La Heráldica es la ciencia que estudia las normas para la correcta
interpretación de los blasones o escudos de armas. Pero de todas formas nos planteamos cuatro preguntas: ¿Que es un apellido?, o ¿Que significado tiene?, ¿quien la forma? y ¿cual es su origen?. Por lo general la respuesta es simple; Para la primera pregunta: Nombre con que se distinguen las personas de una misma familia. El uso del Apellido comienza en la llamada cuna de la civilización: Roma, ya que con anterioridad a las distintas personas se les conocía simplemente por su nombre o en algunos casos por un alias o apodo, de tal manera que al pelirrojo se le conocía como "al rojo", al igual que al marcado por un defecto físico, por este: "El cojo, etc." o bien por su función dentro de la sociedad: "El carretero, el herrero, etc." e incluso en muchos casos su lugar de nacimiento si era distinto del de residencia: "El griego", etc. Sin embargo, llegamos a Roma donde empezó a arraigar la costumbre de añadir al nombre propio de la persona el de la tribu o familia a la que esta pertenecía, (praenomen y cognomen), por ejemplo al propio Tito (nombre propio) se le añade el de la familia (Livio) componiendo así su nombre y apellido: Tito Livio.
No obstante, esta costumbre romana quedó durante largo tiempo
restringida al ambito de la nación, puesto que en el resto de Europa se continuaba usando el nombre o el apodo hasta llegado el principio de la edad media en la que comenzó a extenderse el uso del apellido. Este uso tuvo distintos origenes. Comenzaron a usarlo los señores feudales que añadían a su nombre el correspondiente a la población que habían conquistado o que correspondía a su señorío.
Naturalmente esto no ocurría con las clases populares por lo que el
origen de su apellido se deriva de la población donde nacían, el oficio que desempeñaban y en no pocas ocasiones de los motes por los que eran conocidos e incluso por el nombre del padre o del abuelo con alguna modificación, por ejemplo: Hernández (hijo de Hernando) o González (hijo de Gonzalo).
Todo apellido tiene un significado muchas veces sencillo, aunque
otras no tanto porque nos falta la clave que nos permita explicarlos. De entre estos apellidos destacan los apellidos toponímicos. Esta clase de apellidos son de los más abundantes. Se puede afirmar casi con total seguridad que, una persona que lleva un apellido toponímico, tiene una relación con ese lugar que le sirve como apellido. En primer lugar, puede ser que una persona, que naciera, viviera de manera temporal, y/o trabajara, en ese lugar, y tuviera que emigrar a otro lugar relativamente cercano. Es entonces cuando el nombre de un lugar se convierte en apellido toponímico: la persona que emigra, bien sea en memoria del lugar del que viene, o para diferenciarle del resto de personas que tienen el mismo nombre y primer apellido (muy común en la Edad Media), toma por apellido el nombre de ese lugar En segundo lugar, el señor de un lugar, tenga el título que tenga (vizconde, barón, conde, marqués, o duque), toma por apellido el topónimo como demostración de propiedad sobre ese lugar En cualquiera de sus casos y sus variantes, todo apellido toponímico, al menos en su origen, lleva delante la preposición (por ejemplo, Pedro de Soria), que significa relación con ese topónimo. En la actualidad, muchos apellidos toponímicos han perdido esta preposición debido a un proceso que comenzó al final de la época moderna. Y también, añadir que el apellido se puede formar en la primera persona que emigra (aunque no necesariamente), y que se hace hereditario solo por voluntad de sus descendientes. Se pueden hacer diferentes divisiones dentro de estos apellidos toponímicos. Entre la importancia de los diferentes topónimos: topónimos mayores (nombres de pueblos, villas o ciudades) y topónimos menores (del relieve, arquitectura, etc). Entre el origen geográfico de los topónimos. Los apellidos patronímicos, quizás los que más, ya que son más antiguos. Estos apellidos nacieron al añadir al nombre del hijo, el nombre del padre, que irá variando según épocas como vamos a ver. En muchas civilizaciones hubo la práctica de añadir un prefijo o un sufijo al nombre del padre convertido en apellido. Este prefijo o sufijo, significa “hijo de”;, descendencia o filiación. Conocidos son los casos de los Ben- musulmanes, y los Mac- escoceses. Pero la forma mayoritaria de nuestros apellidos patronímicos derivan de la tradición romana. El apellido patronímico romano iba en el caso genitivo(desinencias -ius, -ii). Éste, durante la época medieval, sufrió variaciones debido al fraccionamiento del latín clásico provocando diferencias fonéticas entre las zonas, los que produjo a su vez cambios morfológicos en los apellidos: quitar, añadir, o cambiar una o más letras. La -i de la última sílaba, permutó en -a, u -o. Pero en muchos casos, se produjo una apertura del timbre, mudando a una -e-. Solo pervivió la -i- en la zona del noroeste. Monopolización de la -z en posición final, haciendo desaparecer al resto de consonantes finales, -c, -d, -s, y -t. Únicamente la -s ha sobrevivido en algunos apellidos del noroeste. Feminización de apellidos añadiendo la vocal para -a (típica del femenino latino). Supresión de una o más letras (síncopa), antes de seguir su proceso formativo de terminación en -z.
