El orden en que a continuación se describen las competencias parte de los aspectos más personales
y próximos a los estudiantes y avanza paulatinamente conforme los contenidos a tratar en el
programa y a las esferas más amplias de la participación y la convivencia social que se afrontan
desde el salón de clase y sociedad del contexto.
El trabajo que maestros y alumnos realicen en la asignatura Formación Cívica y Ética requiere tomar
en cuenta una serie de principios y orientaciones que contribuyan al logro de los propósitos descritos
para este nivel, centrado en el desarrollo de la autonomía moral de los alumnos, y en la adquisición
de compromisos consigo mismos y con la sociedad en que viven.
La Formación Cívica y Ética, como una asignatura esencialmente formativa, centra su atención en la
educación integral de los adolescentes al fortalecer la dimensión moral y cívica de su persona para
que actúen libre y responsablemente mediante la apropiación y el ejercicio de valores que les
enriquecen como personas y como integrantes de la sociedad.
Con el fin de asegurar un equilibrio en el desarrollo de las competencias cívicas y éticas,
los contenidos articulan, de manera permanente, tres ejes formativos: formación para la
vida, formación ciudadana y formación ética.
Comprensión y
aprecio por la
democracia
En la figura se advierte que competencias hay que desarrollar y fortalecer de acuerdo a los ejes formativos.
Esta otra figura muestra las nociones, habilidades, destrezas y actitudes que hay que trabajar en cada eje
formativo.