Comité editorial
Felipe Criado Boado, IEGPS, CSIC-XuGa (director)
Manuel Santos Estévez, IEGPS, CSIC-XuGa (secretario)
Agustín Azkárate, Garai-Olaun, Euskal Herriko Unibertsitatea
Teresa Chapa Brunet, Universidad Complutense
Marco García Quintela, LPPP, Universidade de Santiago de Compostela
Antonio Gilman Guillén, California State University (EEUU)
Kristian Kristiansen, Göteborgs Universitet (Suecia)
María Isabel Martínez Navarrete, Instituto de Historia, CSIC
María Luisa Ruíz Gálvez, Universidad Complutense
Consello asesor
Xesús Amado Reino, D.Delegación Territorial da Consellería de Cultura e Deporte; XuGa
Luis Caballero Zoreda, Instituto de Historia, CSIC
Paloma González Marcén, Universitat Autònoma de Barcelona
Víctor Hurtado, Universidad de Sevilla
José Mª López Mazz, Universidad de La República (Uruguay)
Pedro Mateos, Instituto de Arqueología de Mérida
Björnar Olsen, Universitet i Tromsø (Noruega)
María Pilar Prieto Martínez, Instituto de Estudos Galegos Padre Sarmiento, CSIC-XuGa
Gonzalo Ruíz Zapatero, Universidad Complutense
João Senna Martínez, Universidade de Lisboa (Portugal)
Christopher Tilley, University College (Reino Unido)
Juan Vicent García, Centro de Estudios Históricos, CSIC
Enderezo de contacto
Secretaría de TAPA
Laboratorio de Arqueoloxía da Paisaxe
Instituto de Estudos Galegos Padre Sarmiento
CSIC-Xunta de Galicia
Rúa de San Roque, 2
15704 Santiago de Compostela
Galicia, España
Autores
Andrés Troncoso Meléndez > Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento (CSIC - XuGa)
Carlos Xavier de Azevedo Netto > Universidad Federal de Paraíba, Brasil.
César Velandía > Universidad de Tolima, Colombia.
Francisco Gallardo Ibáñez > Museo Chileno de Arte Precolombino, Chile.
Javier Solera Segura > Universidad de La Laguna, España.
Lasse Bengtson > Museo de Vitlycke, Suecia
Li Winter > Museo de Vitlycke, Suecia
Manuel Santos Estévez > Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento (CSIC - XuGa)
María Cruz Berrocal > Museo de Vitlycke, Suecia
Paola González Carvajal > Sociedad Chilena de Arqueología, Chile.
Richard Bradley > Universidad de Reading, Reino Unido
Roger Engelmark > Universidad de Umeå, Suecia
Thomas B. Larsson > Universidad de Umeå, Suecia
Responsable de edición
Xesús Amado Reino
Dirección da serie
Felipe Criado Boado
Financiación da edición
Consellería de Innovación, Industria e Comercio.
Programa de Promoción Xeral da Investigación 2003
Axuda Para Publicacións Periodicas.
Índice
PRESENTACIÓN 9
Felipe Criado, Manuel Santos y Andrés Troncoso
CÓDIGOS VISUALES EN LAS PINTURAS RUPESTRES DEL RÍO SALADO (DESIERTO DE ATACAMA, CHILE) 53
Paola González Carvajal
ROCK ART, LANDSCAPE AND INTERACTION: EXAMPLES FROM BRONZE AGE BOHULSÄN 123
Li Winter
Para Blanca
Resumen Abstract
Al igual que ocurre en otros ámbitos europeos, las interpreta- Just as happens in others European contexts, the interpretations
ciones que en Canarias se ofrecen en torno a las manifestaciones presented about the rock engravings in Canary Island may be
rupestres se pueden definir por su estancamiento y falta de define because their stagnation and their lacking in theoretical
renovación teórica. Tomando como ejemplo la forma en que han renovation. Taking as example the analysis of the engravings
sido estudiados los grabados podomorfos en Canarias, las carac- footprints of the Canary Islands, the way that they have been
terísticas empleadas en su clasificación, y las diferentes studied, the characteristics employees in their classification, and
propuestas manejadas para su comprensión, se busca explicitar the different explanatory proposals managed for their understan-
algunos de los problemas que actualmente presentan este tipo de ding, has been trying to make explicit some problems that appears
trabajos. in most of the studies.
