!"#
Una situación excepcional en la historia de las elecciones locales ocurrió en 1983: el PAN
ganó las presidencias municipales más importantes de Chihuahua, las capitales de Durango y San
Luis Potosí, además de otros municipios. En el primer estado sus victorias le permitieron gobernar
a más de la mitad de la población chihuahuense. En otras entidades protagonizó fuertes
contiendas, sin alcanzar la victoria oficial como en Sinaloa.
En 1985 su actuación en las elecciones federales fue satisfactoria, aun cuando se produjo un ligero
descenso en sus niveles de votación y en el número de cumies en la Cámara de Diputados
respecto de 1982.
c
$
$
Fue en el ámbito local donde el PAN nuevamente se enfrentó a la cerrazón del régimen,
cuyo partido era incapaz de reconocer a sus competidores. En San Luis Potosí, Nuevo León y
Coahuila los comicios fueron verdaderas batallas electorales, especialmente después de la jornada
de votación, sin que el PAN consiguiera el reconocimiento de victorias, ni siquiera en el plano
municipal. Baste recordar dos casos que ejemplifican este fenómeno: el del municipio de Piedras
Negras, Coahuila y el de las elecciones de gobernador en Nuevo León.
Mientras que en San Luis Potosí ocurrió algo similar en 1985, al mismo tiempo en Nuevo
León, la "marcha de la exigencia", organizada por el PAN para solicitar la renuncia del priísta Jorge
Treviño, gobernador electo, culminó en un enfrentamiento entre policías y manifestantes que dejó
un saldo de por lo menos 39 heridos y la destrucción de vidrios del Palacio de Gobierno. La marcha
culminó en un mitin de 60 mil personas. La trifulca duró dos horas.Fernando Canales Cíariond,
candidato del PAN a la gubernatura, dijo que fueron provocadores los que desataron la violencia.3
1986 era un año clave en su participación electoral pues entonces se pusieron en disputa
los puestos que tres años atrás había conseguido. Por si fuera poco, en ciertas entidades las
gubernaturas estaban en juego.
£
!
" ! # $ % " &
' (
) ! ) # ! %
" * " ' " $ ' % % £++,(-...&
c
Manuel J. Clouthier y Rodolfo Elizondo encabezaron sendas batallas electorales en sus respectivos
estados.
Chihuahua fue el escenario central de la lucha panista por el poder regional. Ahí se
manifestaron en forma transparente las estrategias y tácticas que le aseguraron un triunfo político
de gran significación, aun llevando a cuestas la derrota electoral.
Aunado a esto, fue una constante el hecho de que aquellos que habían tenido experiencia
previa como presidentes municipales fuesen prácticamente candidatos naturales para puestos de
mayor rango; es decir, en los años más recientes, para las gubernaturas.
El discurso antigubernamental fue factor sustantivo en las luchas electorales del panismo
norteño. Un discurso cargado de críticas al gobierno por su política económica, por su centralismo,
por su autoritarismo disfrazado de paternal i smo y manipulación, por el corporativismo y el
estatismo, que según los panistas permeaba todos los espacios de la esfera pública y que, de ese
modo, contribuía al predominio electoral del PRI.
En plena crisis económica evidentemente el precario nivel de vida de los mexicanos fue el
factor que permitió la conversión de la crítica al PRI en votos en favor de la oposición. Es cierto
que esta no fue la única razón del voto panista, pero es muy probable que sí haya sido la más
relevante. La personalidad de los candidatos fue elemento de peso en las campañas. Por lo
general los abanderados habían sido líderes en otras organizaciones (básicamente empresariales).
La militancia previa, aunque no fuera en el PAN, les otorgaba cierto liderazgo. Barrio y Clouthier en
esta primera etapa son los ejemplos más claros del candidato ideal para el panismo de La época.
Empresarios, de discurso fuerte y contestatario, con una imagen de honestidad muy trabajada. Tal
perfil facilitó la penetración de Los candidatos panistas en amplios sectores sociales, que cada vez
fueron más numerosos. Con este tipo de candidatos se comenzó a hacer campaña y sobre todo,
con ellos se realizaron fuertes luchas por el respeto al voto ciudadano. Esta fue una constante en
la participación política panista en la primera etapa.
Un caso extremo fue el de Ricardo Villa Escalera, empresario poblano que buscó ser
candidato a la gubernatura por el PAN- El CEN lo vetó debido a que se había visto involucrado en
una presunta visita de panistas al ultraconservador Jesse Helms, en Estados Unidos, en la cual se
denunció el fraude electoral en Chihuahua. Esta acción fue criticada por la opinión pública y de
algún modo la dirigencia panista buscó reducir los cuestionamientos a) negar a Villa Escalera la
posibilidad de contender por la gubernatura poblana. Con tres años de militancia en el PAN, Villa
criticó el veto pero dijo que se disciplinaría. Seis años después el ingeniero y textilero sí consiguió
ser postulado candidato a la gubernatura, pero no tuvo grandes resultados.
Una más de las constantes en las campañas de proselitismo fue la denuncia de diversas
irregularidades que se presentaban desde el inicio del proceso electoral. El padrón de ciudadanos
en edad de votar fue centro de las críticas del panismo de aquel entonces por el evidente manejo
irregular en favor del PRI o en contra de La oposición. La actuación de los órganos y de los
funcionarios encargados de la organización de los comicios estuvo en la mira de los pañis-tas. que
se convirtieron en rigurosos vigilantes de sus respectivas actuaciones. También la legislación
electoral federal y especialmente las legislaciones locales fueron la causa de severos
cuestionamientos.Su parcialidad en la composición de los órganos; su falta de recursos para
sancionar los delitos electorales; las lagunas que presentaba y que dejaban abierta la posibilidad
de manipulación fueron aspectos criticados, llegando incluso a darse reformas, forzadas por la
presión social organizada por el PAN.
,&
2 3
45 # % ! ' /5
! # % &
% # /5
$ % # ! $ #
$ ! % &
! %
! % %
$ $ # $ $$ % & 6 $ ! $
% #& ' & % $ % # %
/5 ' " ! %' % % % 7& / 8 --
% £+09
%& £:(£1&
9 "
£ % £++-
%& 1
c
políticas como los mítines y los bloqueos de carreteras se agregaron las tomas de recintos
oficiales; la propaganda en billetes de circulación nacional; la vigilancia de los funcionarios
públicos; el dejar de darle el saludo a funcionarios corruptos o a miembros del PRI de reconocida
trayectoria como realizadores de fraude; el envío de cartas a funcionarios para cuestionar, criticar
o para inconformarse respecto de su actúación; el no pagar impuestos; el boicot a medios de
comunicación o a disposiciones gubernamentales. En total fueron 198 las acciones de resistencia
civil que el PAN consideró susceptibles de ser aplicadas en la lucha electoral.7
En realidad el cambio sustancial radicó en que el PAN adoptó un papel de peso como
partido de oposición 9 A toda costa buscó el respeto al marco legal que regulaba los comicios y
principalmente se impuso como objetivo el respeto al voto de los ciudadanos. En efecto, esto
también había sido un reclamo en su actuación de años anteriores, pero recientemente su
demanda se había profundizado. Asimismo la oposición de izquierda comenzaba a darle a la vía
electoral el peso que más tarde sería indiscutible para la transformación del régimen político.
La fuerza del PAN se hizo patente en estos comicios en la atracción de los ciudadanos a la
participación electoral. No sólo las élites locales sino muchas personas de diversos sectores
sociales vieron en dicho partido una opción capaz de enfrentar al PRI. Su participación hizo del
PAN el principal partido de oposición en México durante esos años. En las elecciones
presidenciales de 1988 parecía ser el enemigo a vencer por el régimen. La aparición del neo
cardenismo alteró esta perspectiva.
