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Unidades 1,2 y 3: Fase 5 - Evaluación Final Prueba Objetiva Abierta

Psicologíapolítica

Estudiantes:

Álvaro José López Código: 1007326381

Daritza Batista Avendaño Código: 57296120

Lubis Fabiana Cantillo Código: 1064706010

Julieth Paola Contreras Código: 1065872081

Grupo – 403033--158

Docente:

Evangelina Pérez Corzo

Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD

Diciembre 12 del 2019


Índice

Contenido……………………………………………………………………………Paginas

Desarrollo de las cuatro preguntas sugeridas argumentadas con base en las lecturas
sugeridas en el curso
…………………………………..…………………………………………………………...1

Pantallazo del desarrollo de las preguntas problematizadoras sugeridas en el debate grupal y


el análisis de cada pregunta en forma colectiva …………………………………… ………2

Conclusiones……….……………………………………………………………………….3

Referencias bibliográficas…………………………………………………………………..4
Desarrollo de las cuatro preguntas sugeridas argumentadas con base en las lecturas
sugeridas en el curso (mínimo tres cuartillas por cada pregunta).

Contexto. Teniendo en cuenta el resultado del plebiscito sobre los acuerdos de paz de
Colombia de 2016, desarrolle uno de los siguientes puntos.

¿Cuáles fueron las modalidades y formas de participación política?

Participar, es la acción de implicarse en cualquier tipo de actividad de forma


intuitiva o cognitiva. Una participación intuitiva es impulsiva, inmediata y emocional, en
cambio una participación cognitiva es premeditada y resultante de un proceso de
conocimiento. En este sentido, la participación política es una forma de involucrarse en
proceso de manera cognitiva, dirigida a intervenir en la designación de los gobernantes y / o
políticos e influir en ellos para con respecto a las políticas públicas. Una de las formas de
participación política más conocidas es el voto, caracterizado por mucha presión sobre el
gobierno, relativamente poca información sobre el objetivo de los votantes, resultado
colectivo, alto grado de conflictividad, poca iniciativa personal y por no requerir de
cooperación con otras personas. Comprende actividades como sufragar en elecciones
nacionales, regionales y locales, plebiscitos y referendo.

El plebiscito como mecanismo de participación ciudadana, es el pronunciamiento del


pueblo convocado por el Presidente de la República, mediante el cual apoya o rechaza una
determinada decisión del Ejecutivo. Como primer paso, la Ley 134 de 1994 indica que “El
Presidente deberá informar inmediatamente al Congreso su intención de convocar un
plebiscito, las razones para hacerlo y la fecha en que se llevará a cabo la votación, la cual
no podrá ser anterior a un mes ni posterior a cuatro meses, contados a partir de la fecha en
que el Congreso reciba el informe del Presidente”. Esta solicitud deberá ir acompañada con
la firma de todos los ministros. La Cámara de Representantes y el Senado de la República
procederán a estudiar las razones del Presidente, para lo cual cuentan con un periodo
máximo de un mes para rechazar la iniciativa. De no ser así el Presidente de la República
convocará a votación el plebiscito. En un plebiscito sólo se pueden someter a votación, las
políticas que no requieren de la aprobación previa del Congreso de la República, a
excepción de las relacionadas con los estados de excepción y el ejercicio de los poderes
correspondientes. Así mismo, la elección para un plebiscito no puede coincidir con otra
elección.

El 18 de julio de 2016, la Corte Constitucional aprobó el plebiscito para que los


colombianos validasen el acuerdo de paz, firmado el 26 de septiembre en Cartagena de
Indias. De allí que el plebiscito sobre los acuerdos de paz de Colombia el domingo 2 de
octubre de 2016, fue un mecanismo de refrendación o forma de participación política para
aprobar los acuerdos entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC). Estos acuerdos estaban constituidos por los
siguientes puntos: la reforma rural, la participación política, el cese al fuego y hostilidades
bilateral, la solución al problema de las drogas ilícitas, sobre las víctimas y los mecanismos
de implementación y verificación. El propósito principal de esta consulta, era que todos los
Colombianos expresáramos nuestra aprobación o rechazo a los acuerdos que se firmaron
entre el gobierno y las FARC en La Habana (Cuba). La papeleta de votación constó de una
pregunta para que los votantes puedan aprobar o rechazar lo firmado en los acuerdos de
paz: ¿Apoya el acuerdo final para la terminación del conflicto y construcción de una paz
estable y duradera? Para que el acuerdo fuese válido, el Sí debería llegar al menos al 13%
del censo electoral (4 396 626 votos), y superar en número de votos al No. A esa fecha
gano el NO.

