José De Gregorio
1. Introducción
Banco Central de Chile y datos históricos de Díaz et al. (2003). Para las
comparaciones internacionales a largo plazo se ocupan Maddison (1995), y
para los datos comparativos más recientes entre diferentes países utilizaré
los Penn World Tables (versión 6.1.).
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
1810
1817
1824
1831
1838
1845
1852
1859
1866
1873
1880
1887
1894
1901
1908
1915
1922
1929
1936
1943
1950
1957
1964
1971
1978
1985
1992
1999
Cuadro Nº 1 resume las tasas medias de crecimiento del PIB y del PIB per
cápita durante períodos seleccionados, cuyos puntos finales marcan cam-
bios en el crecimiento de tendencia.
Desde la Independencia hasta la Guerra del Pacífico, el crecimiento
por habitante fue lento, sólo 0,8 por ciento anual. Desde entonces y hasta la
Depresión, la economía creció un poco más rápido, en 1,5 por ciento al año
* La tasa de crecimiento del PIB por habitante entre 1932 y 1950 fue de 3,9%.
Fuente: Díaz et al. (2004) y Banco Central de Chile.
JOSÉ DE GREGORIO 23
internacionales, la tasa media de crecimiento del PIB per cápita durante los primeros 85
años del siglo fue 1,2 por ciento. Al completar esto con las series de datos oficiales se
llega a una tasa de crecimiento de 1,7 por ciento para el siglo XX en su conjunto. Esto
es algo mayor que los datos de Díaz et al. (2004) mencionados en el texto, pero no
produce una diferencia significativa en la interpretación.
24 ESTUDIOS PÚBLICOS
de Chile: ¿la época dorada fue sólo un fenómeno pasajero o, Chile puede
retomar ese nivel de crecimiento? Una señal de esperanza es que, en la
medida que la economía se ha ido recuperando de la recesión de 1999, ha
vuelto a tasas de crecimiento de entre 2 y 5 por ciento.
El Cuadro Nº 2 ofrece una visión histórica del crecimiento de Chile
desde una perspectiva internacional. Los datos son de Maddison (1995),
que es la fuente más comprensiva y completa de datos de largo plazo para
comparaciones históricas y entre países, aunque los datos para la mayoría
de los países están disponibles sólo hasta 1992. Entre los países de este
cuadro, Chile muestra una de las tasas de crecimiento más bajas para todo el
siglo: su PIB per cápita aumentó casi cuatro veces. En América Latina, sólo
Argentina, una de las grandes desilusiones de la economía mundial, creció a
una tasa menor. En 1900, tanto Argentina como Chile gozaban de un in-
greso mayor al de Finlandia y Noruega, pero ya en 1950, Noruega había
sobrepasado a Chile y Finlandia lo hizo desde 1960. En América Latina, el
crecimiento de Brasil partió con mucha fuerza en la segunda mitad del siglo,
pero se detuvo abruptamente después de 1980.
(1) Los 15 países con el PIB más alto: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Co-
lombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México,
Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
(2) China, Hong Kong, Indonesia, Corea del Sur, Malasia, Filipinas, Singapur,
Taiwán y Tailandia.
(3) 85 países para los cuales existen datos, promedios no ponderados.
De particular importancia para Chile fueron los precios del cobre, que en los
60 llegaron a su punto más alto de la postguerra hasta hoy.
Un patrón similar se observa para América Latina en los 70, pero el
rendimiento de Chile quedó muy por debajo del resto de la región y del
mundo en su conjunto. Esto se debe no solo al shock del petróleo, sino
también a las políticas nacionales aplicadas durante dicha década, comen-
zando por la experiencia populista de principios de los 70, y seguida por la
brusca caída en el producto durante la estabilización basada en una fuerte
contracción monetaria a mediados de los 70 junto al primer shock del petró-
leo. Es interesante destacar que, aunque el shock del petróleo sin duda
redujo el crecimiento mundial, América Latina creció más rápidamente que
en la década precedente, principalmente Brasil3, cuyo crecimiento por habi-
tante, ajustado por su paridad de poder de compra (PPC), creció a una tasa
anual de 5,7 por ciento. Esto sugiere que el descenso en el crecimiento de
Chile se debía mucho más a factores domésticos.
En contraste, aunque los años 80 fueron una “década perdida” para
América Latina, lo fue menos para Chile, que ya comenzaba a cosechar los
beneficios de las reformas favorables al crecimiento. En efecto, a pesar del
profundo descenso en el producto durante el colapso de 1982, la economía
se repuso rápidamente, y durante la década su crecimiento promedió 2,2
puntos porcentuales por encima del promedio de los 15 mayores países de
la región. Al comparar los patrones de colapso y recuperación durante la
crisis de América Latina y la crisis posterior del Este de Asia, De Gregorio y
Lee (2004) observan que Chile, y México después del “Tequilazo”, son los
únicos países de América Latina cuyas trayectorias de crecimiento siguie-
ron el patrón en forma de V que caracterizó a los países asiáticos, o sea,
experimentaron una profunda caída seguida por una fuerte recuperación. El
Cuadro Nº 3 muestra claramente que el crecimiento rápido de Chile fue un
fenómeno de los 90, aunque comenzó a mediados de los 80. La economía
chilena pudo lograr una tasa récord de crecimiento no sólo para sus propios
estándares históricos sino también al compararla con las internacionales,
más que triplicando la tasa media (sin ponderar) de crecimiento del mundo
www.cepchile.cl
en su conjunto.
