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Qco.

WILLIAM GUSTAVO SAAVEDRA

MAESTRIA DE ADMINISTRACION

UNIVERSIDAD NACIONAL.

LA CORRUPCION.

RESUMEN

En el presente ensayo se hace un breve análisis de la corrupción en Colombia, sus causas y


consecuencias sobre la construcción de tejido social. Comenzaremos precisando el concepto de
corrupción, y abordaremos sus causas desde lo económico y desde lo social. Posteriormente,
contextualizaremos la problemática a través de datos relativos a la percepción de la corrupción y
su costo económico para la sociedad; y por último hacemos una reflexión sobre las estrategias
para combatir este flagelo.

INTRODUCCION

El fenómeno de la corrupción ha venido copando la atención de gobiernos y organizaciones no


gubernamentales en la medida en que ha adquirido una inercia que amenaza el dinamismo y el
crecimiento de una economía basada en la iniciativa y la competencia, y a la vez es foco de
sufrimiento humano. Es tal la magnitud del problema que ya no se limita al simple soborno de
funcionarios públicos sino que se ha extendido a la captura del estado y de políticas públicas, a la
extorsión y al fraude corporativo 1. El alcance de los actos de corrupción en las empresas públicas y
privadas es lo suficientemente preocupante que al revisar el índice de percepción de corrupción 2
de la organización Transparencia Internacional se encuentra que de 180 países solo 48 tienen una
calificación mayor a 5.0, y de éstos sólo cuatro son latinoamericanos
(http://www.transparency.org/policy_research/surveys_indices/cpi/2009/cpi_2009_table).

Desafortunadamente, la misma naturaleza de la corrupción ha hecho que las definiciones del


término limiten, por un lado, el fenómeno al sector público hasta el punto de establecer una
relación de causalidad con el tamaño del estado, la pobreza y la participación política,
-simplificando el efecto en la magnitud de la misma de los determinantes morales, políticos y
socio-culturales -; y por el otro, restringe su estudio desde una perspectiva económica de tal modo
que se suele reducir a un simple problema distributivo (Boehm, 2009), y las estrategias de lucha
contra este flagelo se enmarcan en las reformas de administración del Estado y reducción de su
papel en la vida económica de una sociedad (Hodgson, 2008).

La razón por la que es importante profundizar en el concepto es porque una definición estrecha e
inadecuada de corrupción puede sesgar las medidas y las recomendaciones de política.

1
Los casos más famosos, Enron y Worldcom en Estados Unidos, Parmalat en Europa o Yamaichi Securities y
AIWA en Japón muestran que las grandes corporaciones no están exentas de prácticas corruptas.
2
El índice de percepción de la corrupción (CPI por sus siglas en inglés) mide los niveles de percepción de la
corrupción en el sector público a través del análisis de encuestas administradas a personas de negocios o
expertos en el país locales o internacionales.
DEFINICION

Transparencia por Colombia la define como el “abuso de posiciones de poder o de confianza, para
beneficio particular en detrimento del interés colectivo, realizado a través de ofrecer o solicitar,
entregar o recibir, bienes en dinero o en especie, en servicios o beneficios, a cambio de acciones,
decisiones u omisiones”. Gamarra señala que esta definición implícitamente tiene en cuenta el
marco moral y normativo por cuanto acciones consideradas como legales en algunos países
podrían ser catalogadas como corruptas en otros (Gamarra, 2005), o actos percibidos como
corruptos no necesariamente conllevan una sanción penal aun cuando se infrinjan normas de
moral política(Guerrero, 2008)3.

El diccionario de la real academia de la lengua define corrupción como la acción y efecto de


corromper. Y corromper como alterar la forma de algo; o sobornar a alguien con dádivas o de
otras maneras. En principio, estas definiciones no limitan la corrupción al sector público, sin
embargo la opinión pública y los economistas la han asociado con este debido a la influencia del
pensamiento neo-liberal según el cual en el marco de la libertad ilimitada del sector privado, un
acuerdo voluntario es legítimo y moral si no le hace daño a nadie. En este sentido, Badel afirma
que “si bien la corrupción es perniciosa en la mayoría de los casos, se puede pensar en arreglos
institucionales en los que tendría efectos benéficos…, se puede considerar que en esos casos la
corrupción actúan como la grasa que lubrica el funcionamiento del aparato económico”(Badel,
1999).

