c
c
c
c cc
Se agrupa bajo esta denominación un alto número de enfermedades heterogéneas que tienen en común
comprometer á el intersticio pulmonar en forma difusa, ya sea de partida o como
consecuencia de focos sucesivos. La conformación del grupo es un tanto discrecional ya que algunas tienen
una fisonomía o etiología suficientemente específica, suelen ser clasificadas como entidades aparte o en otros
grupos (neumonitis intersticiales infecciosas, tuberculosis miliar, linfangiosis carcinomatosa, edema
pulmonar, neumoconiosis, asbestosis, etc.).
En general, el enfrentamiento de estas enfermedades es difícil y necesita del trabajo conjunto de varias
especialidades, pero la detección inicial del síndrome es responsabilidad del clínico general, a quien también
corresponderá el manejo de algunas de las entidades de causa conocida. Por ello veremos primero las
características del síndrome para luego abordar algunas de las entidades más frecuentes de causa conocida, y
finalmente entregar una información sumaria sobre las principales enfermedades que deben referirse al
especialista.
a
Las enfermedades intersticiales difusas pueden estar confinadas exclusivamente al pulmón o ser parte de una
patología sistémica multiorgánica (enfermedades colágenas, enfermedades crónicas intestinales, hepáticas o
renales), a las cuales pueden, ocasionalmente, preceder. En ambas situaciones se combinan en grado variable
tres mecanismos básicos: daño alveolar difuso, reacción inflamatoria y activación fibroblástica, que
conducen a diferentes formas de reparación, remodelación o destrucción. (Figura 39-1).
Figura
Patogenia de las enfermedades alveolares difusas. La lesión inicial produce un daño alveolar
que inicia una reacción inflamatoria o una activación fibro-proliferativa. En algunos casos ambos procesos
van a la reparación, con o sin secuelas. En otros, los propios mediadores inflamatorios causan más daño
alveolar, con la consiguiente formación de un círculo vicioso que perpetúa el trastorno.
FUS
El agente causal, conocido o desconocido, llega a la pared alveolar por vía inhalatoria o por vía sanguínea.
En contacto con el tejido pulmonar, produce un daño en sus células parenquimatosas y en el estroma, cuya
extensión e intensidad es muy variable. Ordinariamente es enmascarado por las alteraciones que siguen.
F
La lesión inicial es seguida de una fase reactiva de variada intensidad y naturaleza. Aparecen células
inflamatorias, que infiltran el intersticio y pueden ocupar el alvéolo, provenientes de la transformación y
activación de células tisulares (histiocitos, plasmocitos, linfocitos) y de la atracción quimiotáctica de células
circulantes (neutrófilos, eosinófilos, linfocitos, etc.). El fenómeno inflamatorio puede ser autolimitado o
seguir progresando, por persistencia del agente causal o por efecto de las enzimas y los mediadores liberados
por las propias células inflamatorias, que incrementan el daño alveolar. Esta nueva destrucción provoca
mayor reacción inflamatoria, originando un círculo vicioso que explica la progresión observada en muchos
casos después de que la noxa causal habría dejado de actuar. En algunos casos el tejido pulmonar
inicialmente alterado puede no ser reconocido por el organismo y comportarse como un antígeno que
provoca la formación de auto-anticuerpos que aumentan el daño y mantienen la inflamación. La
multiplicidad de agentes causales, vías de contacto y diferencias individuales de reactividad explica la amplia
gama de variantes que pueden presentarse.
El carácter difuso del proceso puede deberse tanto a que la noxa afecta de partida a todo o a la mayor parte
del pulmón como a la suma de focos sucesivos. El primer mecanismo conduce a lesiones histológicas
homogéneas, mientras que el segundo lleva a la coexistencia de zonas normales con otras en diferentes
etapas de reacción y reparación. La evolución temporal de los procesos descritos puede también variar
ampliamente desde formas agudas, que en semanas mejoran, se detienen o llevan a la muerte, a formas
crónicas de hasta 15 o más años de evolución, con todas las formas intermedias posibles.
U
Aunque las enfermedades intersticiales difusas de causa conocida forman parte del diagnóstico diferencial
inicial de síndrome , una vez que se identifican y adquieren un nombre, generalmente no se siguen
incluyendo en el grupo sino que se manejan individualmente.
En cambio, la mayoría de las condiciones de etiología desconocida siguen considerándose como parte de
grupos o subgrupos y existe una multiplicidad de denominaciones de variable aceptación Como grupo son a
veces denominadas "enfermedades infiltrativas difusas", " enfermedades intersticiales difusas"o
"enfermedades parenquimatosas difusas" y sus subdivisiones son muy variadas y diferentes. La
nomenclatura más clara y que goza de mayor consenso es la propuesta por las sociedades Americana de
Tórax y Respiratoria Europea, que se resume en la Tabla 39-1.
abla
F
Sa U S S
FUS S
aU
lasificaciónsimplificadadelasSociedades mericanadeóraxespiratoriauropea
a
Se han descrito algunos patrones histológicos definidos, pero, por no ser exclusivos o específicos de una sola
entidad clínico-patológica, no siempre permiten por sí solos fundamentar el diagnóstico final. Este sólo
puede plantearse a partir del análisis conjunto de la histología con los datos aportados por el clínico y por el
radiólogo, siendo obvio que la visión morfológica aislada de una biopsia, a pesar de su alto valor, no puede
decir si existen factores causales clínicamente identificables o se trata de una forma idiopática o criptogénica;
si la enfermedad está confinada al pulmón o es parte de una enfermedad sistémica y cuál es la distribución y
extensión de las lesiones en ambos pulmones.
