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Id Cendoj: 28079130032010100373
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Contencioso
Sede: Madrid
Sección: 3
Nº de Recurso: 2561/2008
Nº de Resolución:
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: MARIA ISABEL PERELLO DOMENECH
Tipo de Resolución: Sentencia

Voces:
• x SANCIONES SECTORIALES x
• x SANCIÓN ADMINISTRATIVA x
• x PROCEDIMIENTO SANCIONADOR x
• x PRINCIPIOS (PROCEDIMIENTO SANCIONADOR) x
• x LEGALIDAD (PROCEDIMIENTO SANCIONADOR) x
Resumen:
Infracción en materia de telecomunicaciones

SENTENCIA

En la Villa de Madrid, a catorce de Diciembre de dos mil diez.

VISTO por la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso- Administrativo del Tribunal Supremo el
recurso de Casación número 2561/2008, interpuesto por la ADMINISTRACION DEL ESTADO, representada
por el Abogado del Estado, contra la sentencia de 18 de diciembre de 2007, dictada por la Sección Octava
de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional, en el recurso número 735/05 . Ha sido
parte recurrida SPANTEL 2000 SA, representada y defendida por el Procurador D. Isidro Orquín Cedenilla.

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO.- En el procedimiento contencioso-administrativo número 735/05, la Sección Octava de la


Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional dictó Sentencia de fecha 18 de diciembre de
2007 , estimando el recurso promovido por SPANTEL 2000 SA, planteado contra la resolución del
Subdirector General de Inspección y Supervisión de 18 de octubre de 2005 dictada por la delegación del
Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, en el que se le imponía
una multa de ciento setenta y cinco mil euros (175.000 #), de acuerdo con lo previsto en el artículo 56.1 .c)
de la Ley 32/2003, de 3 de noviembre, General de Telecomunicaciones , como responsable de la comisión
de una infracción administrativa de carácter grave, prevista en el artículo 54.o) de la mencionada Ley .

SEGUNDO.- En la mencionada sentencia de fecha 18 de diciembre de 2007 , el fallo dice


literalmente:

<<FALLAMOS: PRIMERO.- Estimar el recurso contencioso administrativo promovido por la


representación procesal de Spantel 2000 SA, contra la Resolución del Subdirector General de Inspección y
Supervisión de 18 de octubre de 2005, dictada por delegación del Secretario de Estado de
Telecomunicaciones para la Sociedad de la Información, resolución que anulamos por no ser conforme a
Derecho. SEGUNDO.- No procede hacer expresa declaración en costas.> >

TERCERO.- Contra la referida sentencia, la Administración del Estado, preparó recurso de casación
que la Sección Octava de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional, tuvo por
preparado al tiempo, ordenó remitir las actuaciones al Tribunal Supremo, previo emplazamiento de los
litigantes.

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CUARTO.- Emplazadas las partes, la representación procesal de las entidades recurrentes


compareció en tiempo y forma ante este Tribunal Supremo y, con fecha 12 de septiembre de 2008, presentó
escrito de interposición del recurso de casación en el cual expuso los siguientes motivos de casación:

Único: Al amparo del artículo 88.1.d) de la Ley de la Jurisdicción por infracción " por interpretación
indebida de la tipificación contenida en el art.º54.o) de la Ley General de Telecomunicaciones , -Ley
32/2003, de 3 de noviembre-, en relación con el artº.12 del Real Decreto 1736/1998, de 31 de julio , del
punto 94 de la Orden CTE 711/2002, de 26 de marzo, y de la resolución de 23 de octubre de 2003, de la
Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. " Terminando por suplicar dicte sentencia por la que se
case la recurrida y se produzca nuevo fallo más ajustado al ordenamiento jurídico.

QUINTO.- Admitido el recurso de casación , la representación procesal de Spantel 2000 SA presentó


escrito de oposición al recurso en fecha 22 de abril de 2009 en el que suplica dicte sentencia por la que
desestime el recurso interpuesto, y confirme la Sentencia de 18 de diciembre de 2007 dictada por la
Audiencia Nacional , imponiendo las costas procesales a la Administración.