En armonía con esta perspectiva, se establecen como determinantes de la corrupción falencias e


inconsistencias en el aparato estatal como consecuencia del sistema político (CGR, 2002. Badel,
1999), la proliferación normativa y la excesiva reglamentación de la actividad productiva. No
sorprende entonces que la solución planteada sea la reducción del tamaño del estado, aun cuando
la evidencia empírica no apoye esta tesis 4 (Hodgson, 2008).

En contraste, el institucionalismo considera que la propiedad, como los mercados requiere de un


aparato permanente y legal (p. ej. el Estado) que los reconozca, adjudique y proteja a través de
normas y mecanismos de cumplimiento. Esto significa que Estado, propiedad y mercados están
inevitablemente entrelazados, a menudo se prestan apoyo mutuo esencial, y que la existencia de
cada una de ellos se debe considerar en relación con la de los otros. Es decir que las esferas
pública (Estado) y privada (propiedad y mercados) son inseparables y por tanto la corrupción es un
fenómeno institucional que afecta lo público y lo privado (ibid.).

La otra parte de la definición de corrupción “el abuso de posiciones de poder o de confianza, para
beneficio particular” parte del supuesto de que la motivación para ser corrupto es el beneficio

3
La ley 966 de 2005 de garantías electorales prohíbe el aporte de dinero de personas jurídicas a las
campañas políticas. No obstante, la empresa MAC de propiedad de la familia de Luis Ernesto Mejía,
exministro de minas y energía en el primer período del presidente Alvaro Uribe Vélez, aporto dos millones
de pesos a la campaña del precandidato del partido conservador Andrés Felipe Arias. Aun cuando hay una
contravención de la ley, la sanción puede ser administrativa pero en ningún caso disciplinaria o legal.

4
La corrupción persistió e inclusive aumento dramáticamente en los regímenes de tipo soviético en China y
Europa Oriental a pesar de la liberalización del mercado y la privatización de empresas públicas. Los países
nórdicos, Holanda y Dinamarca poseen los mejores índices de percepción de la corrupción y tienen los
mayores niveles de gasto público como porcentaje del PIB.
recibido ya sea dinero, estatus, o placer. El inconveniente de esta definición es que no tiene en
cuenta aquellos actos de corrupción con fines morales. Un ejemplo podría ser la captura de dos
personas a las que se les sindica de tráfico de estupefacientes basada en la interceptación de
llamadas telefónicas en las que emplean términos que la policía considera propios de la jerga de
los narcotraficantes, cuando realmente hablaban del intercambio de bananas por dinero.

Aunque esta acción no buscaba un beneficio material, es corrupta porque viola unas reglas de
procedimiento y debilitan su carácter y justificación moral. A pesar de las “ nobles” motivaciones
que llevaron a la policía a capturar a estos dos individuos, sus actos caen dentro de la esfera de la
corrupción.

Desde la perspectiva social, es pertinente señalar que la naturaleza misma de la corrupción hace
que su significado sea diverso y dependa del contexto social, y específicamente de los criterios
establecidos para delimitar los comportamientos que se pueden tipificar como corruptos. Los
valores de una sociedad cambian con las circunstancian, por lo que calificar los actos de
corrupción con base en éstos implica aceptar que cada sociedad en particular ha definido
conductas que conforme a su moral constituyen actos de corrupción (Carlotano S.,2009).

Afortunadamente la globalización ha permitido definir un conjunto de comportamientos con base


en la coincidencia de valores, que se consideran corruptos en todo el mundo.

Desde lo jurídico, la corrupción como juicio de valor hace referencia al marco normativo en el cual
se produce el acto corrupto. Es así como, la Constitución Política de Colombia provee dicho marco
para juzgar un acto como corrupto. Por ejemplo, cuando en el artículo 125 se estipula que “los
empleos en los órganos y entidades del estado son de carrera” se acepta un modelo de burocracia
fundado en la legalidad de las actuaciones y en la imparcialidad de los funcionarios. Luego, todo
acto administrativo que se desvíe de estos preceptos para satisfacer otros intereses diferentes a la
promoción de la igualdad ante la ley, podría entenderse como corrupción 5.

