LAS FRONTERAS
Introducción 3
Precisiones terminológicas 4
Resumen 13
Referencias bibliográficas 14
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Introducción
Creo necesario además, considerar aunque brevemente, el proceso del devenir de las
ciencias naturales y sociales, la s disciplinas y las especializaciones.
Menciono las dificultades que le acarrea a la ciencia, el hecho de tener que por un lado
definir y caracterizar lo que se propone como objeto de estudio, y por otro el tener que
determinar la metodología más apropiada para el estudio del mi smo, ya que ello condiciona en
gran medida no solo su desarrollo individual, sino también los posibles encuentros.
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Precisiones terminológicas
Tomo como primera referencia el Diccionario de la Real Academia Española (27), que
define a la ciencia, como "el conocimiento cierto de las cosas por sus principios y causas", así
como un "cuerpo de doctrina metódicamente formado y ordenado que constituye un ra mo
particular del saber humano", y a la disciplina como “una estructuración determinada, integrada
por un conjunto más o menos sistemático, y más o menos dinámico, de métodos y técnicas,
con cierto grado de operatividad como para ser aplicables, con uno u otro fin, a un aspecto
determinado de la realidad”.
Estas definiciones preliminares nos introducen en el proceso del devenir de la ciencia, las
disciplinas y las especializaciones, en el que nos detendremos brevemente.
La etimología del término ciencia, proviene del latín SCIENTIA: conocimiento, y a su vez del
verbo SCIRE: saber. Esto implica saber y conocer acerca de algo, de algo que se define como
objeto de conocimiento y saber, es decir como objeto de est udio de la ciencia, lo que a la vez
conduce a la producción del conocimiento científico.
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preocupación del hombre, primero por su interrelación con el medio, y posteriormente a la
preocupación por su mundo interno.
Los primeros griegos quisieron saber con la mayor precisión posible, de qué estaba hecho
el mundo, por ello transcurrió todo un período cosmológico en donde se intentó reducir el
universo a sus elementos, es decir reducir lo complejo a lo simple. Esto condujo
inevitablemente a posturas científicas peculiares, como el atomismo y el reduccioni smo, que si
bien fueron criticadas en su propio contexto histórico, aún hoy quedan resabios en el ámbito
científico-académico.
Mattei Dogan (9) plantea, "en la historia de las ciencias se observa un doble proceso: por
una parte, una fragmentación de las disciplinas formales, y por la otra, una recombinación de
las especialidades derivadas de la fragmentación. Conviene distinguir en tre la especialización
en el interior de una disciplina formal y la especialización en la intersección de especialidades
monodisciplinarias. La segunda especialización, la llamada hibridación, no puede producirse
sino después de que la primera haya llegado a la fase de maduración. El nuevo sector híbrido
puede acabar siendo completamente independiente, como en el caso de la psicología social o
seguir reconociendo una doble paternidad, como en el caso de la geografía política".
Nos enfrentamos así, con dos dificultades, por un lado con la gran dificultad de acompañar
la velocidad con que se multiplican los conocimientos generados por las ciencias, lo que hoy es
válido, mañana quizás pierda su validez. La ciencia, es un permanente y constante proceso de
construcción-deconstrucción. Por otro lado, con la dificultad de adecuar la metodología,
evitando caer en el atomismo o reduccionismo, porque toda ciencia al tener un objeto de
estudio, necesita de una metodología. Ahora bien, los objetos de estudio no son ent es
existentes por sí mismos, sino que son objetos postulados por nosotros como tales, definidos y
caracterizados como objetos de estudio desde la ciencia que nos posicionemos, y no objetos
meramente existentes materialmente.
Dice Alejandro Amy (2), "una ciencia tiene pues un doble trabajo, hacia adentro y hacia
afuera. Hacia adentro de sí misma en tanto tiene primero que empezar por elaborarse y
proponerse un objeto de estudio y definirlo, y segundo darse una metodología determinada
para el estudio de ese objeto que se ha elaborado, propuesto y definido como tal. El trabajo
hacia afuera es el de emitir leyes, propiedades, definir cosas, explicar cosas que entren dentro
de la órbita de ese objeto de estudio, es lo explicativo y comprobatorio".
