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¿Existe un núcleo de carácter práctico en

la macroeconomía?

- JAVIER MINGO Y JOSÉ BELLVER –

Noviembre 2007

Master de Economía Internacional y Desarrollo


Universidad Complutense de Madrid

Abstract:

Desde el consenso logrado en los años 1950 con la integración de las


ideas que Keynes plasmó en su Teoría General, junto con las de los
economistas anteriores, (lo que Samuelson denominó Síntesis Neoclásica)
surgieron multitud de teorías y modelos, que por una parte
complementaban y por otra contradecían dicho consenso. Ello hace que
hoy nos planteemos si existe o no un núcleo práctico en la macroeconomía
en el que los economistas podamos todavía estar de acuerdo. Para ello
hemos analizado cuatro artículos de economistas de reconocido prestigio,
los cuales tratan precisamente de responder a la cuestión. Para el análisis,
primero hemos trabajado los textos de manera individual para
posteriormente recapitular los puntos de consenso y de controversia entre
los autores.

Código JEL: E00


COMENTARIOS INDIVIDUALES

Is there a core of practical Macroeconomics


that we should all believe?
- Alan S. Blinder -

El autor

Alan Stuart Blinder, nacido en 1945, es un reconocido economista


americano. Graduado cum laude en la Princeton University en 1967 y
doctorado por el MIT en 1971, Blinder formó parte del Consejo de
Asesores Económicos del presidente Clinton, y posteriormente fue asesor
del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, John Kerry,
además de Vicepresidente del Consejo de Administración de la Reserva
Federal.

Ha escrito numerosos textos académicos (libros y artículos) además de un


manual de economía, cuya venta fue muy extendida en Estados Unidos. Por
otro lado participa frecuentemente en medios de comunicación como
periódicos, revistas de economía, e incluso cadenas de televisión
americanas.

Alan Blinder ha sido presidente de la Eastern Economic Association,


vicepresidente de la American Economic Association y es miembro tanto
de la American Academy of Arts and Sciences como de la American
Philosophical Society.

El artículo

A pesar de su imperfección por los errores en los que se pueda


incurrir y de las cuestiones que puedan quedar por resolver, para Alan
Blinder, sigue existiendo un núcleo práctico en la macroeconomía en el que
se pueda creer. Para llegar a ese modelo, el autor analiza los siguientes
elementos, considerados como núcleo en la mayoría de los manuales de la
materia, destacando finalmente lo que él considera el único núcleo práctico
de la macroeconomía en el que se pueda creer:

1. La curva IS, según la cual se determina el equilibrio en el mercado de


bienes, obteniéndose así la renta real y el tipo de interés real. El problema

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de ésta reside esencialmente en la falta de evidencia empírica acerca de
sensibilidad de la inversión frente a las variaciones del tipo de interés. A
pesar de ello, sigue existiendo cierta evidencia empírica acerca de la
relación negativa entre output y tipo de interés, la cual se explica
sobretodo, según Blinder, por el consumo de vivienda o bienes duraderos
como los automóviles (estos suelen pagarse en el primer caso a través de
hipotecas y en el segundo a través de créditos) explicándose así la
pendiente negativa de la IS. A pesar de ello requiere mejoras.

2. La curva LM, según la cual se determina el equilibrio en los mercados


financieros, ya no juega ningún papel en el análisis de las políticas
económicas debido a los fuertes desequilibrios en la oferta y demanda de
dinero desde hace unos cuantos años. Esto se ha debido a la gran
innovación y consecuente aceleración en los movimientos financieros. Así,
se pasa a asumir que es el banco central quien controla a corto plazo los
tipos de interés; pero lo que afecta realmente al consumo es el tipo de
interés a largo plazo, lo cual invalida la vigencia de la curva LM.

3. La oferta agregada y la demanda agregada. Aquí el problema reside


en la falta de existencia empírica en la presunción del rápido ajuste de los
precios frente al lento ajuste de los salarios. Según Blinder, la evidencia
empírica demuestra que ambos son rígidos, y ello lleva a una discusión
pendiente acerca del porqué de la rigidez de los precios.

4. La curva de Phillips sin embargo, según la cual la tasa de inflación


varía negativamente en función de la tasa de desempleo, ha funcionado
perfectamente en los últimos años según el autor, aunque reconoce que sólo
en Estados Unidos, pero merece un lugar destacado en tal núcleo de la
macroeconomía práctica.

