“Cuando todos los compañeros y amigos de una víctima de acoso consienten, callan y
participan de ese macabro fenómeno que supone el sacrificio de un chivo expiatorio,
justifican o amparan al poder que lo lleva a cabo, o solo callan o se dejan seducir por
quien engatusa, nubla la mente y engaña, siendo ellos personas normales fiel muestra de
nuestra sociedad, cuando esta situación se da -y se da a diario- quiere decir que esta
sociedad creada por el hombre es un castillo de papel, de altos y anchos torreones que
volarán por los aires ante la mas ligera brisa que nos sorprenderá mirando para otro
lado, no por casualidad, sino para no tener que ver la fragilidad de nuestros cimientos.”
Ricardo Pérez-Accino
Perfil acosador
El denominador común suele ser que el jefe se prevale de manera abusiva, desmesurada
y perversa de su poder. El objetivo suele ser reducir la influencia social de un
subordinado en su entorno, o bien forzarlo de modo inmoral a dejar el trabajo de manera
voluntaria o a solicitar el cambio o la baja laboral, eliminándolo del propio lugar de
trabajo.” [1]
“los perversos narcisistas sienten una envidia muy intensa hacia los que parecen poseer
cosas que ellos no poseen o hacia los que simplemente gozan de la vida”. [3]
“Lo que el perverso envidia por encima de todo es la vida de los demás.” [4]
“El objeto de los celos del acosador puede ser también un conjunto de habilidades
sociales que confieren a la persona que las ostenta una especial destreza a la hora de
aglutinar a otros en torno a ideas o proyectos que la víctima proponga o defienda. En
esto consiste lo que suele denominarse «tener carisma» o «don de gentes».” [5]
“Los deseos y la vitalidad de los demás les señalan sus propias carencias… Ésta es la
razón por la cual, las más de las veces, eligen a sus víctimas entre las personas que se
muestran más llenas de energía y que saben gozar de la vida, como si intentaran
acaparar una parte de su fuerza. La sumisión y la servidumbre de sus víctimas a las
exigencias de sus deseos, así como la dependencia que ellos mismos crean, suponen
para ellos una prueba irrefutable de la realidad de su apropiación.
Los bienes a los que nos referimos son rara vez bienes materiales. Son cualidades
morales difíciles de robar: alegría de vivir, sensibilidad, comunicación, creatividad,
dones musicales o literarios… Cuando la víctima expresa una idea las cosas suceden de
tal modo que la idea formulada deja de ser suya y pasa a pertenecer a su agresor.
No son nunca responsables, ni son nunca culpables; todo lo que anda mal es siempre
culpa de los demás. [6]
“Los perversos narcisistas suelen presentarse como moralizadores y suelen dar lecciones
de rectitud a los demás.” [7]
“Lo que detestan del que piensa de otro modo no es tanto la opinión distinta que
preconiza como su osadía al querer juzgar por sí mismo, cosa que sin duda ellos no
hacen jamás y de lo que, en el fondo, tienen conciencia” [8]
“Proyectan toda su violencia interna sobre quien les podría desenmascarar o sacar sus
debilidades a la luz.” [11]
“Estos individuos sólo pueden existir si «desmontan» a alguien: necesitan rebajar a los
otros para adquirir una buena autoestima y, mediante ésta, adquirir el poder, pues están
ávidos de admiración y de aprobación.” [14]
“La conducta perversa no incluye únicamente una persecución del poder, sino también y
sobre todo una utilización del otro como si fuese un objeto, o una marioneta, algo que al
perverso le produce un gran placer. El agresor conduce primero al agredido a una
posición de impotencia para luego poder destruirlo impunemente. Para obtener lo que
desea, no duda en utilizar todos los medios de los que dispone, sobre todo si puede
hacerlo en detrimento de los demás. Le parece legítimo rebajar a quien haga falta con tal
de adquirir una fuerte autoestima. No tiene ningún respeto por los demás. Resulta
asombrosa su ilimitada animadversión, que suele provenir de motivos fútiles, y no tiene
ninguna compasión de las personas que se encuentran acorraladas en situaciones
insoportables. Quien inflige violencia a otro individuo considera que éste se la merece y
que no tiene derecho a quejarse. Para el agresor, la víctima no es más que un objeto que
molesta. Niega su identidad y su derecho a tener sentimientos o emociones.”