El Gráfico Nº 2 destaca todavía más el buen rendimiento de la econo-
mía chilena a fines de los 80 y durante los 90, y la desaceleración a fines de
la década de los 90. América Latina no muestra ningún aumento en el ingre-
so desde la crisis asiática de fines de los 90. El crecimiento para el conjunto
de los mercados emergentes también descendió durante la crisis asiática,
pero después se recuperó. En Chile la desaceleración comenzó en 1998 y
3 De todas maneras, los promedios del Cuadro Nº 3 no están ponderados.
JOSÉ DE GREGORIO 27
200
180
160
140
120
100
80
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Chile Estados Unidos Mundo (ppp)
* El gráfico está basado en los datos del World Economic Outlook del Fondo
Monetario Internacional, y los promedios por grupos de países están calculados utili-
zando sus pesos relativos de PPC.
Fuente: IMF: World Economic Outlook, y Banco Central de Chile.
crecimiento, Chile lo hizo por debajo del promedio mundial de 2,4 por ciento
anual, y más lentamente que EE.UU., con crecimiento de 1,9 por ciento
anual. Pero con la recuperación que se espera para 2004-2005, la tasa de
crecimiento del PIB per cápita debería aumentar a 2 por ciento al año, aproxi-
madamente.
Como señala el Gráfico Nº 3, la inversión en Chile llegó a su punto
máximo durante el despegue de los 90. Como veré más adelante, el aporte de
capital al crecimiento fue clave. Sin embargo, no analizaré la fortaleza o
28 ESTUDIOS PÚBLICOS
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
1960
1962
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
Fuente: Banco Central de Chile: Indicadores Económicos y Sociales de Chile
1960-2000 y Cuentas Nacionales.
4 Sin embargo, el hecho de que los efectos podrían ser pequeños no debe
utilizarse como argumento para elevar los impuestos a las corporaciones. La evidencia
que se examina en este texto es muy parcial. No considera los efectos de los impuestos
corporativos en la economía, especialmente en la dinámica del ahorro. Mi lectura de la
literatura actual sobre la hacienda pública es que el impuesto al capital en general es
malo; sin embargo, no se ha hecho ninguna investigación comprehensiva sobre este
tema para la economía chilena. En todo caso, lo importante aquí es que el tema de
cómo estimular la inversión es mucho más sutil y complejo que lo que sugieren los
debates populares. Se necesita más investigación para poder evaluar plenamente los
efectos del sistema de impositivo en el crecimiento y cómo se puede mejorar para
promoverlo.
30 ESTUDIOS PÚBLICOS
∆Y ∆K ∆L ∆A
=α + (1 − α ) + . (2)
Y K L A
Crecimiento Aporte de
del producto Capital trabajo PTF
(1) Las cifras son promedios geométricos de datos anuales y la suma puede no
ser igual al total.
(2) El año 2004 es estimado.
Fuente: Cálculos del autor, sobre la base de las cuentas nacionales oficiales.
Supuestos: la participación del trabajo es igual a 0,6 y la depreciación del capital es igual
a 6%.
5 Gollin (2002) argumenta que el valor menor que se obtiene de las cuentas
nacionales surge del hecho de que el ingreso del trabajo es subestimado en las empresas
pequeñas, y que, después de ajustarlo apropiadamente, la participación del trabajo es
entre 0,65 y 0,8.
JOSÉ DE GREGORIO 31
Crecimiento Crecimiento
Autores Período del producto de la PTF Ajustes*
dios aritméticos versus geométricos, pero también a diferencias en las fuentes de los
datos, y también si los datos utilizados son de las cuentas nacionales revisadas.
JOSÉ DE GREGORIO 33
Las cifras para el crecimiento de la PTF ofrecen una base para una
estimación inicial del crecimiento potencial de Chile. Puesto que el modelo
neoclásico predice que, en el largo plazo, el crecimiento del PIB per cápita es
igual al crecimiento de la PTF dividida por la participación del trabajo, se
podría extrapolar este resultado para predecir que el crecimiento potencial
por habitante de la economía chilena sería aproximadamente 3,3 por ciento
anual. Si agregamos la tasa de crecimiento de la población de 15 o más años,
que desde 2000 ha promediado 1,7 por ciento anual, el crecimiento potencial
del PIB puede estimarse en aproximadamente 5 por ciento anual. Por su-
puesto, esta estimación no considera el potencial para cerrar la brecha exis-
tente (catch-up), que podría aumentar el aporte de la PTF. Como se discute
en la sección 5, una tasa anual de crecimiento de un 5 por ciento es bastante
cercana al nivel que otros métodos y estudios indican sería la tasa de creci-
miento de Chile en el largo plazo, para las condiciones actuales. Cualquier
investigador que examine los datos de fines de los 90, y ocupe el supuesto
de un crecimiento en la PTF de largo plazo de un 3 por ciento anual (el
promedio para 1990-1997 fue de 2,9 por ciento), concluiría fácilmente que el
crecimiento de largo plazo sería cerca de 6,7 por ciento anual, que en retros-
pectiva se basaba en un muy alto supuesto de crecimiento de la PTF en
términos de los estándares propios de Chile e internacionales.
yj = Ajkαjhj1–α. (4)
quienes argumentan que no todos los aumentos en el capital son resultado de aumentos
en la PTF.
