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Las primeras ciudades

El modelo urbano aparece durante la revolución neolítica. Una vez que las poblaciones se han
asentado y han descubierto la agricultura, el excedente de producción permite desarrollar
profesiones que no están directamente relacionadas con la obtención de alimentos, como la
artesanía, el comercio o la administración.

Las primeras civilizaciones urbanas surgen hacia el 3000 a. C. en diversos lugares de África y
Asia: en los valles del Tigris y el Éufrates (Ur, Uruk), en el valle del Nilo (Menfis, Giza, Tebas,
Abidos), en la llanura del valle del río Hoang-ho (Huixia, Anyang, Gaocheng), y en el valle
del Indo (Harapa, Mohenjo-Daro). En general, son todas ciudades todavía muy vinculadas a
la agricultura, practicada en los territorios cercanos, con poblaciones reducidas (en torno a los
20.000 habitantes) y planta irregular, salvo las ciudades indias.

Grecia

Las ciudades estado de la Grecia clásica, herederas de la cultura de la micénica, suelen


seguir un plan más ordenado, sobre todo cuando eran de nueva fundación. Una gran
expansión colonial por todo el Mediterráneo que sucedió desde el siglo XIX al VIII a. C. les
permitió levantar un sinfín de ciudades desde cero, con lo que pudieron seguir un plan urbano
previsto de antemano.

Confluencia de estos impulsos, aparece el primer gran urbanista del que tengamos noticia,
Hipodamo de Mileto (c. 510 a.C.-?) un arquitecto griego que estableció normas
revolucionarias para la construcción de las ciudades, como su ordenación a partir de una red
ortogonal, una cuadrícula casi perfecta.

En términos generales, en las ciudades griegas se distinguían dos grandes conjuntos. Por
un lado, la ciudad de los dioses (la acrópolis), que agrupaba todos los edificios religiosos y
se ubicaba en la parte más alta de la ciudad; y por otro el ágora, donde estaban los
principales edificios públicos, como el mercado. Todavía hoy en Atenas, por ejemplo,
podemos apreciar esta antigua división.

Roma

Pero la primera gran urbe de la historia surgió lejos del Peloponeso, llegó a extender sus
dominios por casi todo el mundo conocido y su solo nombre evoca la magnificencia de un
imperio: Roma. La gran cantidad de tributos que llegaban desde oriente y occidente, así
como una fuerza de trabajo esclava muy numerosa, permitieron un espectacular desarrollo
urbano en una ciudad que alcanzó hasta el millón de habitantes. Una magnitud titánica para
la época.
Además, gracias a un gran talento para la ingeniería, sentaron las bases arquitectónicas de
un sinfín de edificios y estructuras de carácter público que caracterizaron el urbanismo
occidental durante siglos y que resultan del todo sorprendentes por su extrema
ingeniosidad, como el alcantarillado, los acueductos, fuentes, puentes, termas, pavimentos,
mercados, palacios, basílicas, teatros, anfiteatros, circos, etcétera.
Además, gracias a un gran talento para la ingeniería, sentaron las bases arquitectónicas de
un sinfín de edificios y estructuras de carácter público que caracterizaron el urbanismo
occidental durante siglos y que resultan del todo sorprendentes por su extrema
ingeniosidad, como el alcantarillado, los acueductos, fuentes, puentes, termas, pavimentos,
mercados, palacios, basílicas, teatros, anfiteatros, circos, etcétera.

La Edad Media

Tras la caída del imperio romano, hacia el siglo V, la ciudad experimentó un gran retroceso
en occidente. Las continuas guerras y la fuerte inestabilidad configuraron ciudades muy
pequeñas, de apenas unos 15.000 habitantes, de marcado carácter agrícola y sin apenas
edificios públicos. Se abandonan los trazados regulares y se optan por plantas circulares,
mucho más fáciles de defender, en cuyo centro se encuentran la plaza principal y los
escasos órganos de gobierno.

El Islam

En el mundo islámico, sin embargo, las ciudades siguieron manteniendo un gran impulso.
Son paisajes urbanos que aún se perciben con claridad en la actualidad: plantas irregulares
de calles estrechas que se entrecruzan para formar verdaderos laberintos, una vida pública
concentrada en torno a las mezquitas y los mercados, que constituyen casi una ciudad
dentro de la ciudad, barrios agrupados por profesiones, grandes palacios en las partes más
altas... Damasco, Bagdad, El Cairo, Marraquech, su solo nombre evoca la leyenda y la
fascinación de oriente.

América

Tanto en América central como en América del sur, se desarrollaron civilizaciones urbanas
que alcanzaron un nivel muy sofisticado de complejidad. En mesoamérica destacan las
culturas maya y azteca, cuyas ciudades estado fueron muy similares, en cuanto a
organización geopolítica a las ciudades griegas; y en el sur brilla con luz propia el enigmático
imperio de los Incas, que perduró unos lustros más tras la llegada de los europeos en la
misteriosa ciudad de Machu Pichu (Perú).

La Edad Moderna

La ciudad moderna es resultado de las poderosas fuerzas centrípetas que desembocarán en


la formación de los grandes Estados europeos y las monarquías absolutistas de los siglos XVI
y XVII. Las principales calles de la ciudad se ensanchan, aparecen las arboledas, los paseos,
las grandes plazas y se intenta ordenar el crecimiento urbano a partir de plantas regulares.
Los edificios públicos y administrativos cobran gran importancia y empiezan a ser el punto de
referencia de la ciudadanía. La ciudad refleja la grandeza del Estado y la monarquía, por lo
que todo gasto para embellecerla está bien empleado. Modelo ejemplar, Versalles.
Además, en Italia, cuna del renacimiento, se proponen diseños de ciudades ideales basadas
en las premisas de Vitrubio que, aunque solo se seguirán en contadas ocasiones, como en
Palmanova, darán origen a una nueva disciplina, el urbanismo.

ElRenacimiento

Además, en Italia, cuna del renacimientoAdemás, en Italia, cuna del renacimiento, se


proponen diseños de ciudades ideales basadas en las premisas de Vitrubio que, aunque solo
se seguirán en contadas ocasiones, como en Palmanova, darán origen a una nueva
disciplina, el urbanismo.

, se proponen diseños de ciudades ideales basadas en las premisas de Vitrubio que, aunque
solo se seguirán en contadas ocasiones, como en Palmanova, darán origen a una nueva
disciplina, el urbanismo. siglos más , hacia el siglo XIV, la ciudad vuelve a resurgir y va
adquiriendo cada vez más importancia hasta que hacia el siglo XIII se afianza ya
definitivamente como modelo económico y social. El arte gótico desplaza los pesados sillares
del románico, los ayuntamientos van adquiriendo cada vez más fuerza y por doquier surgen
grandes catedrales, signo y símbolo de la creciente importancia de una nueva clase social: la
burguesía.

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