5. La ley de Okun, según la cual se relacionan de forma inversa la


variación del desempleo y el crecimiento del PIB, es el otro elemento
sólido en lo empírico, y sobre el cual parece haber pleno consenso. Es por
lo tanto una herramienta válida y vigente.

Así pues, el modelo central de la macroeconomía que defiende


Blinder se basa en los siguientes cuatro elementos principales, que al fin y
al cabo concibe más como creencias en las que podamos estar de acuerdo
más que en normas debidamente establecidas:

1. Los precios y los salarios son determinados a corto plazo y


evolucionan según las ecuaciones de Phillpis.
2. La producción es determinada por la demanda a corto plazo.

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3. La demanda agregada responde a las políticas fiscales de forma
directa y es sensible al tipo de interés, el cual responde a las políticas
monetarias a corto plazo.
4. La ley de Okun se mantiene tal cual.

A esto último, Blinder añade un breve análisis de las expectativas y


de los plazos en los tipos de interés. En lo relativo a las expectativas,
considera que estas son ubicuas en los comportamientos económicos, pero
que aún tras la revolución que se produjo en los años 1970 con las
expectativas racionales, estas tienen todavía un trecho que recorrer por
delante hasta poder aportar una base teórica más sólida sobre las mismas a
la economía. Así, reconoce el carácter no observable, o por decirlo de otra
forma, no fácilmente materializable en el análisis, de las expectativas, a
pesar de lo cual estas siguen siendo relevantes. El ejemplo que resalta
Blinder como explicación de su especial interés por las expectativas es el
caso de la economía estadounidense de 1993, cuando a pesar de las
medidas restrictivas en la política fiscal del gobierno Clinton, se logró
incrementar la renta. Esto se atribuye no sólo a las medidas expansivas
compensatorias de Greenspan con la Fed, sino también a una mejora de las
expectativas empresariales por una futura reducción del déficit público.

En lo que se refiere a los plazos en los tipos de interés, Blinder señala


simplemente que a pesar del carácter intuitivo del cálculo del tipo de
interés compuesto (a largo plazo), este modelo carece de la suficiente
evidencia empírica, lo cual es un “handicap” en cuanto al análisis de la
política monetaria.

En conclusión, Alan Blinder responde en este artículo de forma


positiva a la pregunta planteada de si existe un núcleo de la economía
práctica en el que podamos creer. Su respuesta está estructurada de forma
bastante clara desde un principio. Empieza introduciendo lo que va a ser su
respuesta y anunciándonos como va a ordenar sus ideas (según el orden de
temas que usan la mayoría de manuales de macroeconomía). Así va
analizando uno por uno las bases principales de la macroeconomía práctica
evaluando de forma crítica cada uno de ellos para así llegar a lo que él
considera fundamental, para finalmente comentar lo que considera dos
puntos débiles de la macro que necesitan mejoras empíricas y teóricas
como son la estructura de los plazos en los tipos de interés y la
modelización de las expectativas.

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Is There a Core of Usable Macroeconomics
We Should All Believe In?
- Robert M. Solow -

El autor

Robert Solow nació en 1924 en Nueva York, estudió antropología y


sociología en Harvard gracias a una beca y no empezó a interesarse por la
macroeconomía hasta 1949 con su ingreso en el MIT (Instituto
Tecnológico de Massachussets). Trabajó como asesor del presidente
Kennedy y en 1987 recibió el premio novel por su análisis del crecimiento
económico.

La principal contribución de Solow a la economía es precisamente lo


que se ha llamado el modelo neoclásico de crecimiento, donde el progreso
técnico es clave puesto que determina los salarios reales. Su modelo es
claramente dinámico y el ahorro desempeña también un importante papel.
Con su modelo, Solow calculó que cuatro quintas partes del crecimiento
norteamericano eran atribuibles al progreso técnico.

El artículo

El artículo no está estructurado de forma sencilla sino que el autor va


tratando los distintos aspectos de lo que podría ser un núcleo práctico y
planteando las controversias que generan estos temas. Deja claro que hasta
en lo que él denomina núcleo práctico hay mucho debate entre
economistas. Del análisis del artículo podemos resumir en cuatro puntos lo
que Solow considera fundamental del núcleo práctico de la
macroeconomía.