Respecto del objeto de estudio, es muy interesante el planteamiento que realiza Devereux
(7), ya que permanentemente se incluye como objeto -sujeto de estudio de lo que denomina
ciencia del comportamiento. Considera muy especialmente la ansiedad que provoca esta
superposición entre objeto-sujeto, sus angustias, puntos ciegos, y qué es lo que cohibe su
entendimiento, o mejor dicho la necesidad de adentrarse en qué es lo que cohibe el
entendimiento sobre algo. Su punto de partida remite al Psicoanálisis, al Psicoanálisis
considerado como método de investigación con la transferencia como dato importante pero no
el básico, ya que para él, el análisis de la contratransferencia es científicamente más productivo
en datos acerca de la naturaleza del hombre, que el análisis de l a transferencia.
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Plantea Devereux (7), "el estudio científico del hombre es dificultado por la ansiedad que
suscita la superposición entre sujeto y observador, y se requiere de un análisis de la naturaleza
y el lugar donde se deslindan ambos. Esa ansied ad causa reacciones contratransferenciales,
deforma la percepción e interpretación de los datos, y produce resistencias
contratransferenciales que se disfrazan de metodología, pudiendo ocasionar nuevas
distorsiones, de ahí la necesidad de su análisis". Est a situación enfrenta inevitablemente al ser
humano a la dialéctica objeto-sujeto, objetividad-subjetividad, en tanto el objeto de estudio es
el propio sujeto.
A cada ciencia entonces, le corresponde como objeto estudio lo que ella precisamente se
propone como objeto de estudio científico, y procede a su vez de acuerdo a una metodología,
porque es un articulado de procedimientos técnico -metodológicos, el cual debe adecuar al
objeto de estudio, y no éste al método.
El método es una forma de hacer un re corrido, implica recorrer un camino, tener que
transitar un camino para llegar a algo, en este caso un conocimiento, conocimiento de algo que
se ha definido como objeto de estudio, que se traduce en una lectura particular y específica de
la realidad. Esta pretende simplificar a través de su comprensión el objeto de estudio, pero para
llegar a una simplificación congruente con los hechos, es necesario hacer frente a las mayores
complejidades. Un hecho podrá interpretarse debidamente sólo después de asignado al
universo del discurso al que realmente pertenece y fuera del cual no tiene significado ni
pertinencia científica.
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Un encuentro más allá de las fronteras
Creo que existe al menos una doble determinación de las fronteras. Por un lado, las que se
definen naturalmente por la esencia del objeto de estudio y la metodología empleada, en
definitiva impuesta por el propio desarrollo evolutivo de la disciplina, y denomino de carácter
esencial o natural. Por otro lado, aquellas fronteras que son creadas específicamente como
consecuencia del encuentro entre el sujeto y el objeto de estudio, a las que se puede
denominar como virtuales, en tanto tienen existencia aparente y no real.
Agreguemos que Freud (17), le atribuye tres cualidades a los procesos psíquicos,
concientes, preconcientes o inconcientes, y dice: "la separación entre las tres clases de
contenidos que llevan estas cualidades no es absoluta ni permanente". Nos encontramos
nuevamente con las fronteras, y el tránsito de contenidos a través de las mismas. Dicho tránsito
no se realiza sin condicionamientos, sino que por el contrario, es dificultado por la censura y
puesto de manifiesto claramente a través de la resistencia.
Quizás resulte demasiado ambicioso a la vez que exceda los lí mites de este trabajo,
aproximarnos a una conceptualización de interdisciplina, tomando como referencia muy
especialmente el desarrollo de una disciplina en particular como el psicoanálisis, pero queda
esbozado el intento ya que en definitiva, he tomado co mo punto de partida común a todas las
disciplinas, el concepto de estructura, concepto que para nada le es ajeno al psicoanálisis.
Ahora bien, desde el ámbito de la investigación científica en general, como desde la praxis,
es indudable que las fronteras son cada vez más permeables, pero como bien plantea Carmen
Médici (21), existen límites y zonas compactas y límites y zonas porosas en toda disciplina.
Creo que las zonas compactas permiten las especialidades intradisciplinarias -la diversificación
de especialidades de la medicina -, y las zonas porosas facilitan las especialidades
interdisciplinarias -Psicología Social-.
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El encuentro entre las disciplinas, nos remite a las diferentes formas en que puede
establecerse el mismo, y se denomina según el caso, como multisciplinariedad,
interdisciplinariedad y transdisciplinariedad.