“La víctima, ante esta agresión que no comprende, se siente sola, ya que, en todas las
situaciones perversas, los que las presencian se muestran cobardes e indulgentes. Temen
convertirse, a su vez, en blanco de las agresiones, pero, en ocasiones, también gozan
sádicamente con el espectáculo de la destrucción.”
“el odio que proyectan sobre un blanco al que convierten en presa es suficiente para
aplacar sus tensiones interiores, lo que les permite mostrarse como una compañía
agradable en otros lugares. Esto explica la sorpresa, o incluso la incredulidad, de las
personas que se enteran de las acciones perversas de una persona cercana que hasta ese
momento sólo había mostrado su lado positivo. Las pruebas que presentan las víctimas
no parecen creíbles.” [17]
“El arte en que el perverso narcisista destaca por excelencia es el de enfrentar a unas
personas con otras, el de provocar rivalidades y celos.” [20]
“El perverso no suele alzar la voz, ni siquiera en los intercambios más violentos; deja
que el otro se irrite solo, lo cual no puede hacer ora cosa que desestabilizarlao.” [21]
“Cuando tiene que justificar su odio , el perverso lo hace depender de una persecución
por parte de su víctima.”
“La mentira de los perversos narcisistas solo se vuelve directa durante la fase de
destrucción.” [24]
¿Son conscientes del mal que causan? Cuando se les pregunta, no hay quien les saque
de la negación. justifican su conducta por la nulidad del otro, que no merece nada
mejor. No reconocen jamás sus errores, no se excusan jamás. Como mucho pueden
reconocer sus errores estratégicos. En realidad, si alguien repara en sus actitudes,
consideran que es porque no han sido lo bastante hábiles al ocultarlas, de modo que en
lo único que piensan es en mejorar sus métodos.
Aunque conocen bien los límites que no deben cruzar para evitar los problemas, hay una
mala intención inconsciente en ellos. Naturalmente, no se les ve en la consulta de
ningún terapeuta porque, en su opinión, ese funcionamiento es «normal». Por lo demás,
cuando consultan a un psicoterapeuta, suele ser con una demanda apenas disimulada de
mejorar su perversidad: « ¡Como conoce usted tan bien la manipulación, dígame cómo
puedo someter a tal o tal otra persona! ».
En una época en que el mundo del trabajo se ha vuelto cada día más despiadado, se
efectúa una especie de selección natural que coloca a los perversos narcisistas en
lugares estratégicos. Como son fríos, calculadores y carecen de estados de ánimo,
sabrán privilegiar los elementos racionales sin permitir que los azares humanos les
conmuevan. A grandes rasgos, son individuos que saben abrirse camino en las empresas
y las administraciones, ya que son hábiles y seductores. Saben utilizar, para su provecho
exclusivo, el vínculo de subordinación que les permite esclavizar al otro. La empresa,
como todos los centros de poder, tiende a atraer a los individuos narcisistas y a
permitirles un amplio margen de acción. Su peligrosidad no sólo es relativa a sus
actitudes. sino también a su poder de seducción: saben arrastrar a un grupo a la
perversidad.” [26]
“Presentan una ausencia total de interés y de empatía por los demás, pero desean que los
demás se interesen por ellos… La fuerza de los perversos estriba en su insensibilidad.
