Anda di halaman 1dari 1

6 LA VANGUARDIA VIERNES, 16 NOVIEMBRE 2001

LA POLÉMICA SOBRE EL QUIJOTE Y LOS “DUENDES” DE SU PRIMERA EDICIÓN


El filólogo y académico de la Lengua Francisco Rico responde en esta página al proceso de la primera edición del “Quijote”, y aventuraba algunas hipótesis
artículo de Andrés Trapiello “Duendes en la imprenta del Quijote”, publicado sobre las causas de que contuviera “muchísimas erratas y errores”. Trapiello
en este suplemento la semana pasada. En dicho texto, el autor de “Las vidas de discrepaba de las teorías desarrolladas al respecto por Francisco Rico, autor de
Miguel de Cervantes” examinaba a partir de su experiencia como tipógrafo el la más conocida edición crítica de la novela, que ahora le replica.

Yerros de imprenta
FRANCISCO RICO sin haberse enterado de que en el si- ñor, uno no tiene pretensiones de
glo XV se mareaba por astrolabio, novelista, y no lo diría si no le cons-

A
ndrés Trapiello (desde cuadrante y rosa de los vientos. En tara: desde Nebrija a Campomanes,
aquí, AT, o simplemen- suma: la alianza de ignorancia y ana- y por los testimonios más explíci-
te Andrés), rancio ami- cronismo se convierte en criterio tos, manuscritos e impresos.
go mío y cómplice en histórico para determinar la reali- En fin, señalaba yo asimismo que
más de una diablura, dad de unos hechos. la confección del volumen se hizo
es poeta de Premio Nacional y, so- El bueno de Andrés dice haberse “con una cadencia de pliego y me-
bre todo, en los últimos diez años y asesorado “con dos viejos tipógra- dio diario” y con una probable tira-
un día, para los reincidentes entre fos”. A poca gente respeto más que da de mil quinientos o mil setecien-
quienes me cuento, irrestañable me- a esos supervivientes de una especie tos cincuenta ejemplares. De donde
morialista de un “Salón de pasos extinguida, que tanto del oficio pue- Andrés: (5) “¿Por qué la cadencia
perdidos” que “no tiene nada que den enseñarnos, incluidas las tretas fue de pliego y medio diario, y no de
decir y lo repite incansablemente” para remedar los diseños de “Lito- más o de menos? (6) ¿Por qué hay
(la cita procede de mi “Historia y ral” o las revistas de JRJ. Pero para que pensar en mil quinientos ejem-
crítica de la literatura española”). informarse sobre los tiempos de plares mejor que en mil seiscientos
La fantasía creativa de la lírica, la Cervantes a quienes ha de recurrir- cincuenta o en dos mil?” Con mi pa-
libre subjetividad del diario y el ex- se no es a los “viejos tipógrafos”, si- ciente elucidación: porque los
travío de los pasos se le han conta- no a los tipógrafos de nuestra edad ochenta pliegos del volumen a lo lar-
giado ahora a un grácil articulito clásica. Tal Alonso Víctor de Pare- go de los dos meses menguados de
(publicado en este suplemento el pa- des, cuya declaración expresa, asen- que se dispuso vienen a dar justa-
sado 9 de noviembre) en que aspira tada en una larguísima experiencia mente un pliego y medio al día, que,
a refutar la presunta “teoría” de un y completada con lujo de pormeno- por otro lado, era el compás fijado
servidor de acuerdo con la cual “la res, es rotunda: “Si se hacen libros en los contratos para los libros que
princeps del Quijote” no fue com- de a cuarto, que casi siempre son de urgían; y porque la misma urgencia
puesta tipográficamente siguiendo a dos (vale decir, de dos pliegos con- de ese plazo apunta que el “Quijo-
el orden natural de lectura, sino jugados en un cuaderno, como en to- te” prometía óptimas ventas y que,
“deslindando previamente en el ma- dos los “Quijotes” de entonces), no por tanto, es verosímil que se impri-
nuscrito las porciones que iban a co- parece puede haber fundiciones (o mieran más de los mil cien ejempla-
rresponder a las cuatro páginas no sea, surtidos de tipos) suficientes pa- res usuales cuando el ritmo era de
seguidas que se repartían en cada ra que se deje de contar”. pliego y medio al día (y no deja de
una de las caras de los pliegos impre- Como por otra parte ha de recu- ser orientador que para la segunda
sos”. De manera que, por ejemplo, rrirse, claro está, a las autoridades o edición, ya a comienzos de 1605, se
en un pliego en cuarto, es decir, de cuando menos a los manuales perti- previera tirar exactamente mil ocho-
ocho planas, había que componer nentes. Y hace ya decenios que his- cientos siete cuerpos de libros).
por un lado las que hoy se numera- toriadores y bibliógrafos han dejado He ahí la sumaria respuesta a las