Las modalidades y formas de participación de la política fueron en algunos sentidos


apoyar el SI y otros el NO, estos partidos políticos usaron como modalidades el uso de
campaña a nivel del todo el territorio nacional por la opción que les convenía, un ejemplo
claro de esto es el partido político centro democrático y el expresidente Álvaro Uribe Vélez
que estaban en contra de este proceso y realizaron una gran campaña para que los
colombianos votaran por el NO, logrando la Victoria, en la actualidad se han visto muchos
cambios en la política, grandes efectos que ha dejado esta victoria al día de hoy es que el
uribismo volvió a retomar el poder y la guerrilla paso a hacer parte de partido político, así
mismo la elección del hoy presidente Iván Duque ya que se demostró con los 10 millones
de votos que era efecto del No su elección, la creación de nuevas fuerzas políticas también
salieron a relucir como es el caso del voto cristiano los cuales estaban a favor del NO,
neutralizando el apoyo de la iglesia católica al acuerdo, otro de los cambios vistos son el de
las instituciones creadas a partir del acuerdo de paz con las Farc quedaron con un manto de
duda que los promotores del No se han encargado de fortalecer. El ejemplo más claro es el
de la JEP, al punto en que la posibilidad de acabarla, no se ha ido del todo y todavía exigen
reformas.

¿Cómo se adelantó los procesos de socialización política?

El plebiscito sobre los acuerdos de paz de Colombia de 2016 fue el mecanismo de


refrendación para aprobar los acuerdos entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Las votaciones fueron
programadas para el domingo 2 de octubre de 2016.

El objetivo de esta consulta era que la ciudadanía expresara su aprobación o rechazo a los
acuerdos que se firmaron entre el gobierno y las FARC en La Habana. Para que el acuerdo
fuese válido, el «Sí» debería contar, al menos, con el 13% del censo electoral (4 396 626
votos), y superar en número de votos al «No». El resultado fue una victoria del «No». Vale
mencionar que, aunque ganó el "NO" a la firma de los "acuerdos de paz", el Gobierno en
cabeza de Juan Manuel Santos tuvo que «renegociar» el acuerdo considerando objeciones
de los opositores al acuerdo. Según un reciente estudio, una de las razones que pudo haber
explicado la victoria del «No» es la dificultad de comprender el material escrito de estos
acuerdos, pues su redacción solo puede ser comprendida por una persona con al menos 19
años de educación formal, lo cual es equivalente al haber culminado estudios de posgrado.