JOSÉ DE GREGORIO 35
Aj 1/1–α kj α / 1–α
yj = ()—
yj
hj .
(6)
1/1–α α /1–α
yj
—=
yi () ( )
Aj
—
Ai
kj / yj
———
ki / yi
hj
—.
hi
(7)
Aquí se compara con los EE.UU. (país i). Por lo tanto, si el producto
por habitante resulta ser Z por ciento el de EE.UU., entonces Za por ciento
puede explicarse como diferenciales de productividad, medido como el pri-
mer término en el lado derecho de la ecuación (7), Zky por ciento por dife-
rencias en la razón entre el capital y el producto, y Zh por ciento por las
diferencias de capital humano. Por construcción, entonces (1 + Z) = (1 + Za)
(1 + Zky) (1 + Zh)9.
Finalmente, para medir el capital humano, ocupo la especificación
tradicional basada en los retornos de la educación por año de escolaridad:
h = eφE, (8)
por ciento, y para más años ocupo el retorno de escolaridad de los países
de la OCDE, que es 6,8 por ciento.
El resto de los datos se construye de la misma manera que la des-
agregación de Solow, ya descrita. Para las cuentas nacionales, ocupo la
versión 6.1 de las Penn World Tables de Aten, Heston y Summers (2002),
toman los promedios entre países esta identidad puede que no se mantenga.
10 Tenemos (1/h) (dh/dE) = φ es el retorno de la escolaridad.
36 ESTUDIOS PÚBLICOS
Las cifras entre paréntesis representa cuánto podría ser el diferencial de ingre-
sos si este factor fuera igual a uno.
Fuente: Cálculos del autor basados en Aten, Heston y Summers (2002).
1000
Dic.-Dic. (%) (escala log.)
100
10
1
1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000
fuerte baja en la deuda pública. En 1989, la deuda total del sector público
consolidado (gobierno central más banco central15) llegaba a 73 por ciento
14 Las cifras no son totalmente compatibles, pero una mirada a las diferentes
fuentes representan razonablemente el déficit fiscal del gobierno central durante los
últimos 40 años. Las cifras vienen de Velasco (1994) hasta 1986, y de fuentes oficiales
del Ministerio de Hacienda de allí en adelante. Una de las diferencias es que en el caso
del segundo, a las series fiscales se les aplica el criterio de devengo, mientras en el
primer caso se aplica el criterio de pago.
15 La deuda del banco central tuvo su origen en la crisis financiera de 1982 y
10
5
Balance fiscal (% PIB)
-5
-10
-15
1960
1962
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
GRÁFICO Nº 6: DEUDA PÚBLICA EN PAÍSES SELECCIONADOS, 2002
160
Deuda pública bruta del gobierno central (% PIB)
140
120
100
80
60
40
20
0
Colombia
Tailandia
Argentina
Brasil
Chile
Rep. Checa
Hungría
Israel
Corea
Malasia
México
Polonia
Perú
www.cepchile.cl
Chile y los bonos del tesoro de EE.UU. ha caído por debajo de los 100
puntos base.
Actualmente, la regla de mantener un superávit estructural (ajustado
al ciclo) del Gobierno central en un uno por ciento del PIB ha fortalecido el
compromiso con la responsabilidad fiscal. Permite la operación de estabiliza-
dores automáticos y el uso de una política fiscal anticíclica, lo cual es algo
inusual entre los países en desarrollo, especialmente los de América Latina
(Gavin y Perotti, 1997).
Estas comparaciones internacionales llevan a una conclusión clara:
Chile en términos fiscales, es uno de los países más responsables del mun-
do. Pero la política fiscal en Chile también ha tenido otro impacto más es-
tructural en el crecimiento económico, al mantener el tamaño del gobierno
relativamente acotado y con una composición del gasto gubernamental que
favorece el crecimiento. Esto refleja la visión de que la inversión pública, la
educación, y ciertas otras formas de gasto son buenas para el crecimiento
económico y que lo que es dañino para el crecimiento es el gasto guberna-
mental no productivo.
Como una comparación internacional simple (y manteniendo presen-
te las advertencias y las dificultades implícitas en este tipo de comparación),
el Gráfico Nº 7 ocupa datos fiscales del World Development Indicators del
Banco Mundial para 2004. Puesto que un ingreso mayor por habitante se
asocia con una mayor participación del gobierno en el PIB, el gráfico pre-
senta varios indicadores del gasto gubernamental para varios países contra
su PIB por habitante, medido según precios internacionales actuales ajusta-
dos por PPC, y compara el tamaño del gobierno chileno con el que se
esperaría de acuerdo con su nivel de ingreso (como indica la línea de regre-
sión en cada panel)16. Los dos paneles superiores muestran el gasto total
del gobierno y el gasto corriente total sobre el PIB por habitante. En ambos
casos, el tamaño del gobierno chileno es aproximadamente un 5 por ciento
del PIB por debajo del nivel que se esperaría para un país con el nivel de
ingreso que tiene Chile. (Se obtendría una conclusión similar si hubiésemos
tomado una medida más estrecha del gasto, como por ejemplo el consumo
www.cepchile.cl
tiene datos hasta 2000. Los resultados si se ocupan los datos de 2000 no difieren, pero
la cobertura internacional es mucho menor.
