ORI
DOCUMENTOS DE RELIGION YORUBA
Hay quienes tienen un Orí tan fuerte que por más brujería que se le haga esto no
lo afecta, ya que teniendo un Orí fuerte o teniéndolo bien atendido, es la única
forma de combatir a los Eniyan o brujos del astral, cuya interferencia solo se
combate con Orí, haciendo vano el esfuerzo de otros Orishas. Se dice que no se
puede hacer nada por el poseedor de una mala cabeza, solo podrán realizar su
destino mediante su fuerza de voluntad y su conducta Iwa. La adoración de Orí
incluye la de Eledá.
1
Este Orisha se guarda celosamente en un cofre que recibe el nombre de Ilé Orí, su
tamaño es tan grande como sea capaz de hacerlo su propietario, algunos llegan a
tener seis cabezas unos 12,000 caracoles. El recipiente que contiene a Orí, se
cubre con un manto o capa de tela blanca y adornada con ribetes o cintas de color
del Orisha tutelar de la persona, a este se le cosen caracoles en la parte superior
de 9, 16 en la parte central y 16 en la parte inferior. Los 9 representan las 9 casa
de Orún, por donde transita el Emí, cuando abandona el Arà del propietario.
Los 16 de la parte superior son de propiedad de Orí y los 16 de la parte inferior son
de Oduduwa - Orishanlá. El contenido de la Igba Oddun Orí, representa la creación
del ser humano, el dueño de ella es Obbatalá que emplea a Ajalá (el que moldea
las cabezas), para la construcción de la misma, demostrando a Olodumare lo
conocimientos que tenía para esa encomienda. Orí es un Orisha propiedad de los
Babalawos, porque nace al lado de Igba Odun (Olofin). A Orí se le inmolan
carnero, chiva blanca, dos gallinas blancas, 16 codornices y gallina de guinea
blanca.
Patakí:
Orí tenía un negocio de vender obí en la plaza, pero como estaba sola, no se podía
valer bien. Un día pasó Shangó por allí a comprar unos cocos, Orí le contó su
situación y le pidió que la ayudara, pero Shangó le dio evasivas y se fue.
Días después, pasó Orunla por allí y Orí le pidió ayuda. El adivino le dijo que tenía
que hacer una ceremonia de rogación con dieciséis viandas, dieciséis cocos y
dieciséis pesos durante dieciséis días. Orí así lo hizo y mientras pasaban los
dieciséis días le fueron saliendo el tronco y las extremidades, de manera tal que,
al transcurrir el plazo señalado por Orunla, ya el cuerpo estaba completo. Por eso
Orí dispuso que Orunla fuera su padre.
El gobierno de Orí.
Hubo un tiempo en que la cabeza, el tronco y las extremidades, andaban cada cual
por su lado.
–Esto no puede seguir así –se dijo Orí–, debo ir a casa de Orunla para que él me
resuelva.
Orunla le pidió a Orí que sacrificara un carnero y pusiera los restos en la plaza.
Cuando Orí puso el paquete con el carnero en la plaza, vino el tronco y le dijo:
–Orí, te estaba buscando porque quiero que vivamos juntos.
Después que se unieron, aparecieron los Apa y les dijeron que ellos, desde hacía
tiempo, querían unirse también a la cabeza y el tronco. Luego aparecieron las
Elese melli y manifestaron:
–¡Qué casualidad que los encontramos aquí! Nosotras dos hemos pensado que
mejor nos unimos, porque estamos cansadas y aburridas de estar solas.