ë? Efectos directos de la lesión, representados por daño del epitelio alveolar o alteraciones de la pared
capilar. Cuando el agente causal es microbiano o particulado, puede constatarse su presencia en el
examen histológico o se pueden detectar embolias cruóricas, agregados plaquetarios, lípidos, etc.
Usualmente los procesos reaccionales ocultan esta fase inicial de la afección.
ë? Inflamación que se desarrolla preponderantemente en el intersticio , pero pueden extenderse a los
espacios alveolares y comprometer bronquíolos y vasos pulmonares. Los tipos de células
inflamatorias varían según la entidad patológica y pueden disponerse en forma difusa o formar
granulomas. Usualmente hay edema y en algunas pueden encontrarse membranas hialinas formadas
por exudados proteináceos y fibrina.
ë? Proliferación fibroblástica que puede ser consecuencia de la inflamación previa o presentarse como
focos fibroblasticos con escasa inflamación. En ambos casos se asiste a grados variables de fibrosis
que, en los casos extremos oblitera espacios alveolares y tracciona las paredes de los bronquíolos,
con formación de cavidades quísticas. Este conjunto constituye la etapa terminal, llamada panal de
abejas, con pérdida total de la capacidad funcional. Entre ambos extremos es posible encontrar todo
tipo de combinaciones intermedias.
ë? |iversos grados de hiperplasia e hipertrofia de fibras musculares lisas.
FSa
o existe un cuadro fisiopatológico único, pero hay algunos elementos comunes suficientemente frecuentes
como para delinear una fisonomía básica característica. Variando de acuerdo a la extensión, duración e
intensidad de la afección, las principales alteraciones funcionales producidas por la infiltración intersticial
difusa son:
Hipoxemia: se debe a múltiples mecanismos. Por una parte las áreas menos distensibles reciben menos
ventilación, con disminución regional de la relación /Q que es la alteración preponderante. Por otra,
áreas obliteradas, colapsadas o con relleno alveolar actúan como cortocircuitos y, finalmente, existen
trastornos de difusión debido a la interposición de infiltrado inflamatorio y/o fibrosis entre alvéolos y
capilares. En la medida que estas alteraciones se extienden, se produce primero un aumento de la diferencia
alvéolo-arterial de O2 en ejercicio y luego en reposo, apareciendo más adelante hipoxemia. Por la alta
difusibilidad del CO2 y la eficacia de la hiperventilación compensatoria para su remoción, la retención de
este gas solo se presenta en etapas terminales.
Los agentes y mecanismos capaces de causar compromiso pulmonar intersticial difuso son numerosos y se
enumeran en la Tabla 39-2.
S SS US S S
S
aSS
FUS
FS
-Bacterias: Tuberculosis miliar
-Virus: Planteados como precursores en algunas formas de causa desconocida.
-Hongos:
, aspergilio, histoplasma, coccidioides etc.
SFSUS
-Inhalatorios:
-Partículas: eumoconiosis (silicosis, asbestosis, siderosis, etc.).
-Gases: O2, SO2, amoníaco, cloro, oxígeno en concentración alta por tiempo
prolongado
-Por aspiraciones recurrentes:
-Contenido gástrico (reflujo gastroesofágico)
-Lípidos
-Transtorácicos:
-Radiación
-Hematógenos:
-Tóxicos: paraquat (matamalezas)
- |rogas: por acción tóxica (Tabla 41-3)
a S S S
-Cáncer bronquíolo-alveolar
-Linfangiosis carcinomatosa
-Enfermedades linfoproliferativas
-Leucemias
4
SF S
5
S
-Uremia
6
U S
Embolias:
-Tromboembolismo múltiple
-Embolia grasa
-Embolia de cuerpo extraño en drogadictos (talco)
Hemodinámicas:
-Edema crónico por hipertensión pulmonar postcapilar: estenosis mitral,
insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad veno-oclusiva
U S
Ë
US S SS
S
S
eumonías intersticiales idiopáticas
Fibrosis pulmonar idiopática
eumonía intersticial inespecífica
eumonía intersticial aguda
Enfermedad pulmonar intersticial asociada a bronquiolitis respiratoria.
eumonía intersticial descamativa
eumonía organizativa criptogénica (COP)
eumonía intersticial linfocítica
Sarcoidosis.