17 Barro (1999) también notó esto.
www.cepchile.cl
GRÁFICO Nº 7: EL TAMAÑO DEL GOBIERNO, UNA COMPARACIÓN INTERNACIONAL
70 50
45
60
40
50 35
30
40
JOSÉ DE GREGORIO
25
30
20
Chile
Chile
20 15
10
16 35
14 30
12
25
10
20
8
Chile
15
del PIB)
6
Chile
4 10
0
1000 6000 11000 16000 21000 26000 31000 0
Salud, Educación, Vivienda, Seguridad Social y Bienestar (%
50
70
10
Dinamarca
Países Bajos
Reino Unido
Suecia
GRÁFICO Nº 8:
España
Bélgica
Canadá
Estados Unidos
Finlandia
Singapur
Australia
Suiza
www.cepchile.cl
Irlanda
Francia
Luxemburgo
Portugal
Noruega
Italia
Hong Kong SAR
Austria
Chile
Sudáfrica
Estonia
Alemania
Israel
Eslovenia
ÍNDICE DE FORTALEZA DEL SISTEMA FINANCIERO
Grecia
Arabia Saudita
Hungría
República Checa
México
Malasia
Marruecos
Latvia
Croacia
Líbano
Polonia
Omán
India
Perú
Brasil
Colombia
Egipto
Bulgaria
Eslovaquia
Corea del Sur
Filipinas
Jordania
Turquía
Tailandia
Túnez
Japón
Rusia
China
Pakistán
Venezuela
Ucrania
Indonesia
Bolivia
Argentina
Uruguay
ESTUDIOS PÚBLICOS 46
JOSÉ DE GREGORIO 47
tran), Chile goza de algunos de los puntajes más altos entre los mercados
emergentes.
El sector bancario chileno es muy activo en la intermediación de
fondos. Expresado como un porcentaje del PIB, el crédito al sector privado
es el más alto en América Latina, llegando a 65 por ciento en 2002, similar al
nivel de algunos países industrializados. El mercado financiero en Chile está
constituido principalmente por los bancos. Sin embargo, los inversionistas
institucionales, especialmente los fondos de pensión, que administran una
cartera equivalente a 50 por ciento del PIB, también han jugado un papel
importante en el desarrollo del mercado de capitales en Chile. Más reciente-
mente, los bajos costos financieros tanto como las nuevas leyes para facili-
tar el desarrollo financiero han llevado al desarrollo de un mercado profun-
do para bonos corporativos de renta fija. Nuevas formas de financiamiento,
tales como factoring, bonos convertibles, leasing y efectos de comercio
también han emergido. Finalmente, se aprobó una ley protectora de accio-
nistas a principios de los 2000 para regular las ofertas públicas de acciones.
Todas estas innovaciones deberían promover un mayor desarrollo financie-
ro del país, un factor clave para asegurar que los buenos proyectos de
inversión cuenten con financiamiento suficiente.
Otro aspecto positivo del desarrollo financiero de Chile ha sido su
plena integración a los mercados financieros internacionales. Después de
una historia de controles de capital, todos fueron eliminados en 1999, como
resultado de la evolución de la política macroeconómica que, más allá de la
regulación prudente del sistema financiero, introdujo un régimen de tipo de
cambio flexible.
Tal como ocurre con la política monetaria y fiscal, la fortaleza y la
profundidad del sistema financiero chileno data de mediados de los 80. Por
lo tanto, el desarrollo financiero de Chile no solo ofrece la base de creci-
miento futuro, sino que, además, ayuda a explicar el despegue del país. Sin
embargo, sería una exageración decir que todo está tan bien como se podría
esperar del sistema financiero. Como veré en detalle más adelante (sección
www.cepchile.cl
bio bajarían— resultaron equivocados. Es verdad que los países que en-
frentan términos de intercambio desfavorables crecen menos, pero también
es cierto que los términos de intercambio no se han deteriorado tanto. Al
comparar el comportamiento de las economías del Este de Asia y América
Latina, De Gregorio y Lee (2004) encontraron que el comportamiento de los
21 Para una revisión reciente y comprensiva de los datos y la evidencia adicio-
nal acerca de los efectos de la liberalización del comercio, ver Wacziarg y Welch
(2003). Véase también Dollar y Kraay (2002) y Edwards (1997). Para una visión más
escéptica, véase Rodríguez y Rodrik (2001).
JOSÉ DE GREGORIO 49
cialmente con los años (Gráfico Nº 9), y hoy Chile está muy integrado en la
economía mundial. El comercio total, medido como exportaciones + importa-
ciones en términos nominales, llegó a 70 por ciento del PIB en 2003, y ha
promediado 60 por ciento del PIB desde 199623.
