INTRODUCCIÓN
La deshidratación es una situación patológica que
complica una serie de otras enfermedades como diarrea
y otras.
La hidratación es una técnica que debe ser manejada
por todos los médicos y por su frecuencia,
especialmente por aquellos que trabajan en
pediatría.
Las normas de hidratación que habitualmente se usa en
los hospitales indican volúmenes y electrolitos que
suelen ser los indicados para la mayor parte de los
pacientes, pero sin duda que no sirven para todos.
Debe recordarse que se debe aportar lo que el
paciente necesita y no lo que dicen las normas.
La presente guía está enfocada principalmente a la
hidratación en diarrea y no tiene más pretensión que
facilitar el uso de la normativa vigente.
VOLUMEN Y SODIO
Cuando se va a decidir el volumen a aportar, debe considerarse tres factores:
1. Requerimiento basal
2. Déficit
3. Pérdida patológica
* El déficit se conocerá con cierta exactitud sólo después de haber hidratado al paciente y calculado su cambio de
peso. Se requiere, sin embargo, tener una estimación del déficit
al momento del ingreso para indicar un volumen de hidratación.
Un 5% de déficit de peso corporal en agua significa que faltan 5g (5 cc) de agua por cada 100 g de peso del paciente. Si
amplificamos por 10, diremos que en un déficit de 5% faltan 50 cc por cada Kg. de peso. Este mismo análisis se puede
hacer para un déficit de 10 ó 15%.
Resumámoslo en la siguiente tabla:
Hay que hacer algunos comentarios de lo anterior. En primer lugar, hay que precisar que la deshidratación es un proceso
continuo, existiendo la mayor parte de las veces déficits intermedios entre los hitos señalados de 5, 10, 15%. La
clasificación de la deshidratación en uno u otro grado va a depender de determinados signos clínicos y de la subjetividad
del examinador, estando el diagnóstico del grado de deshidratación sujeto a error, situación que no es relevante si se
sigue algunas reglas.
En segundo lugar, es necesario dejar claro que los déficits de 5, 10 y 15% para hablar de deshidratación grado I, II y III
que clásicamente se han usado, son válidos para lactantes. En los niños mayores se usa respectivamente los hitos de 3, 6
y 9% para hablar, de deshidratación grado I, II y III. Es de suma importancia considerar esto en el cálculo de volumen
en la deshidratación del niño mayor.
* La pérdida patológica es una cifra muy variable de un paciente a otro y no está relacionada necesariamente con el
grado de deshidratación. La medición de las pérdidas patológicas requiere un tiempo de observación y al ingreso, como
ocurre con el déficit, estamos obligados a hacer una estimación, que esta vez está más sujeta a error, ya que depende de
la información que entregue la madre, que se basa en su propia subjetividad. Vale aquí mencionar el dato que en una
diarrea moderada (no confundir con deshidratación moderada), la pérdida por diarrea es de unos 30 a 50 cc/Kg./d. Es
necesario hacer hincapié aquí que las pérdidas por diarrea son extraordinariamente variables.
Estamos entonces enfrentados a una decisión difícil, que está basada en varias estimaciones sujetas a un importante
margen de error. En la práctica, afortunadamente, no estamos obligados a ser demasiado exactos en el cálculo de
volumen a aportar, ya que el organismo posee mecanismos homeostáticos que le ayudarán a acomodarse a los aportes,
siempre que éstos se entreguen a una velocidad razonable. Por tanto, no hay que temer indicar el volumen calculado en la
forma señalada anteriormente, pero debe considerarse siempre que el proceso de hidratación es dinámico y el paciente
debe controlarse frecuentemente durante la hidratación para corregir los posibles errores cometidos en los cálculos y
asegurar el éxito de nuestro tratamiento.
Ml X 60 = minigotas
Hr 60 minutos
.
Como 1 gota = 3 minigotas, si queremos expresar el goteo en gotas por minuto,debemos dividir el número de minigotas
por 3: minigotas/min ÷ 3 = gotas/min.
En resumen:
Minigotas = volumen (ml) Gotas Volumen (ml)
=
min. Tiempo (hr) min. Tiempo (hr) x 3
Estas son ecuaciones y por tanto puede despejarse la variable que se desee, permitiéndonos saber por ejemplo, cuántas
horas durará el volumen indicado o cuánto volumen necesito para pasar tantas gotas por minuto en un tiempo
determinado.
