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U N AC H

F A C U L T A D DE IN G E NI E R I A

E S C U E L A DE A G R O IN DU S T R IA L

I N FO R MA T I C A

N o mb r e : G re g o r i o E r a s

PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LA DETECCIÓN DE PLAGUICIDAS MEDIANTE


BIOSENSORES

1. Descripción de la problemática
2. Regulación de la presencia de plaguicidas
3. Técnicas convencionales de control de plaguicidas en frutas y hortalizas
4. Sistemas rápidos disponibles en la actualidad
5. Técnicas futuras en el campo de los biosensores

1. DESCRIPCIÓN DE LA PROBLEMÁTICA

Según el Codex Alimentarius (Comisión creada en 1963 por la Food and Agricultural
Organization, FAO, y la Organización Mundial de la Salud, OMS o WHO, World Health
Organization, pertenecientes a la ONU), se entiende por plaguicida o pesticida, cualquier
sustancia destinada a prevenir, destruir, atraer, repeler o combatir cualquier plaga, incluidas
especies indeseadas de plantas o animales, durante la producción y/o almacenamiento,
transporte, distribución y elaboración de alimentos, productos agrícolas o alimentos para
animales, o que pueda administrarse a los animales para combatir ectoparásitos.

Por tanto, el objetivo principal de este tipo de sustancias es aumentar la productividad de los
cultivos. Sin embargo, cuentan con un claro inconveniente, y es que son sustancias tóxicas que
presentan una elevada persistencia, es decir, que aparecen en alimentos, aguas, suelos, etc.
pasado un cierto tiempo desde que fueron aplicados. Por tanto, es absolutamente necesario un
control exhaustivo de los niveles de presencia de tales sustancias en los productos de origen
agrícola.

Es importante señalar, que si los plaguicidas se aplican correctamente a los cultivos para los que
han sido elaborados, siguiendo las correspondientes medidas de seguridad, aplicando las dosis
adecuadas y respetando los correspondientes días de descanso, el riesgo de contaminación se
reduce considerablemente.

C ur s o S up e r io r e n
C o n t r o l B io l ó g i c o d e P la g a s
El empleo de organismos beneficiosos (polinizadores, depredadores y parasitoides) en los últimos años
ha demostrado su utilidad en la mejora de la calidad de los productos hortícolas, y en el control de
plagas en los cultivos protegidos. A lo largo de este curso se exponen de forma clara y amena todos
aquellos conceptos relacionados con el manejo de enemigos naturales para el control de agentes
causantes de daño...
M á s inf o r m a c ió n

w w w . i n f o a g r o. c o m
2. REGULACIÓN DE LA PRESENCIA DE PLAGUICIDAS

En 1966, la comisión del Codex Alimentarius de la FAO creó el Comité del Codex sobre Residuos de
Pesticidas (CCRP) con el objetivo de fijar los LMR (Límites Máximos de Residuos) en productos de origen
animal y vegetal. A nivel europeo, es el reglamento CE Nº 396/2005 del parlamento y consejo europeo del
23 de febrero de 2005 el que establecerá los niveles máximos de pesticidas en productos de origen
animal y vegetal, armonizando así para todos los países miembro de la Unión Europea las previsiones en
materia de LMRs en alimentos y piensos de origen vegetal y animal.

A nivel nacional, el marco vigente sobre residuos de plaguicidas se localiza en el R.D. 280/1994 que
traspone las tres directivas comunitarias que resultan de aplicación en la materia. Dicho decreto se va
revisando y actualizando continuamente. A modo de ejemplo, hasta mayo de 2008 se han continuado
produciendo modificaciones de esta norma (Orden PRE/1402/2008, de 20 de mayo).

Es importante señalar que después de un arduo trabajo de años de


unificación de criterios entre diferentes Estados miembros, la Comisión Europea ha publicado, en el último
semestre de 2009, los Anexos al Reglamento 396/2005, en virtud de los cuales se recogen los LMR de
aproximadamente 500 materias activas, lo que contribuye definitivamente a la armonización de los LMR
aplicados en diferentes Estados al ser la legislación de referencia para toda Unión Europea.

