BUENA: kalos ( G2570) denota aquello que es intrínsecamente bueno, y, así, hermoso,
honroso; como: de aquello que está bien adaptado a sus circunstancias o fines.
BATALLA: agon ( G73) se traduce «carrera» en Heb_12:1, uno de los modos de concurso
atlético, siendo este el significado secundario de la palabra. Véanse BATALLA, CONFLICTO,
LUCHA.
1Ti 6:12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste
llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
Rom 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura,
conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Tenemos una medida de fe que debe crecer en base a nuestra vida diaria. Asi que es importante
que consideremos la vida diaria como un campo de competencia, batalla. A la que podemos
enfrentar con la capacidad de FE que Dios nos ha otorgado.
Hab 2:4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.
La confianza a la visión de Dios, hay que acomodarnos a su palabra y propósito. La fe viene
por el oir la palabra
Sean hacedores de la palabra
3. UN AVIVAMIENTO INTERNO
Rom 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Creo que uno de los mayores secretos de la espiritualidad de Pablo era que
siempre estaba listo para aceptar cualquier condición que le tocara vivir, sin
quejarse. El escribe: "He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación" (Filipenses 4:11).
Nuestra parte en cada prueba es confiar en que Dios nos dará todo el poder y recursos que
necesitamos para hallar contentamiento en medio de nuestro sufrimiento. Por favor,
entiéndame: Contentarnos en nuestras pruebas no significa que las disfrutemos. Simplemente
quiere decir que ya no tratamos de protegernos de éstas. Nos contentamos, quedándonos
quietos y soportando lo
que nos toque, porque sabemos que nuestro Señor está conformándonos a la imagen de su
Hijo. Heb. 12:1-2