Edmund Husserl
Índice
1. Vida y obras
4.1. La intencionalidad
7. Bibliografía
1. Vida y obras
Edmund Husserl nació el 8 de Abril de 1859 en Prossnitz (Moravia), entonces
provincia del Imperio Austrohúngaro y actualmente República Checa, en el seno
de una familia judía aunque más bien indiferente en cuestiones de religión. Una
vez completada la educación básica en Viena y Olomouc —sin grandes éxitos,
salvo en matemáticas—, realiza sus estudios universitarios de 1876 a 1887 en las
universidades de Leipzig, Berlín y Viena. En la primera de éstas fue alumno de
Wilhelm Wundt, el fundador de la psicología experimental contemporánea. En
Leipzig conoce a Thomas Masaryk, futuro presidente de Checoslovaquia, el cual
influyó decisivamente en él. En Berlín Husserl estudia matemáticas con Karl
Weierstrass y Leopold Kronecker y filosofía con Friedrich Paulsen. En 1882
obtiene en la Universidad de Viena el doctorado con una tesis
titulada Aportaciones a la teoría del cálculo de variaciones. Durante este mismo
año y por influencia de Masaryk, comienza a estudiar el Nuevo Testamento. Al
mismo tiempo va aumentando progresivamente su interés por la filosofía en la
cual echa de menos la cientificidad característica de las matemáticas.
En 1884/85 Husserl asiste en Viena a las lecciones que impartía Franz Brentano
las cuales provocan en él la decisión de dedicarse profesionalmente a la filosofía.
Especialmente atractiva para él es la concepción brentaniana de la psicología
como la disciplina que intenta describir el ámbito de la conciencia. De hecho, el
primer nombre que recibe la fenomenología es justamente “psicología
descriptiva”. Para Brentano la psicología, así entendida, constituye la ciencia
filosófica fundamental sobre la cual las otras disciplinas filosóficas se
fundamentan.
Tras la muerte de Husserl el franciscano H.L. van Brenda viaja a Friburgo y salva
el voluminoso archivo de manuscritos de investigación de éste. Después de toda
una serie de avatares, estos manuscritos llegan a la Universidad Católica de
Lovaina surgiendo así el Husserl-Archiv. En los años 50 comienza la publicación
de sus obras completas en la serie Husserliana. Ahí han ido apareciendo obras
importantes —muchas de ellas surgidas a partir de manuscritos de
investigación— en las cuales trabajó a lo largo de su vida, pero que no llegó a
publicar.
En este orden de cosas, el punto de partida por así decir “natural” es considerar
que, dado que la Lógica y sus leyes se refieren a actos del pensamiento, las leyes
de ésta han de ser leyes referidas a estos actos y, por tanto, leyes psicológicas.
Así la Lógica se constituiría en una suerte de “ética del pensamiento”, de estudio
de las normas de éste si es que queremos evitar el error. Esta es, en definitiva, la
forma de considerar esta disciplina que está en la base de esa forma particular de
fenomenismo empirista que se conoce con el nombre de “psicologismo lógico”.
Los Prolegómenos a la lógica pura constituyen una de las críticas más vigorosas
a la interpretación psicologista de la Lógica. En ellos se muestra cómo el
psicologismo desconoce la diferencia fundamental entre leyes de la psicología y
leyes de la lógica. No reconocer esta diferencia supone cometer el error de
la metabasis eis allo genos consistente en transitar indebidamente de un plano
ontológico a otro. Las dos estrategias argumentativas husserlianas para refutar
este error consisten en señalar, por un lado, los prejuicios y, por otro, las
consecuencias absurdas del psicologismo. Entre estas últimas destacan la
imposibilidad de fundamentar la absoluta necesidad de las leyes lógicas y, lo que
es más grave, el verse obligado a negar las condiciones más universales del
conocimiento. En última instancia, el psicologismo es una forma de
escepticismo.
Mientras que las leyes psicológicas enuncian relaciones causales de hechos, son
fruto de una generalización inductiva de datos de la experiencia y valen bajo
ciertas condiciones fácticas y no absolutamente, las leyes lógicas no enuncian
relación alguna de hechos, no se obtienen por generalización inductiva a partir de
afirmaciones referidas a hechos, valen en todas las condiciones fácticas, hacen
referencia a las condiciones (formales) del conocimiento científico, son
universales y absolutamente necesarias, tienen un carácter puramente formal y
son dadas con evidencia apodíctica.