SEXTO.- Por providencia de 7 de octubre de 2010, se nombro Ponente a la Excma.Sra. Magistrada


Doña Maria Isabel Perello Domenech, y se señaló para votación y fallo el día 7 de diciembre de 2010, fecha
en que ha tenido lugar.

Siendo Ponente la Excma. Sra. Dª. Maria Isabel Perello Domenech, Magistrada de la Sala

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO.- El Abogado del Estado interpone recurso de casación contra la sentencia dictada por la
Sección Octava de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional de 18 de diciembre de
2007 , que estimó el recurso contencioso- administrativo interpuesto por la representación procesal de la
entidad mercantil SPANTEL 2000 SA, contra la resolución del Secretario de Estado de Telecomunicaciones
y para la Sociedad de la Información de 18 de octubre de 2005, que le impuso una sanción de multa de
ciento setenta y cinco mil euros (175.000 #) como responsable de la comisión de una infracción de carácter
grave prevista en el artículo 54 .o) de la Ley 32/2003, de 3 de noviembre, General de Telecomunicaciones .

SEGUNDO.- La Sala de instancia fundamenta su pronunciamiento estimatorio del recurso


contencioso-administrativo con base en las siguientes consideraciones jurídicas que se exponen en los
fundamentos jurídicos segundo:

< < [...] El artículo 54.o) de la Ley 32/2003, de 3 de noviembre, General de Telecomunicaciones ,
considera infracción grave "el incumplimiento de las obligaciones de servicio público, según lo establecido
en el Título III, salvo que deba considerarse como infracción muy grave, conforme a lo previsto en el artículo
anterior". Dicho Título III , que comprende los artículos 20 a 38 , gira bajo la rúbrica "Obligaciones de
servicio público y derechos y obligaciones de carácter público en la explotación de redes y en la prestación
de servicios de comunicaciones electrónicas". A su vez, el Capítulo I del mismo Título, gira bajo la rúbrica "
obligaciones de servicio público", mientras que el Capítulo III lo hace bajo lo de "Secreto de las
comunicaciones y protección de los datos personales y derechos y obligaciones de carácter público
vinculados con las redes y servicios de comunicaciones electrónicas". Por lo tanto, parece claro que la Ley
distingue entre "obligaciones de servicio público" y "obligaciones de carácter público", distinción que
aparece refrendada en el artículo 20, números 2 y 4, el primero al señalar que "los operadores se sujetarán
al régimen de obligaciones de servicio público y de carácter público", y el segundo al disponer que
"corresponde al Ministerio de Ciencia y Tecnología el control y el ejercicio de las facultades de la
Administración relativas a las obligaciones de servicio público y de carácter público".

En este contexto, el artículo 21, que ya hemos dicho que se encuentra inserto en el Capítulo I del
Título III , distingue dos categorías de obligaciones de servicio público, a saber: el servicio universal, por un
lado, y otras obligaciones de servicio público, por otro, destinando a la primera categoría la Sección 2ª y a la
segunda la Sección 3ª. Por su parte, el artículo 38, ya dentro del Capítulo III , se refiere a los derechos de
los consumidores y usuarios finales, y entre ellos a "las normas básicas de utilización de los servicios de
comunicaciones electrónicas disponibles al público en general que determinarán los derechos de los
consumidores al público en general que determinarán los derechos de los consumidores que sean personas
físicas y otros usuarios finales se aprobarán por Real Decreto que, entre otros extremos, regulará, b) los
derechos de información de los consumidores que sean personas físicas y usuarios finales, que deberá ser
eficaz, suficiente, transparente y actualizada".

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El Real Decreto al que la Ley se refiere es el 1736/1998, de 31 de julio , por el que se aprueba el
Reglamento de desarrollo del Título III de la Ley 11/1998, de 24 de abril de 1998, General de
Telecomunicaciones , en lo relativo al servicio universal de telecomunicaciones, a las demás obligaciones
de servicio público y a las obligaciones de carácter público en la prestación de los servicios y en la
explotación de las redes de telecomunicaciones. Hay que advertir que este Real Decreto, bien que aplicable
a nuestro caso, ha sido derogado y sustituido por el Real Decreto 424/2005, de 15 de abril , por el que se
aprueba el Reglamento sobre las condiciones para la prestación de servicios de comunicaciones
electrónicas, el servicio universal y la protección de los usuarios.

El Real Decreto 1736/1998, de 31 de julio , sigue el régimen de la LGTel, como no podía ser de otra
manera, distinguiendo también entre "obligaciones de servicio público", "las demás obligaciones de servicio
público" y "las obligaciones de carácter público en la prestación de servicios", regulando cada una de estas
figuras en títulos distintos. Así, contempla en el Título II el servicio universal (Captulo II) y otras obligaciones
de servicio público (Capítulo IV), destinando el Título IV a los derechos de los usuarios. s cierto que la
redacción del artículo 22 LGTel, concretamente su apartado 1 .b), pudiera producir alguna confusión en
cuanto considera dentro del concepto de servicio universal "que se ponga a disposición de todos los
usuarios...al menos un servicio de información general sobre números de abonados", pero sin alusión clara
y precisa al supuesto de hecho que ha justificado la sanción ahora ponderada (tarifación e identificación
inadecuados), debiéndose tener en cuenta que nos encontramos en el ámbito del Derecho Administrativo
sancionador, de obligada interpretación respectiva.

Así las cosas, si como parece claro la LGTel distingue diferentes clases de obligaciones, el artículo 54
,o) tipificado, a efectos de sanción, las relativas a las "obligaciones de servicio público", de modo que otro
incumplimiento grave de las obligaciones ha de entenderse previsto en el artículo 54 .q), cuyo control
corresponde a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones -ex artículo 58.a) LGTel .

Por lo demás, como ya se dijo en la sentencia de esta Sala de 27 de abril de 2007 , "el artículo 129,1
de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre , en coherencia con el artículo 25.1 de la Constitución, legisla que
sólo constituyen infracciones administrativas las vulneraciones del ordenamiento jurídico previstas como
tales infracciones por una Ley. De análogo tenor es el artículo 4 del Real Decreto 1398/1993, de 4 de
agosto , por el que se aprobó el Reglamento de Procedimiento de ejercicio de la Potestad Sancionadora."

"Así, son exigencias derivadas del principio de legalidad y tipicidad en el ámbito del Derecho
sancionador la existencia de una ley ("lex scripta"), que la ley sea anterior al hecho sancionador ("lex
previa") y que describa, y esto es lo decisivo ahora, un supuesto de hecho estrictamente determinado ("lex
certa"), según la Sentencia del Tribunal Constitucional 246/1991, de 19 de diciembre . "

"Asimismo, el Tribunal Supremo afirma en forma reiterada, que no puede aplicarse en Derecho
sancionador la analogía, incluyendo una conducta en una previsión típica similar o semejante, pero no
legislada para el caso concreto que se pretende sancionar (por todas, Sentencia de 17 de diciembre de
1990 )."

En atención a las precedentes consideraciones, procede estimar el recurso jurisdiccional ahora


deducido, por vulnerarse el requisito de tipicidad en el supuesto considerado, ya que no se ha incumplido
ninguna obligación de servicio público, en todo caso una obligación de carácter público, ajena a la previsión
del artículo 54.o) de la Ley 32/2003 , y cuya adecuada tipificación podría rastrearse, "prima facie", bien en
su apartado p) (incumplimiento de las condiciones de prestación de un servicio de comunicaciones
electrónicas) o bien en el r) (incumplimiento de una resolución de la CMT), habiéndose orillado por la
Administración, por tanto, la necesaria y pertinente predeterminación tipológica de la conducta objeto de
sanción, en forma a la que sin duda contribuye la naturaleza proteica y confusa del régimen jurídico en
cuestión.>>

TERCERO.- El recurso de casación del Abogado del Estado se articula en un único motivo, al amparo
del artículo 88.1.d) de la Ley reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, por infracción de las
normas del ordenamiento jurídico y de la jurisprudencia que fueren aplicables para resolver las cuestiones
objeto de debate, y en él se denuncia la indebida interpretación del artículo 54.o) de la Ley 32/2003, de 3 de
noviembre, General de Telecomunicaciones , en relación con el artículo 12 del Real Decreto 1736/1998, de
31 de julio, del apartado 94 de la Orden CTE/711/2002, de 26 de marzo , y de la resolución de la Comisión
del Mercado de las Telecomunicaciones de 23 de octubre de 2003.

