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“Basta con que un grupo, una empresa o un gobierno cuenten con uno o con varios

individuos perversos para que todo el sistema se vuelva perverso”Un manipulador


perverso no soporta la más mínima oposición a su poder y transformará cualquier
relación conflictiva en odio, hasta el punto de querer destruir a su oponente. Si
hubiera un conflicto abierto, cabría la posibilidad de discutir y de encontrar una
solución. Pero, en el registro de la comunicación perversa, por encima de todo hay que
impedir que el otro piense, comprenda o reaccione. Rechazar el diálogo es una hábil
manera de agravar el conflicto haciéndolo recaer completamente en el otro. A la
víctima se le niega el derecho a ser oída. Al perverso no le interesa su versión de los
hechos, y se niega a escucharla. No reconocen jamás sus errores, no se excusan
jamás. Como mucho pueden reconocer sus errores estratégicos. No se vence nunca a un
perverso. En realidad, el único recurso es la ley.

“Cuando todos los compañeros y amigos de una víctima de acoso consienten, callan y
participan de ese macabro fenómeno que supone el sacrificio de un chivo expiatorio,
justifican o amparan al poder que lo lleva a cabo, o solo callan o se dejan seducir por
quien engatusa, nubla la mente y engaña, siendo ellos personas normales fiel muestra de
nuestra sociedad, cuando esta situación se da -y se da a diario- quiere decir que esta
sociedad creada por el hombre es un castillo de papel, de altos y anchos torreones que
volarán por los aires ante la mas ligera brisa que nos sorprenderá mirando para otro
lado, no por casualidad, sino para no tener que ver la fragilidad de nuestros cimientos.”
Ricardo Pérez-Accino

Perfil acosador

El acoso de un superior a un subordinado:

El denominador común suele ser que el jefe se prevale de manera abusiva, desmesurada
y perversa de su poder. El objetivo suele ser reducir la influencia social de un
subordinado en su entorno, o bien forzarlo de modo inmoral a dejar el trabajo de manera
voluntaria o a solicitar el cambio o la baja laboral, eliminándolo del propio lugar de
trabajo.” [1]

“«Las personalidades malvadas utilizan el poder para aniquilar el crecimiento humano y


espiritual de los demás, con el propósito de preservar y defender la integridad de sus
propias personalidades enfermizas. Se trata de un verdadero fenómeno de chivo
expiatorio»” [2]

“los perversos narcisistas sienten una envidia muy intensa hacia los que parecen poseer
cosas que ellos no poseen o hacia los que simplemente gozan de la vida”. [3]

“Lo que el perverso envidia por encima de todo es la vida de los demás.” [4]

“El objeto de los celos del acosador puede ser también un conjunto de habilidades
sociales que confieren a la persona que las ostenta una especial destreza a la hora de
aglutinar a otros en torno a ideas o proyectos que la víctima proponga o defienda. En
esto consiste lo que suele denominarse «tener carisma» o «don de gentes».” [5]

“Los deseos y la vitalidad de los demás les señalan sus propias carencias… Ésta es la
razón por la cual, las más de las veces, eligen a sus víctimas entre las personas que se
muestran más llenas de energía y que saben gozar de la vida, como si intentaran
acaparar una parte de su fuerza. La sumisión y la servidumbre de sus víctimas a las
exigencias de sus deseos, así como la dependencia que ellos mismos crean, suponen
para ellos una prueba irrefutable de la realidad de su apropiación.

Los bienes a los que nos referimos son rara vez bienes materiales. Son cualidades
morales difíciles de robar: alegría de vivir, sensibilidad, comunicación, creatividad,
dones musicales o literarios… Cuando la víctima expresa una idea las cosas suceden de
tal modo que la idea formulada deja de ser suya y pasa a pertenecer a su agresor.

No son nunca responsables, ni son nunca culpables; todo lo que anda mal es siempre
culpa de los demás. [6]

“Los perversos narcisistas suelen presentarse como moralizadores y suelen dar lecciones
de rectitud a los demás.” [7]

“Lo que detestan del que piensa de otro modo no es tanto la opinión distinta que
preconiza como su osadía al querer juzgar por sí mismo, cosa que sin duda ellos no
hacen jamás y de lo que, en el fondo, tienen conciencia” [8]

“explotan a los demás, primero apropiándose de sus ideas y «utilizándolas», luego


descalificándoles con el fin de ser el único que quede en buena posición.” [9]

“En el transcurso de mi práctica clínica he visto cómo un mismo individuo perverso


tendía a reproducir su comportamiento destructor en todas las circunstancias de su vida
-en su lugar de trabajo, con su pareja y con sus hijos-, y es esta continuidad de
comportamiento lo que quiero subrayar. Así, existen individuos que tapizan su
trayectoria con cadáveres o muertos vivientes. Y esto no les impide dar el pego ni
parecer totalmente adaptados a la sociedad.” [10]

“Proyectan toda su violencia interna sobre quien les podría desenmascarar o sacar sus
debilidades a la luz.” [11]

“el perverso prefiere matar indirectamente, más exactamente, conseguir que su


víctima se mate ella sola”. [12]

“Cuando alguien decide destruir psicológicamente a un asalariado y pretende que éste


no se pueda defender, lo primero que hará es aislarlo y romper sus posibles alianzas.
Cuando el empleado está solo, le cuesta mucho más rebelarse, sobre todo si se le hace
creer que todo el mundo está contra él.” [13]

“Estos individuos sólo pueden existir si «desmontan» a alguien: necesitan rebajar a los
otros para adquirir una buena autoestima y, mediante ésta, adquirir el poder, pues están
ávidos de admiración y de aprobación.” [14]

“El objetivo de un individuo perverso es acceder al poder o mantenerse en él -para lo


cual utiliza cualquier medio-, o bien ocultar su propia incompetencia. Para ello, necesita
desembarazarse de todo aquel que pueda significar un obstáculo para su ascensión, y de
todo aquel que pueda ver con demasiada lucidez sus modos de obrar. No se contenta
con atacar a alguien frágil, como ocurre en el caso del abuso de poder, sino que crea la
misma fragilidad a fin de impedir que el otro pueda defenderse.” [15]

“La conducta perversa no incluye únicamente una persecución del poder, sino también y
sobre todo una utilización del otro como si fuese un objeto, o una marioneta, algo que al
perverso le produce un gran placer. El agresor conduce primero al agredido a una
posición de impotencia para luego poder destruirlo impunemente. Para obtener lo que
desea, no duda en utilizar todos los medios de los que dispone, sobre todo si puede
hacerlo en detrimento de los demás. Le parece legítimo rebajar a quien haga falta con tal
de adquirir una fuerte autoestima. No tiene ningún respeto por los demás. Resulta
asombrosa su ilimitada animadversión, que suele provenir de motivos fútiles, y no tiene
ninguna compasión de las personas que se encuentran acorraladas en situaciones
insoportables. Quien inflige violencia a otro individuo considera que éste se la merece y
que no tiene derecho a quejarse. Para el agresor, la víctima no es más que un objeto que
molesta. Niega su identidad y su derecho a tener sentimientos o emociones.”