8 En 1983 Gómez fue coordinador de la camparla de Francisco Barrio. Fue Director General de Servicio Públicos y Director
General de Seguridad Publica del ayuntamiento de Juárez. En 1986 coordinó la campaña de Barrio por la gubernatura y fue subcoord i n
ador estatal de la resistencia civil. En febrero de 1988 señalaba que 200 personas habían sido ya capacitadas, y que ellas a su vez
capacitarían a más ciudadanos. La asistencia a los seminarios era libre pues cualquier ciudadano podía acudir Proveso, 8 de febrero de
1988, p. 11-13,
+
% % ; % % % ! "
% % %%
/*& ! % " " 5 &
4 / " 5 2 $
£+è+(£++:
<=
) 4
£+++
%& ::,&
c
La confrontación con el gobierno era un referente para los panistas de entonces. Por eso
era natural que Manuel J. Clouthier advirtiera: "No puedo garantizar a nadie que no habrá
violencia en las elecciones presidenciales".12
c
%
El discurso y las acciones panistas posteriores a 1988 cambiaron sustancialmente. Ya no
hubo una calificación drástica en el sentido de que el PR1 era el causante o el responsable de la
crisis, y tampoco las medidas estatales fueron impugnadas tanto como antaño. Por otra parte, el
partido no buscó (ni, en todo caso, pudo establecer) una alianza con las otras fuerzas de oposición;
los principales lazos establecidos por Acción Nacional a partir de 1988 fueron con el gobierno. Esto
se derivó de varias razones: en primer término, la recuperación de la dirección del partido de parte
de la fracción más gradualista de la coalición dominante del partido, gracias a la derrota electoral
de Clouthier, líder de los pragmáticos radicales ; en segundo, la aplicación de un programa de
gobierno (en especial en cuanto a la política económica) afín a los intereses del PAN; en tercero, la
mejoría económica (relativa, pero mejoría al fin) que el país comenzó a experimentar desde 1990;
en cuarto, la identificación del neocardenísmo como un adversario tanto electoral como político,
por la diferencia de proyectos de nación; en quinto, otro factor que influyó también en la postura
frente al neocardenismo fue la misma actitud ambivalente de éste frente al PAN finalmente, el
hecho de que el 20% de la Cámara de Diputados fuese de extracción panista, lo cual le permitió
erigirse en una indispensable y políticamente importante para el trabajo parlamentario y para las
reformas constitucionales y las leyes emitidas por el Congreso de la Unión en el sexenio 1988-
1994.
Este último, independientemente de sus intenciones a largo plazo, necesita que Jas reglas
del juego político electoral cambien, como lo necesitamos y lo hemos exigido nosotros.
En la batalla por la existencia y el respeto de estas reglas (electorales) estamos del mismo
lado. En la disputa por el poder somos adversarios; en los proyectos de nación tenemos
coincidencias y también discrepancias radicales; las culturas de las que ellos y nosotros somos
manifestaciones políticas respectivas tienen matrices irreductibles. Pero ambos somos y
estamos.16
Este y los demás factores antes señalados tuvieron influencia en la transformación del
partido en el plano electoral, donde lo más evidente fue la alteración del discurso. La denuncia de
las irregularidades en los comicios dejó de ser uno de los ejes de las campañas de proselitismo. El
argumento inicial para este cambio fue que la denuncia del fraude desalentaba la participación de
los electores, y eso convenía más al partido gobernante que a la oposición.
Cuando sus triunfos fueron reconocidos. Acción Nacional dejó de ser únicamente de
oposición y se transformó en partido gobernante. En consecuencia, su perfil electoral
paulatinamente comenzó a ser diferente pues adoptó una actitud de partido responsable, es decir,
del partido que respondía a sus miembros y simpatizantes y que enarbolaba el respeto al estado
de derecho (pese a que sus adversarios principales a menudo lo pasaban por alto).
El discurso de Álvarez reflejaba con claridad esta situación en 1991. Sobre las elecciones
intermedias de 1991, el dirigente nacional señaló que antes de la jornada electoral se había
acordado la posición de:
Mantener una actitud constructiva en las fases de preparación de los procesos, de manera
que, sin abandonar la denuncia de las irregularidades, no descalificáramos de antemano los
procesos electorales mismos, porque de ese modo desalentaríamos la participación.
[...] El CEN se decidió a concretar una acción política multi-frontal que permitiera al
partido ejercer al mismo tiempo, la doble función que el contexto real de México le
impone: ser al mismo tiempo gobierno y oposición [...].
(No) soslayamos que las promesas de cambio provenientes del poder hay que tomarlas serio, a
pesar de su incumplimiento, sencillamente porque permiten, desde la conciencia organizada y
movilizada, ampliar el ámbito de las exigencias ciudadanas a la autoridad.
El Registro Federal de Electores (IFE), dependiente orgánico del Instituto Federal Electoral»
elaboró un nuevo padrón que dejó mucho que desear: alrededor de seis millones de ciudadanos
no fueron inscritos o no se les entregó su credencial para votar. Por tanto, no tuvieron derecho a
emitir su sufragio. Además, hubo acusaciones de la oposición en el sentido de que la entrega de
credenciales era selectiva en favor del PRI.
Las listas nominales (es decir, de ciudadanos en edad de votar con credencial) se
entregaron a los partidos de oposición una semana e incluso unos días antes de la jornada
electoral, sin contar con el tiempo necesario para revisarlas con cuidado.
£0
" ! 7 D"7 % % # " % % "
"& 4E )4 " # % "& B
% " % % & "&
c
La falta de competencia predominó en las campañas. Mientras que el PRI gastó gran
cantidad de recursos financieros, el PAN no dio muestras de contar con tal cantidad de recursos;
cuando lo hizo, los espacios se cerraron: prensa, radio y en especial la televisión, actuaron con
parcialidad en el otorgamiento de espacios para el PAN y para la oposición en general. En el piano
local, en distintos estados (San Luis Potosí y Guanajuato, por ejemplo) el PAN tuvo cabida en unos
cuantos medios.
En la seudo competencia electoral también jugó un papel esencial en favor del PRI la
campaña de proselitismo que el Presidente Salinas de Gortari hizo para mejorar su imagen,
fundamentalmente a través del Programa Nacional de Solidaridad, un programa de obras sociales
cuyos fines electorales fueron denunciados por la oposición.
[...] porque Acción Nacional se tomó en serio la palabra gubernamental, puedo y debo
afirmar ahora que hubo un intento desleal de fraude electoral generalizado [...] la
reparación del daño social causado por este intento, no son suficientes, ni en la teoría ni
en la práctica, para olvidar o callar las dimensiones de esta pretensión de restauración de
una hegemonía ficticia, que fue posible desenmascarar y parcialmente frenar, gracias al
pueblo y a Acción Nacional. 19
A pesar de esto, la línea panista no sufrió alteraciones de importancia. Hasta cierto punto, esto
explica que en algunos casos, cuando el fraude se presentó, el partido asumió una actitud similar a
antaño. Pero aunque no se excluyeron del todo las tácticas más extremistas (la dirigencia
solamente fue más selectiva) poco a poco comenzaron a ser cada vez las menos aplicadas. El
cálculo político, el pragmatismo y la negociación con el gobierno predominaron en estas lides. 20
La nueva línea del partido, mencionada por Álvarez como una ͞acción política
multifrontal͟ 20 fue mejor definida como la politica total". En la sesión del Consejo Nacional de
1992, Carlos Castillo Peraza, Felipe Calderón Hinojosa y Juan Antonio García Villa, indicaron que
Acción Nacional debía poner en práctica una política total o integral, es decir:
£+& F& 6& 7< 5 " ( 7& 1 ! 0 % £++£ ) %& £,&
En la medida en que las negociaciones fueron satisfactorias para Acción Nacional, las protestas
disminuyeron de intensidad o sencillamente dejaron de realizarse. Con base en la línea gradualista
(contraria a la del "todo o nada"). Acción Nacional aceptó interinatos en gubernaturas de estados
o consejos municipales sin la participación de sus abanderados para esos puestos. Y a cambio de
que no protestara, el régimen reconoció de una u otra forma su presencia electoral.
-£& "
£9 £++-
%& 0(+& / " %
' % % &
c
&
%
'
Acción Nacional conquistó su primer gubernatura poco antes de cumplir cincuenta años de
vida. Teniendo como abanderado a Ernesto Ruffo, ex alcalde de Ensenada, derrotó por vez
primera asegún datos oficiales) al PRI en una elección local. Y el resultado fue aceptado por el
gobierno. Casi al mismo tiempo, en la Cámara de Diputados se discutía la reforma constitucional
en materia electoral, lo cual dio pie a que se difundieran rumores acerca de la "concertacesión"
que el PAN había tenido con el gobierno.