Multidisciplina es una palabra compuesta, por multi que viene del latín y significa muchos, y
disciplina. Cuando hacemos referencia a multidisciplinariedad, implica convocar al menos
dos disciplinas, cada una de ellas con su cuerpo teórico y metodológico específico, para
abordar un objeto de estudio compartido. En esta modalidad de vínculo, las disciplinas que
participan no se modifican, ni se enriquecen al hacerlo, ya que no se producen cambios en sus
esquemas conceptuales, referenciales y operativos. No hay un verdadero intercambio
recíproco, sino que simplemente surge lo que habitualmente se denomina como enfoque
multidisciplinario, cuyas respuestas no expresan nuevas alternativas de acción para la
resolución de la problemática que las convoca, ya que cada disciplina ap orta individualmente
una respuesta.
Expresa Mattei Dogan (8), "el enfoque multisciplinario es engañoso porque propugna la
división de la realidad en diversos fragmentos". Se produce un desfile de disciplinas
conservando cada una de ellas su propio enfoqu e sin poder lograr una síntesis, arribando al
mismo objeto de estudio cada una desde sus propios cuerpos teóricos sin modificación alguna.
Desde esta óptica multidisciplinaria, podríamos pensar que cada disciplina continúa con su
proceso de especialización hacia el interior de la misma, tratando de acercarse cada vez más a
la esencia de su objeto de estudio, sin la necesidad de un encuentro diferente. Si bien ésta
situación es difícil de sostener, aún persiste en diversos ámbitos científicos.
Mattei Dogan (8), extrae de un trabajo de David Sills lo siguiente, "la palabra
interdisciplinariedad aparece por primera vez en 1937, y su inventor es el sociólogo Louis Wirtz.
Antes, la Academia Nacional de Ciencia de los Estados Unidos había empleado la expresión
cruce de disciplinas, y el Instituto de relaciones humanas de la Universidad de Yale había
propuesto el término demolición de las fronteras disciplinarias" .
Es muy interesante, aunque a la vez m otivo de gran preocupación el hecho de que a las
puertas del siglo XXI estemos ante una problemática planteada en los inicios del siglo XX. Pero
lo realmente llamativo, es que aún las disciplinas -unas más que otras- continúan sosteniendo
sus posturas desde el plano de las grandes discrepancias y grandes diferencias, con la
dificultad de transitar el camino si bien de grandes diferencias, al menos de pequeñas
discrepancias.
Cada disciplina tiene un objeto de estudio que ha definido como tal, y que además
comparte con otras disciplinas, máxime cuando se trata de las ciencias humanas. Esto hace a
la necesidad de un encuentro entre disciplinas, ya que cada disciplina en particular se desborda
debido a la compleja problemática que debe asumir, a la vez que n ecesita del encuentro para
su propio crecimiento, desarrollo y evolución.
Etimológicamente, interdisciplina viene del latín inter, que implica entre, en medio, entre
varios, y disciplina. Interdisciplina exige pues, un encuentro entre varios, necesariame nte con
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una apertura y postura problematizadora, crítica y autocrítica, por donde hacer pasar también la
problemática del poder no solo entre las disciplinas, sino también al interior de cada disciplina.
La interdisciplina aparece como producto de una nu eva actitud, donde cada disciplina debe
mirarse a sí misma con una perspectiva más abarcativa, que la trascienda, a la vez que debe
tratar de encontrar una distancia óptima entre las distintas disciplinas convocadas por el objeto
de estudio común, y una pr oximidad adecuada entre éste y aquéllas.
El encuentro entre disciplinas, con sus estructu ras y leyes propias de funcionalidad, es
disparador de ese proceso genético que las transforma, del que devienen nuevas estructuras
con un mayor nivel de complejidad e integración, y con nuevas leyes inmanentes.
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En relación a lo que denomino como encuen tro entre disciplinas y/o especialidades, resulta
esclarecedor tener presente lo que Mattei Dogan (8) expresa: "en realidad cuando se
emprenden investigaciones relativas a varias disciplinas, lo que se hace es combinar
segmentos de disciplinas y de especi alidades, no disciplinas completas. Por ello yo prefiero la
noción de hibridación, que denota la recombinación de fragmentos de ciencias. Las
innovaciones más originales y fecundas resultan de la recombinación de especialidades
situadas en el punto de conf luencia de varias disciplinas, que no son necesariamente
contiguas. El punto de contacto fecundo se establece entre especialidades y sectores, y no
paralelamente a las fronteras disciplinarias".