A la vista de la legislación vigente, así como de las directrices tanto europeas como estatales y
autonómicas existentes en lo que a materia de seguridad alimentaria se refiere, se hace necesario el
desarrollo de metodologías analíticas que permitan determinar residuos de pesticidas en un amplio
espectro de matrices, a nivel de sus LMR. Es más, las nuevas metodologías desarrolladas deben estar de
acuerdo con otras directrices europeas que señalan que dichas metodologías deben ser rápidas, fiables y
compatibles con el medio ambiente.

3. TÉCNICAS CONVENCIONALES DE CONTROL DE PLAGUICIDAS EN FRUTAS Y HORTALIZAS

Los métodos analíticos para la detección de residuos de pesticidas en alimentos se basan generalmente
en separación cromatográfica y son métodos caros y lentos. Los costes de una determinación pueden
superar los 100 € y el tiempo necesario es superior a un día.

Además, son métodos que requieren de una preparación de muestra compleja, de personal cualificado y
de una inversión inicial muy elevada.

La cromatografía de gases (GC) es la técnica más ampliamente empleada para el análisis multiresidual
de plaguicidas, siendo capaz de conseguir límites de detección muy bajos (µg/l - ng/l). Muchos métodos
oficiales de análisis están basados en esta técnica, empleando como detectores el de nitrógeno y fósforo
(NPD), de captura electrónica (ECD), de ionización de llama (FID) o de espectrometría de masas (MS).

Para el análisis de compuestos de alto peso molecular, altamente polares o térmicamente lábiles, se
emplea la cromatografía líquida de alta resolución (HPLC), que ha ido ganando terreno especialmente con
el acoplamiento a un espectrómetro de masas.

4. SISTEMAS RÁPIDOS DISPONIBLES EN LA ACTUALIDAD

Un inmunoensayo es un test bioquímico en el que se mide la concentración de una sustancia en un medio


biológico basándose en la reacción de un anticuerpo a un antígeno. La ventaja de los anticuerpos en su
elevada afinidad al antígeno en cuestión.

Los ensayos ELISA (Enzyme-Linked ImmunoSorbent Assay) son un tipo de inmunoensayo en el que se
realizan simultáneamente numerosas determinaciones en una placa de 96 celdas o pocillos.

Existen numerosos kits ELISA para detectar plaguicidas en frutas y hortalizas, y se trata de un
procedimiento muy adecuado para controlar la presencia de un residuo en muchas muestras. Sin
embargo, requiere de personal cualificado y de un laboratorio bien acondicionado para obtener una buena
reproducibilidad.
Otro sistema rápido disponible en la actualidad es el biosensor. Se
trata de un instrumento de medida, basado en un elemento biológico
capaz de interactuar con el analito problema, que genera una señal eléctrica proporcional a la
concentración de la sustancia problema. Existen numerosos biosensores aplicados a diferentes sectores,
pero en lo que se refiere a la detección de plaguicidas, apenas existe un dispositivo comercialmente
disponible a nivel europeo.

5. TÉCNICAS FUTURAS EN EL CAMPO DE LOS BIOSENSORES

Las posibilidades de los biosensores como método rápido de medida, económico, automatizado y sencillo
de utilizar, auguran una amplia utilización en el futuro, pero previamente es necesario avanzar en algunos
aspectos relevantes que se detallan a continuación:

- Homogeneizar las materias activas empleadas en los diferentes países miembros de la Unión
Europea, de modo que se emplee un menor número de plaguicidas pero a mayor escala.
- Desarrollar biosensores pequeños y portátiles que permitan su utilización tanto en campo o en una
planta agroindustrial.
- Desarrollar sistemas multianalito que sean capaces de detectar la presencia de más de un único
plaguicida.
- Reducir los costes por ensayo o determinación a unos pocos euros.
- Transferir los desarrollos tecnológicos a empresas de distribución de reactivos y equipos para dar
soporte al sector.
- Validar los nuevos instrumentos y técnicas para que sus resultados sean comparables a los que se
obtienen con las técnicas analíticas de referencia

Figura 1. Piezo Biosensor With Pump Crystal.