No conocen ningún escrúpulo de orden moral… En ellos, las decepciones producen ira
o resentimiento, y un deseo de venganza… La eficacia de sus ataques es un resultado
del hecho de que ni la víctima ni un observador externo pueden imaginar que alguien
carezca hasta tal punto de atención o de compasión ante el sufrimiento ajeno.” [27]
“Si tiene algún poder en puestos burocráticos, procuran generar grandes cantidades de
trabajo innecesario que activamente impone a los demás para destruir su tiempo útil, e
introduce todo tipo de regulaciones y obstáculos destinados a dificultar las actividades
realmente creativas.” [28]
Cuando surge en su entorno una persona (la víctima) que sí posee en verdad tales
características, ello supone para el acosador un verdadero choque con la realidad.. El
objetivo es hacer desaparecer a la víctima del horizonte psicológico del acosador,
porque sus capacidades suponen para éste una desestabilización psicológica.”. [29]
“Cuando se trabaja sobre el tema, casi siempre se descubre que en el pasado del
acosador o de la «banda» de acoso suelen existir los denominados «cadáveres en el
armario». Es decir, que el acosador u hostigador suele tener un florido y variopinto
pasado «criminal» en el que otras personas fueron ya eliminadas del lugar de trabajo
mediante variados métodos y con diferentes grados de destrucción psíquica.” [31]
La promoción-trampa
Este fenómeno resulta tan extraordinario que muchas víctimas se refieren a él como
doble personalidad o personalidad tipo «Dr. Jeky11 y Mr. Hyde».” [33]
“El MIA que tiene algún poder en puestos burocráticos tiende a generar grandes
cantidades de trabajo innecesario, que activamente impone a los demás, destruyendo así
su tiempo, o bien intenta introducir todo tipo de regulaciones y obstáculos destinados a
dificultar las actividades realmente creativas. Por otra parte, el Mediocre Inoperante
Activo es particularmente proclive a la envidia, y sufre ante el bien y el progreso ajenos.
Mientras que las formas menores presentan simplemente incapacidad para valorar la
excelencia, el MIA procura además destruirla por todos los medios a su alcance,
desarrollando sofisticados sistemas de persecución y entorpecimiento. Nunca
reconocerá, por ejemplo, los méritos que un individuo brillante realmente reúne para
lograr un premio o posición, sino que atribuirá todo éxito ajeno a relaciones con
personas influyentes o injusticias del sistema. De la misma manera, fácilmente callará
cualquier información que permita valoraciones positivas sobre otros, mientras que
amplificará y esparcirá todo rumor o dato equívoco que invite a la desvaloración y
desprestigio de esas mismas personas.” [36]
Perfil de acosado
“Es necesario insistir aquí en que la crisis de la víctima no es una enfermedad, sino el
resultado y la reacción a un ataque ¡legítimo, malicioso y continuado, perpetrado por
otro (u otros) individuo, probablemente enfermo psicológicamente, y que pretende la
eliminación psicológica y moral de una persona elegida por él como «objetivo». [37]
A primera vista lo que sorprende ese el modo en que las víctimas aceptan su suerte.”
[40]
Porque estaba ahí y porque, de un modo u otro, se ha vuelto molesta. Para el agresor,
ella no tiene nada especial. Es un objeto intercambiable que estaba ahí en el mal o el
buen momento, y que ha cometido la torpeza de dejarse seducir-y, a veces, de ser
demasiado lúcida” [41]
“los acosadores seleccionan casi siempre un mismo tipo o perfil de personas: aquellas
cuyo modo de vivir, alegría, felicidad, situación familiar, capacidades, talentos, carisma,
orientación ética, independencia, capacidad de liderar, popularidad, etc., despiertan en
ellos, debido a sus profundos sentimientos de inadecuación (complejo de inferioridad),
insoportables sentimientos de celos y envidia personal y/o profesional.” [42]
“La incompetencia es una amenaza para sí misma, la competencia es una amenaza para
los demás” [43]
“Las víctimas son envidiadas porque enseñan demasiadas cosas. Son incapaces de
no evocar el placer que sienten cuando poseen tal o tal otra cosa. Son incapaces de
no hacer pública su felicidad. Por lo tanto, la potencia vital de las víctimas es lo
que las transforma en presa. Ellas necesitan dar y los perversos narcisistas
necesitan tomar: no se puede imaginar un encuentro más ideal… La víctima tiene
una tendencia natural a culpabilizarse; y el perverso rechaza cualquier
culpabilidad.” [44]
Para que el juego valga la pena, la víctima tiene que estar «a la altura es decir, tiene que
mostrar una cierta resistencia al principio, para luego acabar cediendo. El individuo
señalado para el acoso combina un mérito evidente para su tarea con una notable
incapacidad para ganarse el afecto («hacer la pelota») de sus superiores, evitar la
envidia de sus compañeros y, lo que es peor, con frecuencia confraterniza y se atrae la
admiración de sus subordinados.
