Anda di halaman 1dari 25

Las redes en los distritos industriales italianos: la Terza Italia

Giuseppe Tattara, Mario Volpe 1

1. Los distritos en el marco del desarrollo económico italiano

El desarrollo económico italiano de la posguerra, denominado milagro económico por su ritmo


elevado, ha sido un fenómeno fuertemente arraigado en algunas zonas del país, como en el
llamado triángulo industrial integrado por las regiones de Piamonte, Lombardia y Liguria,
ubicadas en el noroeste de Italia. Ha sido un desarrollo basado en la industria pesada y en
sectores tradicionales que han liderado el proceso de industrialización: metalurgia, energía
eléctrica, química y automotriz.
En la década de los setenta, como consecuencia del aumento de los precios del petróleo, se
manifiesta la primera crisis grave y se pone en evidencia un profundo cambio en la estructura
industrial italiana. Entre los años 1961 y 1971 el incremento de la ocupación en las regiones del
noreste y de las regiones que dan al mar Adriatico, es decir Veneto, Emilia Romagna, Toscana
y Marche, la así llamada Terza Italia (Tercera Italia), ha duplicado al registrado en el triángulo
industrial. En el censo del 1981 la tendencia se consolida y asume un carácter irreversible: el
triángulo industrial agota su proceso de crecimiento mientras que las regiones del nordeste y
algunas regiones del centro de Italia continúan su desarrollo a un ritmo singularmente elevado.2
El proceso de cambio territorial se acompaña de un proceso de selección dimensional. La
industria pesada perdió, en todo el territorio italiano, más de 150.000 empleados (1971–1981)
mientras que el empleo en las pequeñas empresas (10–49 empleados) creció en más de 400.000
empleados.
Por lo tanto, cabe destacar que hace treinta años la diversidad de la estructura industrial de la
Terza Italia empezó paulatinamente a delinearse eligiendo caminos diferentes a los que podían
esperarse para un territorio con este potencial de éxito (futuro).

1.1. Un modelo diferente de especialización.


El desplazamiento de la actividad manufacturera hacia nuevos territorios, hacia la Terza Italia,
y el éxito que lo ha acompañado, medido en el incremento en los ingresos y en el número de
empleados, nos haría pensar que en estas regiones podrían radicarse sectores con un elevado
nivel de uso de tecnologías y/o intensivos en capital. Pero esto no ha pasado. En estas regiones,
a excepción de la industria mecánica en relación a la cual el discurso es complejo ya que
incluye al mismo tiempo empresas muy innovadoras y empresas tradicionales, el desarrollo se
ha basado en el predominio de sectores de media–baja intensidad de capital, poco avanzados
tecnológicamente, como los de textil, mueble, calzado, piel, anteojos y orfebrería/joyas. El
sector textil, en el cual la Terza Italia posee establecimientos desde el siglo XIX, hace un
mayor uso de tecnología y de capital fijo, pero también el rol de las grandes empresas ha
sufrido una drástica reestructuración y, de manera global, ha seguido perdiendo empleados.
La consolidación del nuevo modelo de especialización se debe a diferentes factores. En primer
lugar, un importante estímulo para el crecimiento de esta producción fue representado por la
demanda externa, consecuencia del proceso de liberalización económica posterior a la sanción
del Tratado de Roma (Graziani 1969): además, se desarrolla en el marco de un contexto
favorable caracterizado por un rápido y general crecimiento de los ingresos en los principales

1
Departamento de Ciencias Económicas Universidad Ca’ Foscari de Venezia,
tattara@unive.it, mvolpe@unive.it
2
En las décadas de los ’50 y ‘60 el desarrollo industrial de las regiones de la Terza Italia reflejaba muchas de las características
presentes en otras situaciones y regiones del país. Según los datos del censo industrial de 1951 la estructura industrial de la economía
de la Terza Italia presentaba elementos característicos de un sistema productivo poco desarrollado con una elevada cuota de
población empleada en pequeñas empresas de sectores tradicionales y en algunas, pocas, modernas empresas grandes.

1
países europeos, con un aumento de la demanda de consumo de bienes de lujo y por un tipo de
cambio nominal de la Lira italiana que constantemente ha demostrado una tendencia a la
dismininución, lo que ha provocado un aumento de las ventas al exterior a través de una
política de precios agresiva. En segundo lugar, cambió, también, como consecuencia de lo
anterior, la composición de la demanda a la cual se dirigían las exportaciones italianas. Por lo
tanto, el aumento de los ingresos de la población italiana ha constituido la base sobre la cual se
ha desarrollado la demanda de consumo de productos de indumentaria, calzado, aparatos de
calefacción, electrodomésticos, muebles, tejidos y de diversos aparatos mecánicos. Al
comienzo, se trataba de simples embriones de industrialización, de producciones artesanales
todavía de carácter familiar, que paulatinamente, han incrementado la variedad de los bienes
producidos, destinados a satisfacer la nueva tipología de consumo asociada al individuo y al
hogar. Los empresarios, por otra parte, apenas percibieron la posibilidad de ampliación y
diversificación del mercado para sus productos, han naturalmente (usando las palabras de
Hirschman) impulsado la inversión y el aumento de la actividad industrial. Estos factores se
extendieron más rápidamente en la década de los ‘80 y obtuvieron un ulterior impulso por los
avances en los procesos de integración de la Unión Europea en los años noventa. Las regiones
del nordeste del país, que integran el así llamado arco alpino, o sea la macro región más rica y
dinámica de Europa, a la cual estos territorios están unidos por pertenencia geográfica y por la
fuerte caracterización industrial, pudieron aprovechar este proceso de una manera particular.3
Durante todo el período de la posguerra la evolución del valor agregado industrial de la Terza
Italia demuestra valores mejores que el resto del país (véase Figura 5). Las regiones de la
Terza Italia, y Veneto en particular, con la apertura del bloque oriental de países europeos en la
segunda mitad de los años noventa, pudieron sacar ventajas de posición geografica para
aprovechar el desarrollo de las regiones del este de europa. Se trata de una coyuntura favorable,
que ha marcado una fase de descentralización de la producción trabajo intensivo, y que todavía
debe desplegar parte de sus efectos.

Las señales del proceso de reordenación de la industria manufacturera son evidentes: mientras
en la Terza Italia, y en especial en el Veneto, la tasa de ocupación de la industria manufacturera
ha crecido después de 1971 (+30% de 1971 a 1996: ver Figura 2), en el resto de Italia ha caído
en casi cinco puntos porcentuales. Por lo tanto, la Terza Italia se presenta como la cuna del
desarrollo de la industria manufactureraa italiana en los últimos 30 años del siglo pasado.
En estas regiones la tasa de desempleo ha llegado a los niveles más bajos entre los países
europeos ya que es alrededor de 25% inferior a la tasa de desempleo registrada en las demás
regiones de Italia (Figura 1).
Además, en muchos rubros de la industria manufacturera, es decir los rubros que producen
bienes vinculados al hogar y a las personas, se destacan elevadas tasas de presencia y
crecimiento del empleo (Figura 2).

3
Se trata de una amplia región que comprende buena parte del norte de Italia, Rhone – Alpes, Savoia, Baden-Wüttenberg, Baviera,
Suiza y Austria.

2
Fig.1. - Terza Italia y resto de Italia. Tasa de desempleo 1963-2001

20

Italia (sin Terza Italia)


15

10

Terza Italia
5

0
1959

1961

1963

1965

1967

1969

1971

1973

1975

1977

1979

1981

1983

1985

1987

1989

1991

1993

1995

1997

1999

2001
Fuente: elaboracion de los autores sobre datos Istat - Prometeia

Fig .3. Indice de especializacion de la Terza


Fig. 2. Empleo en las unidades locales en la Italia respecto de Italia
industria manufacturera de la Terza Italia. 1951-
1996.
2,50 Alimentari
Moda
Moda
Alimentari
700000 Casa
Carta- editoria
Carta-editoriale
600000 Chimica 2,00
Ocupados en las unidades locales

Metallurgia
Metallurgia
500000 Meccanica
Meccanica
Industria
400000 Manifatturiera
1,50 Chimica
300000

200000

100000 1,00

0
1951 1961 1971 1981 1991
Fuente: elaboracion de los auotres sobre datos Istat
0,50
1951 1961 1971 1981 1991 1996

OJO: a poner en las figuras 2 y 3


(traducciones):

3
Moda = sector Moda Meccanica = Mecánica
Alimentari = Alimenticio Industria manufatturiera = Industria
Cara – Editoria = Papel- Editoriales Manufacturera
Chimica = Química
Metallurgia = Metalurgia

1.2. Menor tamaño de las unidades productivas o el “enanismo” industrial italiano.

El cambio en la estructura industrial ha sido acompañado por una insólita evolución de de la


composicion de las empresas segun su tamaño. En el censo industrial de 1951, más del 90% de
la industria manufacturera de Veneto, Emilia-Romagna y Toscana estaba integrada por
unidades productivas locales de hasta 5 empleados que representaban el 31% de los ocupados
de estas regiones; otro 18% estaba empleado en unidades locales de gran tamaño, con más de
500 empleados, mientras, en aquellas de tamaño mediano–pequeño trabajaba un modesto
porcentaje, alrededor del 22% de la ocupación manufacturera, y en las de tamaño medio–
grande, de 50 a 499 empleados, el 28% de la mano de obra.
En estos años, las empresas de gran tamaño aumentaron el número de empleados, disminuyó
el peso de las microempresas, mientras que incrementaron su importancia las pequeñas
empresas (de 10–49 empleados), cuyo nivel de ocupación pasó del 16% al 27% de los
empleados en el sector industrial durante el período 1951–1971. Esto revela, por un lado la
caída en el número de pequeñas empresas atrasadas en términos tecnológicos, sobre todo
aquellas dedicadas a la transformación agrícola y a sectores tradicionales, por el otro, un
crecimiento de las pequeñas empresas más dinámicas que han superado la dimensión familiar
con un progresivo incremento del tamaño de las empresas regionales.
Los datos del censo industrial ponen en evidencia el cambio de tendencia con gran claridad. En
los años ‘60 y ‘70 el proceso de crecimiento de las empresas de la Terza Italia llegó a su limite
definitivo: se redujo drásticamente el peso de las empresas medianas–grandes (de más de 100
empleados), cuya proporción sobre el total de los ocupados pasó del 35% en 1971 al 24% en
1996, permaneció estable el peso de los empleados en el tamaño de 50–99 empleados, y, sobre
todo, se duplicó el peso de las empresas de 10–49 empleados, que se habían desarrollado
fuertemente en los 20 años anteriores. En 1996 este tipo de empresas cubría el 38% de los
empleados en el sector manufacturero. La Figura 4 ilustra, a partir del primer censo industrial
de la posguerra (1951) que se usa como término de referencia para efectuar las comparaciones
(en color violeta), la caída inicial de las microempresas atrasadas, la caída continua de las
grandes empresas y el continuo fortalecimiento, a partir de la segunda mitad de la década de los
sesenta, de las pequeñas y medianas empresas.

