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Maria Juliana Arenas R-201731386

PROYECTO: HISTORIAS DE VIDA


Tejiendo mi historia con la historia de Colombia
Historia de vida de Justino de Jesús Restrepo Zapata
Mi abuelito, Justino de Jesús Restrepo Zapata, nació el 28 de diciembre de 1939 en una
vereda de Antioquia llamada el Ingenio Papelero muy cerca de Maceo. Su mamá, Bernardina
Zapata Sierra murió un año después de su nacimiento y su papá, Jesús Maria Restrepo
Estrada se volvió a casar con una prima lejana llamada Josefa Gonzales Restrepo, quien crio
a mi abuelito. Era muy común el matrimonio entre primos, así como hace referencia Garcia
Marquez en “Cien años de soledad” hablando del temor en las familias de que un niño de un
matrimonio entre parientes saliera con cola de cerdo. Vivian en una finca muy grande en la
zona rural en la que cultivaban panela para la venta y el consumo propio, tenían ganado y
gallinas, además de otros cultivos como arroz y frijoles para el consumo propio. El estudio 3
años en la escuela rural de Maceo empezando a los 7 años, pero no la pudo terminar debido a
un evento que cambio su vida; el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948.

La noticia llego a través de un amigo de la familia, “el arriero tocayo” quien paso por la finca
anunciando la muerte del líder político del partido liberal. La zona donde vivía mi abuelito
era muy liberal, pero su familia era conservadora, aunque realmente no tocaban asuntos
políticos y no le daban mucha importancia a la orientación de nadie más. Por el contrario, en
general el resto del país, según Melo en “La historia mínima de Colombia”, se caracterizaba
en aquel tiempo por ser violento e intolerante con opiniones diferentes a las propias. Debido a
esto, empezó una revolución en la zona en la que conservadores, o la “contra chusma” se
tomaron el Ingenio Panelero apoyados por el gobierno, el la que asesinaban a cualquier
persona no conservadora muy cerca de la finca de mi abuelito. La violencia no permitió que
mi abuelito siguiera yendo al colegio por lo que se quedaba ayudando en la casa.

Cuando mi abuelito tenia 17 años, empeoro considerablemente la situación. Un día, mataron


a 2 trabajadores de una finca cercana y dejaron los cuerpos al lado de un rio. Mi abuelito y
Jesús Maria los encontraron y enterraron los cuerpos, esto realmente puso muy alerta a la
familia. A los 15 días, a las 7 de la mañana llego la contra chusma a la finca con un
campesino muy humilde con las manos amarradas por la espalda, amenazando con matarlo.
Josefita les rogo llorando que no lo mataran. Finalmente lo dejaron libre, pero mataron a
todas las gallinas y mandaron a hacer un sancocho con ellas. Se quedaron todo el día en la
finca causando miedo a mi abuelito y a su familia. El resto del país no era ajeno a esta
situación, según Rehm (2014), especialmente en las zonas rurales se presentaban los “odios
heredados”, un factor cultural que influía en defender a muerte los derechos de cada partido
político. En los Llanos Orientales, en el Tolima y en el Eje Cafetero estaba presente la
guerrilla liberal y tanto en ciudades como zonas rurales se identificaban diferencias entre los
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partidos según Bello (2008). Además, liberales y conservadores identificaban zonas del
partido contario, y se encargaban de sacar a los campesinos de sus tierras.
Después de este acontecimiento, era muy probable que la guerrilla llegara a la finca, y no solo
que los sacara si no que los matara por quitarles el terreno. Por esta razón, abandonaron su
casa en 1957 y se fueron a un pueblo en Antioquia llamado Don Matías donde conocían
algunos familiares. Según Melo, Colombia era un país de pocos lectores, y por lo tanto en un
pueblo como Don Matias no era muy común leer usualmente el periódico. Sin embargo,
Jesús Maria estaba suscrito al periódico “El Colombiano” que llegaba todos los domingos, y
a la revista selecciones que llegaba una vez al mes, a Don Matías, mi abuelito leía cada vez
que podía ya que además de esto no tenía otra forma de educarse.