Excluyendo excepciones las fluctuaciones observadas sobre la


tendencia general de las variables económicas se mantienen en una
franja estrecha. Existen diferentes posturas para explicar el porque pero
sobre el hecho hay bastante consenso. Las posibles explicaciones van desde
la existencia de un equilibrio natural a la intervención del estado pasando
por puntos intermedios.

La tendencia está determinada sobre todo por la oferta, esto es,


factores de producción y productividad. La forma más adecuada de
analizar la tendencia son sus modelos de crecimiento.

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Las fluctuaciones están determinadas sobre todo por variaciones
en la demanda agregada. Esto se debe a que los precios y los salarios no
son lo suficientemente flexibles para vaciar los mercados de forma
continuada. Critica las teorías de los ciclos económicos reales por las que
las fluctuaciones a corto plazo se deben a ajustes óptimos de la oferta, a
shocks imprevistos en los gustos y en la tecnología, dice que estos modelos
son erróneos aceptando así la existencia de controversia.

Para describir la demanda agregada cualquier conjunto de


ecuaciones razonables y empíricamente probadas seria parte del
núcleo práctico. La estrategia adecuada para la formulación de los
modelos seria la que él denomina oportunista (hacer funcionar en los
modelos lo que funciona empíricamente) y teniendo en cuenta que las
variables macro son la suma de las micro. La otra alternativa sería imponer
la maximización intertemporal de la utilidad desde el principio, pero
aunque este modelo genere variables más estables no tiene en cuenta la
heterogeneidad de las empresas y los hogares.

4. Las expectativas generan una fuerte influencia en las variables


macro. Sin embargo es sobre todo en la elaboración de modelos de
equilibrio a largo plazo donde se deben tener en cuenta las expectativas
pues no recomendaría tenerlas en cuenta en el corto plazo. Solow se siente
incomodo al modelizar con expectativas por no ser estas variables
observables, aunque es muy consciente de la importancia de las mismas.

Después explica lo que para el es la principal debilidad del núcleo


práctico: ¿puede un aumento del producto potencial estar generado desde la
demanda? El autor responde que si pero solo en el caso de que exista mano
de obra de reserva o bien se produzca un aumento de la productividad total
de los factores. Finalmente termina diciendo que aún queda mucho por
descubrir en el campo de la macroeconomía.

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A Core of Practical Macroeconomics
- John B. Taylor -

El autor

John B. Taylor nació en Nueva York en 1946, estudió en Princeton y


se doctoró en la universidad de Standford en 1973. Durante años fue
profesor en Columbia y Princeton pero finalmente volvió a Standford. Fue
miembro del consejo de asesores económicos durante la administración
Ford y Bush H. W. Actualmente trabaja para el Tesoro estadounidense.

Su principal contribución a la macroeconomía es lo que se conoce como la


ley de Taylor, que sirve de guía a los bancos centrales a la hora de
determinar la tasa de interés. Además junto con Stanley Fischer
demostraron que el ajuste de los precios y los salarios en respuesta a las
variaciones en el desempleo puede ser lento aun suponiendo expectativas
racionales. Los precios, para Fischer y Taylor se fijarían pues de forma
escalonada y no se produciría un único ajuste sincronizado y repentino.

El artículo

El autor, introduce el tema con el fuerte debate que se ha producido


durante toda la historia desde Ricardo y Malthus en el siglo XVIII hasta las
controversias actuales para enfatizar en el hecho de que aunque el debate
sea intenso esto no quiere decir que no exista un núcleo practico en
macroeconomía. A continuación nos señala lo que el considera los 5
puntos más destacados de este núcleo empezando por los más comúnmente
aceptados y terminando por los menos, siempre explicando en que sentido
considera que han sido prácticos, estos puntos son:

A largo plazo el aumento de la productividad del trabajo depende del


crecimiento del capital por hora trabajada y en el crecimiento de la
tecnología. El autor se remite a Robert Solow y a sus modelos de
crecimiento neoclásicos. Este principio nos permite estimar y estimular el
crecimiento económico a largo plazo. Las controversias aparecen a la hora
de establecer que políticas determinadas pueden generar crecimiento a
largo plazo, plantea algunas cuestiones sobre posibles economías de escala
o la influencia de una reducción de la tasa impositiva en la oferta de
trabajo.

