Durante las vacaciones, el trasnochar con frecuencia parece de lo más normal... ¿Qué tanto afecta esta
situación en su desarrollo físico?
¿A QUÉ HORA?
Una moda española o argentina trajo a Chile la costumbre de salir muy de noche.
Muchos panoramas empiezan, como mínimo, a la una de la mañana. "¡Mamá, si
mañana duermo hasta las tres de la tarde y recupero las horas de sueño!", suelen
alegar. Pero la intuición de las madres no es vana: no es lo mismo dormir de día que
dormir de noche, por algo la naturaleza dispuso horas "oscuras" (especiales para
invocar a Morfeo) y horas "claras". Según el doctor Tomás Mesa, además de la
cantidad de horas de sueño, es fundamental dormir de noche. Explica que el sueño y
la vigilia (horas en que estamos despiertos) constituyen un ciclo indisolublemente
unido: todo lo que ocurre durante ella va a tener una expresión sobre él y viceversa.
Dormir de noche, es decir, cuando no hay luz, no es un capricho del cuerpo. "El ciclo
circadiano, el día y la noche, nos hace funcionar desde un punto de vista hormonal, y
es por eso que tenemos que dormir cuando no hay luz. Hay una serie de hormonas,
como la melatonina, que dejan de producirse con la aparición de la luz solar", explica
el doctor Mesa. La neuropsiquiatra infantil Amanda Céspedes señala que la
melatonina ayuda a mantener el sueño durante 8 ó 10 horas, activa los procesos de
síntesis de proteínas y de recambio celular, y estimula la producción de endorfinas,
que son hormonas del bienestar y el afecto.
A todo esto se une lo fundamentales que son desde el punto de vista fisiológico y
psicológico, las horas que van desde las once de la noche a las tres de la mañana,
porque en esos momentos el organismo requiere una actividad mínima, tanto de
alimentación como de actividad física o mental.
Los propios jóvenes reconocen que preferirían acostarse más temprano para no estar
tan cansados al día siguiente y aprovecharlo mejor. Sin embargo, no quieren ser los
primeros en llegar a los panoramas, aunque tengan que "hacer hora" en sus casas
hasta las doce de la noche.
"Como padre creo que lo que se puede hacer es tratar de ponerse de acuerdo con los
otros padres para tratar de que las fiestas no duren hasta tan tarde. Me parece que
la única manera de que se acuesten más temprano es hablar con la comunidad y con
nuestros hijos. Uno no puede prohibir por ley dice el doctor Mesa.
Las horas que van desde las once de la noche a las tres de la mañana son
fundamentales desde un punto de vista fisiológico y psicológico, porque en esos
momentos el organismo requiere una actividad mínima para producir melatonina y
endomorfinas, responsables del correcto funcionamiento del cuerpo y la mente.
Dormir de noche, es decir, cuando no hay luz, no es un capricho del cuerpo. "El ciclo
circadiano, el día y la noche, nos hace funcionar desde un punto de vista hormonal, y
es por eso que tenemos que dormir cuando no hay luz, Hay una serie de hormonas,
como la melatonina, que dejan de producirse con la aparición de la luz solar".