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PRESENTO RECURSO DE REVOCATORIA PARCIAL.

Cámara en lo Contencioso Administrativo – Sala I.

JUICIO: ACUÑA, AGUSTÍN EUGENIO Y OTROS c. PROVINCIA DE TU-

CUMÁN (PODER JUDICIAL) s/ INCONSTITUCIONALIDAD. – Expte. Nº

787/10.

_________________

AGUSTÍN EUGENIO ACUÑA, actor en autos, por derecho propio, digo:

I. – OBJETO.

Presento recurso de revocatoria contra la resolución de fecha 08/02/11 para que se

la deje sin efecto parcialmente por contrario imperio en su punto I que resuelve aplicar, una

multa de $2.000 (pesos dos mil) a cada uno de los actores en autos.

II. – FUNDAMENTOS.

1. La resolución cuestionada parcialmente. Sus fundamentos.

La misma, en lo que nos interesa, dice textualmente lo siguiente:

“II.- De manera previa a ingresar al tratamiento de la pretensión cautelar de-


ducida, corresponde que me expida sobre el escrito presentado por los acto-
res a fs. 84/88 y 89/90.
Dicha presentación evidencia términos contrarios al respeto que las partes
que intervienen en el proceso deben observar en relación a la autoridad e in-
1
vestidura del órgano jurisdiccional, excediendo claramente las necesidades
que sugiere la pretensión declarativa esgrimida. Las expresiones volcadas son
absolutamente incompatibles, ofensivas y contrarias con la conducta que exi-
ge el artículo 127 del CPCyC; la cual debe mantenerse a lo largo de la totali-
dad del proceso y encuentra debida salvaguarda en las potestades conferidas a
los jueces por el ordenamiento adjetivo.
De allí que, atento a los términos agraviantes e insidiosos empleados por los
demandantes en las presentaciones mencionadas, y haciendo uso de las facul-
tades que el artículo 43 de Código de rito Civil y Comercial acuerda a los Ma-
gistrados, se impone a cada uno de aquellos una multa de $2.000 (pesos dos
mil), conforme los dispuesto por la Acordada Nº 293 del 07/06/2005 (B.O.
del 13/06/2005), con el destino y alcance previsto en aquella norma.”

Y concluye de la siguiente manera:

“Iº).- APLICAR, en mérito a lo considerado, una multa de $2.000 (pe-


sos dos mil) a cada uno de los actores en autos.”

2. Razones por las cuales la sanción me correspondería a mí y no a mis mandantes.

A. Reconocimiento de exclusiva responsabilidad: como bien sostienen los de-

más actores en autos, fui yo quien redactó y presentó los escritos de fs. 84/88 y 89/90, que

motivaron la sanción del Tribunal. Es más, ellos no los firmaron. Por ende, como profe-

sional asumo toda la responsabilidad que por esos escritos corresponda y pido que, en el

caso de resolver el tribunal que corresponde esta u otra sanción, se la imponga al verdadero

responsable: a mí. No a mis mandantes.

B. Falta de imputación por la acción: no puede castigarse al mandante por algo

que ha llevado a cabo el mandatario por un exceso o una inconducta, ya que ello no le es
2
imputable (cfr. art. 1905 y concordantes del Código Civil; CSJN, 1997/12/10, LL 1999-E-

52).1 Por esta razón, pido nuevamente que en el caso de resolver el tribunal que correspon-

de esta u otra sanción, se la imponga al verdadero responsable: a mí. No así a mis mandan-

tes, que nada tienen que ver con ello.