El presidente Juan Manuel Santos, impulsor de los diálogos con las FARC, anunció el
apoyo al Plebiscito. Los partidos políticos que se pronunciaron a favor son el gobernante
Partido Social de Unidad Nacional y el Partido Cambio Radical. El Movimiento Político
MIRA inscribió Comité Promotor apoyando el Sí al Plebiscito sobre los Acuerdos entre el
Gobierno colombiano y las FARC. También el movimiento de Gustavo Petro inscribió
Comité por el Sí.
En mayo de 2013 los equipos negociadores anunciaron el logro del primer acuerdo
temático, el agrario. La lógica de construcción de los acuerdos fue incremental, módulo por
módulo, haciendo hincapié en que la paz solo se firmaría cuando el texto completo
estuviera listo. En palabras de Humberto de La Calle, jefe de la delegación del gobierno:
“Nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Una vez terminadas las negociaciones
y firmada la paz se presentaría el paquete final y completo al electorado colombiano para
que lo conociera y aprobara vía plebiscito. Desde el primer momento el gobierno controló
fuertemente el flujo de información sobre los avances del proceso en La Habana,
distribuyendo información a través de comunicados y voceros autorizados única y
exclusivamente. El año 2015 fue particularmente difícil para el proceso, como bien lo
anotaron Wills Otero y Hoyos (2016) en su artículo en esta revista el año pasado: la ruptura
de la tregua y los enfrentamientos entre el ejército y algunos frentes guerrilleros generaron
mucha tensión. Paralelo a las dificultades sobre el terreno, la mesa de negociación en Cuba
también atravesó momentos tensos al abordar temas particularmente espinosos: las
discusiones sobre víctimas y justicia transicional. En medio de creciente controversia, a
mediados de 2015 la mesa anunció el acuerdo sobre comisión de la verdad, la convivencia,
la no repetición y en agosto se anunció el acuerdo sobre la Jurisdicción Especial para la Paz
(JEP), que contiene los puntos centrales del marco jurídico para la verdad, la justicia, la
reparación y la no repetición del conflicto. La JEP estará conformada por magistrados
nacionales y extranjeros y tendrá su propio cuerpo investigativo. Una vez creada y
escogidos sus jueces, a la JEP acudirán los miembros de las FARC desmovilizados, los
civiles, uniformados y los agentes del Estado que estén involucrados o relacionados con
faltas por motivo del conflicto armado.

El 2016, el cuarto año de las negociaciones, arrancó entonces con dos grandes pendientes
sobre la mesa: por un lado, la definición de detalles importantes sobre el fin del conflicto y,
por el otro, la refrendación popular de los acuerdos. La firma de los acuerdos se había
programado para marzo de ese año pero el cronograma tuvo que reajustarse para dar más
tiempo a la discusión de la dejación de armas, el proceso de reinserción y las zonas de
ubicación (lugares donde las FARC se ubicarían de manera transitoria durante el proceso de
desmovilización). Mientras estas discusiones se daban, la controversia sobre los detalles de
la JEP se hizo particularmente aguda. Para algunos de sus críticos, la JEP es demasiado
poderosa; para sus detractores (un grupo importante) este marco jurídico no es otra cosa
que garantía de impunidad para las FARC. La culminación de las negociaciones y la
refrendación popular de los acuerdos se sucedieron en un corto lapso en la segunda mitad
de 2016, tras varios años de diálogos herméticos y una etapa final que, como vimos, fue
controversial. Septiembre y octubre, en especial, fueron meses muy movidos. En
septiembre, se celebró la última conferencia de las FARC, se anunció el cese al fuego
bilateral y se firmaron los acuerdos en una fastuosa ceremonia en Cartagena. El tono
celebratorio de este evento daba casi por sentado que el resultado en las urnas sería la
aprobación de los acuerdos. El 2 de octubre, a solo días del mego evento en Cartagena, se
llevó a cabo el plebiscito por la paz. Los colombianos fueron llamados a las urnas para
responder “sí” o “no” a la pregunta: ¿Apoya el acuerdo final para terminación del conflicto
y construcción de una paz estable y duradera? Ni el equipo de gobierno, con el Sí, ni los
partidarios del No, vieron venir la victoria electoral de esta última opción.

La victoria del No fue muy apretada: superó al Sí por apenas 0,43% del total de los votos
con 62% de abstencionismo. En los días y semanas que siguieron al 2 de octubre, diversos
analistas colombianos aportaron insumos para empezar a comprender estos resultados.
Podemos dividir estos elementos de análisis para la victoria del No en dos grupos: de un
lado, están quienes hicieron hincapié en factores estructurales como pobreza, inequidad, la
división urbano/rural, presencia estatal e incidencia del conflicto. De otro lado, están los
análisis que pusieron el acento en elementos más políticos y de corte coyuntural como
determinantes por ejemplo, las maquinarias electorales o la importancia del uribismo. Está
claro que no hay una única y fácil explicación para lo sucedido. Considero que es necesario
pararse en la intersección de lo estructural con lo político para entender qué pasó con el
plebiscito. Para avanzar en esa dirección, comienzo por hacer una síntesis que resalta
algunas características sociodemográficas clave que emergen de los análisis descriptivos de
la votación a nivel departamental y municipal. Mi interés es conectar estos patrones macro
con las dinámicas políticas más circunstanciales. En el apartado final pongo el acento en la
importancia de la campaña política previa a la votación.