“La víctima, ante esta agresión que no comprende, se siente sola, ya que, en todas las
situaciones perversas, los que las presencian se muestran cobardes e indulgentes. Temen
convertirse, a su vez, en blanco de las agresiones, pero, en ocasiones, también gozan
sádicamente con el espectáculo de la destrucción.”

“un manipulador perverso no soporta la más mínima oposición a su poder y


transformará cualquier relación conflictiva en odio, hasta el punto de querer destruir a
su oponente.” [16]

“el odio que proyectan sobre un blanco al que convierten en presa es suficiente para
aplacar sus tensiones interiores, lo que les permite mostrarse como una compañía
agradable en otros lugares. Esto explica la sorpresa, o incluso la incredulidad, de las
personas que se enteran de las acciones perversas de una persona cercana que hasta ese
momento sólo había mostrado su lado positivo. Las pruebas que presentan las víctimas
no parecen creíbles.” [17]

“se trata de «depredación», es decir, de un acto que consiste en apropiarse de la vida.”


[18]

“Si hubiera un conflicto abierto, cabría la posibilidad de discutir y de encontrar una


solución. Pero, en el registro de la comunicación perversa, por encima de todo hay que
impedir que el otro piense, comprenda o reaccione. Rechazar el diálogo es una hábil
manera de agravar el conflicto haciéndolo recaer completamente en el otro. A la víctima
se le niega el derecho a ser oída. Al perverso no le interesa su versión de los hechos, y
se niega a escucharla.”

“Como la comunicación verbal directa se niega, la víctima recurre con frecuencia a


manifestarse por escrito.” [19]

“El arte en que el perverso narcisista destaca por excelencia es el de enfrentar a unas
personas con otras, el de provocar rivalidades y celos.” [20]

“El perverso no suele alzar la voz, ni siquiera en los intercambios más violentos; deja
que el otro se irrite solo, lo cual no puede hacer ora cosa que desestabilizarlao.” [21]
“Cuando tiene que justificar su odio , el perverso lo hace depender de una persecución
por parte de su víctima.”

“Mediante un fenómeno de proyección, el odio del agresor es proporcional al odio que


él mismo imagina en su víctima.” [22]

“Un acosador verdaderamente competente tiene amenazado o comprado a todo el


personal, incluyendo a los representantes sindicales, y nadie se atreve a mostrar
acercamientos o simpatías hacia el estigmatizado.” [23]

“La mentira de los perversos narcisistas solo se vuelve directa durante la fase de
destrucción.” [24]

“Se trata de una agresión a perpetuidad… En la superficie, no se ve nada o casi nada.


Un cataclismo hace que una familia, una institución o un individuo reviente. La
violencia casi nunca es física, y si lo es, se debe a una reacción demasiado fuerte por
parte de la víctima. De ahí que se trate de un crimen perfecto.” [25]

“Por más que se trata de un funcionamiento patológico, la perversidad no es un


problema de enfermedad mental que bastaría con curar para arreglar el problema del
acoso moral. Nacemos todos con el germen de la perversidad, que está esperando
desarrollarse si, por una parte, nuestra educación no nos enseña valores morales lo
bastante sólidos y si, por la otra, el contexto social o profesional lo favorece. Un
perverso narcisista es un pervertido precoz como consecuencia de su historia infantil.
Puede ocurrir que reproduzca el sistema de relaciones malsano en el que se ha educado,
también que reproduzca la violencia moral que ha experimentado en carne propia como
defensa contra su propio sufrimiento, ya que la mayoría de los perversos narcisistas han
sido, a su vez, tratados como objetos durante su infancia. En ocasiones, han sido el
cabeza de turco de uno de sus progenitores y han sido rechazados, desvalorados o
maltratados. Otras veces, por el contrario, han sido objeto de una valoración o de
idolatría por parte de un progenitor manipulador. Para protegerse de esos padres
invasores, han tenido que privilegiar el intelecto a expensas de lo afectivo y convertirse
en seres fríos, insensibles y poco afectivos, aunque eso no les excusa.

¿Son conscientes del mal que causan? Cuando se les pregunta, no hay quien les saque
de la negación. justifican su conducta por la nulidad del otro, que no merece nada
mejor. No reconocen jamás sus errores, no se excusan jamás. Como mucho pueden
reconocer sus errores estratégicos. En realidad, si alguien repara en sus actitudes,
consideran que es porque no han sido lo bastante hábiles al ocultarlas, de modo que en
lo único que piensan es en mejorar sus métodos.

Cuando desenmascaran a un perverso narcisista, es muy hábil colocándose en la


posición de la víctima y denuncia rápidamente un complot contra él, revierte la
situación para convencer a los demás de que es el juguete de una campaña de
persecución, lo que obliga a las eventuales partes que intervienen a estar en guardia y
vigilantes.

Aunque conocen bien los límites que no deben cruzar para evitar los problemas, hay una
mala intención inconsciente en ellos. Naturalmente, no se les ve en la consulta de
ningún terapeuta porque, en su opinión, ese funcionamiento es «normal». Por lo demás,
cuando consultan a un psicoterapeuta, suele ser con una demanda apenas disimulada de
mejorar su perversidad: « ¡Como conoce usted tan bien la manipulación, dígame cómo
puedo someter a tal o tal otra persona! ».