NOTA: Este trabajo se ha realizado a partir de la información obtenida en la


“Red de trabajo para aplicar biosensores en la detección de plaguicidas en
frutas y hortalizas”, proyecto BIODET (FOOD-CT-2006-43136) del 6º Programa
Marco que ha sido subvencionado por la Comisión Europea.
1. INTRODUCCIÓN

Las prácticas más comunes no siempre son las más


adecuadas. Profesionales que trabajan sobre control de
insectos plaga de la soja en INTA Oliveros, comprobaron
después de varios ensayos, que la técnica denominada
“chorro de piretroide” genera efectos contraproducentes
en el control de plagas insectiles y sobre sus
controladores naturales.

El uso temprano e innecesario de insecticidas piretroides


al inicio del cultivo de soja (“chorro de piretroide”)
acompañando a las aplicaciones del herbicida glifosato,
es una práctica muy generalizada de los productores
agrícolas en las áreas productoras sojeras. Generalmente
se utiliza el insecticida piretroide cipermetrina por su costo
relativamente bajo.

La creencia de que se logran efectos protectores con una


prolongada “residualidad” (persistencia) en el cultivo, ha
contribuido a adoptar esta práctica en forma casi masiva,
haciéndolo un hábito constante con el uso de glifosato en
los barbechos químicos previos al cultivo y durante los
primeros estados de desarrollo de la soja en
pulverizaciones del herbicida de post-emergencia.

Ya en la década de los 70, los entomólogos Barral y


Sago, del INTA de Sáenz Peña, (Chaco), pioneros en
control integrado de plagas, señalaron que la idea del
“cultivo limpio” estaba instalada en las mentes de los
productores de algodón. Esa misma idea está instalada
como práctica beneficiosa en los productores agrícolas
actuales. Sin embargo, pensar en cultivos “sanos, libres
de plagas”, es contraproducente, ya que además de
eliminarlas en el inicio del ataque (que parecería muy
bueno) también está el efecto en aquellos controladores
naturales, especialmente predadores, que son benéficos
para el cultivo.

Publ icida d

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M á s inf o r m a c ió n

Los especialistas del INTA en la EEA Oliveros, estuvieron investigando esta práctica desde los años 80,
arribando a la conclusión que después de la pulverización con el “chorro de piretroide”, se necesita un
mes para que se recupere la población de predadores en los cultivos tratados en forma temprana o
preventiva. Esto quiere decir, que se desprotege al cultivo durante ese tiempo, de manera que si se
produce un ataque de la misma u otra plaga en ese mismo período, la población suele ser muy alta y
requiere de un nuevo tratamiento con insecticida.

2. LOS ENSAYOS

A través de los primeros ensayos que realizaron los técnicos del INTA Oliveros en la década del 80 se
pudo verificar el efecto diferencial de insecticidas químicos y biológicos aplicados en etapas tempranas de
la soja, sobre la fauna benéfica y la reinfestación del “barrenador del brote”.

En cultivos de productores del sur de Santa Fe se evaluó el efecto de una aplicación temprana del
insecticida piretroide beta-ciflutrina para el control de la “oruga bolillera”. Se comprobó la reinfestación
del cultivo con oruga medidora en el término de 30 días, en forma diferencial entre el cultivo tratado y el
cultivo sin insecticida (Tabla 1).

Tabla 1. Evolución de la población de "oruga medidora" en un cultivo de


soja, de primera siembra con y sin insecticida químico. (*)
Fecha Estado del Sector 1 (1) Sector 2 (2)
cultivo N° de orugas % de Defoliación N° de orugas % de
Pequeñas Grandes Pequeñas Grandes Defoliación
25/01 Floración 11 12 12 5 57 17
29/01 Floración 5 12,5 20 2 35 30

(*) Fuente: Massaro, R.A. y Trangoni G. INTA, EEA Oliveros, 1990.

Durante el ciclo 2001/02 se realizó otro ensayo donde se evaluó el impacto de cipermetrina acompañando
al herbicida glifosato aplicado en el estado fenológico V4 del cultivo de soja. Se determinó el efecto de la
cipermetrina sobre la mortalidad de los controladores naturales predadores, aunque no se produjo
reinfestación inmediata posterior.