Los partidarios del No diseñaron una campaña que buscaba generar rechazo e indignación.
En una entrevista días después del plebiscito, el jefe de campaña del No, Juan Carlos Vélez,
fue claro al decir: “Estábamos buscando que la gente saliera a votar verraca [enfurecida]”, y
explicó la premisa central de la campaña, sugerida por asesores extranjeros, así: “Ellos [los
del Sí] van a apelar a la esperanza. Ustedes [los del No] tienen que apelar a la indignación.
Dejen de explicar los… acuerdos (…)”. El objetivo era movilizar votos de manera emotiva,
vinculando los acuerdos y el Sí con ítems polémicos de la agenda política que eran
particularmente relevantes para ciertos grupos. Los temas clave fueron, entre otros, la
gestión del presidente Santos (cuyos índices de aprobación han venido en declive, ver
Gráfico 1 en el texto de Rodríguez Raga en este volumen), la reforma tributaria que se
discutía por esos días en el Congreso y el enfoque de género como un ataque a la familia
tradicional.

El 2016 fue un año histórico para Colombia, al cerrarse el proceso de negociaciones con las
FARC y firmarse los acuerdos de paz de La Habana. En este texto presenté un análisis de
los pormenores del cierre de las negociaciones, concentrándome en proponer claves para
entender la victoria del No en el plebiscito que pretendía refrendar los acuerdos por la vía
popular. Mi argumento central es que para entender la apretada victoria del No es necesario
pararse en la intersección de lo estructural (los niveles de pobreza, inequidad, presencia
estatal e incidencia del conflicto a nivel municipal) con lo político (en especial, las
características de la campaña electoral). A pesar de los resultados del plebiscito, el proceso
de paz siguió adelante tras la refrendación de los acuerdos de paz a través del Congreso. La
derrota del Sí reconfiguró el panorama político nacional fortaleciendo políticamente a los
sectores que apoyaron al No, especialmente al uribisimo. Más allá de lo coyuntural, la falta
de consenso frente a la paz negociada dejó al proceso de paz con un déficit de legitimidad
política que plantea muy serios desafíos a la implementación y a la consolidación de los
acuerdos de La Habana.

¿Qué factores orientaron la conducta de voto y la construcción de la opinión pública?

Si bien es cierto que el proceso de paz era el tema de agenda nacional, desde su
inicio la MOE alertó sobre la falta de conocimiento de la ciudadanía sobre lo que se iba a
votar, y que conducía a estar en un contexto donde era muy probable que información
descontextualizada o exagerada apareciera y fuera compartida por la Ciudadanía.
En general, para la MOE, la alerta dada giraba en torno al poco tiempo de campaña
pedagógica y a los mensajes tergiversados que se estaban generando a través de las distintas
campañas. Esto fue alertado en comunicado de prensa sobre riesgos electorales el 12 de
agosto de 2016 (un mes y 20 días antes del proceso electoral) y en donde la directora de la
MOE señalaba “La incertidumbre que genera la falta de reglas claras para las campañas, los
altos niveles de polarización e intolerancia entre las diferentes posturas y la falta de
información veraz, son factores de riesgo electoral que están caracterizando este proceso y
que se suman a los expuestos hoy”. De los Riesgos Electorales del Plebiscito a Catalina
Botero, ex relatora para la Libertad de Expresión de la CIDH, para abrir el debate sobre la
necesidad de una participación informada durante la campaña.

Esta alerta dada, y replicada de manera masiva a través de los medios de comunicación
quedó demostrada el 5 de octubre (tres días después de la jornada electoral) en donde el
gerente de campaña de uno de los grupos promotores nacionales del NO más reconocido,
confirmó en entrevista al diario La República, que se utilizó como estrategia deliberada
para ganar las elecciones, la tergiversación y mensajes que no pretendían explicar los
acuerdos, sino “indignar” a la gente para que votara “emberracada”. Al mismo tiempo
explica como segmentaron la campaña con mensajes emocionales evidentemente
discutibles de cara al contenido.