La definición vinculada a un conjunto de reglas propias de un contrato social, destaca la presencia


de una persona con poder de decisión que acepta voluntariamente una serie de deberes propios
de su cargo. Estos deberes se diferencian de aquellos que son de obligatorio por parte de todos los
individuos de una sociedad independientemente de su rol en la misma. Dado que el individuo se
somete voluntariamente a las obligaciones propias de determinada posición dentro de la
sociedad, puede afirmarse que la corrupción implica siempre un acto de deslealtad hacia el
sistema normativo vigente6.

5
El artículo 2 de la CPC, establece que uno de los fines esenciales del Estado es servir a la comunidad, y
promover la prosperidad general.
6
En su discurso de posesión del 7 de agosto de 2007 el actual presidente Alvaro Uribe Vélez dijo; “He
prometido cumplir la Constitución y las leyes ante el Presidente del Congreso, ciudadano probo,
administrador eficiente y hombre de Estado. Este juramento reviste la circunstancia especial de que en la
tierra de ambos la palabra dada es escritura otorgada.” Claramente, puede tipificarse como acto de
corrupción la modificación de la Constitución Política de Colombia para permitir la reelección en la medida
en que fue un acto de deslealtad al sistema normativo vigente.
Una definición general de corrupción desde lo jurídico sería la violación activa o pasiva, de un
deber voluntariamente aceptado y propio de una posición dentro de la sociedad con el fin de
obtener un beneficio propio o a favor de terceros.

CAUSAS DE LA CORRUPCION.

Pueden identificarse dos posturas a partir de las cuales se explican las causas de la corrupción.
Para una de ellas, se acepta que por ser la moral la que ejerce el control sobre los actos del
individuo, la causa de la corrupción es la crisis de valores sociales. En ese sentido, la conducta
moral implica elegir entre dos valores antagónicos que para el caso de la corrupción son el
bienestar general y el beneficio particular. Cuando éstos son fuertemente cuestionados impiden la
construcción de un sistema de moral pública, lo que se traduce en la pérdida de puntos de
referencia para el individuo y en últimas en la ejecución de actos corruptos.

Para nadie es un la secreto la influencia política que las familia Facciolince, García, Felix Turbay y
el grupo Nule ejercen en la Costa Atlántica, y su tendencia a la corrupción. Este poder no lo
construyeron solos sino con el apoyo de otras familias, amigos y medios de comunicación que
entre sí llegaron a formar una red de apoyo mutuo que mantiene buenas relaciones con el poder
público de turno7. Precisamente fue la comisión de actos de corrupción por políticos y
funcionarios, y la consiguiente impunidad percibida por la opinión pública lo que cuestionó
fuertemente el valor social del beneficio general y permitió que esta comunidad construyera un
entramado social que le ha permitido incrustarse y soportarse en la estructura de toda la sociedad
de esta región, hasta llegar al punto de constituir un nuevo orden basado en la búsqueda de
beneficios personales y en la riqueza como fuente de prestigio y reconocimiento social. En últimas,
el éxito de los corruptos convirtieron en perdedores a las personas honestas a los ojos de la gente
llegando al punto en que la percepción que se tiene es la de una situación normal que difícilmente
se puede cambiar (Guerrero, 2009).

El discurso económico establece una relación de causalidad del nivel de corrupción con el grado de
monopolio sobre un servicio o actividad; la discrecionalidad de los funcionarios en la toma de
decisiones; el grado de transparencia de las actuaciones; el establecimiento de incentivos y
medios de obligatorio cumplimiento; el establecimiento legal de privilegios; y la falta de políticas
claras en función de las necesidades sociales (Rivero,1999).

En el mismo sentido, las conclusiones de la Contraloría General de la República (CGR, 2002)


señalan que la democracia imperfecta, como expresión de intereses egoístas de determinados
grupos , las fallas administrativas del estado como consecuencia de ese sistema político y de la
deficiencia técnica en el marco legal y de los equipos de trabajo, los conflictos de competencia
entre las ramas del poder público; la marginación de la sociedad civil en la discusión del Plan
Nacional de Desarrollo, la falta de planes estratégicos y operativos, que permitan orientar y medir
el desempeño de las entidades, favorecen la corrupción.

Al calificar el riesgo en una serie de sectores públicos de la ocurrencia de actos de corrupción


encontró que el sector defensa, justicia y seguridad es el que menos controles tiene y por tanto
7
TANZI (Tanzi, 1995) establece una relación entre contacto social y la existencia de corrupción en las
instituciones públicas, porque el concepto de independencia en el que se apoya el principio de imparcialidad
de la función pública no tiene asidero en la cultura de la población en donde hay frecuente contacto social.
En estos casos, las prácticas sociales obstaculizan la denuncia y el castigo de los actos corruptos.
mayor riesgo de corrupción. En su orden, a la fecha de publicación del libro le seguían el sector
agropecuario, el de gestión pública y el de infraestructura.

Advierte además, que la expedición de leyes no corresponde al interés general, sino que se
expiden para satisfacer intereses particulares, como en el caso de la consagración de reformas
tributarias o reforma laboral. En lo que concierne al Presupuesto General de la Nación, la relación
entre el ejecutivo y el legislativo convirtió lo que debería ser una discusión técnica y política en una
feria de partidas presupuestales y prebendas burocráticas.

Considera la CGR que la discrecionalidad de entidades de control ha generado un exceso de


reglamentaciones y complejidad de los trámites administrativos que no está basada sobre la
realidad empírica de la conducta de los agentes económicos y que ha incrementado los costos de
transacción y motivado la corrupción.

En lo que concierne a contratación y compras, los resultados de las auditorias de la CGR mostraron
que la imprecisión de los términos de referencia, el empleo de las figuras de gastos reservado,
licitación desierta, urgencia manifiesta, fiducias y contratos con cooperativas son los mecanismos
legales más empleados para obviar el Estatuto de Contratación Pública y ejecutar actos de
corrupción.

Otro elemento que favorece la existencia de prácticas indebidas es “la heterogeneidad,


deficiencia, imprecisión y complejidad de los sistemas de información” de la entidades adscritas al
sector público (ibid.).

Por último, existen graves falencias al interior del estado en los controles interno, político
administrativo, fiscal y disciplinario. Ya sea porque no funcionan adecuadamente, las entidades de
control no tienen la capacidad técnica, la debilidad normativa, o porque las deficiencias del
régimen político favorece los acuerdos personales entre representantes y senadores y las agencias
del estado.

PERCEPCION DE LA CORRUPCION EN COLOMBIA.

Ya en 1974 la revista Alternativa afirmaba que “serrucho, chancuco, mordida han pasado a ser
expresiones normales del lenguaje cotidiano... se multiplicaron las oportunidades de
enriquecimiento ilícito por parte de quienes monopolizan el aparato estatal. Todo el mundo
negocia y trafica desde las posiciones oficiales”.

A finales de la década de los noventa y comienzos de los 2000 el panorama no era muy alentador
en cuanto a percepción de la corrupción por parte de la sociedad colombiana. Un estudio de la
Anif, elaborado a finales de 1998, mostraba que el 80 por ciento de los colombianos consideraba
que la corrupción había aumentado en los últimos cinco años.

En 1999 una investigación elaborada por la Universidad Javeriana concluyó que tan sólo por el
delito de peculado por apropiación la Nación había perdido recursos por valor entre 3,5 y 4,5
billones de pesos.

Estos hechos hacen parte de una lista mucho más extensa que explica el bajo Indice de Percepción
de la Corrupción que presentó el país a finales de los años noventas (2.2 en 1998 y 2.9 en 1999).
En 2002, un estudio de la Vicepresidencia de la república (Vicepresidencia de la República, 2002)
concluyó que: Alrededor del 50 % de los contratos de compras estatales contienen algún elemento
de soborno y el promedio de los cobros podrían ascender hasta cerca del 19 % del monto de los
contratos y que alrededor del 11 % de las asignaciones públicas estarían siendo desviadas para
fines distintos a su destinación legal. El grueso de las instituciones públicas en Colombia presenta
un desempeño institucional mediocre en materia de transparencia, controles internos y
autonomía institucional. La captura del estado aparece como la forma de corrupción más
extendida y relevante en Colombia y plantea dificultades significativas en torno al marco de
gobernabilidad.