1 Este artículo es fruto de la memoria elaborada para el Curso de Especialización en Gestión Arqueológica del Patrimonio Cultural que organizó el Laboratorio
de Arqueología y Formas Culturales de la Universidad de Santiago de Compostela, entre marzo y junio de 2001. Por ello y por mucho más, debo dar las
gracias a todos los miembros de dicho Laboratorio por las facilidades y el excelente trato del que fui objeto. Así mismo agradezco al profesor D. Dimas
Martín Socas las molestias tomadas en la lectura de los diferentes borradores. En cualquier caso, los errores e imprecisiones que pueda mostrar el texto se
deben exclusivamente a quien escribe.
2 Resulta un tanto curioso que en ninguno de los "manuales" que en los últimos años han analizado la arqueología canaria, se ofrezca de forma explícita una
descripción mínimamente detallada y global del tipo de sociedades que poblaron las Islas antes de la llegada de los europeos. Es cierto que hay
imágenes más o menos bucólicas del pasado isleño a lo largo de la historia de la arqueología canaria, sin embargo, en las obras generales más recientes
se echa en falta una caracterización más o menos general de estas sociedades.
3 Para una primera aproximación de la realidad arqueológica canaria pueden verse por ejemplo los estudios de Tejera Gaspar y González Antón 1987; Arco
Aguilar et al. 1992; Arco Aguilar y Navarro Mederos 1996; Navarro Mederos 1997 o bien los volúmenes correspondientes a la arqueología de cada una
de las Islas editados por el Centro de Cultura Popular Canaria en Santa Cruz de Tenerife entre 1992 y 1993.
>> Javier Soler Segura
ámbitos de la arqueología canaria, lo que repercute seria- principio de los años 70 del siglo XX, no sorprende si se 167
mente en el espacio bibliográfico prestado a este tema. Así atiende a un elemento fundamental que ha condicionado, 2005
4 Un ejemplo perfecto es el de las ya famosas pirámides-majanos de Güimar. Construcciones elaboradas por el campesinado tradicional canario en la época
de las desamortizaciones para limpiar y ampliar zonas de labor, han querido ser vistas por algunos como parte de un complejo piramidal sagrado, algo
que no tiene ninguna contrastación en el resultado de sondeos arqueológicos realizados allí (véase Jiménez Gómez y Navarro Mederos 1996). La cosa no
hubiera ido a mayores si no hubiera detrás una fuerte inversión económica que ha llevado a financiar la construcción de un museo in situ.
Interpretando lo rupestre, visiones y significados de los podomorfos en Canarias
168
2005
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 33
Figura 2: Grabados podomorfos africanos. Los de la izquierda, con identificación clara de dedos, procede del yacimiento de Leyud I (Pellicer et al.
1973-1974). Los de la derecha, asociado a un bóvido, reciben también el nombre de sandalias, y proceden del yacimiento de Sidi-Mulud
(Pellicer y Acosta, 1972).
Muestra clara de estas aproximaciones, lo ofrecen los lo cierto es que ambas realidades, la científica y la política,
estudios que han pretendido explicar las relaciones se autoperpetúan.