El resultado positivo más importante de la reducción al absurdo del psicologismo
lógico es el descubrimiento del mundo de los objetos ideales, al cual pertenecen
los objetos lógicos. De este modo, se establece una férrea distinción entre lo ideal
y lo real en la que el tiempo constituye el criterio de esta división. Lo ideal es
atemporal mientras que lo real es temporal (físico o psíquico). Cualquier intento
de asimilar el ámbito de lo ideal al de lo real conduce a consecuencias
desastrosas para la lógica, en particular, y para la filosofía, en general. El
siguiente paso consiste, en palabras del propio Husserl, en «llegar a comprender
claramente qué sea lo ideal en sí y su relación con lo real; cómo lo ideal puede
estar en relación con lo real; cómo puede ser inherente a éste y llegar así a ser
conocido» [Prolegómenos a la lógica pura, § 51]. Más en concreto, son dos las
grandes preguntas que aquí surgen: (1) ¿cómo se dan los objetos lógicos puros en
las vivencias concretas? y (2) ¿cómo son o cuál es la estructura de estas vivencias
en las cuales estas leyes y los objetos ideales, en general, son captados?
A la pregunta (1) Husserl responde desarrollando una compleja teoría —la cual
no se libra de una cierta sospecha de psicologismo— según la cual los objetos
ideales constituyen especies cuyos individuos son los caracteres de actos que los
significan. Responder a la pregunta (2) supone, en última instancia, abrirse ante
la problemática auténticamente fenomenológica, a saber, ante el estudio del darse
de los objetos ideales —y de los objetos, en general— a la conciencia. De esta
forma, la conciencia aparece como el dativo de la manifestación de los objetos.
El descubrimiento de esta instancia ante la cual los fenómenos son fenómenos
constituye el resultado fundamental del primer volumen de Investigaciones
lógicas. A su estudio sistemático están dedicadas las seis Investigaciones del
segundo volumen de esta «obra de rompimiento», como su autor la calificaba.
Por su parte, Husserl sostiene que nuestras vivencias intencionales están dirigidas
a sus objetos, sean reales o no, directamente, sin la mediación de
representaciones mentales algunas. Como escribe el propio Husserl: «Si me
represento a Dios o a un ángel, a un ser inteligible, o una cosa física, o un
rectángulo redondo, etc., esto aquí nombrado y trascendente es lo mentado, o con
otras palabras, el objeto intencional; siendo indiferente que este objeto exista, o
sea fingido, o absurdo. El objeto es ‘meramente intencional’, no significa
naturalmente que existe, pero sólo en la intentio y por ende, como parte
integrante real de ésta, ni que exista en ella ni una sombra de él. Significa que
existe la intención, el mentar un objeto de estas cualidades; pero no el objeto. Si
existe el objeto intencional, no existe meramente la intención, el mentar, sino
también lo mentado» [Husserl, Investigaciones lógicas, (Hua XIX: 425)].
El primer nivel de la constitución tiene que ver con las cosas materiales objetivas,
con su darse ante la conciencia. En este sentido, como también señala
Sokolowski, pareciera que en los análisis de este primer nivel de la constitución
existe un gran olvidado, a saber, el sujeto que lleva a cabo este análisis. Se
impone, entonces, recuperar a aquel ante el cual las cosas aparecen, el dativo de
la manifestación en la terminología de este autor. Es necesario, por tanto,
considerar cómo se acredita una cosa de este tipo ante el sujeto. Es justamente en
el marco de esta tarea de recuperación donde se inscribe la tarea de tener en
cuenta «mi contextura, la del sujeto experimentante, referida a mi cuerpo y mi
‘sensibilidad normal’» [Husserl, Ideas II (Hua IV: 88)]. Por consiguiente, y dicho
con otras palabras, esta lucha contra el olvido del sujeto ante el cual las cosas se
constituyen o acreditan comienza con la constatación de que se trata de un sujeto
corpóreo. Ahí aparece el cuerpo como el medio, el órgano de toda percepción,
como el «punto de orientación cero, del aquí y ahora, desde el cual el yo puro
intuye el espacio y el mundo entero de los sentidos» [Ibid]. Husserl dedica a
estos análisis gran parte del volumen II de Ideas.
Si partimos del análisis de lo que sucede cuando, por ejemplo, escuchamos una
melodía, nos encontramos, por un lado, con el objeto temporal mismo y, por otro,
con la conciencia de ese objeto temporal. Al objeto temporal pertenecen un
momento de ahora (el tono escuchado ahora), un momento de lo que acaba de
suceder (los tonos que acaban de sonar) y un momento de lo que va a suceder
inmediatamente (los tonos que van a sonar enseguida). Por su parte, a la
conciencia del objeto temporal —que es lo que al fenomenólogo le interesa
primordialmente— corresponden una “impresión primordial” (Urimpression) o
“impresión originaria” (Urempfindung), una retención, esto es, una continuidad
de recuerdos “frescos” o “primarios”, y una protención, la cual intiende lo que
viene inmediatamente. Estos tres momentos —impresión primordial, retención y
protención— constituyen para Husserl el presente vivo concreto, esto es, el
“campo temporal originario”. Este campo consiste en un ahora con una “franja
temporal”, esto es, con un horizonte vivo de lo ya no (lo recién pasado) y lo no
todavía (el ahora que se viene) en varias gradaciones. Toda fase perceptiva tiene
su campo temporal originario en sus tres momentos (impresión primordial,
retención y protención).