Los votos se respetaron en la elección baja californiana. Prueba de ello es que en i 991, la
senaduría de la entidad también fue ganada por el PAN con Héctor Terán como candidato. En
1989 el régimen lo único que hizo fue respetar el resultado. A pesar de la inconformidad de los
priístas locales, la dirigencia nacional del PRI, por ese entonces encabezada por Luis Donaldo
Colosio. Aceptó públicamente la derrota de su abanderado. Después de este proceso, la dinámica
de 'a concertación se definió de otro modo. En 1995 Acción Nacional confirmaría su hegemonía en
la entidad al conquistar por segunda ocasión la gubernatura con Héctor Terán como candidato.
El candidato encabezó una vigorosa campaña de defensa del voto, en medio de la cual
hubo reuniones entre la dirigencia nacional panista .y el poder ejecutivo federal. Al final, el
gobernador electo no acudió a la toma de posesión del cargo, lo que provocó la formación de un
interinato, que fue otorgado al panista Carlos Medina Plascencia. quien era presidente municipal
de León desde 1989.23
En su toma de posesión. Medina afirmó: *'No son tiempos de oposición, son tiempos de
corresponsabilidad, de participación y de trabajo conjunto".24 Como para confirmar lo señalado,
su secretario de Gobierno fue Salvador Rocha Díaz, un destacado priísta de la entidad.
-è < / /5 £+0,& %
' %
<
'
/<4G £+0è £+0, ) %
4% " % & *%%( èè,Hèè9
% " '& "& 1 ++£
%& èH.&
-: DI&%&è:£&
c
Fox no puso en duda el resultado de los acuerdos de su partido con el gobierno. Fue más
adelante cuando sobresalieron sus diferencias, si bien nunca reprochó a sus dirigentes su
actuación en esos comicios en particular. En 1995, tras cuatro largos años de interinato, en las
nuevas elecciones Fox conquistó la Gubernatura con relativa facilidad.
En Guaymas. Sonora, en 1991 se dio otro caso en el cual se confirmaron las negociaciones
del PAN con el gobierno para superar conflictos electorales. Según aparece en el órgano oficial
panista. La Nación, después de que se anularon las elecciones, Diego Fernández de Ce val los
informó "que se llegó al acuerdo de formar un consejo municipal que será encabezado por el
panista Ricardo Rivadeneyra, y en su totalidad será integrado por la planilla que contendió y que
con actas ganó la elección".
Fernández de Ceval los mencionó que José Ramón Uribe Maytorena, el candidato panista,
no sería incluido dentro de la conformación del consejo a propuesta del propio Uribe.
San Luis Potosí fue, como Guanajuato, ejemplo de otra actitud panista en la arena
electoral de esta segunda etapa de participación. En 1991 una coalición PAN-PRD-PDM y la
entonces poderosa organización local Mamada Frente Cívico Potosino impulsaron la candidatura
de Salvador Nava Martínez, viejo dirigente local y ex alcalde de la capital de la entidad. La elección
fue irregular y, en consecuencia, hubo una fuerte movilización ciudadana por el respeto al voto.
Finalmente ocurrió algo similar a Guanajuato: el gobernador electo pidió licencia, pero en este
caso el interino fue también un militante del PRI.
El PAN tuvo poca presencia en las movilizaciones por el sufragio efectivo impulsadas por
Nava. La dirigencia argumentó que en realidad el candidato tenía en sus manos la orientación
política del movimiento, por lo cual el partido no necesariamente estaba de acuerdo con lo
realizado. Con la alcaldía de la capital en su poder, la dirigencia se deslindó del conflicto estatal y
de su resultado, negativo para el navismo.
Unos meses más tarde, cuando se convocó a elecciones municipales, el Frente Cívico
Potosino y el PRD acordaron no participaren el proceso pues carecía de garantías para que su
resultado fuera limpio. Mientras que la dirigencia local del PAN coincidió con esta postura, la
nacional vetó el acuerdo de sus correligionarios potosí-nos y les impuso la participación. El
resultado de la elección fue favorable al PRI y sólo la alcaldía capitalina siguió en poder de Acción
Nacional.
En Durango en el año de 1992, También hubo una alianza PAN-PRD, que sostuvo la
candidatura de Rodolfo Elizondo. quien por segunda ocasión buscó la Gubernatura. En este caso
los resultados fueron menos relevantes que en San Luis Potosí. El triunfo del PRI no pudo
remontarse porque la coalición careció de la fuerza necesaria para ello y también porque el
candidato panista no impulsó al máximo la lucha por limpiar la elección." Las diferencias entre los
partidos coaligados surgieron en la etapa poselectoral, terminando en una ruptura.
A principios de 1993, el partido perdió la gubernatura de Baja California Sur (por una
diferencia de cinco mil votos frente al PRI), ganó tres de los cinco municipios y ocho de las
quincediputaciones locales. En este caso, además de la concertación política que existió (en esa
época, en México y en una elección local era poco creíble que los ciudadanos hubieran votado por
un partido en la elección de gobernador y por otro en la elección de diputados locales), también
ocurrió un fenómeno poco analizado hasta ahora: hasta qué punto el PAN se ha nutrido de ex
miembros del PRI para crecer en estos últimos años.
Antaño en no pocas ocasiones muchos priístas que fracasaban en su partido al buscar una
candidatura, aparecían de la noche a la mañana como candidatos de los partidos paraestatales o
del PAN, y en algunos casos alcanzaban el triunfo. En Baja California Sur, Crisóforo Salido, luego de
perder la candidatura en el proceso de selección interna del PRI, ingresó al PAN acompañado de
una importante cantidad de dirigentes medios y de militantes. Esto explicó el sorprendente
resultado de la elección. Y quizá también el hecho de que no se le reconociera el triunfo en la
elección de gobernador.
Resulta igualmente extraño que el Comité Estatal panista determinara suspender las
movilizaciones en apoyo a Salido y pidiera a éste pruebas documentales del fraude ante el
ColegioElectoral, de mayoría panista.
-9& B% " 45& < %
%
"
%
% # $ % # ' % & F " "
%
" % " ) / !
5
'" # 74 /5 % % #
% % % ' 7& / & : £++£
%& -0(è.& >
< " ! %"
" #
# ' & / & ££ £++£
%& è£(è-&
c
El caso de Yucatán reviste una importancia mayor que el resto de los estados. Luego de un
intento gubernamental absurdo para posponer las elecciones de gobernador y evitar así el triunfo
del PAN en un estado más. el congreso local (de mayoría priísta) acordó la definición de un
periodo de gobierno de tan sólo 18 meses.
Las instancias legales otorgaron el triunfo al PRI en la mayoría de los puestos en disputa en
la elección que se realizó a finales de 1993. Acción Nacional anunció entonces el fin de su
estrategia de acuerdos con el gobierno y el abandono de la ruta ordenada, pacífica y democrática.
La resistencia civil fue desempolvada, principalmente y en primer lugar por los panistas yucatecos,
quienes impulsaron plantones, "tomas" de recintos, bloqueos de carreteras, paros, denuncias de
fraude en el extranjero, entre otras actividades, para reclamar su triunfo. En medio de todo, el
candidato presidencial panista, el ex coordinador de la fracción parlamentaria federal, Diego
Fernández de Cevallos, encabezó muchos de esos actos de protesta.
Por su parte, la Comisión Permanente del Consejo Nacional acordó reducir al mínimo
indispensable el diálogo con e I gobierno.
A la postre, la "solución" fue la siguiente: el alcalde electo del PRI renunció a su puesto y,
luego de un procedimiento irregular, el Colegio Electoral otorgó la alcaldía al candidato panista
Luis Correa Mena^0 La mayoría de las acciones de resistencia se cancelaron, mientras que otras
(que tenían el fin de que los comicios federales no se asemejaran a los locales) disminuyeron
paulatinamente su intensidad.
El caso Yucatán manifestó la presencia de la política negociadora tanto del PAN como del
gobierno federal. El partido, si bien amenazó con romper con éste, nunca responsabilizó
directamente al Poder Ejecutivo de lo ocurrido. Su interpretación fue que los culpables eran los
"cacicazgos locales", El PAN hizo una distinción entre la burocracia política local y la federal,
siempre favorable a la segunda. Para reclamar su triunfo En medio de todo, el candidato
presidencial panista, el ex coordinador de la fracción parlamentaria federal, Diego Fernández de
Cevallos, encabezó muchos de esos actos de protesta. Por su parte, la Comisión Permanente del
Consejo Nacional acordó reducir al mínimo indispensable el diálogo con el gobierno, retirar del
Consejo de PRONASOL a miembros del partido y no participar en pactos de civilidad, "en tanto
prevalezcan las actitudes observadas hasta hoy por el PRI-gobierno".