3. Razones principales por las cuales la sanción no me correspondería.

A. Falta total y absoluta de intención: desde ya aclaro que nunca tuve intención

alguna de faltar el respeto a la autoridad e investidura del órgano jurisdiccional. Quizá, mi

juventud (22 años) unida a mi notoria inexperiencia en esta maravillosa profesión (apenas 4

meses y diez días a la fecha de presentación de este escrito) y al afán de defender mis dere-

chos junto a los de mis mandantes me llevó a escribir con el frenesí y apasionamiento ca-

racterístico de mis años, pudiendo llegar a extralimitarme innecesariamente en mis expre-

siones. Sin embargo nunca tuve intención de ofender, de agraviar ni de usar expresiones

incompatibles, ofensivas y contrarias con la conducta que exige el artículo 127 del CPCyC,

según lo ha entendido el presidente de la sala.

B. Pedido de perdón: sin embargo, si mi aclaración no convence de mi intención

a los Sres. Camaristas y consideran que soy responsable por los escritos cuestionados, des-

de ya pido humildemente perdón por dichas expresiones, aclarando que no quise ofender,

1 Código Civil. Art. 1905, 1907 y concordantes.


3
sino tan sólo defender. Espero que los Sres. Camaristas sean partidarios de una evalua-

ción amplia de esta retractación, en homenaje a las cordiales relaciones que deben reinar

entre magistrados o abogados.2 Sin embargo, bien se ha dicho que “errar es humano y per-

donar es divino” y por ende, entenderé a los Sres. Camaristas en caso que no acepten mi

pedido de perdón.

4. Razones subsidiarias por las cuales la sanción no me correspondería.

En caso que hasta aquí los Sres. Camaristas no se hayan convencido de que la san-

ción impuesta no me corresponde, debo ofrecer subsidiariamente las siguientes razones:

A. Criterio sumamente restrictivo para su aplicación: bien ha dicho la jurispru-

dencia en forma unánime y pacífica que las facultades disciplinarias que poseen los jueces

deben ser interpretadas y aplicadas con carácter restrictivo.

La Cámara Civil en Documentos y Locaciones ha sostenido:

“La jurisprudencia recomienda cautela y prudencia en la aplicación de


sanciones procesales, a fin de que ellas no puedan convertirse en un ele-
mento que impida a los interesados hacer valer adecuadamente su derecho de
defensa en juicio.”3

2 Cfr. Alvarado Velloso, El Juez, sus deberes y facultades, Ed. De Palma 1982, pág. 296.

3 Cámara Civil en Documentos y Locaciones, Sala II, Sentencia 376, 14/08/06.

4
La Cámara Civil y Comercial Común también ha seguido esta línea:

“Si bien de acuerdo con lo establecido por el art.43 procesal los jueces tie-
nen facultades para cuidar el decoro y el orden en el proceso, el respeto a
su autoridad e investidura y el recíproco que se deben todos los que de
algún modo interviene en el mismo, pudiendo prevenir y sancionar cual-
quier acto contrario al deber de probidad y buena fe, así como los tendien-
tes a trabar el normal desarrollo del proceso, un aspecto delicado del ejer-
cicio de estas facultades se presenta cuando se pretende sancionar la in-
conducta de las partes y sus abogados. Al estar en juego el derecho de de-
fensa en juicio la valoración de la situación por el órgano judicial de-
be efectuarse de manera mesurada y prudente, y con criterio restric-
tivo. A la luz de pautas de razonable objetividad que configuren la con-
ciencia de la sin razón y la intención clara y visible de perturbar el proceso,
debe ser ponderada en estos supuestos la actuación de las partes (Fenoc-
chietto-Arazi, Cód. Proc. anotado, t.1, comentario art.45).”4

“El art. 43 del C.P.C.C. en concordancia con el art. 45 del C.P.C.C. de la Na-
ción, otorga a los jueces la facultad de aplicar sanciones cuando las partes y/o
terceros incurran en actos contrarios al de deber de probidad y buena fe o
tendientes a trabar el normal desarrollo del proceso. Según lo establece acer-
tadamente el Cód.Proc. C. y Com. comentado por Palacio-Alvarado Velloso,
el juzgamiento de tal conducta debe hacerse con criterio restrictivo
porque de lo contrario se puede arribar a soluciones inconciliables con la vi-
gencia de la garantía constitucional de la defensa en juicio (ob.cit. tomo se-
gundo, pág. 412), por lo que aún el caso de duda debe estarse por la no apli-
cación de la sanción, como lo resolviera la jurisprudencia citada por dichos
autores.”5

