y realidad. La posibilidad es lo que puede suceder en determinadas condiciones.
La realidad es lo que ya ha sucedido. Dicho con otras palabras, con el término de “posibilidad”
designamos aquellas cualidades, procesos u objetos que no existen en realidad, pero pueden
surgir, debido a la capacidad propia de la realidad de transformar en realidad, por eso podemos
definir la realidad como posibilidad realizada y la posibilidad, como realidad potencial.
La posibilidad puede ser abstracta y real. Las posibilidades reales expresan la tendencia lógica
del desarrollo y en la realidad existen las condiciones necesarias para realizar dichas posibilidades
(por ejemplo, la emancipación de una serie de países en desarrollo de la dependencia neocolonial).
Las posibilidades abstractas no tienen las condiciones para su transformación en realidad en la
etapa dada, pero estas condiciones pueden surgir en el futuro (por ejemplo, la potenciación por el
hombre de otros planetas del sistema solar).
Contenido y forma. Cualquier objeto de la realidad representa la unidad del contenido y la
forma. El contenido como categoría de la dialéctica materialista constituye el conjunto de todos
los elementos, sus interacciones y modificaciones propios del fenómeno. Las interacciones y
modificaciones, propias de tal o cual fenómeno, no se producen caóticamente, sino en
determinados límites, tienen un sistema relativamente estable de conexiones, una estructura
determinada. El sistema relativamente estable de las conexiones de los elementos del contenido,
su estructura, compone la forma del fenómeno. La forma y el contenido son inseparables, son los
contrarios que se caracterizan por su unidad. El contenido determina la forma, cambia más rápido
que la forma y entre ellos surgen contradicciones. El nuevo contenido se deshace de la forma obsoleta,
sustituyéndola por otra. La forma influye activamente sobre el contenido: la nueva forma acelera el
desarrollo, mientras que la caduca la frena.
Esencia y fenómeno son conceptos que expresan distintos aspectos de los objetos y fenómenos.
La esencia es el conjunto de todos los aspectos y conexiones necesarios del objeto; el fenómeno
constituye la manifestación de los aspectos y conexiones exteriores, o sea la manifestación de la
esencia. La esencia está orgánicamente ligada al fenómeno y revela su contenido únicamente en
él y a través de él. A su vez, el fenómeno está conectado indisolublemente con la esencia y no
puede existir sin ella. Lenin comparó metafóricamente la interrelación de la esencia y el fenómeno
con la profunda corriente de un río rápido que en la superficie se deja ver en forma de olas y
espuma. “…La espuma por arriba y las corrientes profundas por abajo. ¡Pero incluso la espuma
es una expresión de la esencia!”(7)
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7
V.I. Lenin. Resumen del libro de Hegel “ciencia de la lógica” O. C. t. 29, pág. 116
-9-
¿Se puede conocer el mundo?
- 10 -
La doctrina de la verdad
La verdad es el conocimiento del objeto o fenómeno que corresponde a la realidad y refleja el
estado real de las cosas. El conocimiento veraz, correspondiendo a la realidad “no depende del
hombre ni de la Humanidad” (8) Lo determina el mundo exterior que existe objetivamente. Esa es
la verdad objetiva.
La verdad objetiva no puede ser inmutable, ya que la realidad que ésta refleja no permanece
quieta, sino que sufre constantes cambios, se desarrolla. Pero si el objeto reflejado cambia, pasa
de un estado cualitativo a otro, si desaparecen unas propiedades y nexos y surgen otros, tampoco
nuestros conocimientos sobre dicho objeto pueden permanecer inmutables. Para ser veraces,
inevitablemente tienen que cambiar, completarse y adecuarse a las mutaciones de la realidad. Por
eso la verdad objetiva es relativa, cambia inevitablemente debido al desarrollo del conocimiento
social, a las mutaciones de la realidad que refleja y las condiciones de su existencia. La
correspondencia parcial de los conocimientos a la realidad, o sea, los conocimientos que serán
precisados en el proceso de la sucesiva intelección, constituyen la verdad relativa.
