Historia de la Gastronomía
Prof. Víctor Moreno
“La fisiología del gusto,
o meditaciones de gastronomía trascendente”:
Análisis de su alcance e importancia en el siglo XXI.
María Eugenia Eiras
Nivel II, turno mañana
Caracas, 14 de abril de 2005
“Más contribuye a la felicidad del género
humano la invención de una vianda nueva,
que el descubrimiento de un astro.”1
1
BRILLAT-SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del
gusto. Editorial Optima, S.L.. Barcelona 2001. Página 20.
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I. INTRODUCCION
Hablar de placer, aromas, colores, sabores, amor, fraternidad, confort, es
hablar de gastronomía. Una palabra que envuelve todos los aspectos físicos y
espirituales relacionados con la alimentación y que acompañan al hombre desde la
creación.
La “afición a comer regaladamente” como lo define el diccionario de la Real
Academia Española, es un arte que sublima la necesidad básica de alimentación
para saciar el hambre, a el deleite de la buena mesa. Así distingue Jean-Anthelme
Brillat-Savarin en la “Fisiología del gusto o meditaciones de gastronomía
trascendente” en 1826, lo que sería el comer o satisfacción de una instinto primario
que es común a hombres y animales, del placer de la buena mesa, que es propio de
la especie humana y que no requiere necesariamente el sentir hambre ni apetito
para disfrutarlo.
Observamos en la obra dos grandes formas de analizar el hecho
gastronómico: la que parte del estudio de los aspectos que involucran el gusto
desde el punto de vista fisiológico e incluyen todos los procesos físicos y químicos
que influyen en la persona en el momento de ingerir los alimentos, y una segunda
gran división de la obra en la que el autor nos ilustra acerca de aquello que debe
rodear o complementar el acto físico de comer, que lo elevaría al goce de la buena
mesa.
Sería aquél entonces, un acto más noble, que comprendería desde la
preparación de los manjares, la grata compañía, el lugar ideal, el momento
adecuado, hasta una buena conversación. A tal fin, nos dota de anécdotas y relatos
sobre hechos históricos relacionados con la gastronomía que bien podrían ser
complemento ideal de la degustación de un banquete digno de su admiración.
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De esta forma nos deja Brillat-Savarin en sus 30 meditaciones, el resultado
de sus estudios, vivencias y observaciones realizadas a lo largo de su vida que nos
acercan al placer de la buena mesa.
Mediante un ejercicio metódico de investigación, nos aporta leyes y
principios, basamentos científicos de las técnicas más básicas en la preparación de
los alimentos, de los procesos fisiológicos de la digestión, de todo cuanto interviene
en el disfrute de los manjares.
Nos encontramos frente a un verdadero gastrónomo, pero por encima de
todo, a un filósofo que escrudiña, observa cada aspecto relativo a la alimentación
como un hecho más de la vida, buscando el por qué, las razones, los efectos,
estableciendo preceptos y reglas básicas.
En Brillat-Savarin apreciamos las cualidades de un gourmet y el interés de un
científico, una combinación que resulta sumamente enriquecedora para nuestro
oficio, ya que al mismo tiempo intenta hacer de la cocina y el buen comer, una
ciencia y un arte.
Resulta ante todo una lectura amena, enriquecedora por sus anécdotas y
enseñanzas. Nos ilustra una época, un lenguaje, costumbres y hábitos muy lejanos
en el tiempo, pero definitivamente actuales y que aún hoy nos instruyen sobre lo
fundamental del ser gastrónomo: el placer de la buena mesa, de la buena
compañía.
El hacer de la alimentación un acto más trascendental, excusa para departir
con nuestros semejantes y desarrollar amenas conversaciones.
El mejor ambiente para la realización de grandes negociaciones y acuerdos,
como ha quedado demostrado a lo largo de la historia. Así también, nos ofrece
recetas y técnicas para preparar las mejores comidas, y trata aspectos históricos
acerca de la gastronomía.
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En el desarrollo de este trabajo, comenzaremos por analizar brevemente el
título de la obra, luego nos adentraremos en las meditaciones, sus aspectos más
relevantes, las anécdotas que a nuestro juicio resultan las más interesantes y
descriptivas, así como también, desde el punto de vista de nuestro oficio, la cocina,
trataremos de determinar cuales de sus teorías y enunciados siguen en vigencia y
cuales de ellos han sido desvirtuados por la ciencia.