La doctrina, con Alvarado Velloso a la cabeza también opina igual:

“Tal solución, empero, debe ser prudentemente estimada y adoptada


sólo en caso de real y extrema gravedad, cuando la expresión utilizada
traduzca un verdadero ánimo de injuria, y no un mero argumento necesario

4 Cámara Civil y Comercial Común, Sala 3, Sentencia 113, 20/04/94.

5 Cámara Civil y Comercial Común, Sala 2, Sentencia 109, 22/03/00.


5
para la defensa, por cuya integridad también tiene el magistrado el inexcusa-
ble deber de velar.”6

“A nuestro juicio, resulta importante recalcar –en todos los supuestos- la ne-
cesidad de respetar los argumentos de defensa, instituto que puede ser con-
culcado por una prejuiciosa o timorata interpretación judicial respecto de la
propiedad de uso de un término vertido en juicio; de ahí que por más que el
litigante se alce severa e indignadamente contra una resolución judi-
cial, si objetivamente no se afectan valores superiores como lo son el
decoro y orden de los juicios, no cabe sanción al respecto.”7

Es más, siguiendo este criterio restrictivo, la multa en la jurisprudencia ni si-

quiera se ha aplicado en casos donde el propósito obstruccionista del infractor no ha

quedado claramente configurado como un abuso del proceso.8

Por otra parte este criterio es el que propicia la Corte Suprema de Justicia de

la Nación, para evitar que pueda producirse una lesión al derecho de defensa.9

Inclusive la mismísima Corte Suprema de Justicia de Tucumán ha interpreta-

do en forma restrictiva la facultad conferida por el art. 43 del CPCC. Ejemplo de ello

son estas sentencias, que ni siquiera llegan a aplicar multa alguna:

“En el caso, las expresiones vertidas por la apoderada de la demandada en


su escrito de memorial de agravios: a) _ constituyen palabras, frases inju-
riosas y ofensivas, contra los profesionales prestadores del servicio médico
asistencial, que no son parte en este juicio, b)_ imputación injuriosa hacia
el tribunal de alzada, que importa una grave falta de respeto hacia la digni-

6 Alvarado Velloso, El Juez, sus deberes y facultades, Ed. De Palma 1982, pág. 294.

7 Alvarado Velloso, El Juez, sus deberes y facultades, Ed. De Palma 1982, pág. 295.

8 Cámara Civil en Documentos y Locaciones, Sala 2, Sentencia 234, 28/06/00.

9 CSJN, Fallos 324:1215, Disidencia de Fayt.


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dad de la justicia y afectan el buen orden y decoro del juicio. En ejercicio
de la potestad disciplinaria, esencia de la jurisdicción, art. 43 del CPCCT,
se dispone testarlas y a su vez hacer un severo llamado de atención a la
letrada apoderada de la demandada, por haber trascendiendo los lími-
tes impuestos por el decoro, el respeto y las necesidades de la defensa,
agraviando al mismo órgano jurisdiccional.”10

“Este Tribunal no puede soslayar, las manifestaciones del defensor volcadas


en su escrito de fojas 1358/1366, que exceden el ejercicio del derecho de de-
fensa de su asistido y trasuntan falta de respeto a la autoridad e investidura de
los Magistrados de esta Corte Suprema de Justicia que intervienen en la pre-
sente causa, con motivo de los recursos presentados por la defensa. En con-
secuencia, corresponde apercibir al profesional mencionado, en miras a
asegurar el cumplimiento de las exigencias éticas a que deben ajustarse las
conductas de las partes de los letrados que la representan; cuyas expresiones
no deben apartarse de los principios de lealtad, probidad y buena fe (art. 127,
4 y cc del CPP; art. 43 del CPCC).”11

Teniendo en cuenta la jurisprudencia y la doctrina mencionada, considero

que el presidente de la sala no hizo una interpretación y aplicación restrictiva de sus

facultades disciplinarias. Espero que así lo entienda el tribunal

B. Posibilidad de aplicación de otras sanciones menos gravosas, pero igual

de efectivas y además, docentes: el magistrado contaba y cuenta a su alcance otras san-

ciones menos gravosas para evitar escritos como los que dieron lugar a la sanción de autos.