Sin embargo, la relatividad de nuestros conocimientos no significa que no existe la verdad
absoluta, ya que lo relativo lleva implícito el elemento absoluto. La verdad objetiva es, al mismo
tiempo relativa y absoluta. Es absoluta, pues refleja correctamente tales o cuales aspectos y nexos
de la realidad; es relativa, pues este reflejo nunca es completo, no abarca ni puede abarcar todo el
contenido del objeto (que es inagotable).
Así pues, aunque nuestros conocimientos siempre son relativos, ello no los priva de
objetividad y, al propio tiempo, del carácter absoluto. “…El pensamiento humano, por su
naturaleza, es capaz de proporcionarnos, y proporciona en realidad, la verdad absoluta, que resulta
de la suma de verdades relativas. Cada fase del desarrollo de la ciencia añade nuevos granos a esa
suma de verdad absoluta; pero los límites de la verdad de cada tesis científica son relativos, tan
pronto ampliados como restringidos por el progreso sucesivo de los conocimientos”. (9)
II. MATERIALISMO HISTÓRICO
EL MODO DE PRODUCCIÓN DE BIENES MATERIALES, PIEDRA ANGULAR DEL
DESARROLLO DE LA SOCIEDAD
Interpretación materialista
de la historia
El materialismo histórico es la parte integrante de la filosofía marxista-leninista. Es la ciencia
filosófica sobre la sociedad. A lo largo de muchos siglos a los hombres les interesaban los
problemas de qué es la sociedad, cómo surgió, qué determina su desarrollo y cuáles son las
regularidades de este desarrollo. A diferencia de las ciencias concretas sobre la sociedad
-------------------------
8
V. I. Lenin. Materialismo y empiriocriticismo. O. C., t. 18, pág. 23.
9
Ibídem. Pág. 137.
como, por ejemplo, la historia, la economía política, las ciencias jurídicas y oras, el materialismo
histórico estudia las leyes más generales del desarrollo social.
Los creadores del materialismo histórico, o de la interpretación materialista de la historia,
fueron Marx y Engels que imprimieron un viraje revolucionario a las opiniones sobre la sociedad.
Su causa la continuó Lenin.
La esencia del viraje consistió en que sustituyeron la interpretación acientífica, idealista, de la
historia por la científica, materialista. Los pensadores premarxistas consideraban que la historia
la hacen los hombres, su conciencia y voluntad. De ahí extraían la conclusión de que todos los
cambios en el desarrollo de la sociedad dependen únicamente de las ideas y las teorías, creadas
por los hombres. Se expresaban también opiniones según las cuales son fuerzas sobrenaturales,
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divinas las que rigen el desarrollo de la sociedad y la vida de los pueblos, que estas fuerzas
determinan el destino de los hombres y dirigen sus actos. Todas estas opiniones eran idealistas.
Tan solo el marxismo dio la clave para explicar el desarrollo de la sociedad como un proceso
lógico único. La sociedad humana se desarrolla obedeciendo a determinadas leyes, independientes
del deseo y la voluntad de los individuos, lo mismo si conoce el hombre estas leyes o no. Hasta
que los hombres no conocen las regularidades que rigen la sociedad, vagan en tinieblas. Pero en
cuanto las conocen, las aprovechan en interés propio. Los hombres no son títeres, sino seres
racionales, dotados de voluntad y deseos, que se proponen determinados objetivos. Su actividad
influye sobre el desarrollo progresivo de la sociedad.
Marx y Engels demostraron que el hombre necesita comer, beber, tener un techo y vestirse,
antes de hacer política, ciencia, arte, etc. En otras palabras, las condiciones materiales de la vida
de los hombres, o su existencia social, determinan sus intereses espirituales, ideas, conciencia y
teorías, o sea, todo lo que constituye el contenido de la vida espiritual de la sociedad.
El proceso de producción de bienes materiales, el trabajo es lo primario. Dicho proceso es una
necesidad natural y eterna, una condición indispensable de la vida de la sociedad.