En una época en que el mundo del trabajo se ha vuelto cada día más despiadado, se
efectúa una especie de selección natural que coloca a los perversos narcisistas en
lugares estratégicos. Como son fríos, calculadores y carecen de estados de ánimo,
sabrán privilegiar los elementos racionales sin permitir que los azares humanos les
conmuevan. A grandes rasgos, son individuos que saben abrirse camino en las empresas
y las administraciones, ya que son hábiles y seductores. Saben utilizar, para su provecho
exclusivo, el vínculo de subordinación que les permite esclavizar al otro. La empresa,
como todos los centros de poder, tiende a atraer a los individuos narcisistas y a
permitirles un amplio margen de acción. Su peligrosidad no sólo es relativa a sus
actitudes. sino también a su poder de seducción: saben arrastrar a un grupo a la
perversidad.” [26]

“Presentan una ausencia total de interés y de empatía por los demás, pero desean que los
demás se interesen por ellos… La fuerza de los perversos estriba en su insensibilidad.
No conocen ningún escrúpulo de orden moral… En ellos, las decepciones producen ira
o resentimiento, y un deseo de venganza… La eficacia de sus ataques es un resultado
del hecho de que ni la víctima ni un observador externo pueden imaginar que alguien
carezca hasta tal punto de atención o de compasión ante el sufrimiento ajeno.” [27]

“Si tiene algún poder en puestos burocráticos, procuran generar grandes cantidades de
trabajo innecesario que activamente impone a los demás para destruir su tiempo útil, e
introduce todo tipo de regulaciones y obstáculos destinados a dificultar las actividades
realmente creativas.” [28]

“El complejo de superioridad hace que el acosador viva en la ficción de la posesión de


valores, atributos y cualidades que en realidad no posee, negándolos en los demás de
manera defensiva.

Cuando surge en su entorno una persona (la víctima) que sí posee en verdad tales
características, ello supone para el acosador un verdadero choque con la realidad.. El
objetivo es hacer desaparecer a la víctima del horizonte psicológico del acosador,
porque sus capacidades suponen para éste una desestabilización psicológica.”. [29]

“La empatía es una característica especialmente insoportable para el acosador, cuya


naturaleza psicológica, como se verá, es ante todo «no empática» o psicopática. La
empatía supone la capacidad de situarse en la perspectiva del otro ante un problema o
vivencia. La psicopatía es todo lo contrario… Todos los investigadores en esta materia
coinciden en señalar lo imposible de la tarea de hacerle tomar conciencia a un
«psicoterrorista» institucional del sufrimiento de su víctima o de la perversidad de su
propio comportamiento… La carencia de esta habilidad emocional por parte del
acosador le sitúa en una franca desventaja profesional y le hace dirigir su persecución y
acoso hacia aquellos que la poseen en alto grado.”. [30]

“Cuando se trabaja sobre el tema, casi siempre se descubre que en el pasado del
acosador o de la «banda» de acoso suelen existir los denominados «cadáveres en el
armario». Es decir, que el acosador u hostigador suele tener un florido y variopinto
pasado «criminal» en el que otras personas fueron ya eliminadas del lugar de trabajo
mediante variados métodos y con diferentes grados de destrucción psíquica.” [31]

La promoción-trampa

La persona es agobiada con una sobrecarga de trabajo y de responsabilidades que no


figuraban en la descripción del puesto. Posteriormente comienza la crítica al trabajo, y
el acosador promueve los ataques a la profesionalidad por parte de otros compañeros
que no fueron promocionados y que pueden ansiar el puesto. Se declara la veda abierta,
y todos participan en la cacería por la posición. Se desvela así que el verdadero objeto
de la promoción era la defenestración personal y profesional de la víctima.” [32]

“Un hecho abundantemente descrito por muchos especialistas es la capacidad de


seducción que presentan los acosadores y que emplean en buena parte de sus estrategias
y maquinaciones. El encanto que producen en muchas personas contrasta con la
crueldad con que maltratan a sus víctimas… ¿Quién puede creer que una persona tan
adorable y encantadora sea un acosador en serie?

Este fenómeno resulta tan extraordinario que muchas víctimas se refieren a él como
doble personalidad o personalidad tipo «Dr. Jeky11 y Mr. Hyde».” [33]

“A diferencia de lo que ocurre en los conflictos normales, con un perverso narcisista no


se produce un verdadero combate, por lo que tampoco resulta posible la reconciliación.
No levanta nunca la voz y manifiesta únicamente una hostilidad fría. Si alguien se la
señala, la niega.” [34]

“Cuando un perverso se ha decidido por una presa, ya no la suelta… El proceso circular,


una vez desencadenado, no se puede detener solo, pues el registro patológico de sus
protagonistas se agrava: el perverso se vuelve cada vez más humillante y violento; y la
víctima se siente cada vez más impotente y herida… Pero en una agresión perversa no
hay ninguna prueba. Se trata de una violencia «limpia». Nadie ve nada… El perverso
intenta que su víctima actúe contra él para poder acusarla de «malvada». Lo importante
para él es que la víctima parezca responsable de lo que le ocurre.” [35]

“El MIA que tiene algún poder en puestos burocráticos tiende a generar grandes
cantidades de trabajo innecesario, que activamente impone a los demás, destruyendo así
su tiempo, o bien intenta introducir todo tipo de regulaciones y obstáculos destinados a
dificultar las actividades realmente creativas. Por otra parte, el Mediocre Inoperante
Activo es particularmente proclive a la envidia, y sufre ante el bien y el progreso ajenos.
Mientras que las formas menores presentan simplemente incapacidad para valorar la
excelencia, el MIA procura además destruirla por todos los medios a su alcance,
desarrollando sofisticados sistemas de persecución y entorpecimiento. Nunca
reconocerá, por ejemplo, los méritos que un individuo brillante realmente reúne para
lograr un premio o posición, sino que atribuirá todo éxito ajeno a relaciones con
personas influyentes o injusticias del sistema. De la misma manera, fácilmente callará
cualquier información que permita valoraciones positivas sobre otros, mientras que
amplificará y esparcirá todo rumor o dato equívoco que invite a la desvaloración y
desprestigio de esas mismas personas.” [36]

Perfil de acosado
“Es necesario insistir aquí en que la crisis de la víctima no es una enfermedad, sino el
resultado y la reacción a un ataque ¡legítimo, malicioso y continuado, perpetrado por
otro (u otros) individuo, probablemente enfermo psicológicamente, y que pretende la
eliminación psicológica y moral de una persona elegida por él como «objetivo». [37]

“Cualquiera puede ser víctima del acoso moral”. [38]

“L. Crog, especialista en victimología, establece que :

«…las personas amenazadas, acosadas o difamadas son víctimas psicológicas. Al igual


que las víctimas de guerra, se las ha colocado en un “estado de sitio” virtual que las ha
obligado a permanecer constantemente a la defensiva»”. [39]

“La víctima no es masoquista o depresiva en sí misma. Los perversos utilizan la parte


depresiva o masoquista que pueden encontrar en ella.”