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No existe relación a largo plazo entre inflación y desempleo. Un
aumento de oferta monetaria solo creará inflación a largo plazo y no
afectará a la tasa de desempleo. Nos recuerda que este principio ha
generado mucha disconformidad en el pasado pero hoy día existe bastante
consenso. Para reafirmar este principio se basa en resultados empíricos de
distintos países que demuestran que: una alta inflación tiende a reducir el
PIB potencial y que tasas muy bajas de inflación o deflación pueden ser
impedimento para el correcto funcionamiento de los mercados. Este
principio ha tenido una clara aplicación práctica en muchos países, los
bancos centrales eligen una tasa de inflación a largo plazo y la cumplen.

A corto plazo existe relación entre la inflación y el desempleo. Esta


relación se ajusta más si trabajamos con las tasas de variación de la
inflación y el desempleo, lo que se ha llamado curva de Phillips aumentada.
Existe cierto debate sobre el porque aunque él considera que tiene que ver
con los “sticky prices” o precios pegajosos y el “staggered wage” o salario
tambaleante. La enseñanza práctica de este principio es que la política
monetaria debe mantener el crecimiento de la demanda agregada estable
para prevenir fluctuaciones en el output y en la inflación, la aplicación de
este principio nos ha llevado a unas condiciones macroeconómicas mucho
más estables.

Las expectativas de los individuos tienen en cuenta las políticas


fiscales y monetarias por lo que a la hora de diseñarlas hay que valorar
el impacto en las expectativas. Este principio ha sido práctico en la
medida en que muchos bancos centrales han aumentado considerablemente
el énfasis en la credibilidad puesto que esta aporta beneficios tanto a las
políticas monetarias como a las fiscales.

Al evaluar políticas monetarias y fiscales no debemos pensar en


cambios aislados en un momento determinado, sino en series de
cambios unidas a un proceso sistemático o a una “policy rule”. En los
últimos 15 años prácticamente todas las evaluaciones de políticas se ha
hecho en función de “policy rules”. El debate se genera en este caso, a la
hora de elegir los instrumentos, debería ser el tipo de interés o la oferta
monetaria, pero también a la hora de pensar en las “policy rules” como una
guía o como leyes.

Para terminar se reafirma en la existencia de un núcleo practico


aunque sin quitarle importancia a todo lo que queda por hacer planteando
lo que para él es el principal foco de debate actual, la optimización formal
como base de la macroeconomía y la fijación de precios.

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Is there a core of usable Macroeconomics?
- Olivier Blanchard -

El autor

Nacido en 1948 en Amiens (Francia), Olivier Blanchard es un


economista francés de reconocido prestigio, hoy en día profesor del MIT
desde 1982. Obtuvo su doctorado en 1977 en el mismo MIT, pero empezó
dando clases en Harvard. Entre los años 1998 y 2003 ha sido director del
Departamento de Economía del MIT y desde 2006 miembro del Consejo
Científico de la Escuela de Economía de París.

Como macroeconomista, Blanchard ha estudiado un amplio abanico de


temas, desde el papel de la política monetaria, a la naturaleza de las
burbujas especulativas, el mercado laboral y los determinantes del
desempleo, o la transición de las economías comunistas. Ha trabajado con
multitud de países y organizaciones internacionales. Por otro lado, Olivier
Blanchard es autor de numerosos libros y artículos, entre los cuales cabe
destacar dos manuales de economía, uno con Stanley Fischer y otro de
carácter más accesible que ha tenido mucho éxito.

Blanchard es también miembro del Consejo de la Econometric Society, así


como de la American Academy of Sciences, y fue vicepresidente de la
American Economic Association. Olivier Blanchard es hoy en día miembro
del Consejo Económico Asesor del Primer Ministro francés Nicolas
Sarkozy.

El artículo

Para Olivier Blanchard existe sin duda alguna un núcleo en la


macroeconomía aplicada, que no se aleja demasiado de la síntesis
neoclásica propuesta por Paul Samuelson más de 40 años antes de que
Blanchard escribiera este artículo (50 años atrás con respecto a hoy en día).
Este núcleo se basa fundamentalmente en dos proposiciones básicas:

1. A corto plazo, los desplazamientos de la demanda agregada afectan


a la producción y a la renta. Así, un incremento del déficit público,
un aumento de la confianza de los consumidores o una aceleración
en el crecimiento de la cantidad de dinero en el mercado elevan todas
ellas la producción y por tanto reducen el desempleo a corto plazo.

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2. A medio y largo plazo, la economía tiende sin embargo a retornar a
su nivel natural.