4
Fig.4. Industria Manufacturera. Ocupados en las unidades locales segun dimension.
Terza Italia/Resto de Italia

1.4
1951
1971
1991
1.15 1996

0.9

0.65

0.4
fino a 5 da 6 a10 da 10 a 49 da 50 a 99 da 100 a 500 500
Fuente: elaboracion propia de los autores sobre datos de los censos

La polarización de la estructura productiva alrededor de empresas de tamaño pequeño (debido a


la reducción del número tanto de micro como de grandes empresas) se asoció a una continua
intensificación de la actividad industrial, como demuestra la dinámica de empleo. Pero, solo
más tarde, en los años setenta, en la Terza Italia comienza una fuerte expansión de las
actividades productivas, en especial muy pequeñas, a menudo trabajo a domicilio, que generó
el aumento de las actividades artesanales y el nacimiento de nuevas empresas como resultado
del proceso de descentralización de las fases productivas por parte de empresas más grandes,
descentralización frecuentemente unida a nuevas oportunidades tecnológicas que han facilitado
la descomposición de los ciclos productivos (Brusco, 1975).

El crecimiento industrial de la Terza Italia se asocia a cierto “enanismo” de sus empresas: esto
se considera un aspecto positivo (“piccolo è bello”) y negativo (“piccolo è fragile”) al mismo
tiempo (Becattini 1995–96). El fortalecimiento de las empresas de los sectores tradicionales y
de la mecánica ha sido asociado, en la Terza Italia, a un incremento de la importancia de las
pequeñas empresas que se han convertido en el eje del desarrollo económico. La industria
manufacturera italiana, integrada también por muchas actividades artesanales, tiene un tamaño
promedio de las empresas menor que el de los países competidores. Muchos pensaban que la
divergencia se habría reducido con el transcurrir del tiempo y que la industria se fortalecería
aumentando el tamaño mediano de las empresas o pasando a sectores caracterizados por
empresas más grandes. Nada de todo esto ha ocurrido. Hoy en día, el tamaño promedio de la
industria manufacturera de estas áreas es de alrededor de 13 ocupados por unidad local
mientras que 20 años atrás era mayor.
Un sistema industrial, ¿puede resultar competitivo también si se caracteriza por la presencia de
ciclos productivos sumamente fragmentados? Por supuesto, el discurso sobre el tamaño de las
firmas no puede ser genérico. Sin embargo, cabe destacar que el tamaño tiene un sentido muy
diferente si se lo ubica en un contexto de producción especializada, de nicho, en el marco de un
cluster, o si, por el al contrario, la empresa tiene que competir en el marco de producciones
estandarizadas de carácter masivo. En las próximas secciones, se ilustrará como el éxito de las

5
pequeñas empresas de la Terza Italia está asociado a la especialización y a la consecuente
división entre las empresas de las distintas fases del ciclo productivo (Brusco, 1975).

1.3. La concentración de la industria manufacturera en los sistemas distritales.


En este marco, resulta claro que los distritos desempeñan un rol clave en los fenómenos
ilustrados en las secciones anteriores. De hecho, existe una coincidencia casi completa entre las
regiones de la Terza Italia y los distritos industriales: en estas regiones (y en Lombardia) se
encuentra el mayor número de distritos que existen en Italia.
Un distrito es un sistema local de pequeñas empresas con una fuerte especialización y una
fuerte identidad con el territorio en el que opera. El éxito de la industria de un distrito está
ineludiblemente vinculado a la organización de la producción en pequeñas empresas agrupadas
en un territorio limitado, a menudo en torno a pequeños núcleos con una arraigada tradición
artesanal. La mayoría de la producción industrial italiana de la Terza Italia se lleva a cabo en
sistemas locales de pequeñas empresas especializadas.4

Las áreas de Veneto, Emilia-Romagna, Toscana y Marche, se caracterizan por un elevado


número de distritos, algunos de tamaño muy grande. Los distritos incluidos en estas cuatro
regiones son unos 100 y tienen 500.000 ocupados en sectores distritales especializados. En
cambio alrededor de 1.200.000 empleados están ocupados en el sector manufacturero (en casi
100.000 empresas).5 El número de distritos operantes en otras regiones del país es menor a cien
y la mitad de ellos se ubica en Lombardia. En conjunto los distritos localizados en la Terza
Italia ocupan más de la mitad de los empleados de la industria y un 60% está empleado en
sectores distritales especializados (Iuzzolino, 2000).
Una primera cuestión que surge de forma espontánea es la siguiente. ¿Es posible individualizar
un efecto distrito (presencia de economías distritales externas) y separlo del efecto localización
(las economías externas asociadas a una cierta posición geográfica)? La respuesta no es clara si
se basa en análisis econométricos6: pero las dudas permanecen también si se analiza el contexto
histórico. La industrialización en la Terza Italia se ha llevado a cabo a través del desarrollo de
núcleos de pequeñas empresas especializadas y agrupadas en un área que se destaca por la
cantidad y calidad de los vínculos sociales (es decir, el distrito). Las empresas de un distrito
conseguían excelentes resultados en términos de empleo y utilidades por su fuerte e
imprescindible vinculación con el territorio en el que operan, a menudo puesta en evidencia por
la presencia de lenguajes comunes entre los agentes en especial en ámbitos con clara
especialización productiva (por ejemplo, la lana en Biella, las bombas en Vicenza, el calzado
en la ribera del Brenta, las sillas en Manzano): y esta relación entre territorio y especialización
(producción de nicho) constituye un elemento clave e inseparable. Con el tiempo este proceso
se ha diluido y ha tomado rasgos diferentes sea por la difusión de las empresas al exterior de los
distritos, sea por el desarrollo de las empresas a través de redes relacionales que se extienden en
territorios y sectores diferentes: en este sentido, se revela que, de esta manera, disminuye la
fuerza del núcleo original ya que el sistema local opera en un territorio más amplio y en
especializaciones que tienden paulatinamente a ampliar sus propios límites.

4
Una característica de la industria italiana es la presencia de quizás más de 200 sistemas manufactureros locales de pequeñas
empresas. Solo un cierto número de estos, de 60 a 100, en relación a los criterios usados, pueden ser definidos “distritos industriales”.
Los demás son sistemas industriales no especializados, embriones de distrito. En conjunto estos sistemas locales cubren, hoy, más de
la mitad del empleo manufacturero industrial y manifiestan una dinámica ocupacional positiva frente a la caída registrada en los
sistemas de gran empresa. Ver Brusco y Paba (1997).
5
Son valores discutibles en relación a la definición de distrito adoptada, a los cambios en los limites del distrito a lo largo del tiempo,
a su expansión (o restricción) territorial, a la inclusión de nuevas especializaciones productivas o a la posibilidad de convertirse en
sistemas de industria difundida, no especializada.
6
Algunos autores estudian el problema introduceb una variable dummy territorial en las investigaciones sobre la eficiencia de las
empresas que operan en los distritos, pero obtienen resultados escasamente interesantes. Al propósito, véase Tattara (2001) Omiccioli
y Signorini (2001), Tattara (2002).

6
Hoy en día, ¿qué producen los distritos industriales? Con el tiempo la demanda de productos de
la industria italiana no solo ha crecido, sino que ha sufrido un cambio cualitativo: en estos
últimos años se ha desarrollado el mercado de bienes de consumo duraderos, “de demanda
fragmentada y variable”, muy personalizada, atenta a modas, a colores, a pequeñas novedades
que ha provocado la división de las largas series productivas, ha abierto el camino hacia la
integración vertical de los procesos productivos y ha favorecido la producción flexible, los
sistemas poco jerarquizados, susceptibles de asimilar y aprovechar rápidamente los cambios
del mercado (Becattini, 1995–96). Las actuales condiciones socioeconómicas son de creciente
incertidumbre, pero llegan luego de años de estabilidad que han acompañado la reconstrucción,
favoreciendo el desarrollo de las pequeñas empresas “arraigadas” en el territorio, lejanas de
grandes centros urbanos e industriales, y en consecuencia capaces de enfrentar una producción
fluctuante, sin provocar conflictos sindicales. El consumo entonces ha tomado distintos rasgos.7
Los distritos de la Terza Italia producen una amplia variedad de bienes, sobre todo textiles,
indumentaria, calzado, pieles, anteojos, maquinarias, y las herramientas necesarias para
producirlos, o sea maquinarias para trabajar el cuero, la madera, los tejidos etc., con una
importante especialización vertical.8 Productos y maquinarias implican procesos productivos
diferentes que, sin embargo, en el territorio del distrito, a menudo, han desarrollado fuertes
relaciones y vínculos recíprocos: el curtido y las maquinaria relativa, el textil y los telares, las
bombas y la electromecánica, los electrodomésticos y el acero inoxidable, la impresión de
materiales plásticos, la producción de máquinas–herramientas de diversos tipos etc. La
interacción entre productores finales y productores de maquinarias genera contactos y
conocimientos de diferente naturaleza entre los agentes que amplían su visión del proceso
productivo y vienen, al mismo tiempo, motivados por la búsqueda de nuevos productos. Los
procesos de inversión asociados a este tipo de contacto “desde arriba de la cadena de valor”
representan el resultado de las acciones de los empresarios, una vez comprobada la existencia
de oportunidades de mercado para los productos intermedios (Hirschman, 1987). Al mismo
tiempo, la continua política de depreciación de la Lira italiana que hemos señalado
anteriormente ha permitido conseguir beneficios que han sido la clave del proceso de inversión
y desarrollo de las producciones de bienes intermedios, que han encontrado un amplio mercado
en otros países europeos.
¿Dónde venden sus productos los distritos? Una cuota importante va al exterior (a menudo más
de la mitad de la producción). El desarrollo del mercado interno ha permitido un primer
fortalecimiento de las empresas de Veneto, al cual se le ha sumado la exportación, facilitada
por la situación macroeconómica favorable que ha caracterzado el período en el que finalizó el
régimen de tipo de cambios fijos. De hecho, es importante subrayar la relación directa entre la
debilidad del tipo de cambio real (los años ‘80 y ‘90) y el crecimiento de las exportaciones e
inversiones en maquinarias; aunque, al mismo tiempo, la depreciación del tipo de cambio
encarecía las importaciones de maquinarias.9 Hay que recordar que la Terza Italia agrupa las
regiones italianas que actualmente exportan la mayor cuota de su producción: (casi un tercio).
Efectivamente, es impresionante la performance de estas regiones comparándola con la tasa de
exportaciones totales del país: partiendo del 30% en los primeros años de la década de los ‘60
(estas regiones, en esta fase, cuentan con una propensión a la exportación sobre el PBI menor a
la nacional: 7,7% contra 8,4%), el crecimiento en los primeros años de la década de los ’80

7
La conexión entre flexibilidad productiva, inseguridad de los mercados y inestabilidad del ambiente ha sido ampliamente tratada
por Piore (1986).
8
Bagnasco (1999) subraya la complementariedad que se desarrolla entre las industrias mecánicas y de indumentaria en relación al
mercado del trabajo. Los dos sectores emplean mano de obra femenina y masculina y desarrollan estrategias de trabajo en parte
complementarias (carrera, salario, sindicalización –fundamentalmente para los hombres-). Se consigue una integración en muchos
casos casi especulativa, lo que implica una sociedad muy estable.
9
Todavía hoy, el costo por hora de la mano de obra en la industria manufacturera, expresado en dólares, es más bajo en Italia que en
muchos países europeos, por no hablar de los Estados Unidos. Sobre la función que desempeñan los elementos macroeconómicos,
tales como la indulgencia fiscal y la moneda débil, para favorecer el desarrollo, y sobre la importancia de las conexiones entre los
elementos micro y macroeconómicos, véase Bagnasco (1999).