existentes entre las manifestaciones rupestres canarias y Las relaciones atlánticas han generado en Canarias
sus posibles correlatos con el exterior. Imbuidos de esa una abundante literatura, ya que durante buena parte de la
lógica que se centra en la búsqueda de paralelos cultu- historia de la investigación se han buscado paralelos
rales para explicar cualquier tipo de manifestación material formales entre los grabados canarios y los bretones, irlan-
en el pasado remoto insular, Canarias ha sido tradicional- deses y los del noroeste peninsular. Muestra de ello son
mente un terreno abonado para este tipo de especula- las propuestas de Antonio Beltrán, quien desde los años
ciones. Dejando de lado aquellas visiones románticas que 70 relaciona los grabados rupestres (en concreto los de la
tendrían en el "guanchismo" su imagen más perfecta, lo isla de La Palma y El Hierro) con otros de Valcamónica
cierto es que tradicionalmente los investigadores que han (Italia) o del cantón suizo de Carschena, destacando
estudiado el Archipiélago, han funcionado a partir de dos además las semejanzas que estos muestran con los
ejes de relaciones. Por una parte a partir de la idea de unas yacimientos de Irlanda, Escocia y Galicia (Beltrán 1971:
islas inmersas dentro del llamado "mundo atlántico", 285), y relacionándolos cronológicamente con el Neolítico
relacionadas por tanto con las grandes culturas del norte y la Edad del Bronce europea. La causa que justificaría la
europeo (los celtas, los arios, los indoeuropeos…); y por atención prestada a estos paralelos se debería, según
otro lado, la imagen de un archipiélago enlazado física y algunos autores (Martín Rodríguez y Pais Pais 1996: 326)
culturalmente con el vecino continente, y que por tanto al mejor conocimiento que se tenía de los conjuntos rupes-
tendría estrechos contactos con grandes civilizaciones tres en el continente europeo, y a las dificultades por
como la egipcia, la fenicia, la babilónica, etc. Por supuesto establecer diacronías de las manifestaciones rupestres
ambas visiones no son exclusividad del mundo "científico" africanas, tanto como a su adscripción cultural.
(sustancialmente heterogéneo y también muy dado a las Sin embargo, son los paralelos norteafricanos los que
elucubraciones), sino que también se ha producido cierta despiertan una mayor adhesión por parte de los investiga-
retroalimentación con muchas posturas acientíficas dores actuales, pues en general existe unanimidad ante la
(esoterismo, ocultismo…) y políticas (independentismo, hipótesis del origen africano del poblamiento, sean cuales
nacionalismo…), lo que ha permitido configurar una fueran los medios utilizados por esta población para
realidad que en ocasiones se presenta difícil de entender alcanzar las islas. Parece que los datos que confirman esta
y de comprender. Tan solo un apunte, no debe ser enten- hipótesis son abrumadoras frente a las fragmentarias y
dido como simple coincidencia, el énfasis otorgado a la forzadas pruebas que se pudieran utilizar para demostrar
pervivencia de determinados rasgos y caracteres raciales lo contrario, sin que esto suponga de ningún modo
prehistóricos, con el discurso político de determinadas sustraer a estas comunidades en sus ámbitos originales
agrupaciones proindependentistas canarias, que aunque de la acción de flujos culturales exógenos, tanto de origen
es cierto que no puede establecerse una relación directa, europeo como procedentes del Mediterráneo oriental
>> Javier Soler Segura
Hernández y Perera Betancor 1996: 62), siendo la primera chos ni a arbitrariedades guiadas por actitudes incons- 171
de ellas utilizada tanto para contornear la figura como para cientes. Muy al contrario, si bien parece que la caracteri- 2005
172 motivan la elección de uno u otro soporte pétreo; o bien la nivel de desarrollo alcanzado es aún muy reducido como
2005 insuficiente explicación de una relación entre lugar y para sacar conclusiones definitivas, aunque cabe destacar
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 33
presencia de grabados, convierten a la larga en inviables que de momento sólo son comentarios o referencias no
estas aproximaciones por su incapacidad para ofrecer muy extensas, puesto que no hay estudios específicos que
alternativas al estudio de los grabados rupestres en aborden esta temática en Canarias. A pesar de ello,
general y de los podomorfos en concreto. algunos de los comentarios más claros sobre visibilidad y
En contra de lo que podría suponerse y ante la imposi- visualización de los grabados se pueden encontrar en los