Otro ensayo sobre el tema se efectuó durante el ciclo 2004/05, donde se planificó un experimento a
campo con la siguiente hipótesis de trabajo: “la aplicación del insecticida piretroide cipermetrina en
estados tempranos de desarrollo del cultivo de soja afecta a las poblaciones de los controladores
naturales predadores y favorece la reinfestación de los insectos plaga”.

Las conclusiones que arrojó esa experiencia señalan que la aplicación de cipermetrina en un estado
temprano de desarrollo de la soja produjo una reducción de la población de los predadores totales durante
los 30 días posteriores al tratamiento, mientras que la preservación de los controladores naturales en el
cultivo sin cipermetrina no fue suficiente para regular la población de larvas de “anticarsia” y, por lo tanto,
poder evitar su control químico.

En el sur de Santa Fe se analizaron las poblaciones de “oruga medidora” en cultivos de productores. La


información utilizada fue la del seguimiento para control de insectos plaga en soja de similares
características (zona, época de siembra, cultivares, etc.), separándola por tratamientos tempranos o no
(“chorro de piretroide”). La conclusión de los autores fue que “los picos poblacionales de larvas pequeñas
de “oruga medidora”, en los lotes con control con insecticidas fue 5 veces superior al de los lotes sin
tratamiento previo, y el de larvas grande fue 4 veces superior al de los sin tratamiento previo” (Figura 1).

Es por eso que los especialista en Protección Vegetal recomiendan no utilizar esta técnica del “chorro de
piretroide” para el manejo de plagas insectiles, en las aplicaciones de post emergencia temprana de
herbicidas.

Figura 1. Dinámica de la población de larvas pequeñas y grandes de


Rachiplusia nu, con y sin control previo.
3. RECOMENDACIONES

Resultados similares se producen con otros


insecticidas utilizados en forma temprana,
particularmente con aquéllos de poca o baja
selectividad, necesarios para controlar
ataques tempranos de los insectos plaga. Es
aquí donde se debe evaluar muy bien la
necesidad del uso temprano y valorar la
selectividad para preservar a los
controladores naturales.

Por eso se aconseja proceder bajo las


siguientes pautas, para un mejor control de
los insectos plaga:
- Realizar el seguimiento periódico de las
poblaciones de plagas insectiles durante el
ciclo del cultivo. Durante los estados de
desarrollo críticos esta tarea deberá ser
intensificada. Para esto es necesario contar
con recursos humanos capacitados y
provistos de métodos de muestreo confiables
y adaptados para el sistema de producción actual.
- No anticipar tanto las pulverizaciones de insecticidas en relación a los UT. Esta técnica contiene el
anticipo a la pérdida de rendimiento.
- No utilizar “chorro de piretroide” en las aplicaciones de post-emergencia temprana de herbicidas.
- Seleccionar insecticidas eficaces y de alta selectividad para el control químico de las plagas,
especialmente para las aplicaciones más tempranas. Cuanto mayor sea la presión de una especie plaga
al principio del cultivo, más beneficio traerá un insecticida altamente selectivo.
- Mejorar el criterio en el uso de los insecticidas (momento y selectividad) permite y favorece la
manifestación de los controladores naturales.

Autores:
Ing. Agr. Rubén A. Massaro. (INTA EEA Oliveros).

C O NT A MI NA C I Ó N D E S U E L O S P O R M E T AL E S P E S A D O S
Resumen.
1. Importancia del estudio de la contaminación de suelos.
2. Fuentes de contaminación por metales pesados.
3. Dinámica de los contamintantes en el suelo.
4. Especiación de los contaminantes en el suelo.
5. Formas de retención y disponibilidad de los metales en el suelo.
6. Factores que afectan a la disponibilidad de los metales.
6.1. Propiedades del suelo.
6.1.1. pH.
6.1.2. Textura.
6.1.3. Condiciones de óxido-reducción.
6.1.4. Materia orgánica.
6.1.5. Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC).
6.1.6. Presencia de otros elementos.
6.2. Propiedades de los metáles.
7. Comportamiento de los metáles en los sistemas suelo-planta.
8. Umbrales de contaminación de edafología.
9. Efectos desfavorables de la contaminación.
9.1. Efectos directos sobre los suelos.
9.2. Efectos indirectos sobre los suelos.
10. Conclusiones.