rían como 1, 4, 5 y 8, y por otro la- de sobras establecido que en la Euro- Ilustración de José Narro para el “Quijote” de Ed. Juventud, 1958 preguntas de AT. Las seis tienen un
do, independientemente, las com- pa de los siglos XVI y XVII (por no común denominador: todas nacen
plementarias 2, 3, 6 y 7. venir más acá) el método habitual de se dice que en la imprenta de de un profundo desconocimiento
AT, repito, opina que se trata de de la imprenta fue la composición Estas líneas quieren Cuesta había corrector?” Mira, An- general de cómo se hacía un libro en
una “teoría” elucubrada por mí pa- “por formas”, y únicamente se echó drés: el corrector sólo faltaba en los la imprenta de los primeros siglos y
ra entender “las muchísimas erra- mano de otros, y sólo a partir de un
vindicar la fiabilidad del talleres minúsculos, mientras era particular de los progresos de la filo-
tas y errores” que se deslizaron en determinado momento, en oficinas experto frente a la ligereza imprescindible incluso en los me- logía (¡no se confunda con el cervan-
“la princeps del Quijote”. No es así, tan singulares como la plantiniana. dianos, no digamos en uno de las di- tismo!) en torno al “Quijote”. Por-
en absoluto: se trata de una descrip- ¿Ha saludado AT los estudios de
con que aficionados mensiones del que había sido de Pe- que todas estaban a su vez contesta-
ción del modo regular de componer Hinman, Bowers, Gaskell, Fay, e intrusos opinan sobre dro Madrigal, que heredó la viuda, das, argüidas, documentadas e ilus-
cualquier libro durante el Siglo de Tanselle, Chartier, Trovato o, entre María Rodríguez de Rivalde, y en- tradas en la bibliografía corriente.
las ediciones de textos
Oro. No sólo “la princeps”, tanto de hispanistas, Cruickshank o Hun- tre 1599 y 1607 fue regentado por
la primera como de la segunda par- ter? Pues todos ellos concuerdan Juan de la Cuesta. Y si AT hubiera Falsa erudición
te, sino todas las ediciones del “Qui- con el dictamen de un maestro más entrevisto los documentos cervanti-
jote” y, con excepciones desprecia- cercano, cuyo nombre, Jaime Moll, nos publicados por Pérez Pastor y He dicho arriba que escribía para
bles, todas las ediciones de todas las debiera sonarle: “Como en las im- Todas las preguntas saqueados por Astrana Marín (de vindicar la responsabilidad del ex-
obras de la época. prentas no hay habitualmente tipos quien emanan la sólita biografía y perto. Se comprenderá que no me
No es cosa de entrar aquí en deta- suficientes no ya para componer to-
de Trapiello estaban los suspiros que hinchen “Las vidas haya entretenido en exponer debida-
lles sobre esa técnica de composi- da la obra sino para mantener com- ya contestadas, de Miguel de Cervantes”), habría te- mente en qué consiste la composi-
ción (la composición “por formas”) puestas varias formas y, por otra nido que tropezarse con “Juan Álva- ción “por formas”, en desvanecer
ni sobre las razones (escasez de ti- parte, existe un ritmo de trabajo en-
argüidas, documentadas rez, corrector”, al que la Rivalde los numerosos errores y resbalones
pos, coordinación del trabajo entre tre el componedor y la prensa, se e ilustradas en la adeudaba ciento cuatro reales. de AT, ni en enjuiciar las cábalas
cajistas y prensistas, proporción de van componiendo las páginas co- Seguía yo indicando que el “Inge- que funda en la pura adivinación,
bibliografía corriente
costes...) que la generalizaron en la rrespondientes a una cara del pliego nioso hidalgo” fue obra de “no me- no ya sin datos, sino contra los da-
mayoría de los talleres europeos has- y posteriormente las de la otra cara. nos de tres componedores”. Aquí tos. Cuando un audaz reportero me
ta el mismo Setecientos, durante el Para ello es preciso contar el origi- de AT: (2) “¿Por qué no menos de conmina a opinar sobre la tesis del
entero periodo de la imprenta ma- nal, o sea marcar en él lo que ocupa- cdóticas que, dada la envergadura tres operarios?” Los “operarios” doctor Fulano, que atribuye a “El
nual. Las presentes líneas quieren rá cada página”. del libro en juego, se me siguen anto- (sic) serían desde luego más, porque Greco” el “Quijote” de Avellaneda,
más bien vindicar la responsabili- jando interesantes o curiosas. Cada en 1604 Cuesta lidiaba con veinte o del abogado Mengano, según el
dad del filólogo, la fiabilidad del ex- Seis respuestas una de esas precisiones mías le des- –AT: (3) “¿Existen contratos de cual el “Lazarillo” tuvo una primera
perto (siento ahuecar la voz), frente pierta a Andrés “una duda o un rece- Cuesta de ese año”, etcétera, etcéte- redacción en verso, a veces me con-
