TEÓRICO - PRÁCTICA
INMOVILIZACIONES
Una de las cosas más importantes, es el uso de dispositivos que serán de gran
utilidad a la hora de inmovilizar a un niño. Nuestra experiencia en el campo de la
pediatría nos permite asegurar que una efectiva inmovilización es la mayor garantía
de éxito en la realización de técnicas y procedimientos dolorosos para el niño.
Es muy importante reducir la movilidad de los niños lo mínimo, inmovilizando el
menor número de articulaciones posible. Para lo cual tendremos en cuenta que hay
que prevenir el deterioro otras capacidades funcionales del niño por la limitación del
movimiento (vestido, higiene...), y comprobar de forma frecuente la integridad de
la piel.
Aunque es difícil que un niño entienda que haremos inmovilizar para la realización
de una determinada técnica, hemos intentarlo, puesto que en muchas ocasiones el
niño nos sorprende y colabora. Hay que evitar engañar el niño puesto que esto no
alivia su dolor, sino que aumenta su desconfianza. También se los explicará a los
padres y se los ofrecerá la posibilidad de que estén presentes.
Inmovilizar el niño.
Antes de realizar cualquier extracción, se tienen que seguir unas normas básicas de asepsia.
Como norma universal, se recomienda tratar a todos los pacientes como posible fuente de
contagio, evitando discriminaciones según el diagnóstico:
1. Tubo de hemocultivo.
2. Gasometría.
3. Hematología.
4. Bioquímica.
PUNCIÓN VENOSA
Contraindicaciones:
Procedimiento:
Preparar el material, limpieza de manso e inmovilización adecuada.
PUNCIÓN ARTERIAL
Defectos de coagulación.
Procedimiento:
Preparar el material.
Lavado de manos.
Poner guantes.
PUNCIÓN CAPILAR
Objetivos:
Material necesario:
Catéteres venosos o mariposas adecuadas para el tamaño del vaso: desde el 26G al 19G.
Férula adecuada para el lugar de fijación: 3 cm. por encima y 3 cm por debajo del lugar de
punción.
Bomba de infusión.
Procedimiento:
Se procede a inspeccionar las zonas donde se realizará la técnica, es aconsejable buscar sin
prisas y elegir la vena más adecuada para la ejecución de la técnica. Para lo cual utilizamos
un vínculo adecuado. Se suele buscar en:
Cráneo.
Epicraneal: rasurado zona (hablar con los padres primero: diferentes creencias).
Elegimos el catéter adecuado y procedemos a introducir la aguja en un milímetro
aproximadamente donde tenemos localizada la vena.
Introducimos lentamente hasta que refluye sangre por el seguro y se llena un poco el
reservorio del seguro, canalizamos un par de mm. Introducimos el catéter y comprobamos
que sigue refluyendo sangre por la salida del catéter, retiramos seguro. Comprobamos la
permeabilidad del vaso venoso con una jeringuilla de 2 cc con suero fisiológico, poniendo la
lazada en la base el catéter.
Ponemos una férula adecuada para inmovilizar la zona, por encima y por debajo de la
articulación principal, poniendo una tira adhesiva que coja la extremidad y la fije a la férula.
Ponemos otra tira adhesiva por encima de la articulación y alcanzando a la férula.
Es importante que la vía quede firme, y segura para el neonato y para nosotros, así se prevé
accidentes no deseados, como por ejemplo la extracción accidental del catéter.
PRUEBAS METABÓLICAS
Los programas de detección precoz neonatal de errores congénitos del metabolismo son
programas dirigidos a la identificación y tratamiento precoz de las enfermedades endocrino-
metabólicas que provocan una afectación severa del individuo y que se asocian con retraso
mental, la intensidad del cual aumenta con el retraso en el diagnóstico y en la instauración
del tratamiento paliativo.
La Consejería de Salud y Consumo lleva a cabo desde 1979 el Programa de Detección
Neonatal de fenilcetonuria e hipotiroidismo congénitos. Desde 1999 se incluye la detección
neonatal de fibrosis quística. La cobertura del programa es alta en nuestra comunidad
autónoma, en 2001 fue del 99,8%.
Fibrosis quística: enfermedad hereditaria que hace que ciertas glándulas produzcan
secreciones anormales, el resultado es una serie de síntomas, entre los cuales lo más
importante afecta el trato digestivo y a los pulmones.
Consideraciones previas
El sobre con la información para los padres, la ficha y el cartón cromatográfico, se entrega a
los padres en el centro de nacimiento antes del alta, normalmente en el Servicio de paritorio.
Se tiene que realizar a partir de las 48 horas de vida, lo más pronto posible, y
preferiblemente antes del 7º día de vida. Como norma general, la extracción de sangre de
talón se tiene que realizar a partir de las 48 horas día de vida del bebé y antes del 10º día.
En los Servicios de Maternidad y de Pediatría del Hospital Can Misses se realiza el 2º día,
antes del alta hospitalaria de la madre. En casos excepcionales, se podrá hacer
posteriormente.