A primera vista lo que sorprende ese el modo en que las víctimas aceptan su suerte.”
[40]

“¿Por qué una víctima es la elegida?

Porque estaba ahí y porque, de un modo u otro, se ha vuelto molesta. Para el agresor,
ella no tiene nada especial. Es un objeto intercambiable que estaba ahí en el mal o el
buen momento, y que ha cometido la torpeza de dejarse seducir-y, a veces, de ser
demasiado lúcida” [41]

“los acosadores seleccionan casi siempre un mismo tipo o perfil de personas: aquellas
cuyo modo de vivir, alegría, felicidad, situación familiar, capacidades, talentos, carisma,
orientación ética, independencia, capacidad de liderar, popularidad, etc., despiertan en
ellos, debido a sus profundos sentimientos de inadecuación (complejo de inferioridad),
insoportables sentimientos de celos y envidia personal y/o profesional.” [42]

“La incompetencia es una amenaza para sí misma, la competencia es una amenaza para
los demás” [43]

“Las víctimas son envidiadas porque enseñan demasiadas cosas. Son incapaces de
no evocar el placer que sienten cuando poseen tal o tal otra cosa. Son incapaces de
no hacer pública su felicidad. Por lo tanto, la potencia vital de las víctimas es lo
que las transforma en presa. Ellas necesitan dar y los perversos narcisistas
necesitan tomar: no se puede imaginar un encuentro más ideal… La víctima tiene
una tendencia natural a culpabilizarse; y el perverso rechaza cualquier
culpabilidad.” [44]

Para que el juego valga la pena, la víctima tiene que estar «a la altura es decir, tiene que
mostrar una cierta resistencia al principio, para luego acabar cediendo. El individuo
señalado para el acoso combina un mérito evidente para su tarea con una notable
incapacidad para ganarse el afecto («hacer la pelota») de sus superiores, evitar la
envidia de sus compañeros y, lo que es peor, con frecuencia confraterniza y se atrae la
admiración de sus subordinados.
La víctima propiciatoria combina varios rasgos que la identifican como sujeto en alto
riesgo: el primero de ellos es la autenticidad o compromiso con sus propias dinámicas
de desarrollo interno, sin grandes consideraciones por las conveniencias materiales y
sociales.” [45]

“Suelen ser objetivos habituales de acoso o psicoterror:

-las personas que lideran informalmente grupos en la organización;

-aquellos que son un centro de referencia para otros, que valoran su madurez,
experiencia, conocimientos, sabiduría, empatía, etc.;

-las personas cuya empatía y sociabilidad les hace ser espontáneamente admiradas por
el resto de los compañeros de la organización;

-las que son capaces de aglutinar y movilizar la voluntad de los demás para organizar
eventos en relación con el trabajo (proyectos, jornadas, cursos, convenciones, etc.) o al
margen de éste (fiestas, cumpleaños, excursiones, barbacoas, paseos en bicicleta, paellas
en el campo, cenas extraempresariales, etc.);

-las que otras personas eligen o buscan de manera espontánea para participar con ellas
en proyectos, grupos de trabajo, círculos de calidad, etc. (las denominadas estrellas de
los sociogramas);

-las que poseen una autoridad moral ante sus compañeros derivada de su notorio
comportamiento ético.

-Personas altamente cooperativas que suelen trabajar bien en equipo” [46]

“Los que se resisten al formateo. Son las personas cuya personalidad resulta molesta,
los atípicos. Son, por ejemplo, los empleados demasiado honestos, demasiado
escrupulosos o demasiado dinámicos.” [47]

“Las personas contentas, integradas y satisfechas, con una vida familiar satisfactoria o
una relación de pareja que funciona, suelen, sin saberlo, ser objeto del acoso del
«psicoterrorista» organizativo. La razón estriba, igual que en el caso anterior, en la
comparación que realiza el acosador con un resultado negativo para él de las
condiciones afectivas y familiares de la víctima.” [48]

“Una persona que ha padecido una agresión psíquica como el acoso moral es realmente
una víctima, puesto que su psiquismo se ha visto alterado de un modo más o menos
duradero..

..no suelen tener conciencia de la existencia de esta temible violencia subterránea, y no


se atreven a quejarse de ella…

..Las cosas empiezan con un abuso de poder, siguen con un abuso narcisista, en el
sentido de que el otro pierde toda su autoestima… “ [49]
“Lo que singulariza los cuadros de acoso en relación a otras formas de sufrimiento en el
trabajo es el predominio de la vergüenza y la humillación. Eso suele ir a la par de una
ausencia de odio hacia el agresor. Las víctimas sólo quieren ser rehabilitadas y
recuperar su honor escarnecido. Tienen ganas de ocultarse, de retirarse del mundo.