Existe por lo tanto desde Keynes cierta convicción en cuanto a lo que


ocurre a corto plazo en la economía. Esto último implica por tanto una
relativa maniobrabilidad por parte de los que realizan las políticas
económicas, basada en los periodos de ajuste de la economía tras la
aplicación de dichas políticas, que se explica por la presencia de rigideces
nominales en los precios y en los salarios. Estas rigideces nominales son las
estudiadas por los que forman la nueva economía keynesiana, basándose en
las teorías de Fischer y Taylor sobre el escalonamiento de las decisiones
sobre precios y salarios, los cuales permiten que la producción pueda
desviarse de su nivel natural durante mucho tiempo. Sin embargo siguen
quedando muchas cuestiones por resolver que llevan a tratar de eliminar las
rigideces nominales del análisis macroeconómico; es en esta línea que
surge la teoría de los ciclos económicos reales cuyos modelos suponen que
la producción siempre se encuentra en su nivel natural y que las variaciones
son variaciones de dicho nivel natural de producción. Este modelo ha
recibido fuertes críticas, tal como señala el autor, por omitir las evidentes
pruebas sobre la influencia de la cantidad de dinero en la producción, lo
que les ha llevado en los últimos tiempos ha introducir finalmente las
rigideces en los modelos RBC (Real Business Cycles) y por tanto a tener en
cuenta los efectos de la cantidad de dinero en la economía. Por otro lado
Blanchard también señala la vuelta de la política fiscal al foro de debate,
donde parece que la sabiduría convencional ya no se presenta tan exacta, en
gran medida por la influencia de las expectativas racionales. Todo ello
lleva al autor a resaltar la vigencia y la importancia todavía hoy de las
bases de la macroeconomía, como son los modelos IS-LM, Mundell-
Fleming y OA-DA, aunque subyace del artículo, por otro lado, la necesidad
de incorporar de alguna forma las expectativas racionales, o cuanto menos,
tenerlas en cuenta en el análisis macroeconómico.

En lo que se refiere al análisis de la economía a medio y largo plazo


las imperfecciones se multiplican, según Blanchard. A pesar de los
importantes progresos realizados en el análisis tanto del progreso
tecnológico como del desempleo (o el crecimiento) a largo plazo,
especialmente en lo que se conoce como la nueva teoría del crecimiento, en
cuyos modelos se incluyen el papel de la I+D, el capital humano y el
capital físico, el capital social o las infraestructuras, la macroeconomía, en
la opinión del autor, parece estar todavía lejos de tener un análisis

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cuantitativo cuanto menos decente, que le permita explicar tanto la tasa de
crecimiento de la productividad como la tasa natural de desempleo.

De esta forma, Blanchard responde a la pregunta planteada acerca


del núcleo de la macroeconomía aplicada con cierta ambigüedad en algunas
ocasiones, tratando de mantenerse en una aparente neutralidad en su
posicionamiento sobre el análisis macro de la economía. A pesar de ello, el
economista francés resalta dos aspectos esenciales de la macroeconomía en
los que los economistas parecen estar de acuerdo respecto al análisis, por
un lado del corto plazo, y por el otro del medio-largo plazo, de la
economía. Posteriormente, el autor pasa a explicar de forma un poco más
detallada la situación actual del análisis macroeconómico, señalándonos en
ambos casos, a corto y a medio-largo plazo, cuales son los nuevos frentes
de estudio y debate abiertos por las incógnitas que todavía hoy permanecen
en la materia.

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COMENTARIO CONJUNTO

Los cuatro artículos analizados tratan de responder a la cuestión de si


existe o no un núcleo útil en la macroeconomía sobre el cual la mayoría de
los economistas puedan estar de acuerdo y por tanto en el que podamos
creer. La respuesta general es positiva, pero en lo que respecta al contenido
del núcleo existen puntos en común y ciertas discrepancias entre unos y
otros. Sin embargo, parece haber cierto consenso en que este núcleo es más
bien reducido y en que todavía hoy quedan muchas respuestas sin resolver
en el análisis macro de la economía.

En cuanto a los puntos en común y las discrepancias en estos artículos,


estos pueden reagruparse en cuatro grandes bloques: la dicotomía entre
corto plazo y largo plazo, el modelo IS-LM, la curva de Phillips y el
modelo de expectativas racionales.

La dicotomía entre el corto y el largo plazo

Para Olivier Blanchard el núcleo está basado en proposiciones:

3. A corto plazo, los desplazamientos de la demanda agregada afectan a


la producción.
4. A medio y largo plazo, la economía tiende sin embargo a retornar a
su nivel natural.