Volumen (ml) = minigoteo x tiempo (hr) Tiempo (hr) = Volumen (ml) ÷ minigoteo
= goteo x tiempo (hr) x 3 = Volumen (ml) ÷ (goteo x 3)
Como su nombre lo indica, es para uso oral. La razón de usarla por gastroclisis es que permite manejar varios niños
simultáneamente por una sola persona. El volumen a aportar por gastroclisis es algo mayor que por fleboclisis ya que el
aporte por vía enteral se asocia con un discreto aumento de las pérdidas por deposición.
La hidratación por gastroclisis es sencilla; basta con calcular el volumen, sin necesidad de calcular aportes de
electrolitos, ya que la solución viene bien equilibrada. El goteo es sencillo de calcular, como ya se expuso. No requiere de
personal demasiado especializado para su instalación.
En las primeras 4 horas, período de rehidratación, se pretende, como su nombre indica, hacer que el paciente quede bien
hidratado o casi bien hidratado. En efecto, en el caso de deshidratación leve se aporta el req. basal de las 4 horas, el
déficit y probablemente más que la pérdida patológica del período. En el caso de deshidratación moderada, el aporte que
se haga estará muy cerca de cumplir con el 100% de la necesidad del paciente.
Posteriormente, se continúa con la fase de mantención, que como su nombre indica, está destinada a mantener el buen
estado de hidratación del paciente, y claro está, se prolonga por todo el período que dure el cuadro diarreico.
Cada vez que el paciente se alimenta, el goteo de la gastroclisis se suspende por una hora (media hora antes hasta media
hora después de alimentar) para disminuir riesgo de vómitos. Esto significa que para calcular el goteo, debemos
considerar que el volumen se pasará en l5horas(no en 20horas). Para pasar 490 ml en 15 horas, debemos hacerlo a ± 11
gotas por minuto.
El día 2 se debe mantener habitualmente la solución de hidratación oral. Un error frecuente es que en este día 2, el
goteo de la solución aumenta respecto de las horas anteriores. Esto no es lógico ya que si el paciente está hidratado al
término de las primeras 24 horas, no necesita aumentar el aporte de solución hidratante. Este error ocurre porque se
mantiene un volumen innecesariamente alto. El hábito es bajar el aporte en unos 20 ó 30 cc/Kg./d. Para evitar este
error, debemos recordar que el aporte de volumen se basa en 3 elementos: requerimiento basal, pérdida patológica y
déficit. Se supone que en este momento no existe déficit, por lo que el aporte total de volumen en el 2° día podría
bajarse a unos 180 ml/Kg., quedando incluso un aporte extra como margen de seguridad. Debe insistirse que esto podría
ocurrir para la mayoría de los pacientes, pero no para todos.
Situación totalmente distinta es la de aquellos pacientes que no se hidratan adecuadamente. En éstos, debe aumentarse
el aporte de volumen según balance hídrico. Se dice que con una tasa de pérdida fecal de 10 ml/Kg./h o más, la
hidratación por gastroclisis no es efectiva. En nuestro medio este limite debiera ser más bajo. Si nos enfrentarnos a una
situación como la recién descrita, deberemos dar por fracasada la gastroclisis y pasar a fleboclisis.
Las contraindicaciones y otros aspectos de la gastroclisis son muy claros en las normas. Tal vez haya que detenerse en lo
que significa “vómito frecuente”. Esta es una expresión vaga que lleva a confusiones. Hay grupos que consideran vómito
frecuente más de 3 episodios en una hora. Pero qué pasa si un paciente presenta 2 vómitos en una hora, 1 vómito en la
siguiente hora y en la siguiente otros 2 episodios ¿tiene o no vómito frecuente? Como en muchas otras circunstancias,
debemos emplear el criterio. Recordar que el sentido de la expresión “vómito frecuente” es el de episodios repetidos de
vómitos que impiden entregar los aportes adecuados al paciente. Y es indicación de disminuir el goteo de la solución y
reevaluar, y sólo en caso de persistir con vómitos se da por fracasada la hidratación por gastroclisis. Los vómitos NO son
contraindicación inicial para hidratar un paciente por gastroclísis.
Otra cosa que parece importante destacar es la velocidad de aporte: el goteo. Muchas veces tememos indicar un goteo
alto. Resulta que 100 gotas por minuto, algo que suena como muy elevado, corresponde a una cucharadita de té por
minuto. Debemos romper muchos mitos y vencer muchos temores y dar a la hidratación por vía digestiva la importancia
que realmente merece.