Las variables que inciden en la decisión electoral de los individuos, cabe destacar en primer
lugar los factores de carácter económico. De este modo, han sido numerosos los autores que
han señalado la importancia de la relación entre la situación económica y la intención de
voto (Tufte, 1978; Kiewiet y Ri- vers, 1984; Chapell y Keech, 1985; Hibbs, 1987;

Lewis-Beck, 1988; Markus, 1988; Paldam, 1991; Nannestad y Paldam, 1994; Álvarez y
Nagler, 1995; Álvarez y Nagler, 1998a; Álvarez y Nagler, 1998b; Swank y Eisinga, 1999).
En particular, Stokes (2001) sostiene que los individuos asocian la persistencia de la
situación económica general a la continuidad del gobierno saliente, y votan en
consecuencia. Así mismo, los trabajos de Kinder y Kiewiet (1979) y Álvarez y Nagler
(1998b) indican que la evaluación agregada de la situación económica ejerce una mayor
influencia en la decisión electoral que las condiciones personales del individuo. Este
planteamiento es coherente con la teoría del ‘voto expresivo’ (Buchanan, 1954; Tullock,
1971; Brennan y Lomas- ky, 1993), según la cual la elección estará guiada por la utilidad
personal directa únicamente cuando se percibe que se puede influir de forma relevante en el
resultado electoral, situación poco probable en unos comicios masivos. Así, puede
deducirse la siguiente hipótesis:

En la decisión de voto de los individuos ejerce una mayor influencia la evaluación agregada
de la situación económica que las circunstancias de bienestar personales de cada individuo.

En cuanto a la forma en la que la situación económica incide en la decisión electoral, de


acuerdo con la teoría del procesamiento de la información los individuos solo abordarán la
consideración extensiva de toda la información disponible para su opción de voto cuando
exista un alto grado de implicación en la misma (Petty y Cacciopo, 1986).

Se debe tener en cuenta que cualquier intento por comprender y analizar la relación entre la
opinión pública, los medios de comunicación y el proceso de paz debería partir de
reconocer que hay elementos coyunturales y estructurales que inciden en la formación de
las actitudes frente al conflicto y el proceso. Estos elementos pueden resumirse en: 1.
Duración prolongada del conflicto, 2. Diversidad interpretativa de la naturaleza del
conflicto, 3. Evolución/estancamiento ideológico de los actores del conflicto, 4.
Polarización política en torno a las soluciones del conflicto, 5.Predominio de medios
privados nacionales en la construcción mediática de la realidad, 6. Creciente movilización
ciudadana en torno a las alternativas frente al conflicto, 7.Variabilidad geográfica del
impacto del conflicto sobre la población, 8. Participación de gobiernos extranjeros en el
proceso de paz, 9. Hermetismo y discreción en el proceso previo a los diálogos y en el
desarrollo de los mismos, 10. Capacidad de generar impacto mediático de los actores
involucrados a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

La noción de paz que respaldan las actitudes ciudadanas quizás esté más orientada a
permitir el regreso de los guerrilleros a la vida civil, buscar las transformaciones para un
orden social y económico más justo, pero sin la posibilidad de que estos sectores
reincorporados participen electoralmente en la disputa por el poder. Una segunda razón
para explicar esa doble tendencia radica en la poca confianza de los encuestados frente a los
compromisos que pueda asumir la guerrilla de las FARC como consecuencia del proceso de
paz.

Los ciudadanos o el electorado son consultados sobre la toma de decisiones políticas o la


realización de actos de gobierno-administrativos, no de carácter legislativos. Así, se trata de
una manifestación democrática, un mecanismo de participación ciudadana cuyo objeto es
consultar a los ciudadanos para que para que expresen su aprobación o rechazo sobre la
realización de actos o decisiones del Ejecutivo considerados trascendentales para el orden
público y el interés social. Tratándose del plebiscito municipal, la consulta versa sobre
actos o disposiciones de carácter administrativo que impliquen la realización de obra
pública o enajenación del patrimonio municipal.