bilidad de ofrecer planteamientos o propuestas innova- estudios realizados por ejemplo para la isla de La Gomera
doras, los estudios que abordan esta temática insisten una (Navarro Mederos 1996), aunque también destacan los de
y otra vez en definir los grabados a partir de estas variables Fuerteventura (Tejera Gaspar y Perera Betancor 1996;
y criterios comentados. Así, la secuencia discursiva que se Perera Betancor et al. 1996) y los de La Palma (Martín
desarrolla en la mayoría de los trabajos que abordan esta Rodríguez y Pais Pais 1996). Entre las conclusiones a las
temática, pueden estructurarse grosso modo, y con mayor que se llegan, cabe destacar para la isla de La Gomera
o menor desarrollo, a partir de apartados que pasan (Navarro Mederos 1996: 256-257), que las estaciones de
revista a algún aspecto de la historia de la investigación; a grabados no ocupan necesariamente las formaciones
epígrafes que detallan el corpus de estaciones y grabados naturales que más destaquen en el paisaje o que se
aislados que existen (describiendo con más o menos divisen desde más partes, a diferencia de lo que sucede
detalles los nuevos hallazgos); al estudio de los soportes, en un gran número de estaciones de Tenerife, cuyas
la ubicación, las técnicas y los motivos representados; la unidades geomorfológicas de acogida tienen un mayor
distribución geográfica de las manifestaciones en el grado de visibilidad. En La Gomera este factor no parece
conjunto de la isla; la atención específica a alguno de los haber sido el más relevante a la hora de elegir el lugar. Sin
motivos (grabados alfabéticos, cazoletas…) o bien algún embargo, en algunos casos, estos yacimientos tienen
yacimiento que concentre un número significativo de unas relaciones altimétricas con el entorno que los hacen
grabados; para concluir normalmente con una propuesta perceptibles desde largas distancias. Esto, en el extraordi-
de seriación, sistematización y periodización del conjunto nariamente compartimentado territorio gomero, equivale a
de las manifestaciones rupestres de la isla estudiada radios máximos de cinco o seis kilómetros. Pero, salvo
(Cuenca Sanabria 1996; Hernández Pérez y Martín Socas estas excepciones, la mayoría están en accidentes
1980; Jiménez Gómez 1996; Jiménez González 1996; topográficos de segundo orden, visibles dentro de un
León Hernández y Perera Betancor 1996; Martín Rodríguez radio de 0'5 a 3 kms. Con respecto a la visualización,
y Pais Pais 1996; Navarro Mederos 1996; Perera Betancor sucede lo mismo: no suelen ser los puntos desde los
y León Hernández 1994; Tejera Gaspar y Perera Betancor cuales se posea el máximo dominio visual sobre el entorno
1996; o bien el apartado referido al arte rupestre de Arco lejano, pero sí son lugares con unas notables condiciones
Aguilar et al. 1992: 79-89). de visualidad sobre el entorno inmediato-mediato,
Es cierto que no pueden ponerse en duda todos los generalmente controlando un barranco o dos contiguos,
logros obtenidos hasta ahora. Descalificar la labor de los una gran lomada, un llano, etc. Claro está que, teniendo en
distintos investigadores que se han centrado en este cuenta el extremo abarrancamiento de La Gomera, estas
campo sería incongruente, una crítica fácil y en cierto ubicaciones implican, además, un control parcial de zonas
sentido inútil. No es la finalidad de esta reflexión. Sin más alejadas. Según el autor (Navarro Mederos 1996: 257)
embargo, se tiene la sensación de que los avances esta elección no parece que esté motivada por una
obtenidos en los últimos años en relación con las manifes- necesidad estratégica de controlar territorios extensos. Por
taciones rupestres no han sido muchos. Se podrá objetar el contrario, opina que desde un gran número de
sin duda, que si se compara con las etapas anteriores el yacimientos rupestres se ejerce el control directo de
avance es espectacular, pero lo cierto es que cuando se espacios económicos menores, concretamente unidades
parte de un solar yermo, cualquier construcción, por muy de pastizal o zonas de pastoreo. Dicho de otra manera, el
endeble que sea, siempre da sensación de presencia. emplazamientos de muchos de los grabados de La
Actualmente, el tema de las manifestaciones rupestres en Gomera, se concentrarían en los lugares donde aún hoy
las Islas precisa de un cambio de rumbo, de aproxima- suelen permanecer los pastores tradicionales vigilando el
ciones y planteamientos novedosos, que incentiven la ganado suelto.
