Este es un concepto que deben tener claro los responsables de gerenciar este tipo de
episodios y los equipos que involucra, tanto negociadores como tácticos e inteligencia. El
apresuramiento por la resolución del conflicto, generalmente arroja resultados desfavorables con
todo lo que ello implica desde el punto de vista administrativo, penal y en orden a priorizar la vida
de las personas.
En este caso podemos pensar que la única responsabilidad del equipo de negociación
será ganar tiempo para permitir al grupo táctico prepararse para actuar, pero veremos que esto no
es del todo así.
Esto significa que el equipo negociador deberá trabajar desde el mismo instante en que
inicia su labor por todos los objetivos básicos que cubren su rol. No sólo debe limitarse a intentar
bajar las tensiones y liberar rehenes, sino que simultáneamente conjugará sus esfuerzos para
obtener información útil para sí y para los tácticos, y facilitar los despliegues del equipo de
irrupción o rescate lo más posible.
Un equipo de negociación bien entrenado, debe estar preparado para asumir que
algunas veces los conflictos toman otras escalas, el escenario se carga de enojo, frustración,
resentimiento, desconfianza, hostilidad y puede haber violencia que de algún modo escape a su
control, y en estos casos sin duda una sensación de incompetencia invadirá la atmósfera de
quienes tienen la responsabilidad de negociar.
Para comprender mejor esta idea doctrinaria, por espacio de un instante pretendamos
separa mentalmente ambos roles. Por un lado el equipo negociador que intentará la resolución
pacifica del incidente; por el otro el grupo táctico que significa el uso de la fuerza lisa y
llanamente sin ningún diálogo. Ambos roles aunque parezcan una dicotomía deben trabajar juntos
desde el primer minuto. Digamos que el proceso de negociación es una relación de
interdependencia, la consecución de las metas de uno depende del éxito que el otro haya
alcanzado. Las metas en una negociación no son exclusivas de una u otra parte. El equipo
negociador juega un papel fundamental en la resolución de cualquier crisis. El propósito principal
en la negociación con rehenes es liberar ilesos a los mismos y el arresto del captor, sin pérdidas de
vidas humanas, pero este concepto no excluye el uso de la fuerza en modo alguno, aunque esta es,
lógicamente, la última alternativa.
En aquellos episodios, donde nadie apuesta nada por la negociación, debemos saber
que mediante el procedo de negociación se puede ayudar tácticamente en distintas direcciones y
modos. Esto es importante entenderlo para determinar la forma cómo el negociador se comunicará
con los sospechosos y los beneficios tácticos que puede obtener para el equipo SWAT.
Repasemos los conceptos básicos y los principales objetivos del equipo negociador:
Negociación en Crisis:
Bajar la tensión.
Ablandar demandas.
Ganar tiempo.
Obtener información.
Liberar rehenes.
En estas situaciones que podemos presumir “No Negociables”, todos los esfuerzos del
equipo de resolución de crisis (tácticos, inteligencia, negociadores) deberán concentrarse al
máximo en cada uno de sus roles específicos y prepararse para hacer uso de la fuerza. Esto no
significa que la utilización de la violencia deba ser inminente, al contrario, debe ser un proceso
madurado, ensayado y calculado muy puntualmente. Los tácticos deberán concentrarse en
planificar su rol para actuar inmediatamente, lo que no implica en modo alguno que sea un
accionar apresurado. Los elementos de inteligencia recabarán información y si esto se ha
cumplido, redoblarán esfuerzos en corroborar y confirmar al mínimo detalle la disponible, puesto
que de la inteligencia depende en mucho los resultados tácticos. Los negociadores esforzarse aún
más en su puesto, para ayudar al equipo táctico a cumplir sus metas.
Esto último se logra mediante esfuerzos de distracción, hacer alguna concesión para
que los captores bajen la guardia, inventando historias, etc.
Estos roles de los negociadores en este punto de quiebre que acabamos de mencionar,
pueden resumirse así:
A.- Realizar esfuerzos por bajar las tensiones de todos los involucrados: Hablamos de los
siguientes protagonistas
- De los Captores.
- De los rehenes.
- De las autoridades.
Arrimar un poco de calma, ya sea dando esperanzas o minimizando el conflicto con los
captores es imprescindible, sea aportando detalles para que disminuyan sus defensas o bien para
que justamente piensen imposible o lejana una reacción de las autoridades.
B.- Ablandar las demandas: Esto no solo significa disminuir el valor, la cantidad o calidad de
aquello que el sospechoso requiere, sino también valorar en lo profundo de cada reclamación cuál
es el verdadero interés, la mayoría de las veces oculto tras una posición determinada y según esto
razonar y hacer razonar si el verdadero objetivo es negociable o no.
- Asistir al equipo táctico para una prospera y efectiva resolución por el uso de la
fuerza.
- El desarrollo de la crisis.
E.- Producir efectos para poner en libertad y a salvo los rehenes y detener al sospechoso o
adversario. La negociación es un proceso que requiere todo el esfuerzo y atención de un equipo
(no pensemos en una persona aislada que actúa como intermediario). Este equipo puede ser
exitoso sólo si considera seriamente sus metas antes mencionadas, las formas y significado de
alcanzarlas, además de sus alternativas, y lo que puede hacer si no se logra un acuerdo. Tengamos
en cuenta que cualquier intervención táctica lleva de suyo un 70% de riesgo de que alguien va a
salir lastimado.
Está claro que cuando los canales de comunicación se rompen, los captores lo utilizan
solamente para ofender, amenazar y culpar a las autoridades y otras personas, pero este esfuerzo
por intentar no-comunicarse, produce un desgaste que favorece al equipo táctico en gran medida.
Los captores se focalizarán en su próximo ataque verbal, en cómo enervar los nervios del
negociador y no en lo que pasa alrededor.
En estas situaciones es necesario para los negociadores mantener abiertas las líneas de
comunicación, emplear la técnica del vendedor con el pié en la puerta, porque un minuto de
silencio, significa que los captores volverán a subir la guardia atentos a los despliegues tácticos.
Sin dudas que existen muchas ventajas de mantener el diálogo fluido, aún cuando la situación y la
dinámica esté cargada de tensión.
Piense que ambas partes perciben hemisferios distintos de una misma realidad con
diferentes reacciones emocionales y sensaciones totalmente distintas, por tanto no intente bajo
ningún concepto reprochar la actitud de los sospechosos o forzarlos a cambiar de parecer cuando
la escalada de violencia está en pleno desarrollo, esto es lo que hace que muchos equipos de
negociación prefieran el silencio frente a sus propias emociones porque dejan de percibir o no
perciben cuál es el parecer de los sospechoso en esos momentos, y se sienten frustrados al no
lograr lo que ellos piensan que pueden hacer.
Delibere con los equipos tácticos e inteligencia qué información tiene y cuál necesita
para dirigir sus esfuerzos. Haga un intento por tratar de determinar cuál será la estrategia de los
captores o sospechosos.
Determine:
¿Cuál es su estrategia?
¿Es necesario?
¿Es aceptable?
Pregúntese: