Anda di halaman 1dari 2

Tema: Por qué me debo congregar

09-01-11

Objetivo: Que aprendamos a demostrar que no solo estamos unidos por el Espíritu Santo,
sino que también lo manifestemos.

Texto: (Hch 2:42) “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con
otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.
(Orar).

Introducción: La obra del Señor Jesucristo, como un brillante tiene varias facetas o sea tiene
varias formas, aunque un brillante tiene solo como máximo 58 facetas, la obra de nuestro
Señor y Dios tiene infinidad de facetas.
Generalmente nos hemos quedado en la faceta de la salvación y no nos damos cuenta de la
obra completa del Señor.
Por eso hoy vamos ver otra faceta de su obra y que es de suma importancia para El y para
nosotros.

Desarrollo: Muchas veces hemos hablado sobre la historia de la Iglesia primitiva y vemos
que se inicia con un gran acontecimiento, ¿usted recuerda cual fue? La venida del Espíritu
Santo sobre la Iglesia.
Y precisamente en esta obra del Señor vemos solo una cara, el poder que recibieron porque
siempre lo vinculamos a que el Señor Jesucristo después de haber sido bautizado y regresar
del desierto, regresó en el poder del Espíritu Santo. (Lc 4:14) “Y Jesús volvió en el poder del
Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor”.
Y luego vemos a los Apóstoles haciendo también manifestaciones de poder
(Hch 3:1-8) “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.
Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que
se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.
Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen
limosna.
(en el versículo 4 dice) Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos.
Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo.
Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de
Nazaret, levántate y anda.
Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos;
y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y
alabando a Dios”.
¿Pero qué resalta en este pasaje? Mire generalmente le atribuimos al Apóstol San Pedro este
milagro, pero si lo leemos con cuidado podremos ver que la Escritura nos muestra que Pedro
y Juan estaban qué juntos, o sea ¿si Juan no hubiera estado en el mismo Espíritu que Pedro se
hubiera podido hacer el milagro? NO.
(Mt 18:19) “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra
acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”.
Por esto es enfática la Palabra cuando nos dice que Pedro con Juan
Juan no pensó “y este qué va hacer”, Juan sabía, por el Espíritu que iba a suceder.
¿Entonces qué obra hizo el Espíritu Santo en los Apóstoles? Los unió, los hizo como era el
deseo del Señor Jesucristo “que fueran uno”.
(Jn 17:20-21) “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en
mí por la palabra de ellos,
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en
nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.
Ahora le voy hacer una pregunta ¿en la vida de la Iglesia, cuando se cumple esta oración?
La contestación nos la da (Mt 18:20) “Porque donde están dos o tres congregados (están qué
“CONGREGADOS”) en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
¿Cuando sucede esto? Cuando la Iglesia se reúne.
Leamos nuevamente (Hch 2:42) “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la
comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.
Y (Hch 2:46) “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las
casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón”.

Conclusión: Por lo tanto mis amados hermanos el Señor Jesucristo no nos salvó para que
estemos o actuemos solos sino que se sacrificó para que nos congreguemos o sea para que
estemos JUNTOS (diga juntos).
(Jn 11:51-52) “Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año,
profetizó que Jesús había de morir por la nación;
y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que
estaban dispersos”, o sea usted y yo

Motivación: Yo le animo mi hermano y mi hermana a que disponga en su corazón no solo a


hacer acto de presencia, o pasar lista los domingos, sino a ser y actuar como el cuerpo del
Señor Jesucristo, siendo uno.
(1 Co 12:12) “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los
miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo”.

Anda mungkin juga menyukai