-1 4 # % ! '
'" % %
' 4
%"2 7 # %
% &
% =% % % ! # % J&&&@ /
$ ! ! <
# > # J&&&E 5
! % %; & 5 ! % 7& / H è£ £++-
%& èè& -0 '
C 7> 7 # & 4 '" =%" #
/5 " % &
c
A la postre, la "solución" fue la siguiente: el alcalde electo del PRI renunció a su puesto y,
luego de un procedimiento irregular, el Colegio Electoral otorgó la alcaldía al candidato panista
Luis Correa Mena.30 La mayoría de las acciones de resistencia se cancelaron, mientras que otras
(que tenían el fin de que los comicios federales no se asemejaran a los locales) disminuyeron
paulatinamente su intensidad.
El caso Yucatán manifestó la presencia de la política negocia-dora tanto del PAN como del
gobierno federal. El partido, si bien amenazó con romper con éste, nunca responsabilizó
directamente al Poder Ejecutivo de lo ocurrido. Su interpretación fue que los culpables eran los
"cacicazgos locales". El PAN hizo una distinción entre la burocracia política local y la federal,
siempre favorable a la secunda. 1
Ana Rosa Payan, ex alcaldesa de Mérida y cuyas posiciones fueron de critica severa al
gobierno federal y al PRI en general, perdió oficialmente. Al parecer, la lucha por la defensa del
voto en su favor no fue fuertemente impulsada. Con el argumento de que en la elección de la
alcaldía sí había pruebas de triunfo y en la de la gubernatura no, los panistas se conformaron con
el triunfo concedido a Correa Mena a través de un recurso ilegal. El resultado de esta elección fue
confirmado 18 meses más tarde: el PRI volvió a ganar la Gubernatura y el PAN la alcaldía de
Mérida,
En 1994 el PAN parecía ser fuerte aspirante a la Gubernatura. Pero el PRI ganó (con Víctor
Cervera Pacheco sobre Luis Correa del PAN) en gran medida gracias al uso de las más tradicionales
formas de fraude electoral.
Meses más tarde, ya en 1995, el PAN ganó la Gubernatura de Jalisco contando con un
amplio y relativamente sorprendente apoyo popular. Alberto Cárdenas, quien había ganado la
candidatura en el partido a Gabriel Jiménez Remus, logró un triunfo rotundo y tuvo la posibilidad
de gobernar con un congreso local de mayoría panista.
Es cierto que hubo entidades federativas donde, aunque el PAN no logró triunfos, avanzó
de manera relevante respecto de sus propias cifras. Por ejemplo, en las elecciones para
gobernador en Nuevo León en 1991. Consiguió el 31.5% de los votos, teniendo como candidato al
empresario Rogelio Sada Zambrano. El priísta Sócrates Rizzo alcanzó el 60% de los votos y el
perredista Lucas de la Garza el 2.7%. El PAN logró una diputación de mayoría y 12 de
representación proporcional; 25 de mayoría fueron para el PRI y dos de representación para el
PRD.32 En la participación electoral panista la tendencia era ascendente, aun en las entidades
donde no alcanzaba cargos de representación importantes.
è. < %" % # % 2 #
% % & 4 <& £+ £++,&
è£ )% " 6 &
%
;" # K> /( " 7
%
% % # % ( L
%
D # % % > ' # %7
M
£9
£++è
%& 9&
è- *< "
£: £++:& %& £è,&
c
())*
Pero las expectativas Diego Fernández de Cevallos y del resto de los candidatos a la
presidencia de la República sufrieron un cambio profundo desde la irrupción del Ejército Zapatista
de Liberación Nacional en Chiapas.
Cuando la rebelión indígena se desató en enero y después, cuando el candidato del PRI fue
asesinado, el proceso electoral, los partidos políticos y sus candidatos se vieron amenazados por lo
que parecían implicar tales hechos: la inutilidad de la vía legal para la transformación política.
Para los partidos en general y en particular para Acción Nacional, la presencia de un grupo
armado y clandestino era condenable, pues existían cauces legales y pacíficos para resolver los
problemas que hicieron explosión en Chiapas. Pero sobre todo, el Cuestionamiento que ese
movimiento armado hizo de los procesos electorales, significó también una dura crítica a todos los
actores electorales. De hecho, a principios de año solamente el PRI y el PAN recibieron severas
impugnaciones de parte del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Al PAN le hizo la
misma crítica que desde 1989 otras fuerzas políticas le habían hecho: su alianza con el gobierno. Al
PRI, la de ser un partido de Estado, de ser parte del "gobierno usurpador",
______________________________________________________________________________
£
U
Î
Días más tarde, el pacto de civilidad al que el presidente de la República había convocado desde
principios de diciembre, cristalizó en el "Acuerdo por la paz, la democracia y la justicia", que fue
signado por ocho partidos y sus candidatos presidenciales (el PPS no lo firmó).
c
El acuerdo de los ocho partidos recuperó muchas de las propuestas del PAN. Este fue el primero
de los pactos que los actores político-electorales asumieron a lo largo de la campaña. Las difíciles
condiciones de lucha así lo exigían.
Por otro lado, en las elecciones de diputados locales el PRI sufrió un severo revés puesto que si
bien tendrá el mayor número de diputados, 30, el resto de los partidos sumaron 45: 22 el PAN (de
las cuales 12 fueron plurinominales), 16 el PRD (II). Las 4 del PVEM, 2 del PT y una del PC, fueron
todas plurinominales. El PRI no tuvo derecho a que se le otorgaran de este tipo de curules,Según
decisión del Tribunal Estatal Electoral.37
El lamentable deceso de Luis Donaldo Colosio provocó una sacudida semejante o más
fuerte que la del primero de enero: el hombre designado por el presidente de la República para
ser candidato del PRI había sido asesinado. Las instituciones políticas, se dijo en su momento,
estaban seriamente lesionadas.
También el resto de los partidos sufrieron las consecuencias de estos hechos. Para Acción
Nacional, que de inmediato condenó el crimen, era necesario reafirmar el camino legal, asegurar
la realización de los comicios y echar mano de la ley para alejar al país de caminos de violencia,
injusticia y desigualdad.
Como una de las fuerzas que confeccionaron el orden legal para la elección. Acción
Nacional tuvo reticencias para cambiar la ley electoral y asegurar con ello (se decía) una mayor
limpieza en los comicios. La rebelión indígena forzó una serie de modificaciones en el gabinete y
en la ley que finalmente el PAN tuvo que aceptar para fortalecer precisamente lo que el
movimiento armado estaba poniendo en duda: la vía electoral para el cambio político. Finalmente
Acción Nacional tuvo que modificar su actitud para favorecer tales reformas. Entonces se
cuestionó también su planteamiento de que ya estaban dadas las condiciones normativas
necesarias para un proceso limpio.
Al final, las novedades del marco legal (principalmente en los órganos reguladores) fueron
vistas con buenos ojos por este partido. Incluso pudo constatar la confiabilidad del padrón
electoral, instrumento sumamente impugnado por el PRD.
Con respecto al PAN, el debate público entre los tres principales candidatos significó el
reconocimiento de Fernández de Cevallos como un aspirante superior a Cuautémoc Cárdenas y
capaz de derrotar a Ernesto Zedillo.
è:& A ' 7 % % 7
% % %
= & 4 ' % )> ! >
! % N
# " $ % & 4= & -1 £++:& %& £ ! -0&
c
Los números que arrojó la jornada electoral no fueron desfavorables al partido, pues
incrementó en todos los terrenos los resultados alcanzados en otros comicios: en la elección
presidencial se ubicó en segundo lugar con el 26.7 % de los votos, lo que representó 9 millones
221 mil 474 sufragios en favor de Fernández de Cevallos; consiguió 24 senadurías como primera
minoría, 18 diputaciones de mayoría relativa y 101 de representación proporcional. Pero para los
propios panistas fue sorprendente el triunfo nacional del PRI, que incluso tuvo mayoría en los
estados gobernados por Acción Nacional (Baja California. Chihuahua y Guanajuato).
Desde ese día Fernández de Cevallos se retiró del escenario político electoral No apoyó
con su presencia a los panistas que en algunas regiones desataron una lucha infructuosa.