La vergüenza explica la dificultad que tienen las víctimas de explicarse, sobre todo
cuando el acoso es individual. Como en los casos de abusos sexuales, a menudo la
realidad es peor de lo que las víctimas cuentan en un primer momento, ya que no
encuentran palabras. ¿Cómo decir, en un momento dado, que se siente uno maltratado si
hasta ese momento no se ha permitido que saliera nada a relucir? ¿Cómo justificar ante
los propios ojos que uno no haya protestado enseguida?¿Cómo explicarles a los demás
por qué no se ha reaccionado hasta ese momento?” [50]

“Se ataca preferentemente a los empleados aislados y, en cuanto a los que tienen
aliados, el acosador se las compone para romper los vínculos de solidaridad que les
unen.” [51]

“Se corre mayor riesgo de ser acosado cuando se es idealista, cuando se está muy
motivado por el trabajo, y menor si se es pragmático, si se está interesado ante todo por
el salario y las ventajas materiales.” [52]

“Cuando una persona tiene de entrada poca confianza en sí misma pero ha sabido
adquirir una buena imagen gracias a su trabajo, es indiscutible que, para
desestabilizarla, basta con infravalorar su trabajo, con no darle la posibilidad de mostrar
lo mejor de sí misma o sencillamente en impedirle trabajar.” [53]

“Tanto si las víctimas se someten aterrorizadas como si reaccionan, se equivocan. En el


primer caso, los perversos, y quizá también el círculo de allegados, dirán sin dudarlo
que las víctimas nacieron víctimas; en el segundo, se hará hincapié en su violencia y se
las acusará no sólo de ser responsables del fracaso de la relación, sino también de todo
lo que no funciona en general, ignorando con ello toda verosimilitud.” [54]

“El que ose decir lo que no funciona o simplemente abra los ojos será marginado del
grupo.” [55]

“Whistleblowing (Pitar falta)”.

“Pitar falta: La revelación por un empleado o profesional de información confidencial


relacionada con algún peligro, fraude o conducta ilegal o sin ética que tiene que ver con
el lugar de trabajo, con los directivos o con sus compañeros.

Pitar falta es la denuncia pública por un miembro de una organización de actos,


omisiones, procedimientos o políticas organizativas que considera moralmente
defectuosas, y cuya denuncia es considerada o tratada como errónea o falsa por las
autoridades de la organización”

“…La relación de «pitar falta» con los síndromes de acoso se inicia a partir de la
reacción de la entidad denunciada. Quien pita suele convertirse en diana de todo tipo de
represalias, tanto si su denuncia ha sido formal y concreta como si es inespecífica y
difusa”
“Criterios para “pitar falta”:

“Percepción por parte de un miembro de una organización de actividades de naturaleza


ilegal, injusta, no ética, dañina, como pueden ser: – Arbitrariedades, irregularidades o
abusos. – Políticas, prácticas o procedimientos injustos, ineficaces o dañinos”

“El error esencial de la víctima estriba en no ser desconfiada, en no considerar los


mensajes violentos no verbales. No sabe traducir los mensajes y acepta lo que se le dice
al pie de la letra.” [56]

“En España también se producen casos clamorosos en los que “pitar falta” y acoso
institucional se siguen uno a lo otro, en un círculo vicioso que intenta aplastar toda
disidencia”. [57]

“En la práctica, los que denuncian las disfunciones de un sistema sufren, evidentemente,
las represalias de dicho sistema. Se trata de una forma específica de acoso moral,
destinada a hacer que se calle el que no juega al mismo juego que los demás.” [58]

Motivación para denunciar: se puede «pitar falta» por fines altruistas, de autoayuda e
incluso terapéuticos. El más aceptable de todos los motivos es la obligación moral de
proteger al público y a los empleados de la organización.” [59]

“4. Eliminación

Al llegar a esta fase, es muy probable que el empleado ya haya tenido varias bajas por
enfermedad más o menos largas, que haya consumido todas sus vacaciones y permisos
sin sueldo y que haya explorado varias posibilidades de irse a trabajar a otro sitio.” [60]

“Cuando se teme que se descubra una falta o una irregularidad, se puede caer en la
tentación de deshacerse de los testigos” [61]

“La diferencia entre las víctimas de los perversos y los individuos masoquistas es que
las primeras, cuando, tras un inmenso esfuerzo, consiguen separarse de sus verdugos,
sienten una enorme liberación.

Las dudas que tienen acerca de sus propias capacidades son las que las hacen
vulnerables.” [62]

“No obstante, tanto en las familias como en las empresas, las víctimas no reclaman
venganza casi nunca. Ante todo, piden que se reconozca todo lo que han aguantado,
aunque una injusticia no se pueda reparar nunca completamente. En la empresa, la
reparación supone una indemnización económica que, de todas formas, no alcanza a
compensar el sufrimiento padecido. Es inútil esperar remordimientos o arrepentimiento
de un agresor realmente perverso. El sufrimiento de los demás no tiene ninguna
importancia para él. Si se produce un arrepentimiento, proviene siempre de terceras
personas: de las que fueron testigos mudos o de las que fueron cómplices de la agresión.
Sólo ellas pueden expresar su pesar y, con ello, devolverle su dignidad a la persona a la
que se ridiculizó injustamente.” [63]
“La víctima del acoso o psicoterror laboral no suele ser consciente de él. Si en algún
momento toma conciencia del mismo (lo que suele ocurrir al darse cuenta de la
injusticia de las críticas que se dirigen a su trabajo), no suele ser capaz de admitir que su
acosador es un sociópata, sin ética ni conciencia moral, que no merece ser considerado
una persona «normal». Una especie de ingenuidad o actitud «polyánnica» suele hacerle
reticente a admitir que se trata de un acosador con una moral y unos valores enfermizos.
La víctima se encuentra aturdida, desconcertada, confusa y, finalmente, aterrorizada.”
[64]

Perfil profesiográfico de la víctima del psicoterror laboral

Varias investigaciones han trazado el perfil personal y profesional de las características


típicas que hacen de un trabajador una víctima potencial del acoso.

Pretenden contestar a la pregunta: ¿cómo suelen ser las personas que padecen el acoso
en el trabajo? Entre las características figuran las siguientes:

1) Personas con elevada ética, honradez y rectitud, así como un alto sentido de la
justicia.

2) Personas autónomas, independientes y con iniciativa.

3) Personas altamente capacitadas por su inteligencia y

aptitudes, que destacan por su brillantez profesional.

4) Personas populares, líderes informales entre sus compañeros o con carisma para
liderar grupos.

5) Personas con un alto sentido cooperativo y del trabajo en

equipo.

6) Personas con elevada capacidad empática, sensibilidad, comprensión del sufrimiento


ajeno e interés por el desarrollo y el bienestar de los demás.

7) Personas con situaciones personales o familiares altamente satisfactorias y positivas.