22 Siempre han existido algunas excepciones, como por ejemplo los automó-
viles.
23 Los datos más recientes incluidos en este gráfico están basados en los precios
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
General 11,0 11,0 11,0 11,0 10,0 9,0 8,0 7,0 6,0 6,0
Efectivo 9,5 8,9 7,9 7,7 7,1 6,1 5,2 4,5 2,7 2,0
90 45
80 40
70 35
60 30
50 25
www.cepchile.cl
40 20
30 15
20 10
10 5
0 0
1960-64 1965-69 1970-74 1975-79 1981-84 1985-89 1990-94 1995-99
Porcentaje de las exportaciones de cobre (eje izquierdo)
Exportaciones/PIB (eje derecho)
JOSÉ DE GREGORIO 51
en la industria cuprífera fue muy activa durante los 90, condujo a una expan-
sión de las exportaciones de cobre las que crecieron de 1,5 millón en 1990 a
4,8 millones de toneladas métricas en 2003. A pesar de este logro, la expan-
sión de las otras exportaciones ha sido aún más dinámica, y es esta expan-
sión la que da cuenta de la caída observada en la participación del cobre. El
volumen de exportaciones totales creció a una tasa anual de 8,1 por ciento
entre 1990 y 2003.
Como algunos economistas, notablemente Sachs y Warner (1995),
han argumentado, más que una bendición una abundancia de recursos na-
turales puede resultar una maldición. Puede inducir a actividades que bus-
can renta (rent-seeking), desviar recursos escasos tales como el capital
humano y físico de actividades que favorecen el crecimiento, o producir una
apreciación real que resulta en la contracción de otros sectores transables.
No hay evidencia de estos problemas en Chile. Las instituciones fuertes,
incluyendo la disciplina fiscal, han evitado los efectos “voracidad”. Una
fuerza de trabajo educada y un pleno acceso a los mercados internacionales
de capital han mantenido la inversión en otras actividades libre de impedi-
mentos, y la tasa de cambio real ha quedado en niveles que no han impedi-
do el despegue de las exportaciones. En resumen, no hay evidencia de que
la abundancia de recursos naturales de la cual goza Chile haya sido un
detrimento para el crecimiento; al contrario, ha elevado el ingreso y el bien-
estar del país24.
El Gráfico Nº 10 demuestra que Chile comercia más por su tamaño
que cualquier otro país latinoamericano y su razón de comercio-PIB es simi-
lar al de algunas economías asiáticas. Sin embargo, comparado con Asia
(como se verá en la próxima sección), América Latina tiene relativamente
poco comercio intrarregional, y, por lo tanto, el comercio dentro de la región
no aporta mucho al aumento del comercio. No conozco un solo ejemplo de
una economía pequeña y de ingreso relativamente alto que no esté integra-
da al resto del mundo, y este hecho por sí solo avala que la economía de
Chile necesita ser muy abierta. La apertura al comercio impacta positivamen-
te al crecimiento a través de muchos canales: permite la absorción de cono-
www.cepchile.cl
350
300
Exportaciones más Importaciones/PIB
250
200
150
100
50
Hong Kong
Colombia
Argentina
Venezuela
Indonesia
Tailandia
Ecuador
Bolivia
México
Filipinas
Malasia
Chile
Brasil
China
Taiwán
Perú
Sin duda Chile cuenta con una larga tradición de buenas institucio-
nes. El éxito de las reformas durante el régimen del general Augusto Pino-
chet fue el resultado no solo de buenas políticas económicas apoyadas por
un gobierno dictatorial; para estos logros también fue clave la existencia de
una sólida institucionalidad y debe servir de advertencia a otros países que
podrían apurarse en efectuar reformas sin contar con un sólido marco insti-
tucional. De hecho, como dice Valenzuela (1994, p. 417):
1
10
0
2
3
4
5
6
7
8
9
Finlandia
Islandia
Nueva Zelanda
Dinamarca
Singapur
Suecia
GRÁFICO Nº 11:
Países Bajos
Suiza
Noruega
Australia
Reino Unido
Luxemburgo
Canadá
Hong Kong
www.cepchile.cl
Austria
Alemania
Bélgica
Estados Unidos
Irlanda
Chile
Japón
Israel
España
Francia
Portugal
Eslovenia
Taiwán
Uruguay
Italia
Malasia
Hungría
Lituania
Sudáfrica
Corea del Sur
Grecia
Costa Rica
ÍNDICE DE CORRUPCIÓN 2003, TRANSPARENCIA INTERNACIONAL
República Checa
Bulgaria
Brasil
Eslovaquia
Perú
El Salvador
Croacia
Colombia
Polonia
México
Panamá
China
Tailandia
Egipto
República Dominicana
Turquía
Rumania
India
Rusia
Filipinas
Pakistán
Argentina
Vietnam
Venezuela
Guatemala
Ucrania
Honduras
Bolivia
Ecuador
Indonesia
55 JOSÉ DE GREGORIO
56 ESTUDIOS PÚBLICOS
27 La razón por la cual el ranking de un país en una categoría dada podría ser
peor que cualquiera de sus rankings de subcategoría tiene que ver con la distribución de
los rankings y el hecho de que, para algunos ítemes, muchos países tienen el mismo
ranking.
