y 5. Esta escritura ensayística -que se aparece no sólo como dominio del juicio
o la valoración, sino también y sobre todo como territorio o máquina de
proliferación de las interpretaciones y multiplicación de los sentidos- debe
atravesar y exponerse al reto de la interacción, del estar online, del
contrastarse en tiempo real que las nuevas tecnologías comunicativas hacen
posible. Si el poder de la escritura como dispositivo crítico cargado de un
potencial ontológico específico radica en su estar estructuralmente proyectado
hacia su posteridad, hacia el tiempo otro en que será leida, cabe imaginar que
el desafío de un reescribirse y releerse online (en la aproximación que ello
supone de los actos de escritura y lectura) supone un margen imponderable
de riesgo (allí donde este estar online pueda desestabilizar simultáneamente
todo rastro específico de autoridad y autoría) y, a la vez, potenciación que es
preciso investigar.
-----