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Autor del Kebra Nagast (La Gloria de los Reyes)

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Sumergida en una impresionante tradición Bíblica, cuyas fuentes son tan

remotas que se pierden en la bruma de la antigüedad y desafían todo esfuerzo para
trazar sus orígenes, Etiopáa, la nación del incienso, la Tierra Divina, continua
encantando y fascinando a incontables generaciones con la poderosa imaginería de su
rica historia y cultura.

Lo exótico, lo misterioso y lo místico, junto con su milenaria herencia y una

vasta y gloriosa historia de sofisticación intelectual y cultural, han hecho de Etiopia un
frecuente sujeto de investigación y estudio, en Etiopia y por todo el mundo.

Esta actividad investigativa virtualmente a todos los aspectos de la vida, cultura

e historia de Etiopia, ha generado por todos los siglos un cuerpo bien sustancial de
literatura en muchos lenguajes, conteniendo relatos detallados de eventos, reportes de
importancia épica e histórica, literatura sagrada y religiosa, tesoros litúrgicos, iconos,
arte y otros numerosos aspectos de su vida diaria.

En su rica y muy seguido turbulenta historia abarcando más de dos mil años de
sus documentados anales, Etiopía ha legado al mundo un fascinante panorama de uno
de los más enigmáticos e impresionantes imperios conocidos por la humanidad. El
legado cultural de Etiopía es indudablemente uno que continuará siendo asiduamente
estudiado y revelado a un mundo que sigue buscando por significado y dirección en el
misterio de la vida.

Al llevar a cabo esta selección de seis leyendas de los orígenes Etíopes, he

buscado ofrecer una variada, aunque limitada vista panorámica, a las fuentes de su
asombrosa y majestuosa trayectoria por el flujo inacabable del drama histórico de la
humanidad.

Entre las muchas leyendas que conforman el voluminoso cuerpo de las

tradiciones etíopes, la Real Épica de la Reina de Seba, una de las más misteriosas
personalidades en el Antiguo Testamento, es probablemente la más conocida en el
Mundo Occidental.

Por consiguiente, comencé esta selección de las Grandes Leyendas de Etiopía,

con tres narraciones tradicionales basadas en las Crónicas Reales de Abisinia y de otras
fuentes intelectuales, que revelan muchos sorprendentes y fascinantes aspectos de la
encantadora y siempre intrigante personalidad de la Reina de Saba.

La segunda mitad de este sexteto de leyendas es menos familiar para los lectores
occidentales, e indudablemente prueba ser controversial e incluso inquietante para
muchos, así como he decidido, durante las etapas de investigación de la compilación, he
decidido no suprimir ni ocultar ninguno de los aspectos fácticos proporcionados en las
fuentes consultadas, ni diluir el impacto psico-emocional de sus contenidos.

La validez universal del legado cultural de Etiopía se hace manifiesto en la

perdurable fascinación y el perenne interés que incontables generaciones de
Etiopianistas, eruditos Bíblicos, historiadores y cronistas Africanistas, junto con el
investigador general de los vastos tesoros ocultos de su asombrosa herencia y
tradiciones, han mostrado a través de los siglos.

Es mi ferviente esperanza que este esfuerzo hacia una futura diseminación de las
tradiciones legendariamente majestuosas de Etiopia, estimulará investigaciones y
publicaciones adicionales sobre la vasta cuantía de su monumental historia literaria.
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Su fama ya había conseguido proporciones legendarias a través de la mayoría

del entonces mundo conocido. Narradores y copleros vocearon las glorias de su vasto
imperio, la devastadora fuerza de sus poderosos ejércitos, la riqueza y la deslumbrante
pompa y esplendor que marcaban la corte real de Makeda, la Reina de Saba, monarca
por derecho divino de los dos Reinos, Etiopía y Egipto.

En su incontenible impulso por aún más dominio, hubo conquistado y

subyugado pequeñas numerosas naciones, tribus y reinos, y las trajo firmemente al redil
de su creciente esfera de autoridad suprema.

Pero en el mundo en general, más allá en lejanas tierras, era la infinita belleza de
la virgen reina la que era celebrada y la que nunca dejo de inspirar innumerables cantos,
odas y poemas a la esplendida y enigmática gobernante. Pues continuamente levanto
los más profundos placeres y deleite emocional en todos los que tuvieron la buena
fortuna de admirarla.

Y ahora se encontraba reflexionando profundamente sobre el futuro de su gran

reino, especialmente en lo concerniente a la sucesión real, ya que no teniendo hijos ni
esposo, la continuidad de su dinastía estaba verdaderamente en duda.