Integrar un equipo, e incluso cualquier grupo, moviliza aspectos internos, a los que debe
agregarse la transversalidad institucional a la que están expuestos todos los grupos. Esto
implica que es muy importante en la conformación del equipo, el imaginario acerca de lo grupal
que cada uno de los integrantes posee.
Hay posturas que sostienen que para que un equipo pueda llegar a la interdisciplinariedad,
es imprescindible afirmar su constitución como grupo. Implica transitar un proceso de
conformación grupal, hasta llegar a la construcción de un marco referencial compartido, que le
permitirá la concreción de los objetivos propuestos. Según este planteo, cuando el grupo logre
un nivel productivo que trascienda lo interno y pueda actuar con eficacia hacia afuera
apuntando a los objetivos que se planteó, podrá pensarse en producción interdisciplinaria.
La interdisciplina aparece entonces, como emergente de una nueva situación, que hace al
encuentro y re-encuentro entre las fronteras de las diferentes disciplinas convocadas. Su praxis
se realiza a través del equipo interdisciplinario, cuya producción es el trabajo interdisciplinario,
al que pensamos específicamente como un encuentro más allá de las fronteras.
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Este encuentro más allá de las fronteras produce un conta cto del que resulta un nuevo
tópico que se nutre de las disciplinas, generando efectos de retroalimentación en las mismas.
Emerge una visión diferente, una postura sui generis, donde el médico, el psicólogo y el
psicoanalista, aportan sus marcos teóricos, y sus experiencias debidamente sistematizadas,
permitiendo el surgimiento como consecuencia de la reciprocidad en el intercambio, de una
espacialidad-especialidad esencialmente interdisciplinaria. Este nuevo posicionamiento, creo se
corresponde con lo que en nuestro medio Carmen Médici (1996) ha denominado Psicoprofilaxis
Quirúrgica Psicoanalítica (P.Q.P.).
En esta nueva visión y perspectiva del fenómeno, se entraman la identidad no solo de cada
disciplina, sino de quienes la practican. Cada quien desde su identificación con el rol
profesional, se presta al encuentro con los otros sin perder su propia identidad -el médico
seguirá siendo médico, el psicólogo psicólogo, y el psicoanalista psicoanalista -.
La Psicoprofilaxis Quirúrgica Psicoanalítica, es pues, una especialidad esencialmente
interdisciplinaria en un doble aspecto. Por una parte en lo que se refiere a la formación en
dicha especialidad, y por otra parte en el ejercicio profesional de la misma, en tanto exige un
encuentro y tránsito permanent e entre y más allá de las fronteras de las disciplinas.
Ahora bien, no puedo dejar de precisar que todas estas conexiones que se producen entre
y más allá de las fronteras admiten otro tipo de vínculo o encuentro. Dicho posicionamiento
implicaría un lugar de mayor complejidad que los anteriores, que es más propiamente un lugar
ideal, que se denomina como transdiciplinariedad.
Respecto de ésta expresa David Amorín (1), "en este caso el salto cualitativo sería tal que
verdaderamente nos encontraríamos ante el pasaje a un nuevo registro, una realidad diferente
donde se trascendería las interacciones y reciprocidades, situándose esas conexiones en lo
interno de un sistema global con la especificidad de que se desdibujarían muchísimo -cuando
no desaparecerían- las fronteras entre disciplinas participantes. No sería meramente un
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movimiento del orden del desarrollo (como en el caso de lo interdisciplinario) s ino una
verdadera evolución fruto de una transformación sustancial de todos los niveles implicados".
Este autor, realiza una extrapolación desde el campo de la Psicología Evolutiva, hacia el
encuentro entre las disciplinas, ya que asimila la mult idisciplinariedad con el crecimiento, la
interdisciplinariedad con el desarrollo, y la transdiciplinariedad con la evolución.
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Resumen
Del encuentro más allá de las fronteras resulta un nuevo tópi co que se nutre de las
disciplinas generando efectos de retroalimentación en las mismas. Emerge una visión diferente,
una postura sui generis, donde el médico, el psicólogo y el psicoanalista, aportan sus marcos
teóricos, y sus experiencias debidamente sis tematizadas, permitiendo el surgimiento de una
espacialidad-especialidad esencialmente interdisciplinaria. Este nuevo posicionamiento, se
corresponde con lo que en nuestro medio Carmen Médici (1996) denomina Psicoprofilaxis
Quirúrgica Psicoanalítica (P.Q.P.).
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
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24) Piaget , Jean. (1979). Tratado de Lógica y Conocimiento Científico. Vol. VII.
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