Nuestras actuales normas de hidratación por fleboclisis son muy sencillas de seguir. Como ya se dijo antes, son útiles
para manejar a la gran mayoría de los pacientes con diarrea, pero no a todos.
Cuando hacemos la estimación del déficit (grado de deshidratación), se decide en forma prácticamente automática el
volumen a aportar. Cuando conocemos los electrolitos plasmáticos, podemos determinar muy rápidamente la tonicidad de
la solución. Entendemos por tonicidad la concentración de sodio en la solución, habitualmente expresada en mEq/L. No
incluimos en este término ni la osmolaridad ni la osmolalidad, ni otra cosa que se parezca. Cuando no se cuenta con
electrolitograma, el menor error es considerar que se trata de unadeshidratación isotónica.
Una vez calculado el volumen, debemos indicar una velocidad de infusión (goteo). Ya se explicó la forma de calcularlo. Se
debe considerar que la infusión debe ser continua (no se suspende durante la alimentación ni en otras circunstancias, ya
que se pierde la permeabilidad de la vía venosa). Lo habitual es que la velocidad de infusión sea constante (se mantiene el
mismo goteo todo el día), pero también puede indicarse la mitad del volumen calculado para el primer día en 8 horas y la
otra mitad en las siguientes 16 horas (en este caso, la velocidad de infusión en las primeras horas duplica a la velocidad
de infusión posterior).
Para indicar el sodio en la solución, se debe tener en cuenta el tipo osmolar de deshidratación, ya que esto permite
determinar el rango de tonicidad buscado para la solución. Nuestras normas dicen:
Si recordamos estas cifras, la indicación de la solución de fleboclisis debiera demorarnos muy poco tiempo, ya que
podernos usar la aproximación, obteniendo resultados muy cercanos a lo deseado. Por ejemplo, deseamos indicar una
solución sodio 60 (tonicidad de 60 mEq/L). Para conseguir la meta, bastará que aproxime entre 15 y 20 cc de NaCl 10 %
en 500 cc de solución. En efecto, si indico 17 cc de NaCl 10%, la tonicidad es de 57,8 mEq/L; si indico 18 cc, la tonicidad
es de 61,2 mEq/L. Ambas soluciones son perfectamente aceptables para nuestra pretensión. De más está decir que no
se busca exactitud matemática en los cálculos, y que es deseable una adecuada aproximación en las indicaciones, para que
el equipo de enfermería pueda llevar a cabo la terapia. Sería una rigurosidad inaceptable indicar 17,65 cc de NaCl 10%
cada 500 cc de solución.
Respecto de la deshidratación hipertónica, hay que decir que se debe corregir en forma lenta, ya que se debe dar tiempo
al organismo para acomodarse a una nueva osmolalidad plasmática. Si la corrección de la deshidratación es brusca, bajará
más rápido la osmolalidad del extracelular que la del intracelular, provocándose con esto un flujo neto de agua hacia el
intracelular en corto tiempo, produciéndose edema celular. Si esto ocurre en las células intracraneanas, se entenderá
por qué se produce hipertensión endocraneana y sus nefastas consecuencias. Por lo recién expuesto es que se
recomienda que en la deshidratación hipertónica se use un volumen menor que en los otros tipos osmolares de
deshidratación. Nuestras normas indican que se debe aportar sólo la mitad del déficit en las primeras 24 horas (nótese
que se habla de la mitad del déficit, no de la mitad del volumen total).
Así pues, la indicación de volumen y sodio son fáciles y debieran hacerse con mucha rapidez y poco error.
APORTE DE POTASIO
Hay que decir que en un cuadro diarreico se produce un balance negativo de potasio por aumento de las pérdidas por
deposiciones y que, a no ser que exista una insuficiencia renal con acumulación de potasio, se debe aportar más potasio
que lo habitual o que el requerimiento basal de este ion.
