EL VIRREINATO Y LA REVOLUCIÓN
América y el Renacimiento
La Imprenta
Literatura y el Periodismo
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Fueron los escritos de los misioneros, también pueden encontrarse en
la literatura de la conquista y de la colonia datos históricos, geográficos,
lingüísticos, etc., de interés científico.
A fines del siglo XVIII recorre las regiones del Plata un naturalista y
geógrafo que es considerado como uno de los fundadores del estudio de
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las ciencias naturales: Félix de Azara. De origen español, había llegado
al Plata en 1781. Recién pudo regresar a España en 1801, después de
haber recorrido el Plata durante veinte años. Sus dos obras zoológicas
fueron muy importantes por la época en que las escribió. En ellas se
describen a veces con observaciones biológicas, todas las especies de
vertebrados entonces conocidas.
Azara fue un notable cartógrafo y sus obras, fuera del interés geográfico
e histórico, conservan aún un gran valor etnográfico por haber sentado
en ellas las bases del conocimiento de las tribus indígenas de la época.
Mientras Azara recorría las zonas del noreste, las costas patagónicas
eran recorridas por Alejandro Malaspina con Montevideo, donde la
expedición quedó varios meses estableciendo un observatorio para los
cálculos de longitud y otras tareas.
Alcides d’Orbigny recorrió los países de América del sur desde 1826
hasta 1833. En su obra monumental Voyage dans L’Amerique
méridionale, muchos capítulos traen noticias de interés para la geología,
paleontología, botánica, zoología y antropología argentinas.
Cuando en 1833 Darwin pasa por Luján, reside en esa villa un médico
argentino, con el cual más tarde entablará correspondencia científica. Es
Francisco Javier Muñiz, considerado el primer naturalista argentino.
Muñiz inicia los trabajos que pueden considerarse como los primeros
esfuerzos paleontológicos argentinos. Recoge y reconstruye fósiles.
Reúne, estudia y clasifica un material apreciable que en 1841 obsequia
al gobernador Juan Manuel de Rosas.
Ante el destino que Rosas depara a sus fósiles, Muñiz vuelve a las
barracas, reconstruye y amplía la colección, que en 1857 deposita en el
Museo de Buenos Aires.
Los castigos corporales estaban en boga, aunque no parece que por eso
la disciplina fuera ejemplar. En definitiva: desde fines del siglo XVI se
van fundando en el territorio argentino escuelas de primeras letras de
tal manera, que al estallar la revolución la enseñanza primaria está
difundida a través de casi todas las provincias argentinas.
La Enseñanza Universitaria
La enseñanza
Su acción al frente del Instituto fue eficaz, aunque breve, pues falleció
en 1911, sucediéndole otro físico alemán: Richard Gans, quien continuó
la obra iniciada por Bose, impulsando la investigación científica a una
altura que valió al Instituto un justo renombre internacional.
Museos y Naturalistas
Los observatorios
Gould fue uno de los primeros astrónomos que aplicó la fotografía a los
estudios astronómicos. A Gould sucedió al frente del Observatorio uno
de sus ayudantes, Juan M. Thome, también norteamericano. Su obra
principal fue la Córdoba Durchmusterung (Zonas de exploración),
catálogo monumental de más de seiscientas mil estrellas, hasta la
décima magnitud, del hemisferio sur a partir de los 22o de latitud, hacia
el polo. Durante su dirección el observatorio inició la colaboración en
tareas de carácter internacional. La primera de ellas fue la tarea,
asumida en 1890, de completar el catálogo de las llamadas "Zonas de la
Astronomische Gesellschaft" desde la latitud de 22 grados sur hasta el
polo, tarea que luego delegó parcialmente en el Observatorio de La Plata
(desde los 47o hasta los 82o) y que ambos Observatorios han cumplido
casi en su totalidad.
Sin duda, han sido las ciencias geológicas las que recibieron el mayor
impulso de los hombres de la Academia de Córdoba. Entre sus
miembros fundadores, uno de los primeros en llegar fue el profesor de
mineralogía y geología Alfredo Stelzner, de la Academia de minas de
Freiberg. No obstante su breve estada en la Argentina (1871-1874),
realizó dos largos viajes por el noroeste y oeste del territorio argentino
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que le permitieron reconocer las grandes unidades geológicas de los
terrenos observados.
La Reforma Universitaria
La acción y labor científica desplegadas por Rey Pastor han sido tan
valiosas, extraordinarias y beneficiosas, que podemos considerar que su
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arribo a la Argentina señala un momento importante en el desarrollo
de los estudios matemáticos en los países del Plata y marca el principio
de una nueva etapa de los mismos.
Cabe ahora formular aquí una observación general válida, no sólo para
los estudios matemáticos, sino para todos los estudios científicos; y es
que a la producción científica aparecida en las publicaciones periódicas
especializadas que detallamos, debe agregarse la que aparece en las
revistas de carácter general, en las publicaciones dedicadas a las
actividades profesionales afines, y en las publicaciones estudiantiles que
en la Argentina son numerosas, gozando muchas de ellas de una sólida
y bien ganada reputación.
La publicación más importante del museo fue sus Anales, que para 1945
consta de más de 40 tomos. Además, como Publicaciones extras, editó
una serie de trabajos publicados por los miembros del personal del
museo en otras revistas. Por último, desde 1919 publicó el Catálogo de
Numismática.
Conclusión
A modo de conclusión, quisiéramos destacar la influencia que tuvieron
los acontecimientos políticos y sociales en el desarrollo de la actividad
científica argentina, ya que afectaron a las ciencias tanto en sus
posibilidades como en sus manifestaciones exteriores. Esta influencia se
tradujo en períodos que hemos calificado de períodos introvertidos y
extravertidos; períodos en los que el país parece, respectivamente,
cerrarse en sí mismo y abrirse hacia el mundo, y a los que corresponden
épocas de inactividad y actividad científicas.
Las luchas políticas que sobrevienen demasiado pronto impiden que esta
débil atmósfera se fije y arraigue, y la tiranía termina por cegar esta
fugaz etapa científica. Poco a poco la actividad científica decrece y al
promediar el primer tercio del siglo XIX la Argentina, desde este punto
de vista, ha regresado a la colonia.
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Con la caída de la tiranía cesa este período de inactividad, pues el
impulso extraordinario que los hombres de la organización nacional
imprimirán al país, significará también para la ciencia un nuevo
movimiento de ascenso, esta vez con paso más seguro y firme.
Nuevamente las miradas se dirigen hacia el exterior, que ya no es sólo
Europa, en demanda de hombres de ciencia que acudan a fertilizar el
suelo científico argentino. Y esta vez el injerto tuvo éxito, por cuanto en
algunos sectores el espíritu científico arraigó firmemente y fructificó, si
bien tal feliz resultado no se debió únicamente a la bondad de la planta
y a la fertilidad del suelo, sino también a la existencia de favorables
factores de ambiente, mesológicos. Se explica así cómo el más grande
naturalista de la época: Ameghino, no es un producto directo de los
naturalistas extranjeros contratados.
Mas, hacia el 90, se inicia otro período que, en cierto sentido, muestra
signos de decadencia científica. Los factores económicos, pero también
el espíritu de la época, desvían el impulso originario del período anterior
y la actividad científica se dirige hacia otros rumbos: hacia las
aplicaciones, hacia la técnica. El "progreso material" deslumbra y no
deja ver sino la ciencia aplicada, el afán utilitario priva sobre el
desinterés de la ciencia pura; los institutos científicos vegetan y durante
unos lustros, a ese respecto, la Argentina vuelve a encerrarse en sí
misma.