investigación y proponga nuevos objetivos y nuevas En la isla de Fuerteventura también se han realizado
visiones. Algunas alternativas a esta situación de estanca- algunos esfuerzos novedosos. En concreto estos estudio
miento, más en la línea de innovar temática y metodológi- se han centrado fundamentalmente en la montaña de
camente, pueden verse en algunos trabajos que Tindaya (La Oliva), pues es el yacimiento más excepcional
comienzan a hacer referencia a aspectos de visibilidad y del Archipiélago en cuanto a manifestaciones de
visualización de los grabados. podomorfos, debido a su espectacularidad, al número de
Sin embargo, los resultados obtenidos no muestran motivos que concentra y por encontrase los grabados
generalizaciones muy significativas, debido tal vez a que el asociados a diversos elementos de la cultura material e
>> Javier Soler Segura
173
2005
inmaterial de los antiguos pobladores. Esta singularidad formada por dos hileras de piedras hincadas (Perera
explica que no resulte extraño el nivel de atención al que Betancor et al. 1996: 168), aunque se identifican con
ha sido objeto, aunque también debe mencionarse sin facilidad toda una serie de enclaves arqueológicos que
duda la polémica en la que se ha visto envuelta, primero están en estrecho contacto con la montaña como son
por los desastres que las extracciones mineras han cau- cuevas de habitación, cuevas funerarias y concheros
sado (pese a ser considerado BIC y monumento natural, la (Hernández Pérez y Martín Socas,1980: 14).
Administración canaria ha permitido su deterioro), y funda- Las singularidades de esta montaña la han convertido
mentalmente la popularidad que ha alcanzado tras el en lugar de gran interés para los investigadores (no sólo
proyecto del arquitecto Chillida5 (Carreño Fuentes 1979; arqueólogos sino también astrónomos), quienes coinciden
Hernández Pérez y Martín Soca 1980; Cortes Vázquez en ratificar su conexión con el aparato religioso y ritual de
1987; Perera Betancor y León Hernández 1994; Perera los antiguos habitantes de la isla, perviviendo hasta
Betancor et al. 1996). nuestros días numerosas historias y leyendas que
En las cotas altas de la montaña, cercanos a y sobre reconocen a la montaña como el foco de brujería más
su cumbre (Tindaya posee una cumbre alargada en el importante de Fuerteventura (Cabrera Pérez 1993: 100;
sentido NE-SO con dos elevaciones principales en los Hernández Pérez y Martín Socas 1980: 27). En esta línea,
extremos NE y SO respectivamente) se han localizado Tindaya se interpreta como posible nexo de unión entre
hasta la actualidad un total de 213 grabados podomorfos dos realidades (la celeste y la terrestre) funcionando a
que se encuentran distribuidos en 57 paneles, a los que modo de Axis Mundi, como columna sustentadora del
hay que sumar 7 paneles más con 29 huellas de pies que Cielo y Tierra, la Luna y el Sol, una estructura ideológica
se encontraban en bloques sueltos de traquita y que en la concebida como una especie de Cielo-Dios que funcio-
actualidad han desaparecido (Perera Betancor et al. 1996: naría no sólo en esta isla, sino en la cosmogonía insular de
166). Aunque en superficie se constata la presencia de cada una de las sociedades del Archipiélago (Perera
elementos arqueológicos (fragmentos de material Betancor et al. 1996: 174; Tejera Gaspar y González Antón
cerámico, óseo, malacológico así como de material lítico), 1987: 152). Así para algunos autores, parece razonable
sin embargo es en diferentes zonas de la base de Tindaya suponer que Tindaya ejerció este papel de montaña
donde se localizan un mayor número de material arqueo- sagrada, templo, quizás eje del mundo de los antiguos
lógico en superficie junto a estructuras arquitectónicas, majoreros, siendo incluso posible que la propia montaña
caracterizados éstos por tener planta de tendencia circular estuviera divinizada. De esta manera adquiere sentido la
5 Quien plantea un espectacular proyecto arquitectónico que juega con el vacío y los rayos del Sol y la Luna, y cuyo requisito fundamental pasa por vaciar
casi en su totalidad la montaña. Todo ello se autofinanciaría con la comercialización de la propia piedra extraída, de extraordinaria calidad.