58 ESTUDIOS PÚBLICOS
del ingreso per cápita; en el caso de Chile el costo es 5,3 veces el ingreso
per cápita. Para construir este costo, se les pidió a todos los participantes
www.cepchile.cl
Finlandia, Taiwán, Canadá, Irlanda, Noruega, Bélgica, los Países Bajos, el Reino Unido,
Latvia, España, Hong Kong, Corea del Sur y Australia) es mayor a 80 centavos de cada
dólar.
60 ESTUDIOS PÚBLICOS
dores: la demora para obtener una línea telefónica, las pérdidas en la trans-
misión y distribución del total de energía eléctrica generada, y los caminos
pavimentados como porcentaje de la red vial total.
El Gráfico Nº 12 muestra estos índices de disponibilidad y calidad de
la infraestructura para Chile desde 1971. El gráfico también muestra los pro-
30 Para simplificar, dado un conjunto de variables correlacionadas, el análisis de
componentes principales transforma los datos en otro conjunto de variables sin correla-
ción, donde el primer componente principal es el que explica la mayoría de la variabili-
dad en los datos.
JOSÉ DE GREGORIO 61
(a) Stock
1,0
0,8
Primera componente principal
0,6
0,4
0,2
0,0
1971 1976 1981 1986 1991 1996
-0,2
-0,4
-0,6
(b) Calidad
0,6
0,4
0,2
Primera componente principal
0,0
1971 1976 1981 1986 1991 1996
-0,2
-0,4
-0,6
-0,8
-1,0
-1,2
-1,4
Chile - Actual Chile ajustado Mundo
www.cepchile.cl
medios mundiales para estos dos indicadores y los valores esperados para
Chile, dado su nivel de ingreso (línea Chile-ajustado). Los valores espera-
dos son filtrados utilizando el filtro Hodrick-Prescott para eliminar las in-
fluencias del ciclo económico. El crecimiento de infraestructura disponible
en Chile fue muy lento durante los 70 y especialmente en los 80, pero mucho
más rápido de lo que se habría previsto dada la baja tasa de crecimiento del
país. El stock de infraestructura aumentó permanentemente durante los 90, a
una tasa más rápida que la del mundo como un todo. De todas maneras el
62 ESTUDIOS PÚBLICOS
31 Para una comparación más precisa, uno quisiera controlar otras característi-
cas del país, tales como rasgos geográficos. Esto no se hace aquí, pero para una compa-
ración internacional más comprensiva, véase Calderón y Servén (2004b), que confirma
estas observaciones en el texto.
JOSÉ DE GREGORIO 63
Los países que dedican un mayor porcentaje del PIB que otros a la
investigación y el desarrollo (ID) tienden a crecer más rápidamente (Leder-
man y Maloney, 2003). La ID permite a los países adoptar mejores tecnolo-
gías y proporciona nuevos y mejores bienes, y los frutos de esta actividad
se difunden al resto de la economía. El Gráfico Nº 13 ofrece una visión inicial
de los datos, mostrando el gasto en ID como porcentaje del PIB de Chile y
varios grupos de países seleccionados. Chile siempre ha gastado relativa-
mente poco en ID, y el aumento desde 1980 ha sido magro comparado con
los países del Este de Asia, e incluso comparado con el promedio mundial.
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Los datos más recientes de la OCDE muestran que Chile, con un gasto en
ID que llega a 0,54 por ciento del PIB gasta menos que el promedio de una
muestra de países en desarrollo (0,7 por ciento del PIB)33. Lederman y Sáenz
(2003) confirman esta conclusión.
excluyo los que más gastan de Asia y Europa, más Brasil, que gasta aproximadamente
uno por ciento del PIB en ID. Para mayores detalles, véase OCDE (2003).
64 ESTUDIOS PÚBLICOS
3,0
2,40
2,5
2,20
2,09
2,0 1,96
1,55
1,46
1,5
1,30
1,11 1,16
1,07 1,05
0,92 0,93
1,0
0,72
0,61
0,44 0,43 0,42 0,51 0,54
0,5
0,0
1980 1985 1990 1995 2000
4,00
3,50
3,00
2,50
I&D (% PIB)
2,00
1,50
1,00
Chile
0,50
www.cepchile.cl
0,00
0 5.000 10.000 15.000 20.000 25.000 30.000
PIB per cápita
sionadas, puesto que muchos países subsidian la ID, que incentiva declarar mayor gasto
en ID.
35 Cómo las empresas invierten en ID también es relevante. Por ejemplo, la
licencia puede ser un mecanismo barato y efectivo para adquirir una tecnología. Álvarez
et al. (2002) han demostrado que, en el caso de Chile, el rendimiento de un sistema de
patentes puede ser el doble que el de una inversión en capital físico.