Solamente apareció en la televisión para reiterar lo dicho el día 22. Fernández de Cevallos señaló
que el PRI numéricamente había triunfado, pero que de ningún modo podía avalarse la elección.
Evitando aclarar lo ambiguo de su postura, abandonó el proceso cuando aún faltaba un tramo por
recorrer.
Tanto el CEN como el Consejo Nacional panistas (el primero, la dirigencia nacional; el
segundo, un grupo de destacados militantes y dirigentes locales) emitieron sendos documentos
c
condenatorios de las prácticas fraudulentas que se presentaron a lo largo del proceso. No hubo ni
descalificación ni aval al resultado de los comicios. Tampoco una exigencia general de "limpiar" la
elección o convocar a otro proceso. En lugar de ello, Acción Nacional demandó al gobierno la
realización de una serie de reformas de carácter do al gobierno la realización de una serie de
reformas de carácter político:
Asimismo, el Consejo delegó ciertas tareas inmediatas al CEN, el cual impulsaría, en caso de haber
pruebas, una lucha por el reconocimiento de triunfos; definiría la posición del partido ante la
calificación de los comicios; exigiría la redistritación del país y de los estados y promovería la
permanencia de los consejeros ciudadanos del Consejo General del IFE hasta que culminara la
renovación de todos los órganos electorales y distritales.35
Antes que impugnar las elecciones, Acción Nacional tan sólo dio su testimonio acerca del proceso;
en lugar de plantear la ruptura con el gobierno, optó por conservar y, después de 1994, tender un
puente para la negociación; en vez de construir una alianza con la otra fuerza de oposición (el
PRD), decidió seguir actuando por cuenta propia para lograr las reformas del "sistema".
La idea de un gobierno de coalición (o plural) estuvo presente desde el principio de esa campaña
(a finales de 1993). Y eso implicaba la posibilidad no de una alianza entre el PAN y el PRI, sino
entre el PAN y el régimen.36
è, 7B" 5 7 è % £++:& "
+ % £++:
%%& -1(-+&
c
El resultado de los comicios presidenciales de 1994 dejó al PAN en una posición incómoda
ante el régimen. Una vez más el PRI acreditó su recuperación y el resto de los partidos no lograron
desbalancear en su favor el esquema de fuerzas en la composición del Congreso de la Unión. Los
votos del partido ya no eran indispensables para el gobierno y mucho menos para importantes
sectores del PRI, los cuales no habían aceptado del todo la negociación con el PAN para modificar
el marco legal del régimen.
En medio de los encuentros y desencuentros entre el gobierno y los partidos, Acción Nacional
comprobó que su estrategia de diálogo finalmente había sido la mejor forma de atravesar el
pantano de la transición. Aunque el PRD dejó de criticar el método para cuestionar más tarde el
contenido de las negociaciones, a final de cuentas, quien lograría hacer realidad sus propuestas (o
al menos acercarlas a ella) fue el PAN- El voto otorgado por los ciudadanos al partido le dio un
papel determinante en el escenario político nacional y lo llevó a erigirse en auténtica opción para
las elecciones del 2000,
Luego de la liza federal del 94, el crecimiento electoral del PAN siguió dándose en el plano
local. En 1996 el PAN y el PRD ganaron la mayoría de diputaciones en un congreso local. El Estado
de México, entidad aledaña al Distrito Federal y de una importancia socioeconómica indudable,
fue el espacio regional donde el voto de los ciudadanos llevó a la conformación de lo que se
denominó al principio como un gobierno dividido: el gobernador perteneciente a un partido
diferente a alguno de los que adquirían la capacidad de construir la mayoría en el congreso del
estado. Además estos dos partidos conquistaron los principales municipios de la entidad, los más
ricos, los más poblados, los más urbanizados. En las elecciones del 11 de noviembre en el Estado
de México, el PAN conquistó 22 municipios, entre los que se ubicaban como los más importantes
de la entidad:
è9 B% & )% "
%
"2 7 % %%
% " # % $ % ! % #
% ' " % ' % %C <= & 4 %
" % "
#
# %
% "
O
P*
£ % £++:
%& ,&
c
Por otro lado, en las elecciones de diputados locales el PRI sufrió un severo revés puesto que si
bien tendrá el mayor número de diputados. 30, el resto de los partidos sumaron 45; 22 el PAN (de
las cuales 12 fueron plurinomiriales), 16 el PRD (II). Las 4 del PVEM, 2 del PT y una del PC, fueron
todas plurinominales. El PRI no tuvo derecho a que se le otorgaran de este tipo de cumies, según
decisión del Tribunal Estatal Electoral.37
La presencia del PRD como fuerza real en el sistema de partidos fue otro de los fenómenos
que ocurrió en este tiempo. Ya no se contabilizaban únicamente los triunfos del PAN sino también
los del PRD. A menudo la competencia fue entre el PRI y el PRD, teniendo como convidado
dl^piedra al PAN (como en entidades como Tabasco, Zacatecas, Tlaxcala o Guerrero). En otras
ocasiones la competencia bipartidista se daba entre PRI y PAN ante la raquítica presencia del PRD
o de otros partidos pequeños.
Los candidatos postulados tenían una trayectoria similar: la mayoría de ellos provenían del
sector empresarial pero no del estrato más privilegiado; eran empresarios medianos o pequeños
con un asiento fuertemente regional; varios de ellos contaban con experiencia ya como
presidentes municipales panistas o como dirigentes de organizaciones empresariales; salvo Héctor
Terán, el segundo gobernador panista de Baja California, los otros gobernadores contaban con una
corta trayectoria en el partido que por lo general databa de mediados de la década de los ochenta.
De tal suerte que el éxito electoral panista ha sido disfrutado no tanto por el militante de base sino
por aquellos recién llegados que debido a la cerrada estructura de oportunidades del partido, se
erigieron de la noche a la mañana en destacados líderes del panismo, a tal grado de representarlo
en una elección.
explica debido a que la dirección nacional tiene en sus manos dos espacios de poder
fundamentales (que no tienen los dirigentes regionales): en primer lugar, la negociación con el
gobierno; en segundo, la representación en el Congreso de la Unión.
Los dirigentes panistas establecieron como estrategia esencial el diálogo con el gobierno
desde 1988. Quienes se han encargado de formularlo e instrumentarlo han sido justamente ellos.
Un factor externo se combina con uno interno: los titulares del poder Ejecutivo desde 1988 al
2000 trataron de construir acuerdos con los líderes de los partidos y no mediante el trabajo
parlamentario; eso permitió el disfrute de ciertos privilegios para los dirigentes que han negociado
con el gobierno sin regirse por un marco legal reconocido. En segundo lugar, a causa de que
muchos de esos acuerdos debían concretarse y legalizarse, y también debido a que el acuerdo
cupular no siempre resulta eficaz, los grupos parlamentarios han cobrado una importancia sin
precedentes en la dinámica del sistema de partidos y naturalmente al interior de cada uno de ellos
también. Si se toma en cuenta que en el PAN la postulación de candidatos a diputados de
representación proporcional y la designación de los coordinadores de tales grupos son
prerrogativas del CEN, entonces se pone en relieve el papel de éste al interior y al exterior de la
organización.
Los problemas de la clase política priísta han servido para encumbrar al PAN y al PRD como
partidos gobernantes en el plano local. Una crisis en el PRI local allanó el camino para que Alberto
Cárdenas triunfara en Jalisco, para que Fernando Canales Clariond lo hiciera en Nuevo León y para
que Ignacio Loyola sorprendiera a la mayoría conquistando la gubernatura de Querétaro. Algo
parecido ocurrió en Nayarit en 1999, aunque en este caso el PAN formó parte de una coalición
encabezada por un destacado ex priísta.
En Baja California y Guanajuato el panismo refrendó sus triunfos de seis años atrás. Pese a
que los ataques a las gestiones de Ruffo y Fox fueron cotidianos, el electorado prefirió votar por
los representantes del partido gobernante, el partido albiazul. En el caso de Guanajuato se supo
desde el inicio que el gobernador Fox preparaba con mucha anticipación su campaña en pos de la
presidencia de la República. Su proyección y su propaganda sirvieron para publicitar a su gobierno
y de paso para fortalecer una visión positiva del PAN entre el electorado.