Personas justas, íntegras, con una elevada ética, honradez y rectitud y con un alto
sentido de la justicia.

Se trata de molestos «Pepitos Grillo» (en inglés se les denomina whistleblowers) cuya
actividad y actitud noble son de por sí una patente denuncia de que en la organización
las cosas no funcionan con la suficiente ética y dignidad para otros individuos:
trabajadores, clientes, etc. Estas personas son:

- las que hacen las preguntas incómodas y clave que nadie osa formular;

- las que denuncian las situaciones indignas o injustas para otros;


- las que son libres, disintiendo de la opinión oficial o del pensamiento único que lleva a
ocultar algunos hechos;

- las que no se dejan comprometer con prebendas, dinero, puestos, ascensos, a cambio
de «ser un buen chico y callar»;

- las que ponen de relieve y denuncian la corrupción, el desvío, la malversación de


caudales de sus destinos legales o justos;

- las que defienden a otras víctimas de injusticias, vejaciones y malos tratos en la


organización, y se solidarizan con ellas;

- las que hablan claro y llaman a las cosas «por su nombre», eliminando la distancia
entre el dicho y el hecho en las grandes declaraciones de principios que se hacen en
muchas organizaciones;

- las que no son «políticamente correctas» hablando de los temas, valores y situaciones
que son «tabú» en la organización;

- las que buscan la verdad de los hechos y no el compromiso viable de las versiones
oficiales;

- las que no son «prácticas» con su carrera profesional y prefieren no «mirar a otro
lado», aunque ello las perjudique o termine con ellas.

los acosadores, tal como se verá más adelante, son víctimas de sus propios complejos de
inferioridad, sentimientos de inadecuación, desvalor y falta de autoestima, no es extraño
que sean incapaces de evitar la comparación cuando ven a una persona con la madurez
psicológica suficiente como para ser ella misma, tener independencia de criterio,
autonomía y ser capaz de tomar la iniciativa.

Resulta psicológicamente intolerable para el hostigador contemplar la exuberancia de


una personalidad madura y autorrealizada, que pone en entredicho su propia manera de
existir, mísera y arrasada por el sufrimiento personal. En especial, no pueden soportar
ver que estas personas:

- no adaptan sus opiniones «al sol que más calienta»;

- no difieren responsabilidades cuando se trata de pensar o tomar iniciativas;

- no dependen psicológicamente de figuras de autoridad o «vacas sagradas» que


establezcan la adecuación o inadecuación de una opinión o un pensamiento;

- no cierran filas en ciegos corporativismos o en falsos sentimientos de «lealtad debida»


a la organización;

- son capaces de cuestionar la opinión y los juicios de las «vacas sagradas» de la


organización.

- pueden respetarla jerarquía sin caer en el servilismo o la sumisión inconsciente;


- son capaces de formarse una opinión propia sin clonarla ni apropiarse de la de otros.

Esto resulta especialmente intenso en organizaciones cuyos valores culturales y estilos


de dirección son de corte autoritario, e incluso en organizaciones que se dicen
«abiertas», «del aprendizaje», «planas», «descentralizadas», «excelentes», etc., pero
cuya praxis concreta no se dista mucho de las anteriores.

Estas personas suelen destacar por poseer grandes conocimientos y conducirse con una
elevada calidad profesional, rigor, rapidez y eficacia en el desempeño de su trabajo.
Debido a ello, resultan insoportables a los ojos del acosador, habitualmente abrumado
por el sentimiento de inadecuación y el complejo de inferioridad. Para comprender por
qué este tipo de personas son objeto de acoso, es necesario recordar cómo opera el
complejo de inferioridad en el acosador.

El complejo de superioridad hace que el acosador viva en la ficción de la posesión de


valores, atributos y cualidades que en realidad no posee, negándolos en los demás de
manera defensiva.

Cuando surge en su entorno una persona (la víctima) que sí posee en verdad tales
características, ello supone para el acosador un verdadero choque con la realidad. Su
reacción ante esa dolorosa realidad suele consistir en negar, eliminándola, la fuente de
la disonancia, desarrollando el psicoterror contra la víctima. El objetivo es hacer
desaparecer a la víctima del horizonte psicológico del acosador, porque sus capacidades
suponen para éste una desestabilización psicológica. De esta manera queda explicado lo
que vulgarmente se denomina «tener envidia» de alguien.” [65]

“Una vez que el proceso de acoso ya se ha establecido, es difícil, efectivamente, que se


detenga de otro modo que con la marcha de la víctima. En cualquier caso, los
medicamentos no son lo que le permitirá a la víctima salvar el pellejo.

Las víctimas suelen reaccionar cuando tienen la oportunidad de ver cómo su agresor
ejerce la violencia sobre otra persona, o cuando encuentran un aliado o una ayuda
exterior.” [66]

“Diez o veinte años más tarde, las víctimas pueden seguir teniendo una sensación de
angustia ante determinadas imágenes de su agresor.” [67]

“las víctimas no reclaman venganza casi nunca…

…Cuando las víctimas no consiguen desembarazarse del dominio, su vida puede quedar
detenida en el trauma: su vitalidad se embota, su alegría de vivir desaparece y las
iniciativas personales se vuelven imposibles. La pena de haber sido abandonadas,
engañadas y ridiculizadas las paraliza. Se vuelven agrias, susceptibles e irritables, y se
encierran en un registro de retiro social y de rumias amargas. Estas víctimas se ponen
pesadas y sus allegados las soportan mal: «Ésta es una vieja historia; deberías pensar en
otra cosa».