El tratamiento de la hipokalemia es, por tanto, el aumento del aporte de potasio. ¿Cuánto potasio aportar? Esta no es
una pregunta fácil de contestar. Habría que decir que se debe entregar todo lo que el paciente necesite. El potasio es
un ion predominantemente intracelular y la kalemia nos habla del estado extracelular del ion. Lo claro es que no habiendo
compromiso de función renal con hiperkalemia, en una diarrea se debe aportar más que el requerimiento basal (± 3
mEq/Kg. en menores de 10 Kg. según Holliday). La mayor parte de los pacientes va a mantener una kalemia normal con
aportes que fluctúan entre 4 y 5 mEq/d (cifras válidas para lactantes menores). Unos pocos pacientes van a requerir
más que esto y otros pocos requerirán menos.
La mejor forma de saber si el aporte es adecuado es con el control de electrolitos plasmáticos al día siguiente. Si la
kalemia que deseamos subir no sube o incluso baja, es obvio que debemos aumentar el aporte. Si la kalemia subió a
valores normales, probablemente conviene mantener el aporte. Si la kalemia subió a valores sobre lo normal, no sólo
debemos bajar o suspender el aporte de potasio, sino además estudiar la función renal.
Para indicar potasio en la solución, recordar que habitualmente usamos KCl 10%. Un gramo de KCl aporta en números
enteros 13 mEq de K y 13 mEq de Cl. Vale decir que 1 cc de KCI 10% aporta 1,3 mEq de c/u de estos iones. Cuando se
tiene decidido un determinado aporte por Kg., se multiplica esta cantidad por el peso del paciente y ese total se adiciona
al volumen total que efectivamente va a pasar de la solución, para después, por regla de 3 obtener la cantidad de mEq que
se requiere en 500 cc. Luego, se transforma esos mEq en ml de KCl 10% para dar la indicación a enfermería. Veámoslo
con un ejemplo: paciente de 7 Kg. a quien debo aportar un volumen de 200 ml/Kg. y 4,5 mEq de K+/Kg.:
Por tanto, para indicar 4,5 mEq/Kg. a este paciente en un volumen de 200 ml/Kg., debo indicar 9 ml de KCl 10% cada 500
cc de solución.
Se debe considerar una modificación del aporte de potasio cuando hay alteraciones del equilibrio ácido-básico. Esto se
explicará más adelante.
Cuando el paciente tiene una hipokalemia severa o sus pérdidas son muy cuantiosas, puede ser necesario aportar grandes
cantidades de potasio. Si este gran aporte se hace por vía venosa, puede provocarse alteraciones peligrosas del ritmo
cardíaco. Tradicionalmente se decía que el máximo aporte de potasio por vía venosa era de 0,3 mEq/Kg./hora.
Actualmente se habla de usar velocidades de infusión de potasio de hasta 1 mEq/Kg./hora. Debe insistirse que aportes
tan altos como los descritos requieren monitorización del paciente, idealmente en UCI. El aporte oral de potasio no tiene
límite, pudiendo administrarse toda la cantidad que el paciente requiera, estando limitado sólo por la tolerancia gástrica.
Cuando nos enfrentamos a hiperkalemia en el curso de una diarrea debe estudiarse la función renal ya que muy
probablemente está alterada. No es intención de esta guía detenerse en el manejo de la insuficiencia renal aguda. Sólo
enumeraremos algunas medidas a tomar en el manejo de la hiperkalemia:
1. No aportar potasio
2. Bicarbonato de sodio EV (habitualmente 1 mEq/Kg.)
3. Gluconato de calcio EV lento (habitualmente 1 cc/Kg.). Recordar que este compuesto no baja la kalemia, sino
que tiene un efecto antagónico con potasio en la función cardíaca. El 9% del gluconato de calcio es calcio.
Cuando se usa cloruro de calcio 10% se baja la dosis a 0,3 ml/Kg. porque en este compuesto el 27% es calcio.
4. Soluciones polarizantes + glucosa. Si bien su uso está descrito en todos los textos, no se usan en la práctica.
Recordar que 1 unidad de insulina metaboliza ± 4 g de glucosa.
5. Resinas de intercambio (Kayexalate®). La dosis habitual es de 1g/Kg. Se usa por vía rectal como enema de
retención o por vía digestiva alta. En este último caso, se debe disolver en compuestos no absorbibles
(sorbitol) o en soluciones de glucosa altamente concentradas (30 - 50%) para evitar impactación fecal.
6. Diálisis peritoneal.
ALTERACIONES ÁCIDO-BÁSICAS:
La alteración ácido-básica más frecuente en diarrea es la acidosis metabólica. Se entiende por acidosis una situación
patológica en que se acumula hidrogeniones o se pierde valencias básicas. El pH no está incorporado en la definición de
acidosis. Las acidosis metabólicas pueden ser:
• compensadas: el pH está en rango normal
• parcialmente compensadas: el componente respiratorio tiende a disminuir los efectos de la alteración metabólica
• descompensadas: no hay modificación del componente respiratorio.