7
fue considerable alcanzando el 50%, para llegar, hoy en día, al 60%. Por el contrario, la
propensión a la exportación del resto de Italia es menor al 20% (Figura 5). Por lo tanto, la Terza
Italia representa un área “especializada” en la satisfacción de la demanda exterior, en particular
en la demanda de bienes de consumo. Más de una tercera parte de las exportaciones son
productos mecánicos y otro tercio, productos finales para uso personal y para el hogar.

Figura 5 - Peso de las regiones de la Terza Italia sobre el resto de Italia segun
valor agregado y export

60
Export

50
Valor agregado de la industria

40

30

20
1963

1965

1967

1969

1971

1973

1975

1977

1979

1981

1983

1985

1987

1989

1991

1993

1995

1997

1999

2001
Fuente: elaboracion de los autores sobre datos Istat - Prometeia

Las exportaciones a los países ricos e industrialmente avanzados (Europa occidental) y el éxito
en estos mercados ha sido tal, que ha permitido garantizar a las empresas de estas regiones
posiciones predominantes en el mercado mundial en diferentes sectores: desde el calzado
deportivo al femenino, desde el mueble de design a algunas aplicaciones mecánicas (en el
campo de la máquinas–herramientas y de la electromecánica), desde los anteojos al tejido de
punto.

El hecho de que tales éxitos se hayan consolidado en el tiempo, y que la cuota de producción
nacional exportada haya continuado su crecimiento, ha permitido definir ventajas competitivas
duraderas que han llevado a las empresas de los distritos industriales a posiciones de
superioridad en los bienes que podemos definir como made in Italy. La mecánica presenta, bajo
el perfil tanto del desplazamiento territorial y de la organización productiva como de la
estructura de la demanda (productos especializados de nicho), características que representan el
made in Italy mencionado. En este sentido, hay que poner en evidencia el rápido y continuo
desarrollo en la Terza Italia, tanto de las especializaciones manufactureras en los sectores
tradicionales como de la industria mecánica, asociado al desarrollo de producciones
tecnológicamente sofisticadas que dan cuenta del alto valor agregado de las exportaciones
(máquinas–herramientas, mecánica eléctrica, maquinaria de precisión, instalaciones
mecánicas).

1.4 La evolución del distrito, las redes de empresas y la deslocalización.


Entre las empresas del distrito se establece una compleja relación de competencia (mayor entre
las que producen bienes similares) y de cooperación (entre las que producen bienes

8
intermedios), de conflicto y participación (Dei Ottati, 1997); en el distrito falta el dominio de
una o más empresas líderes, a pesar que a menudo, existen grandes empresas. Competencia,
pertenencia a un lugar, participación solo aparentemente son palabras contradictorias. La
competencia, de hecho no se manifiesta nunca como mecanismo de equilibrio como enseña la
teoría económica: al contrario constituye una compleja variable estratégica fundamental para la
supervivencia de las empresas. El proceso competitivo se manifiesta siempre como un proceso
dinámico que surge por cambios aportados en el tipo de bienes producidos, como describió
Schumpeter. Las nuevas estrategias de localización, la ampliación de la producción en sentido
vertical y horizontal, la producción de nuevos bienes, la cooperación en la realización de
algunas fases de proceso productivo y la deslocalización de otras, constituyen los elementos
tipicos a través de los cuales se desarrolla el proceso competitivo (Tattara y Volpe, 2001).
Las investigaciones empíricas sobre los distritos tienen que encarar tanto las problemáticas
vinculadas a la definición de los sectores productivos en los que se especializa el distrito, como
la problemáticas asociadas a la individualización del territorio en el que se ubica. En el distrito
pueden coexistir industrias (o sistemas de producción local, o clusters de empresas) diferentes,
de las cuales una de ellas es probablemente dominante, y las demás secundarias, más o menos
(o en absoluto) complementarias. La geografía de estos sistemas de producción locales en el
distrito varía, con industrias especializadas que se destacan más en ciertas áreas (pueblos,
barrios etc.) que en otras y con la existencia de diferentes industrias especializadas
aparentemente no relacionadas entre sí. Además, el problema sincrónico y el diácronico están
vinculados: por ejemplo cuando una industria principal de un cierto lugar se extiende a otro
lugar, puede producirse, a lo largo del tiempo, la fusión de los dos lugares en un único sistema
local, pero que mantiene todavía diferencias territoriales relevantes. Frente a un panorama tan
complejo no resulta difícil entender la presencia de fuertes ambigüedades de diverso tipo en
relación a las hipótesis de individualización geográfica de los distritos: por esta razón todavía
no existe un mapa definitivo del territorio de los distritos, aunque desde 1991, en Italia, tiene
vigencia la Ley n. 317 que reglamenta esta materia (Anastasia y Corò 1993).
El proceso empírico para la individualización de los distritos en Italia está vinculado a dos
conceptos: el de sistema local de producción, que hace referencia a la relación entre la
presencia de empresas y la población residente, y el de especialización manufacturera basada
en una producción específica y la predominancia de pequeñas y medianas empresas10.
El distrito constituye «una entidad socio territorial caracterizada por una activa convivencia
común, en un área territorial natural e históricamente determinada, de una comunidad de
personas y de un conjunto de empresas industriales» que operan en el marco de un sistema
local de producción específico (Becattini 1989). El distrito constituye un entramado de
personas, de un territorio y de empresas. El sistema local principal de pequeña empresa, que
tiene su centro geográfico en el distrito, a menudo contribuye a su denominación; otros

10
El intento más importante para clasificar los sistemas locales de producción se llevó a cabo a través del trabajo de Fabio
Sforzi, con un estudio sobre la regionalización de la economía italiana efectuado en colaboración con el Istat (Instituto Italiano
de Estudios Estadísticos) y el Irpet (Instituto Regional de Programación Económica de Toscana) y fundamentado en el
concepto de mercado local de trabajo (Sforzi 1995; Istat–Irpet 1986; Istat 1997). El estudio fue articulado en dos fases. Primero
se clasificó en regiones el territorio nacional sobre la base de los movimientos diarios de personas por motivos de trabajo, la
movilidad diaria entre el lugar donde se habita y el puesto de trabajo, construyendo los sistemas locales de trabajo. Son
sistemas fundados en el concepto de un mercado de trabajo local auto abastecido, casi perfecto, con una elevada movilidad y
bajos tiempos de traslado diarios: la persona que trabaja en este sistema, en la mayoría de los casos vive en localidades
cercanas, por lo tanto demanda y oferta de trabajo se mantienen en equilibrio (Istat 1997). En segundo lugar se individualizaron
los distritos en base a un algoritmo que necesita: a) que los sistemas industriales locales posean una especialización industrial
superior a la media nacional: b) que la tasa de ocupación en empresas con menos de 250 empleados sea mayor a la media
nacional: c) que por lo menos en un sector la especialización sea igual a la nacional; d) que por lo menos uno de los sectores
individualizados sea de pequeñas empresas, es decir que tenga una tasa de ocupación en empresas con menos de 120
empleados superior a la tasa nacional (Istat 1995, página 262). Se utiliza, entonces, un proceso a cascada a partir de los
sistemas locales de trabajo, para pasar a sistemas industriales de pequeña empresa y después a sistemas de pequeña empresa
con una fuerte predominancia en una actividad específica.

9
sistemas de producción pueden trabajar en el mismo distrito manteniendo una importancia
secundaria.
Cada distrito contiene industrias de diferente tipo, pero se caracteriza al mismo tiempo por una
elevada especialización, tan elevada que en promedio un cuarto de la ocupación industrial
trabaja en el sector de especialización, el cual da nombre al distrito. El sector textil e
indumentaria, que se encuentra presente en las 4 regiones objeto de examen con el 30% de los
empleados (más de 150.000 personas), está distribuido por todo el territorio. La mayoría de los
distritos cuenta con un número de empleados comprendido entre los 5.000 y los 15.000,
distribuidos en un número de empresas comprendido entre las 300 y las 1.500 (Brusco, 1991).
Los datos del censo de 1991 muestran cómo los sistemas locales de pequeñas empresas se
encuentran en el área que va desde Lombardia oriental a Veneto, en Emilia-Romagna, en
regiones del centro de Italia, Toscana y Marche, tocando Abruzzo y Puglia, a lo largo del dorsal
meridional Adriático. Los sistemas de pequeñas y medianas empresas se compenetran con
aquellos de pequeñas empresas sobretodo en el noreste del centro de Italia. Los sistemas locales
de grandes empresas mantienen su posición predominante en el noroeste (Piemonte) y centro (a
excepción de Campania y Sardegna).
En el interior de los sistemas de producción de Pymes se definen los distritos en base a una
industria local prevaleciente, caracterizada por un «conjunto articulado de actividades de
producción de un grupo limitado de bienes similares». La distinción no es siempre fácil y varía
dependiendo de la clasificación de las actividades económicas Istat (ATECO) que se haya
usado y el modo en que haya sido realizada. Sforzi individualiza de 60 a 100 distritos, al
interior de los sistemas de pequeñas y medianas empresas.11
En las zonas fuertemente urbanizadas que caracterizan precisamente la Terza Italia nos
encontramos frecuentemente con agrupaciones de pequeñas empresas especializadas instaladas
en pocas decenas de kilómetros cuadrados, donde no se desarrollan actividades relevantes y
donde ciertamente se percibe una presencia de reglas, diferentes formas de difusión del
conocimiento, de valorización del know-how y de cooperación. A poca distancia, en el mismo
territorio (o sea en territorios pertenecientes al mismo ayuntamiento) coexisten otras industrias
altamente especializadas. En muchos ayuntamientos de la Terza Italia conviven conjuntamente
más de una industria especializada en su territorio delimitado.
Si bien se reconoce la dificultad que existe para definir un distrito, se propone una definción
históricamente pragmática que se basa en tres conceptos: el centro del distrito, el anillo y el
anillo-red. El centro representa el nucleo histórico de la industrialización de los distritos, los
anillos representan los ámbitos territoriales en los que se extiende el distrito, y que se ubican a
su alrededor (Tattara y Volpe, 2001). El anillo se extiende a lo largo de la red de carreteras que
unen el distrito con los principales centros urbanos o con la red de autopistas, la geografía del
área le da un cofín movedizo, junto con otros factores. A veces los ayuntamientos intervienen
con una política de área industrial para estimular la radicación de empresas y esto puede
provocar, y de hecho provoca, cambios y traslados en las zonas industriales hacia nuevos
ayuntamientos y hacia diferentes mercados de trabajo; a veces este cambio se debe a la cercanía
al centro histórico o la búsqueda por parte del empresario de nuevos y distintos micro–tejidos
productivos, con características complementarias. El anillo interactúa con el centro 'histórico'
distrital en modo privilegiado, a través de la expansión del sector que caracteriza el distrito y
por el flujo de trabajadores que de las empresas del distrito pasan a trabajar a las empresas del
anillo industrial. Hablaremos ahora del anillo de las afinidades electivas, subrayando cómo las

11
Para una reconstrucción del mapa districtual durante el desarrollo económico de la posguerra hasta la actualidad, véase Sforzi
(1997).