0%
20%
40%
60%
80%
100%
Suecia
Corea del Sur
Estados Unidos
GRÁFICO Nº 15:
Japón
Bélgica
Finlandia
Alemania
Federación Rusa
OCDE
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Empresas privadas
Irlanda
Reino Unido
Eslovaquia
GASTO SECTORIAL EN I&D
Dinamarca
Unión Europea
Taiwán
Austria
Singapur
Gobierno
Francia
Rumania
China
República Checa
Noruega
Islandia
Eslovenia
Canadá
Países Bajos
Educación superior
España
Italia
Australia
Latvia
Brasil
Polonia
Sudáfrica
Turquía
Portugal
Nueva Zelanda
Hong Kong
debate aquí, puede que sea más fructífero explorar los mecanismos específi-
cos a través de los cuales la desigualdad podría afectar el crecimiento. En
efecto, la literatura teórica enfatiza que la desigualdad puede llevar a políti-
cas ineficientes que llegan a dañar el crecimiento, en su esfuerzo por corre-
gir esa inequidad. El caso clásico es la introducción de un sistema de im-
puestos ineficientes para propósitos redistributivos.
En De Gregorio y Lee (2004) se concluye que, después de ajustar por
el nivel de desarrollo, los países con una distribución del ingreso más des-
igual, medido por el coeficiente de Gini (mientras mayor es su valor mayor
es la desigualdad), son más propensos a tener condiciones y políticas eco-
nómicas nocivas para el crecimiento. Por ejemplo, tienen tasas menores de
escolaridad, probablemente porque después de controlar por el ingreso pro-
medio quedan con una fracción mayor de población incapaz de costear sus
estudios. También encontramos que los países con mayor desigualdad tie-
nen mayores tasas de fertilidad, gobiernos más grandes, menores logros
educativos e instituciones más débiles.
Aunque los que deciden las políticas en general prefieren las que
simultáneamente elevan el crecimiento y reducen la desigualdad, esto no
siempre es posible. Algunos prefieren adoptar políticas redistributivas que
introducen distorsiones y dejan de adoptar otras políticas, como la educa-
ción universal para los pobres, que podrían influir positivamente en el creci-
miento y la desigualdad. Puesto que los pobres tendrán menos incentivo
para adquirir educación, una política que activamente fomenta la educación
será buena tanto para el crecimiento como para la reducción de la desigual-
dad.
Lo que se hace aquí es comparar las predicciones para una variable
dada que afecta el crecimiento, después de ajustar por el nivel de ingreso,
con el nivel actual de esta variable para Chile, comparado con el nivel de
desigualdad. Esto es similar al ejercicio anterior que comparaba el tamaño
del gobierno chileno con lo que se esperaría para su nivel de ingreso. Las
cuatro variables que se analizan son las examinadas en De Gregorio y Lee
(2004): la educación (medida por la tasa de matrícula), la fertilidad, el tamaño
www.cepchile.cl
0,6 0,4
0,5
0,4 0,2
0,3
0
0,2 0,20 0,25 0,30 0,35 0,40 0,45 0,50 0,55 0,60 0,65
0,1
Chile
-0,2
0,0
0,20 0,25 0,30 0,35 0,40 0,45 0,50 0,55 0,60 0,65 Chile
-0,1
-0,4
-0,3 -0,6
-0,4
0,4 0,4
0,3 0,3
0,3
0,2
0,2 Chile
0,1
0,2
0,1 0
0,20 0,25 0,30 0,35 0,40 0,45 0,50 0,55 0,60 0,65
Chile
0,1
-0,1
-0,1 -0,3
-0,2
ESTUDIOS PÚBLICOS
-0,4
(c) (d)
Coeficiente de Gini Coeficiente de Gini
JOSÉ DE GREGORIO 69
36 Aunque la estrategia que se emplea aquí es muy sencilla, parece que la rela-
ción verdadera entre el gasto fiscal y la inequidad no es lineal y depende del nivel de
ingreso, especialmente dado que, al contrario de lo que dice el argumento acerca de las
políticas distributivas, la inequidad y el tamaño del gobierno se correlacionan negativa-
mente en los países de la OCDE.
70 ESTUDIOS PÚBLICOS
del aumento del salario mínimo en el empleo. En 1998, sin embargo, justo en
el momento en que la economía iniciaba su desaceleración, se implementó
un aumento adicional del salario mínimo, de considerable magnitud: además,
por primera vez se estableció el salario mínimo para tres años, con aumentos
de alrededor de 10% al año. Anteriormente, el salario mínimo se establecía
todos los años mediante un tedioso proceso de negociación, y por este
motivo la idea de un acuerdo de largo plazo parecía atractiva. Pero no se
tomó ninguna provisión para las contingencias y, con la economía experi-
mentando una desaceleración, el salario mínimo comenzó a crecer más rápi-
damente que el salario promedio para los trabajadores no calificados. Hacia
mediados de 1998, el salario mínimo llegaba a 45 por ciento del salario pro-
medio de los trabajadores no calificados y a mediados de 2000 la razón
llegaba a 60 por ciento. Y esto ocurrió precisamente en el momento en que la
economía más necesitaba la moderación de los salarios. El salario mínimo
más alto demostró ser una causa importante en la desaceleración del creci-
miento en el empleo en años recientes, fenómeno que fue mayor entre los
trabajadores no calificados (Cowan et al., 2003).
