Pasaba períodos de gran fatiga y hablaba de ello como "eso" que la hacía
cansarse y "sentirse tonta". De esta manera, definía su recurrencia a las
ensoñaciones diurnas e historias fantasiosas, cuestiones éstas que tratará
en el trabajo Relación entre fantasías de flagelación y sueño diurno, con el
que ingresara a la SOCIEDAD PSICOANALITICA DE VIENA en 1922.
Anna apoyó la creación del Asilo e Instituto Baumgarten, para niños judíos
huérfanos de guerra. Allí se formó un grupo dedicado a estudiar los
problemas de aprendizaje y de psicología del niño, en el que participaron
también Willie Hoffer y August Aichhorn.
En 1938 la familia Freud decide partir de Viena, tras la invasión de las tropas
de Hitler. Jones y Marie Bonaparte, organizaron la salida de la familia hacia
Inglaterra. Ya en Londres, Anna se ocupó con exclusividad del cuidado de la
salud de su padre, quien luchaba contra el cáncer.
El 1 de julio de 1914 nace Erich. A fines de ese año muere Libussa, quien
poseia una fuerte influencia sobre Melanie. Esto agrava su depresión e inicia
su análisis con Ferenczi, interesándose además en los escritos de Freud
acerca de los sueños.
Tanto Ferenczi como Arthur Klein se incorporan al ejército austro-húngaro y
en 1916 el esposo de Melanie regresa como inválido de guerra, herido en
una pierna. El matrimonio enfrenta graves dificultades.
"El inconsciente está estructurado 'como' un lenguaje", con esta frase Lacan
quiere volver a la concepción de inconsciente propuesta por Freud, ya no en
la lógica de los teóricos de las relaciones objetales que intentan dar un lugar
al inconsciente. Con esta frase Lacan pone al inconsciente en la
imposibilidad de representar los Objetos reales de manera absoluta en el
lenguaje. Lo inconsciente remitiría a lo no-dicho en el lenguaje.