Las mismas son tan eficaces como la multa para lograr su cometido: el llamado de atención

10 Corte Suprema de Justicia de Tucumán, Sala Civil y Penal, Sentencia 877, 28/09/06.

11 Corte Suprema de Justicia de Tucumán, Sentencia 449, 11/06/07.


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o el apercibimiento podrían ser aplicados como medida de corrección y enseñanza a este

joven, inexperto, pero impetuoso, letrado.

Bien se ha dicho que la multa es una pena, no una advertencia. Por ello solo puede

aplicarse cuando la prevención y el apercibimiento han fracasado y, excepcionalmente

cuando la gravedad de la inconducta necesita de un verdadero correctivo. 12 Me aventura a

afirmar que en mi caso no se cumplen ninguna de las dos premisas expuestas.

C. La sanción no se corresponde con la falta: la multa de $ 2.000 que ha resuel-

to aplicar el magistrado, es la más alta en toda la historia de la jurisprudencia provincial 13.

Sin embargo, considero que la falta cometida, no es, ni remotamente, la peor de todas las

faltas llevadas a cabo en esa misma historia.

Para ilustrar esta situación, me permito ejemplificarlo de la siguiente manera:

1. No he demorado el proceso por más de dos años al retirar el expediente y por

ende, no merecí una multa de $ 500.14

2. Tampoco ha sido mi intención expresar términos injuriosos (es más, ni el presi-

dente de la sala ha calificado así a mis dichos) en este expediente para ser san-

cionado con una multa de $ 400.15

12 Corte Suprema de Justicia de Tucumán, Sentencia 228, 30/06/92.

13 Según la exhaustiva búsqueda jurisprudencial que realicé.

14 Cámara Civil y Comercial Común, Sala 1, Sentencia 500, 04/12/00.


8
3. Estoy seguro de no haber utilizado como argumento una mera “chicana” para

cuestionar un instrumento público, con el propósito obstruccionista de la justi-

cia, haciéndome pasible de una multa de $ 100.16

4. No he abusado de mi derecho de defensa para postergar indefinidamente el

cumplimiento de las resoluciones judiciales, con un claro propósito obstruccio-

nista y por ende, no merecí el mínimo de multa.17 Tampoco he tenido un claro

propósito obstruccionista mediante mi comportamiento en autos.18 Ni me he

conducido con una manifiesta inconducta procesal maliciosa para obstruir el

normal desenvolvimiento del proceso.19

5. Definitivamente no he incurrido en conducta maliciosa negando la firma inserta

en los escritos que constan en autos.20 Y tampoco he guardado silencio a una

intimación judicial21.

15 Cámara Civil en Documentos y Locaciones, Sala 3, Sentencia 11, 11/02/02.

16 Cámara Civil en Documentos y Locaciones, Sala 2, Sentencia 307, 29/07/04.

17 Cámara Civil en Documentos y Locaciones, Sala 3, Sentencia 294, 08/08/00.

18 Cámara Civil en Documentos y Locaciones, Sala 3, Sentencia 137, 10/05/01.

19 Cámara Civil en Documentos y Locaciones, Sala 3, Sentencia 55, 12/03/02.

20 Cámara Civil en Documentos y Locaciones, Sala 2, Sentencia 67, 14/03/02.

21 Cámara del Trabajo, Sala 3, Sentencia 143, 09/08/01.

9
A mi humilde criterio, las conductas antes expuestas, todas basadas en casos

provinciales, son mucho más graves que la que han motivado la sanción en autos.