Su origen, un nombre propio generalizable a otras zonas de la
Península Ibérica, nos descubre que pudo generarse a la vez en varias regiones, sin tener por tanto un tronco común todas las personas con un mismo apellido patronímico. En la Edad Media, se produce en una línea descendiente, una alternancia de dos apellidos patronímicos, formando cadena entre ellos. Una solución para diferenciarse entre ellos será, o heredar el apellido del padre en vez de formar su apellido con el nombre de su padre (originando un apellido patronímico hereditario y rompiendo la cadena); o añadir un segundo apellido al primero, formando uno solo, pero con carácter patronímico y toponímico. Este apellido que se añade suele ser el nombre del lugar con el que guarda una relación (véase apellidos toponímicos).Pero hubo apellidos patronímicos que no se declinaron, y se fosilizaron en su forma de nominativo.
También hay un cierto número de apellidos que no son ni apellidos
patronímicos o ni toponímicos. Son apellidos que indican alguna característica especial del genero (cabeza de linaje): un oficio o profesión o cargo (civil, eclesiástico o militar), un apodo, un defecto, un vicio, una virtud, etc.; o bien tienen relación con el Reino Vegetal.
Una manera muy normal de clasificar a las personas es por su
profesión. En este caso tuvo que haber un cabeza de linaje en que se fijara ese apellido. Y es aquí donde generalmente tiene más sentido el que un apellido de un oficio pase de padres a hijos por varias generaciones, y que a esa familia se le conociera por su oficio, o que ellos mismos lo adoptaran como apellido familiar. Se pueden dividir en oficios y en cargos. Y los cargos, a su vez en civiles, eclesiásticos y militares. Entre los oficios, destacarían apellidos como Tejedor, Tundidor (azotador), y según algunas interpretaciones, el apellido Mozas. Entre los cargos: militares (Alférez), civiles (Alcalde); y estado civil (Hidalgo). De cargo eclesiástico: Monge. Canciller o Chanciller, sería un ejemplo de cargo civil o eclesiástico, porque ambas cancillerías tenían ese cargo.
Otro tipo de apellidos es el que responde a los apodos o motes con
que se puede conocer a una persona o familia, indicando alguna característica física o psicológica, un defecto, un vicio, o una virtud. Si esta característica la “heredaron” sus descendientes, entonces era fácil reconocer a esa familia. Y no era hereditaria, lo adoptaron como apellido en su memoria, aunque fuera un defecto. Como ejemplos pueden servir: Espadón, Malo, y Medrano (acobardado) como defectos; Bravo (y sus compuestos Bravo de Lagunas y Bravo de Sarabia), y Valiente, como virtudes; Matalobos, como vicio.
Por último, los apellidos relacionados con el Reino Vegetal, que
aunque en nuestra provincia sea más común el componente vegetal, no se manifiesta en la misma proporción en los apellidos, como veremos a continuación. Su formación es idéntica a la de los apellidos toponímicos, pero en vez de tomar como origen un topónimo, lo hacen de un árbol, arbusto, planta, o conjunto de un mismo tipo, sus flores y sus frutos, etc... Como por ejemplo la existencia de algunos de los elementos vegetales anteriormente citados, cerca de un lugar en donde una persona viva, trabaje, etc. De este tipo, tenemos los ejemplos de Granados, Romero, Villaumbrosía (sombreada).