El panismo de hoy tiene una trayectoria electoral que se destaca por su inicial presencia en
el piano local y su acelerado desarrollo en el plano nacional. Si se toman en cuenta sus resultados
en las elecciones presidenciales de 1988.1994 y 2000, el ascenso es realmente notable. En 1988
Acción Nacional no se derrumba en su votación pese al desplazamiento que sufre al tercer lugar a
manos del Frente Democrático Nacional cardenista. En 1991 y 1994 vuelve a tener ese lugar
tradicional, para en 1997 ceder terreno de nueva cuenta, ahora al PRD.
Si se toma en cuenta la actuación del partido en el plano municipal, las conquistas fueron
realmente notables; en 1996 ganó los municipios más importantes del Estado de México, mientras
que en Coahuila triunfó en Monclova, capital del estado, y en otros 8 municipios en los cuales vivía
el 62.8% de la población de la entidad. No está demás señalar que su porcentaje de votación
ascendió de 7.64 de la elección anterior, a 37.1% en la de 1996.
c
())-
A principios de año, poco antes de las intermedias federales, el panismo accedió al poder
municipal en la capital de Morelos y contribuyó a que el PRI perdiera el control del congreso local.
Con ello acreditó su inserción electoral en las zonas urbanas más relevantes.
Pero una lectura detenida de los resultados de los comicios federales devela una
desaceleración del crecimiento electoral panista. En los anteriores había logrado el 25.81 % de los
sufragios; tres años después se quedó con casi el mismo porcentaje (26.60%). Naturalmente
pesaba mucho que 1997 fuese un año de elección intermedia y no presidencial, pero hubo otros
partidos que a pesar de todo incrementaron su caudal electoral entre una elección y otra (por
ejemplo el PRD, que pasó del 16.65 al 25.72%). En cuanto a número de escaños, el PAN saltó de
conquistar 20 distritos en 1994 a 64 en 1997; empero, el PRD aumentó de 7 a 70 respectivamente.
Sumadas a las cumies de representación proporcional (que fueron 57), Acción Nacional se
convirtió en la tercera fracción parlamentaria después del PRI y el PRD, que consiguieron en total
239 (165 de mayoría y 74 de representación proporcional) y 125 (70 y 55), respectivamente.
El PRI consiguió el 47.8 de los votos para diputados. A diferencia de lo ocurrido en 1988,
no alcanzó la mayoría absoluta de los integrantes de la Cámara de Diputados. Con ello de nueva
cuenta la negociación con el resto de los partidos fue indispensable para el gobierno. Sobre todo
porque ahora la mayoría no priísta podía tomar decisiones sin que el PRI estuviera de acuerdo.
En el senado, el PAN agrego 9 escaños a los 23 que tenía, con lo cual su grupo quedo
integrado por 32 de sus militantes lo que significó el 25.2%. El PRI incremento 13 a los 63 previos,
teniendo en total 76, lo cual represento el 59.8%. El PRD añadió 8 a los 8 que tenía, para hacerun
total de 16(oseael 12.6%). Estodio como resultado que el bloque mayoritario de diputados,
compuesto por el PAN, el PRD, el PT y el PVEM, tuviera como dique principal a la mayoría priísta
de la Cámara de Senadores.
Sin embargo, la fuerza del bloque obligó al PRI y principalmente al gobierno a realizar un
arduo trabajo parlamentario dentro y fuera de la cámara de diputados. Tanto los dirigentes de los
partidos como los mismos diputados y senadores fueron sustantivos en la toma de acuerdos en el
Congreso de la Unión, que de nuevo asumió su papel de contrapeso al Poder Ejecutivo.
El PAN fue quien inclinó la balanza a favor del ejecutivo porque finalmente votaría más al
lado del PRI que con el resto de los partidos. El cálculo político pesó mucho en su proceder pues
los panistas supieron desde el principio que el Senado podía ser un obstáculo insalvable si no se
acordaba con el PRI antes. De nuevo el partido prefirió aliarse con el gobierno federal en vez de
impulsar a fondo al "bloque opositor".
Los resultados de la elección federal tuvieron mucho que ver con la fuerte competencia
por la Jefatura del Gobierno del Distrito federal. Por primera vez puesta en juego, la importancia
c
de este espacio para la lucha por el poder en México se manifestó en la proyección nacional que
tuvieron las campañas locales. Alfredo del Mazo por el PRI, Cuauhtémoc Cárdenas por el PRD y
Carlos Castillo Peraza por el PAN fueron los contendientes principales que desarrollaron campañas
de trascendencia nacional. El arrastre del voto a favor de unos y en contra de otros se evidenció en
las cifras ya señaladas.
Con el 48,09% de los votos, el PRD arrasó en la capital del país conquistando la Jefatura de
Gobierno. 38 de los 40 escaños locales y 29 de los 30 diputados federales. El PAN, por su parte,
cayó al tercer lugar en la competencia por la Jefatura al conseguir el 15.5% de los sufragios, lo que
le dejó con dos diputaciones locales y una federal- En este caso el retroceso panista es evidente
pues en las elecciones anteriores había mostrado una tendencia ascendente (1988:22%; 1991:
24.3%; 1994: 26.5%). Por si fuera poco, las encuestas previas al proselitismo electoral señalaban
que la mayoría de las preferencias ciudadanas estaban a favor de Acción Nacional. ¿Por qué
entonces este resultado?
La oferta electoral de Castillo Peraza no dejó de lado ningún problema social de la zona geográfica
económica y políticamente más importante del país. Las soluciones se plantearon en función de lo
que tradicionalmente había manejado la organización. Los problemas más apremiantes tuvieron
una propuesta de solución por parte del candidato, que no siempre satisfizo a los sectores sociales
involucrados;39 tal vez este fue su principal error. El panista oriundo de Yucatán confirmó su
preferencia por hacer responsables a los ciudadanos del Distrito Federal de su propio bienestar, lo
cual implicaba una política económica y de gasto social realista,acorde con los tiempos de políticas
neoliberales que se vivían. Los subempleados de la economía informal vieron amenazada su
fuente de subsistencia por las propuestas del panista.
Castillo reconoció como adversarios al PRI y al PRD. Incluso cierta parte de los medios lo
vio más beligerante frente a Cuauhtémoc Cárdenas que ante Alfredo del Mazo. En todo caso la
postura del panista estuvo a contracorriente de la del perredista, quien desde su campaña en 1988
no reconoció al PAN como una fuerza autónoma sino subordinada al gobierno y sus políticas
neoliberales. Lo cierto es que en 1997, finalmente, en el discurso de Castillo Peraza la crítica fue
sistemática a "las dos versiones del PRI", como solía hacer referencia el entonces candidato.
Su exclusión del debate público entre los dos principales contrincantes dejó sin un
incomparable espacio de propaganda al panista, que se encontraba ubicado ya en. el tercer lugar
de los sondeos electorales. Huelga decir que la pésima relación de Castillo con los medios fue un
c
elemento más que dejó sin fuerza al candidato para la competencia electoral. Nada más
cuestionable que la actitud asumida por el abanderado panista frente a los medios de
comunicación, los cuales, por su parte y confirmando su papel, se dedicaron a rescatar sus traspiés
y su lenguaje escatológico (dirigido a los propios informantes), que a destacar sus propuestas de
campaña.
El Distrito Federal no encendió los focos rojos en Acción Nacional debido a que sus
miembros sabían perfectamente sus carencias. La conquista de las gubernaturas de Nuevo León y
Querétaro en julio de 1997 retrasaron el reconocimiento del estancamiento electoral de Acción
Nacional. Pocos meses después sería ineludible debido a los resultados de los comicios locales
siguientes. Un repaso de los mismos permite percibir esta situación:
-? El partido se rezagó en Sonora por un agudo conflicto interno que fue resuelto con la
intervención discrecional del CEN. La consecuencia fue que el partido vio pasar al PRI y
al PRD en la recta final por la gubernatura. El primero la ganó y el segundo lo hizo en
cinco de las ciudades más importantes. El PAN únicamente acreditó su triunfo en tres
de los municipios, si bien de los más sobresalientes. Junto con el PRD conquistó la
mayoría en el congreso local.
-? En San Luis Potosí no avanzó, en parte debido a que no apoyó al candidato heredero
de Salvador Nava Martínez y el Frente Cívico Potosino, organización local que prefirió
competir con las siglas del PRD, sin mayor suerte.