Espero que el tribunal así lo entienda.

D. Excesivo rigor en la sanción. Irrazonabilidad: considero que se ha

apreciado con excesivo rigor el presente caso y la entidad de la sanción resulta des-

proporcionada e irrazonable con relación a los términos de la falta cometida. 22

Además, es a todas luces claro que la sanción resulta desmesurada, ya que su aplica-

ción va más allá de la finalidad de la disposición legal aunque haya sido inapropiada

mi apreciación sobre el magistrado interviniente.23 En este caso, no hay dudas que

por las circunstancias de la causa la sanción se ha tornado excesiva.24

Para ejemplificar cuán excesivamente rigurosa ha sido la sanción impuesta,

me permito hacer la siguiente comparación: estos $ 2.000 de multa equivalen a una

posible pena aplicada en un proceso penal con todas las garantías imaginables por

delitos tales como: lesiones culposas (art. 94 del Código Penal), instigación a batirse

en duelo (art. 99 del CP), concertación de duelo a muerte (art. 103 del CP), omisión

de auxilio (art. 108 del CP), injuria (sobre un asunto que no sea de interés público,

art. 110 del CP), exhibiciones obscenas (art. 129 del CP), autorización de matrimonio

22 Cfr. CSJN, Fallos 324:1215, disidencia de Fayt.

23 Cfr. CSJN, Fallos 324:1215, disidencia de Fayt.


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ilegal ignorando el impedimento y celebración de matrimonio con inobservancia de

formalidades (art. 136 segundo y tercer párrafos del CP), publicación indebida de

correspondencia (art. 155 del CP), violación de secreto profesional (art. 156 del CP),

apropiación por error o caso fortuito (art. 175 del CP), tenencia de armas de fuego de

uso civil sin autorización (art. 189 bis del CP), violación de fueros (art. 242 del CP),

falsa denuncia (art. 245 del CP), usurpación de grados, títulos y honores (art. 247

segundo párrafo del CP), omisión de deberes del oficio (art. 249 del CP), abandono

de destino (art. 252 del CP), nombramientos ilegales y aceptación ilegal de cargos

(art. 253 del CP), violación de sellos culposa (art. 254 segundo párrafo del CP), viola-

ción de medios de prueba, registros o documentos culposa (art. 255 segundo párrafo

del CP), evasión por favorecimiento culposo (art. 281 segundo párrafo del CP), circu-

lación de moneda falsa recibida de buena fe (art. 284 del CP) y el uso y tráfico de

sellos, timbres, marcas y contraseñas inutilizados (art. 290 segundo párrafo).

Sin pretender desmerecer el bien jurídico protegido por el art. 43 del CPCC,

debo decir que su importancia es notoriamente menor a cualquiera de los bienes jurí-

dicos protegidos por las disposiciones y tipos penales nombrados. He allí la irrazona-

bilidad de la sanción.

24 Cfr. CSJN, Fallos 319:1586, por unanimidad.


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E. Carácter necesario de ambos escritos: por otra parte, debo resaltar que

los escritos que dieron lugar a la sanción fueron fundamentales para el avance de este

caso, puesto que llevaron necesariamente al dictado de la medida cautelar otorgada

mediante resolución de fecha 08/02/11. De no haberlos presentado, es difícil saber

qué habría pasado. Aunque ello tampoco justifica ningún exceso o falta de respeto.

E. Conclusión: como inexperto y joven abogado he comprendido que el

creer que la ley, el derecho y la razón están de mi parte no es suficiente para perder la

consideración y el respeto inherente al foro y al órgano jurisdiccional.

III. – PETICIÓN.

Por todo lo expuesto, solicitamos se revoque por contrario imperio la resolución

impugnada y se deje sin efecto la sanción impuesta.

JUSTICIA.

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