Por lo tanto, todos los tipos de apellidos del presente artículo
pueden no tener un tronco común, sino que se pudieron haber originado en diferentes lugares de la geografía española, e incluso en diferentes lugares. Hay veces que, en la vida cotidiana, una persona se deja llevar por la “moda”. En cuestiones que nos atañen, esto se puede aplicar a algunos apellidos que gustan de llevar la preposición “de” que antecede a ciertos apellidos, porque así parecen “más nobles”.Quizás fue la propia pervivencia de la partícula “de” en algunos apellidos de personas nobles que se preocuparon en conservar sus apellidos tal cual se escribían, que hizo que posteriormente las personas asociaran que los apellidos con “de” eran de origen noble. Si una persona se dedica a investigar sus propios antepasados hispanos, descubrirá en algún momento alguno de sus apellidos con esta partícula tan peculiar. Esta preposición, con o sin el artículo determinante masculino “el” (contracción “del”) o el femenino “la” (formando “de la”), se utiliza(ba) en varias clases de apellidos (patronímicos y toponímicos), y en todos ellos tiene el significado de pertenencia, en todos sus sentidos más amplios. En los apellidos patronímicos tenía el significado de un hijo con respecto a su padre, que en algunos casos está sustituido por el sufijo “–ez”. Como ejemplos, valgan: (de) Andrés, (de) Antón, y (de) Hernando. En los apellidos toponímicos tenía el significado de relación con ese lugar o espacio físico al que hace referencia su apellido, sea por haber nacido en o cerca, vivido, trabajado, etc... el que tomó el apellido. Como ejemplo, valgan: (de) Ayuso, (de) Sauquillo, y (de) Soria. Con el devenir del tiempo, la preposición “de”, con o sin artículo determinante, fue desapareciendo (siglos XVIII y XIX), bien por olvido al escribirse, bien porque era más corto y fácil de pronunciar. Con su pérdida, todos los apellidos que lo llevaron, perdieron su significado primitivo
• HISTORIA DE LOS SEFARDITAS
Hace 2000 años que los judíos, presos, esclavos de los
Romanos, llegaron a Sefarad (España). Posiblemente, entraron por el cabo gallego de Finisterre, que en latín significa Fin de la tierra. En Galicia, se asentaron raíces de judíos sefarditas y de otros que se instalaron en otros países. Los judíos llevados a Babilonia, Mesopotamia, fueron traidos a España y le dieron el nombre de SEFARAD, del que se dice que significa Lejísimos. Aquí, todos, cristianos, seguidores de Cristo, o de la Ley de Moisés, reorganizaron bajo el mandato romano importantes trabajos y principales proyectos. Cuando vinieron los visigodos, ya empezaron muchos judíos a renegar de su fe judía y convertirse al catolicismo por interés de posición social o de otro tipo. Se dice que los sefarditas son de la tribu de Judah y Levíticos, ya que otros judíos como askenazis, centroeuropeos, se asentaron en Alemania, Polonia, Rumanía y otras partes de Europa. Hubo un momento que la mitad de la población judía en Europa era sefardí, aquí en Iberia, que viene de Ivri, y al parecer también viene de ahí el nombre del rio Ebro. Ivri significa Hebreo como nombre, apellido de familia. España tiene huellas judías por Extremadura, Cáceres, Coria, Trujillo, el bonito barrio judío del pueblo de Hervas, Toledo y partes de Cataluña. El esplendor judío alcanza su cima en el siglo XII, y empieza su decadencia en el XIV. Ya en 1391 las grandes conversiones por amenazas de los Gobiernos y de la Iglesia Católica son terroríficas, hay matanzas en Sevilla de judíos. En el año 1481, dice la historia, El Vaticano estableció la Santa Inquisición en España y por los proximos 11 años muchos miles de judíos Españoles fueron forzados al convertirse a la religion Catolica. Otros fueron torturados y quemados al momento por Los Quemadores después de la misa del Domingo en iglesias alrededor de Barcelona, Madrid, Sevilla, y Toledo. Por fin en el 1492, los Reyes Católicos Fernando e Isabel ordenaron la expulsión total y final de todos los judíos Españoles. Poco despues, en el 1497, el Rey Manuel de Portugal, ordenó su expulsion de su reino. De esta manera, los Judíos Sefarditas fueron forzados al exilio por los Imperios de España y Portugal. Una porción de el exilio fueron a los Balkanes, Gran Bretaña, el mediano oriente, y a Africa del Norte. El miedo de judíos no conflictivos conversos (ANUSIM, en hebreo) era tal que los padres decían a los hijos que cerrasen la boca sobre su sangre y religión para liberarse de morir en la hoguera o bajo otros tormentos. Esos judíos sefarditas nos dejaron una gran lista de apellidos, quizá mas de 10.000, normales. Muchos que fueron a México fueron allí también asesinados por la Inquisición y así en otros países. El pueblo judío, siempre errante, encontró moradas por la persecusion de la Inquisición en muchos países Europeos.