Interpretando lo rupestre, visiones y significados de los podomorfos en Canarias
174 gran concentración de podomorfos (la más impresionante sus vías de acceso, aunque con el tiempo también se irá
2005 de las Islas) y la existencia de numerosos espacios concibiendo la posibilidad de un doble culto, al agua y al
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 33
sagrados desde donde se divisa Tindaya. sol. A. Beltrán defenderá por los mismo años argumentos
Los estudios arqueoastronómicos realizados en la parecidos, relacionando los motivos circulares con repre-
montaña, parecen evidenciar que existe una orientación no sentaciones solares y los meandriformes con ritos para
aleatoria en el 80% de los casos analizados, pues parece atraer la lluvia, en base a la distinta situación topográfica
claro que la mayoría de los podomorfos poseen acimutes que advertía en su localización (Martín Rodríguez y Pais
distribuidos entre 225 y 270 grados, intervalo que Pais 1996: 330).
comprende por un lado, las siluetas del Teide (Tenerife) y el El conjunto de estas interpretaciones se irán encajando
pico de Las Nieves (Gran Canaria) así como diversos de forma más o menos sutil, con las distintas explica-
eventos astronómicos significativos como es el ocaso ciones que sobre el poblamiento de las Islas o las distintas
solar en el solsticio de invierno, los lunasticios mayor y dinámicas insulares se vayan explicitando. La autoría de
menor, los ocasos de la luna llena siguiente al solsticio de los grabados también quedará inserta en la tradicional
verano, los de la luna nueva siguiente al solsticio de in- hipótesis raciológica, por la que primero los cromañoides
vierno, y más en general, los ocasos solares de los meses y luego los mediterranoides irían llegando en sucesivas
otoñales e invernales comprendidos entre ambos equino- oleadas a las islas, plasmándose esa diferencia no sólo en
cios (cuando el sol se pone justamente por el oeste), y el los caracteres físicos de los fósiles humanos, sino también
solsticio hienal, interpretando con todo ello que la montaña en la mayor o menor elaboración de la cultura material, en
de Tindaya pudo haber servido como punto de referencia los territorios insulares ocupados o en la "calidad" de las
sacralizada relacionado con algún tipo de cómputo de manifestaciones rupestres. Así, aquellos signos de morfo-
tiempo y culto a los antepasados (Perera Betancor et al. logía geométrica se contextualizarían en el substrato
1996: 174-180). Pese a esta contundencia de datos, y generado por la población más antigua, troglodita, de tipo
como ocurre siempre con este tipo de análisis, las conclu- racial cromañoide; en cambio, aquellas inscripciones
siones que ofrecen no son del todo concluyentes. Pese a mejor representadas, con claros indicios de caracteres
dejar aparentemente claro que existe una relación alfabetiformes y halladas en contextos asimilables a casas,
topográfica con diversos elementos del medio (en varios constituirían parte de las aportaciones traídas posterior-
casos como es el de Castillejo Alto o Tisajoyre, los podo- mente por las gentes de raza semita o mediterranóide
morfos se orientan hacia el Pico de Jandía, altura máxima (Jiménez Gómez 1985-1987: 218). En general esta inter-
de la isla en donde se han documentado restos arqueoló- pretación, que hasta hace poco era el paradigma
gicos; o bien hacia la montaña de Tindaya (Tejera Gaspar dominante en la prehistoria canaria, progresivamente va
y Perera Betancor 1996: 113), cuando se entra en el perdiendo simpatizantes, pese a ser escasas las
terreno de las relaciones astronómicas, la amplitud de ocasiones en las que los investigadores razonan pública-
posibilidades disminuye la precisión de las hipótesis a mente las causas de su descrédito.
demostrar, tal y como puede observarse ante la gran Volviendo a las distintas interpretaciones dadas a los
magnitud de eventos astronómicos que se detallan arriba. grabados rupestres en Canarias, conviene precisar algunas
matizaciones que en los últimos años algunos autores han
ido esbozando, aunque en general cabe señalar que
LAS INTERPRETACIONES DE LOS conciben los grabados y la religión aborigen en general,
GRABADOS bajo perspectivas de corte funcionalista. Generalizando las
posturas, se concibe la religión como cohesionadora de la
Similares controversias se evidencian en el momento de sociedad frente a la adversidad productiva y reproductiva.