En 2003, primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez, el índice había mostrado una mejoría notable
hasta situarse en 3.7, a pesar de que en enero del mismo año el Gobierno Nacional presentó el
informe de la investigación de la comisión creada para determinar el monto y dimensión de los
desfalcos a la banca estatal; y cuyo resultado mostró que entre 1990 y 2000 algunos
administradores de las entidades financieras públicas “obraron contra el patrimonio público, con
base en una gestión que defendió y atendió intereses personales o políticos, aceptó el tráfico de
influencias y motivó el favoritismo en la asignación de préstamos sin el cumplimiento de los
requisitos mínimos exigidos por las normas legales” generando una pérdida de recursos por valor
de 7.2 billones de pesos (http://www.semana.com/noticias-nacion/corrupcion/13070.aspx). Para
la misma fecha de la presentación de éste informe, un estudio de la contraloría revelaba que los
corruptos entre 1999 y 2003 le robaron al país 13 billones de pesos.

En 2009, según Transparency International el índice de percepción de la corrupción para el país


fue de 3.7. Es decir que a pesar del “enorme” esfuerzo del Gobierno Nacional para luchar contra la
corrupción nos encontramos en una situación igual a la del año 2003. Lo que preocupa es que la
opinión pública, a pesar de la denuncia de los medios de comunicación de escándalos de
corrupción en las altas esferas del gobierno 8, parece no darle la importancia que requiere o
considera que son casos aislados que no corresponden a una política institucional.

Esto es evidente al analizar los resultados de las encuestas presentadas en el barómetro global de
la corrupción de 2003 y 2009. En 2003 los encuestados consideraban a los partidos políticos entre
las instituciones más corruptas otorgándole una calificación de 3.7 (siendo 1 nada corrupto y 5
totalmente corrupto). Esto coincide con la llegada de Álvaro Uribe Vélez a la presidencia de la
República, un candidato que aprovechó la fragmentación de los partidos y que a pesar de tener
filiación política con el Partido Liberal, se presentó como independiente en contra del sistema
partidista.

En 2009 la calificación de percepción de corrupción arrojó 4.0 para los partidos políticos y 3.9 para
el congreso. Al tener en cuenta que el 62 % de los encuestados respondieron que las medidas
adoptadas por el actual gobierno son efectivas contra la corrupción es evidente que la evidencia

8
Por mencionar sólo algunos: Los mal llamados “falsos positivos”, Agro Ingreso Seguro y “las chuzadas del
DAS”. Las investigaciones al: ex director del DAS, Jorge Noguera, por fraude electoral, paramilitarismo, y
permitir que borraran los antecedentes de paramilitares y narcotraficantes. Al ex Superintendente de
notariado y registro, Manuel Cuello Baute, compadre del presidente por utilizar su cargo para buscar
aportes para la campaña política de su hermano el presidente de la Cámara de Representantes, y por pedir
dinero a notarios para evitar sancionarlos. Al ex Superintendente de Superintendencia de vigilancia por
favorecer a una empresaria investigada por lavado de activos. Etc., etc., etc.
(http://www.semana.com/noticias-nacion/contra-corrupcion-politiqueria/98672.aspx)
empírica no se está teniendo en cuenta en los juicios de valor de la gestión pública de Álvaro Uribe
Vélez.

CONCLUSIONES

El fenómeno de la corrupción puede explicarse desde tres perspectivas: la económica, la moral y la


jurídica. Si la corrupción ha llegado a convertirse en una experiencia colectiva en ciertos sectores
de la sociedad es porque las condiciones éticas y morales, la estructura política y el sistema de
controles, recompensas y castigos ha fallado.

Debe restablecerse las confianza en las instituciones políticas y públicas a partir de una
gobernabilidad que favorezca la inclusión social y el desarrollo; adoptar reformas institucionales
para dotar la Nación de un marco normativo coherente y claro, de un sistema de justicia que
responda eficientemente a las denuncias de la opinión pública, de una gestión pública que
responda a las necesidades de desarrollo; pero más importarte, que permita la construcción de
tejido social de tal modo que pueda haber una completa apropiación de lo público.

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