En el desarrollo argumental del motivo de casación se critica la interpretación que se realiza en la


sentencia de instancia del artículo 54.o) de la Ley General de Telecomunicaciones , pues entiende que el

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cobro del servicio de consulta telefónica sobre números de abonados en un precio superior al máximo
permitido constituye una obligación de servicio público en razón del interés general, debidamente tipificado
en el precepto anteriormente referido.

CUARTO. - El motivo de casación, no puede ser acogido, pues la interpretación de la Sala de


instancia que considera que los hechos imputados a la sociedad SPANTEL 2000 SA, no son subsumibles
en el tipo infractor del artículo 54.o) de la Ley 32/2003, de 3 de noviembre, General de Telecomunicaciones
, que en su redacción originaria, anterior a la modificación debida a la Ley 56/2007, de 28 de diciembre , no
resulta contraria al principio de tipicidad de las infracciones y sanciones administrativas.

Respecto de estas mismas alegaciones, cuando fueron efectuadas por otras entidades sancionadas
en los recursos de casación número 2541/2008 y 2564/2008, dijimos en nuestras Sentencias de 22 de
noviembre y 1 de diciembre de 2010 , lo siguiente:

<<En efecto, consideramos que la conducta antijurídica sancionable descrita en el artículo 54 o) de la


Ley 32/2003, de 3 de noviembre, General de Telecomunicaciones , comprende, como elemento esencial del
tipo, aquellos incumplimientos de las obligaciones de servicio público impuestas a los operadores,
estipuladas en el Capítulo I del Título III del citado Cuerpo legal, que se califican, según lo dispuesto en el
artículo 21 LGT , de obligaciones vinculadas a la prestación del servicio universal y otras obligaciones del
servicio público impuestas por razones de interés general, de modo que, en estricta aplicación del principio
de legalidad de las infracciones administrativas, con el objeto de no incurrir en una interpretación extensiva
o analógica del tipo aplicado, no cabe incluir en este apartado aquellos otros incumplimientos de las
obligaciones de carácter público impuestas a los prestadores de servicios de comunicaciones electrónicas,
reguladas en el Capítulo III del referido título, que se encuentran tipificadas en el apartado q) del artículo 54
de la Ley General de Telecomunicaciones .

Por ello, apreciamos que el pronunciamiento de la Sala de instancia no contradice la doctrina del
Tribunal Constitucional, expuesta en las sentencias 218/2005, de 12 de septiembre , 113/2008, de 29 de
septiembre , 104/2009, de 4 de mayo , 36/2010, de 19 de julio , y 57/2010, de 4 de octubre , sobre el
significado, el contenido y el alcance de las garantías que se desprenden de la consagración del principio de
legalidad en el ámbito del Derecho administrativo sancionador conforme a lo dispuesto en el artículo 25 de
la Constitución, que son vinculantes para el legislador, para el poder reglamentario y para los aplicadores
del Derecho:

« Es doctrina de este Tribunal (SSTC 42/1987, de 7 de abril, F. 2 ; 161/2003, de 15 de septiembre, F.