10
afinidades entre los dos conjuntos territoriales se definen a partir de la existencia de un distrito
exitoso, que posteriormente se expande en el anillo12.
Cabe recordar que en los años 90 la descentralización productiva, especialmente en algunos
distritos de la Terza Italia, se orientó hacia áreas bastante lejanas, italianas o extranjeras, para
sacar ventaja de los menores costos de la mano de obra, pero también porque las empresas han
tratado de negociar directamente con los proveedores estratégicos, que cada vez más se
encuentran en el exterior. En este sentido, el sector de indumentaria, el del calzado deportivo y
parte del sector maderero representan claros ejemplos de esta situación. Se comienza, por lo
tanto, a delinear un sucesivo rumbo de expansión de las actividades del distrito, un segundo
anillo, que llamamos anillo–red, que está adquiriendo mayor importancia, que está separado
territorialmente en modo muy radical del distrito, y que debería ser analizado usando
informaciones diferentes de las que se usan en este artículo13. Sin embargo, en estos últimos
años el fenómeno de la descentralización productiva se ha incorporado en la agenda de
investigación. En esta dirección, una reciente investigación conducida por el centro TEDIS de
la Venice International University, analiza 20 distritos de Toscana, Emilia-Romagna y Veneto
entrevistando más de 300 empresas. El 41% de ellas ha establecido relaciones con empresas de
producción extranjeras y el 61% de ellas utiliza proveedores estratégicos extranjeros. El 34%
ha creado sus propios establecimientos de producción en el exterior, el 21% ha descentralizado
algunas fases del proceso productivo a empresas extranjeras y varias empresas actúan en el
exterior con más de una de estas fórmulas. Entre los que han creado una empresa en el exterior,
el 46% ha elegido países de Europa del este, el 31% países de oeste de Europa, el 23% America
del Sur, el 11% EE.UU., el 8% países del área mediterránea y África y el 4% países asiáticos.
La mayoría está constituida por empresas de tamaño grande, y los resultados de esta
investigación conducen probablemente a sobrestimar la importancia del fenómeno de la
descentralización productiva, que, de todos modos, constituye una característica importante del
proceso de evolución del sistema industrial durante la última década. No se trata de una
descentralización siempre motivada por la búsqueda de bajos costos, sino, a menudo, las
empresas buscan partners estratégicos que operan en los mercados más avanzados. El 50% de
las empresas distritales que han participado en el estudio y que descentralizan parte de su
proceso, lo hacen en Europa occidental o en EE.UU., con el objetivo de encontrar partners
estratégicos y no proveedores a bajo costo.
Mirando las áreas claves para la competitividad del sistema económico italiano, se destaca que
la mayor presencia en los mercados internacionales se verifica específicamente para los
productos de las empresas de los distritos. Además, la especialización productiva de estos
grupos de empresas caracterizadas por las cadenas productivas del “made in Italy”, es
precisamente aquella de mayor integración internacional14.
Mientras las empresas grandes operan en los mercados internacionales creando
establecimientos productivos de “ciclo completo” o en búsqueda de alianza de carácter
estratégico que aseguren la venta de sus marcas, las pequeñas empresas de los distritos se
expanden en el exterior reposicionando las distintas fases del proceso productivo a lo largo de
la cadena del valor. En este sentido, se descentralizan también afuera del país, algunas
producciones que anteriormente se llevaban a cabo en el distrito. Esto consituye una extensión
substancial de la propia red de relaciones y en el proceso de apertura se refleja no solo en la

12
Cabe mencionar que se usa una locución felizmente introducida por Becattini en una discusión con el grupo de trabajo del Murst
(Ministerio de la Universidad y de la Investigación Científica). Ver también Bellandi y Sforzi (2000). Un intento consciente de
distinguir el centro del distrito de su territorio de expansión y poner en evidencia de esta manera sus diferentes dinámicas ha sido
realizado por Bigarelli y Crestanello (1994, 183-184) en relación al distrito de Carpi.
13
Se trata de un aspecto que plantea diferentes problemas no fáciles de solucionar. El más obvio es la escasa correspondencia entre la
importancia de un distrito, expresada, por ejemplo, por el valor de las ventas de las empresas que lo integran, y la tasa de ocupación
de empleados que trabajan en el territorio del distrito.
14
En el caso de los distritos italianos del noroeste, por ejemplo, existe no solo una integración entre los distritos sino una verdadera
integración interdistrital; entre los distritos del textil – indumentaria y los de la mecánica, como veremos en el estudio de caso sobre
Vicenza.

11
tecnología productiva sino también en la organización de la producción, su división en fases y
la correspondiente división del trabajo que se genera.

Cuadro 1 – La estructura territorial de la industrialización en las zonas de pequeñas empresas

Area Empresa prevaleciente – Empresa secundaria


líder
distrito “histórico” Empresas distritales y grandes Medianas empresas de elevada
empresas históricas tecnología, subcontratistas

Anillo con Nuevas empresas Nuevas medianas empresas de elevada


“afinidades electivas” distritales tecnología, subcontratistas independientes,
cuenta terceros y otras empresas
industriales
“Anillo – red” Proveedores estratégicos,
subcontratistas y cuenta
terceros
Ciudad dinámica Grandes empresas, medianas
empresas de elevada
tecnología, otras empresas

Los sistemas locales de empresas actúan también en contextos internacionales15 con


instrumentos vinculados a la propia organización productiva: no solo con el outsourcing de
ciertas fases productivas, sino también con acuerdos, relaciones horizontales y verticales de
colaboración y de competencia con las empresas locales.
Los procesos de integración internacional de pequeñas y medianas empresas constituyen un
fenómeno todavía subestimado y demasiado descuidado: los modelos interpretativos y las
estadísticas disponibles utilizadas demuestran notables carencias.
Indicamos como ejemplo el caso del sistema productivo local de textil–indumentaria de la
provincia de Vicenza, una especialización de distrito relevante, que se enmarca en uno de los
sistemas económicos locales más industrializados de Italia. Esta región sigue en los años 90 la
tendencia de la economía italiana: aumento de las exportaciones como consecuencia de la
devaluación de 1992, una contracción, a partir del 1996, inducida por la fase de estabilización
del tipo de cambio y las políticas restrictivas en el ámbito de la política de integración necesaria
para la adhesión a la moneda única Europea. En todos estos años, el crecimiento de las
exportaciones16 fue sumamente sostenido y se acompañó por una elevada dinámica de
importación. A diferencia de lo que se esperaba, la especialización en las exportaciones de la
industria vicentina se fortaleció precisamente en los rubros tradicionales de textil–
indumentaria–calzado, en particular en las primeras fases de la cadena productiva, aquella de la
elaboración del tejido, y de la piel o cuero; el conjunto de sectores del “sistema moda” alcanza,
en 2001, una tasa de exportación del 30% sobre el total de toda la provincia de Vicenza, contra
el 24,5% en 1993. En el mismo período creció a un ritmo sostenido también la tasa de
importación del “sistema moda”, hasta duplicar su cuota sobre el total (del 12% al 25%).
La composición geográfica de los flujos de exportación de la provincia de Vicenza ponen en
evidencia como estas dinámicas conllevan el desarrollo de un proceso de descentralización
15
En realidad hay que reconocer que el contexto internacional constituye solamente un caso particular de la extensión de las
relaciones con el “espacio exterior”, diferente del ámbito originario de la empresa. La posible especificidad existe en la diversidad
institucional de los nuevos mercados a los que se dirige la empresa. Pero, al menos en el caso de los países del este, presentes en los
proyectos de expansión de la Unión Europea, dicha diversidad institucional tenderá a ser menos significativa.
16
Del 1993 al 2001 las exportaciones se han duplicado en valor corriente (exactamente +109,8%), depurando el dato del crecimiento
interno de los precios, el incremento ha sido significativo, un 66%.

12
productiva (Crestanello, 1999). Los países europeos disminuyeron sus cuotas en las
exportaciones vicentinas y han sido sustituidas por un aumento en las cuotas de exportaciones
hacia los mercados de Europa centro oriental: mientras que al comienzo de los ‘90, las
exportaciones hacia el área centro-oriental eran marginales, un 4% sobre el total, hoy han
alcanzado una tasa del 10% y la tendencia creciente continúa. Sin embargo, resulta importante
señalar que el crecimiento de los intercambios comerciales con este área concierne en mayor
medida las importaciones, lo que respresenta un síntoma de un proceso de integración no solo
de tipo comercial, sino sobre todo, de tipo productivo.
Consideramos solo el intercambio comercial con Rumania, país con el cual las empresas del
distrito textil–indumentaria de Vicenza mantienen una intensa relación. El fuerte crecimiento
de las exportaciones de tejidos y de la importación de textil–indumentaria constituyen un
síntoma de la existencia de una fuerte relación productiva entre Vicenza y Rumania (Figura 6).

