La vida es otra cosa trata de hacernos ver las situaciones actuales como son en la
realidad; el tema de la violencia, la impunidad y la muerte que se vienen arrastrando
desde el siglo XX, donde al parecer ¨no pasa nada¨, pero en realidad si pasan todo tipo
de situaciones adversas.
Personajes principales:
María: Una mujer trabajadora, ágil, le gustaba ver televisión. Madre de doce
muchachos. Tenía manos ásperas, gruesas, llenas de pequeñas cicatrices que
hablaban de lo que había sido su vida
Lurdes: Blanca, con el pelo negro, corto y brillante, tenía un cuerpo bien formado. Una
mujer buena, simpática e inteligente. Era profesora, sabía de vinos, le gustaba la
música, rechazaba los lujos y las superficialidades. Se vestía con faldas largas y
mocasines y nada de afeites. Usaba lentes una cartera grande repleta de libros y
papeles. Era atractiva y aparentaba menos edad.
Yudelka: Era la hija de Leticia y Miguel, aunque todos creían que su padre era
Domingo. Trigueña, de cuerpo escultural y rasgos duros, lo que la hacía parecer mayor,
inteligente y organizada. Llevaba el pelo teñido color caoba. Usaba ropa pegada al
cuerpo y aretes grandes y brillantes.
A los diez años sospecho que Domingo no era su papá, y se lo preguntó a Leticia,
quien se lo confirmó al cambiar de tema. Prefirió irse de prostituta a la capital en vez de
estudiar para ser guía turística. La amadrinó, por así decirlo, Petra, que era dueña de
una casa de masajes. Luego de darse cuenta que Miguel era su padre segundos antes
de que lo mataran, dedicó su vida a Dios en una congregación laica de docentes y
médicos.
Petra: Vestía ropa interior provocativa, la mayoría era roja o negra y muy tranparente.
Tenía cuarenta años, usaba jeans apretados y blusas blancas sin mangas que le
hacían lucir un cuerpo increíblemente bien formado. Sin carne de más ni joyas
llamativas, las manos ásperas al tacto, aparentaba una comerciante del montón.
Trabajó como sirvienta donde una señora que tenía una casa de citas y luego entró al
negocio de los proxenetas.