- 12 -
tierra y el subsuelo, la flora y la fauna. En otras palabras, los objetos sobre los que está dirigida la
actividad laboral del ser humano, u objetos de trabajo. Además, la producción necesita los medios
de trabajo: los objetos que el hombre sitúa entre sí y los objetos de trabajo y con los cuales influye
directamente sobre los objetos de trabajo. Se trata ante todo de los instrumentos de trabajo (el
hacha, la sierra, la máquina herramienta, la maquinaria complicada, etc.). Los instrumentos se
modifican constantemente, se perfeccionan. Los instrumentos y los objetos de trabajo juntos
constituyen los medios de producción.
No obstante, los medios de producción no funcionan por sí solos. El principal papel en el
proceso de creación de los bienes materiales lo desempeñan las personas, los trabajadores, sus
conocimientos y habilidad. Los hombres crean y hacen funcionar estos medios. Los medios de
producción y los hombres que crean los bienes materiales constituyen las fuerzas productivas de
la sociedad. Las fuerzas productivas caracterizan las relaciones materiales entre la sociedad y la
naturaleza. El nivel de su desarrollo es el indicio del grado en que el hombre domina la naturaleza.
A su vez, el nivel de las fuerzas productivas se determina por el grado de desarrollo de los
instrumentos de producción, el perfeccionamiento energético de la producción y la experiencia
productiva de las personas, sus conocimientos y habilidades.
Desde tiempos remotos los hombres se veían obligados a agruparse para sobrevivir, para
obtener medios de existencia en lucha con los animales salvajes, con los elementos naturales, etc.
Esta dependencia de unas personas respecto a otras se acrecentaba a medida que se desarrollaban
los medos de producción. Los medios de trabajo, la experiencia productiva y los frutos del trabajo
son resultado de la actividad conjunta de los hombres.
En el proceso de actividad para la producción material los hombres necesitan mantener entre
ellos relaciones de producción. Estas relaciones se basan en la propiedad de los medios de
producción. En otras palabras, en el proceso de producción las relaciones entre las personas se
determinan más que nada por quien es el propietario de los medios de producción.
Así, en el contexto de la propiedad social se establecen relaciones de cooperación laboral, la
ayuda mutua de los trabajadores, el producto se distribuye en interés de los trabajadores. La
propiedad privada engendra relaciones de explotación y opresión. Los explotadores se apropian
de la mayor parte de los bienes materiales, obtenidos con el trabajo de los explotados, mientras
los oprimidos sufren miseria y privaciones.
Las fuerzas productivas y las relaciones de producción, en su conjunto constituyen el modo de
producción. El modo de producción y sus partes integrantes –las fuerzas productivas y las
relaciones de producción- tienen un carácter objetivo, existen independientemente de los deseos,
la voluntad y la conciencia de las personas. Parafraseando a Lenin, se puede decir que el modo
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10
F. Engels. Introducción a “La dialéctica de la naturaleza”. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 20, pág
358.
de producción constituye el “esqueleto de la sociedad” que está envuelto por la “carne y la
sangre”, o sea, por todos los demás fenómenos, relaciones e instituciones sociales. Todos juntos
componen un todo íntegro y vivo, determinado régimen social, determinada formación
socioeconómica.
Formación socioeconómica
La formación socioeconómica es un determinado tipo de sociedad, un sistema social íntegro
que funciona y se desarrolla según sus leyes específicas sobre la base del modo de producción
dado.