Tanto las acidosis parcialmente compensadas como las descompensadas tienen pH bajo. Las parcialmente compensadas
tienen disminución de PCO2.
El tratamiento de la acidosis metabólica debe ser el que corresponde a la causa que lo originó. En un cuadro diarreico se
produce aumento de pérdida de base (bicarbonato) por deposiciones, y si hay deshidratación hay menor eliminación de
ácidos por orina. Se puede incluso comprometer la acción de la anhidrasa carbónica, produciéndose menos bicarbonato a
nivel renal. El vómito tiene algún efecto compensador de la acidosis ya que al eliminar cantidades importantes de cloro,
se altera el anion gap (hiato aniónico), por lo que se aumenta la producción de bicarbonato a nivel renal. El sólo hecho de
hidratar a un paciente, aun cuando la solución utilizada no contenga bicarbonato, permite mejorar su estado ácido-básico.
El uso de bicarbonato u otras bases se restringirá por tanto a aquellos pacientes que presenten acidosis importante o
que no sean capaces de mejorar su situación ácido-básica con sus mecanismos homeostáticos a pesar de hidratarse
adecuadamente. Cuando se habla de acidosis importante, no sólo nos referimos a un pH muy bajo, sino que también a
aquellas circunstancias en que el paciente logra un pH bastante bueno, pero a expensas de una gran hiperventilación que
lleva su PCO2 a niveles peligrosamente bajos. Cuando se va a aportar alguna base por vía venosa, habitualmente usamos
bicarbonato. El límite que por tradición se ha puesto para tomar la decisión de usar o no bicarbonato es el de pH de 7,20.
Se insiste que esto tiene excepciones. En nuestro hospital usamos bicarbonato al 5%. El bicarbonato puede encontrarse
en diversas formas farmacéuticas para su uso endovenoso. Las más tradicionales y su contenidode bicarbonato por ml
son:
Cuando se va indicar bicarbonato en la solución de hidratación, se calcula según la forma elegida el total de bicarbonato
para las 24 horas y se hace una regla de 3 para llegar a obtener la cantidad que se debe poner cada 500 ml de solución y
posteriormente transformar esta cantidad de mEq a ml de la solución disponible. El cálculo matemático es exactamente
el mismo que con el potasio, con la diferencia que la cantidad de mEq/ml es distinto.
Es muy importante recordar que el bicarbonato que usamos es bicarbonato de sodio, y por cada mEq de bicarbonato que
agregamos, estamos también agregando 1 mEq de sodio. Esto altera la tonicidad de la solución. Por este motivo, cuando
se usa bicarbonato, se recomienda calcular primero éste y posteriormente calcular el cloruro de sodio necesario para
alcanzar la tonicidad deseada.
Veamos un ejemplo: se desea hidratar a un paciente de 7 Kg., con deshidratación isotónica moderada con acidosis
metabólica parcialmente compensada, con un pH de 7,15.
Decidamos los aportes:
- Volumen: 200 ml/Kg. 1.400 ml
- Tonicidad: 60 mEq/L
- Potasio: 4,5 mEq/Kg. 31,5 mEq
- Bicarbonato: 3 mEq/Kg 21 mEq
b) 7,5 mEq x
0,6 mEq 1 ml x = 7,5/0,6 = 12,5 ml ≈ 13 ml
2.-Sodio (se usa NaCl 10%)
a) 13 ml de bicarbonato en 500 cc aportan 13 x 0,6mEq = 7,8 mEq de sodio
b) si deseo una solución de 60 mEq/L, debo tener 30 mEq en 500 cc. Por tanto 30 - 7,8 = 22,2
c) 22,2 mEq x
1,7 mEq 1 x = 13 ml
A- HIDRATACIÓN ORAL
1- Se hidratarán por vía oral todos aquellos pacientes mayores de un mes de edad con deshidratación secundaria a
Síndrome Diarreico Agudo, hospitalizados en el Servicio de Pediatría, salvo aquellos que presenten algunas de las
siguientes características:
2- Se usará la solución rehidratante disponible en el servicio, la que se administrará por gastroclisis a goteo continuo
por lo menos durante las primeras 24 horas.