De esta forma nuestro objetivo es develar el por qué del alcance que ha
tenido esta obra que ante todo consideramos una de las más instructivas e
inspiradoras que hemos podido conocer ya que trata en síntesis, sobre una filosofía
de vida en la que prevalece el goce de cada momento de nuestra existencia, desde
el punto de vista gastronómico.
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II. DESARROLLO
1. SOBRE EL TITULO DE LA OBRA
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5
BRILLAT-SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L.. Barcelona 2001.
Página 19-20.
8. Durante la primera hora de la comida la mesa es el único sitio donde jamás se
fastidia uno.
9. Más contribuye a la felicidad del género humano la invención de una vianda
nueva, que el descubrimiento de un astro.
10. Los que tienen indigestiones o los que se emborrachan no saben comer ni
beber.
11. El orden que debe adoptarse para los comestibles principia por los más
substanciosos y termina con los más ligeros.
12. Para las bebidas, el orden que debe seguirse es comenzar por las más
ligeras y proseguir con las más fuertes y de mayor aroma.
13. Es herejía sostener que no debe cambiarse de vinos; tomando de una sola
clase la lengua se satura, y después de beber tres copas, aunque sea el
mejor vino, produce sensaciones obtusas.
14. Postres sin queso son como una hermosa tuerta.
15. A cocinero se puede llegar, empero con el don de asar bien, es preciso
nacer.
16. La cualidad indispensable del cocinero es la exactitud; también la tendrá el
convidado.
17. Esperar demasiado al convidado que tarda es falta de consideración para los
demás que han sido puntuales.
18. No es digno de tener amigos la persona que invita y no atiende
personalmente a la comida que ofrece.
19. La dueña de la casa debe tener siempre la seguridad de que haya excelente
café. Y corresponde al amo cuidar que los vinos sean exquisitos.
20. Convidar a alguien equivale a encargarse de su felicidad en tanto esté con
nosotros.5
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6
BRILLAT-SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L.. Barcelona 2001.
Página 152.
7
ONFRAY, Michel. La razón del gourmet. Ediciones de la Flor S.R.L. Buenos Aires, 1999. Página 104.
3. LOS ASPECTOS FISIOLOGICOS RELATIVOS A LA ALIMENTACION
Brillat-Savarin expone en su obra todos los conocimientos que ha ido acumulando a
lo largo de los años, a través de la observación, la experimentación y como él
mismo nos cuenta en el prefacio de la Fisiología del gusto, sus anotaciones
tomadas en todos los banquetes en los que fue invitado.
Pertenecía a la aristocracia francesa, ligada a la nobleza antes de la
Revolución, proveniente de una familia vinculada a cargos judiciales por muchas
generaciones. Participaba de las grandes celebraciones y los mejores banquetes
que se realizaban.
Gozaba de un gusto exquisito, criticaba la intemperancia, y al mismo tiempo,
a aquéllos a quienes no producía ningún asombro el estar frente a una comida de
altura. Ambos extremos para él son censurables, a tal punto que escribe en su obra
“…aquí es sitio propio donde vilipendiar para siempre a esos estúpidos que al comer
tragan con indiferencia distinguidísimos bocados o que beben sacrílegamente
distraídos algún néctar aromático y diáfano”6
Así comienza el autor a cultivarnos en un principio, acerca de los procesos
que ocurren en el organismo relacionados con la alimentación, derivados de su
interés por conocer todas las funciones del cuerpo humano, confesándose ante
todo, un médico por afición.
3.1. El gusto, los sabores y aromas
Para Brillat-Savarin el ser humano cuenta con seis sentidos, incluyendo además de
los cinco ya conocidos, el sentido generador o genésico, que no es más que aquel
que propicia la propagación de la especie mediante la atracción de los sexos. M.
Onfray escribe:“Lo genésico de Brillat-Savarin es aquello que muestra la
permanencia del animal en el hombre”7
-9-
8
BRILLAT-SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L.. Barcelona 2001.
Página 45-46.
9
BRILLAT-SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L.. Barcelona 2001.
Página 35.