2 ; o 25/2004, de 26 de febrero , F. 4 ) que el derecho fundamental enunciado en el art. 25.1 CE extiende la
regla nullum crimen, nulla poena sine lege al ámbito del ordenamiento administrativo sancionador, y
comprende una doble garantía. La primera, de alcance material y absoluto, se refiere a la imperiosa
exigencia de la predeterminación normativa de las conductas ilícitas y de las sanciones correspondientes,
es decir, la existencia de preceptos jurídicos (lex previa) que permitan predecir con el suficiente grado de
certeza (lex certa) dichas conductas, y se sepa a qué atenerse en cuanto a la aneja responsabilidad y a la
eventual sanción; la otra, de alcance formal, hace referencia al rango necesario de las normas tipificadoras
de dichas conductas y sanciones, toda vez que este Tribunal ha señalado reiteradamente que el término
«legislación vigente» contenido en dicho art. 25.1 es expresivo de una reserva de Ley en materia
sancionadora. En el bien entendido que este Tribunal ha venido reconociendo una eficacia relativa o
limitada a esta segunda garantía, en el sentido de permitir un mayor margen de actuación al poder
reglamentario en la tipificación de ilícitos y sanciones administrativas, por razones que atañen en lo esencial
al modelo constitucional de distribución de potestades públicas y al carácter, en cierto modo insuprimible, de
la potestad reglamentaria en ciertas materias.

3. En relación con la primera de las garantías indicadas, que es en torno a la que gira el presente
proceso constitucional de amparo, hemos señalado específicamente que contiene un doble mandato:

a) El primero, que es el de taxatividad, dirigido al legislador y al poder reglamentario, y «según el cual


han de configurarse las Leyes sancionadoras, llevando a cabo el "máximo esfuerzo posible" ( STC 62/1982 )
para garantizar la seguridad jurídica, es decir, para que los ciudadanos puedan conocer de antemano el
ámbito de lo prohibido y prever, así, las consecuencias de sus acciones» ( STC 151/1997, de 29 de
septiembre , F. 3 ). En este contexto, hemos precisado que «constituye doctrina consolidada de este
Tribunal la de que el principio de legalidad en materia sancionadora no veda el empleo de conceptos
jurídicos indeterminados, aunque su compatibilidad con el art. 25.1 CE se subordina a la posibilidad de que
su concreción sea razonablemente factible en virtud de criterios lógicos, técnicos o de experiencia, de tal
forma que permitan prever, con suficiente seguridad, la naturaleza y las características esenciales de las
conductas constitutivas de la infracción tipificada» ( STC 151/1997, de 29 de septiembre , F. 3 ).

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b) Contiene también un mandato para los aplicadores del Derecho. En efecto, la garantía de
predeterminación normativa de los ilícitos y de las sanciones correspondientes tiene, según hemos dicho en
las SSTC 120/1996, de 8 de julio, F. 8 , y 151/1997, de 29 de septiembre , F. 4 , «como precipitado y
complemento la de tipicidad, que impide que el órgano sancionador actúe frente a comportamientos que se
sitúan fuera de las fronteras que demarca la norma sancionadora». En esa misma resolución, este Tribunal
añadió que «como quiera que dicha frontera es, en mayor o menor medida, ineludiblemente borrosa "por
razones ya de carácter abstracto de la norma, ya de la propia vaguedad y versatilidad del lenguaje", el
respeto del órgano administrativo sancionador al irrenunciable postulado del art. 25.1 CE deberá analizarse,
más allá del canon de interdicción de la arbitrariedad, el error patente o la manifiesta irrazonabilidad, propio
del derecho a la tutela judicial efectiva, con el prisma de la razonabilidad que imponen los principios de
seguridad jurídica y de legitimidad de la configuración de los comportamientos ilícitos que son los que
sustentan el principio de legalidad».