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La peculiaridad del modo de producción consiste en que éste cambia y se desarrolla
constantemente. A propósito, el desarrollo de la producción comienza con el cambio de las fuerzas
productivas. En pos de ellas cambian las relaciones de producción. Y sobre su base se transforman
todo el régimen social, las ideas sociales, las opiniones políticas, o sea la superestructura. Sin
embargo, los fundadores del marxismo subrayan no sólo el aislamiento de la superestructura de
la base económica (el conjunto de las relaciones de producción dominantes en el proceso de
producción, intercambio y distribución), sino también la influencia inversa de la superestructura
sobre la base. “El desarrollo político, jurídico, filosófico, religioso, literario, artístico, etc.,
descansa en el desarrollo económico. Pero todos ellos repercuten también los unos sobre otros y
sobre su base económica. No es que la situación económica sea la causa, lo único activo, y todo
lo demás efectos puramente pasivos. Hay un juego de acciones y reacciones, sobre la base de la
necesidad económica, que se impone siempre, en última instancia”. (11)
El marxismo-leninismo parte del análisis de la interacción de todas las esferas de la vida de la
sociedad, destacando en esa interacción la fuerza principal, determinante, motriz: el modo de
producción de los bienes materiales.
¿Por qué y cómo se sustituyen las formaciones socioeconómicas?
Las fuerzas productivas son la parte más móvil del modo de producción, que está en constante
movimiento, se desarrollan más rápido que las relaciones de producción. Las últimas se rezagan
e las fuerzas productivas, entran en contradicción con ellas, se convierten en trabas. Surge un
conflicto que se resuelve con la sustitución de las viejas relaciones de producción por otras
nuevas.
Tal es la esencia de la ley marxista de la correspondencia de las relaciones de producción al
carácter y al nivel del desarrollo de las fuerzas productivas. Dicha ley constituye la principal
fuerza motriz del progreso de la producción material y, al mismo tiempo, de toda la sociedad. Es
una de las leyes más generales y rige durante toda la historia de la sociedad humana.
Así pues, el conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción es la causa
que determina la necesidad de destruir la vieja formación socioeconómica y pasar a otra nueva.
Por eso la sustitución de las formaciones socio-económicas representa un avance de la sociedad
por el camino del progreso histórico. La historia conoce cinco formaciones socioeconómicas: la
comunidad primitiva, la esclavista, la feudal, la capitalista y la comunista, cuya primera fase es el
socialismo.
La sustitución de una formación socioeconómica por otra significa una profunda
transformación social que se efectúa, por lo general, mediante la revolución. Y con la misma
irrevocabilidad con que la sociedad esclavista cedió el sitio a la feudal y esta última, a la
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11
Engels a W. Borgius, 25 de enero de 1894. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 39, pág. 175
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Y EL ESTADO
LA LUCHA DE CLASES
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una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la
transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna”.(12)
La lucha de clases bajo el régimen explotador es una ley del desarrollo de la sociedad, una
poderosa fuerza motriz del progreso social. La lucha revolucionaria de las clases explotadas
suprime lo viejo y caduco y establece lo nuevo y naciente. Así sucedió cuando la sublevación de
los esclavos que encabezó Espartaco en el siglo I a.c., en la época de la esclavitud; la gran guerra
campesina en Alemania, en el siglo XVI; la Jacquerie en Francia, en los siglos XIV y XV; la
guerra campesina en Rusia encabezada por Pugachov, en el siglo XIII (época feudal); la
revolución burguesa en Francia, en el siglo XIX que estableció el régimen capitalista; la Gran
Revolución Socialista de Octubre en Rusia que marcó el inicio de la era del socialismo. La
Revolución China 1946-1949.
El Estado
¿Qué es el Estado y cuándo surgió? La aparición y la existencia del Estado están relacionadas
con la aparición de las clases. En la sociedad primitiva no había clases y tampoco existía el Estado.
Pero cuando apareció la propiedad privad, cuando la sociedad se dividió en clases hostiles surgió
el Estado. En la sociedad de clases antagónicas el Estado es una máquina para mantener el
dominio de los explotadores sobre los trabajadores. En eso consiste la esencia clasista del Estado
explotador. Para mantener su poder los explotadores utilizan el ejército, los tribunales, las cárceles
y los órganos represivos. Además de las instituciones coercitivas, aprovechan todos los medios
ideológicos con el fin de oprimir a los trabajadores: la escuela, la prensa, la radio, el cine y otros
medios de comunicación.