plantear la explicación de los podomorfos en concreto y de Así la cosmogonía aborigen por ejemplo, sería fiel reflejo de
las manifestaciones rupestres en general. Quienes primero la estructura segmentaria presente en la sociedad, configu-
se interesaron por los grabados canarios les atribuían los rándose una jerarquía de divinidades en función de los
más variados significados y procedencias, desde su distintos niveles de segmentación de la sociedad. Se
consideración como símbolos de una escritura semi- partiría de un fondo de almas y fuerzas animistas relacio-
jeroglífica, o simplemente como adornos, hasta la atribu- nados con cultos individuales, para seguir con un nivel
ción de su autoría a navegantes fenicios. A partir de los intermedio de seres ancestrales y antepasados, ligados a
años cuarenta del siglo XX, y a raíz del hallazgo de nuevos los linajes y unidades de descendencia, para finalizar con
conjuntos rupestres, será cuando surjan las primeras las divinidades supremas, vinculadas a rituales comunita-
hipótesis de carácter "científico". Así autores como rios orientados a garantizar el bienestar de la tribu en su
Martínez Santa-Olalla, L. Diego Cuscoy o J. Álvarez totalidad (Cabrera Pérez 1993: 91).
Delgado, llegarán a la conclusión de que responden a un Por ejemplo, E. Martín y J. País parten del principio de
culto de la fecundidad, a la diosa de las fuentes y de las que se está frente a un rito mágico de carácter propicia-
aguas, debido a las asociaciones que advierten entre torio, en el que el símbolo debe ser la sustantivación de
grabados y puntos de agua, ya sean fuentes, charcas o alguno de los atributos que definen la naturaleza de
>> Javier Soler Segura
aquello que se pretende obtener a través de su represen- su extrema escasez, fueron los móviles para que se 175
tación simbólica. Hacer uso de esta magia, como ya lo desplegaran estrategias para la protección y defensa de 2005
176 poseen similares podomorfos, acompañados de otras posturas historicistas, funcionalistas, ecológico-culturales
2005 figuras redondas y ovales. Pese a ello, no es ésta la única y eclécticas que dominan la arqueología de las Islas, y que
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 33
interpretación que sobre los podomorfos de la montaña se no se queden en la mera puesta en práctica de nuevas
han ofrecido. Se han entendido en ambigua asociación técnicas, procedimientos novedosos o temas a los que
con algún ritual mágico difícil de definir, en un sentido de tradicionalmente no se les había prestado atención. Es
toma de posesión, en relación con el culto a los antepa- cierto que cada estudio es fruto de su tiempo, y que por
sados que, como espíritus invisibles, serían representados ello no debe plantearse una crítica demoledora que
mediante la impronta que dejarían a su paso (la silueta de demonice los esfuerzos realizados, pero también debe
los pies), o bien en el contexto de un recinto donde se asumirse que cualquier apunte, comentario o reflexión
impartiría justicia mediante la intervención divina o como realizado desde una línea crítica, no puede ser entendido
plasmación sagrada de alianzas o pactos entre grupos como simple descalificación. Dejando de lado muy
(Cabrera Pérez 1993: 100; Brito 1979: 27; Carreño Fuentes contados intentos por modificar esta situación, la falta de
1979: 11). reflexión teórica y crítica en Canarias, conduce inalterable-
mente a generar una endogamia intelectual que termina
estancando y agotando los campos de estudio, en la
CONCLUSIONES medida en que la tendencia de los últimos años es apostar
Como puede observarse, las interpretaciones ofrecidas no por la especialización temática y territorial (la cerámica de
sólo para los podomorfos, sino para el resto de manifesta- tal isla, los grabados de tal otra…) lo que por otra parte es
ciones rupestres del Archipiélago, se caracterizan en cierto, permite ampliar el conocimiento de un aspecto
general y salvando contadas excepciones, por la falta de concreto, pero que a la larga puede generar un conoci-
análisis detallados y rigurosos, que intenten demostrar con miento fragmentado.