Como se decía más arriba, los dos primeros resultados de los análisis
husserlianos sobre esta problemática es que (1) lo que me es dado en sentido
propio, originaliter, de otro ser humano es exclusivamente el fenómeno de su
cuerpo físico y (2) basándose únicamente en este modo de darse, se llega —de
algún modo— a la suposición de que el otro está animado, a la suposición de la
existencia del yo ajeno. ¿Cómo se llega a la suposición de (2)? Existen, en
principio, dos posibilidades: o bien mediante un razonamiento o bien mediante
alguna suerte de paso de la autodonación del yo propio a la experiencia del otro.
Al primer tipo de respuestas pertenecen las denominadas teorías del
razonamiento por analogía (Analogieschlusstheorien) mientras que las segundas
corresponden a las teorías de la empatía (Einfühlungstheorien). La teoría
husserliana de la experiencia puede enmarcarse dentro de este segundo grupo de
teorías.
Ahora bien, estas dos vertientes de la ética de Edmund Husserl que se acaba de
señalar, si bien apuntan en direcciones diferentes, y en cierto modo hasta
opuestas, proceden ambas sobre la base de que es posible una ética que, aunque
dé al amor —en cuanto disposición afectiva fundamental— algún tipo de
participación en los fundamentos de la moral, no por ello cae en el subjetivismo
ético.
Vol. II: Die Idee der Phänomenologie. Fünf Vorlesungen, Martinus Nijhoff, Den
Haag 1950 (La idea de la fenomenología. Cinco lecciones, FCE, Madrid 1982).
Vol. VI: Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale
Phänomenologie. Eine Einleitung in die phänomenologische Philosophie,
Martinus Nijhoff, Den Haag 1954 (La crisis de las ciencias europeas y la
fenomenología trascendental. Una introducción a la filosofía fenomenológica,
Prometeo, Buenos Aires 2008).
Vol. XII: Philosophie der Arithmetik, Martinus Nijhoff, Den Haag 1970.
Vol. XIII: Zur Phänomenologie der Intersubjektivität. Texte aus dem Nachlass.
Erster Teil: 1905-1920, Martinus Nijhoff, Den Haag 1973.
Vol. XIV: Zur Phänomenologie der Intersubjektivität. Texte aus dem Nachlass.
Zweiter Teil: 1921-1928, Martinus Nijhoff, Den Haag 1973.
Vol. XV: Zur Phänomenologie der Intersubjektivität. Texte aus dem Nachlass.
Dritter Teil: 1929-1935, Martinus Nijhoff, Den Haag 1973.
Vol. XVI: Ding und Raum. Vorlesungen 1907, Martinus Nijhoff, Den Haag
1973.
Vol. XVII: Formale und transzendentale Logik. Versuch einer Kritik der
logischen Vernunft, Martinus Nijhoff, Den Haag 1974 (Lógica formal y
transcendental, Unam, México 1962).
Vol. XXII: Aufsätze und Rezensionen (1890-1910), Martinus Nijhoff, Den Haag
1979.
Vol. XXIX: Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale
Phänomenologie. Ergänzungsband. Texte aus dem Nachlass 1934-1937, Kluwer,
Dordrecht 1993.
Vol. XXI: Aktive Synthesen: Aus der Vorlesung ‘Transzendentale Logik’ 1920-
21. Ergänzungsband zu Analysen zur passiven Synthesis, Kluwer, Dordrecht
2000.
Vol. XXXIX: Die Lebenswelt. Auslegungen der vorgegebenen Welt und ihrer
Konstitution. Texte aus dem Nachlass (1916-1937), Kluwer, Dordrecht 2008.
Vol. XL: Untersuchungen zur Urteilstheorie. Texte aus dem Nachlass (1893–
1918), Kluwer, Dordrecht 2009.
Vigo, A., Intuición categorial, en: Themata, Universidad de Sevilla, N. 28, 2002,
pp. 187-212.
8. Referencias en Internet
Archivos Husserl, en la Universidad Católica de
Lovaina: http://www.hiw.kuleuven.ac.be/hiw/eng/husserl/index.php