cultural japonesa
Hiroshi Kojima
(trad. Margarita Ruiz Rocca, con la asesoría de Martha Pinto Segura, Guillermo
Hoyos Vásquez y Keiko Sakihara)
Según lo admitido por los antiguos griegos, lo que es más difícil para el
ser humano es conocerse a sí mismo. Esto es válido también para
nosotros los japoneses. Encuentro muy amplio y difícil de tratar, en la
charla de hoy, incursionar en el carácter fundamental de la manera de
pensar del pueblo japonés. Por esta razón, preferiría mejor, hacer
referencia en particular a algunos aspectos tradicionales de la cultura
que parecen reflejar muy bien rasgos característicos japoneses para,
luego, intentar sugerir lo que comúnmente subyace a ellos como su
base filosófica. Espero que durante esta exposición se aclare la relación
existente entre estos rasgos y el problema de la fenomenología.
[Furuike ya
Kawazu tobikomu
Mizu no oto]
(1686)
Pero, ¿es que alguna vez nos encontramos con una cosa en sí misma?
Por ejemplo, cuando reconocemos una flor y vemos su color y su forma,
nunca vemos la flor en sí misma. En otras palabras, cuando nos
encontramos con una flor, primero vemos su color y su forma, es decir,
sus elementos predicativos (cualidades). Solamente después, con base
en estos elementos, podremos aproximarnos a esta flor en sí misma. En
este sentido, con lo que realmente nos encontramos no es con la
sustancia de la flor, sino con el hecho de que sea roja o de que esté en
florescencia. Llamaríamos “fenómenos” estos hechos que no son cosas
sustanciales sino únicamente acontecimientos predicativos. Un
fenómeno es un hecho y una ocurrencia. Es bastante diferente de una
cosa. No tiene ni inercia ni peso. Solamente ocurre en el momento
presente del encuentro entre X y yo. Y estos sucesos, en su forma más
pura (modo pre-predicativo), se encuentran cuando se han liberado de
cualesquiera de las sustancias y únicamente son encontrados en la
“Nada” o en la ausencia del Ser del mundo material como lugar natural
del hombre.