argumentos más materiales que las simples opiniones o Indudablemente la aplicación de nuevas técnicas y
pareceres, hipótesis de trabajo, algo que a todas luces no métodos (ya sean de prospección sistemática, nocturna,
sólo ocurre en el "solar" canario. En general, y como ya ha con luz artificial, etc.) suponen un aumento cualitativo y
apuntado algún autor (Jiménez González 1996: 238), la cuantitativo en el número de estaciones, motivos y
gran variedad de significados dados a las manifestaciones tipología de los grabados, algo que destaca muy manifies-
rupestres en Canarias se pueden vincular, en el ámbito tamente si lo comparamos con el nivel de conocimiento
económico, con zonas de pastos extras e intraterritorial, que se tenía en los años 70. Sin embargo, el aumento es
fuentes de agua, lugares de apañada, paraderos pasto- visto por la mayoría de los investigadores como un
riles, atalayas y zonas de vigilancia del ganado, asociadas progreso en sí mismo, en la medida en que se confunde
o no a la presencia de litófonos. A escala social, podría cantidad con conocimiento. Por supuesto que patrimonial-
reconocerse el cómputo del tiempo y el calendario astro- mente, en cuanto es cierta la idea de conocer para
nómico, ritos de paso, puntos de segregación e integra- proteger, esto supone un logro rotundo, pero desde el
ción tribal, grupos de edad y sexo, señales o marcas de punto de vista de la investigación básica, que se descubra
grupos de parentesco. En el ámbito político, dejarían una estación más o menos, no implica significativamente
constancia de la división tribal e intratribal de la isla. Y a nada nuevo.
nivel ideológico, estarían relacionadas con los lugares Para intentar resolver este error, así como otras
asociados o no al mundo funerario, con o sin las antiguas deficiencias que posee la investigación en Canarias, una
prácticas de suicidio ritual, revitalización o fertilidad (por alternativa a poner en práctica podría ser la de generar una
ejemplo, ritos piaculares, acuíferos y sexuales), áreas de concepción integral del Patrimonio6 , que integre todas las
culto astral y microespacios sacralizados, como cuevas, facetas que se relacionan directa o indirectamente con él,
bosques, árboles, manantiales, lagunas, roques, monta- ya sea la revalorización o actuación institucional en algún
ñas y pitones, entre otros. Pese a este amplio listado de yacimiento o incluso la propia investigación teórica-
propuestas interpretativas, lo cierto es que de una u otra práctica que se desarrolla en la Universidad. En otras
manera, la práctica totalidad de investigadores canarios palabras, intentar romper con la tradicional dicotomía entre
concluyen insistiendo en el carácter funcional de lo investigación científica, generada por y para las universi-
rupestre, sin llegar a valorar otras esferas explicativas, lo dades, y la propia gestión patrimonial, entendidas general-
que lo convierte a este discurso en el dominante dentro de mente como simple aplicación burocrática. Supone
la actual historiografía canaria. generar una nueva concepción de la investigación, de la
Contemplado desde una perspectiva general, el gestión y de la revalorización del patrimonio, pues éste,
estudio en Canarias de las manifestaciones rupestres ado- ante las leyes de mercado que comienzan a dominar
lece de propuestas teóricas en las que se asuman los todos los ámbitos de nuestra sociedad, sólo puede
avances epistemológicos alcanzados en el panorama salvarse si partimos de una visión más integradora del
internacional, que ofrezcan alternativas claras a las patrimonio: anular la visión meramente administrativa que
6 En la misma línea que intenta llevar a cabo el Laboratorio de Arqueología y Formas Culturales de la Universidad de Santiago de Compostela.
>> Javier Soler Segura
posee el término gestión, aproximándolo más al término un posicionamiento teórico determinado, que implica una 177
anglosajón de heritage, concibiendo verdaderos proyectos vía sorprendentemente compleja y generalizadora, que 2005
178 BIBLIOGRAFÍA
2005
Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, 33
Arco Aguilar, M. del C., M. Jiménez Gómez y J. Navarro Islas Canarias, pp: 223-252. Santa Cruz de Tenerife:
Mederos. 1992. La arqueología en Canarias: del mito a la Dirección General de Patrimonio Histórico.
ciencia. Santa Cruz de Tenerife: Interinsular/Ediciones
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