Ante todo, piden que se reconozca todo lo que han aguantado, aunque una injusticia no
se pueda reparar nunca completamente. En la empresa, la reparación supone una
indemnización económica que, de todas formas, no alcanza a compensar el sufrimiento
padecido. Es inútil esperar remordimientos o arrepentimiento de un agresor realmente
perverso. El sufrimiento de los demás no tiene ninguna importancia para él.” [68]

Los trastornos

“la gravedad del traumatismo es mayor cuanto más se había implicado esa persona en el
trabajo.” [69]

“el síndrome de acoso es una respuesta adaptativa de lo más normal a una situación
anormal traumática y estresante. Por lo general, son muy pocas las personas que pueden
conservar su equilibrio psíquico en estas circunstancias.” [70]

“Cuando el acoso moral es reciente y existe aún una posibilidad de respuesta o una
esperanza de solución, los síntomas son al principio muy cercanos al estrés y a lo que
los médicos denominan problemas funcionales: cansancio, nerviosismo, problemas del
sueño, migrañas, problemas digestivos, lumbalgias… Con todo, sí el acoso persevera en
el tiempo y se refuerza, puede llegar a establecerse un estado depresivo mayor.” [71]

“aceptar la sumisión supone pagar un precio importante de tensión interior. Los


primeros signos del estrés son, dependiendo de la susceptibilidad de cada individuo, las
palpitaciones, las sensaciones de opresión, de ahogo y de fatiga, los trastornos del
sueño, el nerviosismo, la irritabilidad, los dolores de cabeza, los trastornos digestivos,
los dolores abdominales, y manifestaciones psíquicas como la ansiedad.

Si la situación se prolonga, o se repite a intervalos seguidos, y supera las capacidades de


adaptación del sujeto, la activación de los sistemas neuroendocrinos perdura. La
persistencia de altas tasas de hormonas de adaptación trae consigo trastornos que
pueden instalarse de un modo crónico.” [72]

“Algunas víctimas manifiestan una respuesta fisiológica: úlceras de estómago,


enfermedades cardiovasculares o de la piel, etc. Algunas de ellas se adelgazan, o se
debilitan, expresando a través de su cuerpo un perjuicio psíquico del que no son
conscientes y que puede llegar hasta la destrucción de su identidad. Los trastornos
psicosomáticos no se derivan directamente de la agresión, sino del hecho de que el
sujeto es incapaz de reaccionar. Haga lo que haga, se equívoca; haga lo que haga, es
culpable.” [73]

“Síntomas psicosomáticos de estrés:

- pesadillas/sueños vívidos; – dolores de estómago y abdominales; – diarreas/colon


irritable; – vómitos; – náuseas; – falta de apetito; – sensación de nudo en la garganta; –
llanto; – aislamiento.” [74]

“- Apatía, desinterés, falta de iniciativa. – Tristeza y abatimiento de ánimo. –


Irritabilidad y labilidad emocional. – Cansancio y fatiga fácil. – Agresividad. –
Sentimientos de inseguridad. – Hipersensibilidad y desánimo. – Recuerdos obsesivos
que le intranquilizan. – Arrebatos de rabia. – Accesos de llanto. – Pesadillas. –
Dificultad de concentración. – Pérdida subjetiva de memoria. – Distractibilidad,
sensación de estar como ido – Dolor abdominal. Colon irritable. – Náuseas y vómitos. –
Malestar generalizado. – Sensación de tener un nudo en la garganta. – Pérdida de
apetito. – Desinterés por la vida social. – Dolor en el pecho. – Sudoración. – Sequedad
de boca. Palpitaciones. Ahogos y disnea. Escalofríos, ponerse colorado de repente. –
Dolores musculares. – Dolor de cuello y espalda. – Temblores. – Sensación de mareo y
desvanecimiento. – Dificultad para dormirse por la noche. – Sueño inquieto y
perturbado. – Despertarse muy pronto y no poder volver a dormirse. – Dificultad para
levantarse por las mañanas. – Sensación de debilidad y falta de fuerzas. – Necesidad de
evitar el lugar y los recuerdos del trabajo.”. [75]

“Las víctimas parecen psíquicamente indemnes, pero persisten en ellas síntomas menos
específicos que son como un intento de eludir la agresión padecida. Estos síntomas
pueden ser ansiedad generalizada, fatiga crónica, insomnio, dolores de cabeza, dolores
múltiples, trastornos psicosomáticos (hipertensión arterial, eccema, úlcera
gastroduodenal … )

Otras víctimas pueden desarrollar toda una serie de síntomas que se aproximan a la
definición del estrés postraumático que proporciona el DSMIV. Esta definición es
similar a la antigua definición europea de la neurosis traumática, desarrollada a partir de
la neurosis de guerra durante la primera guerra mundial, y estudiada especialmente en
los Estados Unidos en los ex combatientes del Vietnam. Más tarde, este diagnóstico se
utilizó para describir las consecuencias psicológicas de las catástrofes naturales, de las
agresiones a mano armada y de las violaciones.” [76

El entorno

“Cuando un individuo perverso entra en un grupo, tiende a reunir a su alrededor a sus


miembros más dóciles con la idea de seducirlos. Si un individuo se niega a alistarse, el
grupo lo rechaza y lo convierte en chivo expiatorio. De este modo, entre los miembros
del grupo, se crea una relación social en torno a la crítica común de la persona aislada, y
en torno a los cotilleos y los chismes. En este punto, el grupo ya se halla bajo la
influencia del perverso e imita su cinismo y su falta de respeto. No se puede decir que
estos individuos hayan perdido todo sentido moral, pero, al depender de una persona sin
escrúpulos, han perdido todo sentido crítico.” [77]

“Presentar una denuncia es la única manera de terminar con el psicoterror. Pero hay que
tener mucho valor, o haber llegado verdaderamente hasta el límite.” [78]

“La presentación de acoso psicológico es más probable en organizaciones cuya cultura


interna considera el poder y el control como valores prioritarios sobre la productividad y
la eficacia”. [79]

“…determinadas características de la empresa facilitan la instauración del acoso.” [80]

“Cualquiera que sea el caso, el hecho de que los trabajadores mejor dotados o
capacitados puedan ser objetivos prioritarios del acoso en una organización es para ésta
todo un síntoma de una enfermedad organizativa que denominamos «organización
tóxica»” [81]

“basta con que un grupo, una empresa o un gobierno cuenten con uno o con varios
individuos perversos para que todo el sistema se vuelva perverso”. [82]
“Naturalmente, la actividad sindical o similar es mínima en estas organizaciones y, si la
hay, está totalmente vendida y controlada por los organismos directivos”. [83]