RESUMEN.

De acuerdo con el Plan Director para la Protección del Suelo se considera como suelo contaminado
aquél que ha sufrido un cambio en sus características físicas, químicas o biológicas que por su
naturaleza, dimensión o duración en el tiempo resulte incompatible con sus propiedades funcionales de
uso o suponga una amenaza grave para la salud pública o el medio ambiente. Los metales pesados
constituyen uno de los grupos de contaminantes ambientales sujetos a una mayor investigación y
preocupación, fundamentalmente debido a su movilidad y a las bajas concentraciones a las que
comienzan a manifestar sus efectos tóxicos.

1. IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LA CONTAMINACIÓN DE SUELOS.

El suelo es un componente ambiental que por su origen, formación y evolución no puede ser aislado del
entorno que lo circunda, representando, en la mayoría de ecosistemas terrestres, el medio físico-químico
en el que se desarrolla la vida. Es frágil, de difícil y larga recuperación, y de extensión limitada. Por ello,
un uso inadecuado del mismo puede contribuir a la degradación de este recurso natural no renovable a
corto plazo.

De todo lo anterior se desprende que el concepto tradicional de degradación de suelos como pérdida o
reducción del potencial productivo resulta en la actualidad insuficiente, pues existen otras formas de
degradación que si bien no están orientadas hacia la producción, disminuyen la calidad medioambiental y,
por tanto, la sostenibilidad de los sistemas. Una alternativa consiste en considerar como degradación
cualquier cambio en las propiedades del suelo que ocasione una reducción en las funciones que el mismo
puede desempeñar. Se puede hablar de diferentes tipos de degradación (física, química y/o biológica),
según se produzca una alteración de dichas propiedades del suelo.

2. FUENTES DE CONTAMINACIÓN POR METALES PESADOS.

Se pueden distinguir diferentes fuentes de contaminación de los suelos por metales pesados dependiendo
de su origen. En ocasiones, la propia naturaleza del material originario y su alteración son los
responsables de la contaminación; en este caso, se denomina contaminación endógena. Otras veces
los aportes contaminantes son externos, frecuentemente como resultado de actividades antropogénicas,
denominándose contaminación exógena. La contaminación de origen natural es significativamente
menos importante que la de origen antropogénico.
Figura 1. Las principales fuentes de contaminación exógena proceden de
los aportes indirectos a través del aire, que con el tiempo se depositan
por vía saca o húmeda sobre el suelo, siendo la minería y la producción
de energía las actividades industriales que contribuyen en mayor medida
a este tipo de contaminación, junto con la incineración de plásticos, los
residuos orgánicos y los combustibles fósiles.

Otras causas que contribuyen a la contaminación del suelo por aporte directo, son el uso inadecuado de
fertilizantes minerales y productos fitosanitarios, el vertido de los residuos que se generan (estiércol,
purines, residuos sólidos urbanos, lodos de estaciones depuradoras de aguas residuales), y la utilización
de aguas de calidad inadecuada para uso agrícola. Los vertidos industriales o la implantación de
vertederos donde se acumulan distintos tipos de residuos, son además otras fuentes importantes de
contaminación por metales pesados.

3. DINÁMICA DE LOS CONTAMINANTES EN EL SUELO.

El suelo se ha convertido en un medio receptor de multitud de sustancias potencialmente contaminantes.


Su condición de interfase entre la biosfera (biomasa terrestre, biomasa marina y hombre), la litosfera
(corteza, suelo y sedimentos), la hidrosfera (agua dulce y agua de mar) y la atmósfera lo convierte en una
“estación de tránsito” de los contaminantes, en la que pueden permanecer retenidos grandes períodos de
tiempo (lo que aumenta la posibilidad de que puedan ser degradados y perder su naturaleza
contaminante) o ser tan móviles que se incorporen a los demás medios y, de ahí, a las redes tróficas con
los consecuentes problemas que ello acarrearía.
Figura 2. La dinámica de los contaminantes en el suelo y las interacciones
entre planta-animal-hombre-medioambiente son factores todos ellos a
tener en cuenta a la hora de evitar problemas de contaminación.