SIGNIFICADO DE LOS APELLIDOS
Hay decenas de miles de apellidos judíos utilizando la
combinación de colores, elementos de la naturaleza, oficios, ciudades y características físicas. Un pequeño ejercicio es preguntarnos: ¿Cuántos apellidos judíos podemos reconocer con la raíz de las siguientes palabras? Colores: Roit, Roth (rojo); Grun, Grien (verde); Wais, Weis (blanco); Schwartz, Swarty (negro); Gelb, Gel (amarillo). Panoramas: Berg (montaña); Tal, Thal (valle); Wasser (agua); Feld (campo); Stein (piedra); Stern (estrella). Metales: piedras preciosas y sustancias: Gold, Silver, Kupfer, Eisen, Diamant, Rubin, Perl, Glass, Wein (oro, plata, cobre, hierro, diamante, rubí, perla, vidrio, vino). Vegetación: Baum, Boim (árbol); Blat (hoja); Blum (flor); Rose (rosa); Holz (madera). Características físicas: Shein, Shen (lindo); Lang (alto); Gross, Grois (grande), Klein (pequeño). Oficios: Beker (panadero); Schneider (sastre); Schreiber (escribiente); Singer (cantor). Las palabras se utilizaron en forma simple, combinadas y con el agregado de sílaba como son; hijo, man: hombre, er: que designa lugar, y se agrega preferentemente después al final del nombre de la ciudad. En muchos países hicieron terminar los apellidos al uso del uso del idioma del país como el sufijo "ski" o "sky", "ska" para el caso de mujer, "as", "iak", "shvili", "wicz" o "vich". Entonces, con la misma raíz, tenemos por ejemplo: Gold, que deriva en Goldman, Goldanski, Goldanska, Goldas, Goldiak, Goldwicz. La terminación indica qué idioma se hablaba en el país donde se originó el apellido.
APELLIDOS ESPAÑOLES
Entre los apellidos de judíos españoles es fácil reconocer
oficios, designados en árabe o en hebreo, como Amzalag, joyero; Saban, jabonero; Nagar, carpintero; Haddad, herrero; Hakim, médico; profesiones relacionadas con la sinagoga como Hazan, cantor; Melamed, maestro; Dayan, juez; y títulos honorables como Navon, sabio; Moreno, maestro nuestro y Gabay, oficial. Es popular el apellido Peres, muchas veces escrito Pérez, con la terminación idiomática española. Pero no es apellido de origen español sino la palabra hebrea que designan los capítulos en que la Torah (los cinco libros de Moisés), se divide para su lectura semanal, a efectos de completar en todo el año la lectura de la Torah. Muchos apellidos españoles adquirieron pronunciación azkenazi en Polonia, como ejemplo Castelanksi, Luski (que viene de Huesca, en España). O tomaron como apellido Spanier (español), Fremder (extraño), o Auslander (extranjero). En Italia la inquisición se instauró después que en España, de ahí que hubo también judíos italianos que emigraron a Polonia. Aparece el apellido Italiener y Welsch o Bloch, porque Italia es llamada Wloche en alemán.