è0 %" % & ) / & 4 " = %
" 1:&,:8 % -,&:9Q & "
1 £++1&
è+ % % ' B ) # %" ' ! %C % %
& "
: £++1&
c
-? Colima, Campeche y Tabasco fueron entidades con una exigua votación a favor del
partido. En ellas prevaleció el bipartidismo PRI-PRD.
-? En noviembre de ese mismo año, en Veracruz, la oposición ganó en 107 de los 210
municipios: 59 el PRD. 39 el PAN, 6 el PT. 2 el PVEM y 1 el PPS. Aunque el PRI triunfó
en 103 municipios, el resto gobernaría por tres años por lo menos al 68.5% de la
población de la entidad
()).%()))
El año de 1998 trajo al PAN una importante cantidad de derrotas. Si bien la estrategia
electoral que le había dado éxito antaño siguió vigente, al parecer el entorno electoral cambió de
manera sustantiva sin que el partido se diera plena cuenta de ello. En primer lugar, el voto ya no
dependía exclusivamente de una actitud antiPRI como sucedía antes. Entonces los ciudadanos
estuvieron en posibilidad de evaluar el ejercicio gubernamental de diversos partidos y en función
de ello extendieron su voto a favor de uno y en contra de otros. El negativo resultado de
Chihuahua se inscribió en esta línea.
En segundo término los resultados del 97 y el 98 indicaron que, además del PAN y el PRI,
había un tercer competidor, el PRD, que estaba manifestando los resultados de su trabajo
partidista tanto en las federales del 97 como en las locales del 98. Más allá de toda retórica, hasta
1994 el PRD no había conseguido triunfos electorales de importancia. Serían los comicios de 1995
y primordial mente los de 1997 los que le dieron el empuje que conservó todavía en 1998. Aunque
desde el 88 el PAN vio al neocardenismo como un enemigo de cuidado, desestimó la fuerza que
tendría en el mediano plazo.
En tercer lugar, las escisiones del PRI no beneficiaron al PAN sino principalmente al PRD. Los
desgajamientos del partido gobernante fueron a dar al PRD, el cual incrementó notoriamente sus
filas y su caudal electoral al ganar con expriístas las gubernaturas de Zacatecas, Tlaxcala y Nayarit.
En éste último estado el tradicionalmente endeble panismo local se sumó a la coalición PRD-PT
que apoyaba la candidatura de Antonio Echavarría, consiguiendo para el panismo una victoria
pírrica. Pero veamos con detenimiento los resultados.
En Yucatán el partido perdió 8 de los diez municipios que tenía y 2 de siete distritos locales,
aunque retuvo la alcaldía de Mérida.
c
En Baja California, con gobernador propio, dominó la votación en tres de los cinco
municipios (Tijuana, Mexicali y Rosarito) pero perdió la mayoría en el congreso local.
En los comicios de gobernador de Durango,el partido quedó en segundo lugar con Rosario
Castro Lozano, exalcaldesa de Lerdo, con el 30.89% de los sufragios por 39.89% del PRI con Ángel
Sergio Guerrero Mier.
En Zacatecas el partido fue testigo de la victoria del PRD, cuyo candidato ex priísta, Ricardo
Monrreal, le arrebató la Gubernatura al PRI. PAN, PRD y PT consiguieron la mayoría absoluta en el
Congreso del estado.
En Chiapas los resultados fueron magros: el partido se llevó 4 municipios, entre ellos de
nuevo la capital.
En Puebla, el PRI retuvo la Gubernatura al vencer a la lideresa histórica del panismo local,
Ana Teresa Aranda, por un margen amplío de votos. También recuperó la capital, tradicional
bastión del partido. En tanto, el expanista y empresario Ricardo Villa Escalera, postulado por el
PRD, se ubicó en el tercer lugar.
En Sinaloa el contexto parecía propicio para que Acción Nacional diera la sorpresa. Sin
embargo, el PRI conservó la gubernatura con Juan S. Millán, sobre el candidato del PAN, el
empresario Emilio Goicochea Luna.
Acción Nacional también fue testigo del triunfo perredista en Tlaxcala, donde el expriísta
Alfonso Sánchez Anaya, candidato de la Alianza del PRD. PT y PVEM, conquistó la gubernatura.
En 1999, las cosas no resultaron mejores para Acción Nacional. Si bien se puede
contabilizar en su favor el triunfo en Nayarit, lo cierto es que allí ganó un expriísta con base en una
coalición electoral en la cual el panismo pesaba poco.
c
La experiencia de coa lie ion electoral también se llevó a la práctica en Coahuila, donde el
PRI recuperó el terreno perdido en las elecciones anteriores e incluso derrotó al PAN en su bastión
Mon-clova, capital de la entidad.
En Hidalgo el partido se negó a sumarse a la coalición electoral con el PRD. encabezada por
Miguel Ángel Granados Chapa, y no tuvo avances significativos.
Finalmente en el Estado de México el PAN perdió la gubernatura ante el PRI, mientras que
en Hidalgo conquistó 10 municipios, el principal Pachuca, capital del estado.
Los resultados de los años 1997-1999 son en términos generales desfavorables para elPAN. De
manera natural, el intercambio de votos con el PRI y el PAN señalan con mayor claridad que antes,
una dinámica electoral cambiante, en la cual ninguno de los partidoscontendientestiene dado el
voto de una vez y para siempre. Sin embargo, más allá de los resultados negativos, sin avanzar
espectacularmente, la inserción del PAN entre el electorado fue creciendo en forma destacada. A
finales de 1999 gobernaba seis estados de la república (Baja California, Jalisco, Guanajuato, Nuevo
León, Aguascalientes y Querétaro) y uno en coalición (Nayarit), estaban en sus manos 287
presidencias municipales (entre ellas 12 capitales de estado), contaba con nutridas fracciones
parlamentarias en congresos locales, tenía 121 diputados federales y 32 senadores. Considerando
los estados, la población gobernada por Acción Nacional ascendía a 30% del territorio nacional a
finales de 1999.4S
:: )%
%" $ £ ' # % %
' & "
è £++0&
c
Los conflictos internos explican en parte la estrategia seguida por Fox para obtener la
candidatura presidencial del partido. La estructura de oportunidades no era propicia para que la
consiguiera un militante alejado de la dirigencia nacional. En el PAN prevalecía el voto indirecto
para selección de dirigentes y de candidatos, el centralismo permeaba todos los niveles de
participación y el CEN, candidatos declinó en favor del otro y finalmente la alianza no se realizó.
Esta idea de transformación fue lo que dio el nombre a la alianza electoral que el PAN
estableció con el pequeño Partido Verde Ecologista de México (PVEM): la Alianza por el Cambio.48
Acción Nacional construyó dicha coalición con fin de aparecer como competitiva ante la Alianza
por México, una coalición de cinco partidos encabezada por el PRD y cuyo candidato presidencial
era Cuauhtémoc Cárdenas. Más allá de ese objetivo no hubo otro, pues las propuestas sobre
medio ambiente no fueron sustantivas a lo largo de la campaña.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
:,
)
7 ' 7
!
<=
& -...
%%& -1(è.&
c
fuerte, no mínimo, que debía garantizar que no se generaran conflictos en las relaciones sociales
que obstaculizaran el desarrollo económico y resquebrajaran la armonía social. El estado no debía
ser propietario sino impulsor de la iniciativa privada; debía asegurar la libertad individual para
elegir y el derecho de propiedad. Así, cualquier política donde el estado asumiera un papel
protagónico resultaba, para Fox como para el panismo, una política que desalentaba, constreñía,
limitaba la libertad de los individuos a participar en el mercado.49
Hay que hacer notar que la base del discurso foxista (que es la misma del PAN) era el
individuo y no el estado, no la sociedad, no la empresa o la comunidad. En ello su postura se
distinguió de la de los neoliberales mexicanos, pues mientras que estos optaron por sustentar su
modelo en la gran empresa y la apertura comercial, los panistas preferían asegurar un mayor
margen de maniobra para los empresarios en general, poniendo el acento en la iniciativa
individual para lograr un desarrollo sostenido.Según el guanajuatense, el desarrollo estaría
sustentado en el impulso de no solamente las grandes empresas o del sistema financiero, sino
principalmente en el estímulo de la pequeña y mediana empresas, las cuales (según la perspectiva
de Fox) habían sido ignoradas o abandonadas a su suerte por los gobiernos priístas. Aquí es donde
se dejó ver la extracción social de Fox y de gran parte de los panistas de hoy.