Sin duda, el plebiscito es una genuina manifestación de democracia directa, es una forma de
votación que también se conoce como la ley de la gente que surge de la necesidad de
legitimar las decisiones gubernamentales y los regímenes políticos sobre la base de la
capacidad de participación política de la ciudadanía, que ponen en la mesa de discusión, la
conveniencia de buscar mecanismos que integren estas formas de democracia a nivel
federal.

Los ciudadanos participen por alguna vía, que les permita controlar esos actos,
reduciéndose por tanto su interacción en asuntos, que pueden ser de naturaleza tal, como la
seguridad pública nacional y estatal, o de impacto diplomático con el subsecuente
compromiso de toda la Nación frente a una situación determinada.

¿De qué manera los medios de comunicación masiva ejercieron influencia sobre los
resultados?

La naturaleza social de lo humano, su imperativa forma de vida colectiva y sus


propias formas históricas de organización y convivencia hacen que lo político sea una
necesaria dimensión constituyente y constitutiva de la experiencia humana [...] como tal, es
una condición que no nos es optativa sino consustancial a nuestra antrópica naturaleza
social [...] (Sánchez 2008, 4)Evidentemente, muchos de estos interrogantes fueron, son y
serán, motivo de controversia y debate, tanto del mundo político, como de la academia y de
los medios de comunicación. Algunos de estos interrogantes, sobre todo aquellos que
tienen que ver con la democracia, fueron evidentemente una preocupación de la Misión de
Observación Electoral y su respuesta hace parte de distintos informes, alertas y estudios ya
publicados. Hoy sumamos a esas investigaciones uno de los estudios más desafiantes que
hayamos podido adelantar: analizar el Plebiscito de Refrendación de los Acuerdos de Paz
desde el seguimiento 1 Mirar en la página Web www.moe.org.co la pestaña que tiene que
ver con los Mecanismos de Participación Ciudadana. 12 Medios de Comunicación y
Plebiscito de Refrendación de los Acuerdos de Paz sistemático de noticieros de radio y
televisión, impresos y medios digitales, y por primera vez, las redes sociales. A modo de
contexto, podríamos comenzar anotando que en el primer documento del Acuerdo General
del proceso de negociación que se desarrolló entre el Gobierno Nacional y las FARC
incluyó, en su sexto punto, la obligación de realizar un proceso de refrendación ciudadana
de lo pactado entre las partes a través del Acuerdo Final. De esta manera se recurrió al
plebiscito como el mecanismo ideal para cumplir con los criterios de exigibilidad de los
resultados, eficacia y por, sobre todo, la capacidad de plantear el asunto de “refrendación de
los acuerdos” a consulta ciudadana. Este mecanismo surtió modificaciones especiales como
el umbral de participación, la participación en política de servidores públicos y algunos
criterios generales de divulgación y campaña. Desde el punto de vista comunicativo es
importante señalar el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC tomaron la decisión de
entregar información a la opinión pública de lo acordado, solamente cuando cada punto
tenía un consenso completo. Esta dinámica de picos enormes de información, seguidos por
largos periodos de tiempo de silencio, incentivó evidentes y obvios climas de
desinformación, especulación basada en filtraciones e interpretaciones lógicas pero
parcializadas de los temas. Al mismo tiempo, bajo la premisa de que “nada está acordado,
hasta que todo esté acordado”, la capacidad de la sociedad civil e incluso de los medios de
comunicación, de hacer pedagogía sobre los contenidos de los Acuerdos se tornó en una
tarea de explicar desde la incertidumbre. Esto cambió una vez fue firmado el Acuerdo Final
e iniciado el proceso de refrendación, en donde de manera real comenzó el debate político
entre las posturas del Sí a los Acuerdos de La Habana y del No, que representaba a quienes
esta negociación les parecía lesiva para el país. Es justamente en este espacio del 24 de
agosto (una vez anunciado el plebiscito) hasta el 9 de octubre de 2016 (una semana después
de la votación) cuando la plataforma de 21 universidades monitoreó 44 medios de
comunicación.El objetivo de esta consulta era que la ciudadanía expresara su aprobación o
rechazo a los acuerdos que se firmaron entre el gobierno y las FARC en La Habana. Para
que el acuerdo fuese válido, el «Sí» debería contar, al menos, con el 13% del censo
electoral (4 396 626 votos), y superar en número de votos al «No». El resultado fue una
victoria del «No». Vale mencionar que, aunque ganó el "NO" a la firma de los "acuerdos de
paz", el Gobierno en cabeza de Juan Manuel Santos tuvo que «renegociar» el acuerdo
considerando objeciones de los opositores al acuerdo. Según un reciente estudio, una de las
razones que pudo haber explicado la victoria del «No» es la dificultad de comprender el
material escrito de estos acuerdos.Las negociaciones para el acuerdo de paz se iniciaron el
26 de agosto de 2012 en La Habana, entre el Gobierno colombiano y las FARC, y
concluyeron el 24 de agosto de 2016.