Como resultado de la revolución socialista el Estado explotador es sustituido por el Estado
socialista que surge como organización política del dominio de la clase obrera sobre los
explotadores derrocados, de la inmensa mayoría sobre la minoría. La principal función del Estado
socialista consiste en crear el régimen libre de la violencia, el régimen de la igualdad socialista de
los trabajadores.
¿Cuáles son los tipos y formas de Estado? El tipo de Estado se define según sea la clase a que
sirve. Si sirve a los esclavistas, el Estado es esclavista. Si dominan los señores feudales, el tipo
de Estado es feudal. El estado burgués protege por todos los medios los intereses de los
capitalistas. Los tres mencionados tipos de Estado se caracterizan por el dominio de los
explotadores y expresan la esencia clasista de éstos.
La edificación del socialismo y su perfeccionamiento los efectúa un tipo especial de Estado:
el Estado socialista. La nueva sociedad no surge de golpe, directamente del capitalismo: Entre el
capitalismo y el socialismo, como señalara Marx, “media un periodo de transformación
revolucionaria del primero en el segundo. A este periodo corresponde también un periodo
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12
C. Marx y F. Engels. Manifiesto del Partido Comunista. Obras, t. 4, pág. 424.
político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del
proletariado”.(13)
Con la edificación del socialismo el Estado de la dictadura del proletariado se transforma en
Estado de todo el pueblo, donde la clase obrera desempeña el papel dirigente.
Si el tipo de Estado indica su esencia clasista, su forma se caracteriza además por la forma de
gobierno (monarquía, república), el régimen político (métodos democrático-liberales de
gobierno, dictadura militar fascista), la estructura estatal (unitaria, federativa).
Aunque las formas de los estados burgueses varían, tienen una misma esencia: todos estos
Estados son órganos del dominio del capital. Ninguna de las formas de Estado burgués, por
hermosa que sea la palabra con que lo denominen, puede cambiar su esencia explotadora, su papel
como instrumento del dominio de una clase sobre otra. Lenin dijo que “las formas de los Estados
burgueses son extraordinariamente diversas, pero su esencia es la misma: todos esos Estados son,
bajo una forma o bajo otra, pero, en última instancia, necesariamente, una dictadura de la
burguesía”. (14) El Estado burgués es el instrumento del dominio del capital sobre el trabajo.
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LA CONCIENCIA SOCIAL Y LA IDEOLOGÍA
El papel de la conciencia social
La filosofía marxista-leninista define la conciencia social como el conjunto de las ideas,
teorías, opiniones, representaciones, sentimientos, ánimos, hábitos y costumbres que existen en
la sociedad y reflejan las condiciones materiales de la vida de los hombres.
En otras palabras, la conciencia social refleja la existencia social, o sea, las relaciones
materiales en el marco de las cuales transcurre la vida de los hombres. El concepto “existencia
social” incluye la vida material de las personas, las condiciones de producción de los bienes
materiales, mientras que el concepto “conciencia social” comprende su vida espiritual.
La existencia social determina el contenido de la conciencia social, su esencia clasista. Al
propio tiempo, la conciencia social no es pasiva y ejerce influjo inverso sobre la existencia social
que la originó.
Esa influencia depende del carácter de ideas, teorías y representaciones que la componen. Las
ideas, las distintas teorías y representaciones sociales, se dividen, según su contenido, en dos
tipos: obsoletas, reaccionarias y nuevas, progresistas. Las ideas y teorías obsoletas reflejan y
expresan los intereses de las clases anticuadas y debido a ello su influencia sobre la vida social y
el desarrollo de la sociedad es negativo, ya que frenan el desarrollo de la sociedad. Las ideas y
teorías nuevas, progresistas, reflejan los intereses de las clases y capas sociales progresistas, en
virtud de lo cual contribuyen al progreso de la sociedad.
Se distingue la conciencia individual y la social. La conciencia individual representa el mundo
espiritual del individuo; son pensamientos, emociones, sentimientos, hábitos y anhelos de tal o
cual persona dada, de su actividad práctica y reflejan las condiciones materiales de su existencia.
La conciencia individual constituye la expresión de la experiencia práctica y las condiciones de
vida de un individuo concreto.