4. ESPECIACIÓN DE LOS CONTAMINANTES EN EL SUELO.

Los contaminantes se diluyen más o menos rápidamente en los ríos o en el aire. Sin embargo, en los
suelos tienden a acumularse. Por esta razón, el suelo actúa como un sumidero de la mayor parte de los
contaminantes, incluidos los metales pesados.

La toxicidad de un agente contaminante no sólo va a depender de sí mismo sino también de las


características del medio donde se encuentre de manera que la sensibilidad de los suelos a la agresión
que tiene lugar por parte de los agentes contaminantes va a ser muy distinta dependiendo de una serie de
características edáficas.

5. FORMAS DE RETENCIÓN Y DISPONIBILIDAD DE LOS METALES EN EL SUELO.

Los metales pesados pueden presentarse en el suelo bajo diferentes formas:

1. Solubles en la solución del suelo.


2. Como iones intercambiables de los coloides que integran el complejo de cambio.
3. Formando complejos con la materia orgánica.
4. Adsorbidos en los óxidos e hidróxidos de Fe, Mn y Al, sulfuros y fosfatos.
5. Como constituyentes de los minerales secundarios del suelo.

Los metales pesados son retenidos en los suelos de distintas formas, tal y como se indica en la Tabla 1. A
su vez, dichas formas de retención representan diferentes grados de disponibilidad relativa para las
plantas.

Tabla 1. Formas químicas de los metales en el suelo y su disponibilidad


relativa para las plantas.

Formas de retención en el suelo Disponibilidad relativa

Ión en la disolución del suelo Fácilmente disponible

Ión en complejo de intercambio orgánico o inorgánico Disponible

Metales complejados o quelatados por compuestos Menos disponible


orgánicos
Metal precipitado o coprecipitado Disponible sólo si ocurre un alteración
química

Incorporado en la matriz biológica Disponible después de la descomposición

Metal en la estructura mineral Disponible después de la alteración mineral

6. FACTORES QUE AFECTAN A LA DISPONIBILIDAD DE LOS METALES.

Para conocer el comportamiento de los metales pesados en los suelos deben considerarse los siguientes
factores:

6.1. Propiedades del suelo.

Tales como el pH, la textura, las condiciones de óxido-reducción, el contenido en materia orgánica, la
capacidad de intercambio catiónico y la presencia de otros elementos.

6.1.1. pH.

Es el principal factor de control de la disponibilidad de los metales para las plantas. La mayor parte de los
metales tienden a estar más disponibles a pH ácido, ya que al producirse un descenso del mismo se
mejora tanto la solubilidad de los metales como su absorción por las raíces de las plantas. En algunos
casos, suele ocurrir que un incremento del pH del suelo no provoca necesariamente una disminución en
la disponibilidad de los metales como ocurre con el As, Mo, Se y Cr. De manera que, el pH es un
parámetro importante para definir la movilidad del catión, debido a que en medios de pH moderadamente
alcalino se produce la precipitación como hidróxidos. Sin embargo, en medios muy alcalinos estos
hidróxidos pueden pasar de nuevo a la solución como hidroxicomplejos. Por otra parte, algunos metales
como Se, V, As y Cr pueden estar en la disolución del suelo en forma de aniones solubles.

Publicida d
6.1.2. Textura. C u r s o S up e r io r e n
C o nt r o l B io ló g ic o d e
Los suelos de textura fina proceden probablemente de minerales Plagas
secundarios que se alteran con facilidad y que son generalmente la El empleo de organismos
fuente principal de metales pesados. Los suelos de textura gruesa beneficiosos (polinizadores,
tienen minerales primarios como el cuarzo, con un bajo contenido en depredadores y parasitoides)
metales pesados. en los últimos años ha
demostrado su utilidad en la
6.1.3. Condiciones de óxido-reducción. mejora de la calidad de los
productos hortícolas, y en el
Muchos metales forman sulfuros relativamente insolubles en control de plagas en los
condiciones fuertemente reductoras. Éstos incluyen el Cd, Zn, Ni, Co, cultivos protegidos. A lo largo
Cu y Pb. Otros metales como Fe y Mn pueden volverse más solubles de este curso se exponen de
en estas condiciones. forma clara y amena todos
aquellos conceptos
6.1.4. Materia orgánica. relacionados con el manejo
de enemigos naturales para
La materia orgánica del suelo presenta una elevada afinidad por el control de agentes
ciertos metales (Co, Cu, Mo, Ni, Pb y Zn), reaccionando con ellos e causantes de daño...
influyendo en su disponibilidad. La disponibilidad de los metales está M á s in f o r m a c ió n
generalmente asociada con la formación de complejos de los metales
con las sustancias húmicas y con otros compuestos de elevado peso ww w . inf oagr o. c om
molecular. Los metales, una vez que forman estos complejos, pueden
migrar más fácilmente a las capas profundas o mantenerse en la
solución del suelo como complejos orgánicos solubles.