3- El volumen a administrar (ml x Kg.) en las primeras 24 horas se determinará considerando el grado de
deshidratación y el estado nutricional del paciente, de acuerdo al siguiente esquema:
Eutróficos Desnutridos
Deshidratac. leve 200 - 220 ml/Kg 220 - 240 ml/Kg
Deshidratac. mod. 220 - 240 ml/Kg 240 - 260 ml/Kg
3.1 Durante el período de rehidratación (primeras 4 horas) aportar 100-120 ml/kg (6 gotas x Kg x minuto
equivalen a 108 ml/Kg en las primeras 6 horas). Todo paciente requerirá control por médico a las 4 horas
de iniciado el procedimiento.
4- En el caso de vómitos persistentes deberá bajarse el goteo a la mitad (3 gotas/Kg/min.) por un período de 30
minutos, si mejora tolerancia reinstalar goteo anterior.
6- En los días siguientes se disminuirá el volumen diario a aportar en forma gradual hasta llegar a los requerimientos
habituales, aumentando en forma progresiva el aporte alimentario 50 ml/Kg/día o según tolerancia.
7- El estudio de laboratorio de los pacientes sometidos a hidratación oral (Astrup, ELG, etc.) será similar al de
aquellos sometidos a vía endovenosa.
8- En casos de deshidratación grave podrá rehidratarse por vía endovenosa las primeras horas y después pasar a
rehidratación oral.
B- HIDRATACIÓN PARENTERAL
El volumen a aportar y la composición de la solución hidroelectrolítica se define en base a 2 parámetros:
a) grado de deshidratación
b) tipo osmolar de deshidratación
1- Grado de deshidratación: La deshidratación se clasifica de Grado I o leve cuando la pérdida de peso corporal
alcanza al 5%, de Grado II o moderada cuando alcanza al 10% y de Grado III o severa cuando llega al 15 % ó más. La
clasificación precisa del grado de deshidratación puede hacerse al comienzo del trastorno solamente si se conoce el peso
previo del paciente. Al no disponer de este dato, puede
hacerse un diagnóstico aproximado basado en la clínica :
2- Tipo osmolar de deshidratación: Se define en base a la natremia como deshidratación hipotónica = Na plasmático
bajo 130 mEq/litro, deshidratación isotónica = Na plasmático entre 130 y 150 mEq/litro y deshidratación hipertónica = Na
plasmático sobre 150 mEq/litro. Al no disponer del nivel de natremia, puede hacerse un diagnóstico aproximado basado en la
clínica:
HIPERTONICA HIPOTONICA
1- ANAMNESIS Aporte excesivo de Na, proteínas, Aporte de agua o soluciones
pérdida de agua. diluidas
2- EXAMEN FISICO
• Turgor y elasticidad disminución ± disminución ++
• Signo del pliegue ± piel “empastada” +++
• Mucosas secas +++ secas ±
• Sed +++ ±
• Fontanela Normal o moderadamente ↓ Deprimida +++
• Tensión ocular Normal o moderadamente ↓ +++
• Abdomen Normal Excavado
• Aspecto Deshidratado ± Deshidratado ++
• Tono muscular Hipertonía Hipotonía
• Reflejos O.T. Exaltados Deprimidos
• Sensorio con hiperexcitabilidad a estímulo Deprimido
• Convulsiones + +
• Coma + +
• Fiebre + -
• Orina Oliguria Poliuria Oliguria
• Shock ± +++
Deben calcularse primero los requerimientos basales, que corresponden a 100 mL/100 Kcal
metabolizadas/día. Las calorías se calculan:
a) 100 Kcal/Kg para los primeros 10 Kg de Ejemplo: Paciente de 23 Kg.
b) 50 Kcal/Kg para los 10 Kg siguientes
100 x 10 = 1.000 Cal
c) 20 Kcal/Kg por cada Kg sobre los 20 Kg.
50 x 10 = 500 Cal
20 x 3 = 60 Cal
1.560 Cal
Una vez calculados los requerimientos, el volumen a aportar se calcula de acuerdo al grado de deshidratación:
Na PLASMÁTICO
Considerar:
1. En caso de no disponerse de electrolitograma y con clínica dudosa respecto a tipo osmolar de deshidratación, se
debe usar solución con 50-60 mEq/L de sodio (como si fuera deshidratación isotónica)