La conciencia social incluye sólo aquellas ideas, representaciones, sentimientos y anhelos que
expresan los intereses comunes de las personas. En la sociedad clasista son intereses comunes de
una clase, de uno u otro grupo social, colectivo, etc.
Estos dos tipos de conciencia existen en interconexión, en unidad dialéctica. La conciencia
social se manifiesta tan solo a través de la individual, ya que toda persona vive y trabaja en la
sociedad, pertenece a una clase, a una nación, un colectivo social determinado.
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13
C. Marx. Crítica del programa de Gotha. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 19, pág. 27.
14
V. I. Lenin. El Estado y la revolución. O. C. t. 33, pág. 35.
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La psicología social y la ideología
La conciencia social se subdivide en dos distintas esferas y en dos niveles: psicología social e
ideología.
La psicología social es el conjunto de sentimientos, anhelos, representaciones, hábitos, ideas
y ánimos que comparten tales o cuales clases, grupos sociales y naciones bajo la influencia de las
condiciones inmediatas de su vida cotidiana. La ideología es el sistema de opiniones e ideas
políticas, jurídicas, morales, filosóficas, religiosas y estéticas propias de una clase determinada.
La psicología social es la etapa inicial de la concienciación por las personas de su existencia
de su existencia social. A diferencia de la psicología social, la ideología representa un nivel más
elevado de la conciencia social, una comprensión más profunda por las personas de las
condiciones materiales de su vida (de existencia). Está llamada a descubrir la esencia de las
relaciones entre las clases, las naciones y los grupos sociales y a fundamentar, desde las posiciones
de tal o cual clase, la necesidad de mantener o cambiar dichas relaciones. A diferencia de la
psicología que se forma espontáneamente, la ideología la elabora un grupo especial de personas:
los ideólogos.
En la sociedad clasista la psicología social y la ideología adquieren carácter de clase. Cada
clase tiene su psicología e ideología, que reflejan su lugar en el sistema de la producción social y
expresan sus necesidades e intereses. “Los hombres –escribió Lenin-, han sido siempre en política
víctimas necias del engaño de los demás y del engaño propio, y lo seguirán siendo mientras no
aprendan a discernir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas,
políticas y sociales, los intereses de una u otra clase”.(15)
La clase obrera, el proletariado, posee una ideología científica, la ideología marxista-leninista,
que se distingue radicalmente de todas las ideologías anteriores, tanto por su contenido clasista,
como por los objetivos y tareas que plantea ante ella. Estas diferencias consisten en que, primero,
dicha ideología sirve a los intereses de la clase obrera, de todos los trabajadores, y no a los
intereses de las clases explotadoras. Segundo, fundamente teóricamente la necesidad de suprimir
la explotación y edificar la nueva sociedad. Tercero, dicha ideología, al expresar
consecuentemente las aspiraciones y los anhelos de las vastas masas populares, es una poderosa
arma de transformación revolucionaria del mundo y de afianzamiento de los ideales de justicia,
libertad, igualdad y fraternidad de los hombres y naciones.
- 18 -
El pueblo, siendo la fuerza que crea todos los valores materiales, es además la única fuente de
valores espirituales. El desarrollo de la ciencia, la literatura y el arte se debe ante todo a las masas
populares.
¿Cuál es el papel del individuo en la historia? Para tratar de justificar el derecho de una ínfima
minoría a oprimir a la mayoría, los ideólogos burgueses se esfuerzan por inculcar en la conciencia
de los hombres la teoría reaccionaria de “los héroes y la multitud”. Dicha teoría arranca de que
los únicos creadores de la historia son las personalidades insignes: reyes, jefes militares,
legisladores, etc., capaces de virar a su antojo el curso de la historia. Esa teoría representa a las
masas trabajadoras como una multitud pasiva, incapaz de crear la historia.
