La definición de empresa nos dice que los entes se clasifican según la propiedad, el
tamaño y el aspecto jurídico. Con respecto al tamaño, podemos decir que un ente
puede ser: un micro empresa, en donde sus dueños trabajan y el número total de
empleados no exceden las 10 personas. Las pequeñas empresas con aquellas en donde el
propietario no necesariamente trabaja en la misma; y el número total de trabajadores no
excede las 20 personas. Tenemos por último la mediana y la gran empresa; la primera
debe tener entre 20 y 100 empleados, mientras que la segunda excede los 100
empleados. La clasificación según la propiedad nos dice que las compañías pueden
ser privadas (organizada y comandada por propietarios particulares quienes poseen una
finalidad lucrativa), públicas (controladas por el Estado con una finalidad de bien
público), mixtas (intervienen los particulares como el Estado) y otras. Por último, la
definición de empresa nos dice que las mismas pueden clasificarse según su aspecto
jurídico, es decir, Individuales, Mercantiles, Colectivas, en Comanditas,
Comerciales, Civiles y Anónimas. Las últimas son las más conocidas, están
representadas por acciones y como no existe un número máximo de acciones ni de
socios, la organización es capaz de alcanzar grandes dimensiones en su capital. Otro
tipo de empresa muy popular es la comercia de responsabilidad limitada; en este caso
los socios aportan el capital por partes iguales, deciden y reciben utilidades de acuerdo
al porcentaje del capital que aportaron. Su responsabilidad es limitada ya que solo se
comprometen por el capital aportado.
Para terminar este punto, cabe señalar que según Samuelson y Nordhaus, las empresas
que predominan por su número son las diminutas. Pero las que dominan la economía
por sus ventas y activos, por su poder político y económico y por el volumen de su
nómina y empleo son los pocos cientos de grandes sociedades anónimas [4].
Crítica
Defensa