La víctima propiciatoria combina varios rasgos que la identifican como sujeto en alto
riesgo: el primero de ellos es la autenticidad o compromiso con sus propias dinámicas
de desarrollo interno, sin grandes consideraciones por las conveniencias materiales y
sociales.” [45]
-aquellos que son un centro de referencia para otros, que valoran su madurez,
experiencia, conocimientos, sabiduría, empatía, etc.;
-las personas cuya empatía y sociabilidad les hace ser espontáneamente admiradas por
el resto de los compañeros de la organización;
-las que son capaces de aglutinar y movilizar la voluntad de los demás para organizar
eventos en relación con el trabajo (proyectos, jornadas, cursos, convenciones, etc.) o al
margen de éste (fiestas, cumpleaños, excursiones, barbacoas, paseos en bicicleta, paellas
en el campo, cenas extraempresariales, etc.);
-las que otras personas eligen o buscan de manera espontánea para participar con ellas
en proyectos, grupos de trabajo, círculos de calidad, etc. (las denominadas estrellas de
los sociogramas);
-las que poseen una autoridad moral ante sus compañeros derivada de su notorio
comportamiento ético.
“Los que se resisten al formateo. Son las personas cuya personalidad resulta molesta,
los atípicos. Son, por ejemplo, los empleados demasiado honestos, demasiado
escrupulosos o demasiado dinámicos.” [47]
“Las personas contentas, integradas y satisfechas, con una vida familiar satisfactoria o
una relación de pareja que funciona, suelen, sin saberlo, ser objeto del acoso del
«psicoterrorista» organizativo. La razón estriba, igual que en el caso anterior, en la
comparación que realiza el acosador con un resultado negativo para él de las
condiciones afectivas y familiares de la víctima.” [48]
“Una persona que ha padecido una agresión psíquica como el acoso moral es realmente
una víctima, puesto que su psiquismo se ha visto alterado de un modo más o menos
duradero..
..Las cosas empiezan con un abuso de poder, siguen con un abuso narcisista, en el
sentido de que el otro pierde toda su autoestima… “ [49]
“Lo que singulariza los cuadros de acoso en relación a otras formas de sufrimiento en el
trabajo es el predominio de la vergüenza y la humillación. Eso suele ir a la par de una
ausencia de odio hacia el agresor. Las víctimas sólo quieren ser rehabilitadas y
recuperar su honor escarnecido. Tienen ganas de ocultarse, de retirarse del mundo.
La vergüenza explica la dificultad que tienen las víctimas de explicarse, sobre todo
cuando el acoso es individual. Como en los casos de abusos sexuales, a menudo la
realidad es peor de lo que las víctimas cuentan en un primer momento, ya que no
encuentran palabras. ¿Cómo decir, en un momento dado, que se siente uno maltratado si
hasta ese momento no se ha permitido que saliera nada a relucir? ¿Cómo justificar ante
los propios ojos que uno no haya protestado enseguida?¿Cómo explicarles a los demás
por qué no se ha reaccionado hasta ese momento?” [50]
“Se ataca preferentemente a los empleados aislados y, en cuanto a los que tienen
aliados, el acosador se las compone para romper los vínculos de solidaridad que les
unen.” [51]
“Se corre mayor riesgo de ser acosado cuando se es idealista, cuando se está muy
motivado por el trabajo, y menor si se es pragmático, si se está interesado ante todo por
el salario y las ventajas materiales.” [52]
“Cuando una persona tiene de entrada poca confianza en sí misma pero ha sabido
adquirir una buena imagen gracias a su trabajo, es indiscutible que, para
desestabilizarla, basta con infravalorar su trabajo, con no darle la posibilidad de mostrar
lo mejor de sí misma o sencillamente en impedirle trabajar.” [53]
“El que ose decir lo que no funciona o simplemente abra los ojos será marginado del
grupo.” [55]
“…La relación de «pitar falta» con los síndromes de acoso se inicia a partir de la
reacción de la entidad denunciada. Quien pita suele convertirse en diana de todo tipo de
represalias, tanto si su denuncia ha sido formal y concreta como si es inespecífica y
difusa”
“Criterios para “pitar falta”:
“En España también se producen casos clamorosos en los que “pitar falta” y acoso