Figura 6
Exportación de tejidos, importación de indumentaria, maquinaria especializada de
Vicenza a Rumania

120.000.000

Esportazioni
100.000.000 tessuti

80.000.000

60.000.000

40.000.000 Importazioni
abbigliamento

20.000.000
120.000.000

Esportazioni
0 tessuti
100.000.000
I II III IV I II III IV I II III IV
80.000.000 1999 2000 2001

60.000.000

40.000.000 Importazioni
abbigliamento

20.000.000

I II III IV I II III IV I II III IV


13
1999 2000 2001
120.000.000

Esportazioni
100.000.000 tessuti

80.000.000

60.000.000

40.000.000 Importazioni
abbigliamento

20.000.000

I II III IV I II III IV I II III IV

1999 2000 2001

Fuente: elaboración de los autores sobre datos ISTAT

En este caso, la descentralización productiva, que mueve bienes de entrada y de salida, para
llevar a cabo algunas fases productivas del distrito de Vicenza en Rumania, produce un
incremento del valor agregado que queda en Rumania (la diferencia entre el valor de las
exportaciones y el valor de las importaciones). Se trata de una descentralización de fases del
proceso productivo de la industria de indumentaria vicentina hacia Rumania que se desarrolla a
través del aumento de los intercambios comerciales, del crecimiento de la materia prima
exportada a Rumania (los tejidos) y del aumento de los productos importados por las empresas
vicentinas (indumentaria elaborada con estos tejidos) y que se destaca por su valor, tanto en
relación a los flujos de salida desde el distrito, como a los flujos de entrada en Rumania. La
descentralización se acompaña a la evolución coyuntural del distrito y parece, por lo tanto,
fuertemente consolidada con él y no un simple episodio de integración esporádica.
Su importancia estratégica, en términos de integración interindustrial, se pone en evidenica por
el crecimiento de las exportaciones de maquinaria especial para la industria de indumentaria
efectuadas por las empresas vicentinas hacia Rumania17. En conclusión, la descentralización
crea oportunidades de mercado que funcionan bien más allá de la empresa individual y
desarrolla un verdadero sistema productivo en el país de destino, que interactua en un anillo-
red con las industria distritales de Vicenza.

2. El distrito como una red no jerárquica. Los cambios en la organización de las empresas de
los distritos
El éxito de las empresas distritales se fundamenta en diferentes elementos: el ahorro en
términos de costos debidos a su tamaño pequeño (sea por la mejor gestión de la fuerza trabajo o
por una mayor flexibilidad en la organización productiva); el aumento de la variedad de
productos; el producto individual, personalizado, no de producción seriada, en especial bienes
de consumo; el sistema de distribución nacional fragmentado, en el cual los grandes sistemas
distributivos tienen escasa importancia. Asociados a estos elementos se encuentra la continua

17
Si consideramos que, las exportaciones de maquinarias especializadas representan un flujo de inversión, que se suma para la
determinación de un stock de bienes de capital, sin considerar el factor obsolescencia.

14
capacidad de innovación que es un elemento clave en la dinámica del proceso de competencia,
y es el elemento que explica el éxito.
Las empresas de los distritos son modernas, de tamaño pequeño, y desarrollan procesos
productivos complejos que se fragmentan en varias fases separadas. Esto resulta posible por la
tecnología productiva que se puede usar de manera provechosa debido a los vínculos que
existen entre las distintas empresas que integran el distrito, vínculos que, a menudo, no tienen
carácter de mercado.18
Entre las empresas del distrito, como hemos subrayado, se mantiene una relación compleja de
competencia y de cooperación. El distrito no cuenta con el dominio de una o varias empresas
líderes pero opera como un casi-mercado que, sin usar mecanismos de precio, asegura de
alguna manera la absorción de los productos de diferentes empresas (productos intermedios),
transmite la información necesaria y facilita la organización de las fases productivas
repartiendolas entre distintas empresas. El desarrollo de los distritos ha sido posible gracias al
abandono de la producción estandarizada y la implementación de la producción especializada,
la producción a pedido que privilegia la relación con el cliente, la especialización y la
producción en pequeños lotes. Por ejemplo en el Vicentino encontramos una empresa
(pequeña) que es líder mundial en la producción de maquinas de control numérico para la
rectificación de los cilindros de los camiones. El mercado mundial de nicho de este producto es
relativamente pequeño y si bien las barreras formales de entrada (capitales, instalaciones) son
pocas, las verdaderas barreras son la capitalización del know-how de la empresa que está
incorporado (embedded) en la gestión, en los recursos humanos, en la red distributiva, en la
implementación inteligente de un procesor electrónico en una tecnología tradicional de
extracción de viruta.
A lo largo del tiempo, en este complejo juego de elementos, el sector de especialización
distrital ha asumido nuevos rasgos que han generado nuevas especializaciones vinculadas y
similares a las anteriores, con las cuales mantienen estrechos vínculos productivos. De esta
manera, estimuladas por la búsqueda de mayor competitividad, se ha construido una red de
relaciones de intercambio entre las diferentes empresas del distrito y la descentralización de
ciertas fases del proceso productivo, lo que constituye el tejido sobre el cual se han fortalecido
los sistemas de pequeñas empresas y ha facilitado la dispersión territorial en ámbitos cada vez
más amplios; al mismo tiempo disminuye la importancia del rol desempeñado por las grandes
empresas, lo que pone de manifiesto la existencia de lentos procesos de decadencia (Brusco y
Paba, 1997).
La integración de las empresas se desarrolla a partir de distintas modalidades. A veces el
vínculo entre las empresas se da a través del mercado de trabajo: por ejemplo, en el caso en que
los empleados despedidos por las grandes empresas vienen contratados por las pequeñas
empresas que son a su vez proveedores de las primeras. Pero las empresas se integran también
a través de intensas relaciones de producción y de los correspondientes intercambios de
conocimientos que se producen. Un tipo particular de vínculo se genera cuando las empresas
delegan al exterior la producción de un bien intermedio, más o menos importante, pero que es
parte del proceso de producción final. A veces las empresas especializadas en una fase deben
producir componentes especialmente complejos: esto hace que adquieran sofisticadas
tecnologías y cierta autonomía financiera, lo que les permite desarrollar una producción
autónoma que pueden vender directamente en los mercados.
Las especializaciones distritales, en el curso del tiempo, se han articulado de distinta manera y
han evolucionado hacia nuevos productos para captar nuevas demandas de mercado: en
Montebelluna se ha pasado del calzado deportivo de montaña a la bota de esquiar, la bota de
motocicleta, zapatillas de football, los patines en línea, circunstancia que ha permitido ampliar
18
Sin la introducción de las economías externas de distrito es difícil explicar la formación de aglomeraciones de empresas en un
determinado lugar y por que a lo largo del tiempo los tamaños de las empresas aumentan: el crecimiento de los tamaños de las
empresas en el distrito, como remarcan algunos autores, se limita por la presencia de economías externas a través de las
interdependencias locales.

15
la gama productiva a todo el sport-system, inclusive indumentaria; en Bassano se ha pasado de
la simple producción de hilados a la indumentaria para el deporte; en Conegliano de los
electrodomésticos a la instalación de cocinas para el hogar, del “inox valley” y el plástico del
Opitergino, que después ha abandonado el sector de los electrodomésticos para dedicarse al
automóvil con producciones de alta calidad. Los distritos han demostrado tener una gran
capacidad de actualización en diseño y tecnología, capacidad que ha contribuido
frecuentemente a la creación de nuevos productos. Nike ha construido un nuevo
establecimiento en Montebelluna con el objetivo de actualizarse acerca de las nuevas
tecnologías que este distrito produce con frecuencia regular.19 A veces los nuevos vínculos que
se crean son de tipo convencional, otras veces son mayormente novedosos y cambian la
naturaleza de la base productiva del distrito.20
Las empresas de los distritos se han desarrollado asimilando con rapidez los cambios que el
mundo global y cada vez más competitivo ha dado a la lógica social y organizacional que
compone los procesos productivos (Gordon, 1995; Garibaldo, 2002). Los distritos necesitan
relaciones de colaboración cada vez más estrechas entre productores y clientes, desde el punto
de vista de innovación de producto, dado que los factores de diferenciación están integrados en
el proceso de innovación productivo desde las primeras fases. Además, hay una creciente
necesidad de contar con proveedores estratégicos que estén en condiciones de actuar de manera
independiente en un proceso creativo y tecnológico conjunto entre productores y proveedores o
entre productores y clientes. De vez en cuando, las empresas clientes desarrollan la funcion de
co-makers, es decir hay un proceso de colaboración entre empresas productoras y clientes
orientado a la definición del proyecto y de sus características técnicas. A menudo esta
articulación de la tecnología productiva produce innovación y mejoras cualitativas y constituye
la respuesta a las dificultades que tienen los productores para gestionar directamente un amplio
abanico de tecnologías interdependientes (Gurisatti et al. 1997). Los distritos se caracterizan
por una reducción en la eficiencia del esquema clásico de provisión de los bienes basados en el
intercambio y la clásica transacción de mercado, por privilegiar relaciones de colaboración de
largo plazo (Russo 2002), y también por una reducción de la eficiencia del modelo de
integración vertical que incluye todas las tecnologías básicas necesarias para la producción
integrada y que terminan por reducir su diversidad, y por lo tanto la creatividad de los procesos.
Esto implica el rechazo de las modalidades organizacionales tradicionales a la Williamson
(mercado o jerarquía) y la sustitución del concepto de red organizada. La innovación depende
básicamente de la organización de las transacciones externas a la empresa, y al mismo tiempo
de la conciencia de que el mercado no es un mecanismo eficiente o adecuado para garantizar el
abastecimiento, y que quizás no lo ha sido nunca. Todo esto significa que las empresas
dinámicas están concentrando cada vez más su actividad en actividades específicas y para las
cuales han desarrollado capacidades de excelente nivel, mientras que delegan las actividades
interdependientes que antes realizaban en el interior o compraban en el mercado a empresas
autónomas organizadas en una cadena productiva independiente pero de carácter cooperativo
(Gordon,1995). La red de empresas es cada vez menos jerárquica, formada por una serie de
centros de innovación interdependientes y geográficamente dispersos. La dispersión es mayor

19
Véase Brusco y Paba (1996).
20
Sobre la necesidad de mano de obra femenina en el sector textil y masculina en el sector mecánico, ver Bagnasco (1988 y 1999).

16
cuánto mayor es la fuerza de la marca.21 La red de empresas requiere un definición territorial y
sectorial flexible. En este contexto Becattini pone en evidencia el concepto de economías
externas de Marshall, economías que Marshall había definido precisamente en el análisis de los
distritos industriales ingleses del siglo XIX (Marshall, 1920). Estas economías se basan en la
idea de que existen interdependencias entre los actores de un sistema económico que no vienen
condicionadas del proceso de mercado. En los distritos existen externalidades positivas por el
hecho de existir interdependencias directas entre productores que utilizan un determinado
know-how de dominio público en un zona determinada y/o en un determinado sector industrial.
Todo esto puede concernir a las competencias del trabajo, tecnológicas, el clima social del área
o la complementariedad de las mercancías producidas, de acuerdo con las palabras del mismo
Marshall. Se trata de elementos extraños al mercado, unidos en un concepto muy amplio de
costos de transacción, y que no se destacan, como se sostiene a menudo, por la importancia de
la información y del conocimiento, sino sobre todo por los vínculos y las interdependencias
entre los agentes del proceso de producción de riqueza.

