Eleazar Narváez
Desde luego, esas consideraciones son válidas y esenciales para un espacio académico
como el universitario. Lo deseable y necesario es que esa rendición de cuentas sea
asumida como parte y expresión de un sistema de evaluación institucional, concebido
por la Universidad para asegurar y fortalecer su calidad, en sintonía con su compromiso
con la sociedad y en el marco de una corresponsabilidad con el Estado que no lesione o
ponga en entredicho su autonomía en el cumplimiento de su misión primordial.