Muchas veces, estancamos nuestras vidas, por seguir patrones que nada
tiene que ver con nuestra identidad y ahogamos lo mejor, que poseemos,
que es nuestra luz interior, con la que Dios nos dotó. Muchas misiones,
traemos a esta vida, cada uno de nosotros, puede tener alguna diferente,
pero todas son necesarias.
Rehuimos, de nuestros dones, por ser diferentes a los del resto. Si hay un
estado de opinión, ni tomamos en cuenta inmersos en la nobleza de
nuestra espíritu de quién lo está emitiendo? Tal vez sea una persona, que
difiere en mucho, de nuestros sentimientos y valores, que mira la vida
desde el balcón palaciego de las satisfacciones, solamente materiales.
Quizá ande detrás, de encubrir su gran frustración ante una u otra
expresión o acción de la vida.
Pero de ahí, a adoptar tal o cual posición, que no está en mis conceptos,
solamente, para ser aceptado por alguien, me remite a las técnicas
asiáticas (específicamente chinas) de crear un Bonsái!
Yo somos Bonsái, somos el árbol de la vida, creado por Dios, que piensa,
habla y palpita. Con misiones mucho más sagradas que las de
complacencia externa! Yo somos Bonsái.
7/01/2011