6.1.5. Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC).

La CIC es una función del contenido en arcilla y materia orgánica del suelo, controla también la
disponibilidad de los metales. En general, un incremento en la CIC produce un aumento en el tiempo en
que estos metales se encuentran disponibles para las plantas dado que aumenta la capacidad del suelo
de fijar metales.

6.1.6. Presencia de otros elementos.

Algunos metales influyen sobre la disponibilidad de otros (por ejemplo, Cd/Zn). La concentración de Zn
puede influir sobre la absorción de Cd por las plantas debido a que ambos elementos tienen una
estructura iónica similar.

6.2. Propiedades de los metales.

Tales como el potencial iónico de los mismos, la electronegatividad, las condiciones de hidratación y la
valencia de los metales en cuestión.

7. COMPORTAMIENTO DE LOS METALES EN EL SISTEMA SUELO-PLANTA.

El sistema suelo-planta se considera un sistema abierto, que se encuentra sujeto a aportes, tales como
contaminantes, fertilizantes y pesticidas, y también a pérdidas, mediante lixiviación, erosión o
volatilización. La incorporación de los metales pesados por las plantas se produce fundamentalmente
desde el suelo, a través de las raíces, y está influenciada por varios factores entre los que destacan el tipo
de suelo, la temperatura, pH, aireación, condiciones redox y fertilización, la especie vegetal, el momento
del desarrollo y el sistema radicular, entre otros. Aparte de la absorción que tiene lugar por medio de las
raíces, las plantas también pueden incorporar cantidades significativas de algunos elementos a través de
la absorción foliar. Una vez que los iones metálicos han sido absorbidos, pueden moverse por toda la
planta. Este movimiento depende del tipo de metal, del órgano de la planta y de su edad. En general, la
proporción en que los elementos son movilizados en el interior de las plantas disminuye conforme al
siguiente orden: Cd>B>Zn>Cu>Pb.

Los metales pesados incorporados al suelo pueden seguir cuatro diferentes vías:

1. Quedar retenidos en la solución del suelo o bien, fijados por adsorción, complejación y/o precipitación.
2. Ser absorbidos por las plantas e incorporarse a las cadenas tróficas.
3. Pasar a la atmósfera por volatilización.
4. Movilizarse a las aguas superficiales o subterráneas.

Cuando un contaminante se incorpora al suelo desencadenarse una serie de procesos físicos, químicos o
biológicos que condicionan los efectos que éste puede causar no sólo sobre el sistema suelo sino también
sobre el resto de compartimentos ambientales y, sobre la cadena trófica. Para valorar el impacto
ambiental de la contaminación en el sistema suelo-planta se deben conocer las características del
contaminante, del medio receptor y su entorno y, los modelos que rigen el comportamiento del
contaminante y su transferencia a las plantas. Una vez incorporado el contaminante, éste puede verse
influenciado por procesos tales como transformación, retención y transporte.
Figura 3. Dinámica de los metales pesados en el sistema suelo-planta.

8. UMBRALES DE CONTAMINACIÓN EN EDAFOLOGÍA.

Las aportaciones de residuos de origen industrial, urbano o agrícola pueden ser optimizadas teniendo en
cuenta que el suelo puede actuar como filtro y reactor mediante procesos físico-químicos y biológicos. Sin
embargo, al considerar el suelo como receptor de residuos hay que reconocer que su capacidad de
aceptación no es ilimitada. De forma que, las prácticas agrícolas habituales como la utilización agrícola de
compost y lodos de depuradora, han determinado que en diferentes países como Holanda y determinados
organismos oficiales, pusiesen a punto una legislación basada en valores de referencia máximos de
contenido en metales pesados que podrían alcanzarse en los suelos, de modo que por encima de estos
umbrales se puede considerar que existe contaminación.