Cuando la muestra se tome después de los 40 días el estudio de fibrosis quística se realiza
fuera de protocolo mediante test de sudor y estudio molecular.
No se pueden utilizar los compuestos yodados durante el parto y los primeros días de vida,
puesto que pueden alterar los niveles de TSH provocando un hipotiroidismo transitorio en el
bebé.
Material:
Papel cromatográfico.
Revisar y completar todos los datos de la ficha que se tendrá que remitir con la muestra:
Limpiar el talón con una gasa estéril impregnada en isopropanol o en alcohol de 70º y dejar
secar antes de proceder a la punción (no utilizar alcohol yodado).
Realizar la punción en la zona lateral interna o externa de la zona plantar del talón, nunca en
la zona central.
Se deja formar espontáneamente la primera gota de sangre, que se retira con una gasa
estéril.
Dejar que se forme una gota grande de sangre, acercar el papel de cromatográfico, dejar
que la sangre se absorba y llene el círculo por completo, aplicando a un solo lado del papel.
Para aumentar el flujo se puede aplicar presión muy leve intermitente en el área que rodea
el lugar de la punción.
Impregnar todos los círculos del papel cromatográfico con las gotas de sangre, de forma que
la mancha sea igual al anverso y al dorso y evitando, si es posible, el contacto directo del
cartón con la piel.
Finalmente, elevar el pie del niño y presionar con un apósito hasta que deje de sangrar.
ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS
En Pediatría, las dosis de los fármacos no se pueden considera prefijadas cómo en los
adultos, sino que se calculan y se administran en función de la edad, la superficie corporal y
el peso del niño, si no, pueden provocar efectos tóxicos importantes.
Debido a la inmadurez de sus órganos y sistemas, el niño ofrece una respuesta a los
fármacos diferente a la del adulto, que implican una mayor rapidez de acción, un efecto más
intenso y una menor tolerancia a los analgésicos y sedantes.
Antes de administrar cualquier tipo de medicación se tiene que preguntar a los padres la
existencia de alergias a algún medicamento y / o alimento.
Se tiene que comprobar el nombre del paciente, la medicación, la dosis, la vía y la hora.
Siempre que la edad del niño lo permita, se le tiene que informar sobre los procedimientos
que se le harán.
En caso de vía oral, se ha de ofrecer a los padres la posibilidad que sean ellos los que
administren la medicación, especialmente en niños con patologías crónicas.
Se tiene que informar los padres y a los niños de los efectos secundarios que pueden
derivarse de la medicación.
Las pautas de dosificación basadas sólo en la edad del niño se tienen que evitar, puesto que
son muy imprecisas. Ajustar la dosis basándose en el peso es más adecuado.
El cálculo de la dosis basado en la superficie corporal es el que más se ajusta a la actividad
metabólica del organismo, por el que es la más útil en el niño.
El vasto externo (en los cuádriceps de la pierna) tiene que ser la única opción para niños
menores de dos años, puesto que el glúteo es muy pequeño y es posible afectar el nervio
ciático. La absorción es diferente, así el deltoides es el músculo donde se da una absorción
más rápida, seguido del vasto externo y finalmente el glúteo. La elección de uno u otro está
en función de la edad y de la absorción. Del músculo elegido dependerá la longitud de la
aguja y la inclinación (45 º en vasto externo y 90 º en glúteo y deltoides).
Utilizar conexiones, sistemas y vía de acceso de menor volumen para reducir el espacio
muerto.
Tener en cuenta la cantidad de fármaco que queda en el espacio muerto. Para evitarlo, se
propone que una vez finalizada la administración, se añada un volumen equivalente al
espacio muerto del equipo.
Vía intraósea: el interior vascular intramedular está formado por plexos venosos que no se
colapsan en caso de choque, por esta razón, esta vía se puede utilizar en caso de parada
cardiorespiratoria y otras situaciones de riesgo vital en el que haga falta con urgencia una
vía de acceso vascular. La vía de acceso al tejido óseo se hace a través de una punción en la
cara anteromedial de la tibia. La medicación puede administrarse en infusión continua o en
bolos.
Vía subcutánea: clásicamente esta vía se usa para la administración de insulina, heparina y
vacunas, aunque con la incorporación de las curas paliativas, el acceso subcutáneo se ha
ampliado en atención primaria. Las zonas de punción son idénticas a los adultos.
Vía tópica: es importante la posibilidad de utilizar cremas anestésicas tipos EMLA, o parches
cutáneos, por ejemplo de fentanilo en niños con patología oncológica.
Vía oral: es la mejor vía de elección para administrar fármacos a los niños, por la cantidad
de ventajas que presenta ante cualquier otra. La mayoría de los fármacos infantiles se
presentan de manera líquida, lo que hace más cómoda la administración para los padres y
los niños.
Vía rectal: se usa mucho en pediatría en niños con fiebres altas e intolerancia oral
(supositorios).
Vía inhalatoria: tiene gran utilidad en las patologías respiratorias para la administración de
broncodilatadores, corticoides y antibióticos inhalados, con la ventaja de ser una vía más
rápida que la oral y con menos efectos secundarios.