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Son varios los países europeos que ya han despenalizado el

consumo de marihuana, con el objeto de separarla del


consumo de drogas duras y lograr así un mejor control de
estas últimas. Las opiniones son variadas y las controversias
aun no han terminado.
La legalización de la marihuana

Ya son varios los países en que se ha decretado a la marihuana


como una droga "blanda", y con ello se han reducido o
desaparecido las penalidades por su uso. ¿Es esta medida
aconsejable? ¿Existe con ello el peligro de un incremento en el uso
de otras drogas más peligrosas? o por el contrario ¿se rompe la
ligazón entre la marihuana y las otras drogas duras?

Los que apoyan la liberación de la marihuana, sostienen que ello


permite a la policía concentrarse en la lucha contra otras drogas
realmente peligrosas, considerando que la mayor parte de las
detenciones por el uso de drogas, corresponden a la marihuana, lo
que hace que la acción policial contra las drogas duras sea
sobrepasada.

Evaluaciones hechas en Inglaterra, señalan que un 40% de los


jóvenes entre 16 y 29 años, en algún momento de su vida han
consumido marihuana, pero que sólo el 22% lo han hecho durante
el último año. Obviamente esta disminución no se ha debido al
control policial, pero ¿Su legalización podría aumentarlo?

En países como Holanda, donde las autoridades toleran el uso de la


marihuana desde el año 1970, en realidad no se ha observado
incremento en su uso (New Scientist, Febrero 21, 1998, pág. 30).
En Australia, donde desde hace algún tiempo los que usan
marihuana, sólo reciben multas en lugar de cárcel, sí se ha
observado una pequeña elevación.

Según los expertos, el despenalizar el uso de la marihuana, tendría


el beneficio de que los jóvenes confiarían más en las informaciones
que dan las autoridades acerca del daño y peligro de las drogas, ya
que en la actualidad muchos piensan que estas exageran respecto
a las consecuencias de su uso, ya que en su experiencia la
marihuana produce pocos efectos. "Muchos jóvenes estarían menos
propensos a consumir otras sustancias si tuvieran una información
acuciosa de los riesgos potenciales de cada una", señala Roger
Howard, director de la fundación DrugScope.

Marihuana, puerta de otras drogas

¿Es cierto que el uso de la marihuana es la puerta de entrada para


el posterior uso de drogas más duras? Cuando se habla con los
padres de drogadictos, es frecuente que señalen que la adicción de
su hijo se inició con la marihuana. Un estudio recientemente
publicado, señala que el 99% de los jóvenes neozelandeses adictos
a las drogas, comenzaron con el consumo de la marihuana (New
Scientist, Noviembre 3, 2001, pág. 12). La relación no se puede
negar, pero también es posible que los drogadictos pertenezcan a
un tipo de personas propensas, o en riesgo de consumo de drogas
y que éstas las hubieran consumido con marihuana o sin ella.
Muchos piensan que el consumo de drogas duras es el resultado de
la personalidad de cada uno, de factores adversos del hogar y de la
influencia de las malas compañías de sus pares, más que del
consumo de marihuana en sí mismo.

Según David Ferguson, de la Christchurch School of Medicine, que


condujo el estudio de Nueva Zelandia, en el 70% del grupo que
había consumido marihuana, sólo un cuarto había consumido
posteriormente otras drogas. Es decir, dos tercios de los que
consumieron marihuana, no progresaron hacia el consumo de
drogas duras.

Con todo Ferguson afirma que no se puede negar la relación entre


el consumo de marihuana y el progreso a otras drogas. El problema
está en que muchos consumidores de marihuana están
regularmente en contacto con los suministradores de drogas duras,
que están induciendo a su consumo para acrecentar su negocio.

En este sentido es interesante la experiencia de Holanda, que trata


de separar el mercado de las drogas, del mercado de la marihuana.
Para esto han establecido "coffee shops", en los cuales está
permitido comercializar marihuana, y en los que no se permiten los
distribuidores ilegales. De acuerdo a un análisis publicado en
"Science" en 1997, sólo el 22% de los fumadores de marihuana en
Amsterdam, han probado la cocaína, comparado con el 33% en los
Estados Unidos.
Pareciera que el tratar de separar el mercado de las drogas duras,
del mercado de la marihuana, debilita el efecto de entrada de una
en otra. ¿Pero cómo lo podemos lograr? se pregunta Michael
Farrel, psiquiatra del National Addition Center en Londres.

Los coffee shops

Los coffee shops comenzaron en Amsterdam 1976, vendiendo


libremente marihuana. Estos establecimientos se han multiplicado y
en la actualidad existen más de 900. Según Roel Kerssemakers,
que trabaja en la Clínica Jellinke, dedicada al abuso de drogas, ello
no ha aumentado el número de fumadores. "El efecto de fruta
prohibida ha desaparecido, y ha disminuido la presión de los pares
para inducir el consumo".

Lo que es más importante, es que estos shops parecen haber sido


efectivos en separar los distribuidores de marihuana de los
distribuidores de drogas duras, gracias a las visitas regulares de la
policía a estos establecimientos.

"La mayor parte de los fumadores de marihuana, lo hacen en su


juventud y posteriormente abandonan el consumo de drogas. La
cocaína y el éxtasis tienen que ver más con los clubes nocturnos, a
diferencia de la marihuana", dice Kerssemakers.

Con todo, una restricción más reciente en Holanda, parece haber


tenido un efecto adverso. Es así como desde 1996, se prohibió
vender marihuana en los coffee shops a los menores de 18 años,
con lo que se ha separado al grupo más vulnerable que se ha ido a
las calles de Amsterdam y a lugares más apartados.

Aun cuando el propósito era retrasar la edad del comienzo de uso


de la marihuana y el consiguiente uso de drogas, el efecto ha sido
contraproducente, ya que los ha empujado a zonas menos
reguladas. Según en Instituto Trimbos, un centro del estudio de la
adicción en Utrecht, ahora los menores se abastecen por medio de
distribuidores criminales.

Parece que aún no hay una respuesta clara de si es o no ventajoso


descriminalizar el consumo de marihuana. Lo que si no hay duda
que debe mantenerse, es la prohibición de la producción de
marihuana, ya que de otro modo se iniciaría un factor de mercado
que presionaría el consumo, como ocurre con el tabaco.

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