2.1. Los cambios organizacionales en las empresas distritales: una organización reticular
Se puede intentar definir distintas categorías entre las diferentes formas de cooperación y
conocimiento, lo que necesariamente depende de la complejidad que tienen las relaciones que
vinculan las empresas distritales (Wiendahl e Helms, 1997). Por lo tanto se puede distinguir
entre:
1. redes estratégicas: INVOLUCRAN agentes especializados en competencias técnicas
específicas, ocupados en formas de colaboración de largo plazo, independientes entre sí y
con intensos intercambios de información. Constituyen redes en las que las empresas tienen
una importancia similar; a menudo constituyen el resultado de un proceso de
descentralización generado por un crecimiento de tipo “estrellar” de un sistema de empresas
estrechamente complementarias bajo un punto de vista tecnológico, y que comparten
algunos servicios (abastecimiento, administración, etc.);
2. redes operativas: están integradas por empresas especializadas en una fase de producción
del producto, que tienen formas de colaboración estables, con una menor interdependencia
entre las partes respecto de lo que pasa en las redes estratégicas, que requieren una fuerte
coordinación. Un ejemplo está constituido por los fenómenos de descentralización de
algunas fases de la producción;
3. empresas virtuales: conciernen colaboraciones inestables o relaciones de corto plazo, en
presencia de recursos complementarios, generalmente sustituibles.
4. relaciones “black box”: Involucran partners con competencias similares y relaciones
inestables, con un limitado intercambio de información y una empresa que actúa como un
agente principal, que se apropia de la mayor parte del surplus de la empresa líder de la red.
Este caso, como el anterior, conlleva relaciones de provisión por cuenta terceros de
producciones de una fase que son suficientemente estandardizadas
El análisis de las redes en los distritos resulta útil porque, de esta manera, se pueden definir las
relaciones de organización compatibles con un continuo intercambio de datos e informaciones.

21
Cabe recordar la relación que existe entre lugar e identidad del producto Made in Italy. Por lo general, en los lugares en los que la
identidad de la marca es más fuerte, más débiles son las fuerzas locales de agregación. Precisamente el sentido de la aglomeración
territorial es obtener economías a la hora de constituir la identidad de la producción sobre el territorio no sobre la marca. Por ejemplo
las fábricas de motores eléctricos de Vicenza, los cueros curtidos en Arzignano, los muebles artesanales de Cerea o Bassano tienen
una fuerte identidad con el lugar de donde provienen. Pero el lugar de producción no constituye más identidad que el producto final,
cuanto más débiles son las fuerzas de aglomeración. Por ejemplo en tejido de punto e indumentaria de marca, en Veneto, se
descentraliza hacia Rumania, y también con el calzado deportivo y con algunos componentes semielaborados del mueble, en parte de
la mecánica (Aprilia solo arma piezas construidas en otros lugares). Precisamente la camisa de Cardin o de Armani no necesita
identidad con el lugar de producción. Pero por ejemplo, necesitan esta identidad territorial, los anteojos Frescura porque si se escribe
Frescura made in China nadie los compraría. La bota de montaña Tecnica está certificada en Suiza, luego si la parte interna ha sido
realizada en China no tiene ninguna relevancia. Pero que el jarrón de Murano se haga en China tiene mucha relevancia (ver Tattara y
Volpe, 2001).

17
Existe la necesidad de una permeabilidad en la organización que les asigna a los partners de la
red una parte relevante del futuro de las demás componentes de la red y todo esto requiere
nuevas técnicas de gestión de la organización de las empresas y nuevos modelos de integración
estratégica. Los modelos de organización deben respetar por lo menos dos requisitos básicos:
1. tienen que permitir un elevado flujo informativo entre clientes y proveedores y aseguar su
continuidad; además deben garantizar que la red sea capaz de responder a las expectativas
del cliente en términos de producción y de marketing con un circuito adecuado de
feedbacks.
2. deben asegurar una reducción en los tiempos de abastecimiento y una rápida llegada a los
mercados; por lo tanto tienen que permitir:
• la gestión flexible de los eventuales cambios a aportar en los productos y de las
variaciones en los volúmenes de producción. Esto genera estructuras organizacionales
basadas en la creación de flujos informativos concernientes a productos paralelos cada
uno referido a un cliente específico o a un target de mercado. Al mismo tiempo las
estructuras funcionales del mismo tipo (administración, programación,
mantenimiento, despachos) operarán lo más cerca posible a los procesos productivos.
• reducción del stock
• aseguar el lanzamiento de nuevos productos al mercado en tiempos rápidos y en un
modo eficiente
• asegurar la calidad al interior del ciclo.
En este sentido, se releva la existencia de empresas que descentralizan al exterior cadenas
productivas enteras y que encuentran en la organización de la producción por líneas de
producto la modalidad a través de la cual conseguir una relevante flexibilidad gestional y, al
mismo tiempo, monitorear los costos de todas las líneas productivas.

2.2. Gobierno y autogobierno en los distritos: políticas para los distritos.


La relevancia que han desempeñado los distritos en el desarrollo económico italiano y su
creciente importancia, clave en la performance y en la competitividad del sistema económico
italiano, ha sido ya ampliamente reconocida y comprobada en estas últimas dos décadas a
través de los trabajos de algunos economistas industriales. Sin embargo, la importancia de esta
constatación de economía positiva todavía no encuentra respuesta en la economía normativa: el
legislador (policy maker) italiano no considera al distrito industrial como un instrumento o un
objetivo de política económica. Se reconoce, a veces, la importancia de formas específicas de
desarrollo local, pero no se asignan, por lo menos a nivel de gobierno local, recursos a los
distritos. Efectivamente la dinámica de los distritos industriales italianos frecuentemente
responde a una lógica de autorganización. Prevalece, en la gestión de los recursos, un
acercamiento bottom-up más que top-down.
En este contexto, la transferencia a los gobiernos de las Regiones de las primeras
intervenciones a favor de los distritos industriales en 199122 fue visto como el abandono de una
visión centralizada de política económica y el reconocimiento de la necesidad de una política
económica basada en la especificidad territorial. Asimismo, si bien las disposiciones
legislativas de las Regiones y las políticas económicas que siguieron resultaron muy modestas,
han sido enunciadas en base a intenciones y proyectos más que con procedimientos concretos.
El reconocimiento de la especificidad local del fenómeno se ha traducido en la necesidad de
adoptar, por parte de cada Región, disposiciones legislativas ad hoc con el objetivo de
individualizar, con criterios propios, los distritos industriales. Los esfuerzos se han dedicado a
la problemática de identificación formal de los distritos, que se ha enfrentado con las distintas
dificultades teóricas explicadas anteriormente y con la dificultad constituida por la concertación

22
Articulo 36 de la Ley 317/91, “Interventi per l’innovazione e lo sviluppo delle piccole imprese”

18
social.23
En este sentido, las experiencias locales de auto–organización han sido posteriormente
deslegitimadas. Las iniciativas se llevaban a cabo por individuos, que interpretaban el papel de
“agentes colectivos” como: representantes de asociaciones industriales, intendentes de
localidades con presencia de distritos, empresarios individuales, profesores de escuelas
profesionales, etc.. Esta actividad espontánea ha creado, en los años 90, instrumentos útiles
para la gestión y el desarrollo de los distritos, en ausencia de una formalización de los distritos
como modelos de organización de la producción. Entre estas iniciativas mencionamos como
ejemplos:
• la oferta de servicios, a través de centros y consorcios financiados por las Regiones y
Cámaras de Comercio
• la oferta de áreas industriales e infraestructuras por parte de niveles de gobierno local
• actividades de capacitación profesional, llevadas a cabo por Asociaciones de
Empresarios y Cámaras de Comercio.
• actividades de relaciones públicas a veces orientadas a promover el distrito (el Museo
dello Scapone de Montebelluna – botas de montaña)
• servicios y proyectos para la innovación, financiados con fondos públicos destinados a
la investigación (proyecto Sprint en Prato, proyecto Istrice en Sassuolo)24
Un verdadero y propio financiamiento a los distritos industriales se efectuó en 199725, con una
ley nacional que preveía fondos para los distritos industriales definidos a nivel nacional26,
fondos para la mejora de las redes informáticas y telemáticas y contribuciones a la cuenta
capital para consorcios de desarrollo industrial cuyo objetivo fuera la oferta de servicios para la
innovación y desarrollo tecnológico.
Siempre en 1991 otra disposición legislativa introdujo la definición de “Sistema Productivo
Local” como la de distrito industrial. Sustancialmente se reconoció la existencia de dos tipos
de aglomeración geográfica:
• los sistemas productivos locales, caracterizados por una elevada concentración de
empresas, incluidas aquellas con características homogéneas y con una específica
organización interna, pero no necesariamente con una producción industrial
especializada.
• los distritos industriales, con las características anteriores, pero que incluyen la
especialización industrial en un sector especifico “característico”.
Se reconoce la posibilidad de incluir en ambas definiciones las grandes y medianas empresas27
y se delega a las Regiones tanto la individualización de sistemas productivos locales y distritos,
como la responsabilidad de financiar proyectos de investigación y desarrollo de innovaciones
en ambos ámbitos territoriales.
Por lo tanto, hay una transferencia de competencias, tanto de individualización como de
política, del Gobierno Central a las Regiones.
La adopción por parte de las Regiones de las responsabilidades asignadas no ha sido rápida ni
eficaz. Emerge una interpretación más flexible y operativa por parte de las regiones, que
prefieren la predisposición de instrumentos a favor de los distritos a la definición
estadísticamente rígida de distrito industrial, como en el caso de Emilia Romagna, y una
definición operativa de distrito, como en el caso de la reciente ley sobre los distritos
industriales en fase de aprobación en el Veneto.
Esta última, precisamente, define distritos “abiertos”, en base a la afinidad industrial y
productiva. Se indica un límite mínimo de 80 empresas y 1.200 empleados, para la definición
23
En Veneto, por ejemplo, muchos tienden a definir la entera región como distrito industrial, reconociendo el carácter de una
industrialización difundida.
24
Otros ejemplos son la Ciudad de los Estudios de Biella, el Textil de Como, el Centrocot a Busto Arsizio
25
Ley 7 agosto 1997.
26
De la ya mencionada Ley 317 de 1991.
27
Con más de 250 empleados.

19
de un target de políticas de apoyo de proyectos para la innovación e investigación tecnológica,
de formación, de promoción comercial y productiva en mercados internacionales y de calidad
del medio-ambiente. Los proyectos serán cofinanciados por la Provincia y diversos entes en el
territorio del distrito.

