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Prosa

Por: Jhoan A. Villalba C.

Podemos definir la prosa como la forma ordinaria del lenguaje, no sometida a las leyes de
la versificación. En el caso de la prosa literaria, debemos añadir la connotación de que en
el texto debe ir explícito, lo que en el lenguaje oral va implícito en la situación en la que se
desarrolla la comunicación.

Características:

 Es lineal
 Su ritmo está dado por los acentos y la puntuación
 El lenguaje usado en la prosa debe ser explícito
 Omite el lenguaje popular
 Aunque es la forma natural de expresar la oralidad, no es la forma cotidiana
 Varía o se modifica de acuerdo a la época y el contexto

Historia:

La prosa tiene sus orígenes en la antigua Grecia, cuando se inició la búsqueda de una
comunicación más directa y práctica a la hora de escribir textos que debieran ser fijados
por escrito y leídos de esa misma manera. En general, este tipo de textos estaban casi
siempre relacionados con el estudio y el conocimiento, ya sea científico o filosófico, es
decir, “la prosa se utilizaba cuando el objetivo de la obra no era generar placer estético
sino perpetuar el conocimiento adquirido en una determinada materia”.

Personajes como Platón y Aristóteles en la filosofía, Hipócrates con su texto de la ciencia


médica “Corpus Hippocraticum”, Demóstenes en la oratoria con sus “Filípicas”, Heródoto y
Tusídides en la historiografía, y Esopo en la fabula, fueron algunos de los autores griegos
que se valieron de la prosa para perpetuar el conocimiento.

Durante la edad media, la mayoría de los escritos se escribían en verso, limitando la


escritura en prosa solo a la literatura de estudio y a las obras jurídicas. Fue durante el
Renacimiento, que los escritores, motivados por la renovación general del conocimiento,
del arte, la ciencia, los descubrimientos y la investigación, entendieron que vivían en el
tiempo adecuado para reconducir las tendencias heredades y descubrir nuevas
posibilidades.

Con los humanistas y su afán por el saber y el estudio se desarrolló con creciente impulso
el género didáctico escrito en prosa, y muchas veces en forma de diálogos, a la manera de
algunos clásicos de la filosofía griega.
Esta prosa didáctica se ocupa también del ámbito religioso, de especial importancia por la
lucha desatada entre católicos y protestantes, y la necesidad de ambos de ganar
seguidores. Asimismo, los nuevos descubrimientos, tanto científicos como geográficos,
dan lugar a una amplia corrientes de obras didácticas que sirven para explicarlos a gran
público. La invención de la imprenta multiplica la cantidad de obras y las dota de un nuevo
alcance, antes desconocido.

En general, buena parte del “avance” renacentista tiene que ver con la liberación de
cargas y obligaciones propias de la literatura medieval. La literatura, por ejemplo, deja de
tener un propósito moralizante, y numerosos autores -tales como William Shakespeare,
Christopher Marlowe, Moliere, Ben Johnson y Miguel de Cervantes con el Quijote-
escriben para entretener y deleitar, no para enseñar o moralizar.

Obras en prosa

 Pequeños poemas en prosa, de Baudelaire


 Una temporada en el infierno, de Rimbaud
 Prosas profanas, de Rubén Darío
 Años y leguas, de Gabriel Miró

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