institucional se siguen uno a lo otro, en un círculo vicioso que intenta aplastar toda
disidencia”. [57]
“En la práctica, los que denuncian las disfunciones de un sistema sufren, evidentemente,
las represalias de dicho sistema. Se trata de una forma específica de acoso moral,
destinada a hacer que se calle el que no juega al mismo juego que los demás.” [58]
Motivación para denunciar: se puede «pitar falta» por fines altruistas, de autoayuda e
incluso terapéuticos. El más aceptable de todos los motivos es la obligación moral de
proteger al público y a los empleados de la organización.” [59]
“4. Eliminación
Al llegar a esta fase, es muy probable que el empleado ya haya tenido varias bajas por
enfermedad más o menos largas, que haya consumido todas sus vacaciones y permisos
sin sueldo y que haya explorado varias posibilidades de irse a trabajar a otro sitio.” [60]
“Cuando se teme que se descubra una falta o una irregularidad, se puede caer en la
tentación de deshacerse de los testigos” [61]
“La diferencia entre las víctimas de los perversos y los individuos masoquistas es que
las primeras, cuando, tras un inmenso esfuerzo, consiguen separarse de sus verdugos,
sienten una enorme liberación.
Las dudas que tienen acerca de sus propias capacidades son las que las hacen
vulnerables.” [62]
“No obstante, tanto en las familias como en las empresas, las víctimas no reclaman
venganza casi nunca. Ante todo, piden que se reconozca todo lo que han aguantado,
aunque una injusticia no se pueda reparar nunca completamente. En la empresa, la
reparación supone una indemnización económica que, de todas formas, no alcanza a
compensar el sufrimiento padecido. Es inútil esperar remordimientos o arrepentimiento
de un agresor realmente perverso. El sufrimiento de los demás no tiene ninguna
importancia para él. Si se produce un arrepentimiento, proviene siempre de terceras
personas: de las que fueron testigos mudos o de las que fueron cómplices de la agresión.
Sólo ellas pueden expresar su pesar y, con ello, devolverle su dignidad a la persona a la
que se ridiculizó injustamente.” [63]
“La víctima del acoso o psicoterror laboral no suele ser consciente de él. Si en algún
momento toma conciencia del mismo (lo que suele ocurrir al darse cuenta de la
injusticia de las críticas que se dirigen a su trabajo), no suele ser capaz de admitir que su
acosador es un sociópata, sin ética ni conciencia moral, que no merece ser considerado
una persona «normal». Una especie de ingenuidad o actitud «polyánnica» suele hacerle
reticente a admitir que se trata de un acosador con una moral y unos valores enfermizos.
La víctima se encuentra aturdida, desconcertada, confusa y, finalmente, aterrorizada.”
[64]
Pretenden contestar a la pregunta: ¿cómo suelen ser las personas que padecen el acoso
en el trabajo? Entre las características figuran las siguientes:
1) Personas con elevada ética, honradez y rectitud, así como un alto sentido de la
justicia.
4) Personas populares, líderes informales entre sus compañeros o con carisma para
liderar grupos.
equipo.
Se trata de molestos «Pepitos Grillo» (en inglés se les denomina whistleblowers) cuya
actividad y actitud noble son de por sí una patente denuncia de que en la organización
las cosas no funcionan con la suficiente ética y dignidad para otros individuos:
trabajadores, clientes, etc. Estas personas son:
- las que hacen las preguntas incómodas y clave que nadie osa formular;
- las que no se dejan comprometer con prebendas, dinero, puestos, ascensos, a cambio
de «ser un buen chico y callar»;
- las que hablan claro y llaman a las cosas «por su nombre», eliminando la distancia
entre el dicho y el hecho en las grandes declaraciones de principios que se hacen en
muchas organizaciones;
- las que no son «políticamente correctas» hablando de los temas, valores y situaciones
que son «tabú» en la organización;
- las que buscan la verdad de los hechos y no el compromiso viable de las versiones
oficiales;
- las que no son «prácticas» con su carrera profesional y prefieren no «mirar a otro
lado», aunque ello las perjudique o termine con ellas.
los acosadores, tal como se verá más adelante, son víctimas de sus propios complejos de
inferioridad, sentimientos de inadecuación, desvalor y falta de autoestima, no es extraño
que sean incapaces de evitar la comparación cuando ven a una persona con la madurez
psicológica suficiente como para ser ella misma, tener independencia de criterio,
autonomía y ser capaz de tomar la iniciativa.
Estas personas suelen destacar por poseer grandes conocimientos y conducirse con una
elevada calidad profesional, rigor, rapidez y eficacia en el desempeño de su trabajo.
Debido a ello, resultan insoportables a los ojos del acosador, habitualmente abrumado
por el sentimiento de inadecuación y el complejo de inferioridad. Para comprender por
qué este tipo de personas son objeto de acoso, es necesario recordar cómo opera el
complejo de inferioridad en el acosador.
Cuando surge en su entorno una persona (la víctima) que sí posee en verdad tales
características, ello supone para el acosador un verdadero choque con la realidad. Su
reacción ante esa dolorosa realidad suele consistir en negar, eliminándola, la fuente de
la disonancia, desarrollando el psicoterror contra la víctima. El objetivo es hacer
desaparecer a la víctima del horizonte psicológico del acosador, porque sus capacidades
suponen para éste una desestabilización psicológica. De esta manera queda explicado lo
que vulgarmente se denomina «tener envidia» de alguien.” [65]
Las víctimas suelen reaccionar cuando tienen la oportunidad de ver cómo su agresor
ejerce la violencia sobre otra persona, o cuando encuentran un aliado o una ayuda
exterior.” [66]
“Diez o veinte años más tarde, las víctimas pueden seguir teniendo una sensación de
angustia ante determinadas imágenes de su agresor.” [67]
…Cuando las víctimas no consiguen desembarazarse del dominio, su vida puede quedar
detenida en el trauma: su vitalidad se embota, su alegría de vivir desaparece y las
iniciativas personales se vuelven imposibles. La pena de haber sido abandonadas,
engañadas y ridiculizadas las paraliza. Se vuelven agrias, susceptibles e irritables, y se
encierran en un registro de retiro social y de rumias amargas. Estas víctimas se ponen
pesadas y sus allegados las soportan mal: «Ésta es una vieja historia; deberías pensar en
otra cosa».
Ante todo, piden que se reconozca todo lo que han aguantado, aunque una injusticia no
se pueda reparar nunca completamente. En la empresa, la reparación supone una
indemnización económica que, de todas formas, no alcanza a compensar el sufrimiento
padecido. Es inútil esperar remordimientos o arrepentimiento de un agresor realmente
perverso. El sufrimiento de los demás no tiene ninguna importancia para él.” [68]
Los trastornos
“la gravedad del traumatismo es mayor cuanto más se había implicado esa persona en el
trabajo.” [69]
“el síndrome de acoso es una respuesta adaptativa de lo más normal a una situación
anormal traumática y estresante. Por lo general, son muy pocas las personas que pueden
conservar su equilibrio psíquico en estas circunstancias.” [70]
“Cuando el acoso moral es reciente y existe aún una posibilidad de respuesta o una
esperanza de solución, los síntomas son al principio muy cercanos al estrés y a lo que
los médicos denominan problemas funcionales: cansancio, nerviosismo, problemas del
sueño, migrañas, problemas digestivos, lumbalgias… Con todo, sí el acoso persevera en
el tiempo y se refuerza, puede llegar a establecerse un estado depresivo mayor.” [71]
“Las víctimas parecen psíquicamente indemnes, pero persisten en ellas síntomas menos
específicos que son como un intento de eludir la agresión padecida. Estos síntomas
pueden ser ansiedad generalizada, fatiga crónica, insomnio, dolores de cabeza, dolores
múltiples, trastornos psicosomáticos (hipertensión arterial, eccema, úlcera
gastroduodenal … )
Otras víctimas pueden desarrollar toda una serie de síntomas que se aproximan a la