Y de estos seis sentidos que distingue Brillat-Savarin, resulta para él el más
importante el del gusto, ya que según Brillat-Savarin, es el gusto por los alimentos
uno de los placeres que más disfrutamos y que en ausencia de los restantes,
siempre nos consuela ya que “…es…entre todos los sentidos, el que más deleites
proporciona:
• Porque comiendo moderadamente, se recibe el único deleite del cual no
resulte cansancio.
• Porque es placer propio de todos los tiempos, edades y condiciones.
• Porque se repite al menos una vez al día y puede renovarse sin
inconveniente alguno, en este espacio de tiempo, dos o tres veces.
• Porque puede promiscuarse con los demás y en ausencia de los otros nos
consuela.
• Porque las impresiones que recibe son de mayor duración y más
subordinadas a nuestra voluntad.
• En fin, porque comiendo experimentamos un bienestar único en su clase e
indefinible, que proviene de la conciencia instintiva, que nos revela que
por la acción de comer nos reponemos de las pérdidas sufridas y
prolongamos nuestra existencia.”8
Brillat-Savarin define al gusto como el “sentido que nos relaciona con los
cuerpos sápidos, por medio de la sensación que sobre el órgano destinado a
apreciarlos causan”9. Entendiéndose como cuerpo sápido toda sustancia o alimento
que tiene algún sabor, y para que éste sea apreciado por el hombre, debe ser
soluble en agua necesariamente odorífico.
Hervé This Físicoquímico francés, nos aclara en su libro “El secreto de los
pucheros” el error de la aseveración de Brillat-Savarin cuando afirma que el alimento
debe ser aromático para que pueda ser apreciado por el gusto, en virtud de que
- 10 -
10
THIS, Hervé. El secreto de los pucheros. Editorial Acribia S.A. Zaragoza 1996. Página 16.
* Animalizar: Convertir los alimentos, particularmente los vegetales, en materia apta para la nutrición
** Ictiófago: que se alimenta de peces
11
BRILLAT-SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L.. Barcelona 2001.
Página 67.
algunas sustancias como la sal aun cuando no sea adoríficas, son sápidas.
Así expone “hay algunas moléculas que son muy poco volátiles a temperatura
ambiente y por lo tanto inodoras, pero que se unen muy bien a los receptores de la
lengua y del paladar y tienen sabor”10 Más la propiedad del cuerpo sápido de ser
soluble en agua es indispensable para que las papilas gustativas puedan detectar
las moléculas sápidas, como bien lo indica Brillat-Savarin.
Otro punto que resulta interesante destacar sobre el estudio que sobre el gusto hace
Brillat-Savarin en su libro, es lo que respecta a los tipos de sabores, los cuales
concluye por clasificar en “agradables” y “desagradables” ya que considera que no
puede limitarlos a algunos pocos, como erróneamente según nos advierte H. This,
hacen algunos autores, al reducirlos a dulce, salado, ácido y amargo.
3.2 Los alimentos y sus efectos “enardecientes”
Brillat-Savarin define como alimento a “todas las substancias que, sometidas al
estómago, pueden animalizarse* por la digestión y reponer las pérdidas que el
cuerpo humano experimenta en el transcurso de la vida”11
Se ocupa el autor de algunos de ellos que, desde el punto de vista fisiológico, según
su experiencia e investigaciones, tienen virtudes genésicas o efectos afrodisíacos
en el hombre.
La relación entre determinados alimentos y el impulso sexual ha sido siempre
conocida, aunque se dice igualmente que debe existir una actitud mental favorable
para desencadenar tales deseos así como el interés hacia el otro.
Por otro lado, una comida decepcionante o que cause malestar, es motivo de
la anulación de cualquier placer, por lo que podemos entender la importancia que
para el autor como buen gastrónomo, podía tener el estudio de los alimentos y su
relación con las diversas necesidades fisiológicas, entre ellas el deseo sexual.
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12
MADRIGAL, Andrés. Placeres de alcoba. Ediciones Suma de Letras, SL. Madrid, 2002. Página 46.
13
BOCUSE, Paul. La cocina del mercado. Ediciones Destino. Barcelona, 2003. Página 11.
14
BRILLAT -SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L.. Barcelona 2001.
Página 73.
15
BRILLAT -SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L. Barcelona 2001.
Página 94.
16
BRILLAT -SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L. Barcelona 2001.