APELLIDOS DERIVADOS DE LA BIBLIA
Una buena cantidad de apellidos judíos deriva de nombres
bíblicos o de ciudades europeas del Asia Menor. Esto muchas veces les hace llevar consigo las huellas del lugar en que se originó. Tomemos como ejemplo de "raíz de apellido" el nombre de Abraham. Hijo de Abraham se dice distinto en cada idioma. Abramson, Abraams, Abramchik o Abramescu en alemán u holandés. Abramov o Abramoff en ruso. Abramovici, Abramescu en rumano. Abramski, Abramovski en lenguas eslavas. Abramino en español, Abramelo en italiano. Abramian en armenio, Abrami, Ben Abram en hebreo. Bar Abram en arameo y Abramzadek o Abram pur en persa. Abramshvili en georgiano, Barhum, Barhuni en árabe. Los judíos de países árabes también usaron el prefijo ibn. Los cristianos también han tomado sus apellidos con agregados que significan "hijo de". Los españoles usan el sufijo "ez", los suecos el sufijo "sen" y los escoceses ponen "Mac" al principio del apellido. Los apellidos judíos no tomaron la terminación sueca ni el prefijo escocés. Se puede constatar esas variaciones mirando en la guía telefónica cuantos apellidos hay derivados de Abraham, Isaac y Jacob. Hay también apellidos judíos que siguen el nombre de mujeres, pero es menos común. A veces esto sucedía porque las mujeres eran viudas o por alguna razón eran figuras dominantes en la familia. Goldin viene de Golda. Hanin de Hana. Perl o Perles de Rivka. Un dato curioso lo presenta el apellido Ginich. La hija del Gaón de Vilna se llamaba Gine y se casó con rabino venido de España. Sus hijos y nietos eran conocidos como los descendientes de Gine y tomaron el apellido Ginich. También hay apellidos derivados de iniciales hebreas, como Katz o Kac, que en polaco se pronuncia Katz. Son dos letras en hebreo, K y Z iniciales de las palabras Kohen Zedek, que significa "sacerdote justo".
APELLIDOS ADQUIRIDOS AL VIAJAR
En apellidos que derivan de ciudades el origen es claro.
Romano, Toledano, Misnki, Kracoviac. Otras veces el apellido muestra el camino que los judíos tomaron en la díaspora. Por ejemplo encontramos en Polonia apellidos como Pedro que es un nombre español. ¿Qué indica? Fueron judíos que escaparon de la inquisición española en el siglo XV. En su origen, posiblemente eran sefaradim, pero se mezclaron y adaptaron al medio azkenazi. Muchas abuelas polacas se llaman Sprintze. ¿De dónde viene ese nombre? ¿Qué significa? Piensen que en hebreo no se escriben las vocales, así que es un nombre que se escribe en letras hebreas SPRNZ, que en polaco se lee Sprintze, pero como lo leeríamos si le pusiéramos vocales, en español, sería Esperanza, que escrito en hebreo y leído en polaco resultó Sprintze.
CAMBIOS DE APELLIDOS
Hay tantas historias en los cambios de apellidos. Durante las
conversiones forzosas en España y Portugal muchos judíos se convirtieron adoptando nuevos apellidos, que las parroquias elegían para "cristianos nuevos" como Salvador o Santa Cruz. Otros tomaron el apellido de sus padrinos cristianos. Más tardes, al huir a Holanda, América o al Imperio Turco, volvieron a la religión judía, sin perder su nuevo apellido. Así aparecieron apellidos como Díaz, Errera, Rocas, Fernández, Silva, Mendes, López o Pereira. Otro cambio de apellidos lo causaron las guerras, la gente perdió o quiso perder sus documentos y se "consiguió" un pasaporte con apellido que no denunciara su origen, para cruzar a salvo una frontera o a escapar del servicio militar. A fines del siglo pasado el Zar de Rusia, reclamaba 25 años de servicio militar obligatorio. Cuántos inmigrantes huyeron de Rusia y Ucrania con pasaportes cambiados para evitar una vida dedicada al ejercicio del Zar. Otra cuestión es que somos hijos de inmigrantes y muchos apellidos se desfiguraron al cambiar de país y de idioma. A veces los empleados de Aduana, otras el mismo inmigrante que no sabía español lo escribían mal. Por eso muchos integrantes de la misma familia tienen apellidos similares en sonidos pero escritos con diferente grafía. Además en Polonia la mujer tenía un apellido diferente al varón, terminaba en "ska" en lugar de "ski" pues indicaba el género. APELLIDOS ESPAÑOLES PROCEDENTES DE PERSONAS JUDÍAS
Ala, Abadía, Abanillo, Abarim, Abed, Alcazar, Alcañiz, Alemán,