Los acuerdos abarcan sobre la reforma rural, la participación política, el cese al fuego y
hostilidades bilaterales, la solución al problema de las drogas ilícitas, sobre las víctimas y
los mecanismos de implementación y verificación.

El 18 de julio de 2016, la Corte Constitucional aprobó el plebiscito para que los


colombianos validasen el acuerdo de paz, firmado el 26 de septiembre en Cartagena de
Indias.

La papeleta de votación constó de una pregunta para que los votantes puedan aprobar o
rechazar lo firmado en los acuerdos de paz: « ¿Apoya el acuerdo final para la terminación
del conflicto y construcción de una paz estable y duradera?».

Finalmente, y después de una gran incertidumbre frente al resultado final, ganó el NO al


acuerdo. La abstención para esta ocasión fue del 62,59%, cifra alta al considerar la
posibilidad social participativa que se ofrecía sobre el acuerdo como fin
mediático.El presidente que para ese momento ere Juan Manuel Santos, impulsor de los
diálogos con las FARC, anunció el apoyo al Plebiscito. Los partidos políticos que se
pronunciaron a favor son el gobernante Partido Social de Unidad Nacional y el Partido
Cambio Radical. El Movimiento Político MIRA inscribió Comité Promotor apoyando
el Sí al Plebiscito sobre los Acuerdos entre el Gobierno colombiano y las FARC. También
el movimiento de Gustavo Petro inscribió Comité por el Sí.
No
El senador y expresidente Álvaro Uribe manifestó su apoyo al No en el plebiscito. El
partido político Centro Democrático, dirigido por el expresidente hoy Senador Álvaro
Uribe, se pronunció en contra del acuerdo final. El pueblo o Constituyente Primario voto
NO en el plebiscito, a la firma de los acuerdos de Paz entre FARC y Gobierno Juan Manuel
Santos. La guerrilla de las FARC a través de su comandante en jefe alias Timochenko se
expresó en contra del resultado de voto popular en contra de los acuerdos firmados entre la
guerrilla y el gobierno, lo consideró una victoria política de guerreristas, que no afectaba en
nada la aplicación de lo acordado y expresó que lo firmado por el presidente se encuentra
vigente al ser suscritos con anterioridad del plebiscito y depositado como un acuerdo
especial en el marco de los Convenios de Ginebra. Algunos partidos se deslindaron de las
posiciones de Timochenko al considerar la vigencia del no en el plebiscito ajustándose a la
ley estatutaria y al acto legislativo 1 de 2016.El gobierno consideró que
independientemente de lo decidido por el pueblo iba a continuar con el proceso y pidió un
pacto nacional de las fuerzas políticas a favor del acuerdo.El 5 de octubre, en Bogotá,
decenas de estudiantes salen a las calles a protestar en contra del resultado obtenido en el
plebiscito.La interpretación del término «ideología de género» ha sido una de las causas
atribuidas a la victoria del NO. En el texto del acuerdo final, la palabra "género" aparece
111 veces. Sin embargo, tal como lo señala el artículo no debe ser confundido con la
equidad de género, aspecto en el cual incide el acuerdo.En las urnas, el "No" se impuso por
muy estrecho margen en el plebiscito por el acuerdo de paz alcanzado entre el gobierno de
ese país y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Buena parte del mundo se preparaba para saludar el fin de la guerra en Colombia, pero los
resultados de la votación muestran que la añorada paz con ese grupo armado será más
difícil de alcanzar de lo que se pensaba.Seis millones y medio de colombianos le dijeron
"No" al acuerdo que se trabajó durante casi cuatro años en La Habana.
En criterio de la profesora universitaria y periodista Ana Cristina Restrepo, el No
mayoritario al acuerdo es el triunfo del miedo, "el gran elector en Colombia".
 Los rostros en Colombia tras el resultado del plebiscito por los acuerdos de paz
 La desolación de los que votaron por el “Sí” en el plebiscito en Colombia. "No fuimos
capaces de dar el paso. Volvimos al mismo punto de 1982, cuando se empezó a negociar
con las FARC", le afirmó la periodista a BBC Mundo.
Sin embargo, los colombianos que votaron en contra del acuerdo entre el gobierno y la
guerrilla creen que se trata de "un triunfo de la justicia". "Triunfó la verdad, porque en los
acuerdos había manipulación. Nosotros no queremos que las FARC tengan un espacio
políticoque no merecen", señaló Castañeda. La contadora añadió que las FARC forjaron su
recorrido "con secuestros, asesinatos y narcotráfico". "Eso Colombia no lo ha olvidado".
Una de las partes más cuestionadas del acuerdo fue la garantía al partido político en el que
se convertirían las FARC, de cinco escaños en el Senado y cinco en la Cámara de
Representantes para los dos siguientes períodos legislativos. Otras objeciones se centraron
en que los culpables de crímenes de guerra y de lesa humanidad -tanto de las FARC como
de las fuerzas del Estado- no necesariamente irían a la cárcel. Sin embargo, el rechazo en el
plebiscito al acuerdo no significa que en Colombia quieren que la guerra continúe.