2.3 El rol de las TICs en las redes de empresas y las políticas para las TICs
Como fue ilustrado en las secciones anteriores, el éxito de los distritos de la Terza Italia depende de
la “intensidad” de las relaciones que existen entre los agentes del sistema local. Sin considerar las
distintas especializaciones, los diversos tamaños, las distintas dinámicas de los distritos, las
diferentes intensidades de los procesos de innovación. El rasgo común a los distritos exitosos está
constituido por la pertenencia al sistema local a través de un conjunto de relaciones interpersonales:
esta representa tanto la premisa necesaria para el desarrollo de los procesos de generación e
intercambio de conocimiento en el distrito, como el factor que a lo largo del tiempo ha permitido
mantener la capacidad competitiva.
Si el conocimiento y el intercambio de informaciones constituyen el elemento clave del sistema
económico distrital, surge el interrogante de cómo hoy en día los distritos se vinculan con las
nuevas tecnologías de la la información y comunicación (TICs). En este sentido, ¿las nuevas
modalidades de comunicación e intercambio de conocimientos pueden constituir válidas
herramientas para mantener la competitividad y, por lo tanto, asegurar la sobrevivencia del sistema
distrital o, al contrario, representan un elemento de disgregación?
En otras palabras, se discute si los agentes del distritos son capaces de replicar la intensidad de las
relaciones a través de los nuevos instrumentos de comunicación o si usándolos corren el riesgo de
perder la especificidad representada por la pertenencia al sistema local. Sin embargo, hay que ver de
qué manera y con qué intensidad las “nuevas tecnologías” entran en el funcionamiento de los
distritos.
Esta temática se vincula a otros interrogantes acerca del futuro de los distritos:
1. la innovación: para mantener la tasa de innovación necesaria para enfrentar la competencia
internacional ¿es necesario adoptar instrumentos que faciliten, aceleren, extiendan las
relaciones entre las distintas fases productivas y puedan facilitar la creación de nuevas
empresas en los sectores tecnológicos?
2. la integración internacional: si las redes se hacen más largas, hasta incluir la localización y
el sourcing de fases productivas en diferentes contextos institucionales, ¿resulta oportuno
dotarse de instrumentos de comunicación susceptibles de mantener relaciones rápidas y
completas entre las distintas fases productivas?
3. las redes y la demanda de servicios, en especial servicios de logística: si la cadena de
proveedores sigue siendo siempre compleja y diferenciada, ¿resulta oportuno disponer de
servicios reales (informaciones sobre mercados, asistencia financiera, etc.) y servicios de
logística integrada que posibilta el uso de las TICs?
nuevos distritos. El sector de producción de bienes de la economía digital puede, a su vez,
asumir la modalidad distrital. Los ejemplos internacionales demuestran cómo para este sector
resulta importante el factor localización. En el caso de la Terza Italia, la ya mencionada
integración intersectorial de los distritos ubicados en territorios cercanos (mecánica y textil, por
ejemplo), puede fortalecer la vocación distrital del sistema productivo también en las
especialización del sector TICs.

Desde un punto de vista teórico, se destaca como las TICs podrian ser herramientas válidas para
fomentar la evolución de los distritos. En este sentido la preocupación de que el uso “exagerado” de
dichos instrumentos pueda disgregar los distritos, convirtiendo el conocimiento tácito en
conocimiento codificado, y por lo tanto apropiable en ámbito externos al distrito, parece una
temática vinculada más a los asuntos de competencia dinámica que a los de adopción de las TICs.

20
Sin embargo, el tamaño de la empresa puede constituir una traba: en los distritos operan medianas y
pequeñas empresas, por lo que su capacidad para usar “nuevos” instrumentos está limitada por el
tamaño organizacional. A menudo la estructura de la empresa está demasiado centrada en el dueño
y se releva la ausencia de managers que puedan impulsar y manejar fuertes cambios
organizacionales. También la gestión de las redes de empresas se desarrolla a partir de los mismos
instrumentos, es decir el sistema de relaciones personales: si la intención es abrirse a nuevas
relaciones con otras empresas que a menudo son competidores, no se les otorga mucha confianza a
instrumentos, tales como las TICs, que no se basan en relaciones personales.
Otro obstáculo está constituido por la carencia de infraestructuras y de cableado que son
significativamente inferiores a las que tienen otras áreas internacionales.
Pero, ¿qué evidencias empíricas concernientes al uso de las TICs existen en los distritos de la Terza
Italia? A propósito se releva la presencia de muchos estudios basados en entrevistas a empresas. En
el Cuadro 2 se presentan algunos datos recientes28.
Si bien en este artículo no hay espacio pera efectuar un análisis comparativo, parece interesante
ilustrar algunas evidencias empíricas:
1. no resulta evidente una mayor actitud hacia la adopción de las TICs por parte de las
empresas de los distritos con respecto a las no distritales;
2. excepto algunos casos específicos, se adoptan los nuevos instrumentos digitales, sobre todo
en las empresas más estructuradas, como respuesta obligada a un estímulo externo: es decir,
hay siempre una actitud hacia la defensa del modelo tradicional;
3. la tasa de introducción de las TICs es mayor en los sectores tradicionales: este hecho
confirma algunas afirmaciones ilustradas a lo largo de este trabajo y que apuntan a subrayar
cómo, en la interpretación de la historia de los distritos de la Terza Italia, el concepto de
sector no es claro. A menudo hay mayores tasas de innovación en los sectores tradicionales,
que adoptan nuevos procesos en las fases productivas, que en los sectores que a priori se
consideran “avanzados”;
4. raramente los proyectos integrados para el desarrollo de las TICs involucran un número
relevante de empresas del distrito. En la mayoría de los casos se trata de acuerdos entre las
empresas más dinámicas.

Cuadro 2 - Difusión de las tecnologías de red 29 (% respecto a las empresas entrevistadas)

Tecnología Lombardia Veneto


E-mail 96,2 97,3
ISDN 84,9 90,0
Corporate banking 73,6 83,6
Página Web 68,9 85,5
Redes de celulares 37,3 48,2
ERP 18,9 17,3
ADSL 16,0 12,7
EDI 11,3 9,1
Groupware 9,4 10,0
E-commerce 4,7 3,6
Videoconferencias 3,8 5,5
Fuente: Brunetti, Micelli y Minoja (2002)

De acuerdo a esta breve reflexión, parece que el rol de las TICs en los distritos de la Terza Italia
todavía tiene que definirse con claridad. Esta circunstancia probablemente constituye un síntoma de

28
Ver Fedecomin e Assinform (2002).
29
Los datos proceden de una muestra de 6 distritos, 3 para cada región. Las empresas pertenecen al database del Observatorio Tedis
(http://www.viu.unive.it/tedis): se trata de empresas distritales con una facturación mayor a 5 millones de Euros.

21
las problemáticas que quedan por definir también en los distritos de mayor éxito: reorganizar la
producción a partir de la nueva geografía de la división internacional del trabajo y acelerar el
proceso de innovación para mantener posiciones competitivas aparentemente consolidadas. Las
soluciones podrán definirse solamente con el reconocimiento de la necesidad que, en las políticas de
apertura internacional y en las políticas para la innovación, las instituciones desempeñen un rol
activo.
En la próxima sección se ilustran las interdependencias entre las distintas tipologías de políticas
económicas que requiere el desarrollo de los distritos de la Terza Italia.

3. Políticas para el desarrollo de los distritos industriales


El proceso de apertura internacional de los distritos de la Terza Italia ha conducido a la
extensión hacia el exterior de las redes de abastecimiento, a través de un aumento de las
inversiones en el exterior (IED – Inversión Extranjera Directa) para controlar mejor los nuevos
establecimientos productivos.
Los modelos de integración internacional se diferencian en base a las diferentes áreas
geográficas y a la homogeneidad de las características económicas: la descentralización
internacional de la producción que permite mantener el control absoluto sobre las operaciones
de abastecimeinto y distribución, presta especial atención al área balcánica y Mediterránea; la
integración con áreas con funciones mayormente evolucionadas tiene por destino los países
más avanzados de Europa centro–oriental; la integración horizontal de la producción se da
hacia países del este asiático.
Pero existen obstáculos precisos a la creciente tendencia hacia la internacionalización. Las
organizaciones colectivas y la espontánea organización de los distritos no emergen de un modo
simple en los procesos de apertura como ha ocurrido con la organización interna de los
distritos. Algunos casos exitosos en el contexto internacional están comenzando bajo el
esfuerzo de los distritos30, pero los problemas de carácter institucional, logístico y cultural no
son fáciles de resolver ni en modo individual, ni con el apoyo institucional.
Para consolidar la presencia de los distritos en las redes internacionales de la división del
trabajo es necesario tanto una correcta interpretación de tales procesos como la preparación de
adecuados instrumentos de política económica. Hasta hoy, la perspectiva teórica de la
internacionalización ha estado enfocada a las grandes empresas; para el reconocimiento de la
especificidad de los modelos de internacionalización de los distritos hace falta un cambio de
instituciones “pensadas” para las problemáticas de las grandes empresas a instituciones e
instrumentos adecuados a la perspectiva de los distritos.
En este sentido, se necesitan políticas económicas específicas, de nivel local, nacional e
internacional: esto porque resulta necesaria, en el proceso de “encuentro” entre sistemas
productivos locales diversos, la presencia y las acciones de los respectivos contextos
institucionales.
En el marco de esta estrategia, deberian asumir un rol importante los distintos niveles de
gobierno local: Regiones, Cámaras de Comercio, Asociaciones locales, escuelas profesionales,
Centro de Servicios etc.. El rol de dichas instituciones debería ser el de favorecer la
transformación de las actividades locales.

30
Los distritos italianos utilizan la técnica de la duplicación para extender la propia organización productiva de una manera
integrada, sea a nivel nacional (por ejemplo Treviso y Manfredonia), o a nivel internacional. En esta dirección cabe recordar algunos
ejemplos internacionales: 1) el Proyecto Uberlandia (Brasil) pera la creación de un distrito del mueble en un área rica de materia
prima (madera) para el acceso a los mercados norteamericanos y sudamericanos. En el proyecto están involucradas 16 empresas del
Nordeste italiano, reunidas en un consorcio que ha creado una joint-venture con empresas brasileñas. El gobierno local brasileño
participará en este proyecto con la preparación infrastructural de un millón de metros cuadrados; 2) el proyecto del distrito de la
madera en Rumania, en el área del Vallea, para la creación de un distrito industrial de la madera, a través de la localización de un
elevado número de empresas del noreste italiano en un área manufacturera con diferentes especializaciones productivas legadas al
sector de la madera.

22
La apertura hacia el exterior es a veces percibida, incluso en los distritos, como una amenaza:
precisamente la descentralización del proceso productivo, primera fase del proceso debería, en
cambio, considerarse una oportunidad para fortalecer la posición internacional de la producción
local, aumentando la demanda31 y liberando recursos que podrían destinarse al incremento de la
productividad y calidad. Desde un punto de vista de sistema económico local, la
descentralización se puede considerar como una estrategia de reposicionamiento internacional
de las empresas y de las economías locales, en las cuales la ampliación de la división del
trabajo constituye la base para conseguir mayores economías de escala en la creación y en el
uso del conocimiento productivo, cambiando el proceso de desarrollo de los distritos
industriales.
El proceso de descentralización no significa la perdida de actividad económica, disminución
del trabajo y de oportunidades de desarrollo, sino una nueva organización de la actividad
productiva internacional, una nueva división internacional del trabajo. A veces el estímulo
hacia la internacionalización ha sido la reducción del costo de mano de obra; pero el análisis de
los estudios de casos sobre empresas pone en evdiencia que la mayoría de los recursos locales
han sido utilizados para intensificar las fases de elaboración de elevado valor agregado. Está
confirmado empíricamente que es mayor la ocupación y el crecimiento salarial en áreas de
mayor descentralización, tanto a nivel macroeconómico (Schiattarella, 2000), como a nivel
microeconómico.
Los procesos de apertura representan una oportunidad de desarrollo también para los distritos
más importantes: las fases de producción trasladadas al exterior se sustituyen por
especializaciones productivas de mayor valor agregado, que requieren una elevada dosis de
innovación y de creatividad, y procesos de investigación y desarrollo más completos.
Por lo tanto, existe una relación directa entre los procesos de innovación y la
internacionalización, que determina el impacto de la apertura de los sistemas productivos
locales y su capacidad de desarrollo futuro.
Hoy en día, solo empresas individuales de los distritos parecen poseer la capacidad de acceder a
las redes internacionales de investigación científica; entonces resulta clave el rol de las
instituciones y de las políticas para la innovación, junto a la consideración de las necesidades
de desarrollo de los distritos, para reforzar las inversiones en la economía del conocimiento.
Activar políticas económicas dirigidas a los distritos significa actuar desde el lado de la
innovación y de la internacionalización.
Se delinea un espacio de política económica, a nivel local, caracterizado no por el trade-off sino
por la complementariedad de dichas políticas. Acompañar la internacionalización de los
distritos y fortalecer la innovación significa conferir mayores oportunidades de desarrollo a la
economía local, y también permitir el crecimiento de áreas geográficas con una performance
actual baja, que pueden constituir en el futuro una nueva demanda de bienes y servicios: las
regiones de Europa Oriental, de Asia y de América Latina pueden ser, para los distritos del
“made in Italy” y de la Terza Italia, en un primer momento destinos para la descentralización
de las primeras fases del ciclo productivo y progresivamente convertirse en áreas de verdadera
y propia integración productiva y comercial.

Bibliografía
Anastasia B. y Corò G. (1993), I distretti industriali nel Veneto, Nuova Dimensione,
Portogruaro.
Assinform (2002), Rapporto Assinform sull’informatica e le telecomunicazioni.
http://www.assinform.it.

31
Recordamos que para algunos distritos la misma descentralizacion crea oportunidades de demanda intersectorial: las relaciones en
el textil – indumentaria de Vicenza con Rumania, por ejemplo, genera exportaciones a Rumania de maquinaria para la industria
textil.

23
Bagnasco A. (1988), La costruzione sociale del mercato: Studi sullo sviluppo della piccola impresa
in Italia, Il Mulino, Bolonia.
Bagnasco A. (1999), Tracce di comunità, Il Mulino, Bolonia.
Balestri A., Cantoni A. y Lorenzon G. (2002), “Le politiche per i Distretti Industriali, Capitolo
3”, en IPI - Ministero delle attività produttive, L'esperienza italiana dei distretti industriali,
http://www.ipi.it.
Becattini G. (1989), “Riflessione sul distretto industriale marshalliano come concetto
economico”, en Stato e mercato, n. 25.
Becattini G. (1991), “Il distretto industriale marshalliano come concetto socio-economico”, en
Becattini G., Pyke F. y Sengerberger W. (eds.), In Distretti industriali e cooperazione fra le
imprese, Studi e informazioni, Banca Toscana Quaderni.
Becattini G. (1995-96), I sistemi locali nello sviluppo economico italiano e nella sua
interpretazione, Sviluppo locale 2-3:5-25.
Bellandi M. y Sforzi F. (2000), “La molteplicità dei sentieri di sviluppo locale”, en Becattini
G., Bellandi M., Dei Ottati G. y Sforzi F. (eds.), Il caleidoscopio dello sviluppo locale.
Trasformazioni economiche nell'Italia contemporanea, Rosenberg e Sellier, Túrin.
Bigarelli D. y Crestanello P. (1994), “Strategie di diversificazione e di riorganizzazione produttiva a
Carpi negli anni ottanta”, en Bellandi M. y Russo M. (eds.), Distretti industriali e cambiamento
economico locale, Rosenberg e Sellier, Túrin.
Brunetti G., Micelli S. y Minoja M. (eds.) (2002), La sfida delle tecnologie di rete: distretti
lombardi e veneti a confronto, FrancoAngeli, Milan.
Brusco S. y Paba S. (1997), “Per una storia dei distretti industriali italiano dal secondo
dopoguerra agli anni novanta”, en Barca F. (ed.), Storia del capitalismo italiano dal
dopoguerra ad oggi, Donzelli, Roma.
Brusco S. (1975), “Il convegno FLM di Bergamo sull’organizzazione del lavoro e sul
decentramento produttivo nel settore metalmeccanico”, en Inchiesta 17. Reditado en (1989),
Piccole imprese e distretti industriali. Una raccolta di saggi a cura di S. Brusco, Rosenberg e
Sellier, Túrin. (las citas se refieren a la edición de 1989).
Brusco S. (1991), “La genesi del distretto industriale. In Distretti industriali e cooperazione fra
le imprese”, en Becattini G., Pyke F. y Sengerberger W. (eds.), Distretti industriali e
cooperazione fra le imprese, Studi e informazioni, Banca Toscana Quaderni.
Cannari L. y Signorini L.F. (2000), “Nuovi strumenti per la classificazione dei sistemi locali,
en Signorini L.F. (ed.), Lo sviluppo locale. Un’indagine della Banca d’Italia sui distretti
industriali, Donzelli, Roma.
Castellani D. y Zanfei D. (2002), “Multinational experience and the creation of linkages with
local firms: evidence from electronic industry”, en Cambridge Journal of Economics.
Crestanello P. (1997), “I distretti industriali in Veneto: cambiamenti e tendenze”, en Cossentino
F., Pyke F. y Sengenberger W. (eds.), Le risposte locali e regionali alla pressione globale: il
caso dell’Italia e dei suoi distretti industriali, Il Mulino, Bolonia.
Crestanello P. (1999), L'industria veneta dell'abbigliamento. Internazionalizza-zione produttiva
e imprese di subfornitura, Franco Angeli, Milan.
Dei Ottati G. (1997), “Cooperazione e concorrenza nel distretto industriale come modello
organizzativo”, en Ferrucci L. y Varaldo R. (eds.), Il distretto industriale tra logiche di
impresa e logiche di sistema, Franco Angeli, Milan.
Federcomin, An@sin, Assinform (2002), Occupazione e formazione nell’ICT, Rapporto 2002,
http://www.federcomin.it.

24
Garibaldo F., 2002, Reti tra aziende e piccole e medie imprese, Documento de Trabajo 03,
www.ipielle.emr.it.
Gordon R. (1995), “Globalization and new production system”, en Littek W.E y T Charles
(eds), The New Division of Labour. Emerging forms of organization in international
perspective, Walter de Gruyter, Studies in Organization, Berlín y N.Y.
Graziani A. (ed.) (1969), Lo sviluppo di un’economia aperta. Esi, Napoles.
Gurisatti P., Soli M. y Tattara G. (1997), “Technical innovation in the metal-working firms in
the Veneto region“ en Industrial and Corporate Change.
Hirschman A. O. (1987), “Le connessioni nello sviluppo economico”, en Hirschmann A.O.,
L’economia come scienza morale e sociale, Liguori, Napoles.
Istat (1995), Rapporto annuale, Roma.
Istat (1997), “I sistemi locali del lavoro”, en Argomenti, n. 10. Roma.
Istat-Irpet (1986), “I mercati locali del lavoro”, en Quaderni di discussione Istat. Roma.
Iuzzolino G. (2000), “I distretti industriali nel censimento intermedio del 1996:dimensioni e
caratteristiche strutturali”, en Signorini L.F. (ed.), Lo sviluppo locale. Un’indagine della
Banca d’Italia sui distretti industriali, Donzelli, Roma.
Marshall A. (1920), Principles of economics, Macmillan and Co., Lóndres (las citas se refieren
a la edición de 1962 editada por G. Guillebaud para la Royal Economic Society).
Omiccioli M. y Signorini L.F. (2002), “L’efficienza dei distretti industriali: una risposta”, en
Economia e società regionale, n.1/2
Piore M. (1986), “Perspectives in labour market flexibility”, en Industrial Relations, 25.
Regione del Veneto (1997), Studio per l’individuazione dei distretti industriali nel Veneto. Ex
art. 36 legge 317/1991, Noviembre.
Russo M. (1996), Cambiamento tecnico e relazioni tra imprese, Rosenberg e Sellier, Túrin.
Russo M. (2002), “Complementary Innovations and Generative Relation-ships: an Etnographic
Study”, en Economics of Innovation and New Technology.
Sabel C.F. (1989), « Flexible specialization and the re-emergence of regional economies”, en
Hirst P. y Zeitlin J. (eds.), Reversing industrial decline? Industrial structure and policy in
Britain and other countries, Berg, Oxford.
Schiattarella R. (2000), “La delocalizzazione internazionale: problemi di definizione e
misurazione. Un’analisi per il settore del Made-in-Italy”, en Economia e politica industriale,
n. 103.
Sforzi F. (1995), “Sistemi locali di impresa e cambiamento industriale in Italia”, en Geotema.
Tattara G. y Volpe M. (2001), “I distretti industriali: definizioni e storia”, en Tattara G. (ed.), Il
piccolo che nasce dal grande. Le cento facce dei distretti industriali, Franco Angeli, Milan.
Tattara G. (2001), “I distretti industriali. In cerca di una definizione e di una teoria”, en
Economia e Società regionale.n.4.
Tattara G. (2002), “L’efficienza dei distretti industriali. Una risposta a Omiccioli e Signorini”,
en Economia e società regionale.n 1/2.
Wiendahl H.P. y K. Helms. (1997), “Variable production networks succesful operating”, en
Buchel A. y Schonsleben P. (eds.), Organizing the Extended Enterprise, Chapman Hall,
Londres.

25

Anda mungkin juga menyukai