Posteriormente a su puesta en funcionamiento, se puso de manifiesto que las normas basadas en


umbrales o límites, independientemente del tipo de suelo, no son generalmente eficaces. Esto se debe a
que la movilidad o biodisponibilidad de los elementos del suelo depende de sus características como, por
ejemplo, el pH o la materia orgánica, así como de las condiciones climáticas. Por tanto, actualmente se
admite la necesidad de tener en cuenta el tipo de suelo receptor o algunas de sus características para
establecer umbrales de referencia en relación con la contaminación por sustancias como los metales
pesados u otros compuestos de naturaleza inorgánica y orgánica.

Como consecuencia, más recientemente, se ha establecido la necesidad de conocer los valores de fondo
que son independientes de las prácticas agrícolas, por lo que se deben medir en suelos naturales.

9. EFECTOS DESFAVORABLES DE LA CONTAMINACIÓN.

La contaminación puede definirse como el aporte de un elemento o de un compuesto químico desde el


exterior del lugar, que provoca un aumento respecto a la concentración inicial, lo que produce efectos
desfavorables, tanto por su acción desactivadora, como si provocan un aumento excesivo de la actividad.

Los contaminantes provocan, por lo general, efectos negativos sobre el medio ambiente que pueden
actuar directa o indirectamente sobre el sistema suelo. A continuación, se describen algunos de los
efectos de la contaminación.

Publicida d
9.1. Efectos directos sobre los suelos.
A n u n c i o s c la s i f ic a d o s
- Inhibición de la actividad enzimática de los mismos debido a la y N e g o c io s B 2 B
destrucción del poder de autodepuración por procesos de F E R TI L I Z AN T E S Y
regeneración biológica normales, al haberse superado la capacidad F I TO S AN I T AR I O S
de aceptación del suelo. Se ve afectado el ciclo biogeoquímico y la Anuncios gratuitos y ofertas
función de biofiltro. de productos para abonado y
- Disminución cualitativa y cuantitativa del crecimiento normal de las el control fitopatológico.
poblaciones de microorganismos y la fauna del suelo o bien, V e r la s O f e r t a s
alteración de su diversidad, lo que aumenta la fragilidad del sistema.
- Disminución del rendimiento de las cosechas. ww w . inf oagr o. c om
- Cambios en la composición de los productos, con riesgo para la
salud de los consumidores, al entrar determinados elementos en la
cadena trófica.

9.2. Efectos indirectos sobre los suelos.

- Contaminación de las aguas superficiales y freáticas por procesos de transferencia. Se alcanzan


concentraciones superiores a las consideradas aceptables.
- Variación de la disponibilidad de elementos a largo plazo en los suelos, como consecuencia de cambios
en las propiedades físico-químicas de los mismos.
- Reducción de la fertilidad del suelo, al disminuir la flora y fauna del mismo.
- Modificación de la estructura del suelo debido a la pérdida de fertilidad del mismo.

10. CONCLUSIONES.

La contaminación provoca, por lo general, una perturbación del suelo la cual que se traduce en una
pérdida de calidad y aptitud para el uso o lo hace inutilizable, a no ser que se le someta a un tratamiento
previo.

El suelo puede contener una gran variedad de elementos químicos, por lo que puede resultar díficil
establecer a partir de qué momento, un elemento deja de ser beneficioso o no tóxico para el suelo, y pasa
a tener la cualificación de contaminante. Asimismo, también resulta difícil precisar cuándo deja de estar
contaminado un suelo que está siendo objeto de un proceso de recuperación.

En la naturaleza prácticamente no existen suelos que se encuentren totalmente “libres” de los aportes
antropogénicos dado que, incluso los suelos forestales alejados de la actividad industrial, reciben
elementos y compuestos transportados por la circulación atmosférica a largas distancias, aunque sea en
cantidades ínfimas.

Autor:
A. I. Roca Fernández.
Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo. INGACAL. Xunta de Galicia.

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