Así lo señalaron los entrevistados por BBC Mundo que apoyaron el Sí y el No en las urnas.
"El No al plebiscito no es un no a la paz, ni se puede considerar así. Hay que hacer una
sumatoria que permita que la terminación del conflicto goce de un mayor respaldo", le
explicó a BBC Mundo Victor G. Ricardo, quien encabezó las negociaciones del gobierno
con las FARC durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002).
Pantallazo del desarrollo de las preguntas problematizadoras sugeridas en el debate
grupal y el análisis de cada pregunta en forma colectiva (foro colaborativo)

Pantallazo del estudiante Álvaro José Lopez

Pantallazo de la estudiante Daritza Batista Avendaño


Pantallazo de la estudianteLubis Fabiana Cantillo

Pantallazo de la estudiante Julieth Paola Contreras


Presentación PPT del desarrollo de las preguntas por cada estudiante

https://prezi.com/p/rjzhpkdw2ep3/?present=1
Conclusiones

Finalizado este proceso de aprendizaje de todas las unidades aprendidas en este


importante curso como grupo podemos decir, que este curso nos amplió los conocimientos
sobre los aportes valioso que realiza la psicología al mundo de la política tales como son los
fundamentos teóricos, epistémicos y metodológicos de la Psicología Política, que permita
analizar los fenómenos sociales y la interacción con los procesos psicosociales con relación
en su accionar en determinados fenómenos sociopolíticos. Sin dejar de un lado lo que
significa la psicología política la cual es una disciplina que estudia la toma de decisiones
políticas y que surge en una zona de confluencia entre la Psicología y otras ciencias
humanas y sociales. Es esencial para comprender la psicología del votante, para saber
cuándo, por qué y cómo decide su voto.Por más de 60 años, Colombia ha estado sumergida
en un contexto donde las armas y la crueldad han sido protagonistas. Así, se ha consolidado
un conflicto armado que ha traído silencios inducidos, injusticias enterradas y
desesperanzas sociales que se expresan en la cotidianidad de la cultura del país.

También fue posible abordar temáticas que se relacionan directamente con la


psicología política Como lo es la trasformación social, contacto social, toma de
decisiones, en la cuales se debería trabajar desde lo interno, tomando ideales propios los
que beneficien a la sociedad e impulsen el progreso, por ello el abordar temáticas como
ésta hace que se vea el contexto político desde perspectivas más humanas y de
transformación.
Referencias bibliográficas

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