al atropellamiento con que aficiona- En uno de los almuerzos a que lo” que me plantea en forma de seis ra. FR: Sí, hijo–, y una imprenta es- tento con inquirir a mi vez si el pe-
dos e intrusos, careciendo de los co- suelo invitarlo en un inapreciable preguntas retóricas. Retóricas, digo, pañola aceptable solía tener entre riodista confiaría su salud o su plei-
nocimientos elementales al propósi- restaurante vecino a su casa, juraría porque, a todas luces, las juzga de tres y cinco por prensa. Pero los to a un historiador de la literatura.
to, pretenden opinar sobre cuestio- haber enriquecido a Andrés con al- imposible respuesta: a costa de im- componedores no pudieron ser me- El quehacer del filólogo discurre
nes ecdóticas, en especial cuando gunas monografías sobre la mate- plicar por ende, también a todas lu- nos de tres, porque, informados co- en dos ámbitos, uno especializado y
tienen que ver con el “Quijote”. * ria, aunque sin llegar a tiempo de re- ces involuntariamente, que las pre- mo estamos de la producción nor- otro abierto. No todos los ajetreos
Pues, en efecto, negar la “teoría” galarle una aportación ahora esen- cisiones de marras son pura inven- mal y la máxima posible en los cajis- del primero se hacen ostensibles en
que se me atribuye para “la prin- cial: “Imprenta y crítica textual en ción de quien las firma (mía, vaya). tas de la época, sólo un mínimo de el segundo, pero todos desembocan
ceps del Quijote”, y que a decir ver- el Siglo de Oro” (CECE, Universi- Para persuadir a mi entrañable tres podía rematar el primer “Quijo- en él, en tanto en definitiva todos
dad es lisa y llanamente la práctica dad de Valladolid, 2000). Como amigo de las ventajas y las bonda- te” entre los límites extremos del 26 miran a poner en limpio y en claro,
universal hacia 1600, no puede te- sea, para colgarme una supuesta des del estudio o, en otros términos, de septiembre (privilegio) y el 1 de también para todos, el texto de los
ner otro fundamento que una radi- “teoría” a cuenta de “la princeps del para convencerlo de que uno no de- diciembre (fe de erratas). clásicos. En ocasiones, no obstante,
cal falta de noticias sobre la impren- Quijote”, y para sus propias cavila- be hablar de lo que no sabe, voy a Puntualizaba yo todavía, para conviene airear un poco las menu-
ta antigua, y acaso la especulación ciones al respecto, no parece contar contestarle ahora las seis preguntas. darle algún colorcillo, que en esos dencias del ámbito especializado,
abusiva a partir de ciertos usos de la con otra fuente que la “Historia del Lo haré con el mayor laconismo, pe- dos meses los componedores (no di- para que el lector de buen sentido
imprenta mecánica de días más re- texto” inserta en el prólogo a la edi- ro con la tranquilidad de habérselas go los otros “operarios” tipógrafos, vaya acostumbrándose a distinguir
cientes. Para sugerirlo con un para- ción que me confió el Instituto Cer- satisfecho por extenso en publica- objeto igualmente de graves re- el trabajo serio y las ocurrencias del
lelo: AT se lanza a explicar “la prin- vantes (Crítica, Barcelona, 1998, y ciones de las llamadas “científicas” flexiones teológicas) quizá trajina- “ignorante hablador... sin tiento y
ceps del Quijote” como el patrón de reimpresiones revisadas). (notablemente, en el “Bulletin His- ran “incluso en las fiestas, a condi- sin discurso” (Quijote, II, 3).c
lancha que se pregunta con qué ayu- Ahí, en unas pocas páginas, esbo- panique” de hace un par de años) ción de oír misa”. “Convendremos
das empezó a navegar Cristóbal Co- cé el proceso de fabricación del que para los más se pierden en las –ni duda ni recela AT– en que es ex- *La nueva edición del “Diccionario”
lón y se responde a sí mismo, por las “Quijote” de 1604 (pero ya con fe- lagunas de su ignorancia. traño ese 'a condición...' (4) ¿Le académico recoge ya el sustantivo ec-
buenas, que lo razonable es que lo cha de 1605) en la vieja imprenta de Conque decía yo que en la prepa- consta a Rico que sólo si oían misa dótica (del griego èkdosis, edición;
hiciera con cartas náuticas provis- Pedro Madrigal; y, siempre en par- ración tipográfica del manuscrito podían obtener la dispensa para tra- “disciplina que estudia los fines y los
tas de graduación de latitud y longi- co resumen, concreté algunas minu- “el primer paso correspondía al co- bajar en domingo, y que tales dis- medios de la edición de textos”) y el
tud e indicaciones batimétricas... cias y añadí algunas pinceladas ane- rrector”; y salta Andrés: (1) “¿Dón- pensas eran frecuentes?” Pues, Se- adjetivo correspondiente.

Anda mungkin juga menyukai