:0 4 /4< " ! %#;
%
% % !
> B% ?# ' @ ! ! ' % %C $
%> &
:+& 4 %
) = % H <= & &
£+++
%%& 19 ! £:1R ! ) = % %
<= & 4 -...
-...
%%& -1(è£
% % %
! 6
) ? &@&
6 % -...
<= & ) 4& -..
%%& ££(è1&
,. B
@ % ' ' % # " # %
% R %
7 % 7 ' % > % & /
> " %C ' # % ' % ' % '
%% "
( " % ! % %
' ! (& / % ! %% !
% " % " # % "
c
Las relaciones estado-iglesia constituyeron una cuestión definí tona para la caracterización
de la propuesta foxista de gobierno.
Más allá de las diversas manifestaciones de sus creencias religiosas en los actos de
campaña, " Fox planteó una serie de lineamientos en un documento denominado: "Proyecto para
la libertad religiosa y relaciones estado-iglesia", que se conoció como "el decálogo" y que fue
dirigido expresamente a la jerarquía católica.
Fox fue criticado por afirmar que resol vería el conflicto en 15 o 30 minutos. Esta idea no
solo era un alarde propagandístico del candidato, sino sobre todo mostraba un voluntarismo que
poco reparaba en la ardua labor de convencimiento que tendría que hacer con el ejército y
principalmente con Acción Nacional para tomar esas medidas. El PAN no comulga del todo con esa
concepción foxíana como se confirmó en el 2001 con la aprobación de una ley indígena que no
satisfizo los intereses del grupo guerrillero y de otras organizaciones representantes de los
intereses indígenas.
En el ámbito político fue donde los planteamientos de Vicente Fox se separaron del orden
establecido. Fox manejó la idea de un nuevo pacto social entre gobernantes y
gobernadosmediante el cual se asentara un auténtico régimen democrático, en el que se hiciera
realidad el federalismo, la división de poderes y la rendición de cuentas.
,£ B %
" % ' & 4 ' O5<
' % % % % % & 4 /5
%>
"
%" " > # ' ! % & ) =
% %
=%" %
?# " £. % =@ " %%& / ' %"
" % ! % % " % ' %C ! %
% # C # & % # $
# % % % % &
c
,-& 4 % %; " %
> % % =& 4 B
6
%
$D ; % #
6 £0£. $ & 4 C " % ' 4% %
<= % ' %%" % & ) $
%" ' 7S 7& ,è& % % %"
$ 2 % % ' ' % % ! %
% " $ & %
%
! % ' %% £è.& "
T( > % " ! % % ! %
$ " > > & B % %
% " ' ' # ! % % 7 !
$ 7
'& > '
1 ! & -...
%& :&
,: A % % % % ! = %
& # % % !
% $ % %" %
! ' # %% & 4 > % % 4 N% "
5
' ; $%& 4=%" "
4N5
" = £++: > %(
" !
! 4 N %
'
% " %&
c
Como puede apreciarse a partir de este repaso general de las más importantes posiciones
políticas del candidato y su organización, las posturas ideológicas de Fox fueron claras: de derecha,
como las de su partido, el PAN, 55
La presencia electoral y de gobierno que Acción Nacional había logrado así como su
postura anti-PRI y anti-gobierno fue lo que permitió a Fox obtener el respaldo de la mayoría de los
ciudada0)s para derrotar en las unías a sus contrincantes. Particularmente sirvió el llamado al
"voto útil" que impulsó sistemáticamente en los últimos 45 días de su campaña. Fox hizo
reiterados llamados a Cuauhtémoc Cárdenas, a los militantes y a los simpatizantes de la
Alianza por México para conceder su voto a su candidatura y "sacar al PRI de los Pinos". El
llamado a la emisión del voto útil no tuvo mucho eco entre las dirigencias de los partidos, pero el
panista atrajo a destacados miembros de otras fuerzas, con lo cual pareció imprimirle a su alianza
un pluralismo del cual carecía al principio.
Juan José Castro. ex presídeme del PRI en Guerrero; Florencio Sal azar Adame, ex
secretario de gobierno en Guerrero (fue nombrado Coordinador de Adhesiones en el comité de
campaña foxista); Sergio Román Velázquez, ex candidato a la presidencia municipal de Almoloya.
Por otro lado también lo apoyaron. Joel Ortega, del desaparecido PCM; Evaristo Pérez Arreóla, con
un largo historial (ex dirigente sindical, ex asesor del presidente Salinas de Gortari. ex presidente
municipal de Ciudad Acuña por el PFCRN, fundador y dirigente del Partido Unión Democrática de
Coahuila y diputado local por el PT).
c
El PAN tuvo una gran actividad y presencia en zonas urbanas, en particularen capitales de
estado. Aplicó una estrategia selectiva de movilización después de las jornadas electorales en
contra del fraude. En no todos los comicios el partido se manifestó en contra de las
irregularidades. El caso más claro fue el de San Luis Potosí.
no obstante el poderío que el PRI manifestaba al conservar en sus manos la gran mayoría de los
puestos de representación política de gran en verga-dura entre 1983 y 1988.
El PAN fue el primer partido que pudo llamar la atención del país y del extranjero sobre la
ilegitimidad de los triunfos del PRI (con el "caso Chihuahua*' de 1986). En elecciones estatales se
enfrentó al gobierno y a su partido, logrando importantes victorias políticas.
Los triunfos electorales vinieron después. Con base en su anti-gua presencia en varias
regiones del país. Acción Nacional fue la opción que los ciudadanos eligieron para manifestar su
inconformidad con el gobierno. Posteriormente el partido ganó en forma consecutiva los mismos
puestos, lo que le permitió consolidarse como fuerza electoral y como gobierno. En resumen, a
partir de1989 su actitud respecto de sus adversarios cambió, y también sus triunfos electorales
comenzaron a multiplicarse.
El ascenso electoral se detuvo temporalmente en 1994, como para el resto de los partidos
de oposición. El resultado de los comicios presidenciales confirmó al PAN como segunda fuerza
electoral y al PKD como parte del sistema de partidos, cada vez menos hegemonizado por el
partido gobernante: el multipartidismo moderado era ya una realidad.
Los éxitos electorales del panismo no continuaron como señalaba la tendencia. Hubo
graves retrocesos como el de Chihuahua. No obstante, los triunfos en el plano municipal o distrital
continuaron. El panismo prosiguió con su paulatino desarrollo en el plano local, proceso que el
PRD no experimentó, con todo y sus cuatro ejecutivos locales, presumiblemente a causa de que su
c
éxito no radicó en sus propias bases sino en las escisiones del entonces partido gobernante. La
estructura panista se afianzó en otras regiones del país, no conocidas por el partido hasta
entonces. Y los espacios geográficos que le correspondió gobernar le concedieron la posibilidad de
acercarse a ciudadanos que poco sabían de Acción Nacional.
Solo de esta manera puede entenderse, en parte, el triunfo que lograría este partido en las
elecciones presidenciales del 2000. Este fue el momento de la recuperación panista. Siendo fiel a
la estrategia electora] que desde los ochentas le rindió frutos, el partido postuló a un candidato de
reciente ingreso, de extracción empresarial, que utilizó un severo discurso antipriísta, que
enarboló la bandera del cambio y que con vastos recursos (no únicamente los del partido) llevó a
cabo una eficaz campaña en los medios de comunicación.
En perspectiva histórica, hay factores internos que explican el éxito electoral del PAN : la
renovación generacional que ocurre apartir de los años setenta, donde los viejos fundadores o
seguidores de los principios originales ceden su lugar ante el empuje de los nuevos militantes (no
todos empresarios); el acentuado poder de los bastiones regionales, donde justamente se
fortalece cada vez más la presencia del partido; el activismo empresarial, que le inyecta una
importante cantidad de recursos y que refuerza su orientación electoral; una serie de sencillas
posiciones ideológicas conservadoras que radican sustancialmente en la defensa de la libertad, del
individuo y de la propiedad; una postura anti estatista y contestaría, traducida en una crítica al
gobierno y al PRI por su incapacidad e ineficacia para resolver los problemas de la nación. Todo
ello hizo del PAN una organización electoral fuerte en el contexto político mexicano.