La
el que escribe de atropello injusto, no queda más remedio que darla a conocer a la
opinión pública y hacerse varios interrogantes: "¿Existe en la Fábrica carbón
suficiente para alimentar las máquinas? En caso afirmativo, ¿se gasta el carbón
necesario para que las máquinas trabajen con la intensidad debida? ¿Hay en las
máquinas o en la instalación algún defecto importante que no se ha pensado en
reparar? En el supuesto de que el mal sea irremediable ¿tendrá la 'Electra' el valor
de decir la verdad a sus abonados? ".
permite conocer las grandes carencias del urbanismo de la localidad a comienzos del
siglo XX , que sufrieron en mayor o menor medida los vecinos que en ella vivieron.
Estas no sólo afectaban al alumbrado público, y como muestra un botón: la prensa de
la época recoge el lamentable estado de las calles garrovillanas en 1916, aún por
asfaltar en su mayor parte y por la que circulan gran cantidad de animales
domésticos: “¡Que calles! ¡Qué calles! Para poder andar por ellas sin enlodarnos
nos vamos á tener que ingresar en la familia de las zancudas, y á veces remontar el
vuelo para no tropezar con caballerías, carros y puercos.”
Nos resultaría difícil hoy imaginar nuestra localidad sin alumbrado público al
ponerse el sol, al igual que vernos privados en nuestros hogares de otros muchos
logros de la técnica (teléfono, televisión, compact-disc, internet…) que hacen nuestra
vida más fácil, y en algunos casos, también más feliz.