Página 96.
Como afirma Andrés Madrigal en su libro “Placeres de alcoba”: “¡Comamos
bien, para amar mejor! Practiquemos una cocina con todos los sentidos y
percibamos el placer erótico-culinario…y el amor físico”12
Compartimos esta filosofía, así como también, cabría agregar y ahora
apartándonos un poco del aspecto enardeciente de determinados alimentos, que
nosotros como cocineros, realizamos nuestra obra culinaria en la búsqueda de
transmitir amor. En este sentido el reconocido chef francés Paul Bocuse cita a su
gran maestro Fernand Point en la siguiente máxima “no se puede cocinar bien… si
no se pone en ello todo el corazón, dado que por encima de todo, se trata de que
reinen en torno a la mesa sentimientos de amistad y fraternidad.”13
En cuanto a los alimentos con propiedades eróticas, Brillat-Savarin se refiere al
pescado como uno de los principales afrodisíacos, y decreta: “la ictiofagia** es
comida enardeciente…”14 así como también alaba el consumo este alimento,
indicando que “en las naciones ictiófagas se encuentran numerosos ejemplos de
longevidad”15
Finaliza Brillat-Savarin acerca del asunto de los pescados con la siguiente reflexión
que hemos considerado oportuno transcribir:
“Por lo que a mi se refiere, tengo para los pescados un sentimiento
parecido al respeto, que nace de la convicción íntima que abrigo de
que son criaturas antidiluvianas; porque el gran cataclismo que
ahogó a los hermanos de nuestros abuelos, hacia el siglo XVIII de la
creación del mundo, fue seguramente para los pescados época de
alegría, de conquistas y de fiestas”16
Otro de los grandes estimulantes estudiado por el autor es la trufa, y al
respecto nos comenta: “El que dice trufa, pronuncia una gran palabra, que evoca
- 12 -
17
BRILLAT -SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L. Barcelona 2001.
Página 97.
18
BRILLAT -SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L. Barcelona 2001.
Página 100.
recuerdos libidinosos y gastronómicos en el sexo que gasta faldas, y
memorias gastronómicas y también libidinosas en el sexo barbudo”17
No cabe duda que la trufa tiene fama de ser un alimento que exalta los
instintos sexuales. Brillat-Savarin se ocupa de demostrar a través de una anécdota
el poder enardeciente de este tubérculo y nos transmite la siguiente resolución,
tomada entre varios gastrónomos luego de analizados los hechos y experiencias
relativas a su consumo:
La trufa “…en ocasiones determinadas hace más tiernas a las mujeres y a los
hombres más amables”18
3.3 Los alimentos en general
Si nos situamos en la época en que se publicó la Fisiología del Gusto (principios
s.XIX) podemos valorar aún más esta obra, en virtud de que aún con las escasas
herramientas técnicas y científicas con las que se contaban en esos días, el autor
trata cada punto a desarrollar en su profundidad.
Así ocurre por ejemplo cuando escribe sobre los alimentos. Comienza
explicando como se componen los alimentos más esenciales como las proteínas,
continúa posteriormente con el azúcar, el cacao y el chocolate. Resultan
interesantes sus conclusiones, la gran mayoría obtenidas a través de su experiencia
y observación, que en algunos casos coinciden con lo que conocemos hoy, es el
caso de sus observaciones acerca de la obesidad o la delgadez. Ya el autor nos
habla sobre las féculas y los azúcares como causantes de la obesidad. En otros
casos como al tratar el azúcar, se puede apreciar la diferencia entre la creencia que
se tenía antiguamente y lo que hoy nos indica la ciencia. A principios del s. XIX, el
azúcar se considera no solo un alimento inofensivo sino además, saludable.
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19
BRILLAT -SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L. Barcelona 2001.
Página 75.
20
BRILLAT -SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L. Barcelona 2001.
Página 68-69.