definición del estrés postraumático que proporciona el DSMIV. Esta definición es
similar a la antigua definición europea de la neurosis traumática, desarrollada a partir de
la neurosis de guerra durante la primera guerra mundial, y estudiada especialmente en
los Estados Unidos en los ex combatientes del Vietnam. Más tarde, este diagnóstico se
utilizó para describir las consecuencias psicológicas de las catástrofes naturales, de las
agresiones a mano armada y de las violaciones.” [76
El entorno
“Presentar una denuncia es la única manera de terminar con el psicoterror. Pero hay que
tener mucho valor, o haber llegado verdaderamente hasta el límite.” [78]
“Cualquiera que sea el caso, el hecho de que los trabajadores mejor dotados o
capacitados puedan ser objetivos prioritarios del acoso en una organización es para ésta
todo un síntoma de una enfermedad organizativa que denominamos «organización
tóxica»” [81]
“basta con que un grupo, una empresa o un gobierno cuenten con uno o con varios
individuos perversos para que todo el sistema se vuelva perverso”. [82]
“Naturalmente, la actividad sindical o similar es mínima en estas organizaciones y, si la
hay, está totalmente vendida y controlada por los organismos directivos”. [83]
“Al principio, las personas acosadas no quieren sentirse ofendidas y no quieren tomarse
en serio las indirectas y las vejaciones. Luego los ataques se multiplican.” [86]
“Cuando el acoso aparece, es como si arrancara una máquina que puede machacarlo
todo. Se trata de un fenómeno terrorífico porque es inhumano. No conoce los estados de
ánimo ni la piedad. Los compañeros de trabajo, por bajeza, por egoísmo o por miedo,
prefieren mantenerse al margen. Cuando una interacción asimétrica y destructiva de este
tipo arranca entre dos personas, lo único que hace es amplificarse progresivamente, a
menos que una persona exterior intervenga enérgicamente. Efectivamente, en un
momento de crisis, tenemos una tendencia a acentuar el registro en el que nos
encontramos: una empresa rígida se vuelve más rígida, un empleado depresivo se
vuelve más depresivo, otro empleado agresivo se vuelve más agresivo, etc. Acentuamos
lo que somos.” [87]
“Para desacreditar a alguien públicamente basta con introducir una duda en la cabeza de
los demás”. [88]
“en la empresa este tipo de reacciones de una víctima de acoso laboral al estrés
soportado son vistas como síntomas de una enfermedad mental de la víctima, en lugar
de como síntomas de la «enfermedad» de la organización o del acosador mismo (el caso
más frecuente). El propio acosador suele fomentar este tipo de percepciones,
desplegando toda su capacidad manipuladora y desvinculándose así de su
responsabilidad en el origen de la crisis de la víctima.”. [89]
“Los compañeros envidiosos son los que llevan el trabajo de desestabilización, con lo
cual el verdadero agresor puede decir que él no sabe nada del asunto”. [90]
“Las insinuaciones y las preferencias declaradas provocan celos, hacen que unas
personas se enfrenten con otras y siembran la discordia. Los compañeros envidiosos son
los que llevan a cabo el trabajo de desestabilización, con lo cual el verdadero agresor
puede decir que él no sabe nada del asunto.”
“No se vence nunca a un perverso. A lo sumo, se puede aprender alguna cosa acerca de
uno mismo… Utilizar las mismas armas que el agresor no es de ningún modo
aconsejable. En realidad, el único recurso es la ley.” [93]
“Presentar una denuncia es la única manera de terminar con el psicoterror. Pero hay que
tener mucho valor o haber llegado verdaderamente hasta el límite…” [95]
“Cada vez más psicólogos descubren que la denuncia tiene efectos terapéuticos para el
acosado, al suponer un cambio desde una posición de víctima pasiva a otra de agresor
activo.” [96]
Autores
Marie-France Hirigoyen
Fuente: http://www.anamib.com/perfiles.htm