“El objetivo de un individuo perverso es acceder al poder o mantenerse en él -para lo


cual utiliza cualquier medio-, o bien ocultar su propia incompetencia. Para ello, necesita
desembarazarse de todo aquel que pueda significar un obstáculo para su ascensión, y de
todo aquel que pueda ver con demasiada lucidez sus modos de obrar. No se contenta
con atacar a alguien frágil, como ocurre en el caso del abuso de poder, sino que crea la
misma fragilidad a fin de impedir que el otro pueda defenderse.” [84]

“ Teorema de Thomas (psicólogo norteamericano): Si alguien da crédito a algo que no


es verdadero, las consecuencias son las mismas que si lo fuera” [85]

“Al principio, las personas acosadas no quieren sentirse ofendidas y no quieren tomarse
en serio las indirectas y las vejaciones. Luego los ataques se multiplican.” [86]

“Cuando el acoso aparece, es como si arrancara una máquina que puede machacarlo
todo. Se trata de un fenómeno terrorífico porque es inhumano. No conoce los estados de
ánimo ni la piedad. Los compañeros de trabajo, por bajeza, por egoísmo o por miedo,
prefieren mantenerse al margen. Cuando una interacción asimétrica y destructiva de este
tipo arranca entre dos personas, lo único que hace es amplificarse progresivamente, a
menos que una persona exterior intervenga enérgicamente. Efectivamente, en un
momento de crisis, tenemos una tendencia a acentuar el registro en el que nos
encontramos: una empresa rígida se vuelve más rígida, un empleado depresivo se
vuelve más depresivo, otro empleado agresivo se vuelve más agresivo, etc. Acentuamos
lo que somos.” [87]

“Para desacreditar a alguien públicamente basta con introducir una duda en la cabeza de
los demás”. [88]

“en la empresa este tipo de reacciones de una víctima de acoso laboral al estrés
soportado son vistas como síntomas de una enfermedad mental de la víctima, en lugar
de como síntomas de la «enfermedad» de la organización o del acosador mismo (el caso
más frecuente). El propio acosador suele fomentar este tipo de percepciones,
desplegando toda su capacidad manipuladora y desvinculándose así de su
responsabilidad en el origen de la crisis de la víctima.”. [89]

“Los compañeros envidiosos son los que llevan el trabajo de desestabilización, con lo
cual el verdadero agresor puede decir que él no sabe nada del asunto”. [90]

“Las insinuaciones y las preferencias declaradas provocan celos, hacen que unas
personas se enfrenten con otras y siembran la discordia. Los compañeros envidiosos son
los que llevan a cabo el trabajo de desestabilización, con lo cual el verdadero agresor
puede decir que él no sabe nada del asunto.”

“Cuando la agresión proviene de algún superior, la víctima designada termina por


quedar privada de toda información. No se la convoca a las reuniones y queda aislada.
Tiene noticia de su posición en la empresa a través de encargos por escrito. Más
adelante, se la pone en cuarentena. Puede ocurrir que no se le dé trabajo aunque sus
compañeros estén desbordados . [91]
“Los acosadores rara vez actúan a la luz pública, sino que suelen elegir los momentos en
que se encuentran a solas con la víctima o situaciones en las que sólo están presentes
miembros del «gang» de acoso. Entonces es cuando aprovechan para desencadenar su
labor de denostación y persecución. El secretismo en los comportamientos hace que, en
caso de denuncia por violencias en el trabajo o calumnias, suela resultar muy difícil de
probar.” [92]

“No se vence nunca a un perverso. A lo sumo, se puede aprender alguna cosa acerca de
uno mismo… Utilizar las mismas armas que el agresor no es de ningún modo
aconsejable. En realidad, el único recurso es la ley.” [93]

“Una organización democrática y libre y que no esté viciada por el aislamiento, la


cohesión irresponsable y la improductividad, no permite la persecución de quien merece
ser considerado como un miembro valorado e importante.” [94]

“Presentar una denuncia es la única manera de terminar con el psicoterror. Pero hay que
tener mucho valor o haber llegado verdaderamente hasta el límite…” [95]

“Cada vez más psicólogos descubren que la denuncia tiene efectos terapéuticos para el
acosado, al suponer un cambio desde una posición de víctima pasiva a otra de agresor
activo.” [96]

Autores

Marie-France Hirigoyen

Psiquiatra psicoanalista. Incluye estudios en Estados Unidos en la especialidad de


Victimología, una rama de la Criminología que analiza las secuelas psíquicas en las
personas que han sufrido atentados o agresiones diversas, y las posibilidades de
ofrecerles ayuda. En Washington, durante uno de sus cursos de formación, la
psicoanalista trabajó con el FBI.

1 – El Acoso Moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana

2 – El Acoso Moral en el Trabajo. Distinguir lo verdadero de los falso.

Iñaki Piñuel y Zabala

Es Psicólogo del Trabajo y de la organización por la Universidad Complutense de


Madrid, y Executive Master en Business Administratión por el Instituto de Empresa de
Madrid, profesor titular de «organización y recursos humanos» y «Liderazgo y
Dirección» en la Universidad de Alcalá, y profesor de Gestión del Conocimiento en
CEPADE (Universidad Politécnica de Madrid), dirige el Programa de
Perfeccionamiento para directivos (PDC) y es profesor de Política retributiva del Master
de Recursos Humanos de la Cámara de Comercio de Madrid. Durante los últimos 14
años ha trabajado como consultor en Organización y recursos humanos,
especializándose en la Formación de Directivos en Management. Ha sido Director de
recursos humanos en varias compañías de alta tecnología.

3 – MOBBING. Cómo sobrevivir al acoso psicológico en el trabajo.


José Luis González de Rivera y Revuelta

Es doctor en medicina catedrático de psiquiatría. Formado en la Universidad Mc Gill de


Canadá y en la American Academy of Psychoanalysís de Nueva York, es presidente de
la Asociación Española de Psicoterapia y vocal de la junta Directiva de la European
Association for Psychotherapy. Dirige el Instituto de Psicoterapia e investigación
Psicosomática de Madrid y la Escuela Europea de Psicoterapia.

4 – El Maltrato Psicológico. Cómo defenderse del mobbing y otras formas de acoso.

Editorial Espasa Práctico.

5 – El Trastorno por Mediocridad Inoperante Activa (síndrome MIA)

Psiquis, 1997 18 (6): 229-231

Fuente: http://www.anamib.com/perfiles.htm

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