Desde esta perspectiva, resulta elemento realmente esencial del principio de tipicidad, ligado
indisolublemente con el principio de seguridad jurídica (art. 9.3 CE ), la necesidad de que la Administración
en el ejercicio de su potestad sancionadora identifique el fundamento legal de la sanción impuesta en cada
resolución sancionatoria. En otros términos, el principio de tipicidad exige no sólo que el tipo infractor, las
sanciones y la relación entre las infracciones y sanciones, estén suficientemente predeterminados, sino que
impone la obligación de motivar en cada acto sancionador concreto en qué norma se ha efectuado dicha
predeterminación y, en el supuesto de que dicha norma tenga rango reglamentario, cuál es la cobertura
legal de la misma. Esta última obligación encuentra como excepción aquellos casos en los que, a pesar de
no identificarse de manera expresa el fundamento legal de la sanción, el mismo resulta identificado de forma
implícita e incontrovertida. En este orden de ideas, hemos subrayado recientemente en la STC 161/2003, de
15 de septiembre , que cuando la Administración ejerce la potestad sancionadora debe ser «la propia
resolución administrativa que pone fin al procedimiento la que, como parte de su motivación [la impuesta por
los arts. 54.1 a) y 138.1 de la Ley de régimen jurídico de las Administraciones públicas y del procedimiento
administrativo común, identifique expresamente o, al menos, de forma implícita el fundamento legal de la
sanción. Sólo así puede conocer el ciudadano en virtud de qué concretas normas con rango legal se le
sanciona, sin que esté excluido, como acaba de exponerse, que una norma de rango reglamentario
desarrolle o concrete el precepto o los preceptos legales a cuya identificación directa o razonablemente
sencilla el sancionado tiene un derecho que se deriva del art. 25 CE» (F. 3 ). ».

En suma, la aplicación de la doctrina del Tribunal Constitucional expuesta sobre las exigencias del
principio de tipicidad al caso examinado, permite concluir el examen del motivo de casación desarrollado,
confirmando el criterio de la Sala de instancia, de entender que en este supuesto los hechos imputados no
son subsumibles en la infracción grave tipificada en el artículo 54 o) de la Ley 32/2003, de 3 de noviembre,
General de Telecomunicaciones , en cuanto no cabe incardinar el cobro indebido del servicio de consulta
telefónica en la noción de incumplimiento de obligaciones de servicio público, pues carece de base jurídica
la tesis que propugna el Abogado del Estado de estimar que está comprendida en el contenido del servicio
universal de poner a disposición de los abonados un servicio de información a un precio asequible, al que
se refiere el artículo 12 del Real Decreto 1736/1998, de 31 de julio , por el que se aprueba el Reglamento
por el que se desarrolla el Título III de la Ley General de Telecomunicaciones en lo relativo al servicio
universal de telecomunicaciones, a las demás obligaciones de servicio público y a las obligaciones de
carácter público en la prestación de los servicios y en la explotación de las redes de telecomunicaciones.>>

Con arreglo a lo razonado, la desestimación del único motivo de impugnación articulado, conlleva la
declaración de no haber lugar al recurso de casación interpuesto por el Abogado del Estado contra la
sentencia de la Sección Octava de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional de 18
de diciembre de 2007, dictada en el recurso contencioso- administrativo 735/2005 .

QUINTO. - De conformidad con lo dispuesto en el artículo 139.2 de la Ley reguladora de la


Jurisdicción Contencioso- Administrativa, procede imponer las costas procesales en el presente recurso a la
parte recurrente.

En atención a lo expuesto, en nombre del Rey, y en ejercicio de la potestad jurisdiccional que emana
del Pueblo español y nos confiere la Constitución,

FALLAMOS

Primero.- Que debemos declarar y declaramos NO HABER LUGAR al recurso de casación


interpuesto por la Administración del Estado contra la sentencia de la Sección Octava de la Sala de lo
Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional de 18 de diciembre de 2007, dictada en el recurso

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contencioso-administrativo 735/2005 .

Segundo.- Efectuar expresa imposición de las costas procesales causadas en el presente recurso de
casación a la parte recurrente.

Así por esta nuestra sentencia, que deberá insertarse por el Consejo General del Poder Judicial en la
publicación oficial de jurisprudencia de este Tribunal Supremo, definitivamente juzgando lo pronunciamos,
mandamos y firmamos .-Pedro Jose Yague Gil.-Manuel Campos Sanchez-Bordona.-Eduardo Espin
Templado.-Jose Manuel Bandres Sanchez-Cruzat.- Maria Isabel Perello Domenech.-Firmado.-
PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la anterior sentencia en el mismo día de su fecha por la Magistrada
Ponente Excma. Sra. Dª. Maria Isabel Perello Domenech, estando constituida la Sala en audiencia pública
de lo que, como Secretario, certifico.

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