Sin embargo, hallo algo de conforte en el hecho de que la estabilidad del

dominio real estaba asegurada de momento, ya que opulentas riquezas constantemente
eran vaciadas en los cofres de la tesorería, y sus rutas de comercio terrestre se extendían
desde el Occidente de la India, Persia y Arabia, hasta el Norte de África, Siria y
Palestina, recibiendo impuestos y tributos de las diversas caravanas que llevaban el rico
comercio de la antigüedad. Balkis, la Reina de Saba, era indudablemente la más
poderosa y rica mujer de sus días, gobernadora absoluta de su enorme dominio, que se
extendía desde Etiopía en África hasta la India en Asía.

Ella se encontraba sola en su alcoba privada en el momento en que la más

espeluznante cosa sucedió. A través de una ventana abierta voló una extraña ave, que
luego de haber volado sobre su cabeza, tiro una carta en su regazo.

Sorprendida con el raro evento, abrió la carta y leyó:

³Saludos de Salomón, Hijo de David y sirviente del Más Alto

Dios, para Balkis la Reina de Saba. Estas enterada que Dios me ha hecho
Señor y Rey sobre las bestias salvajes y las aves de los cielos, también
sobre los demonios, espíritus y fantasmas de la noche. Sabes además, que
Dios me ha hecho gran Señor sobre todos los reyes desde las tierras por
donde sale el sol, hasta las tierras en donde se pone« Por tanto, no te
levantes contra mí, más ven, y ríndete ante mí. Haz como te invito y
ningún daño, sino mucho honor será tuyo« Pero si desobedeces mi
 mandato y tratas de resistirte, enviaré contra ti mis ejércitos de fantasmas
y demonios que te asesinarán en tu cama por la noche; y mis ejércitos de
aves y bestias salvajes que arrancarán tu carne y morderán tus huesos«´

Grande era su asombro cuando ella entendió la importancia de los

contenidos convincentes en ese imperioso mensaje de otro monarca. Ella había
recibido muchos reportes describiendo la sabiduría, la riqueza y el poder de
Salomón, Rey de Judá e Israel. Esas entusiastas órdenes implantaron interés en
su mente y una intensa curiosidad sobre el gran rey Judío, según se decía ³el
hombre más sabio que ha vivido.´

Discreta y sigilosamente consultó a sus consejeros y a sus hombres

sabios, quienes prontamente le sugirieron que tratará de apaciguar a Salomón
con gestos de amistad y buena voluntad, hasta que pudieran hallar la verdad a
cerca de sus conocidos poderes y sabiduría. Balkis entonces decidió enviar al
Rey Salomón un embajador que le daría al rey en Jerusalén una amplia variedad
de obsequios de su reino. Esto incluía quinientos ladrillos de oro, mil alfombras
tejidas con hilo de oro y plata, quinientas niñas vestidas de niños y quinientos
niños vestidos de niñas, también un gran copa de cristal la cual se le pediría a
Salomón que llenará con agua que no provenía ³ni del cielo ni de la tierra.´

Balkis creyó que si el Rey Salomón realmente estaba lleno de sabiduría

divina, entonces no sería difícil para él distinguir los niños de las niñas, a pesar
de su atuendo; ni sería un problema para él llenar la copa con agua mística.

Sus consejeros y sus hombres sabios estuvieron de acuerdo en que si

Salomón podía lograr esto, verdaderamente era un poderoso mago y sería sabio
para el imperio de Balkis la Reina de Saba prontamente someterse a él. La Reina
sin embargo, se pregunto en su corazón si quizás ambos reinos podían ser
unidos, así formando un nuevo y más grande reino, mientras se aseguraba la
continuidad de la real sucesión.

En este momento el Rey Salomón se encontraba viajando por la región

de Arabia, moviéndose rápidamente de una ciudad a otra sobre su poderosa
carpeta mágica hecha de seda verde, que eran tan grande que él y todos sus
ejércitos así como también su gran trono, eran transportados a la orden del rey
por el aire con relampagueante velocidad sobre el viento. Y salomón descubrió
que las naciones desérticas no podían proveerle de suficiente agua para que él, su
harén y sus sirvientes pudieran tomar un baño, entonces ordenó a su fiel avefría
±la extraña ave que le había entregado la carta a la Reina- que buscará por todo
el país un pozo.

Así que, cumpliendo con la orden de Salomón, el avefría siguió volando

sobre el desierto pero no hallo ninguna fuente de agua. Entonces voló a la
encantadora tierra, el país del Edén, y allí el avefría vió la ciudad de la Reina con
todas sus riquezas y abundantes aguas, también a la hermosa Balkis, su amada
Reina, Al regresar con Salomón, el avefría le reporto al Rey todo lo que había
visto. Fue este entusiasta relato el que inspiro al poderoso rey a que enviará su
carta con el avefría a Balkis, ordenándole rendición a ella y su reino ante él.