Granulomatosis de Wegener
Histiocitosis X o histiocitosis de células de Langerhans
Hemosiderosis idiopática
Síndrome de Goodpasture
Proteinosis alveolar
Linfangiomiomatosis
ë? La lista es muy amplia en cuanto a factores causales o asociados, por lo que incluye muchas
afecciones que, por tener una fisonomía muy precisa, no siempre se clasifican como parte de este
grupo, aunque pueden plantearse como diagnóstico diferencial. Por otra parte la lista no es
exhaustiva, ya que las enfermedades de este grupo sobrepasan las 130 y están en constante
modificación y crecimiento.
ë? Las categorías empleadas no son excluyentes, puesto que algunas se definen por el agente etiológico
y otras por el mecanismo patogénico, elementos que pueden sobreponerse.
El objetivo básico de esta enumeración es ilustrar la multiplicidad de caminos que pueden llevar a un
resultado similar. o tiene objeto memorizar los detalles, sino tener presentes las grandes categorías y estar
preparado para detectar oportunamente una síndrome infiltrativo difuso e iniciar su estudio diagnóstico
básico.
El síndrome sugerente de compromiso alveolar infiltrativo difuso está constituido por tres elementos básicos:
En etapas iniciales, algunas de estas alteraciones pueden no estar presentes. La disnea es primero de grandes
esfuerzos, avanzando paulatinamente para presentarse con esfuerzos cada vez menores, hasta llegar
finalmente a ser de reposo. En las formas agudas la progresión puede ser extremadamente rápida, mientras
que en las formas crónicas es lenta, aunque puede presentar agravaciones espontáneas bruscas. Es habitual
que, debido a la estimulación de receptores en el parénquima rígido, la disnea se acompañe de tos seca
irritativa que puede llegar a ser extremadamente molesta.
Aunque la radiografía de tórax puede ser normal en fases tempranas, la imagen más frecuente y sugerente es
la de tipo retículo-nodular, con grados variables de relleno alveolar y reducción del volumen pulmonar. La
tomografía axial computarizada (TAC) es considerablemente más sensible que la radiografía y con alguna
frecuencia sus imágenes son suficientemente específicas como para sugerir alguna etiología o entidad
definida, siempre que sea de buena calidad y analizada por un radiólogo experto.
En la espirometría se observa característicamente una limitación restrictiva, aunque inicialmente puede estar
"dentro de límites normales" debido al amplio rango de éstos. En los gases arteriales, lo más precoz es el
aumento de la diferencia alvéolo arterial detectable primero en ejercicio y, más adelante, la caída de la PaO2.
La medición de estas alteraciones, junto a la prueba de caminata en 6 minutos, son especialmente
importantes para controlar la evolución de la enfermedad y el efecto del tratamiento. La capacidad de
difusión es otro índice importante para el diagnóstico y control del tratamiento especializado.
Otras manifestaciones clínicas que pueden estar presentes, sin que formen parte obligada del síndrome, son
las, crepitaciones finas de final de inspiración, especialmente en las partes dependientes del pulmón, y el
dedo hipocrático, que es más frecuente en la fibrosis pulmonar idiopática.
Cuando los datos anamnésicos y de examen físico sugieren la posibilidad de una enfermedad intersticial, los
pasos siguientes son una radiografía de tórax, en busca de una imagen compatible, una espirometría para
objetivar el trastorno restrictivo y los gases en sangre para detectar el aumento de diferencia alveólo-arterial
o la hipoxemia y su aumento con el ejercicio. La TAC, que se ha constituido en una herramienta
indispensable para el estudio avanzado de estas afecciones, puede incorporarse a esta etapa de estudio básico
o dejarse para el estudio por especialista.
Todas estas fases del estudio corresponden, en general, al clínico general, quien deberá decidir si se trata de
una enfermedad que él es capaz de manejar o si debe obtener ayuda o derivar al paciente.
En la etapa especializada, si no existen antecedentes o elementos clínicos que apoyen claramente una
etiología, será necesario considerar la TAC de alta resolución, que en manos expertas puede dar indicios
diagnósticos que permiten decidir un tratamiento.
Si se sospecha una enfermedad infiltrativa de histología homogénea característica, que permita el diagnóstico
con muestras pequeñas de tejido (tuberculosis miliar, sarcoidosis, carcinomatosis, proteinosis, etc.) y, sobre
todo si ésta afecta el intersticio axial que acompaña a los bronquios, puede recurrirse a una biopsia
transbronquial endoscópica.
En los últimos años se ha desarrollado la técnica del lavado broncoalveolar, consistente en la inyección, a
través de un broncoscopio, de 100 a 300 ml de suero fisiológico en un segmento pulmonar y su recuperación
por aspiración. Con ello se obtiene una muestra de células intraalveolares, cuya composición sería
representativa de lo que ocurre en los espacios alveolares y posiblemente, en el intersticio. Si bien este
método ha resultado una herramienta poderosa para la investigación, su aplicación clínica en esta área está
aún en etapa de definición, por lo que su eventual uso e interpretación corresponden a centros especializados.