El marxismo-leninismo desvaneció el mito de que la sociedad humana lo debe todo a un
puñado de elegidos. Sin embargo, eso no quiere decir que el marxismo-leninismo no reconoce el
papel de la personalidad en la historia. Ninguna clase ha logrado en la historia de la sociedad
instaurar su dominio si no ha promovido a sus propios jefes políticos, a sus representantes
avanzados, capaces de organizar el movimiento y dirigirlo. Las personalidades progresistas que
comprenden correctamente las necesidades acuciantes de las masas encuentran la solución más
idónea de las tareas planteadas ante la sociedad y, de este modo, aceleran el desarrollo de los
procesos históricos; en cambio, los reaccionaros ponen trabas, frenan el curso del desarrollo
social.
Las personalidades insignes actúan como dirigentes de las masas y de las clases. La manantial
de su fuerza estriba en el apoyo que les prestan las clases y los grupos sociales. Por muy sabias y
geniales que sean esas personalidades, sin tal apoyo serían impotentes, incapaces de ejercer una
influencia más o menos sustancial sobre el curso de la historia. La fuerza de los dirigentes se mide
por la actividad de las masas que encabezan.
SIGNIFICADO DE LA FILOSOFÍA
MARXISTA-LENINISTA
El marxismo-leninismo llevó a cabo una verdadera revolución en la filosofía, creó un tipo de
mundividencia (visión o concepción del mundo), nuevo por su contenido, la concepción del
mundo del proletariado: la filosofía marxista-leninista.
L la filosofía marxista-leninista es la única teoría científica que demuestra que el mundo es
material por su naturaleza, que en él todo cambia, se desarrolla, evoluciona de las formas
inferiores a las superiores, de lo viejo a lo nuevo. Sintetizando los resultados de todas las demás
ciencias, la filosofía marxista-leninista les proporciona el método dialéctico de conocimiento, el
enfoque correcto de los fenómenos que se investiga.
Al ofrecer una imagen correcta del mundo y formular las leyes más generales del desarrollo
de la naturaleza y la sociedad, la filosofía marxista-leninista es un poderoso instrumento de acción
revolucionaria, la concepción del mundo de muchos millones de trabajadores que luchan contra
todas las formas de opresión y desigualdad y que construyen una sociedad nueva, más justa. Sirve
de fundamento teórico de la estrategia y la táctica de los partidos marxista, los partidos
comunistas.
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CITAS:
1
V. I. Lenin. Materialismo y empiriocriticismo. O. C., t. 18, pág. 131.
2
F. Engels. La dialéctica de la naturaleza. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 20, pág. 391.
3
V. I. Lenin. Materialismo y empiriocriticismo. O. C., t.18, pág. 181
4
Ibídem, págs. 282-283
5
V. I. Lenin, Resumen del libro de Hegel “ciencia de la Lógica”. O. C., t. 29, págs.-194-195
6
V. I. Lenin, Cuadernos filosóficos. Sobre el problema de la dialéctica. O. C., t. 29, pág. 203
7
V.I. Lenin. Resumen del libro de Hegel “ciencia de la lógica” O. C. t. 29, pág. 116
8
V. I. Lenin. Materialismo y empiriocriticismo. O. C., t. 18, pág. 23.
9
Ibídem. pág. 137.
10
F. Engels. Introducción a “La dialéctica de la naturaleza”. C. Marx y F. Engels. Obras, t.
20, pág. 358.
11
Engels a W. Borgius, 25 de enero de 1894. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 39, pág. 175
12
C. Marx y F. Engels. Manifiesto del Partido Comunista. Obras, t. 4, pág. 424.
13
C. Marx. Crítica del programa de Gotha. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 19, pág. 27.
14
V. I. Lenin. El Estado y la revolución. O. C. t. 33, pág. 35.
15
V.I. Lenin. Las tres fuentes y las tres partes integrantes del marxismo. O.C., t. 23, pág. 47
BIBLIOGRAFÍA
BUZUEL, Y GORODNOV. Marxismo-Leninismo. Ed. Progreso, Moscú.
MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.
GALEANO, Eduardo. Las venas abiertas de América Latina.
G. PETRAS. Imperio con Imperialismo
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