Finalmente, el propio crecimiento ayuda a la implementación de bue-
nas políticas. La desigualdad es solo un aspecto de las condiciones de vida
de un país y en un país con una distribución del ingreso que permanecía
relativamente sin cambio entre 1987 y 2003, un período en el cual el ingreso
per cápita se dobla también duplica los ingresos de los pobres. En efecto, la
tasa de pobreza en Chile cayó durante este período desde 45 por ciento
hasta 19 por ciento de la población. Esto permitió a la política pública enfo-
car la tarea de aliviar la pobreza sin crear distorsiones significativas en el
crecimiento económico. Aunque la distribución del ingreso de un país cam-
bia lentamente y no hay receta disponible para un cambio dramático en la
distribución (salvo una redistribución populista y masiva, que no es acon-
sejable), el crecimiento puede reducir las distorsiones impuestas por la des-
igualdad en las políticas e instituciones.
www.cepchile.cl
600
550
500
Puntaje PISA
450
Chile
400
350
300
0 10.000 20.000 30.000 40.000 50000 60.000 70.000 80.000
Gasto acumulado por estudiante en US$ ajustado por ppp.
Los primeros socios comerciales que un país debe tener son sus
vecinos. La distancia, el idioma, y la cultura deberían ser la base de la
integración en la economía mundial. Incluso cuando las economías vecinas
tienen estructuras similares, el comercio intra-industria puede ayudar a au-
mentar la base del comercio. Lamentablemente, el comercio intrarregional de
América Latina es bajo, como se ve en el Gráfico Nº 18. El gráfico, que
ocupa datos de las Naciones Unidas de dirección del comercio, muestra la
participación del comercio intrarregional para varios grupos de países impor-
tantes.
JOSÉ DE GREGORIO 73
70,0%
60,0%
50,0%
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
0,0%
Sudamérica Norteamérica Unión Unión Asia Oriental Asia Oriental + G-7 Economías
Europea-15 Europea-15 Oceanía avanzadas
1962-69 2000-03
5. Perspectivas de crecimiento
países, donde se pueden hacer algunos supuestos para predecir los deter-
minantes del crecimiento. Adicionalmente, el cuadro presenta las estimacio-
nes de Consensus Forecasts (2003), que se basan en las encuestas que
exploran las opiniones de los analistas.
Varios de los estudios resumidos en el Cuadro Nº 10 predicen el PIB
per cápita; para convertir esto al PIB, agregué un 1,7 por ciento, que es la
tasa promedio de crecimiento de la población de 15 años y más en años
recientes en Chile. La estimación más alta es la de Loayza y otros (2002), de
5,7 por ciento al año, y la más baja es la De la Cuadra (2002), de 4,0 por
ciento; todos los otros valores se ubican entre 4,5 y 5,4 por ciento. El
promedio de las estimaciones es 5,0 por ciento. Esta es la misma cifra que se
presentó en la sección 2.3, como una predicción del crecimiento de largo
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6. Conclusiones
mente dados los rápidos avances tecnológicos en este sector. Pero desde
mi punto de vista, la base institucional más importante debe definir cómo se
resuelven las disputas, quién es responsable de establecer los reglamentos,
y quién se encarga de administrarlas. Otorgar la independencia y exigir ren-
dición de cuentas (accountability) de los reguladores y definir paneles in-
dependientes para resolver conflictos envía una señal fuerte a los inversio-
nistas sobre la estabilidad de las reglas del juego.
La privatización ha jugado un papel importante en la profundización
de los mercados chilenos. Ha sido particularmente importante en el caso de
los servicios públicos. Éste es el típico caso donde la evidencia entre países
no ha podido estimar los efectos en el crecimiento, pero sin duda algo ha
habido, y a veces ganancias significativas. La privatización ha fomentado la
inversión y ha sido un vehículo importante para atraer la inversión extranje-
ra directa, que sabemos tiene impactos positivos en el crecimiento. Mante-
ner al gobierno fuera de la actividad productiva, pero involucrado en su
regulación, fomenta la competencia e incentiva la inversión y el crecimiento
de la productividad. Un ente que produce y regula, el Estado en el caso de
las empresas públicas, enfrenta enormes conflictos de interés. Un caso im-
portante es la lucha continua de los ministros de hacienda para evitar que
las empresas públicas se conviertan en fuentes de desequilibrio fiscal, mien-
tras que esas empresas terminan por sacrificar proyectos de inversión renta-
bles. Adicionalmente, los incentivos de sus gerentes no necesariamente
serán compatibles con la innovación y la eficiencia. En efecto, el gobierno
corporativo de las empresas que aún continúan siendo públicas, aquellas
donde hay motivos especiales para no privatizarse, deben acercarse a las
mejores prácticas de las empresas privadas. Esto induce a la eficiencia y
reduce la interferencia política, que a menudo se disfraza de promotora del
bienestar social u otras causas “buenas”. Se ha logrado mucho, pero que-
dan áreas para mejorar.
No tenemos buenas estimaciones del aporte al crecimiento económi-
co de cambios regulatorios y otras reformas microeconómicas. Pero ello no
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REFERENCIAS
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Economics and Statistics, Nº 39, pp. 312-320, 1957.
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Dornbusch y R. Laban (eds.), The Chilean Economy: Policy Lessons and Cha-
llenges. Brookings, 1994.
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dad Católica de Chile, 2004.
86 ESTUDIOS PÚBLICOS