Se hace más evidente la época en que se escribe este libro en la frase que
hemos querido transcribir, ya que en ella se puede apreciar la insuficiencia de
conocimientos acerca de los mecanismos de asimilación y transformación de los
nutrientes que se tenía para el momento:
“Mas la naturaleza, que no se complace tapándose con velos para detenerlos
al segundo o tercer paso, tiene oculto el laboratorio donde practica sus
transformaciones y, la verdad, es difícil darse cuenta de cómo existiendo en el
cuerpo humano cal, azufre, fósforo, hierro, y todavía diez substancias más,
subsisten todas y se renuevan durante varios años únicamente con pan y agua”19
4. ACERCA DE LA TÉCNICAS CULINARIAS
4.1. El Osmazono:
Este término ya en desuso, es para Brillat-Savarin todo un principio básico
sobre la cocción de las carnes y la expresión máxima de su sabor, o más bien, su
mejor aprovechamiento mediante una cocción adecuada.
Nos explica el autor que el osmazono es “la parte eminentemente sápida de la carne
soluble en agua fría, distinguiéndose de la parte extractiva en que la última sólo la
disuelve el agua fría” y continúa “El mérito de una buena sopa lo forma el osmazono;
éste, caramelizándose, da color rojo a la carne, constituye el dorado de los asados y
de él, por último, proviene la fragancia o husmillo de la carne de casa”20
Para Brillat-Savarin y otros muchos cocineros y gourmets de la época, era una
verdad inobjetable la existencia del osmazono y su significado. Para ellos al cocinar
la carne con agua para obtener un fondo o un caldo, en primer lugar se extrae el
osmazono y éste junto con la “materia extractiva” que es lo que se obtiene con el
agua hirviendo, componen el jugo de la carne.
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21
THIS, Hervé. El secreto de los pucheros. Editorial Acribia S.A. Zaragoza 1996. Página 86-87.
22
BRILLAT -SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L. Barcelona 2001.
Página 78.
Nos aclara el Herve This que este término, utilizado por Brillat-Savarin y muy
de moda en su tiempo, fue introducido en 1806 por el químico francés Louis Jacques
Thénard quien lo inventó, asociando las palabras griegas: “osmé” que significa “olor”
y “zomos” que significa “sopa”.
Se origina en una época en la que la química estaba asociada a la
destilación, y es notable su influencia al establecer que el osmazono o principio
sápido de las carnes, es un compuesto único, definido e invariable, como el alcohol
etílico en el vino, por ejemplo.
H. This escribe que mediante los métodos de análisis científico que se han
desarrollado se ha podido comprobar que lo que para Brillat-Savarin es el
osmazono, ése principio sápido único e invariable, que según él solo se extrae en
agua fría, es en realidad una compleja mezcla de muchos componentes, tales como:
agua, lípidos, moléculas precursoras del aroma, sales, etc. Entonces, el osmazono
no es el principio sápido de la carne, sino más bien, uno de tantos tipos de extractos
aromáticos que se pueden obtener en la cocción.21 Y para Brillat-Savarin el o los
extractos aromáticos que obtenemos en la primera agua de cocción cuando
preparamos un caldo, es el más apreciado, por lo que en ningún caso debe
desecharse ya que perderíamos ese primer sabor extraído con la cocción y que
pasa al líquido que compone el caldo.
Brillat-Savarin nos da algunas recomendaciones para conseguir un buen
caldo. Escribe el autor “se necesita calentar despacio el agua, con objeto de que la
albúmina no se coagule en el interior antes de que quede extraída; también es
necesario conducir la ebullición de forma que no se perciba apenas, para que las
diversas partes que sucesivamente se diluyen puedan unirse íntimamente y sin
disturbio.”22
Interesante resulta la última aseveración de Brillat-Savarin en esta Meditación
cuando escribe “Los maestros jamás comen carne del puchero, por respeto a los
principios y porque han pronunciado desde la cátedra esta verdad incontestable: la
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23
BRILLAT -SAVARIN, Jean Anthelme. Fisiología del gusto. Editorial Optima, S.L. Barcelona 2001.
Página 79.
carne del puchero es carne sin jugos naturales”23, los cuales ha perdido por la
ebullición.
Para Brillat-Savarin se subdividen en cuatro las categorías de personas
indignas que comen la carne del puchero:
1. Los rutinarios que la comen porque sus padres lo hacían
2. Los impacientes que no se pueden quedar tranquilos en la mesa y se comen
la primera cosa que se le pone delante.
3. Los descuidados que comen por obligación y les da igual cualquier alimento
4. Los tragones que tienen un apetito demasiado grande y comen cualquier cosa
para amortiguarlo temporalmente.