En este pueblo, mi abuelito se llevaba muy bien con su primo Tiberio Restrepo, quien tenia
una talabartería, es decir donde se fabrican productor de cuero, y hacia carrieles a mano
principalmente. Debido a las habilidades manuales de mi abuelito, empezó a ayudar a Tiberio
con la fabricación de carrieles y siguió desarrollando sus habilidades y gusto por las
manualidades. Un día, en 1958, Tiberio invito a mi abuelito a Bogotá para pasar la semana
santa. Después de un viaje de 3 días, llegaron y Tiberio le presento a otro familiar, Francisco
Sierra Restrepo, un escultor muy famoso quien influencio a mi abuelito a quedarse en
Bogotá, después de ver sus habilidades manuales. Tiberio se devolvió a Don Matías y
Francisco le ofreció a mi abuelito quedarse en su casa con su familia y ayudarlo a hacer los
marcos en madera de algunas obras de arte por lo cual le daba algunos pesos. Casualmente,
muy cerca a la casa de Bogotá quedaba un colegio nocturno en el cual mi abuelito termino la
primaria y curso bachillerato aprovechando los pesos que le daba Francisco. En el siglo XX
en Colombia, muchas personas se desplazaron de las zonas rurales a las ciudades y la
educación empezó a jugar un papel importante en el país ya que ahora tenia un mayor
impacto la educación profesional. En 1958, según Melo, en las grandes ciudades como
Bogotá había varias universidades publicas y algunas privadas. Al graduarse de bachillerato
mi abuelito entro a estudiar bellas artes a la Universidad Nacional influenciado por Francisco,
a quien también ayudaba con algunos trabajos manuales especialmente en madera. En 1959,
le pidieron a Francisco una escultura de la virgen de loreto para la capilla del aeropuerto El
Dorado en su inauguración en la cual le ayudaron mi abuelito y su hijo, pero 1 día antes de
entregarla le dio un paro cardiaco y se murió, sin embargo, la entregaron y permaneció allí
varios años.

Después de pocos semestres de bellas artes, a los 20 años mi abuelito conoció a un señor de
cual no recuerda el nombre, quien le dijo que si seguía estudiando bellas artes se iba a morir
de hambre. En esa época, según Melo, en este siglo las corrientes artísticas a penas estaban
llegando a Colombia y fueron acogidas con entusiasmo en algunas universidades, pero era
muy reciente su llegada. Este señor también le dijo a mi abuelito con un comentario casual
que debería empezar a vender seguros. Mi abuelito sin saber nada del tema accedió a ir a una
reunión para hablar con el gerente de una compañía de seguros italiana que acababa de llegar
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a Colombia, el le comento que los antioqueños tenían fama de buenos vendedores y le ofreció
un trabajo con previo entrenamiento. Empezó a vender seguros puerta a puerta, se encarretó
con el tema y finalmente dejo la universidad. Trabajo 6 años llegando al nivel de vendedores
de mayor edad con mucha más experiencia, y decidió abrir su propia agencia de seguros en
1970. Le comento esto al gerente, quien lo quería mucho, y le presto plata para abrir su
oficina en el barrio El Restrepo. Vendió en todo el barrio y la agencia asesora de seguros
Comercial Colombiana Ltda. siguió creciendo hasta el día de hoy. En unos pocos días,
noviembre de 2020 la agencia cumple 50 años. A partir de esto, construyo una familia con mi
abuelita, Dilma Beltran, tuvieron 4 hijos, Patricia, Adriana mi mamá, Dario y Cristina.
También tuvo un almacén de bicicross cerca a Unicentro por unos años y siguió con sus
hobbies artísticos, la carpintería y más adelante la fotografía. El día de hoy, con 80 años,
sigue trabajando, aunque con menor intensidad, y mi mamá continua con la agencia como
gerente general.

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