En lo que respecta al corto plazo, todos están de acuerdo con Blanchard


en que las fluctuaciones de la producción están determinadas sobretodo por
variaciones en la demanda agregada, y en que ello se explica por las
rigideces nominales en los precios y los salarios. En cuanto a esto último,
tanto Solow como Blanchard señalan la existencia de la teoría de los ciclos
económicos reales, a través de la cual las fluctuaciones se explican
únicamente por shocks en la oferta agregada (por ejemplo un aumento
imprevisto del progreso técnico). Esta es criticada directamente por el
primero e indirectamente por el segundo debido a la omisión que hace esta
corriente sobre la evidencia empírica de las variaciones de la producción
por incrementos o disminuciones en la oferta monetaria.

En lo relativo al largo plazo, tanto Solow como Taylor (el cual se remite
al anterior) coinciden en que los cambios en la producción están
determinados esencialmente por factores de oferta, esto es, mejoras

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tecnológicas o aumentos en la productividad. Por lo que volviendo al
ejemplo anterior, un aumento de la oferta monetaria no tiene efectos en la
producción a largo plazo. Esto es lo que Blanchard denomina la vuelta al
estado estacionario, y es lo único que este autor se atreve a afirmar en el
largo plazo. A pesar de reconocer los avances realizados en el campo de la
nueva teoría del crecimiento, Blanchard resalta la necesidad de ahondar en
estas investigaciones debido a las fuertes controversias sobre la explicación
del crecimiento a largo plazo, en lo que coincide Taylor.

El modelo IS-LM

Los cuatro autores, en la medida en que citan este modelo como un


clásico en la macroeconomía, resaltan su importancia. Sin embargo, existen
diferentes puntos de vista sobre el mismo. Tanto Solow como Blanchard, y
Taylor en lo relativo a las políticas monetarias, señalan la importancia de
este modelo a la hora de analizar las políticas económicas. A pesar de ello
Solow parece menos optimista en cuanto a la vigencia del modelo
tradicional, por lo que cree oportunos ciertos ajustes.

Sin embargo, quien más destaca en la crítica del modelo IS-LM entre estos
autores es Blinder. Por un lado considera insatisfactoria la relación IS en
cuanto a la falta de evidencia empírica sobre la sensibilidad de la inversión
frente a las variaciones en el tipo de interés. Por otro lado, en cuanto a la
LM, ésta ha dejado de tener vigencia en el análisis económico y ha sido
sustituida por la asunción de que son los bancos centrales los que fijan los
tipos de interés a corto plazo.

La curva de Phillips

Tanto Taylor como Blinder defienden explícitamente del


funcionamiento de la curva de Phillips (relación negativa entre la inflación
y el desempleo) en el corto plazo. En el caso de Blinder, este se basa en la
evidencia empírica en Estados Unidos, mientras que Taylor va más allá en
su explicación aludiendo a su teoría del ajuste escalonado de los precios.
Ambos coinciden en la inexistencia de esta relación en el largo plazo. Para
justificar este hecho, Taylor se basa en evidencias empíricas que
demuestran que una alta tasa de inflación tiende a reducir el producto
potencial. Mientras que Blinder dirá sencillamente que a largo plazo la
curva de Phillips es Vertical.

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Las expectativas

Los cuatro autores analizados señalan igualmente la fuerte influencia


de las expectativas en el análisis macro de la economía, aunque divergen en
su aplicabilidad. Así pues, Robert Solow no recomienda su utilización, al
menos en el corto plazo, debido al carácter no observable de las
expectativas, lo cual por otro lado llega a reconocer Blinder, que resulta ser
sin embargo más entusiasta sobre las mismas. Este último resalta el
ejemplo de que una futura reducción del déficit promueve el crecimiento
económico a corto plazo debido a la generación de expectativas sobre la
bajada de los tipos de interés en el medio-largo plazo. Esta afirmación es
algo que también Blanchard considera posible, aún destacando las
incógnitas explicativas de la misma, mientras que Blinder acaba su artículo
afirmando con rotundidad que una reducción del déficit no debe quedarse
en lo académico, dado que afecta al bienestar de miles de millones de
personas. En cualquier caso, conviene añadir la existencia de cierto
consenso a la hora de considerar la credibilidad un elemento a tener en
cuenta a la hora de realizar políticas económicas.

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